Partida Rol por web

- ¿Qué pasa con ese tal Victor? ¿También necesita que le den una lección de estilo? - le dije con sorna a Johnny mientras salía de la habitación.

La verdad es que por su forma de comportarse con la sylvain le habría dado otro puñetazo en la cara para que empezara a aprender maneras, pero dudaba que eso fuera a funcionar con él. Un puñetazo en la cara de ese tal Victor, por otro lado, probablemente sería más efectivo. Por un momento Michael me dio lástima, pues no parecía estar con las compañías adecuadas para él.

- No te fíes de las complexiones para identificar estilos, podrías llevarte malas pasadas - dije finalmente estirando los brazos mientras terminaba de comer -. Gracias - le dije de nuevo a la sylvain que aun no se había presentado -. Por cierto, ¿tú eres...?

Una vez resuelta la duda de la identidad volví a prestarle atención a Demetrio. No estaba muy segura de que hacer, pues me seguía recordando a Kansas, pero por otro lado parecía estar demasiado centrado en el combate como para tratarse de algún miembro infiltrado de la Casa del Sol Naciente. Además, con el respaldo de un club entero de luchadores me ganaría aun mejor protección.

- Venga, va, me apunto. ¿Se necesita hacer algo para esto?

Después de sonrojarme durante un momento a causa del comentario del ruido que había hecho mi estomago niego con la cabeza antes de responder.- No, no comí. Cuando inicio el receso llame a Remiel para que viniera pero parecía… distraída y no conseguía ubicar donde estaba. Me asuste bastante al haber visto antes de las clases a un inquisidor y vine corriendo hacia donde estaba… es decir, aquí.- Digo explicándome mientras sirve los emparedados.- Creo que me deje la comida en clase por las prisas.- Explico agradecida mientras tomo uno de los tentempiés que ofrece.

Cuando acepta venir a casa mis ojos brillan durante un momento. Nunca había hecho una pijamada, seguro que era divertido.-Eso puede estar genial, si quieres puedo decirle a Nerine y hacer noche de chicas.- Respondo ya pensando en los planes.- También hay una chica nueva en mi clase que casualmente esta en el mismo bloque de apartamentos, podría invitarla para que conozca gente nueva.- Digo pensando en Keira. ¿Debería invitar a Sita también?. –Ah, pero comparto piso con mi primo, si esta el no será lo mismo…- Comento mientras me llevo la mano cerrada a la barbilla y me muerdo el labio inferior ligeramente mientras pienso como conseguir que no este durante una noche.

Je.- Una pequeña risa se escucha cerca mía. Remiel que en cuanto habían sacado los emparedados ya habia dejado de estar obnubilada con el dibujo me miraba con cara divertida.- Quien te ha visto y quien te ve. Hace unos meses tu mayor preocupación era no llamar la atención y ahora estas organizando fiestas.

-¡Eh…!- Me quejo cuando habla. Sus palabras no hacen mas que sonrojarme pero a la vez se que lo que dice es cierto, una pequeña sonrisilla se asoma en mi rostro mientras intento ocultarla alisando mi flequillo hacia abajo.

—Sí! Me parece genial, entonces a la salida de clases nos encontramos ahí. —Con una sonrisa demuestra dejar de estar tenso y ya parece más aliviado.

Sin embargo empieza a sentirse incómodo con la pregunta que le haces. Mira alrededor, hay algunos alumnos comiendo, todos en lo suyo, pero están presentes de todos modos.
—Eso... eso prefiero no decirlo, —responde más serio —pero por favor, mantén tu palabra de que me vas a ayudar, Ishikawa. Es muy importante.

Demetrio, con el gesto torcido, los ve a ambos irse, y en cuanto mencionas a Víctor te mira a ti de reojo —Cuidado, ese sabandija no es cualquier cosa, no será bueno para ti si lo tienes de enemigo. No te precipites.

La tierna elfa está ahora acomodando la sábanas de las camillas donde estuvieron estos dos muchachos, estirándolas y dejándolas prolijas.
—Hm? —Va ahora hasta ti y recoge el platito de cartón del omelet para echarlo a la basura —Es verdad, yo tampoco me presenté, lo siento.
—Mi nombre es Nerine Ul Del Sylvanus, de la clase 2-C, y de vez en cuando la ayudante del señor Kamigawa,—sonríe felizmente —encantada.

—Genial! —Junta y se frota las manos —No necesitas nada, solamente el espíritu de superación!
—Ven conmigo y te daré el formulario para que llenes, las actividades son los martes y los jueves, ya que tenemos que compartir el dojo con otros clubes, no podemos estar todos los días.

