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Historias del Dominio

En Familia

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28/08/2019, 01:57
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo escuchó cada palabra con atención. No quería perder detalle de los sentimientos e inquietudes de su hermana como si eo fuese lo más importante del mundo. Pero su mirada y su gesto se entristecieron a medida que su discurso avanzaba. Cuando acabo, sólo pudo acariciarla como si fuese ya una adicción, y besarla. Pero tras un instante, volvió a recuperar la compostura y la serenidad, sin dejar de lado en afecto y amor que sentía por ella.

Lyn, no. No te preocupes por nada. No puedo evitar que me duela. Si pudiera lo haría. Pero creo que sólo el tiempo va a curarme esta herida. Pero no quiero que te sientas culpable por nada. De verdad que lo comprendo. Tal vez fueron las bofetadas de Tía Rhonda las que me hicieron comprender. — Sonrió tratando de quitarle hierro y dramatismo a todo aquello.

—El estuvo cerca, yo no. — Sentenció. —Y cuando te dije que no lo voy a culpar por amarte, lo dije de corazón. Yo no sabría como vivir un sólo día sin hacerlo.— Sintió la necesidad de abrazarla un momento, como si le faltase el aire y ella fuese su oxígeno.

No sé Lyn...si me preguntas qué quiero, te diría que ir con tía Rhonda, pasar allí unos días y no regresar. Tomar contigo un barco en Antigua a cualquier parte del mundo y vivir nuestra vida. Te he dicho lo de la carta porque he creído que tú preferirías tal vez hacer las cosas con más calma o incluso reconsiderarlo. Quizás hablar con él en persona. Y si fuese ese el caso, aunque me duela, cuenta conmigo. Haré lo que pueda por suavizarlo todo. Porque tú eres lo más importante del mundo para mí, y no hacerlo me dolería aún más.—

Tomó aire con calma y lo soltó despacio. 

Lyn...¿quieres que mañana busquemos al Septon, nos una en matrimonio y partir desde Antigua conmigo?— Preguntó con cierto nerviosismo en su voz. 

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28/08/2019, 16:39
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

La respuesta de Arlo borró en un suspiro toda la preocupación de su rostro. Se abrazó a él y besó su cuello con un cariño infinito. Pero después lo escuchó con atención, ya totalmente despierta después del discurso que había soltado. Su última pregunta hizo que le brillasen los ojos y su rostro se iluminase con una sonrisa enamorada. 

Me encantaría —dijo en un primer momento, sin siquiera haberlo pensado. Unió sus labios a los de él durante varios segundos. Pero luego le entraron algunas dudas—. ¿Pero podemos? ¿No necesitaríamos llevar algún testigo? ¿Y a qué hora planean Ser Baelor y la tía Rhonda partir? ¿Nos daría tiempo? 

A medida que iba dándole vueltas cada vez tenía menos claro que pudieran encajar todas las piezas para hacerlo tan pronto. La parte práctica de su cerebro estaba en marcha. Y al final terminó por suspirar entre dientes. 

—Hay algunas cosas que me gustaría solucionar antes de marcharnos, pero no sé si será posible... —dijo, dispuesta a hacerle partícipe de ellas para que entre los dos pudieran pensar mejor el mejor modo—. A lord Aldern tengo que decirle algunas cosas y creo que debería despedirme, pero podría hacerlo por carta. Y está el tema de su maldita carta, sí —empezó por ahí porque era el asunto más reciente, pero se notaba en su tono que sólo era en principio de una lista—. Pensaba que la que yo le envié a Padre sería suficiente para que dejase ese asunto correr sin más. ¿Crees que no lo será? Tal vez, en lugar de hablar con Lord Everam, podrías hablar tú con Padre y pedirle que lo olvide. O escribirle, quizás. A ti te escucha y te tiene en cuenta No como a mí, se calló—. ¿Harías eso por mí? —Negó con la cabeza—. Sé que te estoy pidiendo demasiado y esa no es tu pelea, si me dices que no lo aceptaré. Tal vez pueda pedírselo a la tía Rhonda, si es que no me retira la palabra.

Tenía más cosas que decir, se le notaba en la cara y en la forma de hablar, pero se quedó callada ahí, esperando su respuesta antes de pasar a otro asunto.

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28/08/2019, 17:43
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C

No lo sé, que yo sepa no hacen falta. Suele haber pero creo que el septon ya es un testigo en sí.— Respondió a la cuestión de los testigos. En cuanto al tiempo, asintió no muy convencido.

Yo creo que sí. No creo que salgamos muy pronto por aquello del bebé. Además tienen que organizarse y recoger también los trescientos hombres que ha traído tía Rhonda y mi escolta. Si no queda muy lejos a caballo yo imagino que sí nos daría tiempo. No es que me importe demasiado, pero en realidad me gustaría que nos uniesen bajo nuestra fe, y no bajo una que desconozcamos. Es como si fuese más real para mí. No sé si te parecerá una tontería...—

Cuando salió de nuevo el tema de Aldern a relucir, no hubo reproche ni de palabra ni de gesto, aunque si pudo notar como si algo le hubiese punzado a su hermano por dentro.

Es que no sé lo que ponías en esa carta Lyn. No sé como puede tomarlo padre. Si tú quieres intento hablar con él. Yo espero que no hayas intentado defenderle mucho, porque padre tampoco es tonto, y si une tu carta a la de él podría darse cuenta que entre vosotros hubo algo más que amistad. O puede que no, es que no lo sé. Sólo hago conjeturas. Pero si padre cree algo así, podría pedir explicaciones al Lord Everan, incluso enseñarle las cartas, porque no deja de ser dorniense y pupilo y ellos tenían un acuerdo. Y Lord Everan seguramente pediría cuentas a tu amigo.—

Carellyn pudo notar como le costó a Arlo hablar con toda la sinceridad que pudo sobre aquel tema para intentar ser de ayuda. 

—Con tía Rhonda creo que primero deberíamos dejar que se calme un poco, Lyn. No te recrimino nada, lo sabes, pero hace un rato dijiste algunas cosas que sé que la hicieron mucho daño. Mejor la damos un poco de tiempo. Si quieres que alguien hable con padre yo me ocupo. Aunque espero que cuando descubra que nos hemos ido, mis palabras no pasen de ser las de un hijo devoto a las de un hijo desagradecido y mentiroso. Ufff...— Necesitó soltar ese aire que le aprisionaba.

No sé bien lo que es mejor Lyn. Solo puedo prometerte, que si necesitas que hable con él o con quién sea, lo haré lo mejor que pueda...—

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29/08/2019, 00:59
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—El pueblo está muy cerca, no tardaríamos mucho en acercarnos a visitar al septón. Aunque tal vez debería hablar yo primero con él, para pedirle el favor. —Suspiró entre dientes—. No es seguro que acepte. A lo mejor no quiere y no consigo convencerlo, pero haré todo lo que pueda. Yo también prefiero que nos casemos bajo la mirada de los Siete, aunque últimamente estoy empezando a pensar que otras fes son sólo interpretaciones de la nuestra. 

Sacudió la cabeza. No quería entrar en temas espirituales en ese momento, sino plantear los temas pendientes y resolver los que pudieran. Se dio la vuelta para tumbarse boca abajo y apoyó la barbilla en los brazos, dándole vueltas a lo que había dicho su hermano. 

Padre no me haría eso —dijo, aunque su voz no sonaba tan segura como sus palabras y enseguida la duda lo desveló—, ¿verdad? Enseñarle una carta que yo le he escrito a él a Lord Everam, quiero decir. —Se había puesto más seria con esa perspectiva. Después de saber lo que Lord Mathis contaba sobre su madre, ya no sabía qué pensar sobre él—. ¿Crees que lo haría? 

Miró a Arlo con esa pregunta y se movió para acariciar sus cabellos. 

¿Estás seguro de todo esto? —En algún momento esa duda iba a volver a rondarla y ese momento llegó al escucharlo hablar del cambio que podía sufrir su padre sobre Arlo—. Sé cuánto valoras a Padre. Y tu honor, tu título... Todo lo que es tuyo por derecho. Ahora estás a punto de conseguir todo lo que soñabas tener. ¿Estás seguro de que quieres sacrificarlo todo sólo por mí? —Trataba de que no se colase el temor en su voz, pero a pesar de sus intentos sonaba frágil. Y, aún así, le parecían unas preguntas necesarias antes de seguir—. Sé que para mí es más fácil, no tengo nada que perder. Pero tú... Tú lo perderás todo. ¿No quieres pensarlo más antes de tomar una decisión como esa?

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29/08/2019, 06:04
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Tú lo conoces. En tus manos queda entonces.— Acordó con ella en referencia al septon, consciente de que ella sabría mejor qué hacer. —Yo esperaré aquí, o mejor aún... Puedo acompañarte hasta el pueblo y esperar allí por si no se negase— Propuso teniendo en mente que eso seguramente les facilitaría más las cosas evitando idas y venidas al castillo.

La siguiente cuestión hizo que Arlo se mordiese el labio con duda, valorando, pensando. Fortuitamente bajó la vista para encontrase con la visión del cuerpo de la mujer que amaba, aún desnudo. Se ausentó un instante ante la belleza de sus líneas y contrastes entre la luz y las sombras que que lo daban forma. Negó apretando los labios como para intentar dejar de lado aquella visión y retomar la conversación. A la vez tomó a Carellyn y la acercó más hacia su cuerpo, rompiendo todo ángulo de visión que pudiera tentarlo. Y como si hubiese sido tan solo un lapsus, retomó la conversación con su respuesta.

