Partida Rol por web

Raúl: Pues muy triste con tus amigos, ya lo sabrás.
Raúl: Yo no les tengo malquerencia.
Raúl: Pero la tomaron conmigo.
Raúl: Aunque tu prima es una fiera, yo la entiendo. Tiene la sangre caliente.
Raúl: No como el viejo de su pinche padre.
Raúl: ¿Vienes a verme? Estoy solo en casa.

"Pero que huevos tienes cabronazo"

-Algo e oido
-Pro no e pillado mucho dl tema
-Acabo d llegar
-No tengo l chichi pa farolillos
-...
Hizo una pausa como de un par de minutos
-No puedo, tengo cena
-Si acabo pront...
-1 birra y m cuents?
"Te vas a quedar esperando, gilipollas,por lo menos hasta mañana" hacerse de rogar nunca fallaba
-Ando 1 poco prdida
-:(
 

Raúl: cuando quieras nos tomamos algo.
Raúl: recuerdo que te encantaba la servesa con tequila.
Raúl: no te pierdas mami, conmigo sabes que te encuentras.

¡Por las barbas de Confucio! Lo de ese tío no era normal "Anda y que te la pique un pollo, mamón!" en otro tiempo habría tenido que llamar al servicio de tintorería para limpiar el sofá, hoy era el antimorbo personificado "Vas dao chaval", de hecho le era repugnante, iba a costarle un cojón aguantar el tipo delante de él, aunque confiaba en saber torearle

-Veo q t acuerds
-Com la otra noxe...
-;)
"AGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG"
-Ya t aviso

Marcó el número del restaurante, en cuanto dio el nombre supieron que era comanda especial fuera de carta
 

-A ver, dígame. ¿Que desea?

-Mmmmmm vamos a ser...14- mejor pedir que sobre, que comían todos como osos y con suerte sobraría para el desayuno -querría... tacos de kimchi... ensalada de tofu y bonito seco... pollo teriyaki, wan tun frito... fideos fritos con soja, mandu, dim sun... galbi... sashimi de salmón y toro, arroz con verduras y curry ah! y la pizza de pato pekín y un par de sopas de aleta- (para ella y para Zero, que al resto no les molaba demasiado) pensó si se dejaba algo -mmmm- ¡El postre leche! -ay sí, un par de latas de lichis... una tarrina de helado de te (eso para ella)...y plátano frito con miel-
Se relamió ya estaba salibando
-La dirección de siempre... y el número es el xxxxxxxxxxx... ¿A cuanto sale?-

La persona al teléfono cambió y era su padre.

-¿Una fiesta, eh? Pásatelo bien. Son 250, te lo cargo a la tarjeta que te dió tu tío. Te regalo un par de botellas de sake para que lo celebréis bien. Un beso.

-Gracias papá!
Le dio ternura escucharlo, ahora que sabía lo que sabía más aún
-Papá...
Le retuvo antes de que volviera a la cocina
-A ver si nos vemos otro día y nos damos un paseo o algo, como cuando era pequeña ¿Sí?... Te quiero...

-Cuando tu quieras. Ten cuidado con las cosas de tu tío Gun. Es peligroso, ya lo sabes. Llámame cuando quieras, o pásate por aquí. Ya sabes donde estoy.

Hizo una pausa.

-Bueno, te dejo que me has pedido comida para un regimiento. Imagino que es con César y compañía. Salúdales de mi parte.

Le llegó un escueto mensaje al móvil, antes de que llegara toda esa comida. "Sal a la puerta". Y eso hizo. Entonces vió llegar el convoy. Dos coches, seis personas. Esos dos coches, sospechaba, eran para ella. Mayormente por que uno era el deportivo que había pedido a Zero para la carrera. Rugía como una panterilla. La elección era soberbia, y el tuneo muy elegante.

El coche lo conducía César, con su hija de copiloto. Zero le había instalado un sistema de óxido nitroso, un ordenador de a bordo con muchas funciones y un buen equipo de música. Además, su indicación de vinilos había sido seguida a rajatabla. Sobre el capó, lucía la corona de la reina. Y en la zona del maletero, sobre el cobertor del mismo y pegado al cristal, había un peluche Domo Fujin rosa, de tamaño medio.

El otro coche era un Camaro Super Bee de los que se rifaban los amantes del motor americano, al que habían dado una mano de pintura hacía unas horas, como única concesión a sus gustos. Matrícula nueva para ambos, a nombre de su identidad alternativa.

En éste coche iba el resto de la tropa, con Dwayne al volante. Detuvieron los coches en la entrada del complejo de apartamentos y fueron bajando con evidentes ganas de fiesta. Fiesta a su estilo, claro.

César se bajó del coche de los últimos. Y antes de cerrar la puerta, le lanzó las llaves para que las cogiera al vuelo.

