Partida Rol por web

From the Ashes, We will Rise (Morituri Te Salutant)

Capítulo 4: The infame and the notorious

Cargando editor
28/05/2020, 17:40
Nissa Park-Swann

Le saco la lengua a Steve, pero no podemos continuar hablando demasiado tiempo porque parece que dimos con el condenado Okazaki y finalmente llegan los profes a hacer de niñera y nos mandan a marcharnos. - ¿Uhm… tú dices que nos dejarán pasar? – pregunto poco convencida para responder a Mackie. - ¿Y si una de nosotras finge sentirse mal para pasar la noche allí? – sugiero.

Cargando editor
28/05/2020, 18:40
Dariel Lefay

Hago una mueca con la boca cuando Stevie me coge de la muñeca derecha y tira de mi hacia un escobero. No protesto ni digo nada de nada. Le he pedido una explicación y voy a dejarle que intente dármela. Me quedo algo perplejo cuando nos apretujamos ahí dentro.

-Tampoco es el primero armario en el que nos escondemos- intento encogerme de hombros, pero la estrechez lo dificulta un poco. De verdad que intento sonar indiferente, pero estar tan apretujados, tan… cerca, lo hace todo más raro.

No, no es raro. Somos amigos desde prácticamente siempre, desde que éramos un intento fallido de ser humano recién nacido”, trato de calmar mi mente “Pero, ¿entonces porque mi estómago está tratando de divorciarse de mí?”. Me muerdo el labio inferior y cierro los ojos al ser deslumbrado con el lumos de Stevie.

Enarco una ceja cuando dice lo del “ritmo frenético”. Sí, es una buena definición de la situación actual.

-¿Con el noruego? ¡Joder, no fastidies que la bocazas de O’Brendhel te ha convencido de meterte con el sueco!- la irlandesa cada vez me está cabreando hoy más. No voy a pegarle una patada en su real culo porque somos amigos, pero meter a Stevie, aprovecharse de ella de ese modo… NO ME GUSTA.

Cuando escucho la verdad, mi peor temor durante todo el verano, me cae como un jarro de agua fría. No sé muy bien como lo hago, pero la abrazo como puedo, teniendo en cuenta la falta de espacio y la movilidad limitada.

-Eres imbécil, que lo sepas. Conocemos gente con contactos en Azkaban, podrías habernos avisado… Haberme Avisado- matizo, mientras la abrazo, aún más fuerte.

-Podríamos haberte ayudado a fugarte. Habríamos podido…- la abrazo con más fuerza, como si fuera a deshacerse entre mis dedos si la suelto –habríamos podido huir a Haití y ocultarnos allí. Nos podríamos ganar la vida como matones de un cartel de drogas muggle. O algo así.

Cargando editor
28/05/2020, 21:48
Stevie Carson

El abrazo al principio me sobresalta. Hace tiempo que no dejo que nadie me toque así. Pero Dariel me arropa con sus brazos y me dice que lo hubiera dejado todo para salvarme de la guerra, y en ese momento Haití suena tan bien. Me aferro a él como si se tratara de lo único que me separa de la celda oscura con mi nombre en Azkaban -probablemente lo sea. 

Hemos estado antes en un armario, y nos hemos abrazado innumerables veces, pero esta vez es distinta. Sigo agarrada a su túnica, pero relajo las manos, ahora sobre su espalda, y me permito estar así un rato. Su olor me reconforta tanto que siento cómo los músculos, antes tensos como los de un gato en alerta, empiezan a relajarse. 

- No podía meteros en esta mierda. Tu padre se podría haber metido en problemas si lo llegan a relacionar con Quién-tú-ya-sabes -murmuro. Me separo levemente, guardando la varita en el bolsillo de la túnica, y poso mi mano sobre sus mejillas. Hago que se incline ligeramente y que apoye su frente contra la mía. Nuestras narices se rozan como si fuera uno de esos besos esquimales que nos dábamos de pequeños (esos que aprovechaba para pegarle cabezazos)-. Pero me hubiera ido a cualquier parte contigo -le aseguro-. Tú y yo vamos a estar juntos hasta que nos pongan a dos metros bajo tierra. 

Al final siempre nos encontramos. Dariel y Stevie contra el mundo. Esbozo una sonrisa y por fin estoy segura de que saldremos de esta, de una manera o de otra. 

 

Cargando editor
29/05/2020, 18:56
April Glackstone

[Lechucería]

En los siete años que llevo aquí, he venido a la Lechucería muy poquitas veces. Y cada vez que piso este sitio, muero un poquito por dentro. ¡¡Qué asco!! ¡Putos pajarracos!

Leo por última vez la carta:

"Querido papi,

¡Gracias por los bombones, estaban deliciosos! Aunque preferiría que mandaras una caja más pequeña, papá, ¿recuerdas lo que hablamos de la importancia de mantener la línea para una mujer de diecisiete años?

Me alegra mucho escuchar las buenas noticias sobre Frank. ¿Por qué no cenamos un día los tres juntos? También podríamos invitar a la prometida de Frank.

Te escribo por el accesorio extraño que me has mandado. No me gusta, es muy feo y combina fatal con todo. ¿Quién te ha aconsejado que me gustaría esa horterada? Además de que me gustaría saber qué asunto tiene detrás, ya que el chico de Durmstrang Reed, aquél que decías que debo hacer migas pero que en realidad es un idiota integral, casi me ataca al verme con él.

Teniendo en cuenta que ya no soy una niña y que merezco una explicación, como no me cuentes qué está pasando voy a ir a la Directora y se lo voy a enseñar. Así que espero que encuentres la manera de contactar conmigo lo más pronto posible.

Tu hija que te ama pero que ahora mismo está enfadadísima contigo,

April"

Suspiro, entornando los ojos. Lo que hay que hacer delante de un padre mimoso que se piensa que eres traviesa pero inocente.

