Partida Rol por web

Trato de seguir mirandole y supongo que tiene razón.

Eso ya me lo reprochaba yo, no hacía falta que me lo recordara, podría decir que me obligaron a hacerlo pero lo cierto es que tendría que haberme negado a venir poniendo alguna excusa y no lo hice.

Pero parece que finalmente ha funcionado, su conciencia o mis medias mentiras, y se marcha hablando de nuestras almas pero no tiene ni idea. El maestro hace mucho que no la tiene, y nosotros, llevamos un demonio dentro, no se que alma ibamos a tener. Demasiado es que le halla dejado seguir con vida sin que mis instintos no me hubieran marcado otra cosa.

Cuando se va la cosa no cambia a mejor, la verdad, mas bien a peor, suspiro mientras me empiezo a dar cuenta de donde estoy y de lo que me espera. Aunque no me torturen (Seguramente otros Haniji no tengan tanta conciencia) estar aquí encerrada ya era en si una tortura.

Doblo las piernas por aburrimiento y casi como una estupidez que aparece cuando tienes demasiada tensión recuerdo que mañana iba a irme de cena con Izanagi, a estas alturas quizás piense que estoy muerta, a lo mejor hasta le da igual. Y luego estan mi padre y mi hermano, y mi madre...

Cierro los ojos y me duermo.

Hacía la noche la lluvia comienza a mojarme y solo intento apartarme hastiada de manera poco eficaz.

-¿Hola? Esta lloviendo y esta entrando el agua por la ventana abierta-

Trato de decir de manera alta, no me estan torturando pero esta espera es horrible.

Al principio recibes el silencio por respuesta, con el ulular del viento en segundo plano, al que le sigue una joven y diabólica risa de aires maniacos, resonando en la habitación, haciendo que tu tensión aumente por momentos. La llovizna cae densa sobre las sabanas, cálida y constante, y contemplas aterrada como se torna en sangre, tal que si tus heridas sanadas se hubieran reabierto, pero no hay dolor, solo terror, y es de afuera de donde proviene la sangre. Más allá de la ventana, los cielos se han teñido rojizos, y un relampago ilumina el horizonte.

- Atada a la cama, ¿Eh?

Todo se ha quedado en un silencio sepulcral. De la ventana a la puerta, miras rápidamente para encontrar una figura que te inspira pavor, apoyado en el marco, con una sudadera roja abierta que deja ver un extraño tatuaje, encapuchado y con el rostro sombrío, sus ojos iluminados en un tono carmín, se acerca a ti despacio, con sus manos goteando una sangre que no es suya.

- Lo he soñado tantas veces...

Al llegar junto a la cama, cierra la ventana, y solo puedes contemplar paralizada como se reclina sobre tu cuerpo, acercando su rostro y engullendote en su oscuridad bajo su capucha. Sus labios cálidos te besan, de una forma que ya conoces bien, intensa, pasional y placentera. A tus oidos regresa el sonido de la lluvia, del roce de la piel y las sábanas, del baile de su lengua y la tuya.

Se separa tras unos instantes, echa su capucha hacia atras, ya no hay sangre ni terror, solo unos cabellos dorados y revueltos, empapados por la lluvia, y un rostro que conoces bien, Sakai Izanagi... Bloody Rain...

Ruedo lo ojos hastiada, la callada por respuesta.Pero solo es al menos de momento porque tan solo un instante después una risa interrumpe mis pensamientos y mis movimientos, una risa tan fría como la noche.

Esta vez si que me aterrorizo.

La lluvia se vuelve densa, se vuelve sangre, y aun tardo en darme cuenta un poco mas de que en el quicio de la puerta, esperando hay alguien que me habla con una voz conocida pero a la vez irreconocible.

No hay duda es Bloody Rain.

Se acerca hacía mi y como un resorte intento incorporarme, apartarme, pero con las manos asi atadas solo consigo patinar en las sabanas, una parte de mi cerebro me dice que no pasará nada pero otra se muere de terror y a la vez de impotencia.

Finalmente si que voy a morir

Por sus manos gotea sangre que cae sobre mi cuando se acerca y cierra la ventana. Mi respiración se acelera y mi cerebro quiere suplicarle, pero...no lo hago.

