Partida Rol por web

From the Ashes, We will Rise (Morituri Te Salutant)

Capítulo 4: The infame and the notorious

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07/06/2020, 20:01
Master 1
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

  1. profe
  2. alumno:
    1. pjs
    2. pnj
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07/06/2020, 20:43
Cronista anónima

[Cassia in disguise]

La joven irlandesa, aprovechando su buen hacer con aquel encantamiento, sigue a las gemelas y al nórdicos a donde sea que vayan. Dan bastantes vueltas. Y de repente, se paran de golpe. Se oyen voces a la distancia. La voz de Ashley y del nuevo profesor de Herbología están abroncando a alguien en una de las salas de armas. Lo siguiente que ve Cassia es como pasan de cerca, ambos profesores, seguidos de un grupo de alumnos (ve el pelo azul de Sigma, que va acompañada de otros tejones, presupone ésta). A los pocos minutos, pasan Julian y Levi, hablando entre ellos, en voz baja. Y todos parecen venir del mismo sitio…

-Vaya, que concurrido que está esto…- dice Felicity, en voz baja. Reed afirma la cabeza, muy serio.

-Serrá mmejorr que dejemoss estto para ottro día- dice, finalmente éste, para decepción de las dos gemelas rubias, que hacen pucheros, decepcionadas.

-Ademáss, he de irr a la enferrmerria…- ladea la cabeza ligeramente y les lanza una sonrisa encantadora a ambas chicas, que ríen por lo bajo.

-Está bien. Otro día. Nos lo prometes.

-Palabbra de Durmstrang- sonríe éste.

Dan media vuelta y deshacen el camino hecho, dirigiéndose a la Enfermería, que debería justificar su salida de clase precipitada, ocasionada por su nota.

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07/06/2020, 20:44
Cronista anónima

[Lance en la Enfermería]

Tras conseguir Sheridan que Lance se tomara la maldita pócima para las contusiones, apareció la Directora en la Enfermería, acompañada del profesor Lefay y la profesora Bakshi. Estuvieron interrogándole acerca de lo que había pasado y la identidad de su captor, pero entre que el chico era más hermético que un chorizo envasado al vacío y que tampoco parecía saber nada fehaciente, los adultos acabaron rindiéndose.

De fondo, se escuchaba a Sheridan ocupándose de otros alumnos, recién llegados. Nada importante porque se marcharon al poco rato.

-Está bien. Te dejaremos descansar hasta la hora de comer- dijo la profesora Bakshi, tras hablar en privado los tres docentes –Luego, vendrá alguien a buscarte y estará contigo, por tu seguridad. De momento, el profesor Lefay se quedará aquí para vigilar y se turnará con la profesora Iacomb. Y veremos cómo va todo, cielo- sonrió la joven y esbelta profesora de Estudios Muggles, que había heredado el tutelaje de los Tejones, a la marcha de Sprout.

Poco antes de que fuera anunciada la hora de la comida, Daniel apareció por la puerta de la Enfermería.

-Hola Lance. Parece que voy a ser tu mejor amigo y escolta oficial por lo que queda de día- sonrió el joven, de forma amable y cortés.

-¿Preparado para ir a comer con los demás?

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07/06/2020, 20:47
Cronista anónima

“Ei primo,

¿Cómo va todo por Beauxbaton? Por aquí la cosa está que arde. No sé si habrás leído los periódicos, pero las cosas se están removiendo por aquí. Están llegado nuevos alumnos de otras escuelas de fuera. Es interesante. Las culebras están haciendo nido y los roedores están cada vez más excitados, preparados para pasar el invierno. Deberías verlos. Es toda una fiesta, como en aquel cuento que leíamos de pequeños, ¿te acuerdas? El viento en el Sauce. Y han llegado profesores nuevos. El de herbología te molaría mucho.

Nana ha sacado un nuevo tomo, que te mando con esta carta. Enjoy it!

Un abrazo,

Pierce

P.D.: Las fiestas de Halloween estuvieron bien, todo fue más o menos como debía, aunque hubo un pequeño retraso en las actividades. Ya sabes, a alguien se le fue la mano con el ponche, como pasa siempre.”

