Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 4- Los Muertos No Sueñan.

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01/11/2017, 17:33
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Enterrador asió con fuerza su maza mientras seguía con cautela a Tormento y a Gheorghe. El púgil señalo lo alto de las estanterías y el vigilante asintió con la cabeza, comprendiendo que allí arriba había algo. Solo se podía acceder subiendo por las escaleras móviles, lo cual hacía el acceso más incómodo y peligroso.

El enterrador sintió cómo, de pronto, el caballero parecía recostarse incomprensiblemente hacia un lado. Para su sorpresa el paladín se vio envuelto en una conocida niebla y repentinamente era Buscador de la Verdad quien aparecía en su lugar.

Anselmo maldijo por lo bajo ya que en mal momento acontecía el intercambio y más maldijo cuando Nigromante se abalanzó sobre el recién llegado, acribillándolo a preguntas.

- ¡Shhh! Por todos los demonios, mago, ahora no - le espetó en voz baja, tratando de hacerle callar  o que redujese el volumen de su voz, temeroso de que lo que estuviera allá se hubiera alertado ante la palabrería del arcano. Miró durante unos momentos al recién llegado, con la curiosidad propia del que quiere saber sobre el buen estado de salud de un compañero y luego retornó su atención hacia el posible peligro.

Con paso lento y cauto, sin dejar de observar la zona alta, iluminando a la espera de que algo asomara en cualquier momento, el enterrador avanzó hasta Tormento, tomando el lugar que el caballero había dejado vacío.

- Si hay que subir allá arriba por la escalera, hagámoslo a la vez - susurró al monje mientras le hizo una indicación con la barbilla en la que señalaba otra de las escaleras correderas -. Empleemos dos - sugirió a la que Paddock se alejó con paso amortiguado hacia una escalera más alejada, obviando la que ya quedaba cerca de los ruidos y libros destrozados. Que subiera solo uno, sin posibilidad de ser socorrido ante cualquier eventualidad, era muy arriesgado.

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01/11/2017, 22:26
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Réquiem se quedó en la retaguardia del grupo cuando sus compañeros empezaron a avanzar. Al ver el inicio de la marcha, se colocó detrás para ir avanzando de forma cautelosa y manteniendo una distancia prudencial por dos motivos: el primero dar espacio para una retirada y no estorbar en el proceso, el otro, ofrecerles al resto del grupo algo de tiempo para prepararse de un supuesto ataque por la espalda y así disminuir el efecto sorpresa.

Alexei junto a su hermano, Tormento, Enterrador y Anciano Sabio se acercaron a la puerta que había más al norte del vestíbulo. Allí el poeta hizo unos gestos para que escucharan y vieran por la cerradura. Luego Tormento abrió la puerta silenciosamente y empezaron a avanzar. Réquiem se mantenía en la retaguardia del grupo avanzando de forma cautelosa hacia lo que parecía ser una biblioteca. Réquiem podía ver las estanterías y las escaleras metálicas que recorrían una especie de estructura para deslizarse frente a los cúmulos de libros.

Unos pasos fueron perceptibles por los oídos de Réquiem, el poeta se asustó y se giró con velocidad para enfrentar a su supuesto enemigo. Tenía miedo, pero debía de hacer frente a la amenaza. De la oscuridad del vestíbulo surgió la figura de Nigromante, el temblor de las piernas del poeta cesó de inmediato y una tranquilidad reinó en su cuerpo.

<< Un poco más… y me da un infarto… >>

Sentía los latidos de su corazón acelerados por la tensión de la situación. Hizo un gesto a Nigromante para que se incorporara al grupo. Luego al girarse volvió a mirar hacia el interior de la biblioteca, fijándose en su hermano que se sentó. El dramaturgo preocupado decidió irle a preguntar si se encontraba mal, pero antes de iniciar su paseo hacia él la amarillenta niebla entró en juego, intercambiando a su hermano por Buscador de la Verdad.  

Rápidamente, el pequeño de la familia hizo gestos para recular a un lugar explorado y seguro para poder hablar con Buscador de la Verdad, pero  Nigromante se adelantó preguntándole en aquella gigantesca sala de alto techo. Réquiem iba a recriminarle pero por suerte Anselmo Paddock se adelantó, ya que estaba más cerca y transmitió el mensaje. Aunque el siguiente paso no le gustó, iban a continuar con la exploración y Réquiem se mordió el labio inferior en un gesto pensativo. Decidió que el interrogatorio debía de esperar y volvió a centrarse en cubrir la retaguardia del grupo asegurando así las espaldas de los que iban a mirar por las escaleras de las estanterías. 