Finalmente se reclina sobre mi y me besa destensando todo mi cuerpo , volviendome loca y como siempre deseando mas. Me parece estar en otro lugar pero no lo estoy

Cuando se quita la capucha ni me sorprendo, mi instinto me estaba dando la razón. Pero al mirarle solo veo sus cabellos mojados y sus facciones, le veo a él no al asesino de mi clan.Despues de todo...

Suspiro aceptandolo, aunque siempre lo he sabido.

-¿Vienes a matarme? Ahora lo tienes facil-

Clavo mi mirada en esa tan sangrienta y me rio de recordar lo que hacía unas horas había pensado.

En fin,sinceramente, prefiero que me mate él, que unos hipócritas de un clan rival.

- Eso también lo he soñado...

Su lengua roza tu barbilla y asciende, lamiendo lentamente desde la comisura de tus labios hasta el pómulo y terminando en un beso. Hunde su rostro en tus cabellos, entre tu cabeza y el espacio que dejan tus brazos alzados, y atrapa el lóbulo de tu oreja en un pequeño mordisco.

Entre besos recorre tu cuello recreandose unos segundos, hasta llegar con ellos a la clavicula, en donde vuelve a ascender por tu garganta con un largo lametón, culminando con otro extendido y profundo beso entre tus labios.

- Si te matase ahora...

Sonríe a la par que su mano toma las sábanas y las retira de tu pecho, dejandolo al descubierto. Te lo mira con deseo y ansiedad, una lujuria que no habías visto nunca antes en él; relame sus labios mientras la yema de sus dedos circunda la forma de tu pecho.

- Aprovechemos este momento...

Abarcandolo y acariciandolo, te estimula con su mano, descendiendo a la vez con su lengua para salivar y lamer la aureola del otro.

La verdad es que el nuevo Izanagi no tiene casi nada del que estoy acostumbrada pero eso no engaña a mis sentimientos, aunque tampoco lo que me hace sentir tiene nada que ver con lo que normalmente siento.

Esto es peligro y desesperación con excitación, es mas cercano a una especie de pesadilla que al amor, pero aun asi sigue siendo deseo.

Tampoco me sorprende demasido que halla soñado con matarme, era lógico, esperaba que no cierto, pero cabía entre las posibilidades.

Siento su lengua subir por mi mentón para finalmente acabar en mis labios e involuntariamente cierro los ojos y suspiro con profundidad ¿ Donde estan los Haniji? ¿ Los habrá matado?

Antes de hacerme nada prefiere jugar un poco, con la presa, como los gatos, y yo no consigo resistirme pese a que claramente quien me esta provocando tanta excitación es un psicópata.

Muerde mi oreja, retira la sabana de encima mio, agarra mi pecho y entre las brumas de la lujuria consigo vislumbrar un pensamiento agitado.

Yo que tenía un caracter repelente habia sido incapaz de matar a dos hombres y el que era el Sensei modelo era una bestia salvaje. Yo estaba dispuesta a enfrentarme al maestro por él y él va a matarme.

Arqueo mi espalda para que pueda aprovecharse mejor de lamer mi pecho mientras jadeo cada vez mas entregada

Esto no es exactamente lo que ninguna chica querría para su primera vez, pero saber que vas a morir después lo cambia todo, y aun así sopeso que estoy loca.

No puedo dejar de sentir que le quiero.

-¿Sabes que los Haniji volveran?-

Y...no creo que les guste que nadie este jugando con su presa...

Se echa a reir sin dejar de relamer, y te propina otro mordisquito, bastante suave, entallandote el pezón entre sus dientes y chupando con fuerza con los labios. Alza la vista despues, manteniendo una sonrisa pícara.

- ¿Tú crees? Se les veía dudosos despues que les reventé al perro.

Echa la cabeza hacia atras riendo mientras se yergue de nuevo, hasta quedar de rodillas en la cama, a un lado tuyo. Vuelve a sujetar la sábana, y esta vez la hace totalmente a un lado, para dejarte por completo expuesta. Entonces te observa, con líbido y sin ocultar sus deseos, muerde su labio inferior mientras casi puedes sentir sus ojos rasgar las curvas de tu cuerpo.

- Entendieron que no tengo nada personal contra ellos, y que solo he venido a por ti.