Puede ser, Lyn, tampoco lo sé. Quizás si viese indicio con ambas cartas de que el pacto con Lord Everan corre peligro.— Conjeturó de nuevo. —Creo que sabes que te amo más que a nada, desde siempre y que jamás te haría daño.— Dejó aquello en el aire.—Pero hace un rato te lo he hecho. Me he portado como un imbécil y te he hecho daño.— Aseguró con tristeza recordando ese momento. —Sólo pienso que si yo, que te aseguro que soy la persona que más te quiere en el mundo, puede cometer el error de hacerte sufrir, cómo no voy a temer que otros puedan hacerlo, aunque ese otro sea mi padre y tenga luego toda la vida por delante para arrepentirse como la tengo yo ahora.— La besó entonces un instante. Un beso que supo a disculpa, a petición de perdón.

Antes he dicho que padre es un cobarde, pero supongo que también hablaba mi rabia y el dolor que sentí cuando regresé a casa y ya no estabas. Pero este acuerdo con Lord Everan es su jugada perfecta. —Explicó primeramente. —Padre te quiere Lyn, de verdad. Pero a padre se le gana con compromiso más que con cariños. Al menos en mi caso que tú como eres la "niñita de sus ojos..."— Dijo con falso reproche mientras cogía su nariz con dos dedos y retorcía con igual falsedad y sonrisa burlona. —No, en serio. Quiero decir que sabes que por mucho que te quiera, él también espera compromiso de ti. Espera que seas una Rowan. En algún momento padre te iba a reconocer como hija, seguro. Tan seguro como si no lo hacía él, lo haría yo cuando fuese lord.— Asintió mirándola como si en realidad eso no fuese necesario ni mencionarlo, al menos la parte que se refería a él reconociéndola como una Rowan.

Y contando con eso, claro que es una jugada perfecta. Por un lado padre puede buscarte el mejor matrimonio sin que mi madre interfiera de forma alguna. Lord Everan es un señor importante del Dominio, pero en realidad lo es mucho más de lo que parece. Su poder militar es impresionante. Puede parecer que no, por la cantidad de tropas, pero él no tiene que volver a llamar a filas a sus licenciados cuando necesita un ejército. Su ejército es permanente y cada uno de sus hombres vale por cinco. Hay compañías suyas que son reconocidas en todo Poniente. Y él es un genio en el campo de batalla. Aniquiló a los Dayne así...— Dijo chasqueando los dedos —...en inferioridad de tres a uno. Encima está su primera espada...Se dice de él que cuando desenvaina su arma, los enemigos ya comienzan a cavar fosas para sus muertos.— Continuó explicando sin perder la mirada de su hermana.

Te cuento esto, porque padre no te soltó al primer señor que se le pasó por la cabeza. Lo pensó y mucho. Habló con él y comprobó que es un hombre justo y que no te iba a cuidar mal. Y además aseguró la grandeza y alzamiento de su casa. — Asintió convencido. — Porque el pago de ese acuerdo soy yo Lyn. La unión con Lady Aquilegia garantiza el apoyo de una tremenda fuerza militar que además está respaldada por la fortuna de los Dragnos. Si a eso le sumas la riqueza y poder de nuestra casa y sus banderizas, colocaría a nuestra casa al nivel de las grandes casas de Poniente, a la altura de los Tyrell. — Continuó asintiendo en silencio esperando confirmación de Carellyn de que lo seguía y entendía lo que decía. —Y eso, quiere decir que podría convertir a Dara en una firme candidata a esposa para, por ejemplo, Willas Tyrell, el chico que ha venido al funeral. O a Daniel como esposo de Margaery Tyrell que debe tener una edad similar a la Daniel— Se encogió de hombros y exhaló profundamente.

De un plumazo asegura tu futuro y el mío, y dibuja uno prometedor para Dara y Daniel colocando a la casa Rowan en un lugar muy destacado no sólo en el Dominio, sino en todo Poniente. Esa Lyn, es la jugada de padre...y sería perfecta.— Aseguró acariciando su pelo, consciente de que nada es perfecto, pues su padre no contaba con lo que sentían el uno por el oro.

Y te he contado todo esto, para que comprendas lo que significa el acuerdo para padre. Y que si ve amenazado el acuerdo...bueno, podría tomar cartas en el asunto de alguna forma, no sé cual.—

Respiró de nuevo profundamente, casi suspiró.

En cuanto a mí, sí. Dejo atrás heredar Sotodeoro y a todas las casas vasallas que la sirven. Dejo Riverside y la fortuna de los Dragnos a mi servicio. Dejo llegar a estar a la altura del Señor de Altojardín. — Aseguró consciente. —Pero dime si algo de eso va a mirarme, acariciarme, sonreírme o amarme como tú lo haces. Si algo de eso va a lograr hacerme sentir como me siento ahora contigo. Porque si es así, olvídate de mí. — Bromeó besando su mejilla y riendo. —Sí, mi amor. Estoy completamente seguro de lo que quiero. Y te quiero a ti. Pase lo que pase, te quiero a ti.—

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29/08/2019, 10:00
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C

Cuando Arlo la atrajo hacia él, Carellyn rodeó su cuello con sus brazos y acarició su rostro con ternura.

