Partida Rol por web

La guerrera lunar observa a Misha y después al enjambre de Perdiciones que acosan a los sitiados cambiaformas.

Pagaré mi deuda – declara el espíritu. Acto seguido lanza un grito de guerra y se lanza contra la Perdición más cercana. Pronto se le unen los demás espíritus lunares, formando una barrera plateada entre los cambiaformas y los espíritus corruptos.

¡Tenemos que irnos! – grita Altair - ¡Vamos, moveos!

La orden se propaga rápidamente entre los seguidores de Misha y éstos empiezan a avanzar. Con la ayuda de los espíritus lunares consiguen liberarse de los combates en los que estaban enzarzados y avanzar a trompicones por la senda lunar.

Por fin, tras una interminable carrera la senda se acaba en lo que antaño fue un magnífico jardín de flores multicolor y árboles frutales. Sin embargo, Altair no deja tiempo a Misha para reconocer el terreno. De alguna manera el Contemplaestrellas se las ingenia para lanzar a Misha por encima de su hombro para después sentarse sobre su pecho rugiéndole a la cara.

¡IMBÉCIL! ¡Te dije que no intervinieras!

Déjale en paz, Garou – gruñe “Cola-con-Rayas” – Su acción puso a los espíritus lunares de nuestra parte.

¿Al precio de cuántos de los nuestros?

Estamos en guerra. Todas las decisiones cuestan vidas. - El Bastet intenta abalanzarse sobre Altair, pero éste le esquiva agachándose al mismo tiempo que cambia a su forma humana. Misha ya había oído hablar del Kailindo, pero nunca hasta ahora lo había visto en acción.

Exacto – Altair salta del pecho de Misha y para cuando se encuentra junto al Bastet ya está de nuevo en forma Crinos. "Cola-con-Rayas" retrocede un par de pasos con las garras y dientes listos para atacar – Una guerra que estamos perdiendo. Una guerra que sólo podemos ganar eligiendo con cuidado las luchas que libramos. Si hemos venido hasta aquí no ha sido para meternos en la lucha entre los hijos de Selene y los engendros de Anthelios, y menos aún en una posición en la que no sólo éramos menos sino que apenas podíamos defendernos, sin estar acostumbrados a trabajar unos con otros y que ahora ha atraído la atención del enemigo sobre nosotros.

Ella estaba justo delante y la Perdición iba a matarla.

Cientos, si no miles, de espíritus lunares han muerto en esta batalla ¿Y sabes por qué no pueden Reformarse? Porque les falta la fuerza de Sokhta, que es de lo que trata todo esto – se vuelve hacia Misha sin dejar de vigilar al Bastet – Métete esto en la cabeza: tu misión es mucho más importante que tú, que yo y que todos los demás que estamos aquí. Por eso mismo no puedes permitirte el lujo de desperdiciar nuestras vidas metiéndonos en peleas que no podemos ganar. No tienes ese derecho. Te mataré antes de permitir que pongas el Don en manos de nuestros enemigos. Ahora levanta tu maldito culo y empieza a dirigir a esta gente…

Sin oportunidad de procesar adecuadamente todos los eventos, debí soportar el arrebato de ira del Contemplaestrellas. Era evidente que poseía mucha más experiencia en combate que yo, algo que no resultaba sorprendente. De haber pertenecido a otra raza cambiante el desafío del garou no habría quedado sin respuesta, pero yo soy un Gurahl, uno de los Primeros Hijos de Gaia, y para suerte de todos nosotros no somos esclavos de nuestra furia.

Respiré un par de veces antes de levantarme, no por necesidad pues la carrera apenas me había afectado, si no para asegurarme de estar en completo control de mis emociones y mientras lo hacía retomé mi forma homínida. Respeta a los ancianos..

Al ponerme de pie pude ver la enorme marca que mi cuerpo había dejado en el suelo; siempre me asombraba lo grande que era en forma crinos. Y eso que aún soy joven.. Luego giré para estar de frente al garou asiático. -Moriré antes de permitir que el Don que me fue confiado caiga en manos de otro. El énfasis que di a mitad de frase, sumado a la forma en que la terminé indicaba claramente que no me refería sólo a los enemigos. Es mi responsabilidad..

-Ahora guarden sus garras y colmillos. Lo hecho, hecho está. Después miré al pumanca. -Gracias por tu apoyo, Cola-con-rayas, pero Altair tiene razón, fui impulsivo al actuar y perdimos muchos primos. Acepto la responsabilidad de haber llamado la atención sobre nosotros, más no me arrepiento de mi actuar... La naturaleza del oso es proteger, tanto como la del lobo atacar.

Nuevamente encaré al garou. -Gracias también a ti, por ayudarme en el combate y por expresar tu opinión ahora. Aprenderé de mis errores. Recuerda tu historia.. No compartía su violencia pero necesitaba su guía y debía procurar mantener la unión del grupo.

Dicho eso, observé el lugar donde nos encontrábamos. Un bosquecillo.. -¿Qué opinas, tío? Parece un buen lugar para descansar; podríamos darle al resto unos minutos para reponerse mientras exploramos. Aunque podía desenvolverme bien por mi cuenta, el pumanca era buena compañía.

Las palabras de Misha consiguen apaciguar en parte a "Cola-con-Rayas" y Altair, que vuelven a sus respectivas formas humanas. 

No me gusta - contesta el Bastet - Mira las plantas. Están destrozadas y marchitas. Escucha los sonidos: hay luchas, dolor y muerte. Olfatea los olores: savia derramada, cuerpos en descomposición ¿no paladeas el sabor de la sangre vertida? Y ¿no sientes cómo tiembla la tierra? - menea la cabeza - No, gran Mato. Aquí no estamos a salvo. Nos hallamos al descubierto y el escondite de Seline no está a la vista. Pero está aquí. Puedo sentirla. Todos podemos. Este Reino aún tiene vida propia ¡Tú! - le dice al Contemplaestrellas - ¿Sabes dónde está?

Altair niega con la cabeza - La hemos estado buscando desde que la Garra de Rorg la despedazó.

¿A qué viene tanta cháchara? - una mujer joven irrumpe en la conversación, llamativa con su ropa ceñida y su largo cabello teñido de morado. Misha la recuerda ofreciendo la ayuda de los Corax en el Reino de Estharra - ¿Qué somos ahora, un buffet libre para Perdiciones?

Gran Mato, te presento a Raina, Morrigan Corax - dice Cola-con-Rayas - Raina, él es...

Ya lo sé. Es el que nos metió en esto - Mira a Misha y da un par de palmadas - ¡Espabila tío! Lo de la Senda lunar ya fue lo bastante malo, pero si nos quedamos aquí va a ser aún peor.

Tranquilízate. Hay que pensar un poco...

¡No, no hay que pensar! No cuando estamos parados en mitad de ninguna parte y rodeados de enemigos ¿Qué quieres que hagamos, oso? ¿Buscamos refugio? ¿Buscamos enemigos? ¿A ambos? Porque te diré una cosa: los lobos se están poniendo nerviosos y son más que todos los otros juntos, así que ya puedes darnos a todos algo que hacer...

-Claro que hay que pensar, actué sin hacerlo en la senda y pagamos un alto precio. Ese error pesaría en mi conciencia para siempre. -Pero como bien dice, Raina, hay que hacer algo pronto. Miré a la corax. -Gracias por tu consejo, qué los corax sobrevuelen buscando amenazas inminentes. Nadie como ellos para captar los detalles que el resto obviamos..

-Que los lobos se preparen para responder a los avisos, los mejores luchadores. Quizá así se mantengan ocupados.. -El resto seguiremos avanzando... Una idea cruzó mi mente y me hizo detenerme. -¿Saben si alguno de nuestros compañeros posee plata lunar? Corran la voz avisando que la necesitamos, tal vez nos ayude a encontrar el refugio de Sokhta. Las posibilidades son pocas me aferraré a cualquier opción..