Se situa aún de rodillas entre tus piernas, agarrando su sudadera por la espalda, tira de ella hacia el techo y se la arranca, arrojandola despues al suelo, dejando a la vista su curtido torso tatuado, empapado por la lluvia. Llevando su mano al pantalón lo desabrocha despacio, provocandote con sus gestos y su mirada, y lo baja a mitad del muslo, arrastrando también su ropa interior y exponiendo su creciente erección.

Aun tremendamente excitada abro mucho los ojos ¿Como...como lo ha hecho?

Pero mi mirada se clava fijamente en él mientras se levanta y arranca su sudadera. No me lo podía creer, los dos hombres que yo había salvado ¿Él los habia matado? ¡No había servido para nada todo lo que había hecho!

-Pero ¿Quien eres?-

No puedo dejar de exclamarlo al tiempo que sigue desnudandose, y no cabe duda que me provoca lo que veo, pero ya no estoy tan segura de lo que siento, ni de si quiero que esto sea así. Y la sangre de sus manos...

Aparto un instante la mirada para intentar decir una última frase sin que nada me desconcertara, aunque casi estaba claro que pasaría si o si.

Y quizás si gano tiempo... se me cuela de nuevo ese pensamiento.

-¿De verdad que solo has venido para matarme?-

Si tan solo dijera otra cosa, algo matizada, con eso me conformaría pero a estas alturas...

-Por favor, no me hagas mucho daño..-

Susurro dejando descansar mi mejilla en la maltrecha almohada de los desgraciados dueños de esa, como si eso fuera posible, de nuevo, a estas alturas.

¿ Y si me intentara defender?

Separa tus piernas con suavidad al tiempo que hablas, acomodandose entre ellas, tomandote de los muslos y acariciandolos de la rodilla a las nalgas, apretandotelas despues en movimientos circulares, que te obligan a levantarlas y provocar el roce de vuestros sexos.

- Eso es lo que ellos esperan que haga, descuartizarte igual que hago con cualquiera.

Se reclina sobre tu cuerpo, dejando que puedas sentir su peso sobre ti, su piel acariciando tu pecho y su miembro entre el vello de entre tus piernas. Acerca su rostro cuando puede al tuyo, sigues con la cabeza ladeada, intentando no mirarle. Besa tu cuello, ascendiendo poco a poco otra vez y rozando vuestros cuerpos con lascivia, intentando excitarte, hasta llegar a tu mejilla. Se acerca a tu oreja, para susurrar.

- Estoy deseando verles la cara cuando salgamos juntos de aquí.

Permanece inmovil, con una sonrisa, aguantando hasta que cruzas de nuevo tus ojos con él. Arrima entonces sus labios a los tuyos, y apenas a un centímetro, sus susurros prosiguen.

- Quizás te haga un poco de daño... pero es que estoy excitado...

Termina la frase y sus caderas no esperan tu respuesta, avanzan sobre las tuyas penetrando tu virginidad y comenzando un intenso baile de pasión.

Pero es que ni aun así, sin mirarle y con los ojos ya llorosos, consigo dejar de sentirme excitada ante su manera de situarse entre mis piernas, de acariciarlas, de subir mis nalgas y juntarlas con su cuerpo.

Las lagrimas bajan por el rabillo de mi ojo y las otras se deslizan por el puente de mi nariz.Lo oigo pero no lo asimilo, es como si toda la tensión de todo esto empezara a brotar por algún lado, en forma de lagrimas y yo nunca lloro.

Esta es la tensión de toda una vida condensada en agua, en el momento que debía ser uno de los mas bonitos de mi vida.

Siento un dolor sordo en mis muñecas que se acalla con sus caricias y con su peso sobre el mio, y las lagrimas cada vez empañan mas mis ojos, tanto que lo que debían ser gemidos son sollozos.

Besa mi cuello, restrega mi cuerpo y susurra un final que interrumpe mis sollozos. Parpadeo como si no lo hubiera entendido bien, casi como si no quisiera cambiar de emoción, pero lo ha dicho.

Giro mi mejilla mojada para encontrarme con sus labios, y con sus ojos, y contraigo la expresión a una de dolor dejando que mi respiración agitada golpee la suya

-oh...-

Solo atino a decir antes de romper a llorar inconteniblemente mientras le beso con desesperación

Y pudiera que no fuera cierto, pero era lo que quería oir y mi cuerpo también.Se relaja como si la tensión de antes no hubiera existido y aun con la angustia que sigifica no poder usar los brazos dejo que me penetre con todo el dolor, pero a la vez placer, que significa.