— Ya podríais cagar en un mismo sitio. —riño a esas ratas con alas después de pisar la enésima mierda del suelo, buscando una a la que darle mi carta para mi padre. — Toma, llévasela lo más pronto posible y si está ocupado, aráñale hasta que responda. En el Ministerio de Magia, Departamento de Control del Uso Indebido de la Magia.

Muy a mi pesar, le hago una carantoña y le doy una galleta para Lechuzas. Sí, las odio a muerte, pero no dejan de ser animales.

"Serían más adorables si en lugar de cagar tanto, tuvieran colmillos" pienso distraídamente, sin darme cuenta de nada, dándome la vuelta para salir de la Lechucería y limpiar mis botas.

- Tiradas (1)
Cargando editor
29/05/2020, 19:27
Dariel Lefay

-Padre tiene sus propios caminos, no es fácil pillarle…- respondo, no sin cierta mordacidad en mi tono de voz. Sonrío levemente cuando me “fuerza” a juntar frentes, como cuando éramos niños e inconscientemente, espero el cabezazo que siempre suele darme. Mi sonrisa se ensancha aún más cuando oigo su respuesta final.

-Hasta que la Diosa nos acompañe a su lado- murmuro aquel fragmento de oración a la Señora y mi cuerpo se relaja, como si entrase en estado de éxtasis votivo.

-No te librarás tan fácilmente de mí, enana- me burlo, pasados un par de minutos en silencio absoluto –Jamás lo harás- añado, esta vez, más en serio. Suelto un suspiro, de alivio y entonces me hago consciente de la cercanía de nuestras caras. Cierro los ojos y trato de pensar en otras cosas. Eso es absurdo. Nunca ha sido así nuestra relación. Hoy no tengo el día. Me siento… raro.

Además, está Levi. Prometí darle, darnos, una oportunidad. My Word is my Bond.

Cargando editor
29/05/2020, 19:45
Cronista anónima

Reed, Alice y Felicity siguen tonteando, a apenas unos pasos más allá. Cassia oye las risas y con cada nueva, le entran más ganas de potar. Aunque Reed y Alice parecen a su rollo, Felicity parece estar más atenta. Quizás tenía problemas de gemelas: compartir igual no le hace tanta gracia. O sí. Vuelven a girar en uno de los pasillos y cruzan la galería de las Morning Star. Cassia les sigue, pero roza sin querer una de las peligrosas armas y un pequeño tintineo la delata. Felicity se detiene, mientras su hermana y el nórdico siguen caminando, solos. Se gira hacia donde procede el ruido metálico…

Cargando editor
29/05/2020, 20:13
Stevie Carson

Los LeFay podrían haberme sacado cinco veces de Azkaban si hubieran querido, pero también sabía que era una especie de suicidio político relacionarse con alguien como mi padre o su prole a esas alturas de la posguerra. Ni siquiera nuestra propia familia nos había hecho demasiadas concesiones llegado el momento: el viejo Hayward se había limitado a rescatar a Addie como si hubiéramos sido una suerte de víctimas de secuestro y lavado de cerebro por nuestra parte, justo antes de que las cosas empezaran a caldearse de verdad. Operación salvar a la heredera. Yo no había tenido tanta suerte. 

No los culpo. Entiendo lo que está en juego. La neutralidad es lo que ha mantenido a flote a los LeFay y a los Carson -no es raro que Dariel y yo nos hayamos criado prácticamente juntos. Era lo natural

Lo natural también sería que le diera un cabezazo a Dariel, nos echáramos a reír y luego pasáramos a temas más serios como el tema de espiarlos, si su hermano es un violador o qué pasa con Werd. Pero no. Estamos tan cerca, y dice que jamás me libraré de él. Hasta que la diosa nos acompañe a su lado. Noto como el corazón se me vuelve a acelerar, pero esta vez por una razón muy distinta. Y, cuando Dariel cierra los ojos, me doy cuenta de que he estado esperando esto demasiado tiempo. 

- Ni tú de mí -murmuro. 

La distancia entre nosotros se desvanece: sello el juramento besándolo. 

Las mejillas me arden y me tiemblan las piernas. Ya me había besado con otra gente, pero ninguno había sido Dariel. Parece que este beso es el único que importa de verdad. Noto su pecho contra el mío, y la barba incipiente de adolescente raspándome la comisura de los labios. Mis manos todavía están rodeando su cara cuando me separo. Lentamente, abro los ojos, y me separo lo poco que uno puede separarse en ese escobero (es decir, casi nada). Lo único que me queda es rezarle a la Diosa para que no haya sido un error. 

¿Por qué no me hice caso cuando me pedí a mí misma no convertir esto en algo raro?  

Me quedo mirando a Dariel, e interiormente suplico que sienta lo mismo. 

Cargando editor
30/05/2020, 18:03
Dariel Lefay

WHAT?!

Me quedo en blanco, totalmente pillado por sorpresa. Primero noto los labios de Stevie (porque no hay nadie más ahí dentro, vamos, es que no cabe, literalmente) y luego abro los ojos y efectivamente, es Stevie. Me quedo paralizado por un momento largo.

“¡¿A qué demonios ha venido eso?!”

Pero antes de que a mi cabeza le dé tiempo a responder a esa pregunta existencial, mi cuerpo se adelanta y hace su movimiento, devolverle el beso a la rubia enana. Pero el mío no es ni tímido, ni breve. Casi puedo respirar el olor de su pelo y de su rostro, de lo mucho que se pega mi cara a la suya, de lo mucho que devoro sus labios en unos escasos segundos.

Y paro bruscamente, separándome de golpe.

“¡¿Qué cojones estoy haciendo?! Esto NO ESTÁ BIEN”.

-Esto… lo siento, ha sido un…- ¿realmente voy a decir “error”? Trago saliva.

-Somos… amigos y acabas de llegar. De “allí”. Eso- miro hacia el suelo del escobero. No voy a salir huyendo. No debería. Aunque sea mi especialidad.