Raina y los otros Corax transmiten rápidamente las órdenes de Misha. Los Garou, Bastet y Mokolé se organizan en manadas y grupos para defenderse de los enemigos mientras que los Corax levantan el vuelo para avistar a los que se acerquen.

Mi klaive es de plata lunar - dice Altair - Pero eso no nos ayudará a encontrar a Sokhta ¿Por qué no pruebas con el Don? Dado que Eshtarra lo hizo para que se lo entregaras a Sokhta estoy seguro de que le puso algún vínculo con ella...
 

Tayen baja rezongando todo el camino de la montaña negra. Está claro que está enfadada con Joe por no haber querido unirse al rescate de Selene, aunque para cuando han llegado abajo su enfado parece haberse esfumado.

Madre Larissa no se sorprende por el mensaje de Konietzko. Más bien al contrario: parecía estar esperándolo. La noticia de la búsqueda de Selene sí que la pilla por sorpresa - Tenía que ser un Gurahl el que tuviera semejante idea - dice antes de despedirse de Vigía - Tú, chica coyote, más te vale no hacerle jugarretas a mi chico o te las verás conmigo - Tayen responde con una sonrisa maliciosa.

Tras despedirse de Larissa, Vigía sigue a Tayen hacia un enorme lago situado cerca del Axis Mundi en el que se reflejan los pedazos de Selene que brillan débilmente en el cielo nocturno.

¿Alguna vez has caminado de lado dentro de la Umbra? - Tayen salta al agua y desaparece sin apenas crear una ondulación en la superficie...

La despedida de Madre Larissa fue demasiado corta. A Vigía-del-Alma le hubiera gustado hablar largo y tendido sobre el lugar en el que se encontraban y la guerra que lo fustigaba que, sospechaba, tenía el mismo origen que la que se desarrollaba en la Tierra. Además, estaba seguro que alguien tan sabio como la anciana hubiera sido capaz de explicarle con palabras fáciles de entender qué era aquella Profecía del Fénix de la que, según el hombre de los cuervos, había surgido la oscuridad que lo embargaba todo.

El lobo no podía dejar de pensar en todas aquellas incognitas mientras su caminar seguía al de Tayen hacia un enorme lago. Una vez llegados a la orilla, la mujer se introdujo en el agua y, sin perturbar lo más mínimo la tranquilidad de la superficie, desapareció ante él. Dubitativo, el joven siguió sus pasos.

Vigía no tiene muy claro qué debería haber esperado al saltar al agua tras Tayen, pero lo único que consigue es un frío chapuzón. Mientras está chapoteando de vuelta a la orilla la mano de la Nuwisha surge del agua y lo arrastra bajo la superficie.

Venga ya, no es para tanto - dice Tayen mientras Vigía tose para expulsar toda el agua que le ha entrado. - Si hubiéramos tenido que seguir una Senda Lunar habríamos tardado mucho más tiempo.

Los dos viajeros han salido del agua en un jardín de hermosas flores cuyas exóticas formas y colores Vigía nunca ha visto, creciendo sobre una rica tierra plateada. Sin embargo muchas de las plantas han sido arrancadas, quemadas o aplastadas. Hedores de sangre, putrefacción y muerte se entremezclan con el de la savia y el polen derramados.

El jardín de Selene - explica la Nuwisha - En plena disputa entre los espíritus de Selene, los de Anthelios y tal vez los de ese maldito imbécil de Rorg, a quien Coyote le haga muchas jugarretas - suelta un gruñido exasperado - Bueno, tus sentidos son más agudos que los míos, así que nos repartiremos las tareas: tú encuentra al grupo del gurahl y yo me ocuparé de que no caigamos en la trampa de ninguna Perdición ¿Vale?...

"De acuerdo, pero..."

El lobo detuvo sus pasos y se plantó a pocos metros tras la espalda de Tayen.

"Creo que no puedo seguir avanzando sin que alguien me aclare lo que está ocurriendo."

La coyote miró perpleja al lobo y este empezó a vomitar las dudas que le atenazaban la mente desde hacía mucho.