Un poco como todo lo que nos rodeaba.

Rodeo su cintura con mis piernas y ahora si puedo sentirlo, puedo sentir que apartir de ahora los dos juntos podremos ser los dueños de todo.

Mientras el dolor se disipa poco a poco y el placer hace que me pegue mas a él busco su oido

-Te quiero, mucho-

Cuando salgamos de aquí, se acabó el maestro.

El responde a la desesperación de tus besos, que buscan esa confirmación de que su amor, al igual que el tuyo, es la única verdad, la que os une. Os centrais en vuestro beso, transmitiendoos más con vuestras miradas, insinuaciones y llantos de los que has compartido con nadie en mucho tiempo. Se ríe con algo que crees es ternura al escuchar tu susurro.

- ¿Es que lo habías olvidado?

Asiendote de nuevo por una nalga, aumenta el ritmo de sus caderas y te incita a que hagas lo mismo, rodeando su cintura con las piernas aún y agitada por su agarre. Vuestros besos solo se detienen para dejaros respirar el cálido aliento del otro sobre vuestros labios.

Sacando ventaja de esta situación, estando tú atada y él no, aprovecha para disfrutar del tacto de tu cuerpo, toma tus antebrazos con naturalidad, y baja hasta tus hombros, tomandote por ellos por detrás, a la espalda, y arrimando más su cadera para hacerte arquear la espalda.

Seguís intentendo fundiros en uno, hasta que él decide continuar su descenso con sus manos, recorriendo tu cintura, agarra tus caderas y se yergue tras darte un último beso, buscando una posición que le facilite una penetración más profunda, y una vez la consigue, ni su ritmo ni sus manos no se detienen, acariciando tu vientre y tus pechos.

Pues claro que lo habia olvidado. Lo había olvidado todo, ni siquiera sabía a estas alturas quien era, pero ahora no era un momento para darle cuenta a eso, ya lo pensaría después.

En realidad, con su mirada me era suficiente.

Con ansia devoradora consumimos el momento, y no es lugar muy romántico, pero parece que para nosotros si. Gimo mas profundamente cuando sus manos me agarran y aumenta el ritmo, yo hago lo mismo y sin poder evitarlo muerdo su cuello dejando que mis dientes acaricien su piel, su pelo mojado resbala por mi nariz y cierro los ojos para volver a atrapar sus labios .

Es curioso, pero aun con todo lo salvaje que pueda suponer este encuentro tiene un belleza delicada que seguramente solo sepamos interpretar nosotros.

Mi respiración cada vez mas agitada y las sensaciones también, sentirle tan profundamente hace que quiera mas, mas fuerte, mas de todo.

Para cuando sus manos me acarician los brazos mis gemidos son bastante audibles, debería controlarlos porque si de verdad estan fuera esperando que me mate no parece que este haciendo un buen trabajo, aunque puede que parezcan angustiosos, al fin y al cabo, cada vez le estoy pidiendo mas.

Tras su último beso le miro como si perdiera mi caramelo para un instante después hechar mi cabeza hacia atras al notarle completamente dentro.

Sigue con el ritmo mientras yo le dejo hacer lo que quiera y mientras, me siento en mi propio mundo con los ojos cerrados. Viviendo el placer, intenso, y cada vez mas desesperado, deseando tocarle pero a la vez excitada de no hacerlo, y todo esto sin aun reflexionar sobre todo lo que fuera nos rodea.

O tal vez si, y solo aumenta un morbo ciertamente pervertido.

Arqueo aun mas la espalda notando sus manos en mis caderas de manera posesiva y deseo que sea mio, algo que solo yo pueda provocarle, porque Miha, no esta viva, como yo.

Y ese es mi verdadero triunfo, y por fin lo he comprendido, ya no debería volver a tener celos de ella nunca más.

Sus gemidos afloran para acompasar a los tuyos, desde una más incómoda posición, sosteniendo tu cadera y erguido, lo que paradójicamente aumenta vuestro placer por largos instantes, hasta que sobreexcitado vuelve a reclinarse hacia ti, bajando un poco el ritmo para poder besarte con cierta soltura y sin perder movimiento. Tras ello no se separa, sientes el roce de sus labios, pero sobretodo su respiración sobre los tuyos, saliendo excitante con cada gemido pausado.