-Yo también te he hecho daño -dijo, con tono tenue-. No le des más vueltas y yo tampoco lo haré -propuso, besando su barbilla.

Se quedó callada para escuchar con atención como iba desarrollando el plan perfecto de Lord Mathis. Rió por lo bajo cuando le cogió la nariz, exactamente igual que cuando eran niños, pero enseguida se puso seria de nuevo para seguir escuchando. No podía evitar pensar que debería haber sido su padre quien le contase todo eso en primer lugar y a media que su hermano terminaba su explicación a ella se le iba encogiendo el estómago porque en verdad veía la gran estrategia de su padre que se iban a cargar de un plumazo.

Le escuchó después enumerar todo aquello a lo que iba a renunciar por ella y se sintió algo abrumada, entre la felicidad que la envolvía. Ella nunca había sido más que una pequeña flor a la deriva, había pasado años pensando que no le preocupaba demasiado a nadie, y de repente parecía ser la llave que debía asegurar el futuro de mucha gente. Se había sentido culpable antes, pero en ese punto necesitó abrir los labios y tomar aire despacio.

-En la carta le afirmaba a Padre mi compromiso con la Casa y con él -explicó-. Le pedía que escuchase a lord Aldern, pero también le decía que estaba lista para servir a los Rowan. Espero que al menos hable conmigo antes de acudir a Lord Everam. 

Fue entonces cuando su mirada se volvió seria de verdad, casi sombría en contraste con la sonrisa que había permanecido imborrable en sus labios desde hacia mucho rato.

-Sabes que hay una opción que ni siquiera hemos contemplado, ¿verdad? -murmuró, como si incluso le costase decirlo en voz alta-. Sabes que podrías tenerlo todo, ¿no? Tu honor intacto, el respeto a Padre. Tu legado, los títulos... Y, al final, también a mí. 

Bajó la mirada, incapaz de mirarlo mientras seguía hablando.

-Imagina que los dos obedeciesemos a Padre y ese acuerdo demencial... En cuanto tuvieras un heredero ya no necesitarías a Aquilegia para nada, ¿No es cierto? -Su voz y su mirada se afilaron al decir su nombre-. Podría tener un accidente, incluso en el parto. Yo no sé aún con quien quiere casarme Lord Everam, ni creo que él mismo lo sepa aún. Pero si me convirtiese en una joven viuda sin hijos a nadie le parecería extraño que acudiese al lado de mi hermano a ayudarle a cuidar de mi sobrino huérfano. Y cuando llegases a ser el Lord que estás destinado a ser, nadie se atrevería a oponerse a que te desposaras con quien te saliese en gana. Incluso conmigo.

Se quedó callada tras exponerlo en voz alta, asumiendo ella misma la magnitud de lo que acababa de decir. Sus mejillas palidecieron un tanto y reunió valor para mirarlo de nuevo a los ojos. 

-Sé que estoy diciendo algo horrible. Pero si vamos a valorar todas las opciones... Creo que tienes que ser consciente de que esa existe antes de renunciar a todo.

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29/08/2019, 10:47
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C

Arlo tampoco dio mayor importancia a lo sucedido antes en cuanto recibió el beso de Carellyn en la barbilla con la mejor propuesta para ambos. Pero a medida que ella comenzó a desmenuzar la posibilidad que planteaba para tenerlo todo, su rostro se descompuso como si sintiese un sabor amargo en la boca o un retortijón en el estómago.

Cuando Carellyn hubo terminado, Arlo tuvo que retirarse un poco y apartar la vista de ella un instante.

Pero qué estás diciendo, Lyn. ¿Te estás escuchando?— Preguntó con el gesto de desolación que mantendría durante toda su respuesta. —¿Estás diciendo que me case con Lady Aquilegia, que yazca con ella las veces necesarias hasta que engendre un hijo varón y luego mate a la madre de mis hijos o hijo?. Y mientras tú te casas con un un lord al que no conocemos, que puede que su único pecado haya sido querer tener un matrimonio provechoso, aceptar que te posea cada noche y luego también ¿deshacernos de él?— Carellyn pudo notar como su gesto se horrorizaba cada vez más a medida que él mismo iba escuchando sus palabras.—¿Es eso?.— Negó. —¿Estás diciendo que el día de tu boda otros hombres y yo te desnudemos y llevemos al lecho de tu esposo y presenciemos como te posee.?¿ Estás diciendo que tú y otras mujeres me desnudéis y me llevéis al lecho el día de mi boda para ver como poseo a Lady Aquilegia. ?— Aquel pensamiento terminó por revolverle el estómago.

