Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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17/04/2018, 13:01
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

- ¡FUE-RA-DE-MI-CA-MI-NO!- Se lo decía a los restos de los esqueletos y, también, a Sascha y Velkan, que le entorpecían el paso para poder seguir machacando cráneos. La frustración le generaba ira, y la ira le daba ganas de pasar de los frágiles, humeantes, y quebradizos esqueletos, a probar sus puños con los cuerpos más blanditos del Pelanas y la Pelofuego.

No te atrevas.- La vocecilla del Brumas aún sonaba queda y lejana.

Gracias a su piel dura como el acero, los esqueletos le hacían menos daño. Sin embargo, golpear con las manos desnudas tenía sus desventajas. Además, extrañamente, el último esqueleto al que destrozó con uno de sus puños, explotaba con más fuerza que los demás, logrando dañarlo a pesar de estar a una distancia que había calculado ya, por mero instinto, como prudencial. Como bien sabía La Bestia, los dioses eran caprichosos, terriblemente injustos y cabezotas, así que no valía la pena lamentarse demasiado.

Ya has hecho suficiente.- La voz de Konrad ahora sonaba mucho más fuerte, aunque seguía intuyendo un deje de miedo  en ella, como si dudase. ¿Acaso el hombre no tenía ya problemas en controlarlo? Eso le enfurecía aún más.

¡GROOOOOOARGGG!

Lanzó un alarido a la vez que avanzaba abriéndose paso por entre los restos óseos de los esqueletos, siguiendo al Pelanas como si no hubiera un mañana. Tan de cerca lo seguía que el salvaje podía sentir su aliento cálido y fétido en la nuca. Con un poco de suerte el Brumas no podría controlarlo y así podría deleitarse, unos segundos al menos, golpeando al salvaje hasta convertirlo en una masa informe y sanguinolenta.

- No será hoy.-La voz de Konrad sonó clara y poderosa en boca de la Bestia. Eso no auguraba nada nuevo para el monstruo. Quiso agarrar la cabeza de Velkan como si de un melón maduro se tratase, pero ya no tenía el control de su cuerpo. Se revolvió como un jabalí acorralado haciendo que Konrad se retorciese de dolor. Sin embargo, poco a poco, el hombre parecía recobrar tanto la consciencia como la forma de su cuerpo. Un cuerpo mucho más frágil, mucho más insignificante. Las quemaduras en las manos resaltaban más ahora sobre su fina piel que iba perdiendo paulatinamente el verdor.

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17/04/2018, 23:45
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio retrocedió con el farolillo en la mano de nuevo hacia la oscuridad del este, mientras los demás reducían a las amenazas. En cierto modo, la escena era hermosa: desde aquel pliegue en la roca en la que se acurrucaba para esconderse, de vez en cuando un fogonazo anunciaba que los esqueletos estaban muy quemados. Esa lengua de fuego ocasional, acompañado del destello repentino de las llamas, entraban en el campo de visión del doctor con naranjas veraniegos y rojos cálidos. Un confort que recordaba al fuego de la chimenea en la casa de Kendra Lorrimor. Con la victoria, volvió el frío, subiendo por la espalda. Volvió... la incertidumbre.

El Doctor Vandel se llevó la mano al pecho. Aún tenía acelerado el corazón, a pesar de que el combate había acabado. Tal vez fuese culpa de Konrad, y sus prontos. Tal vez la cosa era más difusa, y la falta de un arma fálica y desproporcionada con la que protegerse realzaba sus inseguridades. Y también influyó bajar por una cuerda minutos, que es ejercicio, y obliga al corazón a bombear con más fuerza el oxígeno.

¿Ya...? ¿Ya ha pasado todo?-preguntó, antes de salir de su escondriño.

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19/04/2018, 20:51
(CC) Velkan Matacambiantes.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El combate terminó y los enemigos estaban abatidos. Con un grado de dificultad mayor del que le hubiera gustado. El combate había sido algo más largo de lo que él había previsto y los esqueletos se habían transformado en fuego y explotado como los que combatieron en la entrada la primera vez que llegaron a la prisión. Para su desgracia el único problema no eran los esqueletos, Konrad había sucumbido a aquella enorme bestia verde que le poseía cada vez que la situación se ponía tensa. El peligro estaba repartido para todos los presentes si el noble no era capaz de controlarse. Velkan seccionó el combate en dos apartados primero tenían que ocuparse de los esqueletos y luego ver que se podía hacer con la bestia que en algún momento fue Konrad.

Por suerte el destino le despejó las dudas que tenía pues cuando se volvió preparado para enfrentarse a lo que antes era la bestia, el débil cuerpo de Konrad estaba allí. El noble había sido capaz de domar su animal interior y no le había obligado a entrar en acción para abatirlo. Sin embargo Velkan no se fiaba, el peligro seguía latiendo dentro del cuerpo del hombre y en cualquier momento podía volver a brotar para atacarlos. Sin despegar su mirada de Konrad contestó al Doctor Querio Vandel.

Por el momento sí pero no creo que tarden en aparecer más.

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20/04/2018, 10:38
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

- Estoy bien, hermano.- Esperaba que sus compañeros no se tomaran a mal las palabras que salieran por la boca de La Bestia. No era más que un bruto maleducado y, aunque algunos de los motes que el verdoso ser ponía a sus conocidos le hacían gracia, otra cosa es que lo demostrara públicamente.

Poco a poco el noble fue recuperando la compostura. Su porte regio ya sólo se veía deslucido por los andrajos en lo que se había convertido su camisa. Su pecho torneado y cubierto de sudor quedaba de nuevo al descubierto.

No voy a ganar para camisas.- Recibió con gratitud los cuidados de Janos que le dejaron las quemaduras de las manos como si jamás hubiesen existido, como si todo hubiera sido un mal sueño. Sentía las miradas de todos los presentes clavadas en él, acusadoras algunas, otras temerosas, algo a lo que tendría que acostumbrarse si quería sacar provecho a lo que tanto esfuerzo y ganas había dedicado durante los últimos años: el control de su bestia interior. Lo había vuelto a conseguir. Y ya iban dos. Esta vez no había sido La Bestia la que le había obligado a replegarse, sino que había sido Konrad quien, viendo la situación, había decidido dejarla salir. Sus duros y enormes puños habían hecho trizas a los esqueletos, como había previsto. Lo más importante era que, una vez aprovechada su enorme fuerza, había vuelto a relegar a La Bestia al lugar que le correspondía. Estaba contento consigo mismo  y así lo dejó entrever con una sonrisa de gesto algo cansado.

- Eso parece.- Contestó a Querio.- Doctor, ¿puede devolverme la linterna? Necesitaremos la suya también.- El noble dio una vuelta alrededor de la destartalada sala, toda ella cubierta de restos óseos, alumbrando los corredores que salían de ella sin detenerse en los carteles que ya Querio y Sascha habían leído. Le angustiaba la oscuridad y la estrechez de los corredores. Tener que defenderse de aquellas fuerzas malignas en un territorio tan angosto, sobre todo teniendo el cuenta el enorme tamaño de su alter ego, preocupaba al noble.

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20/04/2018, 22:15
(CC) Doctor Querio Vandel.

¿Una segunda linterna encendida? Konrad... dime que no estás pensando en que nos dividamos en grupos para registrar esto.

Si se iban a separar, Querio no quería ir con Konrad por sus prontos de ira, ni podía ir con Sascha porque tendría que ir con Konrad para calmarle. Gheorghe y Janos irían juntos en el otro trío, como buen discípulo y maestro, y Velkan como cambiantefóbico, iría con ellos. Eso le dejaba a Vandel en el grupo del loco homicida, y era demasiado tiquismiquis para ir con el loco homicida.

Avanzó hasta el centro de la sala central y tendió la linterna hacia Konrad, temeroso de que se transformase inesperadamente y le arrancase el brazo. Desde allí se fijó en las puertas en los laterales de los pasillos.

¿Puedo sugerir ir en un único grupo? Gheorghe o Janos, que tienen buena armadura, podrían ir delante, y detenerse justo antes de llegar a las celdas, para que los demás podamos registrar la puerta lateral. Konrad debería quedarse en la retaguardia, y no unirse a nosotros hasta que hayamos asegurado todo el trayecto de un corredor. Si crece en mal lugar, podría quedar atorado.

Miró con paternalismo a Konrad. La retaguardia siempre fue su lugar favorito, y en un acto simbólico cedía el testigo al otro veterano del grupo. En ocasiones era incapaz de ver a su compañero como el psicópata verde que había en su anterior.

El corredor que va en dirección norte, al grupo de celdas de la Mazmorra Secreta, es un buen punto para empezar a explorar. Tengo un buen presentimiento en esa zona.

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23/04/2018, 05:26
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Suspiro al ver como el combate termina y como Konrad puede controlarse nuevamente a pesar de aquella horrenda transformación. No voy a negar a nadie que es sumamente útil contar con sus poderosos puños y su verde furia, pero lo impío del acto, así como su mente cede ante aquella maldad primitiva es algo que no me gusta para nada.

Me concentro en el poder que Sarenrae me brinda y comienzo a sanar las heridas de todos mis compañeros, incluyendo las mías propias. Comienzo usando los conjuros que mi diosa me brinda, acercándome a unos y luego a otros. Después sigo utilizando el fervor de mi fe para sanar unas pocas más heridas y, cuando ya no tengo más recursos, asalto el poder de la varita que llevo.

Después de un par de minutos, he realizado todas las sanaciones que considero necesarias. Declaro el estado de nuestros recursos al grupo:

 - "Solamente queda lo que esta varita nos brinda. Mis poderes se han agotado por el día de hoy y este objeto mágico no posee muchos usos más antes de quedar inutilizado. Necesitaré descansar pronto para contar nuevamente con sanaciones."

Suspiro, un poco cansado por lo realizado pero listo para continuar. No intervengo en la decisión de la dirección en la que movernos, pues ellos decidirán y yo acataré. Lo único que creo que es lo más importante es encontrar primero las llaves que buscamos. Luego ya podremos seguir recorriendo para derrotar a los enemigos.

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24/04/2018, 11:20
(CC) Konrad Mykephoros.

Lo de la linterna era una excusa. La Bestia podía sentir el miedo en Vandel, casi olerlo y Konrad, pro tanto, lo había notado también. Al menos si llevaba una linterna podría hacer de "portaantorchas", una misión que para muchos estaba infravalorada, pero que era vital en una mazmorra.

- Nada de separarnos, tiene razón, Doctor.- Mejor ir todos juntos, más teniendo en cuenta lo que Janos les indicaba. Sus poderes de sanación se habían agotado, lo cual no era nada bueno. Acababan de empezar su exploración del sótano y ya andaban mal de recursos.- Me quedaré en la retaguardia, descuide.- Confirmó al sabio Vandel, eso sí, después ignoró su buen presentimiento acerca del corredor norte e indicó a los demás que fueran por el oeste.

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24/04/2018, 21:41
(SA) Gheorghe Mykas.

Gheorghe se había adelantado, y ahora miraba pensativo al frente, con la guardia lista, antes de echar un vistazo a ambos lados. Se tomó unos segundos antes de hablar, girándose brevemente hacia atrás para comunicar al grupo sus hallazgos.

-Hay un rastrillo bloqueando el camino, a otro bloque de celdas, supongo. Pero una de estas puertas laterales debe dar a un mecanismo para abrirlo. Si está roto... Vamos a necesitar mucha fuerza. 

Sin embargo, tras algunos instantes de atención en silencio, su rostro cambió. Más tenso, más serio, en cierto modo preocupado. Con lentitud, alzó la hoja de su espada, apuntando de forma ominosa hacia la puerta al sur, con todo el silencio posible para alguien embutido en armadura. Lanzó una mirada cargada de significado hacia sus compañeros. Ahí había algo, algo malo. Habría empeñado su honor en ello. Y aunque era peligroso, sabía lo que debía hacer. Había que exterminar el mal de esa prisión. Así que, tras tomar aliento lentamente, se acercó a abrir la puerta...

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25/04/2018, 20:01
(CC) Velkan Matacambiantes.

Las palabras de Janos acerca de la falta de poder curativo tenían un especial significado para él. Cuando combatía entraba en un estado no demasiado racional que le hacía querer buscar más bajas antes de salvaguardar su propia integridad. No podía exponerse tanto si volvían a tener un combate pues ya no contaba con la sanación del escudero. Tras aquello se mantuvo en silencio y quieto esperando a que el resto de sus compañeros se ordenara y asintió a la idea de Vandel de poner a Konrad en última posición, eso ayudaría a todos. Aquella bestia debía permanecer oculta todo el tiempo posible.

Todos juntos entonces.

Cargó su hacha sobre su hombro y se preparó para avanzar junto al resto. Cedió el primer paso al escudero y al paladín. Ellos tomaron la delantera especialmente Gheorghe. El matacambiantes miró el recorrido que seguía la espada del paladín y asintió, había peligro al que combatir, y como de costumbre él estaba listo y dispuesto para ello.

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25/04/2018, 21:34
(CC) Doctor Querio Vandel.

El Doctor Vandel se palpó sus heridas totalmente curadas.

Gracias, Janos. Eres buena gente.

Querio dejó la linterna en el suelo y se acunclilló. A sus espaldas, la luz que portaba Konrad proyectó la sombra del doctor. Su pequeño cuerpo creaba una enorme sombra en la pared. Al levantar la vista, Querio creyó que era la amenazante sombra de la Bestia, y no la suya, la que veía. Tragó saliva.

¿Konrad... ? ¿Chicos?

Estalló con frenesí el pedernal contra el acero, tratando de conseguir su propia luz. Una chispa saltó al aceite, y la linterna prendió. Y al agarrar el asa del farolillo, se dió media vuelta para confrontar sus miedos. Como si una luz bastase para ahuyentar a la Bestia. Como si sus demonios pudiesen ser conjurados con el conocimiento que proporcionaba verlos.

Ahg... Estás ahí, Konrad. Normal. Sí, es cierto... fui yo el que propuse que fueras de último.

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26/04/2018, 04:47
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Después de haber declarado que ya no me quedan más sanaciones, más allá de las pocas cargas de varita que me quedan. Eso pone al grupo en un estado crítico del que cuidarnos pues hemos recibido mucho daño y, todo nos indica que recibiremos mucho más antes de que esto termine.

"Lamentablemente los dones de los dioses deben ser ganados y mi tiempo adorando a Sarenrae no ha sido tanto a sus ojos. La diosa es sabia y piadosa, mis dones aumentarán cuando llegue el momento. Lamentablemente, los peligros de este lugar no esperarán."

Demasiado tiempo pasa cuando veo que Gheorghe se ha alejado rápidamente hacia uno de los bloques de celdas. No debo dejarle solo, considerando el peligro que se esconde en cada rincón. Avanzo todo lo rápido que puedo para darle alcance hasta llegar a su lado. En ese momento me calmo un poco, sabiendo que por lo menos le acompañaré en el peligro, como es la costumbre y mi deber.

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30/04/2018, 10:03
(CC) Doctor Querio Vandel.

Vandel se acercó a la entrada del corredor, con recelo de lo que pudiera hacer Konrad si perdía el control sobre la Bestia. El noble flanqueaba el acceso, y obligaba a que cualquiera que quisiese ir tuviera que pasar junto a él. Manteniendo las distancias, el Doctor Vandel alzó la linterna para iluminar a Velkan y a Sascha. Entre los dos, pero sobretodo debido a Velkan y sus pieles anchas que le daban más envergadura, bloqueaban el túnel. También podía ver una puerta abierta a la izquierda, así que supuso que Gheorghe y Janos estaban explorando esa habitación.

¿Todo bien? Si veis algo raro o peligroso, retroceded. Siempre es mejor luchar en espacios abiertos.

Volvió a redirigir la linterna, iluminando el rostro de Konrad como si se tratase de un aparecido. Con la luz incidiendo en cierto ángulo, las facciones de la Bestia eran más reconocibles.

Puessss... dicen que el fin de semana a lo mejor llueve-dijo a Konrad, tratando de romper el hielo-. Es increíble que esta mazmorra no esté completamente inundada, tras las lluvias acumuladas durante diez lustros. El suelo de los Cimientos del Infierno debe ser permeable, y muy lentamente la zona anegada debe estar drenando su agua a algún acuífero en el subsuelo, por eso nunca se inundan el resto de cámaras de este sótano.

Sonrió tratando de mostrarse afable, y los músculos de la cara empujaron la nuez hacia abajo haciéndole tragar saliva. Nunca fue muy valiente, pero con el paso de los años había ganado cautela y perdido el ímpetu de la juventud. Pero allí... allí, se quedase con Konrad o avanzase por el pasillo, el peligro seguía estando presente.

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01/05/2018, 09:46
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Como había dicho, Konrad se quedó vigilando la retaguardia, junto al Doctor Querio. Era frustrante no poder ayudar más, sobre todo sin saber bien qué era lo que estaba sucediendo en aquellas lúgubres habitaciones infestadas de enemigos. Sin embargo, su presencia en el meollo podía suponer más un peligro que una verdadera ayuda. Los pasillos eran demasiado angostos para tantas personas, más considerando lo que podía pasar si Konrad perdía el control y salía la bestia verde que vivía en su interior y que le doblaba el tamaño.

La banal conversación de Querio atrajo su atención al hecho de que se encontraba con el torso desnudo en aquel oscuro y húmedo lugar. De pronto le entró frío.

- Si ya Ravengro es gris no quiero ni pensar qué aspecto tendrá bajo la lluvia y con sus calles embarradas.- Con cuidado de no soltar la linterna se frotó con la mano libre la piel desnuda para hacerla entrar en calor. Era una pena que Gruñido no estuviera allí para pedirle otra camisa o algo con lo que cubrirse. Devolvió una forzada sonrisa al profesor y se quedó absorto mirando el movimiento brusco de su nuez. De pronto sintió un irrefrenable deseo de agarrarle el fino cuello con una mano y hacerlo crujir hasta dejárselo flácido y torcido, en una posición imposible.

No pienso hacer eso.- Le aclaró a La Bestia, reconociendo su huella en aquel pensamiento. Dejó la linterna en el suelo y se aseguró de que la ballesta estaba cargada. Tras volver a colocarla a la espalda echó un vistazo de nuevo pro el pasillo.

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02/05/2018, 22:34
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

No esperaba que hubieran podido acabar sin más con una de aquellas cosas, pero lo habían logrado... Aunque intuía que volvería. Eso, junto con la sensación de terminar de quitarse el "atontamiento" del martillazo que le había propinado, le hizo torcer el gesto. Examinó la habitación mientras tanto, en busca del mecanismo para levantar el rastrillo y cualquier otra cosa interesante. Y encontró algo, pero quizás no lo que esperaba.

-Hay una puerta secreta aquí. Cerrada con llave, que seguramente esté en algún lado de este subnivel-informó el paladín, señalando la zona-el mecanismo para levantar el rastrillo debe estar en la puerta del norte entonces.

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03/05/2018, 03:33
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Apenas la puerta de la habitación se abre un poco, un horrendo y antinatural frío comienza a emerger desde el interior, como antesala de lo que sabemos será una manifestación del embrujo que pesa sobre este lugar. Lo más probable es que sea peligroso, lo más probable es que corramos un gran peligro, pero eso no me hará retroceder.

Miro a mi maestro y sé que va a abrir la puerta, por lo que me preparo para entrar y atacar al peligro que sea que nos enfrentemos. Levanto mi arma y, cerrando los ojos, hago una pequeña plegaria en silencio para que Sarenrae bendiga mi arma y la capacite para alcanzar a cualquier enemigos que me enfrente.

Mis pasos son raudos cuando el umbral me permite pasar y, con algo de asombro en los ojos, veo como las tres calaveras se elevan delante de lo que claramente es el Merodeador de Musgo de Agua que tanto temíamos que pudiese atacar a Kendra en Ravengro. Sin pensarlo dos veces, lanzo un corte con fuerza contra uno de estos cráneos. Mi golpe impacta y el hueso se quiebra, quedando inmóvil y destruido.

Lo importante no pasa desapercibido a nuestros ojos pues el espectro del enano se estremece y sufre por la destrucción del cráneo. Entiendo entonces que es el camino correcto para vencer.

"Debemos acabar con ellos para derrotarlo."

Entonces uno de los cráneos me golpea con fuerza en la frente, haciendo que una gota de sangre se deslice entre mis ojos y sobre mi nariz. Pero eso no me detendrá, así como a Gheorghe no lo detiene recibir el poderoso martillazo del espectro, que parece dejarlo con secuelas en un inicio, para luego destrozar a un segundo cráneo.

Con un corte de mi cimitarra no es suficiente para acabar con el último cráneo, por lo que lanzo un segundo ataque y destrozo la calavera con violencia, lo que hace que el enano desaparezca con una imagen de violencia y sufrimiento. Suspiro y sonrío al ver el primer paso de nuestro trabajo realizado. 

 - "¡Lo hemos conseguido! Ahora debemos derrotar a los otros cuatro y luego encontrar la placa del Alcaide para que jamás vuelvan a manifestarse. De lo contrario, volveremos a verlos."

Lo que sería muy triste pues no podremos descansar hasta acabar con el resto de los espectros pues, si ahora descansamos, mañana nuevamente estará y tendremos que derrotarlo nuevamente antes de acabar con la maldición sobre Piedra Alzada.

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05/05/2018, 10:48
(CC) Doctor Querio Vandel.

El Doctor Vandel sonrió. No como esas sonrisas que se le dibujaban cuando pensaba "miradme, soy útil", sino una sonrisa nerviosa, en una situación que le daba una excusa para alejarse de un peligro. Un peligro llamado la Bestia. Avanzó por el corredor tratando de abrirse paso.

Vale... Puede que la cerradura profesional de una caja fuerte esté por encima de mis posibilidades, pero mis ganzúas deberían ser suficiente para tratar con una puerta secreta. Pero ssssh, no se lo digáis a nadie, sino la puerta ya no sería secreta, jeje.

Sobre lo de seguir empecinados en levantar el rastrillo, ya no estaba tan conforme. Puede que un rastrillo no fuese suficiente para detener al estilo de amenazas incorpóreas que habitaban esas mazmorras, pero sin el debido mantenimiento estaríamos hablando de un mecanismo ruidoso y oxidado que alertaría a todos los fantasmas de los alrededores de su llegada. Por otro lado, cinco segundos antes la Bestia bramaba y jugaba a los bolos con una banda de esqueletos explosivos. Si aquello ni siquiera puso en guardia a lo que quiera contra lo que estuviesen luchando Gheorghe y Janos en el interior de la habitación, el Doctor Vandel no iba a protestar por esto.

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06/05/2018, 09:34
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Lo angosto de los pasillos de aquellas catacumbas dejaban a Konrad intranquilo ante la hipotética posibilidad de no poder controlar a La Bestia. Así que se mantenía en guardia en el distribuidor donde habían combatido contra los esqueletos explosivos con la intención de mantener segura la retaguardia del grupo. todo lo segura que podía estar vigilada con alguien con semejante capacidad para perder el autocontrol. Cuando la conversación banal con Querio terminó y éste se introdujo en el pasillo, no le quedó otro remedio que seguirlo a cierta distancia.

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07/05/2018, 00:10
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El Doctor Vandel va a encargarse de la puerta secreta en el fondo de la habitación, por lo que pienso que es inútil que yo me quede aquí, entorpeciendo el movimiento por el poco espacio y agregando ojos a una tarea que requiere concentración.

 - "Iré a ver la habitación de enfrente."

Así es como salgo de la habitación, dejando atrás nuestro primer gran triunfo en esta cárcel. Al llegar al otro lado del pasillo, abro la puerta y encuentro una habitación que no parece tener amenaza alguno ni nada de más interés. Es entonces que me fijo en el mecanismo que de seguro sirve para abrir el acceso a las celdas.

Me acerco a la manilla y espero a ver si el resto está preparado para abrir eso. Por lo que veo, solamente el Vandel está ocupado, por lo que creo que es un buen momento para abrir ese acceso y continuar así con nuestra búsqueda.

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08/05/2018, 09:19
(CC) Doctor Querio Vandel.

El Doctor Vandel dejó la linterna sobre el macabro altar de Ispin Onyxcudgel, para tener una segunda mano libre con la que usar sus herramientas.

A ver... Veamos... ¿Cómo era esa canción?

La manilla entra en el cilindro y hace rac-rac-rac.
La ganzúa se desliza a lo largo de la manilla-lla-lla.
Se oye click en el tambor,
lo giras sin ningún temor,
y pasas al siguiente perno del per-cu-tor.

Se podría decir que la canción es pura parafernalia. Puede estar bien para un aprendiz que se está iniciando con los movimientos, para memorizarlos y mecanizarlos mejor. Pero cuando ya tienes unas canas, como es el caso de Querio, el proceso te sale de manera natural. La función de la tonadilla para un veterano era meramente la de distraer. Sirve para que nadie más se fije en lo que hacen tus manos, o para aplacar a tus propios fantasmas en un momento en el que un montón de malos amigos te han dejado solo en una habitación mientras ellos vuelven todos juntos al pasillo.

¿Qué coño iba a hacer Vandel si unos brazos fantasmales emergían de la puerta secreta y le empezaban a estrangular? Seguramente su reacción sería totalmente improductiva para su defensa. Se limitaría a babear, patalear y morirse por asfixia. Con unos dedos ectoplásmicos apretándole la tráquea ni siquiera podría hablar y decirle a sus amigos "os lo dije". Es seguramente la peor muerte posible, ya que te arrebata la posibilidad de echarle en cara a los demás que tenía razón en algo, incluso cuando no lo hubieses advertido previamente. Como una profecía autocumplida, como un "vas a caer" dicho después de que alguien caiga, un "te lo dije" a destiempo solo sirve para satisfacer a quién lo dice.

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08/05/2018, 14:49
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, 8 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA.

PLANTA BAJA DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El bloque de celdas estaba siniestramente vacío. Sin duda aquellos rufianes habían logrado escapar en el motín, aunque estaba bastante seguro de que no del todo. En vez de conocer su final en las celdas, lo habrían hecho en los pasillos, o los dioses sabrían donde, víctimas del fuego y el humo. Puede que algún afortunado hubiera conocido un final más rápido y piadoso a manos de algún guardia, pero seguramente serían los menos.

Lo único reseñable parecía ser una sala de torturas al sur. Aquello hizo fruncir el ceño al paladín, pues distaba mucho de ser un trato adecuado que dispensar a los presos. Pero, aún sabiendo que el odio estaría reconcentrado en aquel lugar, probablemente deparándoles alguna sorpresa desagradable, Gheorghe avanzó. Debían registrar todo lo que pudieran para intentar dar con la solución a aquel desaguisado.