Partida Rol por web

Tras refrescarse en el oasis y reponer fuerzas los aventureros acordaron bajar al pozo que les habia indicado Grazzdan el no-muerto.

No comprendian demasiado de toda la historia que les habia contado acerca del lugar y de su propia persona, nada en ese desierto era demasiado normal.

Lo que les habia quedado claro era que en esa necropolis antigua habia un pozo que bajaba a un laberinto lleno de monstruos, trampas y TESOROS posiblemente magicos.

Asi que dejando a Xukel cuidando las monturas con los tres perros y el tesoro en el oasis, los otros cuatro se adentraron en la necropolis.

las rocas milenarias estaban desmoronadas y comidas por las arenas y el viento, de modo que apenas quedaban reconocibles tres piramides de 60 metros de lo que pudo haber sido todo aquello en la noche de los tiempos. Al poco rato dieron con la entrada del laberinto.

Adreim el elfo, Hagen el norteño, Bolrak el enano y Ariminden el clerigo estaban mirando la estructura circular en el suelo del desierto. Era un simple agujero vertical con un pequeño murete alrededor de un metro de alto.

Tenia sobre 4 o 5 metros de diametro y las paredes eran de piedra, parecia muy profundo y en su interior resonaba el eco de las voces de los aventureros desde las tinieblas.

Ariminden el clerigo toca las rocas con la mano y descubre que estan llenas de jeroglificos solo perceptibles al tacto en la lengua de los agujeros runicos.

Habria que recorrer todo el circulo de piedra para leerlo por completo, pero habla de la desdicha de los que yacen en su interior y advierte de horribles desgracias a los que osen entrar.

Es entonces cuando escuchais el familiar rebuzno de un camello carroñero cerca de vosotros.

Os volveis para encontraros cubierto de polvo y montado en uno de esos bichos cargado de equipo mazmorrero a un aguerrido grel vestido con las ropas del desierto, que ha aparecido en medio de la necropolis desde no se sabe donde.

Buenas tardes.

 Al ver el lugar al que nos acercamos, saco mi ballesta y voy caminando con cuidado mirando hacia todos lados. 

En eso aparece el grel a quien miro seriamente mientras le apunto con mi ballesta

Quien eres? y que haces aqui? digo mientras frunzo la nariz

Por fin nos ponemos en marcha en busca de nuestra fortuna. Hasta ahora ha sido considerable, así que confiado, Adreim, encabeza la expedición. No le amilana que su fiel amigo se haya quedado en el oasis. Alguien se debe quedar custodiando nuestras cosas y nadie mejor que un amigo de confianza.

Las pirámides son grandiosas. Este es un lugar digno de ser explorado por valientes. Cuantos tesoros habrá? Y cuanta fama lograremos cuando podamos decir que hemos entrado y llegado hasta tal o cual punto y vuelto con grandes tesoros. Síii, qué bien suena eso. Ya nunca me mirarán con desprecio por ser albino, eso me distinguirá entre los comunes mortales.

Cuando nos acercamos al pozo descrito por el no muerto, Ariminden, parece que sabe lo que dicen, lo cual me importa poco, ya que supone la molestia de tener que esperar. Bufff!

Pero mi bufido se solapa con el relincho familiar de un camello. Me pongo de nuevo alerta y desenfundo mi arma. Sólo es un elfo grel montando uno de esos bichos. Menos mal. Bolrak ya le está interrogando, a lo que añado:

Eh, no serás un paladín, verdad? Por tus pertrechos, parece que quieres entrar en los subterráneos. Es cierto?

Tras fijarme en los agujeros runicos y ver una parte de ellos, habria que recorrer todo el circulo de piedra para leerlo por completo y eso era algo que no iba a hacer asi que simplemente lo dejo estar.

A ver si tenemos suerte y no se plantean muchas dificultades... pienso para mis adentros.

De repente un aguerrido grel se planta ante nosotros montado en una de aquellas bestias carroñeras del desierto y nos saluda, a lo cual le devuelvo el saludo.

Buenas tardes, ¿se puede saber qué hace aqui?

Le pregunto intrigado al grel.

Puede que sea un cazatesoros como nosotros.

Al atardecer, conforme el sol va perdiendo fuerza, avanzamos aquellos que nos hemos decidido, en dirección a la Necropolis.

Tan solo se escuchan, durante largo rato, el eco que producen nuestras pisadas entre los túmulos que salpican el paisaje. Y decididamente, este paisaje no es que mejore conforme nos adentramos en la ciudad de los no muertos.

Avanzo algo separado del grupo preparado, naturalmente, para desenvainar. Y mientras camino, un hecho bastante curioso me llama la atención. La quietud que reina en el lugar. Ni siquiera detecto el mas leve soplo de brisa. Y para mi, esto es tan solo la calma que precede a la tormenta.

Alcanzamos el pozo que parece ser el acceso a la mazmorra que nos interesa y me asomo para echar un vistazo al interior del mismo. Su interior, es mas oscuro que la boca del proverbial lobo. Y yo, sin apartar la vista, digo.

Y a todo esto. ¿Alguien ha traído cuerdas o antorchas?. La cuerda vendria bien para descolgarnos hasta ahí abajo. Y las antorchas, a menos que alguno tenga un hechizo de esos luminosos, nos van a hacer falta.

