Partida Rol por web

Acabas de darte cuenta de que ya estás dentro de Laberinto. Estás sola, aunque has visto a ese hoplita algo cerca hace un momento.

A tu alrededor sólo hay ruinas de edificios de mármol. Restos de columnas, muros, pórticos, escaleras y estatuas.

Acabas de darte cuenta de que ya estás dentro de Laberinto, dentro de esta ciudad devastada por el paso del tiempo y el abandono. Estás sola, concentrada, con tus sentidos puestos enteramente en tu tarea.

Al fondo aún puedes ver aquella alta y extraña torre. A tu alrededor sólo hay ruinas de edificios de piedra blanca, que refleja la luz del sol de un modo casi místico. Restos de columnas, muros, escaleras y estatuas de héroes olvidados.

-Ése hoplita... humpf. Estaba a mi lado hace un momento, espero que muera a manos de ese minotauro o que las paredes de este laberinto acaben con él.

Teseida avanzó en la explanada en la que se encontraba, teniendo muy en cuenta todo lo que le rodeaba. Muros, estatuas, puertas gigantes,... todo estaba en ruinas como si una catástrofe natural se hubiera sucedido allí. Desconocía los personajes que aparecían en las estatuas. 

-¿Dioses griegos, quizás? dijo, y avanzó cautelósamente hacia el interior del laberinto por esos pasillos serpenteantes y aterradores. Oía voces de sus compañeros, que cada vez parecían distanciarse más y más.

Teseida estaba algo tensa. Sabía la responsabilidad que tenía ahora que ya estaba dentro y sola ante el peligro, aunque esto último no le preocupaba.

Adentrándome en el laberinto observo que cada paso que doy es como una secuencia continua de la misma escena, un idéntico  y eterno decorado para la misma función. Aparentemente, sólo una ciudad es ruinas pero tan repetitiva que ahí reside la gran confusión para encontrar el camino de vuelta.

Tras esto, tomo la decisión de que lo realmente necesario, es no andar los pasos ya dados. Hago una pausa y me detengo al lado de una montaña de tejas rotas  para ordenar mis pensamientos.

Mis principales tareas son: buscar un sitio lo suficientemente alto para asomarme y que me sirva además, para pasar la noche. Posiblemente la altura me dé una cierta seguridad y ventaja ante posibles "atacantes", ahora mismo somos 8 lobos buscando su presa. Y es que la competición en cuestiones de honor, requiere de sacrificios mortales contra cualquier rival, para atraer la buena fortuna de los Dioses.

Mientras encuentro ese sitio, iré recolectando trozos de teja y de mosaicos que encuentre en mi camino, además de si hay alguna estatua de bronce, intentaré quitarle la lanza, si es fácilmente rompible.

Siegues adentrándote más y más. Este sitio es mucho más grande de lo que habías imaginado. Las ruinas se suceden unas detrás de otras. Lo que ves parece repetirse una y otra vez, sin cambiar demasiado, aunque hay pequeños cambios, o quizás ya has pasado por aquí antes y es simplemente la luz y la incidencia del sol que proyecta sombras diferentes. Empiezas a cansarte, llevas horas caminando, sin ver a nadie.

Al fondo esa torre descomunal, que parece inacabada o en ruinas también, como todo lo que te rodea. No hay ni tan siquiera pájaros.

Sigues adentrándote más y más. Este sitio es mucho más grande de lo que habías imaginado. Las ruinas se suceden unas detrás de otras. Lo que ves parece repetirse una y otra vez, sin cambiar demasiado, aunque hay pequeños cambios, o quizás ya has pasado por aquí antes y es simplemente la luz y la incidencia del sol que proyecta sombras diferentes. O quizá sea como piensas, y es lo mismo construido igual una vez detrás de otra, sólo para confundirte. Empiezas a cansarte, llevas horas caminando, sin ver a nadie, sin oír nada, ni tan siquiera un pájaro, o una rata. Este lugar está completamente vacío, muerto.

Al fondo esa torre descomunal, que parece inacabada o en ruinas también, como todo lo que te rodea. Cualquier edificio podría servir para subirte a él y mirar alrededor, cualquier templete o grada, cualquier escalera... pero para resguardarte de la noche no son tan buenos. Algunos hay, algún hueco, bajo aquél alero, entre aquellos muros... exhausta, tras haber perdido la cuenta de cuánta distancia has avanzado hoy, ves la escena de un teatro, asimétrica, con un pequeño templo dístilo en uno de sus extremos.

Es bastante alto, podrías subir hasta allí y mirar, y prepararte para pasar la noche. Desde allí podrías ver lejos, y podrías guarecerte de los peligros que pueda haber aquí, aunque no sean visibles a simple vista. Cuando llegas al teatro ves que el templete está realmente alto, una caída podría ser fatal.

Teseida dudaba de si había pasado por ese lugar anteriormente. Dijo: -Necesito ganar altura, o estaré aquí hasta que muera de hambre.

