Partida Rol por web

Historias de Horror I.

SA: 7- Las Salas en Ruinas.

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31/10/2018, 01:49
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Con el Oneirogen muerto, solo queda un enemigo en la sala del que ocuparse. Giro la cabeza y veo que Velkan sigue en el suelo, pero de pronto, un corte se materializa en su rostro sin ningún motivo aparente. Mi rostro palidece al entender que lo que sucede en sus agitadas pesadillas parece tener una manifestación física. Es como que ese famoso Hombre Andrajoso podría rasgar su cuerpo y llegar a este plano a través de él. 

Pero estoy demasiado lejos de su posición como para intentar ayudarlo. Solo me queda seguir luchando e intentar que el enemigo caiga para que el peligro de este lado desaparezca.

Avanzo todo lo rápido que puedo, esquivando los sectores del suelo que parecen más llenos de escombros y lanzo un corte con mi cimitarra sobre el otrora hombre. El filo de mi arma corta parte de la espalda de la criatura pero no parece acabarle. Entonces es Tormento de Tinieblas el que le elimina finalmente.

El Doctor Vandel despierta a Velkan, que parece estar bien salvo por el corte en su mejilla y la expresión de horror en sus ojos. Le veo y creo que se recuperará mas no poseo ningún medio, mágico o mundano, para ayudarlo a que así sea en el corto plazo. Por lo menos, el peligro inmediato terminó.

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31/10/2018, 08:40
SA: Ulver Zandalus.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Se produce un ligero temblor de tierra al tiempo que un crepitante zumbido como de aire a presión llega desde el final del pasillo que hay al Oeste, la posición donde Velkan ha visto, en sueños, que está Ulver Zandalus.

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31/10/2018, 09:13
(SA) Tormento de Tinieblas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Un chasquido seco, como el de una rama quebrada por un vendaval, puso fin a la pelea. Los dedos de Tormento se retiraron de la garganta rota y sangrienta del último de los durmientes. Con un jadeo, exhausto, dolorido, y terriblemente herido se dejó de caer de rodillas junto al cadáver de su adversario. Sabía que no había concluido aquella batalla pero estaba al borde de sus límites y necesitaba curación. Sus manos palparon el cuerpo sin vida, buscando entre sus prendas cualquier cosa válida en aquel sentido, si bien sería Anciano Sabio y su varita la que pusiera fin a aquel estado de debilidad y dependencia.

-Anciano Sabio -llamó, siendo por primera vez consciente de la presencia en las inmediaciones de aquel otro hombre, de rostro igualmente avejentado y completamente desconocido pero cuya mera existencia en aquel plano tan solo quería decir una cosa. Una nueva traslocación de cuerpos-. No, no, no... -alcanzó a decir, sintiendo que en su interior algo se desgarraba.

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31/10/2018, 13:24
(SA) Gheorghe Mykas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Y los tres enemigos cayeron. A pesar de los imprevistos y de la repentina disminución en capacidad curativa del grupo, por no mencionar la práctica carencia total de sanaciones. Velkan se despertó antes de que lograra intervenir, lo que dejó al paladín en un estado vigilante, sin terminar de convencerse del fin de las hostilidades en aquel lugar infernal. Las palabras de Velkan estaban llenas de desánimo, pero él no se doblegaría. No cuando el fin de aquel culto estaba tan cerca.

-Sí realmente está ahí, Velkan, le destruiremos. No fallaremos ahora, después de tantos pesares. Vamos a limpiar la inmundicia que habita en este asilo, y nada va a poder detenernos-proclamó con energía. Entonces vino aquel temblor, como desafiándoles a avanzar. Un reto que el paladín estaba más que dispuesto a satisfacer. Sin embargo, aún debían registrar aquellos monstruos, remendar sus heridas en la medida de lo posible, y prepararse en general.

-Me temo que Anciano Sabio nos ha sido arrebatado también por las nieblas, Tormento. Lo lamento. ¿Qué está pasando en Piedra Alzada, hermano?-preguntó, dirigiéndose a Konrad ahora que parecían tener algo de tiempo. 

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31/10/2018, 18:47
(CC) Konrad Mykephoros.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Cuando Konrad llegó hasta Velkan éste ya comenzaba a recobrar la consciencia gracias a los cuidados de Vandel.

- ¿Quién es ese Zandalus?- Preguntó desconocedor de todo lo que pasaba en ese sanatorio. El noble observaba a Velkan con cara de horror. Ese corte en la mejilla se había formado de la nada. ¿Ese era el poder del hombre andrajoso que lo había perseguido en sueños? Tragó con dificultad.

- En la Prisión acabamos con el Hombre Salpicadura.- Explicó a su hermanstro que ahora tenía tiempo de charlar. También relató cómo habían recuperado el cuerpo de Alarico, allí conocido como Buscador de la Verdad.- Luego fuimos directos a por el último de los espíritus para dejar el asunto cerrado. Nos atacó un esqueleto llameante armado con un temible hacha.-Intentaba adornar la historia para que no pensaran que eran un par de inútiles que no podían cuidar de sí mismos.- Salió de repente atacando a Vandel y luego mis armas apenas le hicieron mella. Lo siguiente que recuerdo es dolor, fuego y aparecer aquí.- A penas podía mirar a la cara al misterioso monje que preguntaba por Anciano Sabio.- Este sitio es horrible.- Se compadeció de los allí atrapados.

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31/10/2018, 19:59
(CC) Velkan Matacambiantes.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

— Zandalus es mi próxima víctima —dijo el bárbaro con tono firme pero que evidenciaba su cansancio —. No soy capaz de interpretar el sentido de lo que vi, pero sé que Zandalus puede invocar de alguna forma al Hombre Andrajoso y si lo hace... el combate será mucho más complicado.

Notó dolor en su mejilla, quizás por las palabras pronunciadas o por mover la boca al hablar. En cualquier caso le daba igual no iba a pararse a reflexionar sobre aquello. Con sus armas en las manos se sentía algo más tranquilo y seguro pero era obvio que el matacambiantes no se encontraba en su mejor momento.

 Vamos, creo que se encuentra aquí cerca al final del pasillo.

Tras aquellas palabras de forma silenciosa se ofreció para iniciar la marcha hacia el próximo y posiblemente último combate. Cabizbajo y algo más tambaleante de lo que era habitual en él, siempre resuelto y firme en la acción, Velkan se dispuso a enfrentar a Zandalus y lo que hubiera con él.

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01/11/2018, 11:53
(CC) Konrad Mykephoros.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Konrad miró a Velkan con los ojos abiertos como platos. Sus parcas explicaciones pocas veces le servían de mucho y el nomble trataba de asimilar lo que estaba pasando.

- ¿Ese tan Zandalus invoca al Hombre Andrajoso y vamos a enfrentarnos a él?- Era un recién llegado a aquel lado y aún le costaba entender el porqué de su presencia allí, justo en ese preciso momento.- ¿En nuestro estado?- Miró al grupo con el ceño fruncido. Daban pena y al parecer poco podían hacer.- Imagino que el descanso no es una opción.- Por nada del mundo quería cerrar los ojos y enfrentarse de nuevo a esa pavorosa presencia. Sin embargo, ¿quería enfrentarse a ella en el mundo real? Desde luego no quería.