-Te quiero. Pero no…- vuelvo a tragar saliva –es el momento.

Hago una larga pausa, tratando de calmarme, de que no me explote la cabeza ni cierta parte de más abajo de mi anatomía.

-¿Para quién tienes que espiar? Te ayudaré. Para que no vuelvas “allí”- me ha faltado nada para que se me rompa la voz. No puedo ni pronunciar Azkaban delante de ella.

Cargando editor
30/05/2020, 18:49
Cassiopea O'Bhrendel
Sólo para el director

¡¡Mierda!! Pensaba que la época de tener problemas con lo largo de mis extremidades ya se había pasado, pero parece que incluso a mi edad todavía puedo tocar algo sin querer al pasar con el brazo. Juro que alguna vez consideré cortarme los brazos y las piernas.

 

He movido uno de los luceros del alba, y claro, eso donde estamos hace un ruido que no veas. Por suerte, como soy sensible al sonido, ya sólo eso me lleva la mano a la varita y corro a intentar desaparecerme. Es lo más disimulado que sé, aunque parece que sólo una de las rubias estaba fuera del hechizo de fascinación de Reed...

- Tiradas (1)
Cargando editor
30/05/2020, 19:31
Stevie Carson

¿Qué me esperaba de aquel beso? Sinceramente, no lo sé. Quizás hasta que se fuera; lo hubiera entendido. Pero ni en mis sueños más salvajes me comía la boca de esa manera. Sonreí de oreja a oreja. El anhelo había sido tan largo y tan grande que la emoción no me cabía en el pecho, a punto de estallar. Durante los segundos que duró, deseé quedarme en ese escobero durante los próximos tres años y que para cuando saliera sólo tuviera que preocuparme de cuándo íbamos a besarnos de nuevo y no de cómo iba a engañar al Ministerio. 

Pero Dariel se separó bruscamente, tanto que en el momento supe que se arrepentía.

Me lo quedé mirando sin saber muy bien qué decir. ¿Lo había jodido todo? Tragué saliva y me sentí una gilipollas. Me pregunté por qué había sido tan imbécil como para pensar que me querría de esa manera. Parecía que nos estábamos casando, joder; pero si no había sucedido antes... 

Me agarré al clavo ardiendo de que éramos amigos en cuanto lo dijo en alto. Asentí, cabizbaja. 

- Lo siento... -murmuré- No sé qué ha... -bufé- Sí, somos amigos. Tienes razón. Lo siento -repetí. 

Ante todo, Dariel era mi amigo. Casi mi hermano. Pero me sentía tan pequeña, tan avergonzada. Levanté la vista y nos miramos durante una eternidad. No era el momento, pero me quería. Intenté esbozar una sonrisa que se quedó en una mueca de resignación. Me consolé sabiendo que todas las promesas que nos habíamos hecho eran reales, pero aquel error (o lo que fuera que Dariel pensara que era) ya lo había empañado. El escobero se nos quedaba cada vez más y más pequeño.

- Yo... -todavía estaba desorientada- Todavía no lo sé -no sabes nada, Stevie, gilipollas-. Tiene que contactarme -expliqué-. Necesitamos hablar con Julian. Urdir un plan -dije. Los tres siempre habíamos sido mejor cuando lo hacíamos juntos-. Pero no se lo digas a tu hermano -añadí atropelladamente.

Vacilé antes de preguntarle.

- Cassia me lo ha contado -acabé por soltar, fingiendo que lo que había sucedido hacía dos minutos en realidad no había pasado nunca-. Lo que le hizo a Glackstone. ¿Es verdad, D?

 

Cargando editor
30/05/2020, 22:13
Stevie Carson

Dariel: Hago una mueca con la boca.

-No... no lo sientas- respondo finalmente.

-Todo está bien- le aseguro, aunque ni yo mismo me lo crea mucho. Pero le debo el "intento" a Levi y le prometí el silencio absoluto y es lo que pienso hacer.

-Pero alguien tuvo que sacarte de alli. ¿No te dio ningún nombre? ¿Nada? ¿Ni el de tu dealer?- vale, igual he leido demasiadas novelas muggles, no debería. Igual me están trastocando algo la mente. Enarco una ceja cuando me pide que no le diga nada a Ash. Es... raro, nunca me pareció que tuvieran problemas de trato. Y a los pocos segundos averigüo el por qué. Frunzo el ceño. 

-No es una respuesta fácil, Steve- respiro hondo y clavo la mirada en los ojos de Stevie.

-Hace un mes te habría dicho que sí. Ahora no lo tengo tan claro.

Mi semblante se torna más serio que nunca.

-Algo raro pasó esa noche, pero no tengo muy claro el qué...- respondo, finalmente, dudoso -Y Cassia debería haber cerrado la boca. Ya sabes como funcionan las cosas en nuestras familias…

Stevie: No, nada está bien. Absolutamente nada. Lo he besado y él me ha besado y cree que ha sido un error. Pero no es verdad: Dariel y yo somos más que amigos. Acaba de quedar demostrado, como que también que lo he jodido todo teniendo un nefasto don de la oportunidad. Todo pasa por algo, y esto ha pasado porque soy estúpida y tomo malas decisiones. 

-Mr Rbbit -le digo. Me cuesta pronunciarlo-. Mira, no te rías, porque se dice así. No tiene “a”-le espeto antes de que suceda, porque sé que se va a reír con mi pronunciación. Sigo cabizbaja, todavía con algo de miedo por mirarle a la cara-. Era un pijo del Ministerio. Con el bigote arreglado y el pelo rizado. Iba bien vestido pero tampoco de lujo.

Tristemente para mí todo el mundo califica para pijo a pesar de que los Carson no sean precisamente pobres de solemnidad. Gracias, papá, por haber criado lobos hambrientos. 

