Partida Rol por web

El sonido de la flauta te sumerge en un sueño profundo, del cual no podrías despertar aunque quisieras. Abres los ojos y te encuentras viajando entre nubes, como si estuvieras volando. Tratas de tocarlas pero su tacto gris no logras percibir, solo un olor a agua fría y menta fresca. Por un momento, te dejas embargar por ese aroma y sientes una paz que no habías sentido antes. Si de esto se trataba la muerte, era una satisfacción infinita.

El olor a menta viajaba por tu cuerpo, mientras se adormecía cada vez más, pero no batallas contra eso, solo te dejas guiar pacíficamente hacia donde ese camino nuboso quería llevarte y cuando menos lo notas, sientes calor, un calor familiar, cercano, suave pero intenso. Abres los ojos con algo de temor y te encuentras justo frente a un espejo, hermoso, antiguo y cuyo borde dorado se ve decorado por unas hermosas flores. Es entonces cuando notas algo extraño en tu propio ser. La expresión de tu rostro era más rígida, los movimientos eran limitados y tu piel ahora era fría como aquellas nubes que te habían llevado hasta ese lugar. Llevas el mismo vestuario con el que llegaste pero ahora te sientes diferente. Ahora, tu conciencia estaba dividida y aunque aún te encontrabas con todos, te encontrabas también en un jardín de hermosa apariencia. Volteas un momento para ver a tu alrededor y encuentras un sendero de piedra que parece guiar hacia un pacífico jardín donde el sol está radiante, las flores presumen sus colores y aromas, y solo el gorjeo de los pájaros interrumpe el plácido silencio.

Sin poder evitar la sonrisa, te volteas al espejo una vez más y ves a otra muñeca tras de ti, de apariencia masculina, cabello dorado y un elegante traje negro. Sonríe antes de posar su mano sobre tu hombro con delicadeza y al sentir su suave tacto, te volteas a mirarlo pero no hay nadie contigo. Con sorpresa, sigues el sendero hasta encontrarte con un lugar dispuesto perfectamente para una fiesta de té. Todos los bocadillos y las teteras se encuentran allí y aunque la mesa es de buen tamaño y hay una gran cantidad de sillas, no parece que todos los invitados se encuentren allí.

Miras a tu lado y te das cuenta que hay alguien más que acaba de llegar, alguien tan desorientado como tú y tan asustado de su nueva apariencia como tú lo estás. 

Tan rápido como había aparecido, la figura de Salvatore se desvanece, dejando solo a Samantha en ese extraño lugar.

Con el regreso de Salvatore a los vivos, su muñeca se materializó nuevamente en este lugar, acompañando a Samantha en esa extraña fiesta de té.

Mira su reflejo, consternado por la visión de él como un muñeco. No le gustaba para nada la idea de verse así, más similar a un objeto que a lo que en realidad era, como si estuviesen atrapados en la maldición de la película de la Bella y la Bestia. Pronto se vio en un jardín, y , precavido, miró alrededor. Ignora el extraño incidente con la muñeca anterior, aunque dentro suyo sigue analizando las posibilidades. Siguió el sendero de piedras que llegaba a la fiesta de té. De la Bella y la Bestia, había pasado a ser Alicia en el País de las Maravillas…

Pero desaparece sin alcanzar a decir nada, casi tan rápido como aparecería al rato.

Mira a Samantha, un poco consternado, pero manteniendo las maneras. Señorita – saludó con una reverencia - ¿Tiene alguna idea de dónde nos encontramos? – preguntó a quien estaba segura seria parte de un sueño. 

Sam parecía igual de confusa y extrañada que Salvatore, y cuando lo escuchó preguntar, quiso encogerse de hombros, pero estos eran los de una muñeca, y no le fue posible. Le faltaban articulacioes- La verdad es que no lo sé. Mi primera teoría respecto a esto, es que alguien nos metió un poco de LSD en el desayuno, pero dados los acontecimientos... Y viendo que me he pellizcado y he parpadeado cientos de veces y sigo aquí, contigo, estoy empezando a plantearme que nos encontramos metidos hasta el cuello en alguna mierda extraña y esotérica. 

Suspiró, mirándose de arriba a abajo- Bueno, al menos está logrado. Se parece un poco a mí. ¿No crees?- dijo, en tono casual- ¿Tienes idea de lo que te ocurrió esta mañana? Estabas... Estabas un poco... Muerto. Pero luego no. Ha sido muy raro. ¿Pudiste oir algo, o a alguien?

Siempre está la posibilidad de que si sea un LSD muy potente… - contesta con una ligera sonrisa, considerándolo absurdo. Si lo creyera cierto decir que estaría disgustado sería amable – y si, se parece bastante a ti. Seguro Sophia estaría feliz de tener una muñeca como tú – su sonrisa se amplió, tanteando terreno con respecto a la relación de las chicas. La noche anterior había quedado con la impresión de que o podían ser muy amigas, o poco amigas y mucho de otra cosa – Con respecto a mí… No tengo mucha idea. Sentí las puñaladas y una risa, nada más. Entonces muerte y luego, vida. No es tanto más lo que sé.