"¿Qué dice esa Profecía del Fénix que mencionó el hombre de los cuervos y que todos deberíamos conocer? ¿Por qué la luna está rota? ¿Por qué hay agua dónde antes no la había? ¿Quién es Rorg?- el lobo hizo una pequeña pausa para concluir su batería de preguntas con énfasis- Necesito saber qué está ocurriendo a mi alrededor, por favor."

La respiración de Vigía-del-Alma era rápida y entrecortada. Llevar la carga de tanta incógnita durante tanto tiempo le había dejado visiblemente abrumado.

Tayen mira a Vigía con la cabeza ladeada, señal de confusión - Bueno, supongo que con todo este follón nadie tuvo tiempo ni ganas de explicártela. Todo esto que está ocurriendo ya fue predicho por el Incarna Fénix, que describió las siete señales que iniciarían el Apocalipisis. Anda, siéntate, que esto va a ir para largo.

Se sienta adoptando su forma homínida y echa un vistazo a los alrededores. Al no ver ninguna amenaza inmediata acerca su rostro al joven lupus y al mismo tiempo que habla va trazando una intrincada serie de glifos en el suelo.

Fénix me tomó
Me llevó entre sus garras
Por encima del mundo
Para que pudiera ver más allá del mañana
Y miré.
Contemple el futuro

Y vi cómo se diezmaba nuestra raza. Cazada más allá de la caza, muerta más allá de la muerte, hasta el último de ellos. No habría más hijos, ni nietos, ni padres, ni madres. Esta fue la Primera Señal que me dio Fénix, de lo que nos darían los Hijos de la Tejedora, los Humanos a los Garou.

Y Miré.
Contemplé el futuro
Vi nacer a los Hijos de la Tejedora. Vi crecer una inmensa marea de Humanos. Vi más y más, hasta que Gaia gimió por tener que soportar el peso de todos. Sus casas estaban abarrotadas, sus rastrillos la violaban, sus manos araban la tierra árida, intentando alimentarse de Ella. Esta fue la Segunda Señal de los últimos dias, que Fénix me mostró, de lo que los humanos harían.

Volví a mirar. Contemplé la Tercera Señal.
Demasiados. Demasiados hijos. Demasiados Humanos. Y se enfrentaron entre ellos, unos contra otros, y el Wyrm trajo la corrupción y le dio a cada uno cierta mesura. Y el extraño Fuego que vi, descontrolado, la gran Columna de Humo que se alzaba sobre los bosques, esparciendo la muerte allá donde brillaba en esa tierra oscura y fría. Y oí la agonía del Mar mientras Ella entonaba un lamento fúnebre, porque algún borracho estúpido había vertido un lago de muerte negra sobre ella.
Volví la cabeza asqueada, pero no pude evitar mirar de nuevo.

Entonces, contemplé la cuarta Señal.
El Wyrm era más poderoso; sus alas abanicaban las brisas de decadencia. Extendía sus enfermedades, que eran horribles: el Rebaño empezó a sufrir enfermedades mentales y sanguíneas. Los niños nacían deformes. Los animales enfermaban y nadie podía curarlos. En estos días finales, ni siquiera los Guerreros de Gaia pudieron escapar de las garras paralizantes del pájaro de la muerte que transmitía la enfermedad.

Con lágrimas en los ojos, volví a mirar y el Fénix me mostró la Quinta Señal.
Vi otras Columnas alzándose como lanzas de muerte hacia el hermoso cielo, perforándolo, dejando que el Padre Sol ardiera y abrasara a Gaia. La atmósfera cada vez era más tórrida; incluso en la oscuridad del Invierno, hacía calor. Las plantas se marchitaron bajo el sol. Un grito de dolor y afección surgió de los agónicos bosques: al unísono, todos lloraron lágrimas de luto.

Entonces, como si se rasgara un velo, me enseñó la Sexta Señal.
En estos últimos dias, Gaia se sacude de rabia. El fuego hierve en las profundidades. Las cenizas cubren el cielo. El Wyrm acecha en las sombras creadas por estas... y se prepara para atacar. Los ancianos se han ido; los Guardianes de las Sendas y las Encrucijadas han desaparecido. En estos días finales, la Sexta Señal se dará a conocer entre las Manadas que se formen. Cada Manada tendrá que realizar una Búsqueda, tendrá que emprender un Viaje Sagrado. Esta es la Voluntad de Gaia.

