Partida Rol por web

- Estimado señor Galimatías, puedo jurar por esos dioses de los que hablais que no he notado ninguna incursión extraña en mis pensamientos, aunque pudiera ser, desde luego, que tal cosa estuviera pasando. El motivo por el cual inicié aquella conversación es, únicamente, que me agrada en grado sumo hacer especulaciones morales, sostener combates amistosos con miembros de agrupaciones con las cuales pueda tener grandes y profundas diferencias. Es, por supuesto, un debate pacífico, en el plano de lo intelectual, sin drogas ni semejantes memeces. ¡Lo juro por los dioses! Un reto de habilidad e ingenio. Algo de lo que, no tengo dudas, solo puede salir un bien para ambos.

Dadas mis diferencias con su agrupación en el plano de la moral, no podría jurar sino algo cuidadosamente redactado para tal fin. Dudo, empero, que el sacerdote encargado de redactar tales cosas se chupe el dedo, y temo verme imposibilitado de poner a los dioses por testigos en algo que no me veo en condiciones de cumplir. Si que podría jurar, si nos pagan bien por aquel objeto que nos ha mandado buscar graznada, que se lo entregaremos a ellos, siempre y cuando nos curen antes de salir a la aventura y permitan que cubramos el costo dinerario a la vuelta, a cargo de nuestras respectivas partes y a cargo de su propia recompensa.

Comprendo sus motivos, Señor Cifuentes - respondo con tono reflexivo a Norberto - Lamentablemente, no disponemos de mucho tiempo si en realidad queremos llevar a cabo esa negociación que usted sugiere antes de partir hacia el desierto...

Sugiero que vayamos a La Casa del Solaz los cuatro - añado, tras una pausa más larga - y una vez allí tratemos de buscar una solución satisfactoria para todos. Aunque soy miembro destacado de esa congregación, ni siquiera yo tengo los poderes necesarios para llevar a término un asunto de esta naturaleza sin el consentimiento de Bromindar, Abad de La Casa.

Es un hombre sabio y comprensivo, y nada podéis esperar del Templo del Pacificador que no sea Paz y buenos consejos..., ¿Qué me decís?. Apenas llevará un rato, y nada tenéis que perder...

Deberíamos ir. Nomberto, con tu labia no tendrás problemas para convencer al Abad de que no te pida cosas imposibles. Llegaréis a un acuerdo. Confío en tí. Así que propongo que marchemos inmediatamente. Quiero quitarme esto de mi culo ya!

Por supuesto, nadie hará nada que no quiera hacer. Pero conocer a ese hombre nos puede ayudar, de eso estoy convencido. Siempre hay más de un camino al mismo punto destino.

Ves, Arimindén, se me está pegando tu "sabidurida"! Jejejeje.

- En todo caso me da ciertas rabas entrar en ciertos sitios, como santuarios dedicados a dioses extraños para mi. Se trata de una reluctancia meramente cultural. Estas cosas se pegan, podría ser visto por otros ¿quién sabe? Nos es necesario mantener un cierto status en esta vida. Quizá sería interesante quedar con Bromindar en un lugar neutral, como los santuarios de la neutralidad, en el templo de todos los dioses, que se prestan a este tipo de negociaciones. También, por supuesto, podría ir a consultar a sacerdotes más acordes con mis convicciones...

Sus palabras me desconciertan, Señor Cifuentes - afirmo con tristeza, mirando fijamente a Norberto - Después de nuestro sesudo debate sobre el libre albedrío, en el que utilizó usted argumentos sin duda de peso y bien fundamentados, propios de una persona de elaborado criterio, no comprendo la poca importancia que le otorga a que sus actos estén regidos por un ser de la naturaleza maligna de la que estamos hablando, que tiene al parecer la misión de destruir sus entrañas si no cumple con sus oscuros designios..., no acierto a comprenderle.

No son solo motivos altruistas los que me impelen a querer curarle de su enfermedad, Señor Cifuentes, y a nuestros compañeros aquí presentes. Pretendo que me ayude, le pido, y fíjese bien en mis palabras, le pido que me ayude. No a mi, a una causa muy superior a nosotros. Yo se lo pido, le ruego que haga uso libremente de su buen criterio. Hasta para usted debería haber alguna diferencia entre este acto honesto de solicitud y la introducción por la fuerza de un desagradable parásito..., por ese lugar de su anatomía.

Pensé que el deseo de reparar el honor perdido sería motivo suficiente para que estuviera usted deseando deshacerse de la incómoda compañía que habita en su interior - continúo, mirándole decepcionado - Pero si ni siquiera eso le convence, no sé sinceramente qué podría hacerlo...

Bromindar no saldrá de La Casa del Solaz para entrevistarse con usted. Que yo sepa no lo ha hecho en años por ningún motivo, y desde luego que a un bardo caprichoso le de "ciertas rabas" entrar en el Hogar de la Tranquilidad no va a ser motivo suficiente - esta vez mi tono es de enfado - Le hago notar que es mi orden la que le hace un favor a usted, Señor Cifuentes, y no al contrario, al tratarle se su mal. Como ya le he dicho, el remedio es extraordinariamente costoso...

¿O es desconfianza lo que le mueve a hablar de esa manera...? - termino, con el rostro congestionado por la indignación - ¿Espera usted una emboscada en el Templo del Pacificador, una traición por mi parte o la de Adreim, que está dispuesto a venir sin poner tapujo alguno...?

Estas cosas no son buenas, no son buenas para el grupo, no señor... - digo al fin, tras lo que parecen unas profundas inspiraciones abdominales.

 Esa noche tienes un sueño...

en él, te encuentras cómodamente descansando, contemplando el sol de al tarde... te quedas adormilado (en tu sueño), y cuando te despiertas, ya es de noche... te has despertado porque una sensación creciente de incomodidad en tu espalda se hace de notar. Te tocas, y entre los omóplatos te das cuenta de que te ha salido un grano...

... no es más que una pequeña molestia, pero no te deja descansar. Aunque no llegas muy bien, te tocas con los deditos. Intentas explotarte el grano, pero como no puedes ver muy bien dónde aprietas, acabas poniéndotelo todo rojo. Sigues y sigues, ya picado, pero no obtienes más éxito.

Al final, con las dos manos en la espalda, aprietas tanto que...

SPRUT!

revienta el grano, poniéndolo todo perdido de pus... pero, amigo, qué a gusto te has quedado.

Todas tus preocupaciones terrenales ya no te agobian,

en comparación con el sonido del pus...

...saliendo del grano.

 Esa noche tienes un sueño...

en él, te encuentras cómodamente descansando, contemplando el sol de al tarde... te quedas adormilado (en tu sueño), y cuando te despiertas, ya es de noche... te has despertado porque una sensación creciente de incomodidad en tu espalda se hace de notar. Te tocas, y entre los omóplatos te das cuenta de que te ha salido un grano...

... no es más que una pequeña molestia, pero no te deja descansar. Aunque no llegas muy bien, te tocas con los deditos. Intentas explotarte el grano, pero como no puedes ver muy bien dónde aprietas, acabas poniéndotelo todo rojo. Sigues y sigues, ya picado, pero no obtienes más éxito.

Al final, con las dos manos en la espalda, aprietas tanto que...

SPRUT!

revienta el grano, poniéndolo todo perdido de pus... pero, amigo, qué a gusto te has quedado.

Todas tus preocupaciones terrenales ya no te agobian,

en comparación con el sonido del pus...

...saliendo del grano.

 Esa noche tienes un sueño...

en él, te encuentras cómodamente descansando, contemplando el sol de al tarde... te quedas adormilado (en tu sueño), y cuando te despiertas, ya es de noche... te has despertado porque una sensación creciente de incomodidad en tu espalda se hace de notar. Te tocas, y entre los omóplatos te das cuenta de que te ha salido un grano...

... no es más que una pequeña molestia, pero no te deja descansar. Aunque no llegas muy bien, te tocas con los deditos. Intentas explotarte el grano, pero como no puedes ver muy bien dónde aprietas, acabas poniéndotelo todo rojo. Sigues y sigues, ya picado, pero no obtienes más éxito.

Al final, con las dos manos en la espalda, aprietas tanto que...

SPRUT!

revienta el grano, poniéndolo todo perdido de pus... pero, amigo, qué a gusto te has quedado.

Todas tus preocupaciones terrenales ya no te agobian,

en comparación con el sonido del pus...

...saliendo del grano.

Me despierto de un sueño inquietante a la par que asqueroso.

Algo enfermo y repugnante se manifiesta en un lugar de mal acceso a mi persona. Algo que pugna por volverme loco y no dejarme descansar. Algo que deseo extirparle de mi cuerpo. Sólo con empeño y mi fiel espada logro abrirlo, sacarlo, purificarlo.

Cualquiera pensaría que es una simbología sobre el parásito de mis intestinos, pero Adreim.

Ummm, entonces, debe ser que voy a caer enfermo otra vez por la dieta tan repugnante que puedo tener aquí. Nooo, por favor, no quiero volver a caer enfermoooo! (lloriqueos)

En ese momento siento un retortijón de los buenos.

Uy, o corro o dejo rastro!