-Siéntate, ya verás que tapicería. Es un lujo. Carajo, vas a tener que hacer trabajos para mi durante décadas para pagarme todas éstas joyas.

Sonrió.

-Eh, el Camaro tampoco está nada mal. Le hemos metido un poco de obra. Un coche fiable, pero sin nada ilegal. Para que hagas de chica buena y todo eso.

-Vamos a lo importante, chicos. A la cosa seria.

Abrió el maletero y estaba hasta arriba de cajas de cerveza de varias marcas. Y las comenzaron a sacar.

-Aprovechad que volvemos en taxi, que nos vamos a poner como osos.

La famosa prima apareció. La había conocido de niña pero ahora era diferente. Ahora no era una niña. No pudo evitar la punzada de envidia femenina por aquel cuerpo rotundo y bien formado, con culazo y tetazas, que ya lo quisiera ella. Lamentó en ese momento no ser un hombre para darle un repaso. Con su prima hasta se plantearía el cambio de acera.

-Ay prima cuanto tiempo.

Se le echó encima en un abrazo, de modo que las tetas se aplastaron contra las suyas. Que aunque pocas, tenía.

-Todos éstos pinches años oyendo hablar de ti y apenas te recordaba.

Sonrió, cogiéndola de la mano.

-Ah, tenemos de salir de fiesta las dos un día de éstos nomás. ¿No crees?

Pese a haberme adecentado levemente, era evidente que me había levantado hace poco. 

- Sí. Después de una semana de reparto y el "reparto especial" de anoche necesitaba descansar. - dije esperando curiosidad sobre dicho reparto. Sin embargo, y para mi sorpresa, él ya había hablado con César y parecía estar al tanto.

- Claro, ahí hay un cenicero. - señalé mientras habría los botellines - ¿Quieres la cerveza en vaso o en el botellín?.

Le ofrecí uno de ellos y me senté en un sillón que situé a su derecha. A continuación me senté y encendí un cigarrillo para mí e hice el gesto de brindar con el botellín y esperé a que él decidiera cuándo hablar.

 -Ya lo se papá…-sonrió amargamente por el comentario sobre el tío Gun “Pobre… si supiera...” era sorprendente a su edad tanta inocencia, admirable, reflejo de un buen corazón -¿Qué te parece mañana? Jeje… síiiiii ya sabes que somos pozos sin fondo jajajaja, les daré tus saludos. Besitos. Annyeoooong!

Colgó y al poco avisó César de que llegaban. Al asomarse se le cayó la mandíbula al suelo –¡HOOOOOOOSTIAS!- exclamó llevándose las manos a la cara como si fuera uno de esos realitys en los que te remodelan la casa, pero esto era mucho más guay ¡Menudo par de cochazos! Queen parecía un personaje de anime, con los ojos enormes y dando botes de aquí para allá admirando las dos preciosidades que le acababan de traer. Se colgó de cuello de César para darle las gracias y luego fue repartiendo besos a diestro y siniestro estaba loca de alegría. Pero lo que fue ya la pérdida de cordura total fue el peluche de Domo Fujin a juego, chilló tan alto que podía haber roto cristales. –Joder sois los mejores chicos ¡Que pasada!-
No paraba quieta, abrió el capó, se agachó para ver las llantas, acarició la pintura, pellizcó la tapicería… estaba que no cabía en si de gozo –Voy a ser la envidia de la ciudad, los cuidaré como oro en paño- abrazó el camaro y le dio un besito muy cucky ella, levantando un pie.
-Con suerte dentro de poco te los podré pagar- dijo al coger las llaves en el aire, reparó en ese momento en la rotunda presencia de Mary ¡REDIOS! Como estaba la pava, ni Samy Mirage ni leches que esta lo traía todo de fábrica, natural, había salido a Kendl
-Joder Mary, casi no te conozco!- la abrazó fuerte –me cago en la leche! Estás to buena! Si salgo contigo ni me van a mirar! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA- bromeó cogiéndola de la mano–cuenta con ello, que tenemos que ponernos al día!-
Sonrió y de un saltito se sentó al volante del Lamborgini. –Madre mía… vaya cosa bonita- suave, cómodo, bonito a rabiar… lo sentía como una prolongación de si misma. Se le saltaron las lágrimas. Estiró el brazo para coger la mano de César –Gracias…- susurró y le besó el dorso cariñosa devolviéndole una mirada llena de afecto.
A las duras y a las maduras, ahí estaban ellos siempre, y ella lo estaría también, eran su familia.
-Anda, pasad, que ya he pedido- cortó, que se estaba poniendo sentimental, cerró el vehículo –y estarán al caer- cogió una de las cajas de cervezas y echó escaleras arriba –Nos vamos a poner hasta el culo!-

-En el botellín, no te preocupes.