Lyn, ni aunque fuese el Trono de Hierro lo que estuviese en juego quiero convertirme en alguien así. No quiero ser ese hombre ni para ti, ni para mis hijos...ni para mí.— Aseguró.

Hace un rato me llamaste asesino por decir que destriparía a tu amigo y ahora me propones como una opción más, algo mucho peor con total tranquilidad.— Negó desolado. —¿Para lo de tu amigo sería un asesino pero para matar a la madre de mis hijos no?— Aquí si sintió su reproche, pero no de una forma agresiva, sino compungida, muy dolida.

Tomó entonces su rostro con ambas manos con premura, como el naufrago que se aferra a un madero del barco naufragado.

No soy ese hombre ni lo seré nunca Lyn. Y su tú si eres esa clase de mujer entonces...— Negó totalmente desconcertado y abatido, como en una despedida muy dolorosa. La besó por necesidad y retiró los labios dejándolos muy cerca de los suyos. Lo suficiente para que sus frentes descansaran la una sobre la otra. —...miénteme...todos los días de tu vida. Miénteme y quédate a mi lado.—

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29/08/2019, 13:51
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

La reacción de Arlo era la que cabría esperar, aunque Carellyn envuelta en la ingenuidad del primer amor ni siquiera había pensado dos veces antes de decir lo que se le pasaba por la cabeza. La muchacha bajó la mirada en cuanto vio cómo cambiaba el gesto de su hermano y lo escuchó desgranar con horror las partes más cruentas de aquella otra posibilidad. Hizo un esfuerzo consciente para no imaginar lo que él describía, pero no fue hasta que llegó su reproche que se apartó un poco de él, hasta quedar sentada sobre sus piernas dobladas. 

Ya te he pedido disculpas por eso. Te dije que no lo pensaba en realidad. Y me dijiste que no eran necesario, que ya había quedado atrás. 

No dijo más al respecto, sólo lo miró, con los labios apretados. Por un momento, contemplando su abatimiento, estuvo segura de que él estaba a punto de cambiar de opinión, de que le iba a pedir que se marchase y no volviese, de que al fin el último rato que habían compartido sólo había sido un preludio del final. Así que cuando se acercó para unir sus labios su beso tenía sabor a despedida. Su susurro estremeció su piel derrumbando los pensamientos que se estaban formando en su mente y alzó ambas manos para ponerlas en sus mejillas y mirarlo a los ojos.

—No sé qué clase de mujer soy —dijo, pronunciando cada palabra dolorosamente—. Todo mi mundo se ha puesto del revés en cuestión de días. Hace tres semanas todo era perfectamente normal, cada día igual que el anterior. Rutinario e inalterable. Y creía saber quien era. Un ratoncito domesticado, esperando a que otros le dijesen qué hacer y cómo hacerlo. Sumisa, callada, asustada. —Esbozó una sonrisa triste. Ni me habrías reconocido. Y esperaba seguir así para siempre, a decir verdad. Y ahora... ahora estás aquí y estoy planeando convertirme en una fugitiva contigo. Y siento tantas cosas y tan grandes, Arlo...dijo, soltándolo para llevarse una mano al pechoque a veces creo que me va a explotar el corazón. A veces me sorprendo a mí misma al escuchar lo que estoy diciendo. Y, por los Siete —alzó las manos—, crecen flores a mi alrededor. 

Negó con la cabeza, compungida. 

No sé qué clase de mujer soy o voy a ser repitió. Pero no voy a mentirte. Nunca, Arlo, ¿me oyes? No quiero tu amor si es una mentira a quien amas. Estoy aquí, completamente expuesta ante ti declaró, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpoy no quiero ocultarte ningún rincón de mi ser. Si no puedes amarme, se me partirá el corazón. Pero no voy a vivir una mentira contigo.

Hizo una pausa y tragó saliva, pero no apartó la mirada de él. 

—Siento haberte perturbado al decir esas cosas. No pretendía horrorizarte, pero creí que tenías que ser consciente de todas las posibilidades antes de tomar una decisión que va a cambiar tu vida por completo. Ese sería el único modo en que tú no perderías nada y tenías que saberlo ahora, para poder decidir con todo el conocimiento. —Negó con la cabeza—. Esa opción que he expuesto no es lo que yo quiero. Yo quiero que seas sólo mío, para siempre, y de ninguna otra mujer. Quiero que sean mis hijos los que engendres. Quiero ser yo quien esté a tu lado cuando despiertes cada mañana. Y quiero estar contigo cada minuto desde ahora y no separarme nunca más de ti, sea en el Dominio o en Braavos. Y, Arlo... —Se detuvo un instante, apenas una respiración—... no sé qué clase de mujer soy, pero sí sé que haría cualquier cosa por ti. 

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29/08/2019, 14:46
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo sintió la tensión el los labios de Carellyn y  recibió su reproche con ternura. Más de lo que quizás pudiese imaginar la joven si eso esperaba.