Sam no pudo evitar reirse al escuchar el comentario sobre Sophia- Seguro que sí. Que estaría contenta- respondió, con cierta malicia. Su actitud se volvió más seria entonces, al escucharle hablar de lo que le había ocurrido por la noche- Risas, ¿eh? Malditos hijos de puta. - masculló, casi sin pensar, percatándose en el momento de lo malhablada que había mostrado ser delante de su acompañante, que parecía tremendamente educado- Perdón. -dijo, aclarándose la garganta- Oye, le has dado un buen susto a tu hermana. Bueno, tú no, esos... En fin, ya me entiendes. -se cruzó de brazos, quedando en una postura que le resultaba extraña, dadas las articulaciones que tenía su cuerpo actual.

- Lo del LSD lo llevo pensando desde anoche. Cuando estábamos abajo tuve un viaje tremendo. Vi cosas flipantes y me puse bastante nerviosa. ¿Tú no?

Aunque las groserías en boca de dama le parecían altamente molestas, ya había logrado ignorarlas en casos meritorios como este debido a la mala influencia de su hermana, quien gozaba de una excelente habilidad para insultar como marinero de alta mar mientras se veía como modelo de pasarela. - No te preocupes, mi opinión no dista demasiado de lo que tú piensas de aquellos individuos - admitió, queriendo insultarlos.

El ver a la mujer tratar de moverse normalmente le pareció extraño, por lo que optó por solo permanecer en su postura default. No quería imitar aquellos torpes gestos. 

Vi un par de cosas perturbadoras, sí. Aunque no me sentiría cómodo discutiéndolas... - previno, antes que le preguntara al respecto - Mi hermana, ¿Hizo algo indebido mientras no estuve? - añadió preocupado.

- No especialmente...-convino- Bueno... Le metió un par de ostias al cámara de la excursión. Pero es que el tipo se puso a lloriquear por su cámara cuando estabas muerto. Fue normal que se cabrease.-confesó.

Entonces al otro lado comenzaron a ocurrir unos eventos inexplicables y macabros- ¿En serio? Esto... Esto me está empezando a acojonar bastante. O están grabándonos drogados con una cámara oculta o la verdad a mí me va a empezar a dar algo- dijo, asustada.

Salvatore soltó una risa indiscreta al oír del arrebato de su impulsiva pero siempre tan acertada hermana. - ¿Solo un par de golpes? El camarógrafo tiene que haberle caído muy bien para que quedara solo en eso... - añadió con una sonrisa, imaginándosela aún para por último, suspirar. Un suspiro tranquilo, como un padre que se ríe de las travesuras de su hija. 

Por supuesto, aquella sonrisa se difumino lentamente al encontrarse con la incómoda escena en el mundo real. Pero siendo ya algo medianamente conocido, no dejo que le afectara. - No es una cámara escondida, señorita Lowell. Hasta ahí le puedo asegurar. - dijo señalando con su mirada su propio vientre. - He visto el averno, y he sentido la muerte. Y le puedo decir, con absoluta certeza, que el dolor de aquellas puñaladas no fueron cosa de efectos especiales.

- Ya no sé qué creerme- confesó, asustada- Tengo mucho miedo, pero no quiero parecer débil delante de Soph-era un extraño, pero en aquella circunstancia era quizá la única persona con la que podía hablar- No quiero que ella también esté tan asustada como yo. Debo proporcionarle la seguridad que necesita.-concluyó, con un suspiro- Supongo que me entiendes. Tienes una hermana. Aunque os parecéis poquito, ¿no? -preguntó, con curiosidad, quizá pecando de exceso de confianza, pero queriendo quitar peso al tema de las muertes.

Una sonrisa melancólica se formó en su rostro, y miró a la mujer con compasión. Entendía a la perfección su dilema, y quizás ahora más que nunca antes. Normalmente hubiese rechazado ese acercamiento emocional de parte de alguien, pero dadas las circunstancias, prefirió poner a prueba la observación del autor de "El retrato de Dorian Gray". "Man is least himself when he talks in his own person. Give him a mask, and he will tell you the truth."

No tenemos lazo sanguíneo. - contestó, sabiendo a qué apelaba aquel comentario. Luego de la efusividad de Andrea pocos creerían que eran simples y normales familiares - Y probablemente seamos tan hermanos como tú y Soph. - terminó de aclarar. Jamás había creído que fuera algo de que avergonzarse, aunque no fuera gritándolo por los cielos. Solo era. - Legalmente, somos hermanastros. Pero ya eramos casi adultos al conocernos. 

Se acercó a la mesa, y con dificultad por el movimiento restringido, sirvió un par de tazas de té.

Quizás esto nos ayude a encontrar la calma que necesitamos proyectarles. - dijo mientras le ofrecía una de las tazas.

- Vaya...-dijo, ligeramente sorprendida, pero sin mostrarse escandalizada- Bueno, no seré yo quien juzgue algo así. Realmente, lo que importa es que os apoyéis el uno al otro. Que os queráis, y todas esas cosas- convino- Supongo que entonces me entiendes a la perfección.

Aceptó la taza de té, tomándola con cierta dificultad entre las manos- Me siento como si fuera una niña...-confesó, soltando una risita- ¿Crees que estaremos aquí mucho tiempo? No es que me caigas mal ni nada. Realmente el único problema que tengo contigo es que, como comprenderás... No eres mi tipo. