Partida Rol por web

Hijos del Kaos

Prólogo: Break my heart (again)

Cargando editor
10/09/2019, 01:16
- Narradora -

Hubo un momento de pausa en la que ambos permanecieron en silencio, definitivamente haciendo cuentas y lanzando breves comentarios que hacían referencias a números, años y lunas.

¡Ja! Es un Media Luna —gritó de júvilo el tipo, chocando las palmas en un gesto victorioso.

Hannah arrugó el ceño y se volvió hacia Elliot mirándolo de arriba abajo e incluso olfateando ligeramente hacia él.

¿Estás seguro?

¿Cuándo he metido la pata en eso? ¿Hm? —se burló, dándole un enorme bocado al conejo que tenía delante. Después de arrancó una pata y se la tendió a Elliot con una sonrisa abierta y llena de comida mascada —. Toma. Bienvenido al club, Philodox. Nos vamos a ver mucho las caras, me parece a mí.

Hannah negó con la cabeza y le puso la mano en el hombro a Elliot para guiarlo hacia otro lado, dejando a Finn con aquella sonrisa sardónica en el rostro y más conejo en la boca. Lo llevó detrás de una cortina que daba a una habitación, si es que se le podía llamar así, con un camastro y varios armarios desvencijados de donde Hannah comenzó a sacar ropa variada que bien podrían haber adquirido en cualquier mercadillo.

—En ese cajón de ahí hay jabón natural. No contaminamos —explicó mientras dejaba sobre la cama una pila de ropa—. Algo de esto te tendría que vale; coge lo que necesites. Si sales por esa puerta —señaló una puerta corrediza entreabierta— das al río. No te voy a mentir, el agua está helada pero es lo que hay. Te diría que te acostumbrarás, pero no es así. Y toma, una toalla. Lávate, come, ponte cómodo, y cuando estés listo reúnete con nosotros allí afuera, ¿vale?. —Le dedicó una sonrisa cálida y maternal—. Tómate tu tiempo.

Cargando editor
10/09/2019, 02:08
Elliot Kelly

Arrugo el entrecejo, confundido. ¿«Media luna»? ¿Qué se supone que significa eso? No acierto a hacer ninguna pregunta mientras el tipo desharrapado me ofrece una pata de conejo. Qué aspecto tan apetitoso, casi me ahogo en mi propia saliva.

¡Muchas gracias! —exclamo, enfático, antes de pegarle un bocado ansioso al suculento manjar. Mientras mastico, el hombre me llama por un nombre extraño: «filodox», o algo así. ¿De qué coño habla? Pero antes de que pueda acabar de tragar, Hannah ya me está llevando para otro lado.

Acabamos en un cuartucho muy rollo improvisado, con armarios llenos de ropa y un catre bastante baqueteado*. La mujer me enseña dónde hay jabón y me indica dónde me puedo lavar: un río que discurre por detrás del cobertizo. De agua helada. Genial. Me dice que cuando esté listo me reúna con los demás. Me giro para mirarla.

Eh, Hannah —le digo con una voz pequeña—. No sé quién eres, pero muchas gracias, de verdad. Yo, eh… —Hago una pausa, mordisqueándome la cara interna de la mejilla—. Nada. Acabaré enseguida. Ahora nos vemos.

Cuando Hannah me deja solo con mis pensamientos, dejo escapar un inmenso suspiro. Me quedo unos momentos ahí parado, de pie, mirando a un punto cualquiera de la habitación. El silencio es como un bálsamo. ¿Qué está pasando? ¿Cómo puede ser real todo esto? Es como si la corriente de un río me arrastrase hacia adelante sin preguntarme en qué dirección quiero ir. No hay tiempo para las preguntas, para la conmoción. Bam, eres un hombre lobo, asúmelo, chaval. Y de repente estoy en una especie de comuna hippie, rodeado de un montón de gente a la que no conozco, pero que tienen mucho más que ver conmigo que cualquier otra persona con la que me haya cruzado en mi vida.

No. Soy. Humano.