-¿Desde cuándo Cassia cierra la boca? -pregunto lo obvio- Entonces, ¿no lo ha hecho? -frunzo el ceño- ¿Y por qué intentan meterlo en esta mierda? -me quejo, enfurecida con que lo machaquen de esa manera.

La palabra de Dariel va delante de la de cualquiera.

Dariel: -¿Mr.Rbbit? ¿En serio?- se me escapa una carcajada por lo bajo.

-Un funcionario con sentido del humor, eso sí es raro- me burlo, porque joder, es imposible que no lo haga. Obviamente es un alias, pero tiene su punto. Mis risas se ahogan cuando vuelve el tema de mi hermano y de Cassia. Me encojo de hombros, con indiferencia y dificultad por las estrecheces.

-April estará rabiosa conmigo y lo está pagando con mi hermano.

Si, eso sale por mi boca y tampoco estoy seguro de ello. Pero la familia es la familia.

-Tampoco digo que sea inocente. Pero intenté hablar con él de ello y fue... muy raro.

Stevie: Yo tampoco estoy muy segura de ello, pero Dariel es Dariel. 

-Te cubro, sea lo que sea -le aseguro. 

Por lo menos se ha reído; eso me anima a pesar de seguir queriendo estamparme la cabeza contra la pared hasta destrozarla (no sé si mi cabeza o la pared; las dos me valen). 

-Salgamos de aquí; se nos va a acabar el aire -pongo como excusa, aunque eso ya ha pasado hace tiempo. 

Lo miro una última vez, el intento final por si recapacita. Pero no lo hace. Suspiro y abro la puerta del escobero. La paciencia nunca ha sido uno de mis puntos fuertes; supongo que tendré que aprender. 

Dariel: Me muerdo el labio inferior y me rasco la muñeca derecha. Respiro hondo y cuando Stevie apoya su mano en la puerta del escobero y la abre, la atrapo de la muñeca y tiro de ella hacia mí. La hago  girar para encararla y la beso de nuevo, de forma furtiva y rápida. Tras eso, la suelto y salgo del escobero, más calmado y sin rascarme la muñeca más.

-Vamos a buscar al Capi, entonces.

Cargando editor
31/05/2020, 16:05
Lance F. Okazaki

Un poco a regañadientes, el chico es conducido por el profesor Lippton hacia la enfermería, y es a regañadientes porque en su estado actual no se puede fiar de alguien que acaba de aparecer nuevo y desde su aparición no paran de pasar cosas raras por todos lados. Ahora mismo no podría fiarse de nadie que haya llegado después de Samhain, y aunque sabe que es una tontería no puede evitarlo, pero prefiere mil veces ser escoltado incluso por el insoportable de LeFay que por Lippton. 

Al menos él ha demostrado ser de fiar, aunque a saber cuáles eran las motivaciones de venir a buscarle, porque sospecha que son de todo menos altruistas.

Al llegar a la enfermería le tumban en una camilla y el enfermero, Marceau, le ofrece una pócima. El chico, aunque le atrae el olor a regaliz de la misma, le tuerce la cara, negándose a tomarla.
Me discurpo si se siente ofendido, ya que no por desconfiar de usted — empieza a hablar, con la voz agotada y dolorido por todos sitios — pero a partir de ahora no pienso fiarme de nada que no vea con mis propios ojos — aunque pueda ser una ilusión, pero una ilusión puede notarse. Si han envenenado una poción, no.

El enfermero hace un mohín como si estuviera pensando en algo.
Entiendo... — sin mediar mucha más palabra, agarra el vaso y le da un sorbo a la poción —. Puedo esperar todo el día si es preciso, pero no me pienso ir sin que te tomes la medicina.

Algo molesto por ese gesto, pues Lance lo último que quiere hacer es dormir y "descansar", el chico simplemente toma la poción y, articulando un "gracias" con la boca pequeña, se bebe el resto del contenido de un trago, teniendo cuidado de no poner la boca en la misma parte del vaso en la que la que el enfermero, y acto seguido cierra las cortinas.

Así al menos se quedará todo lo solo que puede quedarse en una enfermería llena de camas.

Notas de juego

Tengo permiso para mover a Sherry.

Cargando editor
31/05/2020, 19:54
Stevie Carson

Stevie: Salgo del escobero como quien vuelve al mundo real después de pasar eones en una realidad alternativa. Sigo a Dariel con la cara sonrojada y usando todas mis fuerzas para contenerme y parecer una persona normal y no reírme como una retrasada. Espero que Julian no se dé cuenta, aunque si sospecha que algo ha pasado, se le ocurrirán mil causas posibles antes que la real. La navaja de Ockham no aplica. 

Nos lanzamos miradas mientras avanzamos hacia el pasillo. Ahora parece un juego, que disimulamos en cuanto encontramos al Capi, no muy lejos de donde lo hemos dejado. Lo cojo del brazo, esperando que Dariel haga lo mismo desde el otro lado, como si fuéramos una versión perversa de Pepito Grillo.  

-Cap, tenemos que hablar -empiezo-. Y no es precisamente sobre quidditch ni por qué creo que me tendrías que dejar ser buscadora Y golpeadora a la vez-clarifico-. Pero necesitaríamos un lugar un poco más… privado. 

Alrededor nuestro no hay absolutamente nadie, pero hasta las paredes escuchan en este castillo. No me fío ni del chaval de tercero que me hacía los deberes el curso pasado. Sobre todo de ese. Lo mejor será buscar algún lugar vacío e insonorizarlo. Miro a Julian de arriba a abajo: el escobero queda descartado. 

Julian: Me había quedado como un idiota sopesando qué hacer,  y si no fuera porque le dije a Cassia que no fuera a por Werd, habría ido yo mismo. Hablar con Lance tan pronto quedaba totalmente descartado, aunque era algo que habría que hacer. Y pronto.

Es por eso que Dariel y Stevie aún me pillan por allí, y yo me pregunto cuánto tiempo ha pasado estando yo empanado. 

