Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 7- Las Salas en Ruinas.

Cargando editor
07/11/2018, 23:54
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Cuando la sangre deja de salir con fuerza de todos los orificios en mi cabeza, temo que Ulver Zandalus es un hombre mucho más peligroso de lo que imaginábamos. Abro los ojos y veo que lucha contra mi maestro y Velkan. El Doctor Vandel también se dirige para allá y la enorme bestia que alguna vez fue Konrad está detrás mío, avanzando con violencia.

Guardo mis vendas en algún pliegue de mi armadura y recojo rápidamente mi cimitarra para continuar con la lucha, intentando aportar en algo a la derrota de aquel enigmático enemigo.

"¿Qué clase de poder fue ese? No parecía magia, no realmente, pero no sabría decir qué fue."

Pero el momento para aquellos debates no es este. Este es el momento de luchar para sobrevivir y planeo hacerlo pues servir a Sarenrae solo es posible si conservo la vida después de haber acabado esta pesadilla. Los oneirogen han sido acabados y eso debería significar que las nieblas amarillas desaparezcan, devolviendo este lugar a la completa normalidad. Es casi un sueño pero no nos detendremos hasta conseguirlo. Vuelvo a caminar todo lo rápido que puedo hacia la lucha, intentando volverlo realidad.

Cargando editor
09/11/2018, 09:48
(CC) Doctor Querio Vandel.

No había manera. Por mucho que lo intentara, Querio notaba cierta resistencia cuando el filo de la daga se aproximaba al albino. Si no fuese algo que se salía de toda lógica, el Doctor Vandel habría jurado que había un campo de fuerza, de vectores repelentes exógenos, entre los dos. Por la navaja de Occam, tenía más sentido suponer que el miedo agarrotaba los músculos de Querio cada vez que intentaba pegar una cuchillada.

En momentos como aquel, añoraba haber seguido otro rumbo en su vida, con un entrenamiento más marcial. Nervios más templados durante la accion... memoria muscular para propinar ataques... un instinto basado en la experiencia en combate... Pero en realidad no hay camino bueno: un erudito a punto de morir porque no es suficientemente bueno con las armas es como un bárbaro que se lamenta de no haber aprendido a leer cuando en la encrucijada de una laberíntica mazmorra no sabe qué ponen los carteles. Ambos van a morir horriblemente, y los que encuentren sus cadáveres dirán que lo hicieron de manera patética.

Pero llegó la presión, una sensación de tener a tus espaldas una presencia peligrosa. El Doctor Vandel estaba seguro de que se trataba de la Bestia, ya que escuchaba su respiración animal. De pronto, apuñalar al albino desconocido había vuelto a ser cuestión de vida o muerte.

Cargando editor
10/11/2018, 08:33
(CC) La Bestia.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

La Bestia llegó hasta donde todos los mequetrefes se arremolinaban en torno a un escuálido tipejo. El "Ojeras" le comía el tarro diciéndole que si acababan con él pronto podría volver de nuevo a su mundo, donde estaba "Pelofuego". ¡Oh, eso sí que era bueno! Tenía una cuenta pendiente con aquella mujer y se la iba a hacer pagar con creces. Pero primero un poco de diversión...

El enorme y verde puño de La Bestia se estrelló en el campo de fuerza telequinético que rodeaba a Zandalus. No es que el gigantesco monstruo fuera muy avispado, pero aprendía rápido, por puro instinto. Además, aunque ahora encerrado en su interior, contaba con la vocecita de Konrad, como una conciencia pejiguera que lo agobiaba todo el rato.

¡Usa la espada, idiota!- A La Bestia le gustaba sentir cómo sus enemigos se hacían pulpa en sus manos. Esa sensación no tenía precio y por eso no solía usar armas. Además, encerrado como estaba normalmente en el mierdoso cuerpo del "Ojeras", cuando salía, no tenía nada que se adaptara a su tamaño. Un rápido vistazo le sirvió para darse cuenta de que, efectivamente, la magnífica espada corta había aumentado extrañamente a su tamaño. La empuñó con una de sus manazas y lanzó un tajo que cortó carne.

- ¡MUAHAHAHAHA!- Lanzó de nuevo su enorme manaza pero volvió a estrellarse contra el campo de fuerza, lo cual hizo que se enfureciera aún más.

