Partida Rol por web

 No me refería a eso, señor enano. Delthis nunca había exigido impuestos hasta la pasada primavera. Siempre había guardado las distancias, y a menudo ayudaba a los aldeanos cuando lo necesitaban. He intentado hablar con él pero no me han dejado verle.-dijo malhumorado.-Delthis se sirve de un cerdo venido de otras tierras llamado Ladanthus. Si le preguntais a cualquiera os sabra decir quien es. Es el perro que recauda los impuestos

Gog miró a sus compañeras, por si aquel nombre les decía algo, ya que a él no le sonaba ni los más mínimo, y no recordaba si debería de sonarle.

Lo que si mostraban los pequeños gestos del enano, es que empezaba a estar molesto con su anfitrión. Puesto que tenía una bonita botella, y no ofrecía trago alguno.

De forma inaudita, me encuentro más despejado. El aire me ha hecho algún bien. Recibo a los marineros con una tonada de mis tierras, acompañándome de las palmas:

- “El sueño va sobre el tiempo

flotando como un velero

flotando como un velero.

Nadie puede abrir semillas

en el corazón del sueño

en el corazón del sueño.”

“¿Cómo están, señores? ¿Se les dio bien la faena? Dejen que me presente: mi nombre es Mircea, Mircea Cólodrin, y estoy buscando a mis amigos. ¿No los habrán visto pasar? Forman un grupo destacable, me parece.

 En la embarcacion vienen dos personas: un hombre adulto, de unos 20 años moreno, perlo entrecano y barba junto a un niño de unos 9 o 10 años, con el pelo lacio que sonrrie al verte cantar. Rapidamente el hombre le sujeta y le hace que empiece a descargar los aparejos y las cestas de mimbre,con la captura del dia, en la playa.

-Vaya, otro bardo. Buenos dias-dijo algo reticente- Llevamos todo el dia entre las rocas amigo. Estaba mas pendiente por que no nos mataramos mi hijo y yo que de mirar si había llegado alguien nuevo. De todas formas no creo que tus amigos pasasen por aqui...

Me tomo unos segundos para analizar la respuesta. Dejo mi violín, mi carcaj y mi arco corto contra una roca propicia y me acerco a ver si puedo echarles una mano, con prudencia, para no suscitarles suspicacias.

-Así que han llegado a conocer a otro bardo. ¿Recientemente? – digo, e intento ayudar al crío con las cestas. -¿Y por qué asegura, señor marinero, que no pasaron por aquí?

Lanzo un vistazo veloz y significativo hacia el lugar donde se alza la torre del mago.

 Oh si, vino un joven noble. Pretendiente, como todos, de la bella Liriandra. Paso la noche en el Caldero de Pescado y cantó durante toda la velada sin querer cobrarnos. Al dia siguiente marchó a la torre a visitar a Delthis y a su hija y desde entonces no le volvimos a ver-dijo con un tono de tristeza en la voz- Era el unico noble que no trataba a los aldeanos con desdén pero quien sabe, quizas se avergonzó al sentirse rechazado y se fue en la noche sin que nadie lo viera...

-Sí, tal vez se marchase por su propia voluntad, quiero decir, espoleado por el orgullo –comento.

Pero en mis mientes me estoy cerciorando de que Seimus nos dijo que todo el mundo en Costa Tempestuosa había negado recordar a su hermano –Jacomb, el dueño del Caldero de Pescado lo negó en nuestra presencia-. Los peores presentimientos parecen estar confirmándose.

-Ya ven, incluso yo, un bardo de grados inferiores, he tenido noticia de ese portento natural que es la tal Liriandra. Me gustaría conocerla, por que inspirase mis sones. ¿Pondría su padre algún reparo? –Para no supongan que me tomo muy en serio la cuestión, añado: -¿Tienen que llevar estos cestos hasta el pueblo? He concluido mi paseo y quiero ayudarles.

 Oh, no se preocupe-dice el pescador sosprendido-entre mi hijo y yo podemos. pero es agradable ver a alguien que no te trata como basura. Desde la primavera ya no es posible ver a Liriandra. Al menos no comunmente. Antes venia mucho por el pueblo y era muy amable, pero desde la primavera no ha vueto a salir y son pocos los que han podido entrar para cenar con Delthis y la muchacha. aun asi puedes probar suerte, quien sabe quizas te abran la puerta y te inviten ha cenar comodamente-dijo mientras empezaba a caminar.

Asiento y les despido con la mano. Permanezco aún en la playa unos pocos minutos, contemplando ora el océano, ora la torre en la distancia. Me es imposible decidir si el pescador estaba siendo irónico o no. De todas formas, no tengo preparada ninguna buena excusa para presentarme en lo de Delthis, y no creo que Artin y los demás viesen con buenos ojos mis andanzas en solitario.

Me encojo de hombros, recojo mis cosas y regreso a la cantina. Confío en encontrármelos allí. Y pienso que es momento de que darme a conocer a la clériga con mejores modales.

 De nuevo entre las casas del pueblo no tardas en reconocer a dos de tus compañeros, el elfo y la joven ladronzuela que hablan con un viejo marino. Tranquilamente te acercas a ellos, cuando ves que practicamente la conversacion no es demasiado fluida y el pescador parece astiado y con ganas de descansar en lugar de charlar con mas extrangeros.

Alaina mira al Mircea y le habla.

La gente de esta ciudad es agria como el vinagre que elaboran los enanos.

-Hola –respondo. –Ya me encuentro mejor. He estado paseando por la playa, buscándoos. ¿Cómo es que os habéis separado?

“No me extraña, si tienen tantas chinches en sus camas como en las del Caldero del Pescado… Eso le altera el carácter a cualquiera.

En un momento me sorprendo preguntándome si el elfo y la pícara son pareja.

-Puesto que denotas que no habéis tenido buena suerte en vuestra encuesta –prosigo-, me alegra deciros que yo sí me he enterado de algo: un pescador me comentó que el bardo Cedric realmente estuvo en el pueblo y que incluso les regaló con un recital en la taberna (ya recordáis que los habitantes negaron recordar el hecho ante Seimus, su hermano, y Victoria, nuestra nueva compañera, y que el posadero lo hizo cuando le preguntamos). Me contó además que al día siguiente se dirigió hacia la torre de Delthis, a requebrar a la hija de este, dama a la que no se ha vuelto a ver visitar el pueblo desde la primavera. Después de su partida, a Cedric no se le volvió a ver el pelo, y los de aquí suponen que se marchó en silencio y ocultación, despechado.

Ver a Mircea de regreso entre nosotros me llena el corazón de júbilo y no pudo menos que lanzarle una amplia sonrisa.

-Mircea... me alegra verte por aquí de nuevo.

Luego escucho las noticias que trae.

-Entonces deberíamos buscar a nuestros compañeros e ir a esa torre ¿no?-digo sin ningún rastro de la pequeña rabieta que he tenido antes.

La sonrisa vuelve a mis labios y mi positivismo vuelve a asomar.

-Rescatemos a ese muchacho, veamos qué es lo que ha pasado conél y regresemoslo junto a su familia.

-Para eso… ¿nos contrataron? La verdad, no recuerdo si acordamos una compensación económica por encontrar al muchacho.

“¿Por dónde campan Artin y Gog? Y si vamos a ir a la torre, tendríamos que conocer más detalles sobre el mago. ¿No os suenan las leyendas que cuentan que los vástagos de los magos son objeto de maldiciones terribles? Esos magos... tienen una habilidad especial para deslizar en la cabeza de uno ideas insidiosas haciéndolas pasar como propias. ¿Qué pasa si manipuló la mente del pobre bardo y lo forzó a arrojarse por el acantilado? Me da miedo acercarme a esa torre así por las buenas…

 ¿Quereis decir que desde entonces os han estado extorsionando? vaya-dijo pensativa- no había pensado que Delthis fuera así, habia escuchado nobles historias de él hace tiempo. Pensaba que era un hombre sencillo...supongo que la codicía le cegó... y decidme mi buen Edlum ¿Han seguido viniendo mas pretendientes para desposar a la bella Liriandra?

-Bien Mircea, sabes que me dejo llevar por la emoción y las ansias de hacer el bien y poder ayudar a las personas... pero creo que llevas razón. Tenemos la opción de buscar a nuestros compañeros y ver si ellos han hablado con alguien que les haya dado información, o seguir buscándola por mi cuenta. Lo que querais lo haré, sólo quiero poder reuniar a ese chico con su padre, saber que ha pasado con él y de su hermosa muchacha-digo sinceramente con la emoción que me caracteriza y la alegría en mi rostro.

 Oh si, han seguido viniendo, aunque en menor numero. Ahora quizas viene un viajero cada luna llena o quizas algo mas. Vosotros sois los primero viajeros que llegan  en grupo...y la verdad es que os recomendaría que os marcharais cuanto antes. Todos los que han benido tratando de desposar a Liriandra se han marchado  con la cabeza baja. Yo trataria de buscar trabajo en algun pueblo cercano, al menos uno donde no este ese malnacido...