Y vi como el cielo se ennegrecía y la luna era de color sangre.

Y vislumbré la Séptima Señal, pero no pude mirarla por completo. Sin embargo, pude sentir su calor.
El Apocalipsis. Los días finales del mundo. La Luna había sido engullida por el Sol y ardió en su estómago. Fuegos impíos caian al suelo, quemándonos a todos, retorciéndonos y haciéndonos vomitar sangre. El Wyrm se manifestó en las torres y los ríos y el aire y la tierra y sus hijos corrían por todas partes descontrolados, devorando, destruyendo, invocando maldiciones de todo tipo. Y el Rebaño corría aterrorizado. Y los Oscuros, los hijos del Wyrm, salieron reptando de sus cavernas y caminaron por las calles a la luz del día.
Aparté la mirada de la señal.

Fénix me dijo: Así es como sera, pero no como debería ser.

Y entonces Fénix me abandonó.
Ahora, no puedo soñar. Sólo puedo recordar las Señales con perfecto detalle. Estos son los últimos días.
Que Gaia se apiade de nosotros.

Ésa es la Profecía de Fénix tal y como la cuentan tu pueblo y el mío - dice Tayen. Su expresión es de solemne seriedad - Como ves, ahora estamos más allá de la Séptima Señal. Nadie sabe qué es lo que debe pasar ahora, lo que por una parte es malo porque no sabemos qué esperar y por la otra nos da la oportunidad de elegir nuestro propio destino. Y ésta elección, la de venir aquí a intentar rescatar a Selene, es una buena elección. O al menos yo lo creo así.

Coge su cantimplora y echa un trago. Después se la ofrece a Vigía - El jardín de Selene es un regalo que Coyote le hizo a la Incarna hace mucho tiempo. La historia es muy larga y no viene a cuento, pero es así. Confórmate con saber que Coyote quiso que este jardín fuera exclusivamente para Ella, por lo que lo creó en la Umbra y dejó el reflejo físico estéril que conocen los humanos. Sólo podrías estar en un lugar más sagrado en presencia de la propia Gaia. No de Eshtarra, que es sólo un fragmento Suyo, sino de la Diosa. Algo reservado a los que mueren teniéndola en su corazón, me temo.

En cuanto a Rorg, es un Incarna pero también un imbécil. Antaño fue el guardián de un mundo que orbitaba en torno a Helios y que fue destruido por motivos que desconozco. Cuando los humanos se lanzaron alegremente a cumplir la Séptima Señal el muy estúpido pensó que si aniquilaba toda la vida supuestamente inteligente de la Tierra el Wyrm perdería el interés y Eshtarra se salvaría. Ya habría tiempo después de crear nuevos habitantes para el planeta. Siguiendo ese necio razonamiento lanzó uno de sus pedazos más grandes contra la Tierra, que es lo que llamamos la Garra de Rorg - Vigía recuerda haber oído ese nombre alguna vez en boca de Larissa y algunos compañeros del clan. Tayen reprime un sollozo. El lupus estaba tan atento a los glifos que sigue trazando en el suelo que no se había dado cuenta de que ella está llorando - Selene, la bendita Selene, se interpuso entre la Garra y la Tierra. Se sacrificó para darnos una última esperanza. Fue la Garra lo que la hizo pedazos. Por eso ahora ya no pueden nacer nuevos Fera y nuestra Rabia es débil. Por eso creo que ese maldito Gurahl tiene que recibir toda la maldita ayuda posible. Por eso... por eso... - encierra su rostro entre las manos y sigue llorando con amargura y desesperación. El suelo plateado alrededor del Garou y la Nuwisha está cubierto de glifos que hacen que Vigía comprenda toda la historia con mucha más profundidad que todas las palabras de Tayen. Le hablan del miedo y la incredulidad ante las palabras de Fénix, de la desesperación ante su cumplimiento, de la locura de Rorg y el infinito amor de Selene, que la llevó al sacrificio supremo. Y más allá de todo eso está la incógnita. La Profecía del Fénix se ha cumplido. La pregunta es ¿Y ahora qué?...