 

Niko recibió esa carta de su primo hace una semana escasa. Aún no había sucedido el fracaso en el periodicucho de derechas llamado el Profeta. Se la remitió la misma madrugada del golpe en la fiesta de los aristócratas esos como-se-llamen. No tardó nada en arreglar el problema y “fomentar” el intercambio de alumnos, ocupando el puesto del verdadero candidato. No costó mucho convencerle de que renunciara y costó aún menos, convencer a la Dirección Escolar de que él era el mejor candidato sustituto para ese magnífico programa inter-escolar. De ahí a conseguir un traslador del continente a las islas, bueno, eso no fue nada, un mero divertimento pasajero. Su familia no puso ninguna pega, el intercambio cultural siempre era bueno y bien recibido en su seno. Todo a pedir de Milh... a pedir de boca, por supuesto.

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07/06/2020, 20:49
Cronista anónima

[Unas horas antes…]

El joven holandés llegó en el mismo tren que otras tres chicas, una rubia bajita gritona y dos morenas de actitud altiva. Se vio obligado a esperar en una salita aparte para poder hablar con la Directora de la escuela. Primero habían atendido a las tres chicas, que, por lo visto, eran exalumnas y eso las privilegiaba para ir antes que él, que venía de otra escuela, en el continente. Sigh, siempre habrá clases…

Cuando por fin le tocó entrar, una señora entrada en carnes y de habla incomprensible para la media general (que no para él que lo entendió todo, por supuesto), le contó las normas, le puso un sombrero de mago hipster en la cabeza y le dijo que era Hufflepuff, fuera lo que fuera eso. Igual su primo no le preparó lo suficiente para esto…

Le entregaron un horario de clases y le acompañó una mujer racial, que podría ser modelo, a visitar su dormitorio e instalarse. Al lado de las cocinas. En una especie de madriguera. Realmente, nada que ver con su anterior escuela, desde luego.

Un tal M’hamed Dril fue designado como su guía para aquella mañana. Le enseñó las zonas principales y básicas, como la biblioteca, el campo de quidditch, el comedor, ese tipo de cosas esenciales en la vida. Pero no le dijo nada sobre las aulas…

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07/06/2020, 20:49
Cronista anónima

[HORA DE LA COMIDA]

Al final el tiempo que faltaba para la llegada de la comida acabó llegando a su fin y el sonido del reloj gigante de la torre marcó la hora esperada. Alumnos y profesores, muertos de hambre y algunos de curiosidad, se abalanzaron a los pasillos y se dirigieron en tromba al Gran Comedor. En las mesas, les espera, como siempre, una vajilla perfecta e impoluta y unas bandejas de comida y fruta apetecibles. Múltiples jarras repartidas por todo lo largo del mobiliario permanecen quietas, llenas de líquidos, como agua, zumo de calabaza y otros néctares de la vida, igual de buenos.

Nada más sentarse el alumnado y profesorado llegó la bandada de lechuzas mensajeras que deja caer el correo, paquetes y periódicos varios en manos y platos de sus destinatarios, sin mirar hacia donde apuntan realmente. Les da igual, ellas son lechuzas, están por encima del bien y del mal. Literalmente.

Uno de los afortunados al que le cae una carta es Levi Montblanc, que recibe una misiva de sus padres, escrita con la pulcra letra de su padre.

A Dariel y a Ivy les caen sendos periódicos: a la pelirroja el clásico, El Profeta y a Dariel, un ejemplar del subversivo La Hoz y la Varita.

Mack, Lance y Julian reciben su revista semanal sobre quidditch, The Seeker Weekly, repleto de reportajes a jugadores profesionales, la última hora de los fichajes de la temporada y los artículos dedicados a los últimos partidos celebrados recientemente.

Cassia, April y Brandon son bombardeadas con revistas de moda y complementos varios. Hacen verdadera colección de ellas.

Stevie, Nissa y Sigma reciben cartas personales procedentes de casa, de sus familias, preguntando por su salud física y mental y la situación del curso escolar.

Esta tarde, los entrenamientos oficiales corren a cargo de Gryffindor y Ravenclaw y el primer partido de la temporada está a la vuelta de la esquina, entre otras cosas…

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07/06/2020, 20:50
Cronista anónima

“Querido hijo,

Hace días que no recibo noticias tuyas. ¿Has avanzado algo con ese supuesto negocio tuyo que comentaste en nuestro último encuentro? Tu hermana nos ha mandado tres cartas explicándonos todo lo que ha hecho por el negocio familiar. Por lo visto, ha conseguido un posible gran cliente que podría asegurarnos un pedido masivo de nuestros mejores modelos de túnicas. Es una gran noticia.

Pero no te escribo solo para conocer de tu situación. Tu madre y yo tuvimos una reunión muy interesante con el Señor Lefay, a raíz de tu visita en su casa. Fue una buena idea que te quedaras. Fue un encuentro muy lucrativo. El Señor Lefay es todo un hombre de negocios y entendió perfectamente nuestros objetivos como empresa familiar. Tuvo un gran gesto mediando entre nuestra familia y determinadas personas importantes de la sociedad londinense. Creo que a partir de ahora nos irá muy bien en el viejo continente. Como ya he dicho, fue un acto muy inspirado y generoso por tu parte, hijo.

Por otro lado, debo anunciarte que hemos llegado a un acuerdo con una prestigiosa familia, los Blackwood. Pronto nos reuniremos todos en un entorno más cercano y cerraremos varios asuntos relacionados con ambas familias. Pero habrá que esperar a Navidad, como aquí la llaman, la Saturnalia (o algo así, aún no me acostumbro a los términos europeos). Mientras, espero que cuides muy bien nuestros intereses en la escuela. Tu madre te manda muchos abrazos.

Con nuestros mejores deseos para los tres,

Mom and Dad.”

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07/06/2020, 20:50
Cronista anónima

La joven heredera recibe una misiva tan elegante como anodina de parte de sus abuelos, donde le cuentan sus vicisitudes sociales con todo lo pasado en la fiesta de fin del año mágico. Blablablá. Pero, en el mismo envío, hay un sobre aparte, sin remitente. Sólo un sello de cera con un logo de una llama de fuego. Al abrirlo, sólo hay una hoja de pergamino, perfectamente plegada y en blanco, donde pone:

Soon. Wake Up”.

Y nada más.

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07/06/2020, 20:51
Cronista anónima

La única comunicación que recibe la joven rubia recién llegada procede de su hermana Addie. Parece que alguien le dijo que estaría ahí, en Hogwarts. Le pregunta por su estado de salud, si se ha acomodado ya en la escuela y si se ha reencontrado con cierto sujeto (y si todavía sigue virgen, porque si no, de verdad va a tener que replantearse lo del lesbianismo, que oye, tampoco está tan mal). Y finaliza la carta deseándole muchos animos y que vaya a por su objetivo y no lo suelte.

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07/06/2020, 20:51
Cronista anónima

Además de su correo habitual, el joven nipón recibe una carta de su madre. Es bastante breve, pero concisa. Por sus palabras (algo ambiguas), deduces que está muy preocupada por ti, que han asaltado tu piso buscando algo y que una mujer la asedió en la calle preguntándole por la katana de su familia (la de tu padre). Y que le pareció muy perturbadora esa sonrisa permanente en su cara…

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08/06/2020, 15:31
Lance F. Okazaki

No es que Lance no quisiese decir nada a los profesores -aunque sus reservas tenía; le cuesta fiarse de nadie después de haber sido asaltado y torturado-, es que no sabe absolutamente nada de sus captores, aunque ha expresado sus sospechas totalmente infundadas que señalan directamente a Reed Baugholland. Tiene pensado vengarse por esto, aunque si va a tener gente pegada a su sombra a todas horas, no sabe muy bien cómo va a poder hacerlo.

Entonces aparece Sullivan. De alguna manera, Lance se siente tranquilo de que le hayan asignado a él como "escolta" del nipón. Se le dan bien los encantamientos y además es una persona fácil de tratar, demasiado cristalina como para simplemente no fiarse de ella.

Necesito ir a por mi varita primero — porque su compañero de curso no parece haberla traído, ni el resto de material que necesita para ir a clase, ni la petaca con agua porque ahora piensa estar alimentándose sólo de fuentes que él considere totalmente seguras y desde luego nada de lo que pueda proporcionarle el castillo lo es...

Pero bueno, Sullivan no parece en contra de eso, y tampoco puede poner muchas pegas porque después de comer hay clases. Lo que puede ver es que han estado registrando en su baúl, lo que le pone de mal humor instántaneo, no porque lo hicieran, porque vive en un castillo lleno de gente cotilla, sino porque él pensaba que la maldición que había en el baúl era lo bastante fuerte como para disuadir a los ojos indiscretos. «Tendré que mejorarla» piensa el chico mientras coge todo lo necesario para las clases de la tarde (que viene siendo el material para Estudios Muggles).

Al llegar al comedor, aparte de la atención que su vuelta ha suscitado, recibe publicación semanal sobre quidditch y una carta que tras leer dobla cuidadosamente y guarda con mucho celo en el bolsillo interior de su túnica. El contenido de la carta no gusta nada a Lance por todo lo que podría implicar. El chico se niega a tocar la comida, y sólo bebe de una copa llenada con el agua de su varita y cuya ausencia de venenos -o eso cree él- ha sido comprobada previa inspección.

Sacando un trozo de pergamino y un bolígrafo (que a Lance le parece mucho más práctico que cualquier pluma que no sea autorrecargable), el chico escribe una breve nota para Bakshi: 

Profesora Bakshi.

Preciso de hablar con usted a la mayor brevedad posible sobre el asunto de la espada que custodia.

Ruego me devuelva la nota con su confirmación, por favor.

Atentamente,
Lance F. Okazaki. 

Voy a levantarme un momento, ¿me acompañas? — le pregunta a Daniel, asumiendo que el asunto de llevar escolta es justamente para que le acompañe incluso en sitios tan poblados como el Gran Comedor.

Le acompañe o no, el chico se levanta, dirigiéndose a la mesa de los profesores para darle la nota a la profesora para que responda, cuidadosamente doblada y metida en el hueco entre un bolígrafo y el capuchón que tapa la punta. Normalmente hubiese usado el truco de la carta voladora, pero no se siente seguro con eso tampoco.

- Tiradas (1)
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08/06/2020, 18:00
Stevie Carson

La campana del reloj gigante de la torre me recordó que sólo llevaba medio día en Hogwarts a pesar de que se me antojaran meses. Había vuelto sola, con la cabeza baja y mordiéndome las uñas infantiloides y subrayadas por pellejos de piel enrojecida; mis planes sobre pegarme con gente más alta que yo y ganar no habían dado resultado, y algunos otros que tenía en mente y que incluían otro tipo de golpes, tampoco. Atravesando el Hall, me desquité dándole un golpe a los libros de un chaval, que cayeron y se esparcieron por el suelo. 

- ¡Eh! -se quejó el Gryffindor. 

- La vida es una mierda. Acostúmbrate -le dije, casi indiferente, mientras seguía hasta el Comedor. 

Dariel había cumplido su palabra y ahí estaba, en el punto de encuentro, sentado junto a Julian. Verlos a los dos me animó más que tirarle los libros al niño de antes, aunque eso también me había desahogado bastante. Además, había otro aliciente bastante apetecible: las bandejas llenas de comida que abarrotaban las mesas. Se me fueron tanto los ojos que casi estuve a punto de pasarme a mis amigos. 

- Antes me he quedado con hambre -le dije a Dariel mientras me sentaba a su lado, jocosa.

Como contestación, un sobre cayó sobre mi plato en un golpe sordo. Fruncí el ceño, confundida, y cogí la varita para tocar la carta antes de poner un dedo sobre ella. No sucedió nada, así que me atreví a palparla rápidamente con el dedo índice. Tampoco sucedió nada. Fue entonces cuando la abrí, y al leerla hubiera preferido no hacerlo. ¿Por qué me escribía? ¿Pretendía sentirse mejor, como si yo fuera un souvenir de su fracaso, un mal recuerdo de abandono? 

Rompí la carta en varios trozos que guardé en el bolsillo de la túnica. 

- ¿Qué tenéis vosotros? -le pregunté a Julian y Dariel.

El panfleto anarquista de Dar era lectura demasiado densa para ese momento, pero la revista de quidditch del Capi nunca defraudaba. Moví el culo un sitio, sentándome sobre el regazo de Dariel con un "cuidado, paso, cuidado, Carson maniobrando" para luego hacerme sitio entre los dos. Mis chicos. 