Vuelve a aumentar el ritmo, recobrando parte del ímpetu inicial, cerrando los ojos y dejandose llevar por el movimiento de caderas, abrazado a tu cuerpo. Sus ojos se abren justo frente a los tuyos, sosteniendote la mirada cercana, aumentando más y más el ritmo de sus caderas y reduciendo el tiempo entre sus cálidas exhalaciones, y mantiene esa intensidad cuanto puede, hasta que ve que ni tú ni él, al borde del orgasmo, podeis aguantar más y gritais de placer.

Se aferra a ti con más fuerza, apretando tus caderas y transmitiendote un instenso ardor que os deja a ambos desbordados, y despues, la calma. Se ha detenido todo, incluso el tiempo, el yace sobre tu cuerpo pero casi no sientes su peso. Su respiración profunda y agitada se recobra aspirando tus labios, y tras unos segundos, recobrado mínimamente el aliento, sus manos asciende por tus brazos, desatan las sogas de tus muñecas y te liberan. Atrapando aún su cintura, se yergue contigo, tomandote por la espalda y la nuca, hasta que estáis en vertical. Entonces te besa, con calma y romanticismo te recorre la acalorada espalda, y no es hasta unos segundos despues que eleva tus caderas con sus manos, liberandote de vuestra unión.

- Quizás no sea el destino, sino nosotros unos cobardes...incapaces de encontrar el coraje... para alcanzar lo que más deseamos... debamos ser más egoistas...

Aferrandote fuerte por la cintura, alza tu pequeño cuerpo sobre su pecho y sostiene tu mejilla con su otra mano, limpiando tus lagrimas a la par que acerca su rostro y besa tu frente, pero en lugar de separarse continúa, da otro beso en tu sien y un último en tu mejilla. Despues permanece mirandote en silencio, a tus ojos y a tus labios, mientras la duda y la incertidumbre le lleva a no ir más allá. Su expresión vacila entre el deseo y la disculpa, pero te separa de él y se pone en pié.

- Será mejor que te vayas a clase, yo me... iré a la mía... me están esperando...

Se aleja marchandose por la puerta, sin esperar más respuesta tuya. Sabes perfectamente que esta es su aula, el laboratorio de biología, pero aún así...

- Solo era una sospecha que necesitaba que tú confirmaras...

Masculla ante tus respuestas, seguida de una actitud amenazante que, retrocediendo unos pasos y apartando la mirada, la deja algo sorprendida e intentando no mostrar temor ante ti. Vuelve a decir algo entre dientes, esta vez no logras saber que, pero manteniendo silencio y aferrandose a su cámara, pasa a tu lado y se va caminando directa al aula.

Abril, 4ª Semana, Miercoles

Al llegar todos al aula ese día, os percatais de que faltan bastantes alumnos. Han faltado a clases durante todo el día Sho Miyabi, Akuma-san, Sakai Irisa, Haniji Hiroto, Hayashida-san y, ni Saito-sensei de filosofía ha reaparecido aún, ni se sabe nada de Sakai-sensei o Ecchido-sensei, que se unen a la lista de desaparecidos. Tras terminar en el laboratorio de física y química, os disponeis a dispersaros para ir a tomar vuestros respectivos almuerzos.

Mientras se mueve arriba sus gemidos tambien se unen a los mios, y bueno, es como si mi cuerpo ya no me perteneciera y ademas como si no estuviera alli, en la sucia aldea de los Haniji como una prisionera y ante el mismisimo Bloody Rain.

Solo son sus manos apretando mi piel.

Cuando vuelve a recostarse sobre mi, mis movimientos aumentan, ahora tengo mas flexibilidad, y siento que quiero llegar a un final junto a él.

Le beso absorviendo su aliento, restriego mi mejilla con la suya, atrapo sus labios entre los mios, entre mis dientes, dejando escapar los gemidos cada vez mas ansiosos junto con los suyos mas pausados.

Giro mi cabeza para restregarme por la sabana, si esa, llena de sangre que no es mia, pero yo lo hago con placer y con abandono, no con asco como debería ser.

Y entonces aumentan sus jadeos mientras también lo hacen sus penetraciones, abre los ojos mirando los mios y pegamos nuestros alientos alimentandonos mutuamente.