- ¿Tenemos alguna pócima curativa más? Yo ya no tengo ninguna. Si alguno tiene que lo diga ahora para saberlo en caso de...- Su hermano y Janos también eran sanadores,pero no parecían tener muchas energías.- Todos aquí sabeis ya la maldición que parezco menos uno. Quizá sea La Bestia más útil que yo si nos enfrentamos a ese ser. Podría ser  lo mejor sea que no me resista, que la deje salir. - Las palabras intercambiadas con su hermano Alexei resonaban en su cabeza.- De todas formas dudo que me queden muchas fuerzas para controlarlo. Demasiadas emociones.- Eso sin contar con que ni Sascha ni Gruñido estaban allí para ayudarlo. Aunque el momento no era el más propicio, Konrad se acercó al desconocido.- Me llamo Konrad Mykephoros. Soy hermano de Gheorghe, aquí presente, y de Alexei, al que en este lado conocéis como Réquiem. Siento mucho...lo de Anciano Sabio.

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01/11/2018, 12:07
(SA) Gheorghe Mykas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Su hermano Konrad estaba totalmente perdido. Algo que era muy normal dadas las circunstancias, y las explicaciones de Velkan, siendo tan parco en palabras, no ayudaban demasiado.

-Esto es lo que sé, Konrad. Este asilo fue tomado por un grupo de pacientes que formaron una secta, el culto de Oropimente o algo así, cuyo líder es ese Ulver Zandalus, otro interno del asilo. Ellos trajeron las nieblas amarillas y las pesadillas a este lugar maldito. Creo que no nos quedan más útiles curativos. Contábamos con una varita, pero estaba en poder de Anciano Sabio cuando fue transportado al otro lado-explicó brevemente-quedan algunos supervivientes, pero están agotados, sin comida ni agua, ni posibilidades de salir de aquí. Y lo que les protegía de las pesadillas se está debilitando también. 

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01/11/2018, 20:46
"Ansias de Morir".

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Los aventureros seguían encontrando nuevos reveses y dificultades. Primero la desaparición de uno de sus miembros dio lugar a la aparición del Doctor Querio Vandel y con él la mala noticia del fallecimiento de su anterior compañero, Gabriel Alarico. Aunque no todo era desesperanza, pues el Doctor Querio parecía tenerlo todo bajo control, sólo debían confiar en él. No tuvieron mucho tiempo para pensar pues, de repente, fue Anciano Sabio quien, tras curar a Querio, desapareció entre las nieblas dejando paso al cuerpo malherido del noble Konrad; quien parecía decepcionado de encontrarse al otro lado de las nieblas. Janos le ofreció una poción al hermano de su maestro.

Mientras esto sucedía Tormento de Tinieblas, ayudado por Velkan se enfrentaba a uno de los muchos males que les acechaba a ese lado. Pero la desgracia, una vez más, se cebaba con los aventureros y Velkan caía presa del sueño de las nieblas. Al ver a sus compañeros en apuros el Paladín y su Escudero acudieron en su ayuda, a lo que se sumó también Konrad. La pelea era encarnizada y sus enemigos luchaban ferozmente, Velkan regresó de su sueño en el momento más oportuno interponiendo su escudo ante un ataque que en su estado habría resultado devastador gracias a la intervención del Doctor Vandel. Volvía con la convicción de haberse enfrentado al Hombre Andrajoso y afirmaba que este se encontraba dentro de Zandalus. Finalmente los valientes luchadores pudieron imponerse ante sus adversarios y obtener un merecido respiro, si es que en aquel maldito lugar podía pararse uno con tranquilidad en algún momento, para decidir que hacer a continuación.

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01/11/2018, 21:04
(CC) Doctor Querio Vandel.

El temblor fue violento a los ojos de Querio, que vió cómo las paredes se combaban, y el arriba y el abajo se retorcían y enroscaban sobre sí mismos.

Al momento siguiente, el Doctor Vandel estaba tumbado en el suelo.

¡Mi costado! ¡Me duele! ¡Me duele! ¿Mmh...?

Anciano Sabio estaba junto a él. Su varita respingó una tercera vez, sanando las heridas del Doctor.

La varita...