—Entiend... —oírte decir aquello hace que se atragante con café y la tos le impide seguir hablando.
—Aauw... me entró café en la nar... —tose más —nariz.

—Cómo que inquisidores? Aquí en la escuela? Pero... pero si ellos se supone que no saben nada! Además estamnos bajo la tutela de Tol Rauko en caso de que algo se nos vaya de las manos. Nadie más aparte de ellos sabe que esta mansión es "rarita".

La mención de inquisidores hace que se olvide completamente del tema de la pijamada, está más nerviosa que cuando hablabas de los dibujos.
—Y los profesores ya saben? Nunca nos dicen nada... Ay no... y justo hoy C... —se tapa la boca con las manos.
—Lo siento, tengo que salir, —corre hasta la puerta —No toques nada!

Asentí ligeramente cuando Elicia comento lo del inquisidor.- Si, yo pensaba que tampoco sabían nada, pero ya le vi dos veces por el centro, tienen que estar enterados.- Comento con uno de los emparedados en la mano.

Antes de que me de cuenta Elicia esta disculpándose y abandonando la habitación. Me quedo mirando la puerta por la que ha salido durante un momento hasta que me levanto. Parecía que no iban a volver. Con cuidado cogí la bandejita con los emparedados y la volví a meter en el frigorífico del que los había sacado Elicia.

Iba a abandonar la estancia cuando me quede nuevamente mirando el retrato de la pared. Tras un momento de duda mi mano fue hacia el móvil de mi bolsillo el cual saque y puse en posición de fotografía. Después de un pequeño sonido y comprobar la fotografía había salido correcta me dirigí hacia la salida con Remiel al hombro.

Salí al pasillo y cerré la puerta tras de mi. Tenia la sensación de que volvería a aquel lugar en algún momento.- Bueno…- Dije intentando volver al cauce normal mis pensamientos.-¿Al final conseguiste averiguar algo de Sveinn o únicamente que puedes conseguir comida dándole información mía?.- Digo sin estar molesta pero intentando parecerlo en mi tono para molestarla.

- No te preocupes Octavio, te doy mi palabra.- Sonrío al ver como el chaval parece estar más relajado. ¿Acaso pensaría que se encontraría con algún tipo de monstruo o tío apático que lo ignoraría por completo? Bueno... si se hubiese encontrado con Wil no puedo asegurar que no fuese así.- Te enseñaré todo lo que esté en mi mano, pero te aviso que hay ciertas condiciones.- mi rostro se vuelve algo más serio, pero en ningún momento sombrío, sin romper la situación relajada para Octavio.- La espada y las técnicas son para defender a la gente y vivir en paz... No pediré las explicaciones por lo que es tan importante, pero si tu palabra inquebrantable como espadachín de que no usarás tus habilidades de forma malvada.- No creo que sea una condición tan mala. No voy a pedirle que siga el código del bushido desde el principio, eso se le puede inculcar a los pocos y que lo adapte a su personalidad, pero no tengo pensado enseñar a alguien que pueda hacer el mal, y si en algún momento se desvía del camino, como su sempai seré el encargado de detenerlo de ser necesario.

—Eh...? Tenía que averiguar algo de ese?

Remiel se sienta sobre la cabeza de Hanako, momento en el que Dorian finalmente decide comenzar con su clase de historia, unos veinte minutos luego de haber sonado la campana. El tema en sí es aburrido, pero el profesor ameniza la hora con comentarios tontos y chistes bien posicionados para mantener el interés de los alumnos y la atención.

Sveinn aparece unos minutos después de que empieza, y va caminando hasta su asiento. Varios lo siguen con la mirada, incluyendo al profesor. Cuando se sienta, Dorian se encoge de hombros y continúa con la lección.

Aunque haya dormido más de la cuenta, sigue con cara de sueño durante todo el rato. Es despeinado y con barba de varios días, aunque es interesante lo que dice, le mete poca polenta, arrastrando las palabras y vocalizando mal; podría resultar un hombre atractivo si no fuera por sus ojeras y su particular aroma a cuarentón. Cuando llega Hogan para reemplazarlo con su clase de akerón le choca los cinco un poco sin ganas y se marcha.

—Time is money. —Dice nada más llegar y se pone a dar la clase presentando diapositivas con vocabulario, conjugaciones y gramática, usando un pan francés como vara para señalar.
La clase es completamente en akerón, no hace caso a nadie que hable latín endemientras.