-Vaya, hubiera preferido ese tema sobre quidditch, la verdad: la discusión sobre por qué no puedes jugar en dos posiciones a la vez la habría zanjado rápido – intento bromear, sonriendo de lado. Ya, ya lo pillo – Está bien, busquemos otro sitio – hago un gesto con la cabeza para empezar a caminar, y miro a Dariel, tratando de adivinar qué es eso tan importante que tiene que decir Stevie. Supongo que es imposible pero las expresiones de mi amigo a menudo suelen ayudarme a prever lo que está a punto de pasar.

Dariel: Tras salir del amario tan campante y con cierto sentimiento de culpa asesinado a palazos y enterrado en un sótano oscuro dentro de mi mente, camino de vuelta al punto de partida. De vez en cuando, pillo a Stevie lanzándome miraditas. Hago ver que no ha pasado nada, PORQUE ESO ES LO QUE HA PASADO. NADA. Me pongo a tararear una canción de Iggy Pop (I wanna be your dog) hasta que encontramos a Julian.

-Por mi te puedes quedar mi puesto. Así podré vaguear en la cama el domingo- respondo a la pretensión de Stevie de recuperar su puesto en el equipo. Y de nuevo más cruce de miradas. Esta vez de Julian. Solo hago un gesto afirmativo con la cabeza y les sigo.

Stevie: - Eres un puto perezoso -le recrimino, sacando mi vena hooligan del quidditch-. Si igualmente siempre llegas tarde. Te voy a sacar a batazos el domingo que viene. 

Todo vuelve a la normalidad.

Julian parece conocer el sitio perfecto para nuestra misteriosa reunión, y nos guía por el castillo escaleras arriba. Él dice que es para salir de las mazmorras, pero yo creo que es para torturarnos: su escondite secreto está en el séptimo piso. Hasta nos da tiempo de intentar hacer carreras escaleras arriba. Al llegar pasamos por delante del tapiz de Bárnabas el Chiflado, que siempre me ha parecido un poco siniestro. 

-¿Cuánto falta? -le pregunto al Capi.

Volvemos a pasar por el tapiz de Bárnabas el Chiflado.

-Oye Capi, ya hemos pasado por aquí. ¿Te has perdido?

A la tercera vez que veo la cara de Bárnabas el Chiflado, Julian se dirige a una puerta en la que no había reparado con anterioridad. 

Julian: La Sala de los Menesteres muestra una especie de sala de estar, nada exultante. No he querido ser demasiado específico porque esto será otra de esas conversaciones como con las chicas anoche, pero sin las chicas; y estando Stevie, Dariel y yo, necesitamos poco más que unos sillones, una mesa y una ventana por donde entra algo de luz, que nos vamos a quedar pálidos de tanto andar “entre las sombras”. 

-Pacieeeencia – le digo a Stevie con media sonrisa una vez estamos dentro los tres y cierro la puerta tras de mi - ¿Y bien? Te diría que no me dieras más malas noticias pero no suele haber tanto secretismo para las buenas así que… - miro a mi colega también -  ¿Qué pasa ahora?

Dariel: -¿Tú y cuantos?- respondo a la "amenaza" de Stevie de correrme a batazos. Pico a la rubia a una carrera, escaleras arriba. Casi morimos en el intento. Tengo que salir más a correr.

-Las Damas primero- y le cedo el paso a Julian, por supuesto. Una vez en el interior me dejo caer en uno de los sillones, repantigándome. Al menos aquí "corre" el aire.

-Haz los honores, Enana- le lanzo una mirada y un beso al aire, burlonamente. Sonrío torcidamente.

Stevie: Le doy un puñetazo en el brazo a Dariel. 

-Al Capi se le respeta -le recuerdo, pero no puedo evitar echarme a reír. 

Al entrar, observo la sala con detenimiento. No la había visto nunca, o quizás no la recordaba. Salidas: únicamente la puerta; la ventana queda descartada estando en el séptimo piso. Me siento en una de las butacas y me inclino hacia delante, entrelazando las manos: llega la hora de la verdad. Julian es la única figura de autoridad en esta escuela a la que respeto y valoro, así que esto no va a ser precisamente fácil. 

-Jules, he hecho cosas de las que no te sentirías orgulloso -suspiro-. Y hay lugares a los que no quiero volver. 

Trago saliva. La verdad se me atraganta en la garganta. Creía que sería más fácil después de contárselo a Dariel, pero no. Ni por asomo. Miro a Dar buscando apoyo, con los labios fruncidos. No dejo de toquetearme las manos y estirarme la piel de alrededor de las uñas, nerviosa. 

-Cuando acabó la guerra, nos dieron caza a mi padre y a mí -explico-. Me metieron en Azkaban -cada vez se me quiebra más la voz, pero no voy a llorar. Esta vez no. No delante del Capitán-. Me han sacado esta mañana con una condición: volver aquí para que os espíe. 

Julian: Ya sabía que no iban a ser buenas noticias así que más o menos estaba preparado. Bueno, quizás no tanto, porque me quedo mirando a Stevie entre sorprendido y horrorizado por lo de Azkaban. Lo otro, lo de que la mandan para vigilarnos, es sólo otro troll más en nuestro camino (como si ya hubiera pocos).

-Nos lo estás contando así que no creo que esa sea tu intención verdadera: espiarnos – le respondo con una tranquilidad de la que realmente carezco, y me acerco a ella para poner una mano en su hombro y apretárselo un momento porque claro que me he dado cuenta de que se le quebraba la voz al hablar. Después miro a Dariel – Las cosas se ponen peores por momentos, ¿verdad? – murmuro porque tampoco sé qué decir al respecto, al menos de primeras.

Dariel: Hago una mueca de dolor por el puñetazo y le lanzo una mirada a Stevie y afirmo con ña cabeza, cuando busca mi apoyo. Mantengo la calma externamente, como la superficie del lago de la escuela. Dejo que pase lo que tiene que pasar, que mi enana reciba el apoyo y aprobación de Jules, como debe ser. 

-Y peor se van a poner...- respondo en voz baja.

-Que alguien crea que una panda de niñatos como nosotros deben ser espiados, investigarnos e invertir tiempo y dinero para liberar a Carson, para crear una puerta hasta nosotros... No es buena señal. Quiere decir que la cosa está escalando y debemos movernos más deprisa- digo, muy serio. Me abstengo de hacer algo que querría hacer, pero no son las condiciones apropiadas.

Stevie: La mano de Julian sobre mi hombro me tranquiliza. Sin embargo, al escucharlos hablar, frunzo el ceño. 

-¿Escalando? -pregunto- ¿En qué mierda os habéis metido? 

No sé qué han hecho mientras no estaba pero seguro que nada bueno. Parece que el abuelo Hayward tiene razón cuando dice que sólo un Carson sabe limpiar bien los trapos sucios. 

-El dealer del Ministerio todavía no me ha contactado, pero creía que era para conseguir información de vuestras familias, no de vosotros en particular -los miro, esperando a que me den explicaciones de qué es lo que ha pasado-. ¿Moveros más deprisa para qué? 

Esto es más oscuro y extraño de lo que podría parecer en un primer momento. 

-Van a querer un sacrificio de sangre -informo, refiriéndome a que tendré que darles alguna información real para que se traguen el resto de mierda-, así que tenéis que decirme qué está pasando para saber qué es lo que puedo decirles. 

Son mis mejores amigos y no voy a traicionarlos, pero otra cosa es que ellos se lo crean. Suspiro. 

-No quiero volver a “allí", pero si eso significa ser una rata… que me lleven -aseguro, aunque la simple mención del lugar me aterroriza-. Si queréis que os lo jure… -saco la varita, dispuesta a sellar el contrato si hace falta. 

Julian: Miro a Dariel ante las palabras de Stevie. No estoy en condiciones para tomar según qué decisiones: hace días que no pienso con claridad. 

-Si te lo contamos todo, tendrás una información en tu cabeza a la que podrán acceder de alguna manera – concluyo, aunque me noto agotado física y mentalmente. Camino un poco por la sala, porque también sé, que si tengo que volver a mencionar lo que me está pasando, voy a explotar.

Dariel: Me quedo pensativo un momento.

-La enana- mi enana -No hablará. Antes se volaría la cabeza que dejar que nos atrapen. Yo confío en tí, Steve.

Clavo mi mirada acero azul en Stevie y sonrío levemente.

Stevie: Le devuelvo la sonrisa a Dariel y me dan ganas de chocarle las cinco, pero el momento es intenso y estamos hablando de cosas serias. 

-Pero tiene razón el Capi -le digo a Dariel-. Aunque yo no dijera nada, si saben legeremancia… 

¿Por qué mi padre me enseñó a usar un puto cuchillo de mil formas y no oclumancia? Gracias de nuevo, papá. 

-Enséñame -me giro hacia Julian-. Tú sabes oclumancia. Sabes que aprendo rápido si me lo enseñas tú. Tendréis que decirme exactamente qué es lo que puedo contarle al dealer, y una vez pueda protegerme como es debido, podremos conseguir información jugando a dos bandas. 

Julian: - Yo también confío en ella pero… - y justo lo menciona Stevie: la legeremancia. Aunque lo que dice después, lo de enseñarle oclumancia, me pilla un poco a contrapié.

-No es tan fácil, Stevie – si lo sabré yo, que mi padre me enseñó a hostias – Y no sé si sabría enseñarte… No estoy en mi mejor momento – confieso – Aunque supongo que no tenemos elección, ¿no? – trago saliva.        

Dariel: Miro a uno y a otro. La verdad es que alguna vez me lo habia planteado, lo de aprender esas mierdas mentales, pero siempre lo desechaba por motivos evidentes, no quería "pedirle" que me enseñara, no a él.

-No, no tenemos elección. Pero, ¿te ves capaz de hacerlo?- le pregunto a Julian. Aunque dada la situación, no sé si es buena idea que abramos nuestras mentes a él, porque lo que sepa Jules, bueno, lo sabrá el otro, ¿no? Y eso es malo.

-¿Sabes legeremancia? Para comprobar que nos funciona...- sí, me incluyo en la clase, sin más.

Julian: - Puedo enseñaros la teoría pero la práctica… - niego – No sé legeremancia. Y ahora mismo creo que no caigo en quien podría tener y que pudiera ayudarnos.

Stevie: -Yo no puedo pedirle ayuda al viejo Hayward -chasqueo la lengua-. El puto Mr Rbbit se enteraría -me quejo, y miro a Julian-. No te rías tú también que se dice así, y me cuesta pronunciarlo. 

Dariel: Me quedo callado un rato, tratando de tomar una decisión muy díficil, la más para mí. Respiro hondo y decido que debo cumplir con mi promesa dada, cueste lo que cueste. Además, es el único modo de proteger a Stevie y evitar que vuelva "allí".

-Yo sí conozco a alguien que sabe ambas.

Trago saliva y me incorporo en el sillón.

-Pero no os va a gustar.

Julian: -¿Quién? - pregunto directamente a Dariel, impaciente porque no haya dicho directamente a quién se refiere.

Dariel: Vuelvo a respirar de forma profunda, tratando de calmar mi mente. Me repito mentalmente el mantra de "no puedevolveralli" un millón de veces.

-Mi padre. Él enseñó a Ash y lo intentó conmigo, pero yo siempre... pasé del tema. Pero ya os digo que no es un proceso bonito.

Stevie: Sé que a Dariel no le hace ni puta gracia tener que acudir a su padre, pero a mí me supone un alivio enorme que sea un LeFay al que tengamos que pedirle ayuda. Su padre no nos echará a los lobos.

-No me queda otra -acepto mi destino-. ¿Estáis dentro? -les tiendo la mano para que pongan la suya encima, como antes de cada partido. 