Cuando llego al agujero de cagar, me alivio como si hubiera parido. Entre sudores y suspiros pienso en voz alta:

Claro, lo que significaba el sueño era que tenía que purgarme por dentro, jejeje. Aaaahhh, qué bien! Me siento más tranquilo.

Al ver que la cosa se calienta...

Bueno, bueno, calmense, señores, no me obliguen a emplear el método de mi familia para solucionar conflictos. Es decir, atarles juntos uno frente al otro durante horas.

Mi muy estimado amigo, - dice Nomberto, encantado con el tono belicoso que ha adoptado Arindimén.- ¿reparar el honor perdido? ¡Pero mi honor está intacto! - Ríe larga y agradablemente. - No ofende quien ataca por la espalda, es su honor, el del ofensor, el que queda tocado. No hay vergüenza en ser superado por fuerzas enormemente desiguales. Pero si que es deshonroso lloriquear como una nenaza ante una molestia, y deshacerse de la misma de cualquier manera, exponiendo con ello la propia moralidad.

Para mi, señor Galimatías, el honor es más importante que la vida, más que las propias tripas. ¿Y me voy a arrugar ante un ridículo bichito? ¿Y voy a acceder a la ayuda de alguien que tiene DUDAS - alzamiento teatral de la voz, énfasis vigoroso - sobre mi amor por el bien y la libertad? ¿Alguien que se refocila en la insulsa debilidad, que busca el debilitamiento de la especie, la inversión de todos los valores por los que merece la pena luchar? ¿La paz, decis? ¿EL SOLAZ?

Se ha ido indignando, hasta llegar a un tono imperioso, duro, pero bello y cautivador. Dan ganas de ser Nomberto, en estos momentos, está claro. Entonces parecería que se tranquiliza, si no fuera porque no ha dado impresión, en ningún momento, de haber perdido los estribos.

- Me solazo ahora, si, sin necesidad de acudir a tal casa de débiles y de vagos: la casa del solaz, ¡ja! Sin embargo me agrada comprobar que no son altruistas vuestros motivos, que teneis, aunque débil, algún interés en el caso. En honor a ese interés condescenderé a acudir a las puertas de ese antro, negociaréis por mi las condiciones que NO incluirán duda alguna sobre mi conciencia inmaculada, incluído cualquier intento de escrutinio mágico o divino, en los términos que os detallé antes: cura de la enfermedad, pago al regreso, a cargo de las partes del tesoro que consigamos y de lo que nos puedan dar por el objeto en cuestión, que será debidamente generoso. Esos términos estoy dispuesto a jurarlos, juraré hacer lo humanamente posible por cumplirlos.

Ha sido un discurso curiosamente seductor. Conmueve, emociona profundamente.

Hola a todos.Me llamo el Arrasador,o Ras,como como vosotros querais.Han llegado a mis oidos rumores,sobre una compañia aventurera,llamada los SAJA-RAJA,y que se lo estaban pasando en grande.Asi que...aqui estoy.Si me aceptais estaria encantado de unirme a vosotros,si me aceptais,claro

 Como que los ZAJA-RAJA? Alguien por aquí intentando imitar al Zindicato zaja-raja?? Por dioz, en el momento que loz encuentre dezearan no haber nazido!!

digo apretando mis uños contra la mesa y frunciendo la nariz

Por zierto raz, creo que nomberto, el tipo eztravagante de ahi... digo señalando a nomberto ...se eztaba refiriendo a ti rezien; creo que no ezcucazte zu propuezta...

Arrasador, soy Adreim, el líder de la compañía. Queréis ingresar en "El Sindicato Saja y Raja". Eso no es para cualquiera. Bien, decidme vuestras cualidades y qué podéis aportar a este grupo de aventureros. Sepáis que nos dirigimos a un lugar del que no sabemos si volveremos todos.

Digo en una pose solemne como corresponde al líder de todo grupo de aventureros que se precie.

Me limito a saludar con la cabeza en silencio al nuevo candidato, ya he tenido bastante con el último proceso de selección personal donde mis aportaciones no fueron, digamos, muy bien recibidas. Así que me recuesto plácidamente y espero a que Adreim y Norberto le diseccionen metafóricamente hablando.

Escuchando a Bolrak, Nomberto repite la respuesta a la presentación que hizo Arafel de Ras:

- En efecto, mi querido felfo, asi dije. De un simple vistazo he podido observar que teneis las condiciones requeridas. Mirad, por favor, el contrato que nos ata. Recordad que teneis que jurar antes de consideraros miembro del muy estimable Sindicato de los Saja Raja. Os ha recomendado Arafel, el Silvestre. Eso para mi, es suficiente: he dicho.