Entonces la campana suena indicando el fin de la jornada, y la gente recoge sus cosas para irse.

—Talué.

—Nos vemos.

La muchachada va saliendo ordenadamente, unos se dirigen a sus clubes, otros a la puerta de la salida. En la puerta del salón está parado Wil, que espera a Sveinn para irse juntos.

- Hanako, nos vemos en casa... tengo cosas que hacer.- Le comento a mi prima mientras me voy despidiendo del resto de compañeros uno a uno según van saliendo.- Supongo que a ti te encontraré en algún momento merodeando por el piso.- Sonrío a Keira de la que también me despido con tranquilidad. Al salir por la puerta me encuentro con Wil, el cual está esperando por Svein para ir juntos. No es de extrañar si en su trabajo parece que están emparejados, pero en estos momentos no me viene del todo mal hablar con este.- Hey Wil. Puedes venir al dojo?- Le hablo con completa tranquilidad y de forma amable.- Un chaval me ha localizado hace unas horas porque quiere entrar en el club y supongo que la presencia del capitán no viene del todo mal.- Le espeto. No es que me haga demasiada ilusión que Wil sea mi superior en el club, pero el combate así lo ha decidido. Claramente no tiene mejores habilidades que yo, pero no voy a discutirlo... cuanto menos trabajos tenga en ese aspecto más me podré centrar en mis propios problemas.

Tenia un ligero dolor de cabeza, posiblemente provocado por haber estado pensando tanto en lo que había ocurrido en ese día. Me levante de mi pupitre y recogí el maletín. Cuando pase por el lado de Yuri y este me informo que ya me vería en casa asentí con la cabeza.

Si bien una parte de mi quería volver a casa y abrir cierto álbum de fotos, otra parte de mi quería ir a el club para leer durante un rato y descansar un poco la cabeza. Además, tenia que preguntar a Nerine si querría quedar junto con Elicia. - Nos vemos en casa entonces.- dije mientras sujetaba con ambas manos el bolso, asentía ligeramente y después me despedía con la mano de Keira que estaba cerca.

Sin mucho mas que comentar me dirigí hacia el club de lectura para relajarme un poco. Quizá si no había llegado Nerine o Sita me pasaría por la biblioteca para buscar algún libro interesante. Había varios que me había recomendado Nerine la semana pasa y que aun no había podido echar un vistazo.

La primera clase estuvo más o menos entretenida, pero con la clase de akerón me perdí por completo. Hacía demasiado tiempo que dejé de aprenderlo que a penas era capaz de entender algunas palabras sueltas. Según pasaba el rato me dejé llevar por mi flujo de pensamientos. El intento de secuestro nada más llegar en realidad había sido algo muy alarmante, y aun así el profesorado no ha hecho nada al respecto. ¿Quizás no se hubieran enterado? La subdirectora no parecía muy sorprendida por el estado del aula en su clase, lo cual era extraño.

Una vez terminadas las clases, me preguntaba si debería ir a comentárselo a Lyla. Al fin y al cabo, era la única que podía organizar el secuestro dado que el resto del profesorado no se había enterado hasta hoy de mi asistencia, sin embargo de estar implicada no actuaría como si no tuviera ni idea porque en realidad eso solo haría llamar la atención.

Mi tren de pensamientos se vio interrumpido por la masiva salida de alumnos del aula. Algo normal en realidad. Me despedí de Yuri y Hanako, y finalmente decidí ir a ver a la subdirectora antes de volver a casa.

—No puedo. —espeta Wil en respuesta —No tengo tanto tiempo libre como tú, Bella Durmiente, encima me extraña que estés tan campante con inquisidores metidos estudiándolos.
—Mientras ellos no sepan nada, los profesores no van a regalarse mostrando sus habilidades sobrenaturales para defenderlos, por eso nosotros ahora mismo estamos tapados de trabajo para que vuestros c*los estén a salvo. Se tú capitan del club por un día, así te quitas las ganas.

—Wil, el gorila dice que viene en camino, pero que mientras tanto le vayamos comprando una merienda —comenta Sveinn impasible.

—Ah, vale. —Le responde el otro, pero le salta la vena enseguida al ver lo que tiene en la mano su compañero —Pero que te he dicho que no usaras el celular! Están rastreando las llamadas!!

Entonces el trío de protagonistas abandona el salón, separándose nuevamente, como ya es costumbre.