- Capi, tú sí que sabes. ¿Cogiendo ideas para el partido del domingo? Ya me ha dicho D que has conseguido que se una al equipo -dije, pasándole un brazo a Dariel por los hombros, fingiendo algo de normalidad entre los tres- ¿Cuánto has tenido que pagarle? 

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08/06/2020, 20:40
Nikodemus Wolf

Había muchas cosas que no entendía de Reino Unido. ¿Por qué se lo comían todo frito? ¿En qué basaban toda esa separación de adolescentes en casas, perpetuando la segregación de la que tanto decían huir? ¿Y por qué me ponían un sombrero viejo y probablemente lleno de piojos en la cabeza? Intenté disimular la mueca de disgusto, que fue imposible una vez me dijeron que me tocaba vestir de amarillo. 

No sé si lo entendéis, pero el amarillo no me favorece. Soy demasiado pálido. Mi primo Pierce estallará en carcajadas crueles en cuanto me vea vestido así, con la túnica demasiado corta para mis patas largas y la piel casi cetrina por el color de esta horrible corbata. 

Por lo menos la literatura amateur de Nana, la estimada amiga de Pierce, me había entretenido durante el viaje. Ahora sólo necesitaba saber quién eran Julian y Dariel para ponerle cara a los héroes románticos de Nana

M’hamed Dril no fue una fantasía de guía, la verdad; me lo enseñó todo excepto lo que realmente me importaba: las aulas. Tendría que preguntarle a alguien para que me ayudara después de la comida. No sabía si podía preguntarle a cualquiera o sólo podía limitarme a hablar con la gente que, como yo, también fuera de amarillo. 

En el Hall nadie parecía hacerme ni caso. El sonido de una campana resonó por el castillo, asustándome levemente. Miré a mi alrededor para ver si lograba captar algún buen samaritano como si fuera una suerte de captador de alguna ONG justo para ver cómo una muchacha de estatura duendigozna le daba un manotazo a la pila de libros que llevaba un niño, tirándoselos al suelo. No, definitivamente no se lo podía pedir a ella. Sin embargo, la seguí hasta la gran estancia donde parecía que la gente se reunía para comer. 

Miré a mi alrededor, buscando a Pierce, sin éxito. Resignado, fui a la mesa de mis camaradas tejones y me senté al lado de una chica con pelo azul (Sigma). 

- Excusez-moi, mi nombre es Niko y desconozco las costumbres de Hogwarts, pero creo que ahora estamos en la misma familia, n'est-ce pas? -le tiendo la mano- Vengo de Beauxbatons, de intercambio -sigo, poniendo todo mi inglés a disposición de mi necesidad de rellenar todos los huecos que ha dejado M'hamed en mi tour de bienvenida. 

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10/06/2020, 12:47
Julian Crautchin

Me había prometido a mí mismo no buscar a Werd con la mirada, aunque al final termino mirando de refilón la mesa Raven sólo por asegurarme de que efectivamente, había vuelto, y en qué momento… Sé que tarde o temprano terminaré abordándola para hablar con ella sobre lo que me dijo en la fiesta de los Swann, con todo lo que ocurrió después: estoy seguro de que ella tenía más información al respecto y no le dio la gana de dármela. Maldita manipuladora de mierda.

Intento sacar esos pensamientos de mi cabeza buscando a Cassia en mi misma mesa, claro que tal y como están las cosas entre ella y Dariel no cuento que vaya a acercarse, y siento como si “el fantasma” de Werd me devolviera a este verano pasado en el que me hubiera hundido en la mierda si no llega a ser por C.
Supongo que pese a lo que le dije a Cassia sobre dejar de liarnos, sí que echo de menos enrollarme con ella, ¿para qué nos vamos a engañar?

Es Stevie la que me saca de mis pensamientos, inquieta y revoltosa como es ella, no para hasta que se hace un hueco entre Dar y yo.

-Pues no tuve que pagarle pero lo cierto es que no recuerdo bien cómo le convencí… - miro a mi colega. Me siento cansado mental y físicamente así que veo normal que se me pierdan tantas cosas dentro de la cabeza; no es como si nunca hubiera sido un tipo demasiado listo, no nos engañemos - ¿Quieres echarle un vistazo? – abro la revista de Quidditch, con Stevie como espectadora.

