Partida Rol por web

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

CORREDOR CENTRAL

Enterrador tomó una de la batas y se la puso. No es que tuviera necesidad de ella, pues portaba ropa decente del fallecido investigador Lorrimor, pero las prendas poseían amplios bolsillos, buenos para llevar los frascos alquímicos que le tendía Nigromante.

- Es buena idea que entre ambos echemos un vistazo a estos preparados. Pero en un sitio seguro - dijo asintiendo, dejando claro que el único sitio seguro por la zona era la capilla de los refugiados -. Tormento y mis brazos lo agradecerán - añadió mientras otro nuevo picor le vino y no pudo evitar rascarse los antebrazos. Otra vez.

Respecto a los objetos mágicos encontrados, Anselmo se encogió de hombros.

- Son buenos objetos, validos para cualquiera. Aunque el broche, tal vez, más útil para quienes frecuentan el cuerpo a cuerpo - opinó con evidente lógica.

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

CORREDOR CENTRAL

La memoria de Anciano Sabio no era tan buena como cuando era un hombre maduro pero de edad no tan avanzada como ahora. Durante la explicación de su visión, Anselmo le miró como si ya hubiesen hablado de experiencias similares antes y seguramente tenía razón. Solo que la edad y las emociones fuertes le pasaban factura, empeorando su memoria.

Una vez registrada de nuevo la sala de conferencias. seleccionó las dos batas más limpias y las guardó para hacer vendas con ellas. Luego tomó otra para ponersela sobre sus ropas.

-Gracias Nigromante. ¿Sabéis?, cuando era joven y era un simple iniciado de Pharasma, recorrí Golarión ayudando a los más necesitados. Durante ese tiempo aprendí a aprovechar cuanto hubiese a disposición para cubrir necesidades. Estas batas se convertirán en unos estupendos vendajes.

Asintió cuando Anselmo propuso ir a descansar a un sitio seguro. Todos lo necesitaban y Tormento más que nadie.

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

CORREDOR CENTRAL

Réquiem se encontraba en el pasillo, mirando hacia delante y hacia atrás, luego ojeando cada una de las puertas que no habían abierto desde una distancia prudencial. Pudo ver a Tormento de Tinieblas llegar al corredor central – Tienes razón… lo más sensato es ir a descansar en un lugar seguro Tormento. Necesitamos estar todos recuperados, si caemos uno por uno… cada vez se nos hará más difícil avanzar. – Alexei estaba de acuerdo con las palabras del hombre con el vendaje en los ojos, lo miró curioso durante unos segundos hasta que la voz de Anciano Sabio llegó a sus oídos.

- ¿De verdad? – se mostraba sorprendido y esperó a que el buen hombre acabara de hablar – Konrad es mi hermanastro, sí… - en su mente divagaba una serie de frases incongruentes con la supuesta estima que le podría tener a su hermanastro << El muy cabrón que no me quiso ni dar una moneda o tal vez ni me respondió… y acabó quitándome el anillo sin ni siquiera despertar… >> movió el dedo índice, en el cual una vez hubo un anillo de oro de su preciada familia.

- Pero… ¿Has tenido la visión ahora? O… ¿En un sueño? – dijo el dramaturgo para que el anciano le resolviera sus dudas. Meditó aquella información durante escasos segundos, acariciando su mano la perilla que recaía de la barbilla – Cierto, es un grupo en el “otro lado”. Ellos nos recuerdan, pero… por ejemplo yo tampoco recuerdo ninguna expedición ni al Profesor Lórrimor… - muestra sus ropajes – Estas ropas son del profesor, su buena hija me las ofreció – prosiguió hablando – Cierto es, Konrad conoce la ubicación de la Isla de Brezo de Piedra, encontrándose cerca de la ciudad de Thushmoor. El ratling dijo la verdad sobre la ubicación – comentó al agraciado anciano.

Se giró para mirar a Anselmo Paddock y afirmó a sus palabras – Pienso que es lo mejor, volver y descansar –

La voz de Nigromante hizo presencia – Nigromante, pienso que es mejor volver lo antes posible a un lugar seguro y allí podremos investigar y descansar. En referencia al broche y la capa, las aceptaría de buen grado, pero es mejor otorgárselas a las personas que vayan al frente del grupo. Yo me quedaré en la retaguardia y ayudaré en lo que sea posible con la espada. En estos lugares cerrados y estrechos, la ballesta en un ataque no serviría de mucho ya que hay riesgo que las saetas os impacten al estar luchando cuerpo a cuerpo. –

Por último, Réquiem añadió a las palabras de Anciano Sabio – Es un buen uso a las batas, también podríamos llevar algunos libros o maderas para hacer fuego, no me gusta nada quemar libros pero… en circunstancias así, aquel refugio no se puede quedar sin suministros para hacer fuego. ¿Cargamos con maderas y libros? - 

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

CORREDOR CENTRAL

Ha sido ahora mismo. Acababa de taponar las heridas de Tormento y de darle el dial curativo, cuando alcé la mirada y ví la figura de tu hermanastro. Apenas intercambiamos unas pocas frases antes de que se deshiciese el fugaz vínculo que nos unía. Cuando el vínculo se rompió, me encontré en el mismo instante anterior, mirando el rostro de Tormento y terminando de darle de beber el contenido del dial. El tiempo no había transcurrido y yo solo había alzado la mirada en mi mente.

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MEDIA MAÑANA.

CORREDOR CENTRAL

- Que extraño… como si fuera un reflejo – comentó a las palabras que había dicho Anciano Sabio. Réquiem meditó durante unos instantes, intentando recordar algo que le venía a la memoria pero nunca llegaba a vislumbrarse con claridad, era la misma sensación que cuando tienes una palabra en la punta de la lengua pero no lograbas decirla.

- Fue un vínculo entre un lugar y otro… lograsteis compartir unas frases pero la unión desapareció… - allí intentando entender cada una de las frases del hombre de avanzada edad.

- El tiempo también corre diferente en esos espacios atemporales, todo es muy extraño pero debe de tener algún tipo de relación. Deberíamos de pedirles ayuda, que busquen y se informen de nuestra situación que intenten encontrarnos. Que vayan hacia esa isla… o que busquen a la última persona que nos contrato… maldita memoria como se llamaba… - se quedó pensando el nombre en silencio.

- Intento recordar algo pero ahora no me viene a la memoria, estoy seguro que tiene relación con estos sucesos… - apretó los dientes con cierto  gesto de rabia e indignación y acabó sujetando el arma con más fuerza – Cuando logre recordar te lo contaré Anciano Sabio - 

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MEDIA MAÑANA.

Tras recuperar unos frascos alquímicos del cadáver del Doctor en el armario de la sala de reuniones, que Nigromante entregó a Enterrador, y unas batas blancas de médico que prontamente fueron repartidas; el grupo deliberó acerca del siguiente paso.

Tormento y Buscador se habían quedado tan rezagados y distraídos que no participaron en la deliberación ni tomaron batas blancas o frascos de vidrio. Cuando los demás decidieron regresar al Refugio de Soñadores, la comunidad de supervivientes liderados por Winter Klazcka, esos dos se quedaron un tanto rezagados, aunque el resto confiaban en que pronto les seguirían. En especial por ser el Monje Mortificador el más malherido.

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SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

Al despertar de un sueño en el que se había visto sumido apenas unos instantes, Buscador se encontró a sí mismo solo y abandonado en la habitación. La rata había escapado no sin antes regalarles unos retazos de información y con ella, poco después, el resto de sus compañeros había salido en la otra dirección.

El detective salió de la habitación en la que se había quedado y en los pasillos por los que caminó con la esperanza de alcanzar a sus compañeros se encontró con un Tormento malherido que rezagado pretendía, al igual que él, reunirse con ellos.

- Apóyate en mí, Tormento- le dijo cuando aun le quedaban unos pasos para alcanzarle.- No te conviene realizar más esfuerzos de los necesarios. Juntos mejor que separados.

Aquella máxima no perdía validez aun con los pasillos limpios de unas amenazas que en un universo de locura como aquel podían reaparecer en cualquier momento. Le extrañaba que sus compañeros no lo hubieran tenido en cuenta, que no lo hubieran considerado. Era algo que consideraba impropio de ellos, algo más propio de las fuerzas invisibles que regían aquella pesadilla y que los habían dispuesto en aquel tablero en el que se jugaban la libertad y la vida.

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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MEDIA MAÑANA.

-Gracias, amigo. Por lo que veo, en su disquisición acerca de la conveniencia en pro de mi salud de regresar al campamento base de Winter, han olvidado el objeto de sus preocupaciones -dijo con una voz que no ocultaba el sarcasmo-. Te agradezco tu ayuda y especialmente, la protección que supones ante un potencial ataque. Estoy deseando llegar y descansar, aunque el dolor me hace ser conciente de un hecho maravilloso. Estoy vivo -concluyó.

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SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

Buscador rió entre dientes.

- Me parece que hay formas bastante más satisfactorias de comprobar que uno está vivo que esa, pero no niego que el dolor es un buen indicativo, más en nuestra situación.- Movió la cabeza a un lado y otro haciendo chasquear el cuello, buscando con ello un alivio que no llegó.- Lamentablemente más veces de las que gustaría es el preludio a no sentir absolutamente nada... Aunque no es tu caso, por supuesto. No porque sepa de heridas sino porque si así lo fuera creo que nuestros compañeros se hubieran marchado con aun más prisa, en esa ocasión para pedir ayuda- bromeó.- Así que quieras que no que nos hayan dejado atrás es buena señal, no solo porque consideran que estamos lo suficientemente sanos sino porque además piensan que no les necesitamos para regresar. En tu caso es verdad. En cambio en el mio... Creo que necesito unas pequeñas indicaciones.

Acababan de franquear las puertas de la biblioteca. Había sido allí, o más bien dentro, donde el detective había reaparecido después de las que, en comparación con aquello, habían sido sus idílicas vacaciones en Ravengro. Más allá de la sala que acababan de dejar atrás no sabía qué había o hacia dónde debía dirigirse para encontrarse con el resto. No obstante contaba con guía y dado que era más rápido preguntar que buscar, decidió no desaprovechar la oportunidad.

- ¿Izquierda o derecha?

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

Una risa hueca resonó en el pecho de Tormento y unas burbujas sanguinolientas se abrieron paso y estallaron en la comisura de sus labios. Se pasó la manga de su brazo libre por la boca, secando el fino hilo de saliva rosácea y no pudo dejar de arrugar la nariz ante el hedor de sus ropas. 

-El dolor es... como el hogar. Puedes confiar en él. Nunca te defraudará y esconde la oscuridad de un placer al que a veces es difícil negarse. Hay luces y las luces proyectan sombras. El dolor es la sombra de la vida, la acompaña ineludible y es el preludio de la oscuridad que es la muerte -dijo en lo que parecía un extraño mantra-. Por allí -dijo elevando la mano e indicando el camino a seguir-. Buscador, ¿cómo fue tu estancia en el otro lado? ¿Recuperaste parte de tus recuerdos? -sus preguntas parecían teñidas de una curiosidad vital. 

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

- Tras el descanso nocturno y algunas curaciones, el grupo se prepara, desayuna y pronto está listo para seguir explorando de nuevo el Asilo de Briarstone.

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

Réquiem había terminado de desayunar y ya estaba esperando al grupo de aventureros para proseguir con la tarea de inspeccionar el terrorífico asilo. Repasaba su inventario y comprobaba que tuviera todo listo para iniciar la marcha y así no perjudicar su avance. Compartió algunas palabras con los guardias, para ver si habían visto algún tipo de movimiento cerca de la entrada al refugio.

Una vez juntos iniciaron la marcha, Réquiem se quedó junto a Anciano Sabio en la retaguardia para cubrir la parte trasera. Mientras avanzaban pudo ver a Enterrador como mandaba el alto con un gesto. El dramaturgo se quedó quieto y aprovechó ese intervalo de tiempo para observar su alrededor, buscando algún tipo de huella que presenciara actividad enemiga durante el tiempo de ausencia al estar dentro del refugio. Alexei no logró encontrar ningún indicio que delatara actividad enemiga y al ver que Anselmo Paddock seguía la marcha, lo siguió pasando la biblioteca hasta llegar a una de las habitaciones que no habían explorado. El dramaturgo se quedó al lado de Anciano Sabio mientras sus compañeros empezaban a introducirse en la habitación, con cuidado y con la espada ropera en su mano diestra avanzó hacia la habitación.

- Cualquier señal que delate presencia enemiga, avísanos – le dijo a Anciano Sabio al ver que se quedaba en el exterior, antes de adentrarse al interior de la sala.

Una vez dentro, cerca de la puerta por si debía de salir corriendo, pudo visualizar el interior de la habitación. Se fijó como el techo había caído encima del escritorio, destrozando el mobiliario a su paso. No era de extrañar que el índice de supervivencia de gente cuerda fuera muy escaso. 

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

- Hombro Izquierdo y yo nos quedaremos con Anciano Sabio, aquí fuera. No quiero que nadie vuelva a quedarse solo. Si veis objetos que puedan ser mágicos, o que haya que tasar, avisadnos. Avisaremos si hay peligro.

Nigromante había estado en silencio desde que habían salido. Era evidente que estaba preocupado por reanudar las investigaciones aunque, por otro lado, se veía que el descanso le había sentado bien. A pesar de las preocupaciones derivadas de sus visiones sobre lo que había pasado, y de la preocupación derivada de los terribles peligros a los que se enfrentaban, creía que podían obtener la victoria en la situación en la que se encontraban. Habían partido, y convenía recordarlo, de una situación, y de un lugar, muchísimo más aterrador, y en condiciones mucho peores. Realmente, era casi milagroso que hubieran podido escapar de ser torturados y destripados por esos dopplegangers. 

- Pharasma sea loada- había musitado entre dientes al poco de empezar a caminar esa mañana, tomándose con la mano el pequeño símbolo de madera que ahora llevaba al cuello. Sí, quizás era un poco raro que un nigromante (y más él) adorara a Pharasma. Pero esperaba que ella le diera el perdón y permitiera que su alma, al morir, fuera recompensada. Porque realmente esperaba que tuviera un alma. Lo esperaba de verdad.

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, EN EL ANTIGUO SALÓN EN RUINAS.

- Estando en tierra extraña, yo primero repasaría la habitación de enfrente, que creo ni la miramos. Luego, antes de ir al norte, sí creo que sería conveniente desenterrar al pobre fallecido, puesto que alguna de sus pertenencias podían ser buenas bien para nosotros, bien para los refugiados. Yo mismo puedo echar una mano para desenterrar: no estoy herido y usualmente soy menos útil si hay combate cuerpo a cuerpo.

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

Anciano Sabio se quedó fuera de la habitación mientras Tormento y los demás la investigaban. Se mantuvo alerta, por si aparecía alguna de esas miserables criaturas emparentadas con las ratas. Habiendo pasadizos subterráneos, podían emerger en alguno de las habitaciones que habían dejado atrás. No esperaba que Ratch Mamby les hubiese preparado una emboscada, pero no se sabe el rencor que podía albergar aquella criatura a pesar de haberle perdonado la vida.

Estaba vigilando, cuando sintió una extraña atracción hacia la puerta norte y se aproximó sin darse cuenta hacia ella. Despacio, con pasos cortos. Al llegar a ella comenzó a levantar la mano para abrir la puerta cuando Buscador de la Verdad el agarró por el brazo, sacandole de su ensimismamiento y le habló - Mejor abrimos esta otra puerta primero, ¿no te parece?

Todavía un poco absorto y atontado, Anciano Sabio asintió con la cabeza y se colocó junto a la puerta, tras el resto.

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

Enterrador abrió la puerta de golpe, maza en mano, dispuesto a aporrear cualquier amenaza que hallara.

Un derrumbamiento... y una mano que asoma debajo. Pobre desgraciado, pensó el enterrador.

- Tal vez debiéramos sacarlo de ahí. Puede que tenga algo interesante - comentó observando las rocas principales que lo sepultaban -. Total, a él ya no le servirán. Mientras que a nosotros cualquier cosa puede venirnos como agua de Desnus - matizó para que aquello no pareciera una simple rapiña y expolio.

- Calculo que si empezamos ahora podríamos sacarlo en diez minutos - apuntó -. Pero si preferís dejarlo para más tarde, sea - sentenció encogiéndose de hombros y mirando al resto, esperando una respuesta unánime sobre si realizar un poco de trabajo físico o trabajo de investigación en otras salas. Nigromante y Anciano parecían decantarse por la segunda opción.

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

El ruido a sus espaldas le llamó la atención, fuera de la instancia se encontraba Anciano Sabio, Nigromante y Buscador de la Verdad. Allí se fijó el dramaturgo como ambas personas hablaban en voz baja y Gabriel Alarico se disponía a acercarse a la puerta de la otra habitación que no habían inspeccionado de momento.

Volvió su vista hacia el interior de la sala en la que se encontraba y hizo un gesto a los que estaban en su interior para llamar su atención. Escuchó las palabras de Anselmo Paddock y Réquiem respondió – Mejor lo desenterramos más tarde, se están preparando para abrir la puerta y no debemos de separarnos mucho –.

El dramaturgo caminó hacia el corredor central y se quedó en un lateral, dejando pasar a sus compañeros para que se posicionaran junto a la puerta de la otra habitación. Alexei se quedó junto a Anciano Sabio, cerrando así la retaguardia del grupo de aventureros que se avecinaban hacia la exploración de otra sala.

El corazón se le aceleraba cada vez que abrían una puerta, no sabía si la muerte se escondía en alguna de aquellas salas y estaba esperando a que el dramaturgo cometiera un error para llevárselo, allí recordó las palabras de Velkan Matacambiantes.

- Usa la cabeza… usa la cabeza… - murmuró para él mismo mientras afirmaba con la cabeza, como si quisiera aceptar algo con dudosa veracidad.  

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

La tensión era palpable en el ambiente mientras los segundos pasaban lentamente al abrir la puerta de aquella habitación. Anselmo Paddock acababa de abrir la puerta de aquella sala y por suerte no había nada en el  interior.

El dramaturgo dejó escapar un silencioso suspiro de tranquilidad al ver que no había enemigos y no tenían que seguir luchando, sabía que tarde o temprano se volvería a encontrar con algún despreciado ser que debería hacerle frente, pero por el momento podía respirar tranquilo.

Alexei, una vez seguro de que no corría peligro en el interior de aquella sala, entró para reagruparse con el grupo. Pudo ver las dimensiones de la habitación y la cantidad de bocetos anatómicos con dibujos y anotaciones que no llegaba a comprender, tal vez relacionados con la cabeza del cuerpo humano. Réquiem se fijó en la vitrina abierta y vacía que dejaba un pequeño rastro que habían seguido desde la sala C8.

- Yo diría que sí, aunque nos podríamos dividir para agilizar las tareas – respondió a las palabras de Anselmo Paddock.

Alexei se acercó a inspeccionar el exterior del inmobiliario que había en la sala, tanto el escritorio como las estanterías, quería asegurarse que no había nada extraño, que no hubiera algún tipo de trampa. 

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

Enterrador observó la sala con las diversas ilustraciones anatómicas, el cuerpo vacío sobre una mesa y los numerosos tarros de los estantes. Se detuvo en un dibujo, frunció el ceño y asintió, como si todo aquello le fuese familiar y conocido. Prestó entonces atención a una ilustración colgada en una pared. Ceñudo la miró y remiró. Finalmente relajó su rostro y asintió conforme.

- Ya veo. Es un ganglio - afirmó en voz baja, como si fuera lo más lógico -. Y eso de ahí son cajoneras - indicó a sus compañeros -. ¿Tenemos unos minutos para indagar si hay algo interesante en ellas? - preguntó. Tal vez contuvieran información importante a obtener antes de entrar en el despacho de registros de Losandro.

La respuesta de Requiem y actuar de Anciano respondieron a lo que el enterrador pensaba.

- Mucha gente para tan poco espacio - convino con el dramaturgo -. Voy al derrumbe a quitar cascotes y sacar al pobre desdichado bajo ellos. Tal vez tenga algo interesante - dijo mientras salió del despacho y se encaminó hacia el de enfrente.

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TERCER DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 6 DE ABADIO.

POR LA MAÑANA TEMPRANO, DESPUÉS DEL DESAYUNO.

Tormento miraba a unos y a otros, dudando de su cordura.

-Tenemos un objetivo. Todo cuanto interfiera en él es un obstáculo salvo si no hay riesgo en ello. Desenterrar ese cuerpo, al margen del tiempo invertido, es un riesgo. El techo ha caído y mover los escombros podría ocasionar nuevos derrumbes. El muerto podrá esperar mejores momentos. Cuando regresemos, quizá -dijo antes de ponerse en movimiento-. Y algo más allá, al norte, nos aguarda. No sé qué es. Ni siquiera consigo percibirlo con mis sentidos, pero siento inquietud. Y despreciar esa intuición es algo que no haré y para lo que reservaré todas mis fuerzas.

Se detuvo un instante, en el pasillo, mirando a aquel norte, momento en que los otros le sobrepasaron. Cuando finalmente los alcanzó para situarse a su lado, Enterrador abrió la puerta de la nueva sala. Nada relevante había en ella, salvo quizá unos cajones cuyo contenido parecía haber despertado la curiosidad de quien había abierto la puerta.

-De acuerdo, cinco minutos. Te ayudaré -afirmó disponiéndose a ello.

Pero su propuesta de ayuda se vio acompañada de algo que no esperaba. La marcha de Enterrador que regresaba a la anterior sala siguiendo los pasos de Anciano Sabio.

Negó con la cabeza y se dispuso a abrir las cajoneras.