Partida Rol por web

Tras ayudar a Nora y al resto de alumnos heridos a ir a la enfermería y recibir tratamiento, finalmente es el turno de Ashton de ir a ver a Madelain. En un momento la chica le arregla el hombro, que le queda como nuevo tras un sencillo hechizo. Se quita el cabestrillo improvisado y mueve el brazo libremente.

- Muchas gracias. - le dice sonriendo.

Tras haber sido curado piensa en ir a ver a los graves a la tienda de campaña, pero parece que ya todo ha pasado y la mayoría ya están bien. Entonces ve llegar a los alumnos de sexto con... ¿Ginna? Él nunca se había llevado mucho con ella, pero sí que se habían visto varias veces, ya que ella era bastante amiga de Alan.

Se queda paralizado un momento, pero cuando ve a Madelain correr, se lanza a la carrera tras ella e intenta pararla antes de que llegue.

- No lo hagas, por tu bien. - dice interponiéndose en su camino. Si él estaba destrozado ella... Verla sería lo peor que podría hacer.

_Déjame Ashton, nadie conoce mi bien mejor que yo -le respondió e intentó zafarse para llegar hasta donde estaba su amiga-.

Uno de los alumnos de séptimo detiene la mano de Madelain antes de que pueda descubrir el rostro de Ginna.

-No te gustará verla. No sé que hechizo usó, pero dejo a los mortifagos que la rodeaban calcinados... así que es mejor que no la mires. Hazle caso a tu amigo.

El otro chico asiente y ambos se alejan hacia el lugar que han habilitado para las víctimas de la batalla. 

Cuando Lissy vio la camilla con el cuerpo inerte y cubierto de Ginna, se cubrió la boca con las manos horrorizada y fue entonces cuando cayó en la cuenta de que podrían haber muerto muchos alumnos o profesores más.

De manera que decidió salir de allí y buscar al chico del baile... era un desconocido y ella una tonta... pero tenía que comprobarlo, tenía que comprobarlo... por favor, por favor que no estuviera muerto el también... por favor, por favor, al menos que tuviera la oportunidad de volver a verlo, aunque no tuviera ninguna oportunidad de salir con él... aunque sólo la quisiera como amiga, aunque sólo hubiera sido un cuento de una sola noche... pero por favor que estuviera bien...

Salió corriendo, sin importarle nuevamente el estado de sus pies y el echo de que estuviera descalza y que todo a su alrededor estuviera cubierto de los restos de la cruenta lucha que se había llevado a cabo.

Lissy buscaba, buscaba cualquier resquicio que pudiera indicarle donde estaba... mientras tanto un torbellino de ideas se le venían a la cabeza. La sonrisa del chico, su elegancia al bailar... la música, el baile... todo empezó a darle vueltas mientras la chica corría, buscaba, se detenía a observar a los heridos, a hablar con todas las personas que se le cruzaban preguntando por él.

Tras los tratamientos oportunos, me sentía mejor y lejos del frío abrazo del desangramiento. 

-Bueno, pues... esta batalla ha llegado a su fin. Si no recuerdo mal, todos lo que tienen personas queridas que quieran encontrar estarán ansiosos de tomar la poción que estaba cocinando en secreto. 

Abrazo a Scarlet por la espalda y la aprieto contra mi, antes de soltarla. Ahora tenía que elegir que camino iba a seguir.

-¿Encontramos a tus padres y nos vamos a buscar los secretos del mundo?

La escena comenzaba a oscurecerse.
Todos se podían regocijar por encontrarse vivos. Pero existían las víctimas, y poco a poco llegarían a conocerse sus rostros. O lo que quedase de los cuerpos.

Todas las victorias tenían un alto precio. La diferencia radicaba en si los vencedores eran capaz de seguir adelante tras las pérdidas.
No dudaba en que Madelain podría hacerlo, era una chica fuerte. Ya lo había demostrado al querer ponerse ante la muerte de aquel modo tan brutal.

Mira a Scarlet y envidia la atención que recibia de Spencer. En aquellos momentos todos necesitarían algo de calor, pero no podría permitirselo.

Si pudieramos levantar una oración por ellos...

Parecía que todo iba bien, su brazo ya no le dolía y Nora y Alex habían salido ya de la enfermería.

Henri no se dio cuenta de que dos alumnos traían un cuerpo tapado hasta que escuchó a Madelain gritar. Para cuando se dio cuenta de quién era, Ashton ya estaba intentando evitar que la ravenclaw vea como ha quedado el cuerpo de su amiga. No había coincidido mucho con Ginna, pero las tres o cuatro veces que habían hablado le había parecido una buena chica, escuchar que su cuerpo había quedado destrozado le encogió el corazón.

¿André?- responde Henri a una angustiada Lissy mientras trata de hacer memoria- No lo he visto desde.... desde el baile. No vino con nosotros a defender el puente, pensaba que estaba contigo.- El debía poner la misma cara cuando no encontraba a Nora minutos antes. Aún había compañeros a los que encontrar- Voy contigo.

Lissy entre tanta desesperación agradeció profundamente que Henry la ayudara a encontrar a Andre.

- No, él no vino a la torre... la última vez que lo vi fue cuando empezó todo... en la puerta de entrada del colegio... pero no se que dirección escogió para ir a ayudar... ojala no le haya pasado nada...- comentó llena de angustia retorciéndose las manos- A lo mejor fue al puente... en la entrada no lo he visto cuando fui a ayudar...- ¿donde estaba? No se lo podía haber tragado la tierra...- ¡¡ANDRE!! ¡¡ANDRE!! ¿DONDE ESTAS?- gritó sin poder contenerse mientras unas traicioneras lágrimas se escapaban de sus ojos.

Parece no haber rastro de André y nadie de los que está ayudando en el exterior parece haberlo visto. ¿Qué le habrá pasado? ¿Habrá desaparecido por completo de la faz de la tierra? Es una de las muchas posibilidades, de las muchas explicaciones que pueden haber para su desaparición.

Cuando todo parece perdido, Henri, que es quien tiene un oído más desarrollado debido al quidditch, escucha algo que viene del acantilado que separa el castillo del resto de terrenos. Cerca del puente principal. Al asomarse, pueden ver a André haciendo lo imposible sujetándose a un saliente. No tiene muy buen aspecto, pero, de momento, aguanta... quién sabe cuanto tiempo más lo hará.

Bastante recuperado, al menos no me siento morir con solo mover el cuerpo cuando los extremos rotos se rozan y eso ya es bastante, salgo del hospital ayudado de unas muletas. Ni hago el intento de apoyar la pierna entablillada...no tardará más de un día en curarse del todo, pero no pienso arriesgarme.

Al ver que Henri va al acantilado y mira, voy con él. Y cuando veo lo que ocurre...no me lo pienso. Alzo mi varita.

-Accio escoba voladora.- me da igual cual o de quien...cuando llega a mi, monto y bajo a por André. Por suerte para volar no se necesitan las piernas.

-Vamos tío...sube con cuidado.- en cuanto lo haga lo llevaré arriba.

En cuanto dejó a Spencer en cuidados con la enfermera Pomfrey, Scarlet fue a buscar a Madelain para que atendiese su hombro herido, ya que comenzaba a notar la gran falta de movilidad en éste. No tardó demasiado en curarla, pues Scarlet puso de su parte en todo lo que pudo para facilitarle el trabajo.

-Gracias, Madelain...-le agradeció al notar la mejoría. 

Salió de la estancia, donde veía a todos los heridos salir con unos y otros remedios. En ese momento sentía que su alma había bajado a los pies, de golpe. Sus ojos buscaban con urgencia los de Alex, esperando que estuviera bien. Además, escuchar los lamentos, ver la incertidumbre en las caras de todos los combatientes, sin saber si sus seres queridos estaban a salvo o no... no era algo que ayudase. La angustiaba imaginar que hubiese alguien de quien nadie se hubiese acordado y... a saber dónde estaría. Ella misma podría ser esa persona. 

Sintió entonces que unos brazos la rodeaban desde la espalda, estrechándola y reconfortándola. Esbozó una sonrisa triste, de medio lado. Su cabeza cayó hacia atrás, dejándola apoyada sobre el hombro de Spencer, quien la estrechaba con cariño. Suspiró e se resistió a deshacer el abrazo, no quería que se separase de ella, por lo que no dejó que la soltase. 