Querio alargó su huesuda mano para agarrar la muñeca de Anciano Sabio. Forcejeó para arrebatársela, pero el Doctor Vandel tenía la fuerza de un pétalo de rosa. Las Brumas amarillas se desataron, rodeando al monje, y luego... Para cuando las nieblas se desvanecieron, lo que agarraba Vandel era la muñeca de Konrad.

¡Janos! Konrad tiene una poción curativa. Bolsillo lateral derecho de su mochila.

El Doctor también rebuscó entre sus propias pertenencias, y le dió de beber una pócima al noble. Fue insuficiente para hacer volver a Konrad a la consciencia, pero Janos encontró un frasco justo en el momento oportuno, una versión concentrada y más potente. Y al dársela de beber a Konrad, el hombre despertó.

No hay tiempo para explicaciones: Velkan está en peligro-aventuró, mientras guardaba el frasco de la pócima y desenvainaba la daga.

Avanzaron hacia la otra sala. Velkan estaba en el suelo. El oneirogen que había derrotado al bárbaro atacó a Gheorghe, ignorando al hombrecillo de la daga. También recordaba esto: los movimientos del sectario, las fintas, el humo... Sabía dónde hundir su arma para hacer más daño. Acuchilló al oneirogen un par de veces y siguió su camino hasta Velkan mientras dejaba a Janos terminar el trabajo.

Cerca, Tormento parecía tener problemas con el último de los rivales. Querio no le ayudó, pero a pesar de todo, Tormento salió victorioso. La atención del Doctor Vandel estaba puesta en Velkan. Justo en ese momento, su mejilla empezaba a mellarse.

¡Despierta!

El dorso de la mano que sujetaba la daga trazó un arco en el aire hasta abofetear a Velkan con los nudillos. Pero no había tiempo que malgastar en disculpas (además, seguramente para Velkan una bofetada de Querio era como una brisa suave).

¿Qué era lo que venía ahora? ¿Qué es lo que falta...?

Los ojos del Doctor Vandel se dilataron al caer en la cuenta. Ahora venía el temblor, el ataque especial de Zandalus para contrarrestar la pérdida de su camarilla. El temblor que le devolvería atrás en el tiempo, por enésima vez, para que jamás pudieran ponerle un dedo encima. ¿Cómo podía evitarlo?

Piensa, piensa... ¡Zandalus! Pero los poderes de Zandalus no son propios, ¿no? Es al Hombre Andrajoso a quién me enfrento. ¿Pero cómo lo hace? ¿Cómo...?

Los ojos de Querio saltaron de un lado a otro de la habitación, mientras buscaba información. El primer detalle era que los demás parecían actuar con normalidad, no con la extrañeza de alguien que se sabe en un bucle temporal. Que solo Vandel lo recordara significaba que él era el vehículo. Eso resultaba extraño: precisamente Querio era de las personas que menos contacto habían tenido con el Hombre Andrajoso. El único encuentro que el Doctor Vandel tuvo con la criatura fue cuando... ¡le cortó un trozo de carne!

Instintivamente, se llevó la mano a la espalda. No notó ningún corte. Sin embargo, fue en aquella pesadilla cuando el Hombre Andrajoso obtuvo poder sobre Querio. Y ese poder era la raíz de aquel maleficio espacio-temporal. Para romper el bucle, tenía que recuperar ese trozo de carne teórico, que en la realidad no le faltaba.

¡Es imposible! ¡No hay solución! No puedo recuperar algo que no he perdido, ni puedo quitárselo al Hombre Andrajoso si Zandalus no lo convoca. Y en cuanto lo convoque, iniciará el temblor para plegar el tiempo. ¿Cómo llego a su mundo de pesadillas para recuperar mi carne?

Sus ojos empezaron a saltar por las hojas que había en las paredes. Eran cosas crípticas, esotéricas. Los oneirogen eran sectarios que servían con devoción al Hombre Andrajoso. Querio conocía la teoría: los dioses obtienen su poder de los mortales que creen en ellos. En la práctica, el fiel y su fe son lo mismo. El Hombre Andrajoso es dueño de las mentes y los cuerpos de los que juraron servirle, forman parte de él.