Cogió su cuerda que llevaba en su bolsa y ató un nudo en un extremo. Lanzó desde su posición la cuerda hasta el saliente de uno de los muros del laberinto -Ahora podré ver donde me encuentro. Subió hasta el muro que no era muy alto pero le permitía echar un pequeño vistazo a la zona próxima a su situación. Estuvo unos minutos viendo los caminos sinuosos del laberinto e intentó memorizar lo que pudo. Con una piedra, trazó un pequeño mapa en una roca lisa de esa zona próxima que alcanzaba ver. -Con esto bastará. Bajó del muro, recogio la cuerda y continuó su camino sabiendo que durante al menos unas horas podría ir bien encaminada.

-No hay laberinto que se me resista. Dijo Teseida enorgullecida de su raza, de su pueblo y de ella misma al ver que podría salir airosa de cualquier situación que le aconteciera.

No sin dificultad consigues subir hasta lo alto de aquél muro. A tu alrededor hay toda una inmensidad de ruinas, y a lo lejos, muy a lo lejos, aquella inquietante torre. Aún te queda mucho por recorrer. La oscuridad empieza a rodearte, el sol está muy bajo, casi se esconde ya. La temperatura también desciende notablemente. Se hace de noche.

Sabes que es imposible dibujar todo lo que tienes por delante, pero al menos puedes hacerlo de lo que tienes más cerca, aunque no es fácil. Con ayuda de una piedra blanquecina dibujas un esquema de tu alrededor sobre un ladrillo o una teja lo mejor que puedes:

no hay ningún mensaje oculto, sólo son garabatos para representar el esquema que ha hecho Teseida

Teseida tomó rumbo hacia la torre, con el nuevo mapa que ella misma había trazado. Izquierda... luego derecha... recto hasta pasar 3 cruces diferentes... así durante al menos una hora. Éste trayecto era más largo incluso de lo que ella hubiera esperado. Un solo fallo en su rumbo y todo se habría ido al garete. -Aún así, mejor haberlo intentando haciendo este mapa, que no dar pasos de ciego eternamente. Dijo.

Por un momento un sentimiento de soledad y angustia aparecieron en Teseida, pues no quería morir allí en ese laberinto y sola. Pensó en qué estarían haciendo los demás compañeros y si les iría mejor que a ella. 

-Quizás... si vuelvo a ver a alguien, sea más fácil si coopero.

Pero después inmediatamente volvió en sí y grito:

-Nunca! jamás! me enfrentaré a ese minotauro yo sola si es necesario.

Continuó por el laberinto siguiendo su camino y confiando en que ésta decisión de permanecer sola fuera la correcta y que el mapa que ella había dibujado estuviera bien hecho.

Empezaba a encontrarme un poco cansada y todavía no había encontrado un lugar para pasar la noche. Como paseando entre aquellas ruinas no había visto nada a mi alcance, me propuse explorar el interior de los edificios, en concreto, vi uno que llamó mi atención por su gran tamaño y decidí adentrarme en él.

Tras pasar la entrada principal, me encontré una estancia muy amplia con un pasillo bastante oscuro y que a lo lejos desembocaba  a otra por la claridad que provenía de allí. Crucé el largo pasillo y me encontré con que había una parte del tejado que se había caído en el interior de lo que sería una especie de patio central, los escombros del techo estaban bastante amontonados haciendo una especie de montaña de ladrillos a la que se unían vigas que no se habían desprendido aún del otro lado, que quedaba en su sitio. Se me ocurrió que tal vez, podría ir trepando por los escombros porque no era excesivamente difícil y al tener tanta base tampoco la veía muy empinada, recordé los días en la aldea en los que hacía competiciones con mi hermano a ver quién trepaba los árboles más rápido.

La noche se cierne sobre ti, cuando entras en el largo y oscuro corredor aún hay luz en el cielo, pero al salir por el otro lado el sol ya se ha hundido en el horizonte. El cielo empieza a mostrarte sus estrellas. Encuentras ese montón de escombros, por el que podrías trepar más fácilmente que por el lugar que viste antes. Sin embargo sigue siendo algo complicado, más teniendo en cuenta que no ves claramente cada roca ni cada viga, casi a oscuras ya.

Llegas a lo alto sin ningún problema, tu hermano estaría orgulloso de ti si pudiera verte. Desde aquí apenas ves los edificios más cercanos. El cielo está estrellado, pero no hay luna, aunque puedes entrever la gran torre recortada en el horizonte. Hacia allá hay algo más que llama tu atención, es una luz, como una hoguera, un fuego, lejos. No percibes ningún sonido, sólo esa luz que se mece relajadamente.

Cuando logro subir arriba del todo ya se ha hecho de noche y no puedo ver lo que me rodea. Así que, lo único que puedo hacer es descansar. Me siento y abro mi macuto, tanteando en el interior para encontrar una de mis raciones de carne seca, no quiero hacer fuego ni nada que pueda llamar la atención. Aunque a lo lejos veo algo parecido a un fuego y supongo que será alguno de los otros aspirantes y pienso si que han llegado lejos...o tal vez...sea yo la que ha llegado más lejos y lo que tengo ante mis ojos no es lo que falta, sino, lo que he dejado atrás...bueno, mañana lo descubriré

Pasas la noche sin ningún problema e incluso descansas bien. Despiertas y todo está como lo dejaste. Si miras hacia la gran torre verás más ciudad en ruinas y las cumbres de unas montañas tras los edificios. Aún te queda mucho camino por delante: