Partida Rol por web

Alana se quedó ligeramente atras, y habia comenzado a jadear mucho antes que el resto por la subida. Se notaba que el atletismo no era lo suyo. Una vez arriba, tomó aire unos momentos, y comento.

-Uff...si trataremos contra objetivos aereos...los os enemigos clasicos de estos son el...afff...el frío y el viento. Se me ocurre...que si hacemos una combinación de Ventus y...Glacius, podríamos crear una tormenta de nieve y viento brutal que les impida avanzar por aire...

Ashton sale junto a sus compañeros hacia el puente de madera. Se coloca el pañuelo amarillo y negro y saca la varita. La sujeta con fuerza mientras mira a la cúpula, en concreto a las pequeñas grietas. Tarde o temprano acabarían entrando, aunque él seguía en parte confiando en que la cúpula aguantara.

- ¿Alguna idea?

No, pero antes quemo este puente hasta sus cimientos que dejo que lo cruce un mago tenebroso.- dice Henri mientras se anuda la bufanda de Hufflepuff al cuello. Hace frío, tanto como puede hacer una noche antes de navidad, pero sabe entrará en calor rápidamente que en el momento en que la cúpula caiga.

¡Quemarlo!, ¡Claro quemarlo!. ¿Por qué no?.- Presentaremos batalla al otro lado. Si tenemos que retirarnos lo convertiremos en cenizas mientras lo hacemos. En Howarts es imposible aparecerse, así que si lo destruyen ningún mago ni bruja oscura podrá cruzar por allí, aunque tampoco nadie podrá escapar del castillo usándolo. Daba igual

Vosotros tres os quedáis aquí.- les dice a tres chiquillos de tercero bastante esmirriaos y poca cosa aunque muy voluntariosos. Henri pensaba que no dudarían mucho en un enfrentamiento directo contra magos hechos y derechos, así que decidió protegerlos lo mejor que pudo.

Se agacha y los convoca en un círculo a su alrededor.- Vuestra misión es muy importante. Nadie que no sea un alumno del colegio va a cruzar esta noche este puente. Si nos veis retirarnos quiero que empecéis a lanzar vuestros mejores Incendio contra los cimientos del puente. Nos os preocupéis por nosotros, cruzaremos corriendo, nos dará tiempo de sobra, pero no a los tenebrosos.

-¡Yo había pensado lo mismo! Los alumnos de tercero creo que estaría bien que se pusiesen a los laterales del puente para tener una defensa a nuestras espaldas y mientras ellos nos ayudan desde esta orilla, nosotros formamos en la otra. Será peligroso, pero ganaremos.

Lo dice con total convicción. Saca de la capa, pues ha sido precavida y la ha cogido antes de salir de la Sala Común, sus artículos de broma. Quizá no sean muy efectivos, pero una bomba fétida bien lanzada puede ser casi tan mortal como un conjuro.

-Si tenéis artículos de broma, conjuradlos. Las bombas fétidas y los fuegos artificiales húmedos nos servirán de distracción contra ellos.

- Si no hay puente, nadie puede pasar... - digo mirando el mismo. Podríamos quemarlo de manera preventiva, pero eso nos quitaría el único medio de salida del castillo, ya que la mayor parte de la ofensiva iría por la puerta principal por lo que en caso de huida ese sería el mejor camino.

Porque era huir a pie o volando... ¿Volando?

- ¿Qué os parece si traemos alguna escoba? En el aire no nos supera ninguno de esos bastardos seguro. Si podemos esquivar bludgers podremos esquivar sus hechizos. Y si al final pasa algo no vendría mal tenerlas a mano.

Artículos de broma yo no tengo, pero en el dormitorio de los chicos creo que había una bolsa. No le importará que se la tome prestada... *

La propuesta de Alana era interesante, de ese modo podían encargarse del grupo de atacantes sin tener que ir de uno en uno. Aún así, Madelain pensó que podía mejorarla.

_Supongo que con Ventus alcanzará para que no puedan volar con comodidad. Y el resto podría lanzar maldiciones desde las alturas a los que se acerquen demasiado o a los que ataquen por tierra. De esa manera podríamos alivianarles el trabajo a los que están defendiendo abajo, o incluso sorprender a los enemigos que solo tengan puesta su atención en la entrada del castillo.

Solo con que tú traigas la caja que guardas bajo tu cama tendremos artículos de broma para aburrir.- dijo a Nora con una sonrisa recordando aquella caja.- Aún así tengo algunas bengalas explosivas que también pueden ser útiles.