Octavio esperaba pacientemente frente a la puerta del dojo en el jardín, vestido con el uniforme de educación física y un shinai en la mano, cuando te ve llegar saluda animosamente —Realmente gracias por ayudarme, Ishikawa.
—Podemos comenzar ahora mismo el entrenamiento? O hay que esperar al profesor asesor?

—No hace falta esperarme, pueden hacer la práctica por su cuenta, si son cosas que ya tienen claras —la profe viene llegando, con su sonrisa de siempre, pero que es incapaz de ocultar un dejo de preocupación —Eres Octavio Townshend tú? vi tu formulario hace un rato, gracias por apuntarte.

—No! Soy yo quien debería dar las gracias! —Octavio se apresura en responder, con una mano en el pecho. Ifi alza las cejas.

—Te noto con ánimos de empezar! Eso es grandioso, —junta las manos, sonriendo más —vamos, entremos.
—Por desgracia hoy no contaremos con nuestro capitán, pero yo estaré de todos modos disponible por si necesitan algo.

—Sí!

No mucho después de que dejas el saón, empiezas a oír pasitos detrás tuyo, que es Sita, que probablemente se dirija al mismo lugar que tú.
—Creo que vamos al mismo sitio.
Bueno, lo acaba de confirmar.

Llegando al salón donde tienen el club de literatura ya oyes voces de que hay gente dentro. Al abrir con permiso la puerta te encuentras con Nerine y Elicia.
—Ug —la cual esconde parcialmente la cara detrás del libro que está leyendo. En la mesita de té hay cuatro tazas, una jarra de la que sale vapor de agua y un plato con galletitas surtidas.
Hay unos cuantos libros más que la semana pasada, en el transcurso de los días han ido llenando las estanterías con ejemplares donados por ustedes o prestados, buscando intereses comunes o bajo recomendaciones o pedidos.

Nerine, alegre, ya les está sirviendo té a las dos, no parece haber notado la reacción extraña de Elicia al verte.

Te mueves entre el bulto de estudiantes por el pasillo mientras vas hacia el despacho de Lyla, y varios chicos te saludan en el camino, y empiezan a surgir invitaciones al karaoke, al arcade, al café, a la plaza, por allá un descarado incluso te pregunta por ir a un hotel.
—No les hagas caso a ellos. Ven, te invito a mi casa a jugar Straizo Fighter Alpha. —Prueba suerte otro.

En medio del barullo, puedes sentir por un instante de nuevo esa presencia, alguien definitivamente te está observando. Pero cuando te pones a pensar en ello ves a la muchacha de hoy en la cafetería que entra en tu rango de visión al doblar el pasillo. Su pelo ahora está limpio y su uniforme un poco mejor arreglado, pero sigue despeinada.
Es imposible saber si sigue de mal humor o no. Es interesante notar que su ubicación en el mar de alumnos produce una especie de repulsión en el pasillo, nadie se acerca demasiado a ella, y los que lo hacen enseguida se apartan con un miedo terrible encima.
A lo lejos ves a Johnny recostado a una pared, chasquea la lengua y se va, con Michael pisándole los talones.

...

—Espero que sea importante —es lo primero que te dice la subdirectora cuando entras a su despacho —No estoy con un humor muy bueno que pueda decirse.
Tiene una notebook en su ecritorio, en la que teclea a la velocidad del rayo, el brillo de la pantalla es reflejado en sus lentes.

Está sola. Tanto en los sofás como en la mesita de té hay montones de papeles con cosas escritas, y en uno de ellos, uno que está en el escritorio junto al pc de ella, ves una foto carnet del inquisidor que viste hoy, es algo así como un expediente. Su nombre es Rococo Galefico y tiene 47 años.
Lyla tapa esa hoja con el codo sin ningún disimulo y apoya la mejilla en su mano. Se te queda mirando con los ojos entornados esperando lo que tengas que decir.

Asentí cuando Sita se unió a mi. Tenia tantas cosas en la cabeza que se me había olvidado preguntarla si iba a ir al club aun estando en la misma clase. Agite la cabeza durante un momento  como quien intenta sacudirse los pensamientos de la cabeza  para poder centrarse.

Finalmente llegamos al club y Nerine no tarda en hacernos la recepción. Elicia también esta aunque por alguna razon sigue comportándose de forma extraña. Suelto un suspiro antes de dejarme caer en la silla ligeramente abatida. Antes de que me de cuenta Nerine ha colocado una tacita de té a mi lado.