Mi rostro se contrae en un gesto final y sus brazos agarran mi cuerpo contra el suyo hasta notar como mi cuerpo se llena de una intesidad increible, compartida y plena, y para mi, llena de amor.

Y después la calma, con él sobre mi, y el recuperar el aliento y la consciencia, y cuando me desata las manos vuelvo a sentir el segundo orgasmo de la noche: La libertad de las ataduras

Me eleva encima suya y con la sangre volviendo a mis manos acaricio su mejilla con amor, despues él me besa lento y con sensibilidad y la verdad es que me quedaría ahí así para siempre.

Pero no puede ser.

-Tenemos que irnos-

Y por un isntante olvido lo que acaba de pasar para cambiar mi gesto a otro mas serio, le miro fijamemte.

-Lo que me provoca es invocar al Oni y dejar que se divierta con toda esta aldea de idiotas, pero lo cierto es que si creen que me has asesinado quizás pueda sacarle algun partido-

Me levanto de la cama mientras arrastro una de las sabanas y me la pongo alredor del cuerpo para al menos llevar algo. Bajo la mirada algo incomoda

-¿Como sueles matar?-

No estaba segura de si la sangre que había por la cama sería suficiente para engañarlos, si habría que destrozar un poco más el lugar o si quizas debiera hacerme algún corte para dejar algo de mi sangre también.

Pero no es que hubiera mucho tiempo...

Suspiro resignado y me aparto para dejarla pasar.- Aun no terminamos Ririko-san. Tendremos que seguir hablando esto. Disculpa mi rudeza.- Digo mientras se marcha de regreso al aula. Espero unos segundos. Es lista, mucho, y eso es bueno… pero creo que me tiene miedo ¿No la he defendido? La estoy avisando de lo que ocurrirá pero solo va a ver mi amenaza. Niego con la cabeza, no estoy hecho para esto, tanto secretismo, y no saber en quien confiar.

Demasiados rostros desaparecidos ¿Qué ha pasado con los Sakai y Ecchido? Esto no me gusta nada. ¿Acaso Akua, Hanaji y Hayashida han llegado a algún tipo de acuerdo? Parece poco probable… Tal vez hayan peleado de nuevo… espero que no sea eso. Las cosas comienzan a ser excesivamente complejas.

Al acabar me levanto y voy tras Yûdai. Me apetece poco hacer esto, pero es lo que debe hacerse. Diablos… Le dije que no volvería a hablar con él, pero… supongo que en estas circunstancias tendré que ser yo de nuevo quien dé el primer paso. Me dirijo a él con decisión y educación, procurando mantener mi frustración con el completamente ajena.- Sho-san, tenemos que hablar. Hay algo que tú y tu familia debéis saber. Te lo explicare en las pistas deportivas.- Si, allí podremos ver si alguien nos observa. Es un lugar perfecto.

Me acerco después a Ootonashi.- Ootonashi-san, creo que tu estas relacionada de alguna forma con Haniji, necesito hacerles llegar cierta información, y creo que no te hará mal saberla, solo por si acaso. Por su puesto si no quieres lo entenderé.- Hablo con calma, y una sonrisa.

-Marshall..(dije, mientras me acercaba a él)...sin que sirva de precedente...¿no sabrá por casualidad, algo sobre Akuma o Irisa?...sino no lo sabes no te preocupes solo es que me preocupo por ella, solo eso...(sino me contestas me ire a hablar con Tashiro)...si quieres hablar conmigo hazlo, pero quizás anotes puntos en el casillero equivocado...

Si bien había algunos desaparecido , a Yûdai solo le importaba su hermana , el resto apenas los conocía aunque eso no quiere decir que no sienta desconcierto ni algo de preocupación por lo que les pueda pasar . Sus pensamientos se ven interumpidos por el gaijin . 

Si , mi hermana me dijo algo , seré todo oídos . Por cierto ¿ no sabes donde está Miyabi chan ? . 

Le pregunto al americano con cierto extrañamiento ya que parecían estar todo el tiempo juntos .... como era los viejos tiempos entre ambos hermanos . 

Luego , cuando el gaijin se dirige a hablar con Ootanashi , Yûdai afina el oído tratando de centrarse solo en ellos para ver si puede enterarse de algunos detalles .