Suspiro otra vez. Hostia puta. No soy humano, solo lo parezco. Vale, Elliot, será mejor que dejes de pensar un rato si no quieres volverte tarumba. El agua helada ayudará. Así que, cogiendo el jabón con firmeza, salgo por la puerta de atrás y me meto directamente en el pequeño arroyo. Resulta que Hannah tenía toda la razón. Joder. El agua está tan fría que duele, literalmente, si me quedo mucho tiempo quieto, de modo que intento darme toda la prisa posible. Me agacho y me pongo de pie varias veces mientras me echo agua por encima, bufando y maldiciendo mientras levanto los pies de vez en cuando para sacarlos de la corriente. Después de enjabonarme y enjuagarme a toda prisa, salgo corriendo del arroyo y me seco vigorosamente con la toalla que me ha dado Hannah. Desde luego, aquí no va a hacerme falta café para despertarme por las mañanas.

Una vez estoy vestido con una sudadera verde oscuro y un pantalón ancho y gris, me dispongo a reunirme con el resto del clan.

A ver si por fin consigo ir sacando algunas cosas en claro.

Notas de juego

*Kyle Rompe-Camas XDDDD.

Cargando editor
10/09/2019, 04:18
- Narradora -

Aquel ritual le trajo algo de paz, algo de calma. Era más que el mero hecho de estar en medio del bosque, perdido, lo que realmente debería haberlo tenido aterrorizado. Pero los problemas parecían escurrirse como el agua, ajenos a él. No se percató de ello directamente, pero tras salir del agua y vestirse y comer, fue como una pequeña revelación que le sobrecogió sin aviso. Había algo sanador en aquel lugar, algo difícil de explicar pero que podía sentir dentro de sí mismo, igual que muchas otras cosas a las que difícilmente podía definir con palabras.

Al salir, encontró a Hannah y al otro tipo sumidos en risas. Él parecía estar contando algún tipo de historia o chiste, y una sensación hogareña se apoderó de él. No parecía un mal sitio, aunque todavía no terminaba de calarle del todo la noticia. Un garou…

Y entonces va y dice «¡pero serás rata!»

Hannah se rió abiertamente, doblándose hacia adelante entre sonoras carcajadas mientras se restregaba el ojo.

¡Ah! Mira quién ha vuelto. Siéntate, chico. ¿Cómo has dicho que te llamabas? —dijo Finn mientras le tendía un odre que contenía algo de olor bastante fuerte. —Es tu primera noche y debes beber.

No le hagas caso. Es meado de burra. Espera a que un Fianna te de un buen trago de algo —dijo Hannah, todavía retomando el aire y haciendo esfuerzos por dejar de reír—. Bueno, no quiero liarte mucho la primera noche, pero imagino que tendrás unas pocas preguntas. Yo soy la Madre de la Guarida, y eso quiere decir que me encargo de los Cachorros, de los nuevos Despertados, como tú. Así que si tienes preguntas, bueno, puedes preguntarle a quien quieras, pero la persona indicada sería yo.

En ese momento, Elliot se dio cuenta de que al otro lado del río había una congregación de curiosos que observaban la escena desde la lejanía, claramente respetando alguna ley de no meter las narices donde no les llamaban, pero intentando poner oreja de igual modo.

Cargando editor
10/09/2019, 04:56
Elliot Kelly

Me siento junto a Hannah y su acompañante con una sonrisa de cortesía, pensando que debería sentirme fuera de lugar, pero en cambio… No sé. No sabría describir la sensación, pero es como aquellas veces que iba de acampada con los amigos y pasábamos la noche bebiendo, riendo y contando historias. Por acampada me refiero a pillar el coche destartalado de alguno de ellos y conducir hasta la zona de campo más cercana. Esto es lo mismo, pero llevado al siguiente nivel. Escucho atentamente a los dos, mordisqueándome los labios con impaciencia. Rechazo amablemente la extraña bebida que me ofrece el mendigo con un «después» y la mejor de mis sonrisas; si quiero enterarme de algo será mejor que esté sobrio. Hannah, por su parte, me dice que está ahí para responder a mis preguntas, y joder, tengo tantas que no sé ni por dónde empezar.