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02/11/2017, 21:31
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Había cerrado los ojos esperando descansar después de un día que, aunque intenso, le había proporcionado mayores satisfacciones que las escasas horas que había pasado en el manicomio. Y fue precisamente mientras dormía, en mitad de un sueño que cuando despertó no recordó, cuando sintió que su consciencia era arrastrada a otro lugar y tiempo, al lugar que para su desgracia pertenecía. Debió ser por aquello que las corrientes fueron más gentiles con mente y cuerpo de lo que lo habían sido en la ocasión anterior, cuando había sido arrancado con violencia de su realidad en un momento en el que apenas le quedaba un hilo de vida.

Abrió los ojos con pereza, creyéndose aun en un sueño, rezongando ante la posibilidad del despertar.

- ¿Nigromante?- musitó al seguir la mano que lo aferraba del brazo hasta dar con el rostro familiar.

A Buscador le tomó más tiempo pronunciar esa palabra que al propio Nigromante soltarle toda la retahíla de preguntas que tenía guardadas. Y es que en aquellos momentos, en plena duermevela, sus ideas tenían la fluidez de la melaza. Por ello no le dio tiempo a responder antes de comprender por la intervención de Enterrador que había aparecido en una situación delicada.

La cercanía de un peligro potencial le hizo reaccionar. Abrió los ojos forzándose a despertar al tiempo que su corazón aumentó su pulsar a un bombeo algo más frenético. Se puso en pie mirando a uno y otro lado intentando hacerse una idea de la situación. Entonces buscó cuchillo y daga, y asiéndolos con fuerza esperó expectante ante lo que fuera que pasara.

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03/11/2017, 21:00
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

El viejo agradeció a su diosa en silencio que no hubiese ocurrido nada malo, y entró con sus compañeros en aquel nuevo lugar. Al Anciano le llamó la atención el tamaño de la sala y retiró la manta para permitir nuevamente, que su Símbolo Sagrado iluminase el lugar. Sus viejos y cansados ojos, mermados ahora por aquel estado griposo, se centraron en los agujeros en las paredes, los cuales podían ser refugios de animales e incluso una pequeña galería de túneles.

Pero las voces que escuchó tras de sí, le hicieron girarse y contemplar con agrado que Buscador había regresado, aunque eso implicase la pérdida del paladín. Nigromante se precipitó con sus preguntas, no era momento ni lugar. La zona no era segura y esos agujeros no se iban de la cabeza del viejo. Enterrador fue el más rápido de todos y le hizo guardar silencio mientras que el clérigo negaba con la cabeza. Dedicó una breve mirada a Buscador junto con una sonrisa y volvió a centrarse en aquellos agujeros en las paredes, los cuales comenzó a alumbrar con la luz que generaba su Símbolo.

Caminó unos pasos hacia ellos, pero sin acercarse demasiado, puesto que desconfiaba de lo que pudiese salir de allí. Tan centrado estaba en aquello, que se vio sorprendido por la lluvia de libros que comenzó a caer sobre sus cabezas. Al mirar hacia arriba, vio con claridad a los creadores de tales agujeros. Casi instintivamente, alzó su dedo señalando al Ratling más cercano y mientras murmuraba unas palabras que solo él comprendía...

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04/11/2017, 11:55
(SA) Nigromante (Dyonisius).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.


Supo de inmediato que tenían razón. Aunque ellos no podían entender la frustración de no entender lo que estaba pasando. Ellos... Negó casi imperceptiblemente con la cabeza. Estaba pensando tonterias. Era evidente que no estaban en una zona asegurada, y sus preguntas, eran poco menos que pretensiones ridículas, que no servían para el propósito de seguir vivos.

Eran preguntas para cuando la zona estuviera despejada, y su enfado no era con que sus compañeros se lo señalaran, sino con su propia precipitación. Ya era tarde para lamentarse, aunque inevitablemente lo siguió haciendo por unos segundos, y tal vez por eso, no llegó a responder a Anselmo.