Pero yo sigo sin poder centrarme en mi revista, por mucho que me guste el “deporte rey mágico”; después de Werd y Cassia, a quien busco con la mirada es a Lance. Otro con el que debería hablar.

La faena se acumula y lo cierto es que no me siento para nada preparado para abordarlo todo.

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10/06/2020, 13:13
Sigma Ward

Mack, Nissa y yo empezábamos a ser algo así como un trío (no penséis mal, que ya os estoy escuchando pensar), pues ese afán por destripar lo que estaba pasando hacía que prácticamente nos pasáramos todo el tiempo juntas. No habíamos podido ir a ver a Lance a la Enfermería pero “voilà”; ahí estaba el nipón acompañado por “siemprefiel” Daniel.

La carta de mis padres me distrae lo que tardo en leerla y guardármela, anotando mentalmente que después debería responderles en cuanto tenga un hueco.
Lo que me distrae después es una voz desconocida que me habla al otro lado. Giro la cabeza para encontrarme con un chico nuevo, porque juraría que no le había visto nunca, y de hecho sus palabras me lo confirman.

-Hola – saludo con una leve sonrisa, y le estrecho la mano con seguridad – Yo soy Sigma y estás en lo cierto: ahora somos de la misma familia. Bienvenido a la casa de los raritos aunque personalmente, prefiero pensar que somos los especiales no en el mal sentido… Sino como “únicos” – trato de ser amable, ¿por qué? No tengo ni idea. Supongo que estoy intentando no tratar a la gente como traté a Lian en su momento… Aún tengo que disculparme con él, por cierto. Y eso sí que es algo que se me da fatal.

Iba a darle largas para abordar a Lance pero no tengo claro de si es el momento, y me pregunto si será demasiado maleducado que pase de Niko nada más presentarse. Supongo que…¿sí? Pero bueno, para eso tengo a mis dos chicas, ¿no?

-Ellas son Mack y Nissa – las presento – Mucho más majas y sociables que yo así que… Te las presto un rato – sonrío al chico, levantándome tras haber comido algo con rapidez – Voy a contestar la carta de mis padres antes de que se me olvide. Sed amables con él, chicas – les guiño un ojo.

 

Obviamente es sólo una excusa para levantarme en el momento que Lance pasa cerca.

-Te veo en diez minutos. En la Lechucería – susurro sólo para él – Es importante: sobre tu padre – tengo que darle algo de miga o quizás me ignore. Le lanzo una mirada a los ojos antes de separarme para salir directa al punto en el que le he citado.

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10/06/2020, 15:30
Dariel Lefay

Me di una ducha muuuy larga en el vestuario masculino del campo de quidditch. Me negué a hacer todo el camino con los pies chapoteando. Necesité mucha agua caliente y varias “manualidades” para sacarme el hedor y la carga de la inmersión en el lago. Cuando acabé, usé mi varita para secar mi ropa y mi cuerpo, menos el pelo.  Cuando terminé de adecentarme, fui a dejar la Barredora en el almacén. Para cuando salí de las instalaciones deportivas, me moría de hambre y de culpabilidad. De nuevo, mi “viejo mal hábito” me había conducido hacia donde no debía. Se, me había aprovechado de ella, de su situación “delicada”. Había pasado por mucho y voy yo y hago lo que hago, lo que hago siempre. No está bien. No volverá a pasar. No volveré a caer. Nunca debo volver a intentar aprovecharme de mis amigos, no de ese modo.

En el fondo, menos mal que esa diva de Bash apareció antes de que fuera a más el tema. Por suerte, no pasó de ahí, no fuimos más lejos. No pasó realmente nada. Damn! Le debo una al león, leona, lo-que-sea”. Me muerdo el labio inferior, ensimismado en mis pensamientos.

-No volverá a pasar- me digo a mi mismo, en voz alta. Nunca jamás. Y con ese sentimiento de absoluta culpa y vergüenza me marcho al Gran Comedor. Me siento donde siempre y me sirvo algo de comida, poca para lo que suelo (no olvidemos que soy un cerdo comiendo). Y cuando uno de aquellos roedores emplumados deja caer La Hoz y la Varita, me pongo a leerlo con verdadero interés.