Cargando editor
10/11/2018, 15:50
(SA) Gheorghe Mykas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Finalmente, Zandalus murió. Había costado, habían sangrado, literalmente, pero ahora su cuerpo yacía ante ellos. Por desgracia, aquello no acabó allí a pesar de las esperanzas de Gheorghe. De su cuerpo surgió una forma. Un ser abominable que debía ser ese hombre andrajoso del que hablaban los otros en sus pesadillas. Él no había conocido a aquel ser antes, pero el somero vistazo que pudo echar le dejó claro su abominable naturaleza... Y que aquel iba a ser un combate difícil. 

Cargando editor
10/11/2018, 17:24
(CC) Velkan Matacambiantes.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

No estuvo todo lo afortunado que le hubiera gustado en los siguientes compases del encuentro. Sus golpes no fueron lo certeros y poderosos que acostumbraban y no pudo hacer mucho más daño a Ulver Zandalus, sin embargo el enemigo fue derrotado. Y tal y como Velkan había profetizado algo salió del pecho del hombre de pelo cano. Primero fue una nube difícilmente identificable hasta que adoptó su forma final.

Era el Hombre Andrajoso no había duda, sus pasos ya se habían cruzado con anterioridad. Aquel ser maléfico estaba dispuesto ahora para el combate. Ninguno de sus compañeros había sido derrotado pero todos estaban malheridos y sin duda se enfrentaban al oponente más duro de todo el manicomio. El matacambiantes apretó los dientes y fue a por su enemigo. Era el momento de la revancha.

Cargando editor
11/11/2018, 10:05
(CC) La Bestia.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

¡Venía con sorpresa dentro! Le gustaban las sorpresas. De dentro del albino salió una masa gelatinosa que fue tomando forma en el otro extremo del pasillo. Las tornas se daban la vuelta y ahora La Bestia tenía el camino expedito. No iba a pararse a pensar para que los insignificantes compañeros le tomaran la delantera. Avanzó lo más rápido que pudo para situarse el primero en enfrentarse al nuevo enemigo, que ya sólo por su aspecto parecía mucho más digno de su atención.

¡Espera a los demás!¡Ayuda a mi hermano!- El ya de por sí ceñudo rostro de La Bestia se arrugó un poco más. No soportaba la incesante y cansina voz de su carcelero.

- ¡CALLARSE!- Rugió agitando la cabeza. Necesitaba estampar algo contra la pared para desahogarse un poco y allí tenía a ese mugriento saco de carne y huesos parado delante de sí.

¡Usa la espada, insensato!- No podía más. Se clavaría la mierda de espada, en sus manos no más que un mondadientes, con tal de hacerlo callar. Lanzó un tajo con una delicadeza impropia de un ser de su tamaño y el filo mágico de la espada abrió un surco en la desagradable piel del Hombre Andrajoso. Inmediatamente pudo ver cómo el corte comenzaba a cerrarse. Una especie de sonrisa se formó en su desencajado y verde rostro. Por fin un contrincante que merecía la pena.

¡Se regenera!¡Haz sitio a los demás y, por lo que más quieras usa la espada!¡La espada!

La sangre de la Bestia hervía en su interior. Tras de él percibía la presencia del "Pelanas" intentado hacerse un hueco para robarle la presa.

- ¡NO HAY SITIO, MUAHAHAHA!¡ESTE ES MIO!

Cargando editor
11/11/2018, 14:04
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio pestañeó. Hasta hacía nada, el albino raro estaba de pie, frente a él, lleno de vida... y justo después, "plaf", se desmoronaba sobre el suelo. Entonces asomó la verdadera naturaleza del ser humano. Vandel no se sentía orgulloso de aquello, pero pateó el cadáver salvajemente como el resto de la turba.

Cuando del cadáver del albino empezó a salir un gas amarillo, al Doctor Vandel no le extrañó. Los oneirogen también hacían algo parecido. Sin embargo, el color de la nube debió haberle hecho sospechar: la naturaleza de las transposiciones, el misterio del Hombre Andrajoso... Pero no puedes convencer a una mente analítica con bofetadas de realidad: la verdad científica no se alcanza con suposiciones (bueno, en parte sí, pero luego había que poner las tesis a prueba), sino con recopilación de datos verificables.