Vamos a ver… —Resoplo, algo exasperado ante la idea de ponerme a preguntar cosas sin saber siquiera cómo hacerlo—. Primero de todo, ¿qué es esto de ser un hombre lobo? O sea… ¿Es una…? —Es probable que «maldición» o «enfermedad» no sean las palabras más adecuadas para referirse a esto, y más teniendo en cuenta que me han dicho que nacemos, no nos hacemos—. ¿Somos como una especie aparte? O sea, de lo poco que he escuchado, he sacado la conclusión de que no somos humanos con el poder de transformarnos en lobos, sino que somos… ¿otra cosa? —Niego con la cabeza, incrédulo. Miro al tipo con pinta de pordiosero—. ¿Y qué es eso de las lunas? Antes has dicho que soy un media luna. Me has llamado «filodox». ¿Qué significa eso? Perdonad si estoy preguntando mierdas muy básicas, pero literalmente no tengo ni puta idea de nada de esto… —Carraspeo, algo inquieto por todos los lobos que me miran desde lejos—. Y… y otra cosa. A lo mejor es una pregunta estúpida, pero hace un rato que no me lo saco de la cabeza. Veo que no vivís… que no vivimos en la ciudad, con la gente. Pero tampoco vivimos como lobos. ¿Qué hacemos, entonces? ¿Cómo vivimos? —Me rasco la cabeza, frustrado por no saber expresar la pregunta que me corroe. Entonces, una palabra aparece en mi mente: propósito—. ¿Cuál es nuestro propósito?

Me encojo de hombros, sintiéndome como a examen, como si estuviese diciendo tonterías.

Cargando editor
10/09/2019, 17:36
- Narradora -

No te preocupes, Elliot. Tienes las mismas preguntas por las que hemos pasado la mayoría de nosotros. Muy pocos tienen el privilegio de nacer dentro del Clan.

Qué graciosa. Privilegio lo llama —rió Finn, recibiendo como respuesta una mirada reprobatoria.

Has llegado a una buena conclusión: somos nuestra propia especie. No es una maldición, sino una bendición de Selene. No es un conjuro ni un veneno. Uno nace siendo Hombre Lobo. Es algo que se lleva en la sangre y que se transmite entre generaciones. Sin embargo, la sangre garou, pues así nos llamamos, es demasiado fuerte. La unión entre dos garous es algo prohibido, por lo que seguimos necesitando estar en contacto con nuestra contrapartida humana y nuestros hermanos lobos. Por eso verás que hay gente que prefiere vivir en forma de lobo, y otros que nos sentimos más cómodos como homínidos. Aquellos que nacen de garous pero no son Hombres Lobo, son llamados Parientes, y su descendencia podrían ser garous. Por ejemplo, creo que ya has conocido a Jackson. Jackson es Parentela, y su descendencia podrían ser garous. Sin embargo, su hermana Diana es una joven Cachorra como tú. Mismos progenitores, diferente herencia.

Vamos, una lotería. Y luego tenemos accidentes, como tú, que no sabemos muy bien de dónde salen, y la lían pepina.

Ya, bueno. Hacemos todo lo que podemos por mantener los ojos bien abiertos, pero estas cosas pasan.

Notas de juego

Lo dejo ahí por si quieres hacer comentarios o cosas :3

Cargando editor
10/09/2019, 18:29
Elliot Kelly

Me masajeo el puente de la nariz con mis dedos índice y pulgar, intentando asimilar sobre la marcha toda la avalancha de información que Hannah me suelta de golpe.

Vale. A ver si lo he entendido. Los… ¿garou? ¿Lo he dicho bien? Los garou son una especie en sí misma, eso me ha quedado claro. Pero no se pueden reproducir entre ellos porque su sangre es demasiado poderosa, ¿no? O sea que, con lo de «mantenerse cerca» de la humanidad y de los lobos, supongo que te refieres a que… ¿nos reproducimos con ellos? —Hago una mueca de confusión extrema. ¿Los hombres lobo se aparean con lobos? Pero entonces, de repente, algo encaja, una pieza de información que no sabía que tenía; creo que ya entiendo qué puede ser eso de la «forma de raza»—. Espera, espera, espera. ¿Entiendo entonces que… hay hombres lobo que nacemos humanos, y hombres lobo que nacen lobos? ¿Lobos hombre, para entendernos? —La verdad es que no me siento especialmente inteligente por haber llegado a esta conclusión, pues tiene toda la lógica del mundo; por más que lo intente, no me imagino a una loba pariendo a un bebé humano, por mucho que luego vaya a ser un hombre lobo—. Así que hay, digamos, dos subespecies de garou…

Asiento lentamente, absorbiendo datos como una esponja. También hay hijos de hombres lobo que no son hombres lobo, a los que se llama «parentela», y aparentemente Jackson es uno de ellos. Hannah menciona que hay algunos hombres lobo que no se sabe de dónde salen, como yo, pero…

Espera.

Me quedo con la boca muy abierta, mirando a Hannah y a Finn como si por fuerza tuvieran que saber lo que me está pasando por la cabeza. Cuando me doy cuenta de que no, que no me pueden leer la mente, me aclaro la garganta.

U-un momento. Ha-hace como dos semanas y media me enteré de que no soy hijo de mi padre. O sea, de quien siempre había pensado que era mi padre. Parece que mi madre estuvo con otro hombre hace veinte años, y que yo soy hijo de ese tipo al que nunca he conocido… —Continúo mirando a los dos, cono ojos prácticamente desorbitados—. ¿Es posible que mi verdadero padre fu-fuese un… un garou?

¿Por qué la idea de ser hijo de un hombre lobo me resulta más impactante que el hecho de serlo yo mismo? No lo entiendo.

Cargando editor
10/09/2019, 18:58
Finn Canto-al-lápiz-perdido

Finn se encogió de hombro, llevándose otro generoso bocado.

Podría ser. O alguien de su familia. O de la familia de su familia. O quién sabe, igual tu madre es una loca perdida de las Furias —comentó, boca llena, para después recibir un manotazo por parte de Hannah. Se limpió la barba con el dorso de la mano, acodándose sobre los muslos—. Mira. Nos gustaría poder decirte que somos todo honor y honradez, pero lo cierto es que hay ovejas negras en todas las familias y en esta hay unas cuantas. Quiero decir, vivimos enclaustrados dedicándonos a la guerra y a la educación de nuestra especie, y somos de las que están en peligro de extinción. Si quieres mi opinión, no hay nada de malo en que se eche una cana al aire de vez en cuando. Pero claro, está bien que nos avisen de ello por… Bueno, por cosas como estas —dijo, señalándole sosteniendo un hueso de conejo entre los dedos, antes de llevárselo a la boca y rechuparlo sonoramente.

Notas de juego

1/2

Cargando editor
10/09/2019, 19:13
Hannah Luna-Viajera

Es… complicado. Sé que los humanos tienen como tests o algo así para identificar la paternidad, pero no pondría muchas esperanzas en ello —admitió Hannah, frotándose las manos junto al fuego—. Podría ser cualquiera, desde un garou de paso hasta un ancestro olvidado. Lo importante es que te hemos encontrado y que estás aquí con nosotros. Eso es lo que realmente cuenta, Elliot.

La mujer posó la mano sobre su espalda, frotándola cálidamente durante unos instantes.

Respecto al Philodox. A ver, dependiendo de bajo qué luna has nacido, tienes un Auspicio, una asignación, un papel que cumplir. Los lunas nuevas son Ragabash, maestros del sigilo, los trucos y los engaños. Los cuarto de luna se llaman Theurges, y son los que más están en contacto con el mundo espiritual. Después está la media luna, los Philodox. Ese eres tú, y aquí Finn Canto-al-lápiz-perdido. Sois jueces, medidores, portadores de la verdad y la templanza.

Vamos, que te va a tocar empollar leyes, majo. Prepárate para unas cuantas aburridas sesiones sobre la Letanía.

Bueno, deja que ande antes de que aprenda a correr, ¿eh? —intervino Hannah, dándole el alto—. También están los Galliard, luna gibosa. Yo soy Galliard, y somos la memoria de nuestro pueblo, los bardos. Y por último, los luna llena, Ahrouns. Guerreros. Son los más fieros de todos nosotros. Cinco fases, cinco Auspicios.