Esto me hará olvidar el incidente. Claramente. No hay nada como la política y la estupidez humana para matar la lívido”, pienso para mis adentros, mientras doy algún bocado de vez en cuando. Pero, el destino me la tiene jugada y se dedica a pasarme culos ajenos por encima, sentándose encima… Recordándome lo mala persona, lo muy pervertido y débil que soy.

Bueno, al menos ahora ya sabemos que lleva bragas”. Me encojo de hombros e intento mantener la mente en calma y seguir leyendo cuando Stevie se aparta y se sienta entre Julian y yo. Si no lo veo, no está y, por tanto, no existe.

-No me convenciste, me chantajeaste…- suspiro, resignado –Por lo de Bines. Por cierto, Monty, me sigues debiendo esa- le lanzo una mirada, de pasada y vuelvo a mi lectura mega-interesante.

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11/06/2020, 11:43
Lance F. Okazaki

LANCE Y SIGMA
CONTACTOS FRUSTRADOS

6 de noviembre de 2000
13.00 (más o menos)
Lechucería de la escula

Lance: Tras volver de la mesa de Bakshi con su respuesta, Ward le habla al pasar: en la lechucería en diez minutos. Aunque Ward no le hubiese dicho nada sobre su padre, probablemente habría ido igual porque Ward y sus visiones pueden proporcionarle valiosa información, pero mencionarle es definitivamente un cebo infalible para él. Probablemente ella lo sepa y por eso lo haya soltado. Aun así no puede evitar estar muy molesto: ¿por qué la gente parece saberlo todo sobre él antes siquiera de que él pueda llegar a darse cuenta? No es sólo molesto sino también frustrante, porque la falta de información le tiene indefenso tal como se ha demostrado al ser secuestrado, y eso se le nota en la cara a Lance, que si ya estaba de no muy buen humor antes, ahora está peor.

De todos modos, mirándolo objetivamente, esto le viene genial, porque tiene que visitar la lechucería de todos modos, ya que quiere responder la carta de su madre, esa carta que tiene celosamente guardada en en bolsillo de su túnica para mostrarle a Bakshi en cuanto se puedan reunir.

Sacando otro trozo de pergamino, Lance toma el mismo bolígrafo que Bakshi le ha devuelto para empezar a escribir la respuesta a la carta de su madre, y tras quedarse un par de minutos pensando... llega a la conclusión de que es mejor esperado. Claramente frustrado, arruga el pergamino y lo quema con un toque de varita, levantándose para acudir a la cita con Ward.

Tras informar al profesor de turno que le haga de escolta de que va a la lechucería, Lance se levanta de su asiento, haciéndole un gesto a Sullivan para que le acompañe, aunque al llegar a la lechucería insta a que su escolta se quede fuera, o al menos Daniel. Prefiere tenerlo lo menos enterado posible de todo porque nadie lo ha llamado aquí. No quiere ver a una de las pocas personas genuinamente amables que conoce involucradas en exceso en este embrollo en el que se ha metido sin comerlo ni beberlo.

Aquí estoy... — se anuncia, con un tono de claro hastío. No es que esté molesto con Ward ni del tener que acudir a la lechucería; es simplemente frustración por la situación.

Sigma: Mientras le esperaba, había empezado a responder la carta a mis padres así que cuando entra y alzo la cabeza... Nada, porque entra con Iacomb, ¿qué cojones? ¿Es idiota? ¡Debería haber venido sólo! O si no, no haber venido. No sabía que le habían puesto “segurata”. 

Alzo una ceja cuando se anuncia, algo despectivamente, bode, como si la cosa no fuera conmigo. Vamos, como si no hubiéramos quedado. 

¿Y qué pasa? ¿Quieres la Lechucería sólo para ti? — le suelto, chasqueando la lengua, y sigo escribiendo la carta para mis padres como si él no existiera.

Lance: Al principio no entiende absolutamente nada. ¿No es ella quien le ha llamado? ¿Y por qué se ha puesto tan antipática de repente? El chico arquea las cejas, haciendo que el mal humor invada todavía más su cuerpo, pero al ver a la profesora Iacomb, que no parece por la labor de tomar distancia, lo entiende.

Pero que entienda por dónde va esa respuesta no hace que Lance se lo tome mejor: no pueden mentar a su padre, en esta situación donde hasta han involucrado a su madre, y luego darle largas por una cosa que está fuera de su control.
No, pero parece que tú sí — si Lance está fingiendo, la verdad es que su actuación merece un Oscar, así que su respuesta tiene que ser legítima a la fuerza —. Pero tera puedes quedar — le espeta, antes de darse la vuelta para marcharse.

 

Sigma: Le dejo ir, sin importarme mucho que crea que soy una estúpida; probablemente lo sea. Pero es que ¿cómo se le ocurre pensar que iba a hablar de algo serio con un profesor delante? Bastante es que la profesora T. sabe “mi secreto” como para ir mostrándolo más. 

Bufo, hastiada, y termino de escribir la carta para mis padres enviándola a través de una lechuza después. 

Ahora a pensar cómo hablar con Lance sin que lleve escolta y de manera segura. 
Puta mierda.

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11/06/2020, 12:14
Stevie Carson

Me quedé mirando a Dariel mientras me ignoraba, confundida. Cuando mencionó al tal Monty, desvié la mirada hacia él. La sonrisa que se me había dibujado automáticamente al entrar en el Comedor había desaparecido. Me sentí una extraña. 

La voz de Julian me devolvió a la realidad. Me giré hacia el Capitán

- Gracias, J -contesté, intentando concentrarme en la revista. 

Entre página y página me fui poniendo comida en el plato. Murmuré un agradecimiento a la diosa casi por inercia antes de empezar a devorar. De vez en cuando soltaba algún comentario vago sobre alguna foto que aparecía en el Seeker Weekly, pero me resigné ante la idea de que los tres estábamos a otras cosas, y que mi intento de normalidad iba a quedarse únicamente en eso: en un intento. 

Te has convertido en una intrusa, resonó en mi cabeza. 

Silencié a aquella voz molesta pidiéndole a Jules que pasara de página. 

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11/06/2020, 18:14
Cassiopea O'Bhrendel

¿Sabéis qué es lo que más me molesta? No, no ese rollo re que me invento lo de Ashley, soy más madura que eso; ¡es que nadie se preocupe por mí cuando aparezco! ¡Me fui sola a por Reed y podría no haber vuelto! Incroyable...

Me margino yo solita en el comedor para que no lo haga nadie más, y me dedico a mis revistas y otros regalitos. Con Brandon me intercambio algunos complementos; siempre lo hacemos si no nos acaban de gustar. Oh, Okazaki está vivo; me he perdido ese cotilleo... ¡Pero cuesta mucho concentrarse cuando Werd está en la mesa de Ravenclaw. Al final he mareado la comida más que llevarme nada a la boca, pero no es como si lo hubiera hecho a propósito. Me siento asediada...

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13/06/2020, 21:59
April Glackstone

A pesar de que me apetece tanto ir al Gran Comedor como comerme una acromántula viva, encerrarme y morirme de hambre no servirá de nada más que dejarle las cosas en bandeja a ese ****** de Reed. Así que me la resbalan los cuchicheos y de hecho, uff, ¿no hace calor aquí dentro? Como que mejor me quedo en camisa y desabrocho dos botones para que corra el aire y así, por lo menos los niños de catorce años se llevan una alegría para sus pajas.

No saludo ni miro a nadie al sentarme, la verdad es que me importa nada y menos quien esté a mi lado (aunque preferiría estar sola) y solo me falta un cartel que ponga "no molestes, que muerdo".

Cuando llegan las revistas las miro, pero me parecen tan aburridas e insulsas que decido que voy a cancelar la suscripción y las dejo abandonadas en la mesa. Acabo de comer rápidamente lo justo y necesario y me levanto con el primer grupo de gente que se va del Gran Comedor.

Salgo a los jardines y me da un poco de frío, así que me tapo un poco y me alejo del castillo para poder fumarme un cigarrillo tranquilamente, aunque tampoco es como si fuera a dejar de fumar si me pilla un profesor. Como en un rato tengo Crianza de Criaturas Mágicas, me dirijo hacia la cabaña del medio gigante. Con suerte traerá una de esas bestias adorablemente aterradoras y la dejo escapar, a ver si hace una matanza de gilipollas.