Por un lado, estaba bien registrar el cuerpo del recién caído, pero de eso se ocupó Tormento. Por otro, la Bestia seguía suelta, y convenía seguir corriendo. Entonces llegó la risa maligna desde la retaguardia, y el Doctor Vandel se volvió a arrugar de miedo...

Cargando editor
12/11/2018, 21:39
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Un movimiento táctico de mi maestro me permite ponerme a distancia para impactar al enemigo. Invoco el poder de mi Fe para potenciar mi arma, para que mis golpes causen un daño sagrado a todo lo maligno que sea alcanzado por mi filo. Luego me concentro un momento para que Sarenrae me ayude a mejorar la potencia de mis ataques.

Cuando ya me siento listo para luchar como corresponde, lanzo un golpe de mi arma, pero el objetivo es escurridizo y no consigo impactarle.

Dejo de potenciar los ataques de mi arma y me concentro en invocar el bien, pero nuevamente fallo mi golpe pues aquellos extraños poderes que resuma el enemigo lo mantienen protegido como si de una pesada armadura se tratase.

Pero entonces, Gheorghe consigue darle un golpe que lo derriba de una vez por todas. Ulver Zandalus cae moribundo al suelo pero en su rostro no había más que una sonrisa. De pronto, de sus heridas comienza a brotar una intensa niebla amarilla que se condensa y forma a uno que no puede ser otro que el temible Hombre Andrajoso. Veo su imagen, asqueroso y temible, sabiendo que el mayor de los peligros acaba de aparecer.

Cargando editor
13/11/2018, 09:55
(CC) Doctor Querio Vandel.

Vamos... Puedes hacerlo...

Tragó saliva. Al salir de su esquina, Querio vió a la Bestia a lo lejos, luchando con lo que entre las piernas se vislumbraba como un ser vendado. Casi andrajoso. Caminó despacio, con un sigilo tímido. A medida que se acercaba, el corazón le latía con más fuerza. Velkan le superó, y consiguió escurrirse más allá de la Bestia. Janos y Tormento también se aproximaron al combate.

¡No puedo hacerlo! ¡No puedo hacerlo!

El Doctor Vandel se desvió a un pasillo semiderruído, bloqueado por los escombros. Hiperventilaba mientras trataba de recuperar la calma. Explorando sus opciones, Querio se preguntaba qué hacer. Velkan fue intrépido, aunque después de sobrepasar a la Bestia puede que ya no esté con vida. Tormento y Janos se habían acercado demasiado, esperando su momento, y se arriesgaban a llevarse algún codazo demoledor de la mole verde. Se mirase como se mirase, luchar contra el Hombre Andrajoso en un pasillo estrecho era un error estratégico. ¿Qué hacer?

Cargando editor
13/11/2018, 17:09
(SA) Gheorghe Mykas.

Decir que aquello no pintaba bien era un eufemismo. Con la cosa que poseía a su hermano taponando el pasillo, un pasillo estrecho de por sí, en el que debían luchar con un ser hecho de la materia de las pesadillas. Sin apoyo curativo. Con las capacidades divinas agotadas, así como las sobrenaturales que podían tener. Simplemente soltándole golpes, en la esperanza de que aquello funcionara. Una esperanza que el paladín sabía que era inútil. 

Estaba seguro de que no podían derribar a aquella cosa de ese modo. Pero, simplemente, no tenían otra opción. Además de que no estaba dispuesto a dejarse matar sin luchar, por inútil que supiera que era todo aquello. Así que solo quedaba acercarse con resignación al que probablemente sería el fin de todos. 

Cargando editor
13/11/2018, 22:12
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Avanzo todo lo que mis pesados pasos son capaces de llevarme en dirección al Hombre Andrajoso, pero la Bestia en que se ha convertido Konrad, con su enorme tamaño, no permite el paso de nadie que quiera acercarse desde este lado del pasillo. Solo Velkan puede apoyar al otrora noble Mykephoros.

