Partida Rol por web

Faltaban sólo 3 noches para el festival de Otoño y Heaven Falls estaba radiante ya, casi todas las viviendas tenían su decoración instalada y las calles rebosaban de una luminosidad muy distintiva. Quizá fuera por no romper con la dinámica del entorno porque a diferencia de otros años, tenía intención de poner mi granito de arena en cuanto a la iluminación del pub. Y esta vez no había necesitado tratar de convencer a Madi, la otra trabajadora del local para hacerlo.

Había comprado en una tienda del centro cable eléctrico y bombillas para la iluminación, así como lámparas orientales como las que utilizan en el lago. A pesar de que en la ferretería sólo les quedaba el cable de la iluminación navideña, era tan fácil como cambiar las bombillas rojas por otras de diferente color. No había nada imposible.

Suerte que hacía ejercicio o aquella caja se habría convertido en un problema, por suerte llegué sin complicaciones hasta The Revenant, empujé la puerta y me acerqué a la barra para dejarla allí - ya tengo las luces, creo que compré las últimas - había un par de personas tomando algo en la barra y otra en una mesa.

- Se me ocurre que igual podíamos crear un cocktail especial para el festival - los comercios del pueblo colaboraban en la organización del festival y yo quería que el pub también tuviese su participación pero no de aquel estilo clásico sino pretendía darle color, otro look - podríamos aprovecharnos de que ahora viene mucha gente para lanzar una bebida diferente ¿Cómo lo ves, Madi? - al festival de Otoño concurría mucha gente, era un buen momento para sacar tajada.

Me coloqué detrás de la barra para buscar una de aquellas bebidas de color que tanto me gustaban

El bar ''The revenant'' llevaba poco abierto pero se notaba como intentaban hacer todo lo posible para unirse al festival del otoño junto con el resto de los locales del pueblo. Su propietaria se encontraba en la barra conversando con la otra chica que servía copas a las mesas y en la barra. A esa hora todavía no estaba demasiado lleno y la música de ambiente estaba relativamente baja.

Connor se había dirigido desde el centro después de hablar con su amigo directamente hacia el pub, después de todo aún no habían comenzado las fiestas como tal y no tenía mucho que ver. Así que con paso firme caminó hacia el pub tampoco es que fuera a tardar mucho ya que en Heaven Falls podías recorrerte el pueblo de un extremo a otro en poco más de 30 minutos.

De alguna manera caminando sin ver bien el camino, Mark acabó en frente de un bar que aunque tenía un cartel con ciertas luces era mucho menos que en las que había en el resto del locales por lo que probó a entrar dentro. Accedió al comercio aún con la capucha puesta por lo que más de uno de su interior se giró a verle.

Madi se encontraba en la barra secando algunos vasos con un trapo blanco y limpio y los colocaba baja la barra. Cuando entró Riley y vio que dejaba una caja con muchas cosas encima de la barra esta se giró hacia ella.- Si que has tardado, ¿no? - le preguntó en alto.- No te preocupes que sabremos apañárnoslas con lo que has traído... - antes de poder hablar sobre tu sugerencia entran varios clientes en el pub por lo que Madi va en su dirección a preguntarles.

Mientras seguían entrando clientes, Madi les iba atendiendo con toda su experiencia, tampoco es que fuera excesivamente encantador pero tampoco era borde, tomaba sus peticiones y volvía a la barra donde se encontraba Riley. 

- Había gente en la ferretería, la gente está ultimando las compras para la fiesta, creo que compré las últimas bombillas que tenían - empiezo a sacar de la caja el cable junto con las bombillas, aunque luego viendo las dimensiones del cableado lo vuelvo a meter todo en la caja - igual nos sirve hasta para la decoración navideña.

Madi se ha acercado a atender a dos nuevos clientes, miro a ver quiénes son pero al de la capucha no soy capaz de verlo bien y el otro me suena pero no sé de qué; permanezco atenta - Se me ocurre que igual podíamos crear un cocktail especial para el festival - los comercios del pueblo colaboraban en la organización del festival y yo quería que el pub también tuviese su participación pero no de aquel estilo clásico sino pretendía darle color, otro look - podríamos aprovecharnos de que ahora viene mucha gente para lanzar una bebida diferente ¿Cómo lo ves? - al festival de Otoño concurría mucha gente, era un buen momento para sacar tajada.