Entonces... si estoy en lo cierto...

El temblor comenzó; el tiempo se extinguía; el reloj de arena volvía a dar la vuelta. Querio se acunclilló junto a uno de los cadáveres de oneirogen y empezó a cortar con frenesí.

Cuando se dió cuenta, el temblor había pasado. Al mirar a su daga, el Doctor Vandel encontró un trozo de carne cruda ensartado en el filo. Aun así, Querio mantenía una duda... Si el bucle temporal sucedió solo en la mente de Querio, los recuerdos de sus compañeros serían de la primera vez que el Doctor Vandel fue curado por Anciano Sabio. Si el bucle alcanzó a rasgar la continuidad de la mismísima realidad, los demás solo recordarían lo que el erudito había hecho la segunda vez. Pequeñas diferencias, como que agarrara la muñeca de Anciano Sabio al despertar, o que a la hora de ayudar a Konrad lo tuviese al lado o unos cuantos pies más lejos.

En cualquier caso, la incógnita era ínfima y no tenía interés en aquel momento. Preguntarlo solo haría que le tomasen todavía por más loco de lo que les habría parecido al verle cortar la espalda del oneirogen sin motivo aparente.

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01/11/2018, 21:12
(CC) Velkan Matacambiantes.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Asintió a las conclusiones de Konrad formuladas como preguntas. A medida que pasaba el tiempo desde su despertar, Velkan volvía a parecerse más al bárbaro que siempre había sido. Pese a ello la mirada seguía baja y la expresión sombría continuaba en su faz.

Seguramente la bestia será más útil, si después del combate seguimos vivos y no eres capaz de contenerla, lo haremos nosotros.

Tras eso se giró hacia el resto del grupo, cuando el tema de las curaciones volvió a ser objeto de debate. Dudó sobre como pronunciarse o si debía dejar a su orgullo tomar las decisiones. Tras unos cortos segundos de duda interior, decidió exponer en público sus necesidades.

 Me vendría bien algo para recuperarme de mis heridas si el enemigo es tan peligroso como creo. Además pienso avanzar en sigilo, no sé si servirá de algo o si ya sabe que estamos aquí pero es una oportunidad que no quiero desaprovechar.

Estuvo tentado de pronunciar algo cuando observó al Doctor Querio desfigurar el cuerpo de un caído. La mirada del bárbaro hacia el hombre fue casi de lástima. El buen doctor había caído en la locura aunque ¿no habían caído todos presos del mismo mal? Pensando en eso suspiró y esperó a ver si alguno de sus compañeros podía ofrecerle algo con lo que minimizar los daños recibidos y si no era así continuaría con su avance, como ya había anunciado con anterioridad.

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02/11/2018, 13:03
(SA) Tormento de Tinieblas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

La noticia de la marcha de Anciano Sabio allá a donde fueran, revolvió el estómago del herido Tormento que doblándose sobre sí mismo, vomitó el magro contenido del mismo, dejando en su boca el amrgo sabor de la bilis. Escupió a un lado, tras incorporarse, haciendo caso omiso de las lamentaciones por el destino de su protegido.

Una lucha interna estalló en el mortificador, que sentía desesperadamente la necesidad de meter sus manos en las heridas recibidas y terminar de destrozar su cuerpo pues era ya sabido que el estar en el umbral de la muerte era lo que activaba la traslocación de los cuerpos, frente a lanecesidad de acabar con aquella pesadilla como medio único de quizá recuperar al perdida memoria y de restituir las cosas a su orden natural.