Julian: Alzo las cejas. Ahora es más decisión de Stevie que mía: es ella la que tendrá que dejarse indagar los recuerdos por el señor Lefay. Parece convencida, y supongo que eso me alivia porque eso sugiere que de verdad está con nosotros.

-Está bien...  - pongo mi mano sobre la suya y espero a Dariel.

Dariel: Hago una mueca con la boca. Diosa, de verdad voy a tener que pedirle eso al viejo. Me da terror. Suspiro, resignado. Acerco mi mano a la de Stevie. Me parece un gesto idiota y absurdo que nunca entendí porque lo hacían, pero si alguien debía hacerlo en primer lugar, ese soy yo.

-Esto es idiota, lo sabeis, ¿no?- protesto y pongo la mano, bufando, falsamente exasperado.

Cargando editor
04/06/2020, 20:17
Felicity Bowie

[La SuperAgente 86 Cassia]

Cassia, rauda e inteligente, consigue hacerse una con el entorno. Siente en su cabeza la sensación de haberse estampado un huevo y la magia, como liquido denso, va derramándose de arriba debajo de su cuerpo, mimetizándola con la sala de las Morning Stars a la perfección.

Aunque Felicity se gira al oír el sonido metálico de la amplia colección de Estrellas del Alba, cuando se encara a la fuente del ruido, sólo ve aire, piedra y metal. No ve nada fuera de sitio, más allá de un arma balanceándose levemente, como si una brisa la hubiera alcanzado y cual pluma de ganso, se meciera bajo su canción. Parpadea, extrañada, pero al ver que no hay nada, se da la vuelta. Al ver que su hermana se está escabullendo con el rubio nórdico, maldice por lo bajo y camina a toda prisa para alcanzarle, dejando a Cassia, sola y camuflada cual camaleón.

- Tiradas (1)
Cargando editor
04/06/2020, 20:27
Cronista anónima

[April en la Lechucería, más sorda que una tapia y ciega como un topo]

Mientras se pelea con las lechuzas y sus defecaciones, oye unas voces a lo lejos, pero no entiende nada de lo que dicen. Cuando ésta sale, ve como Bash y el buenorro de Ryan están hablando de algo, pero no sabe de qué. A la que pisa el primero escalón de bajada de la pajarería, los dos jóvenes leones se marchan, sin prestar atención alguna a la pequeña serpiente.

Cargando editor
05/06/2020, 12:21
Sigma Ward

- No es sólo que corra peligro, es que tenemos que averiguar qué es eso que tanto andan buscando que posee Lance - respondo a las palabras de Mack una vez nos hemos alejado junto a Nissa - Con todo esto, ni siquiera he podido hablar con él sobre mi visión respecto a su padre. Y sinceramente, creo que ha llegado un punto en el que todos, de alguna manera, corremos peligro - suspiro - Vamos a tantear lo de entrar a verle a la Enfermería y si no, alguna tendrá que fingir estar mala o llevarse un puñetazo de otra en la nariz - río entre dientes - para tener acceso.

Dicho esto, camino, tirando ahora yo de ellas para salir de la zona de las mazmorras: qué agobio, ¿cómo pueden los Sly vivir aquí sin acabar chiflados? Oh, espera... Muchos de ellos sí que lo están, y eso lo justifica todo.

Cargando editor
05/06/2020, 18:41
Cassiopea O'Bhrendel
Sólo para el director

[Pantera Irlandesa en Misión Pelig-rosa]

Me quedo tan tensa, esperando que la rubia se de cuenta de que algo no acaba de camuflarse bien con el fondo del pasillo, que me empieza a comer la paranoia: ¿se ha dado cuenta y no dice nada? ¿Va a dejar que les siga hasta meterme en una trampa sin escapatoria? Por la cara que pone me parece que no me ha visto de verdad... ¿Sigo?

Mira, ya he llegado aquí. Ya estoy desilusionada, y necesito saber qué se traman esos tres que OJALÁ sea un trío. Puedo vivir con eso en la cabeza, aunque necesite un trago de lejía mental después. Espero un poco a que corra para alcanzarles y luego voy yo, esta vez más consciente de los luceros del alba que cuelgan en las paredes.

- Tiradas (1)
Cargando editor
05/06/2020, 21:07
Master 1
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

  • Tirada tipo de pillada:

Pares: inofensiva

Nones: no-inofensiva

  • Quien les pilla:

1: Uno de los mellizos Maddox

2: Bash

3: Werd

4: Akio

5: Uno de los PJGs

6: Ashley

Cargando editor
05/06/2020, 23:15
Stevie Carson

DARIEL + STEVIE

Sobre vuelos en escoba y calentones interrumpidos 

Dariel: Tras hacer aquella parida de juntar las manos y remolonear en aquella sala (e intentar obligar a Julian a contarnos lo de aquella sala misteriosa, con escaso exito), acabamos teniendo que irnos.

-Necesito salir afuera- bostezo -Estar aquí dentro tantas horas me pudre por dentro. Estoy seguro de ello. 

Salgo de la sala con intención de salir a correr o algo así, antes de la comida (porque después sería problemático, no nos engañemos).

-Ei enana, ¿qué vas a hacer tú?

[...]

Dariel: WHAT??! Pongo cara de incredulidad y de dolor (por mis huevos apretados). Lanzo una mirada de fastidio a Stevie y otra de cabreo a Bash. No tengo nada en contra del Gryffindor, pero ahora mismo me estoy acordando de toda su Casa al completo. Me levanto del suelo como buenamente puedo, con la tienda a plena vista pero con orgullo y descaro. No pienso perder más dignidad de la imprescindible.

-Está bien... Nos vemos luego- vuelvo a lanzarle una mirada perforante a Bash. Recojo mi tunica y llamo a mi escoba con un accio. Me marcho del lago con mi cabreo y mi dolor de huevos. Necesito una ducha bieeeeen larga ya.