Vigía-del-Alama se sentía todavía más confuso después de escuchar las explicaciones de la coyote. Era fácil darse cuenta de que la situación en la Tierra y más allá de ella era desastrosa, pero jamás pensó que llegara a tales extremos. Estaba atónito por todo lo que Tayen había relatado e ilustrado con sus glifos, pero, sin lugar a dudas, lo que más le sobrecogió fue reconocer en los humanos tanta culpa en aquel horroroso espiral de destrucción. No podía creer que aquellos que le habían cuidado y dado de comer durante toda su vida fueran responsables del fin del mundo.

“Creo… creo que necesito tiempo para entender.”

El lobo se puso en pie, taciturno, con la mirada todavía sepultada entre las decenas de dibujos que cubrían el suelo arenoso, ya que la historia relatada por la chica, más que inspirarle terror o ira, había provocado un hondo desconsuelo en su corazón. Cuando una tímida gota cayó sobre el suelo y Vigía-del-Alma descubrió el llanto de Tayen, su penar se acentuó y tomó asiento junto a la coyote. No para consolarla, sino para acompañarla. Para acompañarse.

Ante los dos cambiaformas, el jardín de Selene se abría esplendoroso y libre de toda mácula. La superficie cristalina y tranquila de la laguna recogía miles de destellos de un cielo de extraños colores añiles. La vegetación exuberante flanqueaba las orillas suaves y delimitaba su contorno con el roce de miles de hojas y ramas. La paz lo envolvía todo de tal forma que se hacía difícil imaginar que no muy lejos de allí se estuviera librado una encarnizada batalla por la supervivencia de Gaia. Y es que aquel santuario era inspirador y capaz de insuflar esperanza al corazón de cualquiera.

“Le devolveremos el gesto de amor a Selene. Aunque sea lo último que hagamos.”

El lobo buscó los ojos de la coyote y le tendió la mano para ayudarla a incorporarse.

Tayen se deja acompañar por Vigía hasta que consigue serenarse.

Venga, en marcha. Busquemos al peluche ése.

El vergel de Selene es de una belleza incomparable. Habiéndose criado en la ciudad, Vigía sólo había visto lugares parecidos en fotografías o en las imágenes conjuradas por Galliard habilidosos. Flores de múltiples formas y tamaños, árboles cargados con frutos del tamaño de un puño, hierba suave bajo las patas... No es de extrañar que la mayoría de los Garou odien las ciudades con el duro cemento cubriéndolo todo y los olores de la suciedad y la contaminación de los humanos.

Por desgracia toda esa belleza está mancillada por los socavones y los olores de la guerra que se libra entre los espíritus de Selene, las Perdiciones de Anthelios y tal vez la Estirpe de Rorg (1). En el agudo olfato del lupus se mezclan los olores de la sangre espiritual derramada con el de plantas aplastadas y árboles tronchados. A sus oídos llegan toda clase de gritos, rugidos y alaridos mezclados con el entrechocar de Encantamientos y diversas armas espirituales. De vez en cuando Tayen marca un rodeo para evitar un virulento combate o a alguna Perdición en busca de pelea. Sin embargo Vigía también consigue captar algo fuera de lugar en este reino celeste: aullidos de Garou, rugidos de guerra Bastet, graznidos Corax y otros sonidos que al lupus le cuesta identificar (2). Al poco divisan un grupo de entre sesenta y setenta cambiaformas que abarcan Garou, Corax, Bastet, Ratkin e incluso un puñado de Mokolé. Escrutando el grupo con la mirada Vigía distingue a tres Fera en torno a las cuales se ha organizado una auténtica línea de defensa junto a espíritus lunares contra el asedio de varios enjambres de Perdiciones. El que dirige es un Garou, seguido de cerca por un Gurahl y un Bastet, todos en sus formas de batalla

A duras penas consiguen Vigía y Tayen abrirse paso entre los defensores, no sin antes recibir muchos empujones y amenazas por parte de los guardianes del trío.