Y justo entonces fueron atacados. Nigromante estaba seguro que no era por culpa suya. Seguramente estaban emboscados, y habían elegido simplemente el momento, pero hubiera estado mejor calladito. Un pesado tomo pasó junto a su cabeza, fallando por poco, y mientras, otros dos sendos libros eran lanzados, uno, contra Tormento de Tinieblas, fallando, y el último contra el propio Anselmo, que es golpeado en el pecho, dolorosamente.

Nigromante se apresta a conjurar con ayuda de la perla de poder protección para acto seguido ir desenvainando su daga mágica.

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04/11/2017, 12:07
(SA) Tormento de Tinieblas.

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Cuando alcanzó a sus compañeros, avanzó hasta la misma puerta de la siguiente cámara a atravesar, prestando atención a lo que más allá de sus hojas pudiera aguardarlos. Nada especial acudió a sus sentidos y con especial sigilo, procedió a abrir las puertas que giraron silenciosas sobre sus bisagras. 

Más allá, una amplia estancia se descubrió a sus ojos. Un gran espacio rectangular, ornado de altas estanterías y plagado de libros, libros que parecía pudieran cubrir todo el conocimiento del hombre a lo largo de su existencia como especie. Dio unos pasos al frente y se detuvo. Desde aquella posición, prestó especial atención a cuanto lo rodeaba. El olor del papel ya envejecido saturó su nariz, así como de las encuadernaciones en piel, un olor viejo y a un tiempo agradable. El polvo bailaba en el aire y un suave sonido, como el de algo que rascara, alcanzó a sus oídos. 

Fue entonces cuando Tormento fue consciente de las pequeñas galerías existentes bajo los libros y estanterías, pequeñas vías de acceso para seres sin duda de reducidas dimensiones. Pero el tamaño no era un factor determinante a la hora de valorar la presencia de una amenaza. Frunció el ceño, tratando de averiguar cuál era el origen del ruido, de aquel sonido rasposo que procedía de lo alto de las estanterías. 

Y entonces, en algo que pese a ser ya casi habitual no dejaba de ser un sorprendente misterio, el paladín desapareció y Buscador se materializó en su lugar. 

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04/11/2017, 17:08
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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BIBLIOTECA.

Menudo recibiendo habían organizado para su regreso. No recordaba, pero aun no recordando estaba seguro de que aquella era la más extraña fiesta de bienvenida que le habían organizado.

- "Por todos los..."

No era en absoluto agradable que nada más llegar a un sitio, cuando aun no se es demasiado consciente ni siquiera de haber llegado, te recibieran a librazos los vástagos nacidos de una noche loca en el callejón de atrás entre un borracho y una mujer muy peluda y con rabo. No era agradable, pero tenía su punto si aquel recibimiento evocaba de algún modo las despedidas de ciertas casas en las te arrojaban por la ventana la ropa que la noche anterior te habías dejado en el dormitorio. No debía ser el caso de Buscador pues él carecía de ese recuerdo y de muchos otros.

- "¿Ratas?"

Poco importaba saber qué eran aquellos engendros cuando pretendían matarlos a todos a base de conocimiento.

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06/11/2017, 18:59
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Que aquellas criaturas intentaran sacar tanto partido a su posición ventajosa no solo se podía deber a que se encontraran en inferioridad numérica, sino a que muy probablemente su desempeño en el cuerpo a cuerpo no era extraordinario o que no disponían de las armas adecuadas. El hecho de que se valieran de los libros, y Buscador daba gracias a que solo dispusieran de eso, para atacar desde lo alto y en la distancia, lo confirmaba. Pero como se demostró poco después aquellos bichos disponían de más ases bajo la manga que el sigilo y la emboscada.

Mientras Enterrador y Tormento se dirigían a la escalera más próxima intentando acortar distancias con aquellas ratas, Buscador optó por correr hacia el norte con intención de subir por otra de las escaleras que daban acceso a los estantes superiores situados a la izquierda. Su intención era cortar así la retirada a unos enemigos que viéndose superados por la pericia de sus dos compañeros probablemente intentarían recular para mantener una distancia que les favorecía tan solo a ellos.

Lamentablemente para el detective la ausencia de luz, y que aun no debía haberse desperezado del todo, le jugó una mala pasada y, al tropezar con algo que no vio, dio de bruces contra el suelo.

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07/11/2017, 14:44
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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MEDIA MAÑANA.

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El tiempo corría y durante ese tiempo Buscador tenía la sensación de no haber hecho nada más que perderlo, y mientras sus compañeros sufrían. No había sido su culpa, no al menos de forma directa. Tan solo se podía culpar a la propia torpeza sobre la que tantas culpas recaen sin que se pueda hacer nada sobre ella más que recurrir a la cautela, que puede ayudar un poco pero no pone fin a su existencia.

El detective ignoró el dolor en las rodillas y recuperó sus dos armas a un mismo tiempo. En un solo movimiento se puso en pie, pero sin llegar a erguirse del todo. Fue entonces, estando medio agazapado, cuando vio muy próximo a él a uno de los enemigos. Había acudido con intención de aprovecharse del momento de flaqueza de instantes antes. Por suerte para Buscador la rata había tardado más en llegar a él de lo que a él le había tomado recuperar guardia y compostura.

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08/11/2017, 15:13
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Guardó sus armas, si es que aquel cuchillo de cocina se podía considerar como tal, para dejar libres sus manos. Quería subir las escaleras lo más rápido posible y sin más complicaciones de las necesarias, pues en pleno combate y tal como se desarrollaba las que ya tenía sobraban. Los enjambres de ratas distraían a sus compañeros de los verdaderos enemigos, aquellos que tenían el poder de convocarlas y que probablemente podrían seguir haciéndolo. Tres enemigos que...

- "¿Dos?"

Preocupado Buscador echó un vistazo a su alrededor buscando a la criaturas que en un descuido había desaparecido. No la encontró, y con ello aumentó aún más su preocupación. Porque esa que ahora faltaba era la que había tenido intención de atacarlo mientras estaba caído en el suelo, la misma que amenazaba su retaguardia. Por ello una vez junto a la escalera dudó qué hacer, dudó si comenzar el ascenso o aguardar preparado a que la rata le atacara por la espalda.

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08/11/2017, 23:14
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

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Todo sucedió en pocos segundos, el silencio sepulcral fue violado por el ruido de unos seres humanoides que empezaron a cargar contra los visitantes de la biblioteca. Réquiem pudo ver como aquellas criaturas lanzaban libros para atacar a sus compañeros, todo sucedió muy rápido y a un ritmo vertiginoso. Nigromante salió de la sala para resguardarse en algún otro lugar; por otro lado Tormento y Enterrador entraron en combate con aquellas ratas al igual que Anciano Sabio. Buscador de la Verdad se perdió en el interior de la gran Biblioteca y Alexei quedó en la entrada.

Réquiem entonó un poema fúnebre, alzando su voz a pleno pulmón mientras sujetaba su ballesta para cargarla. Encima de unas estanterías se encontraba una de esas criaturas humanoides. El poeta caído en desgracia disparo, sus gestos eran seguros y en su mente algunos recuerdos ensombrecidos le guiaban en los pasos que debía de hacer para disparar aquella ballesta. El virote salió proyectado hacia su objetivo, pero acabó impactando en la pared.

Las plagas de ratas entraron en acción y mientras avanzaban Réquiem sujetó la ballesta con su mano izquierda y desenvainó su espada para hacerles frente. El poeta quería ganar tiempo para que Anciano Sabio se preparara para contraatacar pero por suerte aquellas plagas desaparecieron, marchándose de la sala. Réquiem guardó la ballesta descargada en la espalda y se encaminó hacia uno de los extremos junto a Anciano Sabio, pudo ver como Nigromante entraba en la sala.

- Tenemos que ayudar a Buscador e la verdad… -

El poeta podía ver como Enterrador y Tormento tenían arrinconado a uno de esos seres a lo alto de una de las estanterías. 

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09/11/2017, 00:19
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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Enterrador, con una marabunta de ratas encima que lo mordisqueaban, trató de terminar de subir por la escalera para aplastar con su maza a uno de esos seres rátidos.

A punto estuvo, cuando llegó a la cima, de pisar un enorme clavo que sobresalía de la madera, capaz de perforar una bota.

Por los dioses, que chapucero el carpintero que lo montó, no pudo evitar pensar. De inmediato su mente pareció perder la cordura al ignorar la plaga que le mordía por doquier y obsesionarse con la idea del roñoso clavo que asomaba por la madera. Y se imaginó la desagradable sensación de empalarse con él, del dolor que podría provocar ese hierro rusiento en la planta de un pie y el suplicio que supondría caminar con dicha herida.

Antes de darse cuenta comenzó a martillear con su maza el clavo, tratando de doblarlo para evitar semejante amenaza para cualquier ser viviente e ignoró al monstruoso roedor junto a él. Una parte de su mente le decía que ignorara el estúpido clavo, pero su mente entró en una espiral obsesiva.

- ¡Dóblate maldito clavo! ¡Dóblate! - le gritó fuera de sí mientras lo golpeaba insistentemente.

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09/11/2017, 18:02
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

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Y eligió ascender. Estuviera la rata donde estuviera si seguía allí no tardaría en aparecer, y lo haría allí donde pudiera ser más dañina. Que le tocase la mala suerte de sufrir una de sus dentelladas no dependía ya de él, y si le ocurría tampoco es que fuera el que iba a salir peor parado de aquella refriega viendo como se estaban desenvolviendo sus compañeros. En cualquier caso no perdería cautela y vigilaría bien su espalda sabiendo que sería por donde intentaría atacar un enemigo al que no le gustaba ir de cara.

Peldaño a peldaño subió la escalera ignorando el repulsivo tacto, crujiente o pringoso a tramos, de una madera que había servido de excusado a los actuales pobladores de la biblioteca. Mientras lo hacía observó que los enjambres de ratas que habían acudido en ayuda de sus congéneres se disolvieron. Era una buena señal que el detective esperaba que fuera preludio de la victoria que hasta el momento les había estado eludiendo. Quizá esperanzado por eso cuando llegó arriba desenvainó con mayor decisión unas armas que por ser, no eran ni suyas.

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10/11/2017, 00:32
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

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INVIERNO, AÑO 4711 RA.

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MEDIA MAÑANA.

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Réquiem clavó su mirada en Gabriel Alarico, encima de una de las estanterías junto a uno de esos seres de forma humana.  El poeta decidió dejar a Enterrador, Tormento y Anciano Sabio contra uno de los enemigos.

Avanzó hacia el norte siguiendo a Nigromante mientras seguía recitando aquellos versos de una obra teatral, haciendo gestos e interpretando mientras su voz se alzaba para que sus compañeros le escucharan. Su objetivo era inspirarles valor y que no decayeran hasta el último aliento. El poeta envainó su espada ropera y sacó la ballesta, cargó el arma a distancia deslizando el virote por la respectiva hendidura, tensando el mecanismo de las cuerdas.

A los oídos de Alexei llegó el estruendoso golpe de una punta de hielo golpear el techo de la sala, luego los golpeteos que hacía Enterrador con su arma. Por otro lado el dramaturgo se apartó un poco al ver como Nigromante lanzaba unos polvos de colores que se convirtieron en un cono de energía que se centraba sobre Buscador de la Verdad.

<< Muy buena idea >>

Los vivos ojos del poeta se desviaron hacia la escalera, llena de porquería de las ratas, luego miró los raíles por donde se deslizaban las escaleras.

<< Necesita ayuda… >>

La ballesta se había tensado por completo, ya estaba lista para utilizarla de nuevo.

<< Uno atrás, otro con Buscador y… ¡Mierda! ¡Falta uno! >> 

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10/11/2017, 10:54
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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Llegó el momento de verse envuelto más activamente en el combate, el momento de derramar sangre ajena y perder la propia. En ese intercambio, en aquellos escasos segundos en los que aun no se podía saber con certeza quién terminaría venciendo, Buscador salió ganando. Consiguió evitar la sucia dentellada de la rata, que aunque fue rápida como para esquivar su cuchillo, no lo fue lo suficiente como para evitar el mordisco de la daga de plata que buscaba arrebatarle la vida desde el otro costado.

Sin tiempo que perder continuó su baile con un movimiento fluido, pero antes desvió la vista un instante para vigilar una espalda que sabía desprotegida y que sería muy del agrado del enemigo que aún permanecía desaparecido. Fue ese movimiento, el apartar la mirada de lo que frente a él tenía, lo que curiosamente lo salvó del hechizo amigo.

El detective abrió los ojos como platos al ver a su rival aturdido y llevándose las manos a los ojos. No sabía muy bien si reprochar su actitud a Nigromante o darle las gracias.

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11/11/2017, 18:40
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

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Ya lo decidiría más tarde, cuando tuviera tiempo para pensarlo detenidamente, cuando pudiera reírse de lo vivido ante una fría jarra de cerveza, cuando pudiera hacer memoria de aquellos momentos y expresarlos en forma de batallitas que contar a los nietos, nietos de otros por supuesto. De momento tenía otras preocupaciones en mente, como aprovechar la oportunidad que se le había dado para acabar con la vida de aquel que amenazaba la propia.

Cuchillo y daga rasgaron el aire con sendos tajos buscando encontrar en su camino la oposición que ofrecería la carne, la confirmación de que habían llegado a un objetivo que aun se revolvía confuso en el sitio, dando dentelladas y manoteando el vacío. Fueron esos movimientos resultado de la desesperación por no ver nada, por no saber qué ocurría a su alrededor, los que sirvieron de defensa a la criatura, que instintivamente consiguió esquivar el cuchillo con el que el detective pretendía castigar su costado. Pero donde falló el cuchillo tuvo éxito la daga que tras dibujar un discreto círculo volvió a manchar de sangre su filo agrandando aun más la herida que ya había creado.

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12/11/2017, 02:24
(SA) Enterrador (Anselmo Paddock).

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¡Clonc, clonc, clonc!

Los mazazos de Enterrador golpeaban con frenesí al clavo rusiento que impertinentemente se erigía como estandarte de letal amenaza, capaz de perforar botas y pies, causando los dolores más indecibles y tormentosos que criatura andante pudiera imaginar. No, no podía permitirlo. Tenía que subyugar su altivez y doblarlo, logrando con ello la derrota de los abrojos, la victoria de los descalzos y la salvaguarda de calzados. Sí, su intención era de primer nivel y primaria importancia. No podía, no, no debía permitir que ese peligro puntiagudamente roñoso permaneciera erecto. La sola visión del descalzo pie de Tormento en la cercanía, pinchándose con ese temible clavo, hacía que al vigilante le invadiera una grima y un escalofrío inaguantables. Debía doblar aquel hierro, a cualquier precio. O eso repetía su mente que había caído en un bucle de compulsión neurótica.

Y entonces algo lo despertó: el dolor. Sintió un fuerte pinchazo en su antebrazo y vio aquella monstruosa bola de pelos mordiéndole. La miró incrédulo un instante, parpadeando confuso. Luego miró su brazo herido y sangrante, no comprendiendo qué estaba pasando, a qué venía ese mordisco. Volvió a mirar al bicho y su cara de perplejidad se deformó con otra de pura rabia.

- ¡¿Pero qué haces maldito bicho?! Yo estoy con mi condenado clavo... ¿Y vienes tú a molestar, metiendo tu sucio hocico? - rugió un enfurecido Paddock al rátido que le enseñaba sus colmillos y que parecía encogerse, como si comenzara a entender que había realizado un movimiento erróneo, que había despertado a un gigante dormido -.¡Tú quieres dejar el clavo tieso! ¿No es eso? ¡Y que nos pinchemos! Ah, maldito roedor. Eso no te lo voy a permitir - gruñó el enterrador con una mueca asesina hacia el peludo ser. Con un rápido movimiento cortó la retirada al ratling, acorralándolo. Acto seguido alzó su maza y la descargó con brutal violencia sobre el ratling.

La cabeza del bicho desapareció en una explosión de sangre, dientes y vísceras que pringó a Tormento y al propio Enterrador y tiñó de rojo esa sección de la biblioteca. Paddock se restregó la manga de su chaqueta para limpiarse la cara y con ella pareció limpiarse del frenesí que lo había dejado anclado en una cruenta batalla entre él y un clavo.

- Oh, ahí hay más - se dijo a sí mismo observando a dos seres similares rodeando a Buscador -. Pues se van a enterar - rezongó de muy mal humor dirigiéndose hacia ellos.

Y todo por un maldito clavo.

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12/11/2017, 09:03
(SA) Nigromante (Dyonisius).

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MEDIA MAÑANA.

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Antes de poder actuar, sin embargo, un denso terror, una sensación de ahogo, había invadido el pecho de Nigromante. Reconoció lo que le pasaba, por supuesto. Reconoció el tipo de magia que estaba sufriendo, tan parecida a alguno de sus propios conjuros.

Pero reconocerla no le sirvió de nada e, incapaz de aguantar el pánico, se vio forzado a huir, a tratar de poner entre él y esos perversos y diminutos seres toda la distancia posible. Aunque justo es decir que, tan pronto el conjuro desapareció, y la mente del mago volvió a ser suya, corrió esta vez en dirección contraria, hasta estar junto a sus compañeros. Con la daga mágica en mano, vio la situación, y vio también como uno de los ratling desaparecía. El mago no dudó que era la zona norte la más vulnerable, y que, de no remediarlo, Buscador podía encontrarse con dos ataques por parte de esos "bichos". Considerando que el bueno de Gabriel ya habia sido herido, dejarlo en ese brete era un peligro, pero estando en combate cuerpo a cuerpo, y teniendo que subir la escalera, lo más normal era que no fuera a llegar a tiempo.

"Es indiscutible que tiene una gran voluntad" meditó para sí en espacio de segundos, recordando lo que había visto del hombre para, acto seguido, lanzar sobre toda la zona una rociada de color. Para su calma, como había supuesto dejó cegada y aturdida a una de las criaturas ¿y quizás a la otra si había tenido razón e iba igualmente a atacar a su compañero? No lo sabía. Y Gabriel se había salvado. Nigromante llegó hasta la zona, tratando de golpear con su daga en dos ocasiones, pero sin conseguirlo.

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13/11/2017, 12:41
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

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MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

Las armas se movían y mientras lo hacían Buscador no se quedó quieto. A medida que luchaba, a medida que su corazón palpitaba y la respiración acelerada marcaba el ritmo de las puñaladas que con la daga asestaba, el detective bailó alrededor de la rata de forma que segundos después de que el combate con ella comenzara la había rodeado hasta quedar situado a su espalda. Allí su cuchillo cortó pelo y cuero hundiéndose bien profundo en las entrañas, salpicando de sangre una mano que hasta hacía nada se veía blanca. Junto a él se clavó la daga que bebía por tercera vez del cáliz que se derramaba.

Aquel resultaría ser el último paso de baile que con esa pareja tocaba, una pareja que tan pronto recuperó la vista para encontrarse cara a cara con Nigromante, volvió a perderla, ya definitivamente, a cuenta de la herida abierta en su espalda. La consciencia de la criatura se fue desvaneciendo poco a poco y con ella la fuerza que sostenía sus patas. Buscador sintió el peso muerto sobre sus brazos aun unidos a aquel cuerpo inerte por las dos armas que en el aire lo sustentaban.

Cerró los ojos y bajó los brazos, y tras recorrer una vez más los filos de cuchillo y daga, esta vez en sentido inverso, el cadáver cayó con un grotesco chapoteo sobre el charco de sangre que se había formado en el suelo.

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13/11/2017, 23:20
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

BIBLIOTECA.

El crujir de la ballesta indicó que ya estaba cargada. Sujetó con firmeza el arma a distancia y avanzó por la sala para colocarse en una mejor posición y así poder apuntar a su enemigo. En esos momentos sus compañeros lograron acabar con aquel extraño ser de aspecto humanoide.

La tensión se veía reflejada en el rostro y cuerpo de Réquiem, dejó de interpretar la obra teatral para centrarse en su alrededor. << Falta uno… hemos acabado con dos, pero falta el tercero. ¿Dónde puede estar? Tal vez se haya escondido o estará esperando el momento oportuno para atacarnos por la espalda. Pero puede que siga oculto entre nosotros >>

El dramaturgo miró a su alrededor con la ballesta alzada, mirando y apuntando a sus flancos: izquierda, frente, derecha y atrás. Hace un giro de 360 grados hasta quedarse en la misma posición.

- Aquí abajo está limpio, no veo ningún enemigo

Hizo un gesto a sus compañeros que se iban acercando para que vieran que Buscador terminó con uno de los hostiles. Réquiem se había colocado en una posición más estratégica para poder disparar a su objetivo, pero ya no era necesario.

<< Puede que se oculte mediante un conjuro… >>

Aquel pensamiento le hizo ver otra realidad, debía de ser cauto y estar preparado para cualquier inconveniente que pudiera surgir. El poeta hizo una pequeña rima mientras movía sus dedos con destreza, como si quisiera revelar algo en el horizonte.

El poeta pudo ver un aura mágica en la zona de la estantería, pero antes de avisar a sus compañeros Tormento de Tinieblas avanzó para golpear al enemigo, impactando en él. Pocos segundos después una voz ratonil emergió de la nada.

- ¡No te muevas! ¡Y déjate ver! – exclamó Réquiem.