Vio también que Alex y Henri salían del castillo, el primero con muletas, pero por lo menos podía andar y moverse. No pudo evitar soltar un gran suspiro de alivio entre los brazos del Ravenclaw.

Escuchó su voz, suave, cercana. Tal vez rendirse fuese la mejor opción, darlo por perdido... Cuando entonces, vio la camilla totalmente cubierta. Un mechón de pelo morado se escapaba de debajo de la blanca sábana. Los gritos de Madelain, atravesaron sus tímpanos y calaron en lo más hondo de su corazón. No conocía demasiado a la chica, pero le parecía una buena persona, divertida y abierta. Además, pertenecía a su misma casa, lo cual hacía que no pudiera evitar sentir cierta empatía. 

No, no podía rendirse. Por Gina. Por Christine. Por las víctimas. Por los heridos. Por Spencer. Por Alex. Por Ashton. Por Henri... Por todos. 

-Sí.-respondió-Yo... tengo que liberar a mis padres, Spencer.-dijo, decidida, pero sin terminar ese largo abrazo, como si tuviese miedo de verse sola rodeada de la nada.-Debo hacerlo, no puedo dejarlos allí... Tú... ¿vendrás? Es decir... si no quieres, si te parece demasiado peligroso, quédate en Hogwarts, por favor.-le pidió, ahora sí, girándose para poder mirarlo de frente, pero sin soltarle las manos.-No quiero volver a pasar por lo mismo, no quiero preguntarme si sobrevivirás, no quiero volver a verte herido.-le decía, casi suplicante, con gran angustia en su voz. 

- Es mejor que la recuerdes como era. - le dice simplemente a la chica.

Aunque intentara zafarse de él verdaderamente no quería pasar. Y si no le hacía caso a él seguramente se lo hiciera a los otros alumnos. Su defensa era pasiva en cualquier caso, y si ella de verdad quería pasar podría hacerlo.

- Te puedo prometer una cosa, y es que nos vengaremos. No dejaremos que esto sea en vano, no volverá a pasar nada así. No podemos dejar que nadie más acabe así por su culpa.

Su voz era seria. Antes solo tenía un motivo contra el señor oscuro, ahora tenía dos.

Cuando Lissy se giró hacia el lugar indicado por Henri y comprobó que se trataba de André, corrió rápidamente hacia el borde. Se tumbó cuán larga era en el suelo y alargó el brazo todo lo que pudo tratando de aferrar al muchacho de Huffelpuf.

En estas estaba cuando Alex conjuró su escoba y se dirigió rápidamente hacia el mismo lugar para tratar de ayudarlo también. Había que reconocer que su compañero de casa era intrépido, a pesar del dolor que debía estar padeciendo por la herida de su pierna no dudó un instante en ayudar a otra persona... si conseguía salvar a André la factura estaría más que saldada, de eso no cabía la menor duda.

- Venga André... agárrate... vamos un esfuerzo... NI SE TE OCURRA CAERTE- bufó casi enfadada presa de la desesperación por ayudar al muchacho y a pesar de todas las normas de etiqueta que una niña de bien debía guardar, Lissy era incapaz de controlarse.

Encontrar con vida a André mejoró el estado de animo que tenía Henri después de ver a Ginna cubierta por esa sábana. La idea de Alex era buena.

Su escoba tenía que estar por allí cerca, había saltado de ella para poder lanzar hechizos justo cuando llegaron volando por la retaguardia enemiga, así que ningún rayo le había impactado, como mucho la habrían pisado.- Accio escoba.- Su vieja Nimbus salió volando a su encuentro. Estaba en un estado lamentable para jugar un partido de quidittch y necesitaría horas de mantenimiento, pero aún se podía volar sobre ella.

En cuanto comprobó que aún funcionaba se la dio a Alex.- Toma. André sabrá que hacer sobre ella.- No era muy seguro que dos personas volaran sobre la misma escoba, aunque fueran solo unos segundos y tanto el gryffindor como el cazador de hufflepuf fueran bastante hábiles.