Cargando editor
10/09/2019, 20:25
Elliot Kelly

La esperanza de encontrar a mi padre biológico se va tan rápido como ha llegado cuando Finn primero y Hannah después me hacen comprender el sinfín de posibilidades en lo relativo a mi paternidad. Frunzo el entrecejo cuando oigo hablar no sé qué de una guerra, pero enseguida cambian de tema y empiezan a hablar de lo de las lunas y de por qué soy un filodox. Los hombres creen que según en qué fase lunar nazcas, tienes un destino u otro. Hay cinco, que me recuerdan a las distintas posiciones dentro de una tribu. O a las clases de un juego de rol*. Mi misión por lo visto es ser una especie de diplomático y juez. «Portador de la verdad y la templanza». Pues vaya uno les ha ido a tocar, con lo manojo de nervios que soy yo.

Asiento lentamente, pero mis párpados se abren y cierran a toda velocidad, como si estuviese a punto de darme un ictus.

Eh, ¿qué es eso que habéis dicho de una guerra? —pregunto, algo agitado—. ¿Una guerra contra quién? ¿Es algo simbólico, o lo decís en plan literal?

Notas de juego

*Referencia friki obligatoria XD.

Cargando editor
10/09/2019, 20:44
Hannah Luna-Viajera

Hannah inspiró sonoramente, asintiendo. Su ojo pasó de Elliot a Finn, regresando después al Cachorro. La preocupación de su rostro se disipó.

Es una fuerza corrupta a la que llamamos el Wyrm, pero no es algo que deba preocuparte. Aquí estás a salvo, y hay muchas cosas más importantes en las que centrar tu atención. No obstante, has preguntado cuál es nuestro propósito, y este es proteger a Gaia, la Madre Naturaleza, de esta fuerza. Pero no le des más vueltas, mañana te explicaremos las cosas con más calma. —Se volvió hacia el Roehuesos—. ¿Está Diana por aquí?

El tipo estiró la cabeza hacia el grupo de curiosos que había montado campamento al otro lado del riachuelo.

Sep, con la panda de cabezahuecas. ¿La llamo?

¿Quieres conocer a otro Cachorro? —preguntó Hannah con una sonrisa cálida.

Cargando editor
10/09/2019, 21:33
Elliot Kelly

¿Una fuerza corrupta? ¿Se refiere a un… concepto, o a una entidad real? Una extraña opresión en el estómago me dice que lo segundo. Hannah me asegura que aquí estoy a salvo y que mañana ya hablaremos más del tema, pero la inquietud ya se me ha metido dentro. Joder. Si los hombres lobo somos reales, ¿qué otras cosas habrá por ahí? ¿Habrá vampiros? ¿Fantasmas?

Aún estoy cavilando acerca de estas nuevas revelaciones, cuando me preguntan si quiero conocer a otra novata, una tal Diana.

Sí, sí, claro que sí —respondo casi inmediatamente. La verdad es que me ayudará mucho ver cómo lo está llevando otra persona en mi misma situación—. Entonces, ¿ella también lo sabe desde hace poco?

Cargando editor
11/09/2019, 03:09
Hannah Luna-Viajera

Hace varias lunas —explicó Hannah, como si aquella fuese una medida de tiempo perfectamente válida y comprensible—. Tuvo más suerte que tú; Jackson sabía de su procedencia así que su Cambio fue mucho más manejable que el tuyo. Pero al final todos empezáis desde cero.

Notas de juego

1/3

Cargando editor
11/09/2019, 03:10
Finn Canto-al-lápiz-perdido

Finn se incorporó, llevándose los dedos a la boca para pegar un silbido tremendo de los que lo dejaban a uno sordo.

¡Ey! ¡Cachorra! ¡Vente para acá! —vociferó con tanto desparpajo que apenas parecía un desprecio. ¿Se trataban todos así o era una peculiaridad de aquel tipo tan… arrabalero? 

Cargando editor
11/09/2019, 18:14
- Narradora -

De entre la multitud se separó una muchacha algo más joven que Elliot, quien cruzó el río a través de los maderos dispuestos a modo de puente. Era bastante alta, de piel morena y labios gruesos, y una marea de rastas decoradas que llevaba sujetas en una coleta al lado. Algo brillaba en el centro de su labio inferior: un piercing. Llevaba un vestido holgado que parecía irle todavía más grande al encogerse sobre sí misma, quizá de frío, pero más probablemente por la extrañeza de estar en aquel lugar sacado de la fantasía de algún loco.