Escuchó el plan de Ashton, era bueno. Montados sobre sus escobas eran extremadamente difíciles de batir, por lo menos ellos tres, y si al final decidían no usarlas en combate les vendrían bien por si tenían que salir volando.

- Acció -
 

Escucha las ideas de las chicas y asiente.

-El viento solo puede estar bien, pero con un poco de nieve podemos limitar su visibilidad. Además, les congelará lo suficiente como para que no puedan mover bien las manos. Haremos 3 grupos entonces: Ventus, Glacius y conjuros defensivos y de duelo. 

Es un buen plan, al fin y al cabo.

-Estaré en el segundo grupo, si alguien se cansa, puedo sustituirlo. Recordar que el flujo de magia debe ser constante para conjurar una tormenta, así que podéis iros turnando.

La cúpula mágica que protege el castillo parece que está comenzando a resquebrajarse. 

-¡Listos!

El aire quemaba en sus pulmones. La carrera había sido una absoluta locura. Pero eso le ayudaba a disipar el miedo que la paralizaba, y se obliga a centrarse en lo que se hablaba.
Dificultar su visión, preveer sus posiciones. Constancia, sin pausa.

Esa es la clave...

Saca su varita y se apresta, observando lo que pueda desde su posición. Se retira, para evitar que la controlase el miedo de nuevo.
Cierra los ojos y respira profundamente.

- Estoy lista.

-Bien. Estaré en la sección que nos defienda, tengo bastante confianza en que no traspasarán mi defensa, excepto que alguien se sienta mas capacitado...en tal caso tomaría un lugar en cuanto al Glacius -Dijo, ahora ya con algo mas de aliento. Sacó su varita de madera blanca, dispuesta.

Los alumnos están en sus posiciones. El grupo de la puerta principal ha conjurado los portales espejo creados por el subdirector en la primera clase del año y han tratado de disimular su presencia como buenamente han podido mientras que otros crean ilusiones y dobles para distraer a los atacantes. Quizá funcione, quizá no.

Mientras, el grupo Hufflepuff planea su modus operandi para mantener a ralla a los enemigos. Las escobas están en sus manos y los más jóvenes están en el lado del castillo para frenar desde ahí a los que puedan venir.

Y desde lo alto de las torres, se comienza a formar una enorme tormenta de viento y nieve. ¿El motivo? Solo los que han conjurado la tormenta pueden saberlo.

La cúpula comienza a desmoronarse y a fragmentarse, y los enemigos, vestidos de negro noche, comienzan a lanzar maldiciones a diestro y siniestro, sin importarles demasiado que sean alumnos lo que tienen delante. ¿Alguna vez les ha importando eso? Es posible que no, viendo como imparten las clases.

Madelain asintió a Alana. Estaba orgullosa de luchar junto a esa gente y de convertirse en parte de la historia ese día, fuera cual fuera el resultado de la batalla.

Hizo memoria y le costó un segundo recordar que Glacius y Ventus eran hechizos del tercer año. Preguntó a algunos chicos de tercero si ya lo habían aprendido, y cuando le respondieron que sí los dividió en los dos grupos, así como envió a otros más grandes para reforzarlos.

Ella era buena en duelos, de modo que se puso al frente de quienes lanzarían maldiciones desde lo alto del castillo. Llamó a aquellos que creía haber visto desempeñarse bien en el Club de Duelo a lo largo de esos años. Quedó todo organizado justo cuando cúpula cedió y los enemigos comenzaron a atacar.

_Recuerden utilizar los hechizos de defensa. Primero protéjanse ustedes y después concéntrense en atacar. ¡Desmaius! -dijo con mucha confianza, el entrenamiento en la Sala de Menesteres había dado resultado-.

Nunca había lanzado un hechizo desde una escoba, pero durante los entrenamientos habían estado desde haciendo malabares hasta montando con los ojos cerrados para aprender a mantenerse encima sin problema, por lo que no sería muy difícil.

Se sube a la escoba y en la misma posición asciende hasta tener un buen plano contra alguno de los magos oscuros. Agarra bien su varita y piensa un segundo antes de lanzar su primer hechizo. Ninguno de los que se le daba bien le haría un gran daño a sus enemigos. Pero había uno que quizás diera resultado. Si estaban en un puente y sus varitas salían volando, lo más seguro es que cayeran al agua, y de ahí no las podrían recuperar.

- ¡Expelliarmus! - digo apuntando al primero que pillo.