Todo iba a salir bien. Dentro de él, Henri lo sabía, sabía que la lucha no había terminado, que aún no había encontrado a su primo y que quedaban muchas batallas por librar antes de que eso pasara. Pero como dijo en su sala común, durante la noche habían hecho historia y ni siquiera el señor tenebroso podría parar lo que ellos habían comenzado.

Está en una mala situación. A decir verdad, no sabe aun como consigue sostenerse de ese pequeño saliente del que se está sujetando y, además, durante tantas horas. Los brazos le arden del esfuerzo y los dedos comienzan no responder y a perder fuerza. Por suerte para él, Alex baja volando con una escoba y otra en la mano. Quizá tenga suerte y todo.

En el momento en el que va a coger la escoba, las fuerzas de los brazos le fallan y cae irremediablemente al vacío que se abre a sus pies y cae demasiado rápido para que Alex pueda hacer nada sin tener experiencia de vuelo, salvo las pocas clases que todos han recibido en primero.

Los que están al borde del barranco pueden escuchar el grito de André desgarrando el aire y luego los lentos e incontables minutos que pasan desde el grito hasta el golpe contra el agua... que nunca llega. ¿Habrá tanta distancia que no se escucha nada? Los minutos se hacen cada vez más densos para Lissy que parece que va sufrir un duro golpe.

Pero, de pronto, André y Alex salen de la fisura natural... André bastante desmejorado, como todos, y recuperando el aliento después de una caída a una velocidad de vértigo. Ambos se posan a unos metros del borde del precipicio y André se deja caer de la escoba, agotado.

-Un poco más... y no lo cuento. Me ha faltado esto - hace un gesto con los dedos indicando unos centímetros - de estrellarme.

Sale del hospital de campaña instalado en el Hall del castillo y no tiene buena cara. Junto a ella no sale nadie más: ni Chris ni Gordon; y eso quizá no sea una buena noticia y más con los lagrimones que corren el maquillaje que aun lleva desde el baile, pero le importa bien poco su aspecto. Se limpia las mejillas con la mano, pero no mejora el aspecto. Parece que todos están ocupados buscando a los alumnos o rescatando a aquellos que han perdido la vida... quizá un precio demasiado alto para todo eso, aunque todos han aceptado por ellos mismos ese precio. Sabían a lo que se enfrentaban cuando salieron al campo de batalla.

En ese momento, como de la nada, aunque parece que ha estado librando su propia batalla en alguna parte del castillo, aparece Martha, la hermana de Alex, con el pijama bastante maltrecho y el pelo chamuscado... como los padres de Alex se enteren que ha dejado que su hermana pequeña pelee contra magos tenebrosos... mejor no pensar en eso. Se acerca a Clare al ver su aspecto.

-¿Estás bien? Hemos ganado...

-Es Chris... la Señora Pomfrey... no sabe si se recuperará... ha hecho todo lo posible, pero no despierta... y parece igual de débil.

Camino a su alrededor hasta encarar a Scarlet.

-¿No es un poco egoísta por tu parte? No puedes dejarme atrás, siendo el único de los dos que se preocupe. Además, mis padres... son listos. Habrán dejado detrás una cámara de Gringotts vacía y ni una varita. Tendremos que encontrarlos en el camino.- Por sorpresa deposito un beso fugaz en sus labios, que me supo tan dulce, como el del primer día en el Expreso. - Te lo dije aquel día y te lo repito ahora, nunca dejare que te quedes sola. Nunca más.

Lissy que desde que había entrado a Hogwarts jamás había sido buena con la escoba, lamentó enormemente haber pasado de las clases de escoba porque el Quiddicth era un deporte bárbaro y poco estético... Serían muchas las cosas que debería cambiar a partir de aquel momento.

Entonces observó con horror como André se soltaba presa del agotamiento.

- NO...- exclamó en un grito ahogado con los ojos desencajados, fue como si el tiempo se detuviera oprimiéndole el pecho... jamás había sentido unos momentos de angustia como aquellos.

Pero justo cuando parecía que todo se había perdido aparecieron Alex y Henri con André... no se lo podía creer, ¡¡Lo habían conseguido!! 

La señorita Richards comenzó entonces a llorar copiosamente, sus rodillas se le doblaron y se dejó caer al suelo presa de un incontrolable temblor, mientras no dejaba de llorar, después de todos los nervios que había acumulado sencillamente no podía parar.