Y ha quedado atrás, te lo prometo. Pero es que has dicho como opción eso...que me case con Lady Aquilegia, que tenga un heredero y luego...luego la matemos. — Trató de explicar con cariño. — Y eso no es una opción, como tampoco lo sería que yo matase a tu amigo. Tenías razón. Pero espero que entiendas que esto tampoco lo es.—

No pudo evitar sonreír un poco cuando Carellyn hizo mención a su "asunto" con las flores, recordando aquellos momentos. Uno hacía bien poco.

Pero cuando le habló sobre la mentira, asintió. —Tienes razón.— Reconoció. —Sin mentiras. Tú y yo nunca las hemos necesitado entre nosotros, ¿no?— Aquello incluso pareció hacerle sentir mejor. Reconocerlo y saber que fuese lo que fuese, para bien o para mal, siempre serían sinceros el uno con el otro. 

Las últimas palabras de Carellyn las fue escuchando mientras acariciaba su pelo. La giró entonces y se colocó encima suya sin perder sus ojos.

Lyn...¿es que aún no lo entiendes?.— Hizo una pausa negando con su media sonrisa de satisfacción.

Yo no pierdo nada...lo gano todo. Porque tú eres todo.— Asintió para que le quedase claro. —Todo...— Repitió antes de besarla. —Y eso es lo que va a ocurrir. Soy sólo para ti, y despertaré cada mañana a tu lado. Y te daré hijos tan preciosos como su madre. Y nunca me voy a separar de ti.— Dijo respirando cerca de sus labios.

 

 

 

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29/08/2019, 16:02
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Se dejó tumbar de nuevo y suspiró. Se sentía arropada debajo de él, como si el amor que compartían fuese todo el cobijo que necesitaba. Notaba su aliento tan cerca, que no pudo resistirse y estiró el cuello para besar sus labios. 

—Pues eso es todo lo que quiero —murmuró cuando lo relajó de nuevo, acariciando sus cabellos. 

La tentación de tener su cuerpo tan cerca, su aroma rodeándola, sus labios a su alcance... amenazaba con nublar su razón y hacer que olvidase que aún quería decirle más cosas. Sus dedos se deslizaron por su pecho, su boca se perdió en su cuello... y al final tuvo que tomar aire despacio para centrar su mente lo suficiente para seguir hablando. 

Hay algo más —dijo, besando sus labios con cada palabra—. Antes de irnos, quiero que me lleves a Sotodeoro. —Una vez lo hubo dicho se esforzó por no pensar en el tacto de la piel de su espalda o en su sabor—. No al castillo —aclaró—, sé que sería una locura que me presentase allí sin estar Padre. Pero necesito abrazar una vez más a Daniel antes de que nos vayamos sin saber cuándo podremos volver a verlo. Tal vez podría quedarme en una posada y tú sacarlo del castillo para llevarlo allí... —Estiró el cuello de nuevo para morder su hombro con suavidad—. ¿Crees que podríamos ir desde Antigua? —preguntó, dejando otro pequeño mordisco en su piel. 

Esperaba su respuesta, pero mientras no se quedaba quieta. Sus dientes iban dejando un camino de leves mordiscos que terminó en el lóbulo de su oreja. Y sus manos acariciaban su espalda despacio, recreándose en cada milímetro de piel que recorrían. 

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29/08/2019, 16:38
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo asintió sin ninguna traba a lo que pedía. —Sí, además desde An...— Sus palabras se detuvieron para tragar saliva al recibir sus caricias y besos. El leve mordisco en el hombro lo estremeció incluso.

...tigua...es...la...— Parecía incapaz de terminar la frase sin responder apretando su cuerpo contra el de ella, rozando los labios con los suyos, respirando con más intensidad. —...mejor...opción...— Instintivamente separó ligeramente las piernas de Carellyn con las suyas y posicionó su cadera, pudiendo ya notar el roce del amor entre ambos. —Sí...posada...— Su pelvis comenzó a moverse  rítmicamente  acentuando una fricción húmeda. Encogió su cuerpo para alcanzar los pechos de ella y los besó, jugueteando con la lengua sin dejar el movimiento que parecía no poder evitar, más como una reacción que como una acción.

—Pero...qué...me das...— Se preguntó ya cuando su pasión estaba en un punto tan álgido que debía incluso dolerle.

Antigua...Sotode...ufff...soto...oro...posada...—

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29/08/2019, 18:47
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Con las atenciones que le dedicaba a sus pechos la muchacha hundió los dedos entre los cabellos del joven y se mordió el labio para ahogar un gemido. Su cadera se movió, alzándose para ir a su encuentro, buscando su pasión con renovada necesidad. No detuvo ese movimiento hasta que no lo sintió penetrando en su interior y aún entonces lo alargó hasta que le pareció que la había llenado por entero. Se aferró a sus hombros, guiándolo con el movimiento de su pelvis y silenció cualquier palabra más con sus labios. 