¿Quiénes sois? - pregunta el Garou (3). Las señales espirituales que brillan a través de su pelaje negro le identifican como Altair, Anciando Ahroun Contemplaestrellas y líder del Clan de las Estrellas, si bien estas últimas están desvaídas señalando que el clan ya no existe. Algo que no resulta extraño en estos días...

Al ver como las casi ochenta almas que me acompañaban se ponían en acción sentí un renovado impulso. Todo depende de mí, no puedo defraudar a Eshtarra.. -Pedí plata lunar pues tiene una conexión intrínseca con Selene y no quería arriesgarme a exponer el Don, pero ya que lo pones así y dadas las circunstancias actuales, tal vez sea mejor acelerar un poco la búsqueda. Miré alrededor antes de sacar la esfera plateada del bolso donde lo guardaba. -Cuento con ustedes. Puede que los gatos tuviesen  reputación de poco confiables y los lobos fuesen violentos e impulsivos, más confiaba en los dos cambiantes que estaban junto a mí. Al menos lo suficiente..

Un escalofrío recorrió mi espalda cuando la yema de mis dedos rozó la lisa superficie, quizás a causa de la plata o quizá por el poder latente en la esfera (o puede que debido a ambas) y me hizo contener el aliento, era consciente del sacrificio que había significado crear el Don, y en mi mente comenzaba a formarse la idea del costo personal que implicaría entregarlo. Lentamente, con devoción, lo extraje y sostuve delante de mí. Inhalé para llenar mis pulmones de aire y sentí mi cuerpo llenarse con la férrea voluntad de Oso.  -Madre Verde, estoy aquí implorando tu guía una vez más. Aunque mis palabras eran firmes, mi voz era sólo un murmullo. -Muéstrame el camino para cumplir la misión que con gusto acepté. Que mi nariz capté su olor y que mis oídos escuchen su latido.

Vigía-del-Alma se aproximó al trío sin despegarse de la espalda de Tayen. La furia que desprendía aquella bestial muchedumbre hacía que todos los sentidos del Garou se mantuvieran alerta. No obstante, pese a la tensión del ambiente, el chico no sentía temor. Después del relato de la Coyote, su vínculo con los suyos se había fortalecido y ahora más que nunca se encontraba unido a los rugidos que emitían todas aquellas gargantas, ya que resonaban por un mismo fin, que también era el suyo.

"Somos Tayen y Vigía-del-Alma. Nos envía el Margrave Konietzko de la Montaña Negra, en Eshtarra, para ayudaros en vuestra misión."

El chico de ascendencia hispana se dirigió al oso con los ojos tenuemente iluminados por la pasión.

"Me gustaría ayudarte a curar a la luna."

El Gurahl sostiene en sus manos una esfera de plata tan brillante que a Vigía le escuecen los ojos sólo con mirarla. Sea lo que sea lo que el oso intentaba hacer con la esfera no ha funcionado. Tras cambiar a su forma humana guarda la esfera en el morral que lleva a un costado.

Yo me llamo Misha - se presenta el Gurahl - Me acompañan Altair - señala al Garou - y "Cola-con-rayas" - señala al Bastet - Habéis visto el Don para curar a Selene, entregado por la propia Eshtarra. Sin embargo no podemos encontrarla. Sé que está escondida por aquí, en alguna parte, e intentaba utilizar el vínculo entre el Don y Selene - menea la cabeza con pesar - Pero no lo he conseguido.

¿Y por qué no lo intentamos todos? - propone Tayen. La mano de Misha se posa instintivamente sobre el morral - No seas tonto. No pretendo robártelo. Se me ocurre que quizá si unimos nuestras percepciones podamos encontrar a Selene. O eso o seguimos aquí esperando a que algún hijo de Anthelios se pase a hacernos una visita.

¿Y eso cómo se hace? - pregunta Misha

Tú saca esa pelotita de plata y deja que te ayudemos...