No era tan pijo como parecía. Aún disfrutaba de los pequeños placeres de la vida. Así que brindó con su hijo y dió el primer trago. Su expresión, sin embargo, era de preocupación.

-He intentando mantenerte alejado de todo ésto durante tu infancia... -comenzó a decir, dejando el botellín en la mesita- Tu siempre has querido valerte por ti mismo, que yo no te lo diera todo. Lo he aceptado, por que te ha servido para conocer el valor del trabajo honrado. Un trabajo que ha llevado a tu tío a partirse la espalda durante décadas, levantando la empresa para la cual trabajas... o has trabajado.

Eso planteaba la incógnita. ¿Que hacer con su curro de repartidor? Una vida de hombre para todo para mafiosos, poderes fácticos y gente con dinero no era muy compatible con el horario de una empresa de comida rápida.

-Ahora me dicen que estás haciendo trabajos para César. Que ya has hecho uno, por un tema familiar. Y que se te ha dado muy bien.

Le miró, como juzgándole de otra manera. Ya no era su niño pequeño, ni siquiera el adolescente rebelde. Era un hombre hecho y derecho.

-Me opondría en otras circunstancias. Pero no en las presentes. Nosotros somos coreanos, al menos mitad coreanos. Y para los coreanos, la familia, el clan, es lo primero. Y la familia, hijo mío, está en peligro de muerte...

Dió otra calada al cigarro.

-No se que te ha contado César, pero el panorama es negro. Wu Zi Mu quiere quitarme de en medio. Quiere destruir la empresa, quitarme los negocios del puerto, matarnos a todos. Y lo peor es que tienen aliados en la policía. Aliados más poderosos y en firme que los que mi dinero pueda comprar. Solo es cuestión de tiempo que nos vayan eliminando uno a uno, y se queden con Gozushi y con el puerto.

Negó con la cabeza.

-Con César puedes hacer trabajos. Ganarte la vida. Conmigo, hijo mío, puedes pasar a profesional. El desafío es grande, pero la recompensa también. El puerto es la puerta de entrada a Oriente, y las riquezas que vienen de ahí no te las puedes ni imaginar. Además, antes de todo ésto, Gozushi estaba en plena expansión. Si conseguimos convertirla en el nuevo Burguer Shot, no nos harán falta los negocios ilegales. Seremos ricos y poderosos, como lo son los grandes lobbys en éste país.

Ahora otro trago a la cerveza.

-Vas a cruzar una frontera peligrosa, hijo. No puedo prometerte tu seguridad, si no más bien al contrario. Correrás gran peligro. Pero ese el mundo en el que llevo inmerso desde hace mucho tiempo. Y para sobrevivir en él, no puedes fiarte más que de tus auténticos amigos leales. A veces, ni siquiera de la familia al completo...

Se pasó la mano por el rostro.

-Tu decides. Tu tío te espera mañana en el restaurante. Si vuelves a ir, sabré que has escogido una vida tranquila. Pero si vienes a verme al despacho, sabré que has elegido el camino difícil. Pero sin riesgo, no hay gloria.

Entraron en el piso, hablando como cotorras. La cosa se estaba animando. En un momento, la nevera se llenó con las cervezas, para mantener una buena temperatura durante toda la comilona. La comilona llegó al poco. En realidad tardó más de media hora, pero estaban tan entretenidos charlando de sus cosas que no se dieron ni cuenta.

La mesa se llenó con platos y más platos, mientras pusieron musiquilla para ambientar. No demasiado fuerte, por que era entre semana. Aunque la casa estaba insonorizada. Menos mal, por que si no los vecinos llamarían a la policía.

Las carpantas comenzaron a dar cuenta de la comida, y en menos de 30 minutos, de la enorme cantidad de platos quedaba menos de la mitad. Y luego se lo fueron tomando con más calma, disfrutando de las cervecillas, de la conversación y de ir picando.

El viejo se había sentado sobre la pila de ropa, y disfrutaba de un canuto y una birra.

-Que telúrica que tiene ésta casa. Es increíble. Y éste puff es la hostia. Yo quiero uno así.

Cogió una prenda con las manos, que resultó ser unas bragas, y las tiró al sofá donde estaban sentados varios de ellos.

-Sacad unas almohadas y hagamos una guerra. Hoy tengo el día uterino.

-Abuelo, déjate de leches y sácate la bolsa de maría. Que se que te has traído.

Miró a Mary y le pidió que volviera a explicar lo de Raúl. Se partieron el culo cuando le describió saltando por la ventana con cara de terror absoluto, el pene medio duro medio flácido, cristales en los pies y corriendo como una nena mientras gritaba de puro terror.

Se estuvieron choteando un buen rato de eso.