Hannah la saludó con un gesto amable mientras que Finn se puso en pie para palmearle la espalda animadamente.

Diana, este es Elliot. Elliot, Diana. Un brindis y todos amigos, ¿eh?

Los labios de la muchacha se estiraron en una sonrisa tensa al tiempo en que le tendía la mano.

Hola.

Cargando editor
11/09/2019, 18:43
Elliot Kelly

Instintivamente, le dedico a Diana una sonrisa que quiere ser reconfortante mientras la miro acercarse. Es una chica atractiva, con un aspecto cool y alocado, con un montón de rastas con adornitos de colores y un piercing en la boca. Parece nerviosa. Me pongo de pie para estrecharle la mano.

Hola, me llamo Elliot —me presento, a pesar de que Hannah ya ha pronunciado nuestros nombres—. Menuda locura. No sé ni cómo puedo estar así de entero… —Contengo un resoplido, hinchando los carrillos—. Acabo de tener mi primer cambio, hace un rato, o unas horas, no sé. Es… ¿Tú cómo estás, Diana? ¿Cómo lo estás llevando? ¿Cómo…? —Me rasco la frente, congestionando la cara en una expresión apurada—. Perdona, te estoy agobiando. Pero es que madre mía. Somos hombres lobo. ¿Te lo puedes creer? —Se me escapa una única carcajada, y sacudo la cabeza en negación. Vuelvo a sonreírle a la recién llegada—. En fin, encantado de conocerte.

Cargando editor
12/09/2019, 00:52
Diana

La muchacha rió quedamente sin llegar a despegar los labios con un gesto tímido pero gracioso.

Encantada —repitió—. Tranquilo, a mí también me costó varios días hacerme a la idea y a todo. Pero si has sobrevivido al primer baño en el río, el resto es pan comido. Excepto porque aquí no tienen pan. Ni café. No hay café, ¿te lo puedes creer? Eso sí que me parece increíble.

 

Cargando editor
12/09/2019, 16:16
Elliot Kelly

La actitud tan desenfadada y amigable de Diana me hace sentirme inmediatamente aliviado.

¿No hay café? ¿En serio? —pregunto, con una cara de sorpresa teatral. Sacudo la cabeza—. Jo. Imposible. Nop. Me vuelvo para casa. Espera, eso ahora no es una opción, ¿verdad? —Arqueo las cejas en una expresión resignada. Suspiro, guardando silencio durante unos momentos en los que lo único que oigo es el crepitar de las llamas y los sonidos del bosque—. Eh, no… No sé qué preguntarte. ¿Qué crees que es lo más importante que tengo que saber? ¿Qué me puedes contar? —Pongo los ojos en blanco, dándole vueltas a una mano a medida que voy lanzando preguntas—. ¿Cómo van a ser mis próximos días? Bueno, esas cosas.

Me paso una mano por la cabeza, acariciándome distraídamente las puntas que empiezan a sobresalir en todas direcciones. Aún tengo el pelo húmedo. Espero no pillar un resfriado aquí al aire libre…

Cargando editor
12/09/2019, 17:42
Diana

Los dos adultos sonrieron, cada uno de una forma diferente. Finn con aquel gesto pillo y socarrón, y Hannah con una sonrisa cálida de las que alegraban el corazón. Pero antes de que Diana pudiese contestar, la mujer se levantó apoyando las manos sobre las rodillas.

¿Por qué no le enseñas la cabaña y así podéis hablar tranquilos? Se ha hecho algo tarde y mañana os espera un día ajetreado. Y procurad no estar hasta las tantas de cháchara.

Sí, Madre —respondió Diana a media voz, inclinando ligeramente la cabeza en un gesto de respeto. ¿Madre? ¿Sería un título?

Finn se despidió con la mano, y Hannah les dio las buenas noches de una forma más que peculiar: «Que la luz de Selene os alumbre en la oscuridad». O lo que quiera que significase. Aquellas gentes tenían unas costumbres la mar de peculiares, como si fuesen una civilización oculta que había existido a la sombra de la humanidad durante siglos y milenios, escondidos pero observando cuidadosamente cada movimiento. La idea se le antojaba extraña y también cierta. Había algo tangible en todo aquello, real, como si hubiese vivido en un sueño hasta entonces y acabase de abrir los ojos a una nueva realidad. Allí todo se sentía menos… pesado, más cercano, más sólido, aunque no podía ponerle nombre exactamente. Miraba a su alrededor y todo parecía normal, pero en su interior algo ululaba suavemente.

La muchacha le hizo un gesto para que la siguiera. No le pasó desapercibido que no llevaba zapatillas y que a pesar de ser de noche, tampoco parecía tener mucho frío. ¿Sería algo a lo que su cuerpo se iba a acostumbrar también? ¿Quizás con el paso de los días? ¿Iba a notar cambios en su fisonomía también, más allá de poder convertirse en toda clase de mutaciones sacadas de un cómic? Wow. Tantas preguntas…

Raros. Tus próximos días van a ser raros —dijo de repente Diana, mirándolo por encima de su hombro y la marea de rastas—. Es… Cambiar es una pasada, y la vida aquí y tal, pero también vas a tener que empollar muchas cosas. Muchas. Auspicios, la Letanía, las Tribus… La Umbra. Yo todavía no he Caminado de Lado, pero tengo muchas ganas. ¡Ah! Y ya verás la primera vez que salgas de cacería.

Parecía realmente entusiasmada, pero había algo en ella, en su forma de hablar y de moverse que Elliot no terminaba de emplazar. Era una mezcla entre timidez y contención, algo a lo que parecía ponerle empeño en superar pero que no salía de forma natural.

Cargando editor
12/09/2019, 19:14
Elliot Kelly

Hannah nos invita a ir a nuestra cabaña, y no puedo evitar pensar en unos barracones de cadetes en formación. Me llama la atención el modo en que Diana se despide de la mujer, llamándola «madre», pero no digo nada. A fin de cuentas, Hannah dijo antes que era la Madre de la Guarida. A lo mejor es eso. Después de despedirme amablemente de los dos mayores, sigo a mi nueva compañera por el terreno boscoso, mirando embobado a mi alrededor.

Diana empieza con sus explicaciones cuando ya nos hemos alejado un trecho de Hannah y Finn. De nuevo habla de conceptos que desconozco. La letanía, la umbra…

¿Caminar de lado? ¿Eso qué es? ¿Una especie de… baile ritual? —pregunto muy confundido. Me rasco una oreja, levantando una ceja—. ¿Y también habrá que estudiar? Joder, cuántas cosas. O sea, que va a ser como volver al instituto. ¿Aquí también hay tribus como los deportistas, los empollones, los pijos y todo eso? —Me río, masajeándome la mandíbula con gesto pensativo—. Vaya. Y yo que pensaba que había conseguido librarme de eso. Estaba a punto de empezar la uni, ¿sabes? —Bueno, no es exactamente verdad, pero se le acerca bastante—. Quería estudiar Jardín de Infancia. Y sigo queriendo hacerlo, lo que pasa es que, ya sabes. No sé si en la universidad admitirán hombres lobo. —Lanzo un suspiro—. ¿Y tú? ¿Qué hacías antes de ser un monstruo peludo que aúlla bajo la luna?

Cargando editor
13/09/2019, 18:19
Diana

Diana rió quedamente ante su espontánea reacción frente a todas las cosas nuevas que se presentaban frente a él, pero sobre todo el buen humor con el que lo estaba llevando. Era una novedad, algo completamente diferente a lo que ella había vivido aquella primera noche.

Eso suena genial, Elliot. Me alegro de que tuvieses las cosas tan claras, y seguro que algo se puede hacer. Sé que hay una mujer que vive en la bahía y es científica. Si ella puede, no veo por qué tú no.

Sin embargo, cuando las tornas giraron y la pregunta se dirigió a ella, su mirada se perdió hacia el frente del camino con rapidez.

Pues… Hacía poco que había dejado el Instituto. No llegué a terminar. —Un silencio pesado, del tipo que precedía una revelación—. Bueno, me echaron realmente. Tampoco sabía muy bien qué hacer con mi vida así que… —Se encogió de hombros ligeramente, y mantuvo el gesto, igual que cuando había llegado junto a ellos, como si se sintiese pequeña, diminuta—. Encajo aquí, ¿sabes? Es el primer lugar donde realmente encajo.