Partida Rol por web

Tras lanzar los rayos que había enviado a Eugenia, ésta decidió contraatacar logrando que el cuerpo del metalero aumentara muchísimo de peso. Sus huesos no fueron capaces de aguantarlo y terminó por quedar pegado al suelo sin poder moverse.

Carla se vio asediada por los golpes de su homóloga y también por los rayos de AJ. No fue capaz de soportar los dos ataques. Por un lado la mujer estaba golpeándole con su puño americano y con un escudo de madera que acababa de crear. Mientras que AJ lanzaba un montón de rayos que le quemaron la espalda. Provocando que la ilusión que era ella se desvaneciese al momento.

Una copia menos, quedaban cinco.

Ulises se puso en pie. Había logrado recuperarse del quemazón causado. Así que podría aprovechar para volver a proteger a una de sus aliadas.

¡Estate quieta! Gritó Nerea a Rebeca. ¡Eso no va a salir bien! Los temblores que empezó a crear Rebeca hicieron que toda la sala empezase a moverse. Cascotes del techo empezaron a desprenderse y todo el mundo cayó al suelo. El primer cascote cayó precisamente sobre Nerea que la dejó inconsciente. La copia se desvaneció al instante.

Una copia menos quedaban cuatro.

Rebeca puso las manos en el suelo ahora que había logrado zafarse del ataque de Eugenia. Debía contener la vibración que acababa de crear su homóloga o todo podría irse al garete. Fue entonces cuando una viga del techo cayó también encima de Ulises dejándole totalmente inconsciente.

Por suerte, el muchacho era capaz de regenerarse, pero de no haber tenido esa capacidad hubiera muerto al instante. 

¡Estate quieta! ¡No sabes usar tu poder o qué! Le espetó la homóloga de los terremotos.

Eugenia empezó a ver como cada vez eran menos. Ya solo quedaban cuatro de las copias que el Ilusionista había creado y no podía dejar que todo eso siguiese así. Suspiró hondo, agarró su bate y lo lanzó contra Carla. La muchacha logró pararlo con su escudo, pero éste se hizo pedazos y algunas de las astillas se clavaron en su cuerpo.

Carla una atravesándole el lateral izquierdo de su cuerpo. Era un fragmento de madera demasiado afilado y se le había clavado haciendo que empezase a sangrar con gran velocidad.

Entonces recordaron que Chamán aún tendría que seguir por allí. Quizá él pudiese curarle, pero ¿dónde se había metido?

AJ respiró aliviado al ver cómo las copias de Carla y Nerea desaparecían, provocando que aquello fuese un enfrentamiento entre seis y cuatro. De los restantes, el heavy consideró que los más peligrosos eran Rebeca y su yo maligno y, en menor medida, Eugenia.

Sin embargo, mientras daba vueltas a quien atacar, recordó la visión que Nerea había tenido en la sala en la que Carla vio a sus padres. En aquella visión, Rebeca y él se enfrentaban, provocando que el edificio entero se desmoronara sobre ellos. No. No podía ser él quien se enfrentase a la copia de Rebeca, pues corría el riesgo de que aquella visión se convirtiese en una realidad. Y tampoco creía conveniente enfrentarse a una copia de sí mismo, pues era posible que las descargas eléctricas no debilitase a su copia, sino que la hiciesen más poderosa. Eugenia era la mejor opción, por lo que el metalero se enfocó en intentar arrojar dos rayos por sus ojos para intentar acabar con la copia de su compañera.

-¡Vamos! ¡Entre varios la derrotaremos! -apremió el muchacho a sus compañeros para que atacasen a la Evil Eugenia.

Eugenia, a pesar del dolor que aún recorría todo su cuerpo, consiguió concentrarse en presionar el cuerpo del falso greñudo contra el suelo. Había visto desparecer a algunos de los dobles malignos al ser presionados con saña, puede que hubiese sido demasiado blanda con su rival, y el olor a torrezno que todavía emanaba no hacía que ese pensamiento fuese fácil de capear. Siguió enfocando sus manos en le suelo, como representando el peso que hacía sobre aquel pelele, mientras trataba de acercarse paso a paso hacia él, tratando de ver si era capaz de reventarlo o descoyuntarlo, pero lo más seguro es que desapareciese como el resto. Los cascotes que caían a su alrededor le hacían pensar en usar su poder para tratar de hacer un domo por encima de sus compañeros para tratar de hacer flotar aquellos escombros pero su odio desaforado por aquel A.J. que había puesto su integridad en la balanza no le permitía pensar en medidas defensivas en aquel momento.

Le entró siete escalofríos seguidos cuando escuchó lo que AJ le propuso cortarle la cabeza a su “yo” maligno. No quería ver ese espectáculo y si seguía flotando en el aire como un globo tendría esa pequeña ventaja. Continuó luchando por recuperar la estabilidad, tenía que conseguirlo para hacer algo útil, o al menos intentarlo. Pero de todos modos parecía que sus compañeros estaban controlando la situación, como si de pronto se sincronizaran a la perfección poco a poco, tal como sus copias hacían.

Pues nada, se le ocurrió la idea (quizás tonta, quizás no), de flotar y “nadar” en el aire para intentar alcanzar a la Rebeca malvada, y pasar sus brazos por por debajo de las axilas y levantar su cuerpo por si aun así seguían flotando los dos. Y en el peor de los casos, si el peso de dos lo dejaba pisando tierra firme, continuaría con el agarre, lo que importaba era que la chica no volviera a hacer temblar el suelo.

Aquel bate, no parecía un bate, parecía un camión, peso pensó Carla, afortunadamente, su intención fue desviarlo un poco y no pararlo, porque aquel golpe hubiera roto también su brazo. Aun así no se libro de daños, varios trozos de madera le hicieron pequeños Cortes, pero hubo uno que se clavo, si no lo hubiera tocado tal vez la herida no hubiera sido tan grave, pero al quitárselo la herida comenzo a sangrar más.

Carla se alejó como pudo de la acción, llegando junto a Nerea, se le había ocurrido una cosa, y si se desmallaba necesitaría ayuda. Carla trato de concentrarse y crear un atizafor para el fuego, de los que se usan para mover los troncos en llamas de la hogueras. Buscando en sus recuerdos y debido a la pérdida de sangre empezó a divagar ligeramente recordando aquellas vacaciones en la nieve, junto a la chimenea, calentando el Atizafor todo lo que podía y metiendolo después en la nieve para ver como esta se evaporada de golpe. Necesitaba aquel hierro ardiente, tenía que parar la hemorragia, y era lo único que se le ocurría.

Nerea se había situado en un extremo de toda aquella trifulca para no estorbar a sus compañeros, estaba agachada cuando vio como Carla caminaba hacia ella con una mancha de sangre en la ropa, la cual crecía a cada paso que daba. Sus ojos se abrieron súbitamente mientras se levantaba para ayudar a Carla, ayudándola a colocarse junto a la pared.

Las manos de Nerea empezaron a levantar con cuidado la parte baja de la camiseta de Carla para dejar al descubierto la herida en la parte izquierda del abdomen. Sus ojos se abrieron ligeramente más y se mordió el labio inferior. Ni que decir tenia que no tenía para nada buena pinta. Aunque la astilla que había provocado la herida ya no estaba, podían verse pequeñas astillas alrededor de la herida.- Necesitamos a Chaman.-Pronunció mientras miraba la herida. Durante un segundo se movió para volver a la salida, pero entonces recordó que la cuerda por la que habían bajado ya no estaba y se volvió hacia Carla, mirando a su compañera sin saber qué hacer.

Ulises se estaba recuperando de la herida en la cabeza cuando vio como AJ lanzaba unos poderosos rayos eléctricos por los ojos para impactar a Eugenia. Pero alguien se puso en medio y no lo logró. Esos segundos de tiempo fue los que necesitó para eliminar la gravedad del cuerpo de Ulises y estamparlo contra el suelo.

El joven se abrió la cabeza contra una de las piedras que habían caído del techo y empezó a sangrar. Aquel impacto podría haber sido mortal de no tener aquel poder de regeneración tan útil.

El muchacho vio como AJ lanzaba sus rayos oculares y se puso en medio recibiendo el fuerte quemazón. Su ropa se desgarró y un fuerte olor a quemado impregnó la sala. Ulises aún seguía vivo, la copia no se había desvanecido, pero ahora necesitaría algo más de tiempo para poder sanarse de aquel impacto. 

Era hora de contraatacar si querían acabar con las ilusiones, pues mientras Ulises siguiese en pie, siempre habría alguien al que podría proteger.

Eugenia seguía aplastando el cuerpo de AJ contra el suelo. Aquello no era suficiente aún para hacer desvanecer a la ilusión, pero al menos sí que lo era para evitar que siguiera causando daño.

Contenido el temblor que causó su homóloga, Rebeca decidió pegar un puñetazo al suelo provocando una enorme grieta que se dirigió a los pies de Eugenia. La muchacha cayó por el agujero causado, haciendo que perdiese la concentración y dejando libre de nuevo a AJ. 

La chica del bate había caído en lo que parecía ser una zanja, aquello le había distraído y ahora tendría que salir de ahí.