Cargando editor
06/06/2020, 00:02
Stevie Carson

Bash + Stevie

Orilla del lago

Bash: El chico se cruza de brazos mientras observa como recoge los bartulos el cachorro Lefay. Cuando Dariel le lanza esa ultima mirada feroz, Bash le lanza un beso amoroso al aire y un guiño de ojo pícaro. Cuando ya está lejos (y tras observar su culo todo el camino), se gira hacia Stevie.

-Mandragora. En serio? Que pretendes, hundir mi reputación?- le lanza una mirada de reproche indiferente.

-A qué maniaco se le ha ocurrido mandarme a la Bestia...- se lamenta en voz baja.

-Bueno, "bonita"- enarca una ceja, escéptica todavía con lo que ha visto -Hablemos. ¿Como has conseguido... eso? Digo, hablemos de negocios pendientes…

Stevie: Cuando Bash me mira, mi cara grita “homicidio inminente”. 

-He destrozado a gente por mucho menos que esto -gruño, cogiendo la túnica del suelo y lanzando un último vistazo a Dariel-. Ha sido cruel joderme el polvo. Cruel -repito-. Está muy feo esto. ¿Cómo os crían, a los Gryffindor? ¿Como animales?

Curioso que lo diga yo que he estado a punto de montármelo al aire libre como un perro. Empiezo a notar el frío del Noviembre escocés. Me pongo la túnica sobre los hombros, aunque poco apaño hará estando mojada. 

-¿El bonita te lo metes tú por el culo o me lo dejas a mí? -bufo- Venga, cántame lo que te hayan pedido que me digas. Con suerte todavía puedo alcanzar a D. 

Bash: Se le escapa una carcajada por lo bajo.

- Y ahí esta la Bestia que todos "queremos" y "adoramos"...- comenta en tono cínico.

- Cariño, no dudo que creas que te he jodido el polvo, pero pronto verás que te he hecho un inmenso favor. No eres la única que intenta meterse en esos pantalones. Y una vez termine, escupirá tus huesos, justo como a los demás. Aunque reconozco que hay peores maneras de morir...- sonríe torcida y lascivamente.

-Oh. No me tomes por uno de esos alumnos tontitos de 3r curso que se dejan mangonear. Comprobarás que soy bastante más difícil de... "digerir"...- dibuja una sonrisa burlona en sus labios finos y perfectos.

Stevie: Fuerzo una sonrisa que se queda en mueca cuando básicamente se identifica como miembro de mi club de fans. Sin embargo, su comentario sobre no ser la única se lleva mi atención. 

-Nunca he sido la única -le informo. Probablemente nunca lo sería. Tampoco me importaba demasiado; conocía demasiado bien a Dariel como para ser consciente de qué pretensiones eran reales y cuáles no-. ¿Quién más está en la lista de espera? -pregunto. 

Bash: Se queda mirando a Stevie, casi como si estuviera saboreando el momento.

-¿Chica o chico?- sonríe complacido y con cara de mira, bonita, soy demasiado fabulosa para esto.

-Pero no he venido a informarte. Más bien al revés. Mira qué suerte tengo- dice esto último con indiferencia -me ha tocado ser la persona a quien tienes que conseguirle y contarle dirty little secrets. Si no cumples con tu cuota de información, ya sabes, de vuelta al "convento" que tú y yo sabemos.

Stevie: ¿Se cree que me voy a cabrear porque Dariel se esté tirando a algún tío? En fin. No sé si Bash es fabulosa, pero un poco gilipollas seguro que sí. 

Me acerco a él, seria, sobrepasando su espacio personal. Me lo quedo mirando, muy cerca. 

-A lo mejor si no me hubieras interrumpido me tendrían más confianza -le digo, casi en un susurro, para que se esfuerce en escucharme-. Escucha, no me caes mal. No quiero tener que colarme en la torre de Gryffindor para darte un besito de despedida antes de volverme a la roca -sonrío-. Así que necesito un poco de cancha. Somos desconfiados y herméticos. Por ahora lo único que me han contado es que les han quitado el whisky y el tabaco, y si sigues apareciendo, de poco más me enteraré. 

Bash: Enarca una ceja y sonríe levemente. No se mueve ni un apice de su sitio ni deja que Stevie la intimide con su cercania repentina.

-Perfecto. Veo que has captado el mensaje. Mi trabajo hoy ha terminado contigo. Nos veremos pronto- dice con suma calma y firmeza en la voz, como si no tuviera mayor importancia la amenaza nada velada de la pequeña Slytherin.

-Pero la próxima vez, no me obligues a irte a buscar o haré algo más que fastidiarte un revolcón con quien sea. No creas los rumores de que los Gryffindor rugen mucho y muerden poco - sonríe fríamente y hace ademán de darse media vuelta.

-Disfruta de tu primera comida decente. Yo de tí me secaria esa ropa, no nos conviene que te pongas enferma y más si te quieres cepillar a Principe de las Tinieblas. Los estornudos y los mocos no son sexies.

Camina un par de pasos, alejándose de Stevie y sin darse la vuelta dice:

-Ah. Y bienvenida de nuevo a Hogwarts. Las cosas han cambiado desde que te "fuiste". Ya te darás cuenta.

Stevie: Puto Bash. Puta Bash. Lo que sea Bash. En cuanto se gira, levanto el dedo corazón de ambas manos mientras vocalizo un “que te jodan” mudo pero lento, con mucho sentimiento. Que te jodan, Bash. Que te jodan mucho. 

Tras de unos cuantos minutos cagándome en ella mientras se aleja, me resigno y me seco con un golpe de varita, suspiro lastimero incluido. Miro hacia el camino, y pienso que a lo mejor Dariel se la está cascando por el camino, y echo a correr en su busca. No sé si podremos seguir donde lo hemos dejado, pero por lo menos no tendré que ir sola toda la marcha hacia Hogwarts.