Y así fue como esa pequeña parte del cerebro de Carellyn que aún se esforzaba por continuar con los puntos de una lista terminó por apagarse también y los asuntos pendientes se evaporaron entre suspiros. 

Para cuando todo terminó, Carellyn ya ni se acordaba de qué era lo último que habían hablado y estaba tan exhausta que le costaba mantener los ojos abiertos. Con un suspiro frotó la mejilla con el hombro de Arlo y besó dulcemente su piel.

Nunca habría creído posible tanto vigor —le dijo, tras una risita, sin asumir ninguna responsabilidad por ello—. Vas a tener que decirme qué comes para tener tal aguante. —Volvió a besar su hombro, despacio, tomándose su tiempo antes de subir una mirada somnolienta en su busca—. ¿Debería...mmm... ir... a mmi cuarto...? —murmuró, alargando las palabras y deseando internamente que le dijese que no para cerrar los ojos y dormirse sin más, entre sus brazos. 

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29/08/2019, 20:16
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo se dejó caer a su lado tomando aire después del esfuerzo. —Que qué como...qué comes tú Lyn que me tiemblan hasta las piernas.— Sonrió asombrado con ella. Miró entonces en dirección al ventanal tras hacer Carellyn la pregunta de si debía marcharse. 

Parece que ya casi ni llueve.— Comentó antes de volverla a mirar. — Yo creo que sí...¿no?—

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29/08/2019, 20:28
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn se rió bajito con la respuesta de Arlo, ya con los ojos cerrados. Pero con sus siguientes palabras hizo un esfuerzo por abrirlos y resopló entre dientes. 

Sí... Supongo que sí... 

Con dificultad se separó despacio de él y se puso en pie junto a la cama. Fue entonces cuando sus ojos recorrieron cayeron sobre las manchas de sangre y se dio cuenta de que tenían un problema. 

—Arlo... ¿Has visto las sábanas? —atrajo su atención hacia ellas, con una pequeña mueca—. Es por el té de la luna que me tomé ayer, pero vamos a tener que hacer algo con ellas, ¿no?

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29/08/2019, 21:10
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo hizo lo mismo y también se incorporó. Parecía estar dispuesto a acompañarla al menos hasta la torre del Lord, por lo que puso intuir. Y entonces es cuando atendió a lo que Carellyn señalaba.

Vaaaya.— Frunció el ceño. —Sí, sí claro. Eeehhh. Espera, ahora lo vemos.— Continuó vistiéndose mientras no perdía de vista la cama. Casi al terminar de calzarse, alzo la vista.—Ya lo tengo.— Dijo arrugando la nariz. Se dirigió entonces a la mesa y volvió a por el regalo que su hermana le había hecho. Luego con la empuñadura comenzó a dar golpecitos secos a la jarra de agua que tenía en la habitación. Uno, dos y hasta tres golpes secos hasta que se quebró. La desenvainó después e hizo un gesto a su hermana para que se girase.

No mires.— Pidió inconsciente de que Carellyn ya estaba algo habituada a ver sangre y heridas en la enfermería, junto al maestre.  Se propinó entonces un rápido pinchazo en la mano. Un aguijonazo que rápidamente comenzó a sangrar y le hizo apretar los dientes soltando la daga de forma refleja para sostener la herida. 

Comenzó a volcar la sangre sobre las sábanas y a extenderla con la mano . También dejó caer unas gotas sobre los restos de la jarra y manchó los trapos limpios. Se envolvió la sábana a la mano y continuó manchándola y mezclándola con la lunar de Carellyn recogiendo la daga de inmediato.

Ya está, yo creo que con esto... Valdrá ¿no?

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29/08/2019, 21:46
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn empezó a vestirse, dándole vueltas a cómo podían librarse de las sábanas. Tal vez podían pedir una jarra de vino, o prenderles fuego... Quizás...

Estaba terminando de abrocharse el vestido cuando Arlo anunció que ya tenía la solución y lo miró con curiosidad mientras se iba hacia la jarra. 

—¿Qué...? —Pero no llegó a terminar la pregunta antes de que el cristal se quebrase. 

Miró a su hermano con los ojos bien abiertos mientras él desenvainaba la daga y levantó una mano para tratar de detenerlo... tarde, de nuevo, porque él ya se había cortado la mano. 

Lo contempló boquiabierta mientras esparcía sangre por toda la habitación. Y cuando fue a su lado, le cogió la mano para desprenderle la sábana y ver la herida. 

—Oh, Arlo, ¿has perdido la cabeza? Déjame ver. ¿Cómo se te ocurre cortarte? ¡Y justo antes de salir de viaje! Vas a tener que tener cuidado de que no se te infecte. No parece grave, pero puedo buscar mañana algún ungüento en la enfermería. ¿O quieres que vaya ahora? —Apartó la mirada de su mano para mirarlo a los ojos, con una preocupación que quizás a él le parecería desmedida.