Me quedo detrás de la Bestia mientras espero una oportunidad para pasar. Desde esa alejada e impotente posición, veo como Velkan cae presa de un miedo imposible de resistir y huye como si de un pequeño animal se tratase. El único combatiente que queda no parece ser suficiente para derrotar a aquella aberración extraplanar pues sus golpes no le afectan completamente y parece regenerarlos más rápido de lo que se forman.

La impaciencia se apodera de mí pero nada puedo hacer desde donde estoy. Solo veo una enorme mole de piel verde que no me permite el paso. De pronto, la Bestia parece querer hacer una acción que no puede ser otra cosa que un enorme salto. Al principio no creo que sea posible pero pronto entiendo que lo intentará y lo único que puedo intentar hacer es ayudarlo:

"O se mata si lo intenta solo o nos mata a ambos si le ayudo. Bueno, si le cae encima al Hombre Andrajoso ya será algo que agradecer a Sarenrae."

Sin pensarlo demasiado, pongo una rodilla en el suelo para dar un soporte a Konrad. Este pone su enorme pie en mi escudo, que sujeto con fuerza y salta mientras yo, con toda la fuerza que soy capaz de reunir, le empujo con fuerza. La maniobra, milagrosamente, da resultado y aquella enorme mole cruza varios metros por el aire y termina al otro lado del enemigo. Con el mismo impulso de mi empuje, doy un par de pasos hacia adelante, quedando justo en el espacio para luchar contra aquel temible oponente.

Mi oportunidad está frente de mí. Me concentro en que Sarenrae vea mi arma como su instrumento y la bendiga. Lanzo un corte contra el Hombre Andrajoso y abro parte de su carne con la facilidad que un cuchillo ardiente abre la mantequilla. El bien que mi diosa le brinda a mis golpes es capaz de destrozar a este enemigo y eso me llena el alma de felicidad.

Pero el Hombre Andrajoso también lo sabe y concentra sus intentos sobre mí. Su miedo intentar en dos ocasiones inundar mi corazón, pero mi voluntad es fuerte y la mano de mi diosa no se despega de mi hombro. Luego su arma sale despedida de su mano y su garra no consigue más que enfrentarse a mi escudo. Sonrío antes de gritarle:

 - "¡Estás acabado, Hombre Andrajoso! ¡Este plano es de los fieles adoradores de Sarenrae e Iomedae! ¡Jamás permitiremos tu sucia presencia en este mundo! ¡VETE SI NO QUIERES SER DESTRUIDO!"

Los fallos del Hombre Andrajoso, así como mi capacidad de causarle daño permanente han elevado mi moral y espero hacer lo mismo con la moral del grupo. No es momento de rendirnos ni sentirnos derrotados, sino de elevar los corazones y las armas, dispuestos a luchar hasta el fin para librar a este mundo del mal.

Cargando editor
14/11/2018, 23:09
SA: Los Eones son Extraños.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

El combate se había tornado encarnizado mientras Janos utilizaba todo el divino poder sagrado de Sarenrae, haciendo que la piel del monstruo de pesadillas crepitara y se quemara como panceta excesivamente frita. La Bestia alzaba mientras los dos puños juntos, descargándolos en un doble golpe demoledor que hacía temblar todo el suelo de la planta superior del Asilo.

El monje de la Penitencia Pharasmiana conseguía dañar levemente al Hombre Andrajoso, quien de inmediato regeneraba esas heridas de puñetazos y patadas y utilizaba sus poderes sobre las pesadillas para aterrorizar al dolorita, como previamente ya había hecho con el bárbaro Velkan.

Entonces el maligno ser volvió sus garras contra Janos, al que juzgó acertadamente como el más peligroso de sus rivales actuales. El Sacerdote-Guerrero detuvo una garra con su escudo mientras la otra le desgarraba el vientre, por un momento desprotegido.

Mykerinos caía al suelo, agonizante, y las nieblas púrpura caían sobre él como un trueno, arrebatándolo y depositando en su lugar, como un cacho de madera que devuelve la madera, a un desconcertado y sorprendido Nigromante, con el cuervo Hombro Izquierdo subido a su hombro.

Notas de juego

// Sale de escena: Janos Dimitriev Mykerinos. - Sigue en: Prisión de Piedra Alzada.

// Entran en escena: Nigromante y Hombro Izquierdo. - Proceden de: Prisión de Piedra Alzada.

Cargando editor
15/11/2018, 19:51
(CC) La Bestia.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Ver salir corriendo al "Pelanas" cual niña asustadiza desató la carcajada en La Bestia.

- ¡MUAHAHAHAHA, NO TENGAS MIEDO, NIÑITA!- Konrad, por el contrario, se desesperaba en su enorme prisión verde. La Bestia obstaculizaba con su enorme trasero el camino y se enfrentaba a solas contra el Hombre Andrajoso.

No podrás tú solo.-Seguía intentando hacerlo entrar en razón, pero no lo conseguía. De hecho, La Bestia lanzaba atrás la espada mágica de Alarico, tan grande era su ego. ¿Acaso no veía que sus puños no servían? ¿Que por muy fuerte que pegar,a si no se dejaba ayudar, el poder de regeneración de aquel tenebroso ser era algo superior a él?

Si al menos Sascha y Gruñido estuvieran aquí...- Dejada la espada atrás, el monstruo verde lanzaba un topetazo tras otro, golpeando con todas sus fuerzas al andrajoso ser con los enormes puños fuertemente cerrados. Le estaba procurando bastante placer sentir cómo la carne y huesos cedían bajo los nudillos, aunque percibía también que las enormes heridas causadas comenzaban a desaparecer.

- ¿QUÉ ERES?- Le espetó a la vez que lo miraba con curiosidad. La piel de La Bestia también era dura, pero sus heridas se acumulaban como le pasaba al resto de los mortales. Pronto estuvo sangrando profusamente de los cortes recibidos por la afilada cuchilla que portaba su enemigo en las ajadas manos. No fue la razón la que le hizo comprender que necesitaba ayuda, sino el instinto de supervivencia. Necesitaba pasar al otro lado de forma que pudieran rodearlo y así, quizás, no recibiera él todos su atención. Distraído con los mequetrefes podría dedicarse a placer a destrozarlo. Como si de pronto se percatase de que una mosca lo estaba molestando, vio a "Sor Presas" arrodillándose ante él, rindiéndole pleitesía. No era lo que buscaba, pero dándose impulso en su escudo realizó un salto prodigioso para colocarse al otro lado.

- ¡GROOOAAAARG!- Rugió y, como si aquella proeza le insuflara nuevas fuerzas, le metió dos sopapos al Hombre Andrajoso que hubieran tumbado a un elefante.

No dejes que se te pegue, usa tu tamaño joder. ¡Ponle distancia!¡Para esos tienes esos brazos!¡Juego de piernas!¡Un, dos, un dos!- Konrad, como pugilista aficionado que era, sabía de lo que hablaba. Con unos brazos tan largos él podría hacer maravillas y necesitaba que La Bestia se conservase de una pieza.

Cargando editor
16/11/2018, 01:48
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Sarenrae mira con buenos ojos la sólida defensa con la que lucho contra aquella abominación. No tengo miedo y mi brazo empuña firmemente el arma de los justos seguidores de la luz solar. Sin dudarlo demasiado, invoco con mi concentración el poder que mi devoción a mi diosa me brinda. Mi arma se carga de la bendición de la luz y lanzo un nuevo corte con ella, decidido a destruir al mal.

El filo de mi cimitarra abre nuevamente la carne del Hombre Andrajoso, el que siente el dolor y el miedo de ser dañado por un poder muy superior a la inmundicia que él es. El calor del sol abrasa su cuerpo con cada corte de mi filo y entiende que está acabado si no consigue detenerme de alguna manera.

Lamentablemente, las múltiples heridas que porto y que no he podido sanar me juegan en contra cuando uno de sus garrazos se cuela por entre mis defensas y rasga la carne de mi vientre. Siento como la sangre brota rápidamente y siento también el frío ingresar velozmente en mi cuerpo.

Mis piernas pierden toda su fuerza y caigo de rodillas mientras el sabor a sangre me llena la boca, sin dejarme hablar. Miro delante y no sé qué hacer. La confusión de apodera de mí en un segundo que parece eterno. De pronto, solo veo brumas amarillas aparecer a mi alrededor. Entiendo que seré transportado e intento buscar con la vista a mi maestro pero no lo encuentro antes de que mis ojos se cierren, sin mostrarme si yaceré en este lugar o en otro.

Cargando editor
16/11/2018, 12:02
(CC) Doctor Querio Vandel.

Sintió. Escuchó los gritos en aquellas ruinas. Olisqueó el moho de aquellos viejos muros. La piel de la espalda seguía erizada por un escalofrío, y el regusto de la boca seca. Lo último fue la vista, al volver a dirigirla hacia el pasillo para ver a Tormento hacerse amarillentas brumas.

¿Qué?

Aquello no era normal. Bueno, era igual de sobrenatural que siempre, pero no tenía sentido. Recientemente habían aprendido que Zandalus debía morir para que el Hombre Andrajoso se pudiese materializar. Tenía sentido que el Hombre Andrajoso les estuviese usando con ese fin, materializándoles como reemplazos de su pequeño e inconsciente ejército de brutos. Ahora que había conseguido su objetivo, ¿por qué seguía funcionando la transposición?

El caso es que funcionaba. Tenía un pequeño seguro de vida, o más bien una vía de escape. El Doctor Vandel solo tenía que exponerse, dejarse ver. Cuando el Hombre Andrajoso le venciese y las brumas amarillas se lo llevasen, reaparecería en la pacífica Ravengro. Era lo sensato. Era lo lógico.

¡UAAAAAAAAAH!-gritó el Doctor Vandel mientras salía de su escondrijo para apuñalar al Hombre Andrajoso.

La puñalada fue limpia. ¿Y ahora qué? Querio no tenía más plan que ese. Era el Hombre Andrajoso el que debería terminar el trabajo y acabar con el Doctor Vandel.

Cargando editor
16/11/2018, 18:35
(SA) Tormento de Tinieblas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

La caída de las tres criaturas no supuso el fin de la lucha. Tan solo era un preludio de lo que estaba por venir, la aparente fuente de todos sus males. Zandalus. 

Tormento, herido y extenuado, no creyó poder aguantar un nuevo embate, otra batalla. Y sin Anciano Sabio, parte de su determinación, de su espíritu combativo, se había debilitado. Pese a todo, siguió al grupo que entró en combate y pese al aparente desequilibrio, sus compañeros lograron vencerle. 

Pero su muerte, alivio de una carcasa parasitada, abrió las puertas a su fatal y último enemigo, poblador de pesadillas, razón de aquel infierno. Y Tormento no dudó. Si no había podido poner una mano sobre Zandalus, sí lucharía contra aquella infame criatura que jamás debería haberse alzado de donde fuera que lo hubiera hecho para pisar sus tierras. 

El mortificador alcanzó a golpearle dos en dos ocasiones y en ambas, fue como si ante el contacto con su carne, experimentara en vida y lúcido las pesadillas que lo atormentaran en un pasado. Pero sus ansias y determinación de nada sirvieron cayendo ante el heraldo del dolor víctima de uno de sus encantamientos. La consciencia casi nublada, inundado por un terror nunca vivido, solo pudo huir. En el peor momento, aquel en que se le reveló la causa por la que los ataques no le causaban apenas daño a su torturador, justo cuando al pasar junto al paladín contemplaba su hachuela de plata. Y con un soberano esfuerzo, por un segundo venció su incapacidad. 

PLATAAAA! -gritó.

Cargando editor
16/11/2018, 22:27
SA: Los Eones son Extraños.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

La Bestia lograba de nuevo dañar al escurridizo Hombre Andrajoso, aunque sin duda mucho menos de lo que hubiera querido.

Sin embargo, el puño ya dañado volvió a estrellarse contra el suelo, y los huesos ya rotos agravaron seriamente su rotura. Perdiendo el conocimiento como resultado del extremo dolor, la Bestia se estrelló de cabeza contra un muro.

Poco después, las nieblas caían sobre la enorme criatura verde y dejaban en su lugar a Anciano Sabio, quien llegaba apuñalando el aire con una daga hechizada.

Notas de juego

// Sale de escena: La Bestia. - Sigue en: Piedra Alzada.

// Entra en escena: Anciano Sabio. - Procede de: Piedra Alzada.

Cargando editor
17/11/2018, 18:00
(SA) Anciano Sabio (Sebastián Moro).

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Había visto llegar transportados por la niebla a unos y a otros siempre al borde de la muerte, a veces destrozados y reconocibles solo por las ropas. Había visto llegar a Gheorghe, a Janos, a Vendel, había visto el cuerpo sin vida de Gabriel contraído en un rictus de horror, había visto llegar otra vez a Janos con el rostro blanco tanto por la pérdida de sangre como por el pánico. No bastaba una sola muerte. Les mataban en el mundo de los sueños, les abatían en uno de los planos físicos y cuando eran arrancados de las garras de la muerte y remendados, les volvían pinchar, a cortar, a mutilar.

Los luchadores capaces estaban cayendo uno tras otro, ¿qué podía hacer él? Las sienes le palpitaban de tensión y cuando fue transportado de nuevo al asilo esperaba un enfrentamiento brutal, pero al llegar vio que Velkan y Tormento huían despavoridos, de modo que frente a aquel ente llamado Hombre Andrajoso solo quedaban Gheorghe, Vendel y él mismo. Dos viejos como único apoyo del paladín.

Tormento, su fiel guardián, el dolorita que se inflingía daño para acercarse a la perfección, aquel a quien nunca tembló el ánimo a la hora de protegerle, corría como un niño. El shock, la congoja y el miedo que inundaban a Sebastián Moro alcanzaron un nuevo grado que había presenciado en asedios desesperados, cuando el terror y la angustia desbordados se convierten en cierto tipo de valor, un valor completamente temerario que busca el final de la situación... cualquier tipo de final incluído la propia muerte.

Sebastián Moro no era valiente, pero ya no lo soportaba más y con un grito de demente se avalanzó sobre el Hombre Andrajoso apuñalando sin mirar.

-Ya bastaaaaaa

Cargando editor
17/11/2018, 22:19
SA: Los Eones son Extraños.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Han sido tantas visiones espantosas... pero estas parecen no tener fin.

Anciano Sabio ha llegado, a lomos de las nieblas, sintiéndose irracionalmente agresivo. Apuñala al Hombre Andrajoso por la espalda con una Daga encantada, pero se produce un extraño efecto de pesadilla, como si la vil criatura de harapos amarillos se alejase por un pasillo infinito y el filo nunca llegase a tocar su marchita piel blanquecina. Anciano Sabio se siente frustrado, tan desesperado como Nigromante y su cuervo, pero entonces escucha a cierta distancia los gimoteos dementes de Velkan... Él es el mejor guerrero de ambos grupos, si hubiera alguna forma de reestablecerlo y devolverlo a la lucha...

El Hombre Andrajoso atrapa con sus dos garras al viejo parapsicólogo. El Doctor Querio Vandel aúlla de dolor cuando las zarpas le arrancan a la vez largas tiras de piel del pecho y de la espalda.

Las nieblas acuden una penúltima vez, esta vez lentas, perezosas y rutilantes. Es obvio para todos que su extraño poder está muy próximo a agotarse definitivamente. Se llevan al agonizante Querio y depositan en su lugar a un muy preparado Enterrador, quien se cubre con una maza pesada brillante, obviamente hechizada.

Notas de juego

// Sale de escena: Doctor Querio Vandel. - Sigue en: Exteriores de Piedra Alzada.

// Entra en escena: Enterrador. - Procede de: Exteriores de Piedra Alzada.

Cargando editor
22/11/2018, 22:36
SA: Los Eones son Extraños.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Las extrañas y misteriosas nieblas actuaron, una última vez, salvando la vida de Velkan, cuyo vientre acababa de ser abierto y destrozado por las temibles garras amarillas del Hombre Andrajoso.

Lentas, debilitadas, rutilantes y casi perezosas, su poder se agotaba a ojos vistas, pero aún funcionaron una última vez para arrebatar al bárbaro, literalmente de las garras de la muerte, y traer en su lugar al dramaturgo macabro Réquiem, quien parecía estar vociferando algo en el momento de su mística traslación. El enjuto noble menor venía armado con brillante plata en sus manos, en forma de dagas de bella factura, aunque sólo una podía ser utilizada a la vez con alguna efectividad.

Notas de juego

// Sale de escena: Velkan. - Sigue en: Prisión de Piedra Alzada.

// Entra en escena: Réquiem. - Procede de: Prisión de Piedra Alzada.