Me coloco correctamente y doy un par de sorbitos antes de coger el libro que tenia empezado. Después de leer varias veces consecutivas el mismo párrafo cierro los ojos durante un momento y colocando el marcador cierro el libro con cuidado. De mi bolso saco un cuadernito de notas y un bolígrafo y abro una hoja al final de este y empiezo a garabatear.

Duelo contra Sveinn, no se que demonios hace.

Un tipo atacándonos al principio de clase, la inquisición apareciendo y matándolo.

El club de bichos con un retrato ciertamente sospechoso sobre… “alguien”

Actitud de sus miembros aun mas sospechosa.

Deje durante un momento de escribir en la hoja. Aquellos parecían ser los problemas mas graves que rondaba mi mente en ese momento. Sobre los dos últimos no podía preguntar porque Elicia estaba presente y porque tenia la sensación de que Nerine tampoco se mostraría muy colaborativa aunque, por otro lado, ya le habia dicho a Elicia que la invitaría a la quedada en casa.

-Nerine.- Digo mientras espero a que termine lo que este haciendo.- Sita, tu también. Estuve hablando con Elicia sobre hacer una pequeña fiesta nocturna en mi casa, no se si os gustaría venir…- Pregunto algo cohibida.- El apartamento es pequeño pero creo que podríamos pasárnoslo bien. Aunque no se si deberíamos hacerlo el viernes para que no influya con las clases…

Claramente hay un problema de actitud en el instituto, porque la cantidad de chicos a los que tenía ganas de partirle la cara se incrementaba de forma exponencial. Sentía una mirada clavada en mi, pero entre todos los ojos de depredadores era difícil distinguir nada. Justo cuando empezaba a preocuparme, Momohime apareció por ahí, rodeada de su campo de fuerza. Al pasar cerca le hice un gesto con la mano a modo de despedida. Quizá no tuviéramos una relación de amistad, pero que la gente así lo pensara detendría fácilmente el acoso.

Una vez en el despacho de la subdirectora, esta no parece estar muy por la labor de atender a los alumnos. Su tono y su postura acompañan perfectamente sus palabras. Entre los papeles que tenía sobre la mesa vi una fotografía del Inquisidor de aquella mañana, pudiendo leer su nombre antes de que Lyla lo tapara descaradamente.

- Depende de lo que considere importante - dije con un tono quizá más prepotente del que debía -. ¿Acoso sexual? ¿Un intento de secuestro a primera hora de la mañana? ¿O tal vez que he sido víctima de ambos en mi primer día en este instituto?

Ese Wil no hacía más que sacarme de mis casillas. Vale que su trabajo como agente de Tol Rauko era prioritario teniendo en cuenta la presencia de los inquisidores estos días, y soy también muy consciente de que puede que vengan a por mi, al menos para investigarme. No por otra razón le he dado mi nombre y apellido, además de publicitarme un poco, por supuesto.

Me temo que estos días Wil estará bastante ocupado con la presencia de la inquisición.- Espeto sonriente con tranquilidad mientras me voy cambiando e Ifi está hablando con Octavio.- A todo esto, Ifi-sensei... Supongo que ya sabrá por su marido que es la tradición, pero tengo un regalo para su dojo por aceptarme como alumno. Aunque parece que ya eran directamente los planes de mi padre.- En esta última parte mi voz suena un poco más seca y desanimada. No me gustaba en absoluto que incluso a esta distancia mi padre fuese quien moviese los hilos de mi vida, aunque también estoy bastante acostumbrado a que eso pase. Cojo de la mochila la katana de plata con detalles en oro que había forjado para ellos como regalo. No me apetecía demasiado tener que llevarla después todo el camino hacia el dojo con los follones que podría haber por el camino, así que prefiero entregársela ahora. Además, Ifi fue quien me invitó a formar parte de su dojo, por lo que me parece adecuado también.- Forjada por mi con las artes transmitidas de generación en generación por los herreros Ishikawa.- Sonrío con orgullo ante esas palabras.- Todavía tengo que mejorar, pero espero que le guste. Además de estar hecha para adornar, también está pensada para el combate de ser necesario... Pocas katanas dejarían a esta en vergüenza.- Sonrío mientras se la entrego y a continuación me pongo delante de Octavio, esperando que se prepare mientras cojo mi arma en su forma de madera.- Bien, enséñame lo que sabes.- Me pongo un poco más serio, pero no activo ninguna de mis técnicas para esta lucha de prueba.- Veamos qué es lo que realmente te pueda enseñar.- Sonrío, poniéndome en posición de combate ante mi nuevo compañero de club.