- Algún souvenir para todos esos turistas tampoco sería una mala idea - con publicidad del local, así lo identificarían rápido

Al final decidió contactar con Robert para hablar un rato, aunque no lo tendría fuera toda la noche ya que el hombre tendría que irse a dormir a una hora decente. Al final después de hablarlo quedaron en reunirse en el Pub “The Revenant”.

Al entrar en el local Connor inspeccionó el lugar en busca de unos asientos los cuales fueran fácilmente visibles nada más entrar. Al sentarse apoyó los codos en la mesa y reposó su barbilla en sus manos, desde fuera podría parecer que estaba pensando en algo importante y tal vez lo estaba.

Cuando llegó la camarera el hombre rompió la postura, -Una Coca Cola, gracias-, la voz del hombre sonaba firme y aunque realmente no estaba dando una orden en ella había bastante fuerza. Cuando su bebida llegó no se la bebió demasiado rápido, parecía bastante paciente mientras esperaba a alguien ya que no podía estar mirando hacia la entrada porque si.

- Pues si, podríamos aprovecharlo la verdad.- dijo mientras echaba un ojo dentro de la caja.- ¿Vas a ponerte ahora con los clientes a colocar las luces? Creo que mejor lo dejas para mañana de todos modos, faltan 3 días para para el día del festival.- seguía colocando algunos vasos y algunos botellines de cerveza en unas cajas hasta que se dio cuenta de que la caja del suelo estaba llena, así que se agachó a cogerla.- Voy a llevar esto a la parte de atrás, ¿puedes encargarte de la barra mientras tanto?

Mientras todos en su interior seguían ensimismados en sus propias conversaciones, se volvió a abrir la puerta pero esta vez entró una chica joven que no llegaba a sus 30 años, desde lejos se podía oler su perfume de marca y su forma de caminar altanera la delataba. ¿Qué hacía en un pueblo como aquel una chica como aquella? Seguro a más de uno se le pasó esa pregunta por la cabeza para cuando la chica entró al local.

Miré por encima de la caja para comprobar la gente que había - sí, sí, mejor mañana, tienes razón. Ahora voy a atender a los clientes, yo me encargo - cogi la caja y la aparqué en una mesa fuera de la barra y me fui a atender a los clientes. Ya habría tiempo mañana para empezar a decorar el local, aún sobraba tiempo hasta la fiesta.

Me acerqué a la mesa de un hombre bastante grande y por su apariencia también fuerte - okey, coca-cola - al parecer era de pocas palabras y las pocas que decía con bastante fuerza. Igual estaba de mal humor o era así. Fui hasta la barra y cogí un vaso y una botella, fui de nuevo hasta su mesa y abrí la botella y le serví parte - aquí está su bebida ¿Le traigo algo de comer: aceitunas, papas...? - igual era tímido y no había medido bien el tono antes, así que, esta segunda oportunidad serviría para analizar al personaje.

- No nos conocemos, verdad? - a pesar de que el hombre tenía unos rasgos muy poderosos y un estilo de barba muy sui generis, no me sonaba. Tampoco es que yo fuera alguien que hubiera vivido toda la vida en el pueblo pero, llevaba ya 3 años allí y más o menos conocía a todos sus habitantes - Soy Riley, bienvenido al Revenant y si usted es de fuera, bienvenido entonces a Heaven Falls - esperé un poco por si me respondía o me ignoraba. 

Mientras vi como entraba más gente por la puerta...

Llegar hasta el pub desde la mansión fue un viaje un tanto pesado y más después de las 12 horas en avión. Entré pisando fuerte con mis preciosos tacones Louboutin y me senté en la primera mesa que vi disponible, mire a mi alrededor viendo si había algo interesante pero al ver que no era así, levanté la ceja, puse los ojos en blanco y dejé ver mi cara de desprecio y desaprobación.