-En mi estado, soy incapaz de luchar. Un solo golpe más y será otro quien ocupe aquí mi lugar. Quizá sea lo más inteligente. Que vuestro grupo se reúna nuevamente y yo regrese con los míos -dijo Tormento con una voz en la que no había convicción-. Pero mi responsabilidad es acabar con todo esto, única forma de poder estar nuevamente y sin temor a nuevos males con Anciano Sabio. Pero no soy el único en un estado lamentable. Velkan está tan herido como yo lo cual quiere decir que si no recibimos sanación alguna, perderéis dos efectivos de forma rápida e inmediata. Si no disponéis de viales, lo único que se me ocurre es registrar esta planta de forma exhaustiva antes de lanzarnos a la lucha.

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03/11/2018, 18:56
(CC) Konrad Mykephoros.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Konrad escuchó a Gheorghe con toda la atención que pudo, aunque la Bestia reía a carcajadas a cada cosa que su hermanastro decía. El caso era que ambos grupos, unidos a través de esas nieblas amarillas parecían estar en situaciones críticas. Entendía el anhelo de todos por acabar cuanto antes, pero no veía que Velkan y el tal Tormento estuvieran como para continuar a ninguna parte. Ya más calmado el noble volvió a mirar entre sus pertenencias. Si hubieran estado allí Sascha y Gruñido ellos le hubieran ayudado. Normalmente eran esos dos los que le empaquetaban las cosas y sabían mejor que él mismo lo que llevaba encima.

- ¡Esperad!- Advirtió a Velkan y Tormento.- Tengo aquí un par de pócimas aunque no sean de gran ayuda. Menos da una piedra, como suele decirse.- Se sorprendió ante las palabras de Velkan acerca de la Bestia aunque lo atribuyó a su locura. De toas formas no le gustaba como insinuaba que podrían "ayudarle" después, si no conseguía recuperar el control. Afortunadamente confiaba en Janos y Gheorghe para ello.

- Apartad. Tened cuidado. No os asustéis.- Dijo separándose un poco de los dos más heridos y preparado para soltar las cadenas que mantenían a La Bestia en su cautiverio. Percibía la risa demente de la misma y cómo se preparaba para entrar en acción.

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03/11/2018, 19:12
(SA) Gheorghe Mykas.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Allí, al fondo, se encontraba el demente al que debían de parar. El problema, además del precario estado del grupo, era que entre ellos se encontraba un largo pasillo lleno de escombros, que le daba margen para usar extraños poderes para dañarles, como acababa de hacer... Además de para conjurar lo que sea que estuviera llamando. De un modo o de otro, aquello debía acabar en ese mismo instante. Algo le decía que no sobrevivirían más que unos minutos si no avanzaban ya sobre ese canalla y, Iomedae mediante, le paraban los pies.

-¡A la victoria y la gloria, amigos!-dijo mientras avanzaba, con tenacidad, hacia Zandalus-¡es nuestra oportunidad de acabar con esta pesadilla, no la desaprovechéis!

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04/11/2018, 03:38
(CC) Velkan Matacambiantes.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Era el momento decisivo, la batalla final había comenzado, no tenía la menor duda. Tras beber la poción que Konrad le prestó, sus heridas disminuyeron. No perdió el tiempo, sabía lo que le tocaba hacer y lo que todos esperaban de él de hecho había deseado que llegara ese momento. Cargado de ganas de combatir, de rabia y también de ansias de sangre el bárbaro apretó los dientes y se dispuso a desaparecer entre las sombras.

Un cazador como él sabía reconocer un mal terreno y aquel lo era. Zandalus no era estúpido y se había colocado en un cuello de botella que obligaba al grupo a pasar por un estrecho pasillo  por el que sufrirían muchas penurias antes de llegar hasta él y además su superioridad numérica no tendría tanto valor como en un combate en campo abierto. Su sigilo podía verse comprometido en un escenario tan reducido y por ese mismo motivo debían cubrir la distancia que les separaba del líder de aquel culto loco con la mayor presteza posible.

Velkan sabía que cuando llegara al cuerpo a cuerpo podría hacer mucho daño a aquel esmirriado loco.