—Sí! Con gusto iría, sería lindo conocer tu casa, pero... —le puso emoción al principio, pero como si se diera cuenta de algo al mismo tiempo, su expresión se torna menos animada —no vives con tu primo? Si el apartamento es pequeño podríamos molestar.

—Según entiendo, en las fiestas nocturnas hay strip tease y bebidas alcohólicas, no es recomendable para nuestra idiosincrasia.

Las chicas tosen el té y se quedan mirando patidifusas a Sita. —Khé?

—Sssita, no, creo que Hanako se refería a una pijamada.
—Elicia, tú que dices?

—Por supuesto —responde sonriente —será un buen cambio de ambiente, además me gustaría conocer el apartamento.

—El viernes entonces!

Ambas se te quedan mirando ilusionadas, aguardando tu aprobación, mientras que Sita tiene la vista perdida en la ventana, posiblemente intentando razonar lo que sería una pijamada.

Y entonces se abre la puerta.

—Nerine, ya estoy mejor, ¿pudiste hac...er...
Aparece Cross hablando, Lyon se asoma un poco detrás de él, pero cuando te ve calla y cierra la puerta, quedándose del lado de afuera.

—Ah...

—Eh? por qué se va? Qué pasó? Si quería el reg... —Elicia se lanza encima de Nerine y le cubre la boca, negando con la cabeza varias veces de forma acelerada, y la pobre elfita es sorprendida por esta reacción.
En seguida la suelta disculpándose, pero Nerine está todavía perpleja.

—Perdón.

—N-no, soy yo la que debería disculparse.
—Ahora mismo regreso, sí?
Se levanta de su sillón y se va, llevando con ella un cuaderno forrado en cuero negro que saca de un cajón.

Elicia le da otro sorbo al té, intentando disimular como si nada hubiera pasado.

La profesora te mira atentamente mientras expones tus preocupaciones, y se saca un momento los lentes, con cara de necesitar una buena siesta, y se frota el puente de la nariz con los dedos.
—Escucha, estás en una escuela, no sé a qué clase de instituto habrás ido antes de venir aquí, pero el acoso y los abusones son algo normal. No vengas conmigo a tratar ese problema, eso debes hablarlo con tu tutor, Osvaldo, que por cierto, ese inútil tiene demasiado tiempo libre.
—Por otro lado, —ahora junta las manos entrelazando los dedos delante de su cara —esa otra cosa que dices, podrías explicarte mejor? Es algo muy grave y me gustaría tener más detalles.

Te escucha sin interrumpirte mientras cuentas lo que pasó.

—Me gustaría saber por qué no se me avisó a mí o a Corax inmediatamente del problema, en lugar de tratar de jugar a los héroes y casi acabar muertos. No, me gustaría saber qué estaba haciendo Corax en ese momento... _{ese borracho inservible...}
—También me intriga la razón. No eres de familia rica, así que no es para pedir un rescate. —Te mira fijamente unos instantes, pensando. —Bueno, da igual, ya le pediré al borracho inservible que investigue.

Finalmente da un suspiro largo y se pone a ordenar los papeles en su escritorio —Ve tranquila a casa, nos aseguraremos de que no se vuelva a repetir esta clase de atentado, y por favor, trata de mantener tu forma humana mientras estés aquí, si los inquisidores hubieran aparecido momentos antes y te veían, habrías acabado como el intruso tú también.
Con los codos apoyados en el escritorio se lleva las manos a la frente, da la impresión de que le ha entrado dolor de cabeza.
—La inquisición últimamente ha estado más metomentodo que siempre, cada vez hay que tener más cuidado, y con todo esto que está ocurriendo, más aún, ya hay cada vez más personas que sabe que lo sobrenatural existe de verdad. Los medios de comunicación tampoco ayudan, y solo sirven para provocar todavía más miedo e incomprensión. Ya no es como antes. Ni siquiera con la presencia de Tol Rauko en la mansión nos dejan en paz, estan violando un tratado de siglos de antigüedad, pero eso ya es un tema del que no pienso hablar contigo.
—Todos trabajamos unidos para mantener el secreto de esta institución. Si sale a la luz, ya puedes ir diciéndole adiós a todo. Entiende eso y ten más cuidado, y trata de decirle a tus amigos lo mismo, a los de primero siempre les cuesta un poco al principio, creen que por estar aquí ya pueden hacer lo que quieren, pero no es así, hay que estar siempre alerta porque pasan luego estas cosas.