Pero antes de que alguno de mis compañeros acierte a responder. Me giro pues hasta mis oídos, llega un sonido que rompe la quietud del lugar. Y al girarme, descubro a una curiosa figura a lomos de un carroñero similar a los que destripamos antes. Observo con detenimiento el avance del individuo que se aproxima y descubro que es u elfo oscuro. No es que el detalle me importe demasiado. De momento, no parece agresivo. Y yo, no necesito ningún otro detalle.

Y cuando el elfo saluda, una vez que mis compañeros le responden, me llega el turno de decir algo.

Saludos viajero. Mi nombre es Hagen. ¿Que interés te trae por aquí si se puede preguntar?. Pues un lugar como este, supongo que atrae a gentes con objetivos comunes.

Caminaba por el desierto dispuesto a conseguir tesoros de valor incalculable, cuando vi unas antiguas pirámides no muy lejos de mi posición, decidí montar en mi camello y me dispuse a ganarme el pan del día.

Al llegar observo un grupo de guerreros justo con la misma intencion que yo, así que me acerco y me presento a ellos.

-Buenas tardes
Después de un interrogatorio-monologo de preguntas normales para este caso, observo que un enano me apunta con la ballesta y un, espera que es eso? no lo llego a distingir bien pero creo que es un humano? sumamente blanco, desenfundando su arma.

-No hace falta que me apuntéis con eso, no tengo malas intenciones, mi nombre es Arafel y me dedico a explorar todo tipo de mazmorras y lugares, mi meta en la vida es ver cosas que nadie haya visto antes
Miro a mi alrededor esperando que bajen las armas, decido bajar del camello muy lentamente, no quiero que el enano me meta una flecha entre ceja y ceja. Al terminar de baja levanto los brazos en señal de 'no agresivo' y espero que bajen las armas mientras añado mas comentarios.

-Bueno, creo que para parlamentar sin presiones podríais bajar esas armas, como veis no vengo con ganas de jaleo, yo os podría ayudar a entrar hay, siempre que consiga una parte del botín.

Esta bien, bajad las armas compañeros, podria resultarnos util para el grupo.

A mi me pareceria bien que vinieras con nosotros, toda ayuda es poca en los lugares en los que habita el mal. Dime, ¿a que dios beneras? Le pregunto al nuevo con una sonrisa en la cara.

Observo al que parece la voz cantante del grupo y resulta ser un clerigo, o eso o no se el por que de esa pregunta.

-Benero a la madre de todos los elementos y tu? creo que eres un clerigo, me equivoco?

Como has podido adivinar, soy un clerigo y benero al Pacificador, espero que el nos proteja a todos en el interior.

Pareces un grel de bien. Espero que tu dios te proteja tanto como lo hace el mio.

¿Que te pareceria unirte a nosotros y dividir las ganancias a partes iguales?

 Miro al grel entrecerrando los ojos y bajo despacio la ballesta

Bien elfo...creo que puedes sernos útil, pero te advierto que ante cualquier cosa rara te meto un virote...jajaja

digo en un tono bastante serio 

Soy Bolrak "Manohábil", y nuestro plan es vaciar esta necrópolis....así que creo que habrá suficiente tesoro para todos jajaja...

digo con frunciendo la nariz.

...je....como si yo creyera que existe "suficiente" tesoro jajaja

-Espero que tu dios nos protega y espero que mi dios nos protega tambien, al igual que los que previamente entraron aqui y nunca saliero, tambien esperaron que sus dioses los protejieran.
Mientras comienzo a coger unas cosas del camello

-Pero aun así, vamos a entrar hay dentro, tomar.
Mientras reparto las antorchas y le doy el palo de 3m al clerigo, comienzo a acercarme al agujero con la cuerda de cañamo preparado para dar ostias a todo lo que se meta en medio de mi camino hacia las fortunas mas incalculabes jamas soñadas, xD!!

Agarro la antorcha que me ofrece nuestro nuevo compañero y me la sujeto, de momento, en el cinto. Y mientras el explorador se dedica a asegurar la cuerda por la que vamos a deslizarnos, yo vuelvo a mirar hacia abajo desde el borde del pozo.

Como era de esperar, sigue igual de negro. Y girandome, digo.

Quiza sea adecuado tirar una antorcha encendida ahi abajo. Asi sabremos la profundidad que tiene antes de empezar a descolgarnos. Y por lo que respecta al orden de entrada, creo que soy el mas resistente de los presentes. Si nadie pone objecion alguna, yo ire el primero.

Y si. Estoy de acuerdo en que Ariminden vaya en ultimo lugar. Sera bueno mantener a cubierto al responsable de curarnos.

-Tengo experiencia en esto, y creo que lo mejor es que el primero en bajar tenga un gran olfato para la oscuridad, pensar que lo que pueda estar hay dentro llevara mucho tiempo sin luz y si tiramos la antorcha encendida podriamos advertirle de nuestra presencia, por eso creo que lo mejor sea que baje o yo o el enano los primeros despues le sigues tu, cuando el primero haya asegurado la zona y despues los otros 2.
Mientras termino de descolgar la cuerda y busco alguna piedra segura donde dejar bien atado el otro extremo, no me gustaria nada quedarme hay abajo.

Espero a que mis compañeros vayan entrando para entrar el ultimo con mi honda preparada en todo momento.

 Entro despacio al frente del grupo, ballesta en mano y mirando hacia todos lados por si aparece algo inesperado