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05/11/2018, 00:20
(CC) Doctor Querio Vandel.

A pesar de lo que creía Gheorghe, no había gloria en la victoria. Esa es una de las perlas de sabiduría que atesoras cuando has visto lo suficiente para ver caer reyes y alzarse los muertos de sus tumbas. La victoria era mera supervivencia, y a menudo venía acompañada de heridas. Era sucia, manchaba tu ropa de la sangre de tus enemigos y tus botas con el barro del campo de batalla. La verdadera gloria estaba en una buena dentadura, sopa caliente y papel suave. Por otro lado, Querio estaba realizando una delicada tarea para evitar problemas espacio-temporales, que era menos vistoso que desmembrar a espadazos a un villano, pero también aportaba su granito de arena.

Así... despacio...

Con la cautela y poca velocidad con la que un alquimista manipula la pólvora o un asesino mezcla sus venenos, el Doctor Vandel deslizó el filo de la daga contra el cuello del frasco para que la carne ensartada de oneirogen cayese dentro. Luego machacó con el arma como si fuese un mortero, haciendo que el filete dibujase pliegues mientras se apretaba más y más dentro del cristal.

Listo. Jajaja. ¡Lo logré! Lo guardaré como un tesoro. ¡Esperadme, que ya voy!

¡Y una porra, que esperen sentados!

Querio escuchó un ruido a sus espaldas, como un resoplido de búfalo, como una fuerza de la naturaleza desbocada. Sabía lo que venía ahora, y le ponía los pelos de punta. El Doctor Vandel echó a correr, más con intención de ponerse a salvo de la Bestia que de lanzarse de cabeza a los peligros que suponía Zandalus al final del pasillo.

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06/11/2018, 02:05
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Con los Oneirogen derrotados, queda sanarnos las heridas antes de continuar. Lamentablemente, no hay nada que tengamos que nos pueda ayudar en aquello, más allá de unas pocas pociones que deberían ser administradas a los más heridos. Yo no tengo heridas que lamentar, gracias a Sarenrae, por lo que me concentro en buscar más elementos que puedan ayudarnos a sanar al equipo.

Pero aquellos cuerpos y la habitación no parece tener nada de utilidad. Veo que hay un pasillo y me pregunto si habrá algo por ahí que utilizar.

"¡Por favor, Diosa mia! ¡Que haya alguna poción o varita para nosotros, por favor!"

Avanzo por el pasillo en busca de algo. Entonces veo una puerta a la que me acerco pues tengo la esperanza de que en el interior podría haber algo para ayudarnos. Pero es en ese momento que algo me llama la atención desde el fondo del pasillo. Unos ojos desquiciados que me ven directamente.

Escucho a Gheorghe que nos arenga para luchar pues el enemigo parece haberse cubierto con una suerte de barrera mágica. Encamino mis pasos en su dirección mientras hace que varios proyectiles de energía vuelen hacia nosotros, dañándonos con violencia en nuestro lento avance.

Resisto los embates de sus misiles cuando, de pronto, siento un golpe en la mente que me causa un gran dolor. El mundo me da vueltas, y siento que es el mismo cerebro el que ha sido azotado con violencia. Mi vista se torna roja y siento como sale sangre de todos mis agujeros craneales.

Suelto mi arma para tomar mi kit de curación. Saco rápidamente una venda de su interior y la pongo en mi oídos mientras tapo mi nariz con la otra mano. Respiro por la boca para no ahogarme e intento contener el sangrado hasta que consigo que la hemorragia se detenga. Estoy convencido de que aquel sangrado podría haberme costado la vida si no me hubiese encargado de promover la coagulación. El enemigo es temible y sus recursos, terroríficos. No podemos descuidarnos o moriremos irremediablemente en este lugar de pesadilla.