- Lo habéis hecho... lo habéis echo... gracias...

Cuando los tres chicos aterrizaron en tierra, a Lissy le retornó la fuerza se levantó con las mejillas empapadas en lágrimas y se abalanzó hacia los tres chicos.

- SOIS LOS MEJORES- les dijo a Alex y Henri agradecida en lo más profundo con una radiante sonrisa- ¿André estás bien?- le preguntó al chico temblorosa, quería abrazarlo, pero temía ser rechazada.

Scarlet lo miró mientras caminaba a su alrededor mientras que con ambas manos jugueteaba con los bordes rasgados, sucios y quemados de su querido vestido. Se quedó ligeramente cabizbaja cuando insinuó que estaba siendo egoísta, pero no podía pensar de otra manera. Lo había pasado mal teniéndolo al lado, pensando que en cualquier momento podría haber sido el objetivo de una maldición, o que algún escombro podría haberlo apresado bajo su peso. Pero... si la situación fuese al contrario, ella tampoco se quedaría de brazos cruzados esperando a que él volviese con vida, ni pensarlo. Sí, tal vez está siendo algo egoísta. 

El beso la pilló totalmente por sorpresa, pero no por ello se apartó ni le desagradó en absoluto. Sintió un cosquilleo recorrer toda su espina dorsal, era agradable y cálido, pero efímero. Sonrió cuando sus labios se separaron, tardando unos segundos más en abrir los ojos por completo, encontrándoselo justo frente a ella. Sus últimas palabras calaron en lo más hondo de su ser. Le prometía que nunca la dejaría sola, que siempre estaría a su lado... y se lo decía por segunda vez. Recuerda cómo ella misma se lo pidió a Alex unos meses atrás, de camino al castillo y él... bueno, era algo que no podía darle, mucho menos prometerle. Spencer sí. Eso era lo que ella quería, alguien que no permitiera que estuviera sola, que volviese a pasar por el mismo infierno de verano. Un compañero que nunca soltase su mano. Y esa persona era Spencer. 

Se volvió a acercar a él, esta vez para rodear su cuello con los brazos mientras se alzaba con la punta de sus pies para poder darle otro beso. Algo más largo, pero con la misma cantidad de dulzura y sentimiento que en el anterior. 

-De acuerdo.-accedió, posando su frente contra la suya, aún con los ojos cerrados y la sonrisa bailando en su rostro-Lo haremos. Juntos.-prometió, sellándolo con un nuevo beso. De repente, el mundo en el que vivía, no le parecía tan horrible si se sabían ver las cosas buenas y encontró más motivos por los que seguir luchando, sin desfallecer. Spencer era su compañero, sería su apoyo y ella el de él.  

La chica mostraba una belleza extraña. Aún conservaba parte del maquillaje de la noche anterior y aunque el vestido estaba rasgado por varias partes y lleno de barro de rodillas para abajo el conjunto aún le quedaba bien. Lo único que no encajaba era su cara contraída.

No podía ni imaginarse lo que pasaría por la cabeza de Madelain en ese momento. No se había atrevido a moverse desde que la había visto corriendo, y ella tampoco había terminado su carrera hacia su amiga. No podía estar sola en un momento como ese.

Con un ligero movimiento miró hacia la puerta. Habían conseguido recatar a André, y por la felicidad de todo el mundo parecía estar bien. Y cerca de ellos Scarlet se besaba con Spencer.

¿Debería él sonreír? ¿Por qué no estaba él feliz como los demás? Es verdad que nada había acabado, pero la batalla estaba ganada.

Quizás fuera porque seguía viendo la cara de la Ravenclaw a su lado. O quizás fuera porque deseaba poder darle a Katie el mismo tipo de mirada que tenían Lissy y Spencer en ese momento. Pero él había hecho una promesa, y pasara lo que pasara, y aunque terminara solo la iba a cumplir.

Entonces escuchó las palabras de Clare. Sin esperar a su reacción se adelantó un paso más y le dio un abrazo a Madelain. Era algo que seguramente ambos necesitaran. No podían derrumbarse en ese momento.

Al fin y al cabo, aquello no era final, era solo el comienzo.