Parece que las chicas de la torre de astronomía se han empeñado en que sea difícil  volar.- dice Henri sin darle más importancia mientras patea el suelo para seguir a Ashton sobre su nimbus 2100.

En cuanto cae la cúpula los tenebrosos se lanzan al ataque. De momento sus conjuros se lanzan contra sus compañeros que se han quedado defendiendo el puente de pie, bien porque no tienen escoba o porque no se consideran capaces de hacerlo entre la tormenta y el viento.

Desde su posición tiene una perspectiva impresionante, de las varitas de uno de los magos Henri ve salir un rayo verde en dirección a Martin, uno de los chicos de sexto que se a quedado a pie del puente. Martin no se ha dado cuenta del peligro pues está esquivando los conjuros de otro enemigo - Protego duo.-

El rayo verde rebota impactando contra el mago que había lanzado, que inmediatamente cae al suelo como un muñeco de trapo. Por desgracia una bruja tenebrosa que estaba a su lado busca al lanzador del hechizo dándose cuenta de que hay alumnos sobre escobas acechándolos desde el aire.

Nora vuela sobre sus presas mientras sostiene sus regalos sobre las cabezas de los mortifagos. Las bombas fétidas explotan cuando están a la altura de las narices de sus queridos invitados al baile y gracias al viento se extiende mejor entre las filas enemigas, aunque su efecto se dispersa más rápido de lo habitual.

-¡Me parece que no olerán otra cosa en años! - dice antes de reír.

Sigue volando de aquí allá, con la capa ondeando al viento, mientras deja caer sus regalos explosivos y malolientes en puntos estratégicos. Cuando hace falta, conjura y maldice a diestro y siniestro. Lo bueno, parece ser, es que no hay tantos mortifagos como cabría esperar.

Desde el otro lado, los alumnos protegen a sus compañeros voladores y tratan de retener o atraer la atención de los magos oscuros. Son pocos, pero están dejando claro que los Hufflepuff no son para tomar a broma. El Tejón ha sacado las uñas y pelea mostrando su verdadera naturaleza.

Martin agradece a Henri su ayuda con un ataque sorpresa a uno de los magos que tiene al lado.

Alana se posiciono cerca del borde de la torre, firme, mientras avanzaba pasó la punta de la varita sobre sus ojos, un velo de polvo diamantino pareció rociarse sobre estos, y luego se consolido en un bonito antifaz con forma de mariposa. Aparentemente lo que había dicho abajo iba enserio, y tenia un buen motivo como para insistir en cubrirse el rostro. Aunque quizá los demas no lo comprendieran. Vio venir la hondonada de maldiciones, pero no pareció amilanarse en absoluto, levantando la varita y hablando con calma, para dar ánimos.

-Carecen de gracia y de visión. Hacer magia es celebrar la grandeza de la vida...es brillantez...es magnificencia... -mientras hablaba, hizo pases rápidos con la varita y luego hizo un movimiento amplio y melancólico, como quien echa un cobertor sobre un ser querido para protegerlo del frío. Tenia en cuenta que otros quizá le ayudarían, pero sospechaba que la mayoria estaría demasiado emocionado lanzando conjuros como para perderse la accion dedicandose a defender. Por su parte, estaba bien. Lo visualizó en su mente, y lo extendió a la realidad: un escudo casi invisible, tenue, apenas delatado por sutiles destellos plateados en el aire etre ellos y la lluvia de conjuros que se avecinaba. Se concentro en extenderla tanto como su capacidad lo permitiera. Sintió un cosquilleo suave en la yerma de los dedos mientras se aplicaba al máximo en dar vida a sus palabras.

-Protego duo...

Lissy miró con preocupación el cielo, la cúpula estaba empezando a caer y con ella todo el conjunto de maldiciones de los magos afines al régimen... era curioso como habían cambiado las cosas, hacía unos días su máxima preocupación era tratar de volver a su familia, tratar por todos los medios de dejar de ser la oveja negra... y ahora si... sobrevivía su nombre sería borrado del recuerdo de sus padres, jamás le perdonarían lo que estaba haciendo, pero ahora no debía pensar en esas cosas, su determinación era fuerte y se había propuesto no fallar a los que realmente se preocupaban por ella, sus compañeros de Hogwarts.

 De manera que sostenienfo la varita con determinación y con su precioso vestido de gala, sus elegantes tacones y su bien cuidada melena al viento, exclamo.

- VENTUS- el conjuro parecía haberle salido bien... ahora sólo faltaba la nieve.