Me centré en la lista de licores que tenían y solo por encima ya me imaginaba que no tendría un Balvenie de 30 años por lo que esperé pacientemente para que me pusieran un simple Jack Daniels. Mis uñas comenzaron a traquetear en la mesa esperando que me atendieran. Solo habían pasado 2 segundos desde mi llegada pero odiaba que me hicieran esperar. Si las miradas matasen la camarera ya estaría más que muerta - ¿Alguien me atiende? - dije en un tono bastante sarcástico pero con una sonrisa radiante.

Puesto que Connor estaba prestando atención a la entrada la joven no le pasó desapercibida, pero aun así lo que más le impactó fue ese perfume, una pequeña mueca se formó momentáneamente, le resultaba desagradable. No le dio mucha más importancia al tema y cuando se le preguntó si quería algo más dirijo su atención a la que le había entendido con anterioridad, -Unas papas estarían bien-, su voz seguía como antes y como siempre era, imponente. -No, no nos conocemos-, su rostro no mostraba enfado o que algún rastro de vergüenza, -Encantado, mi nombre es Connor y en realidad estuve viviendo unos cuatro años en Heaven Falls, aunque eso fue hace su tiempo-.

-Parece algunos tienen muy poca paciencia-, claramente refiriéndose a la mujer que había entrado recientemente, -Por favor, no deje que la distraiga, encárguese de su negocio-, y una vez que volvió a estar solo se centro en la entrada y su bebida.

La gente salía de sus puestos de trabajo y cada vez más gente se iban al The Revenant para disfrutar de una copa después de un largo día de trabajo y no solo de su trabajo por que la mayoría tenían tareas pendientes del festival y que se debían terminar antes de que diera su comienzo el viernes. Ya se encontraban varias personas, algunas personas en la barra como Connor que bebían y picaban algo. 

Otras personas se sentaban en una mesa como Beth, esperando que le trajeran lo mejor que tenía en la carta. Su fino paladar no soportaría cualquier cosa baratilla que le servieran o al menos eso creía ella. Por último, la propietaria y su gerente, Riley no paraba de trabajar sirviendo a los clientes junto con su compañera Madi.

Había llegado a aquel local, después de caminar por aquella ciudad, cuando entré a aquel pub, me di cuenta de que mi llegada no pasó desapercibida pues hubo algún cliente que se volvió al verme pasar.

Así que como no quería llamar demasiado la atención, busqué un sitio oscuro y me dirigí allí, sentándome en aquella mesa, observé después de bajarme la capucha a los clientes y a la gente que allí había.

Aun no había pedido nada, quería pensar donde podría estar aquel maldito asesino, pero mi agudo sentido del oído podía escuchar las conversaciones de los que allí se encontraban, entonces una joven morena me dijo si quería tomar algo, se llamaba Madi, yo asentí quizá tomar algo me vendría bien aunque la sangre era mucho mejor.

-Algo fuerte-dije con una sonrisa.

Miré de soslayo quién era la cliente impaciente. Era nueva. Asentí al hombre de la barba, había gente que no sabía esperar y aunque el sujeto era un tanto parco en palabras, aquella conversación sobre que había estado en el pueblo hace años prometía, sin embargo tampoco podía dejar de atender a los demás - ya te preparo las papas, Connor - y me dirigí a la recién llegada.

Avancé a grandes zancadas hacia la joven que había ocupado una de las mesas cerca de la puerta - hola, bienvenida a Heaven Falls ¿Qué desea tomar? Tenemos tanto líquidos como sólidos - aunque no era un restaurante al efecto, la cotidianidad del pueblo había convertido al pub en un local multiusos, dábamos desayunos, comidas, cenas y sobretodo cervezas - Tarta especial de la casa, empanadas, ensaladas... tenemos carta - sobretodo contenía postres y repostería, por hacerle la competencia a la cafetería del centro, así como un muestrario de no menos diez cervezas.

- Por cierto, me puedes llamar Riley, es un pueblo pequeño, la cercanía es un rasgo de hospitalidad - igual hasta me reñía  Mady cuando volviera a la barra, siempre me aconsejaba hablar menos, aunque me salía ser agradable - ¿Vienes por el festival de Otoño?

Vi que Madi estaba atendiendo al misterioso chico de la capucha, ya cuando tuviera el pedido de la chica de la sonrisa, iría para enterarme sobre los nuevos. Observé disimuladamente el vestido y los zapatos de aquella mujer, nada comparable con su bonito cuerpo - si quieres te puedo recomendar algo, ¿más de salados o dulces... o buscas una bebida que te transporte a otra dimensión? - teníamos botellas bastante exóticas esperando a algún desaprensivo que optara por probar cosas fuertes, en el pueblo había gente temeraria pero aquellas bebidas estaban más orientadas a los turistas, y es que había un vecino que destilaba alcohol en su propia finca y el resultado eran unas mediciones de alcohol bastante altas - te doy una pista, se llama "The Revenant" por algo - sonreí.

Cuando Sky entró al lugar no pudo evitar fijarse en que había un poco más de gente de la que había esperado teniendo en cuenta el día que era, aun así no era demasiado tarde aun así que supuso que era normal. El Revenant se estaba convirtiendo cada vez en un lugar más popular, aunque no tenía claro si eso era bueno o no. Fuera como fuese eso significaba que las cosas le iban bien a Riley, al menos por esa parte si estaba seguro de que se alegraba.

Echó un ojo alrededor mirando un poco con curiosidad, pero tampoco se detuvo, avanzó hasta la barra mientras se desperezaba, vio a un miembro de la poli en la barra, podría aprovechar para hacer algunas preguntas, pero sinceramente llevaba todo el maldito día trabajando y era lo que menos le apetecía, por lo que simplemente buscó un hueco en la barra y buscó con la mirada a Riley o a cualquier camarera que se le pusiese a tiro para pedirle una cerveza.

Observé detenidamente a la camarera, obviamente no era de mi mismo estatus pero le encontré cierto encanto a su sonrisa. Obviamente no podía hacer ver el agrado que me transmitía esa camarera porque eso rebajaría mi posición, así que la miré a los ojos, relajé mi expresión e hice una mueca en un intento fallido de indiferencia - Por fin, me atienden - Se me escapó media sonrisa, crucé las piernas, dejé caer mi espalda al respaldo de la silla y en tono desafiante pero divertido dije - Quiero el whisky más fuerte que tengas, tráeme un poco en un vaso y si me gusta puedes dejar la botella - Siempre me había gustado el alcohol y era bastante tolerante. 

Buscaba diversión en ese pub y con diversión era poder burlarme y sentirme superior a alguien, pero la amabilidad de la camarera me destrozó mi bello plan, era incapaz de ser borde con aquella linda camarera. Odiaba empatizar con las personas, intenté fingir una cara de aburrimiento aunque la camarera creo que se dio cuenta. 

Madi había salido de la parte trasera de la cocina junto varios platos para otras mesas y también las papas que había solicitado Connor.- Disculpa la demora, no creíamos que tendríamos tanto clientela el día de hoy.- le sonrió a Connor a modo de disculpa y echó un vistazo hacia Riley que andaba coqueteando con alguna clienta. A Madi tal vez podría molestarle pero una cosa estaba segura y era que no lo iba a demostrar.

Se fue hasta el chico de la capucha y volvió a pedirle disculpas por la demora.- ¿Qué te sirvo...? - digo mientras aprovechaba para organizar algunas cosas en la barra y seguir con su recorrido.- ¿Qué tan fuerte...?¿Whisky, aguardiente? También disponemos una pequeña colección privada por licores de la zona, suelen tener sabores extraños pero también son fuertes.- miró a su alrededor por si debía servir a alguien mas.- 

Por suerte, casi al lado se encontraba otro chico jovencito que esperaba que se le atendiera y aprovechó también para preguntarle y servirle mientras el otro chaval decidía que hacer.- Parece que hoy es el día en que vienen los chicos guapos a tomar algo.- digo giñándole un ojo al otro chico y así captar su atención.- ¿y a ti que te sirvo?

El pedido de aquella atractiva mujer me sorprendió - ¿El whisky más fuerte que tenga? - me la quedé mirando unos instantes por si era una broma pero no, parecía que iba en serio - ¿Chica dura, eh? - igual era de las que pretendía demostrar algo o simplemente llamar la atención - estás en el lugar correcto, aquí tenemos bebidas fuertes y suaves y si quieres algo más que emociones también tenemos... - le guiñé un ojo y me di la vuelta encarando la barra para buscar lo que me pedía.

Me fijé en que estábamos en un buen momento, no paraban de entrar clientela nueva al local. Y eso que aún no habíamos puesto la decoración propia de la fiesta del otoño. 

Vi a Madi preparando el pedido del tipo de la barba poblada, el hombre se iba a tomar papas con coca-cola, mientras que yo iba a buscar una botella de poderoso whisky escocés para la chica aparentemente delicada que tenía prisa por empezar a beber. Paradojas de la vida.

En la barra - Así que el más fuerte que tenga... Vale - en la primera fila de cara al público teníamos las marcas comerciales, ampliamente conocidas y difundidas a través de la televisión, pero más al fondo se encontraban aquellos ejemplares únicos que harían levantarse a un muerto de su tumba o a enterrar a un insensato con aires de grandeza - ¿Bruich... laddich? - No me parecía que fuera escocés por aquel nombre, pero tras comprobar la etiqueta vi que sí. Aún así costaba entender lo que ponía en la misma - ¿92% de alcohol? - Me pareció una salvajada para ser una botella de whisky, seguro que era un error de la imprenta. Destapé la botella y olía a rayos, señal de que era Whisky - Uaghh - Limpié la botella y cogí dos vasos, me fui de vuelta a hasta la mesa de aquella chica.

- Aquí tenemos el whisky más fuerte. Te he traído dos vasos, por si admites compañía - le guiñé un ojo, estaba segura de que iba buscando llamar la atención. Así que, viendo que había gente nueva, qué mejor momento para conocer al personal - Aquí la señorita... ¿Cómo has dicho que te llamabas? - no lo había dicho pero aún así esperaba sacarle su nombre de primeras - la señorita... ha pedido el whisky más fuerte del local, y aquí está:  Whisky Bruichladdich de Escocia - miré a la concurrencia, estaba el chico de la capucha, el hombre de la barba y también el joven reportero entre otros - ¿Algún hombre cree que puede competir con esta mujer? - una mezcla de broma y sarcasmo, como dando a entender que la mujer estaba por encima de las pretensiones de cualquier varón tiñó mi comentario - vamos, no seáis tímidos, la noche es joven...

Mientras estaba buscando la botella del whisky más fuerte entre las muchas que había, volvió Madi de atender a los clientes. Sabía que no me quitaba ojo cuando atendía a personas atractivas y en cierto modo, nos traíamos cierto juego de provocación cada vez que atendíamos a alguien nuevo en el pueblo.

Así que cuando llegó a la barra, no pude más que reconocerle lo atractiva que era la chica que estaba en la mesa - la impaciente, ésa misma. Creo que nos puede venir bien, puede animar a los demás - no es que el pub estuviera falto de diversión y animación, pero para hacer buena caja nunca estaba de más.

Aún con todo, cuando tuve a Madi al lado, posé una mano sobre su trasero sin que nadie más lo viera - aunque me fije en otras, tú eres la única Madi - y colé mi mano por entre su bolsillo trasero.

Había trabajo y no pude dedicarle más tiempo por el momento.

Cuando Riley se dirigió a la barra para ir a buscar la botella de Whisky, se acercó a Madi y le susurró algo al oído. Solo los clientes que se encontraban en la barra pudieron ver una sonrisa en la cara de Riley mientras se acercaba a susurrarle algo.

Cada vez llegaba mas gente al local, hasta el punto de que se agotaban los asientos. Justo cuando entraban los últimos clientes al local justo cuando Riley alzó la voz para intentar reunirlos, retando a la gente de alrededor:

¿Algún hombre cree que puede competir con esta mujer? - una mezcla de broma y sarcasmo, como dando a entender que la mujer estaba por encima de las pretensiones de cualquier varón tiñó mi comentario - vamos, no seáis tímidos, la noche es joven...

Algunos hombres se acercaron por simple curiosidad e incluso uno de ellos que ya se le notaba que no iba a aguantar mucho más se sentó, dando un golpe a la mesa con un vaso y una sonrisa de borracho.- Bien señoritas... es un... tremendo honor... compartir una... copa con tan hermosas... mujeres...- el hombre casi no podía ni hablar entre el hipo y lo poco que le faltaba para caer redondo al suelo.