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06/11/2018, 18:22
(CC) La Bestia.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

En cuanto comenzó la desagradable transformación la conciencia de Konrad pasó a un segundo plano. Tan débil era ahora a que apenas se oía su vocecilla entre el tronar de los tambores de guerra.

¡No empujes!- Intentaba advertir el noble a La Bestia, falta de modales, cuando ésta pasó arrollando a Tormento.

- ¡APARTA "TRAPOS"!- Así era como el descerebrado de La Bestia había apodado a Tormento de Tinieblas. Todo aquel extraño grupo, que provenía de las nieblas amarillas, iban en harapos, pero éste en concreto parecía tan piltrafilla como el hermanastro del "Ojeras", el "Pajarillo". Aún le quedaba mucho camino para llegar hasta el "Pelanas", "Hojalatas" y "Sor Presas". A "Sacodehuesos" ni lo tenía en cuenta. Lo dejaría el último, como un postre. Seguro que estaba blandito y que gritaba como una niña humana antes de ser engullida como un batido de sangre y pulpa. 

¡MMMM, MUAHAHAHA, MÚSICA PARA OREJAS DE LA BESTIA!- En el interior de La Bestia Konrad luchaba por no perder totalmente el control. Si lograban vencer a aquel demonio tendría que volver a encarcelar a su "amigo" de piel verde, le gustase o no, o todos correrían peligro. Lástima que no estuviese allí "Pelofuego". No había nada como un buen polvo tras beber la sangre de unos insignificantes, pero suculentos, humanos.

¡Ay, Iomedae,mía!- No se sentía reconocido en aquellos pensamientos tan salvajes, aunque hubiera fornicado con su Ama de Llaves.

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07/11/2018, 13:28
(CC) Doctor Querio Vandel.

Vandel se estremeció al escuchar la voz de la Bestia. Con un "rápido" requiebro, avanzó torpemente por encima de los escombros a una pequeña habitación en ruinas. Esa medio pared endeble no sería suficiente parapeto para frenar a la Bestia, así que le tocaba seguir huyendo.

¡¿Eh...?!

La sorpresa llegó desde lo que otrora fue un muro, y ahora no era nada. Por allí asomó el mismísimo Zandalus... o cualquier otro tipo violento del sanatorio. La verdad es que a Vandel poco le importaba. Estaba luchando contra el resto de camaradas, así que era conveniente derrotarlo para poder pasar con seguridad.

¡Sal de enmedio, albino!

Un tajo. Débil y superfluo. La cuchillada de Vandel no era demasiado hábil. Y la Bestia seguía acercándose...

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07/11/2018, 19:35
(CC) Velkan Matacambiantes.

LAS SALAS EN RUINAS:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

QUINTO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 8 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Como una sombra se movió esquivando a sus compañeros que valientemente estaban llevando el peso del combate recibiendo los ataques mágicos, o así los identificó el bárbaro, que aquel hombre de pelo blanco les lanzaba. Tardó más de lo que le hubiera gustado en llegar hasta el objetivo. Sin embargó el momento llegó. Su hacha atravesó cualquier tipo de barrera e impedimento para atacar a aquel hombre al que el matacambiantes culpaba de todo lo que era capaz de culpar. 

Cuando el hacha encontró carne bajo el golpe el salvaje sonrió, si aquel amanerado individuo de pelo plateado sangraba él sería capaz de matarlo y aunque él no era de los que gastaban energías hablando mientras combaten en aquella ocasión se permitió una frivolidad con carácter intimidatorio.

Voy a abrirte el pecho y a sacar al Hombre Andrajoso de él.

No lo gritó, simplemente aprovechó al cercanía que le permitía el golpe y lo susurró con la suficiente fuerza como para asegurarse de que Ulver Zandalus le escuchaba. En cada palabra pronunciada por el rubio había odio y rabia contenida. Tras eso separó el hacha de su enemigo y se preparó para volver a acometer, no iba a ser tan fácil aquello.