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29/08/2019, 22:19
Ser Arlo Rowan

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Tranquila.— Rió divertido por la preocupación que mostró. —Sólo es un pinchazo, pero la sangre asusta mucho.— Arrugó después la nariz y siseó entre dientes. —Aunque el condenado duele. 

Miró a la sábana y después a Carellyn con duda consultiva. —Bueno, pero así valdrá, ¿no?. Que eso es lo importante.— Tras mirarla y ladear la cabeza extrañado, bufó desconcertado. —Esto no es normal, te lo digo yo. No lo es.— Desvió la mirada hacia la cama de nuevo. —Que yo volvía...no sé que me das, pero yo ahora mismo volvía.— Se encogió de hombros como si no lo entendiese. —Te vas a librar porque no tenemos sábanas y ha dejado de llover.— Dio un toquecito con su índice en la punta de la nariz de ella.— Pero volvía...— Sus ojos bajaron hasta su entrepierna.— Pero qué te pasa a ti hoy...— Se preguntó a sí mismo. A una parte de sí mismo concretamente mientras tomaba a  Carellyn de la mano y se dirigía a la puerta.

Con el mismo desparpajo y el escudo del cara dura, volvió a llamarla atención de un guardia, esta vez distinto. Le explicó que se había roto una jarra y que al intentar recoger los trozos para no cortarse, precisamente eso había sucedido. Dijo que había puesto perdido todos los paños, incluso la sábana para tratar de cortar la hemorragia. El soldado le ofreció llamar al maestre, pero se negó argumentando que era un corte pequeño. Algo profundo pero pequeño. El guardia se ofreció traerle mejor unas vendas del cuerpo de guardia a lo accedió. Le comentó también que no se preocupase de las sábanas, y enseguida llamó a una criada para que se las llevase y después recogiese la jara y le trajese otra junto a sábanas nuevas.

Arlo agradeció al soldado su atención y salió junto a Carellyn camino a la torre donde descansaba Carellyn.

 

Notas de juego

¿Alguna cosa más que quieras comentar con él?

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30/08/2019, 00:18
Carellyn Flores

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Lo miró con el ceño fruncido cuando se rió, pero al final terminó por suavizar su expresión y negar con la cabeza, como declarando que el joven no tenía remedio. 

Valdrá —respondió, tras echar un vistazo al despliegue que había montado en un momento. Al escuchar su bufido lo miró con curiosidad, pero cuando explicó lo que le pasaba, se tuvo que reír—. Pero si yo no he hecho nada —protestó, entre risas—, si ya no puedo con mi alma, que apenas me tengo en pie. Tú sabrás qué te pasa, que lo tuyo no es normal. 

Se puso la capa por encima del vestido y se aseguró de recoger el broche y la bolsita antes de salir.

Asistió a su conversación con el guardia fingiendo preocupación, pero por dentro sonreía. Le encantaba ver el desparpajo con el que se manejaba. Y una vez hubo resuelto el problema se encaminó con él hacia la torre del Lord. 

Se aseguró de que no había nadie cerca antes de hablar de nuevo, admirando su perfil. 

—Arlo, necesito saber hacia dónde iremos. ¿Tienes algún destino en mente?

Y es que ella ya tenía bastante con haber memorizado la geografía de Poniente, lo que había más allá del mar Angosto le había resultado siempre demasiado ajeno como para prestar atención más allá de los relatos de aventuras.

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30/08/2019, 12:09
Ser Arlo Rowan

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Podemos ir donde tú quieras.— Dijo con un brillo de ilusión en los ojos. —Yo había pensado en Braavos. He leído que es una ciudad enorme por la que incluso puedes moverte en barcaza. También que comerciantes de todo el mundo coinciden allí con maravillas de todos los rincones conocidos y más allá. Que la vida con oro suficiente es más sencilla. — Explicó pero se detuvo y negó. —Pero yo iré contigo donde tú quieras. Sólo di un lugar.—

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30/08/2019, 12:55
Carellyn Flores

Torre de invitados. Tercer día del Guerrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Braavos será perfecto —aseguró, dejándose llevar por la ilusión de sus palabras—. Me da igual un lugar que otro, mientras sea contigo. 

Al llegar a la torre del Lord y tener que despedirse sintió ganas de besarlo. Pero apretó su mano con los dedos y se contuvo. No sabían qué ojos podían estar observándolos. 

—He pensado que podríamos hablar con la tía Rhonda temprano, si te parece podría llevar algo para desayunar a sus aposentos y nos vemos allí. 

Algo le rondaba, se notaba en la forma en que apretaba la sonrisa en las mejillas, como si estuviese guardando un secreto o planeando algo. Sin embargo, no pensaba soltar prenda de ello, al menos hasta que llegase ese momento.