Mientras tanto, Carla solo logró crear el palo de una fregona. Estaba muy herida y no era capaz de mantener la concentración suficiente para crear el objeto que necesitaba, que por otra parte parecía demasiado arriesgado. Quizá su propio subsconsciente había sido el que no le había dejado crear algo así.

Nerea por su parte, lo único que hacía era apretar la herida confiando en que Carla no se desangrase allí mismo. Chamán se había quedado más atrás con María y con Javier, les estaba protegiendo. Pero, ¡ahora eran ellos los que necesitaban ayuda!

Nerea mantuvo sus manos en el abdomen de la joven, intentando inútilmente mantener la herida cerrada. Fue entonces cuando en manos de su compañera se creó una…¿Fregona? Nerea la miro confusa, sin tener muy claro que quería hacer desvió su atención intentando achacarlo a que, probablemente, la mente de la joven divagaba haciéndole crear objetos.

Siguió intentando mantener cerrada la herida pero sabía que aquello no tenía futuro. Necesitaban a Chaman y no podía ir a buscarlo. Fue entonces cuando lo recordó, los dispositivos de comunicación que les habían dado. El suyo había acabado chamuscado tras recibir la descarga de Aj, pero Carla todavía debería llevar el suyo.

Nerea movió su mano ensangrentada al oído de su compañera buscando el aparato. Cuando con encontró no dudo en usarlo.- ¡Chaman! ¿Me escuchas? Carla está herida, bajamos por una especie de agujero en la sala oscura y hay ilusiones de nosotros mismos combatiéndonos. Carla ha salido herida, se esta desangrando, si me escuchas, por favor, ven…- Pidió la joven rezando por que su compañero les escuchase desde el otro lado de aquel dispositivo.

La poca concentración que ya tenía, se había ido completamente al carajo al ver las consecuencias que estaba provocando. Separó las manos del suelo enfadada.

- ¡Pues claro que no sé! -contestó airada a aquel reproche de su copia- ¿Y de quién es la culpa de que deba usarlos sin saber? Mía ya te digo yo que no.

Entonces todo se empezó a complicar, Carla resultó gravemente herida y Nerea estaba intentando ayudarla; el golpe sordo hizo que se girase para ver como la cabeza de Ulises impactaba en un cascote.

<< ¿¡Pero qué locura es esta!? >> Por más que lo intentase, Rebeca no lograba entender el por qué de la situación, por qué aquellas supuestas ilusiones eran tan dañinas, tampoco por qué parecía que su igual sabía manejar más que ella su poder, ni siquiera visualizaba un final exitoso de todo aquello, se estaba empezando a bloquear. Entonces vio desaparecer a Eugenia a través de la brecha que había creado su igual y aquello fue lo que la puso de nuevo en marcha. Se lanzó hacia al el borde instintivamente y con cierta desesperación, con intención (tal vez en vano) de ayudar a la Eugenia verdadera.

AJ observó que Carla estaba herida, puede que incluso de gravedad. Necesitaban acabar cuanto antes con las cuatro copias, y el heavy ya había visto que si no se quitaban de en medio rápidamente a la copia de Ulises, esta continuaría ejerciendo como escudo protector de sus compañeros e impidiendo que pudieran desaparecer.

-¡Hay que acabar primero con ese! ¡Vamos, ya los superamos en número!

El heavy trató de arengar a sus compañeros, sabiendo que ahora más que nunca tenían que poner todo su empeño en destruir a las copias. Estas habían conseguido herir a Carla, una de las metahumanas del grupo con los poderes más útiles en combate. Si continuaban combatiendo sin centrarse en derrotar entre todos una copia cada vez, pronto perderían esa ventaja numérica de la que ahora disponían.

Antonio apuntó con sus ojos directamente al Ulises que tenía el pecho quemado y volvió a intentar a arrojarle unos rayos eléctricos por sus ojos.

Eugenia notó el mundo resquebrajarse bajo sus pies por efecto de aquellas jodidas vibraciones, y al igual que en aquella mierda de concurso televisivo que había visto de refilón alguna vez, ella, como los perdedores, sintió la descarga de adrenalina provocada por el susto de verse caer hacia las entrañas de la tierra. Las sombras de los cascotes a su alrededor la engulleron de un bocado, estaba distraída y este podía ser su puto final. Apretó los dientes hasta casi sangrar y trató de impulsarse hacia arriba, rezando para no abrirse la cabeza contra algún cascote... Claro que... ¿No era esto una ilusión?

Dudaba entre planear hasta hacer pie en algo o ascender, lo segundo le parecía casi como claudicar ante el ilusionista, pero optó por obedecer a la extraña lógica del momento, tratando de ver si podía volver a aquella gente con la que había descendido a aquel infierno...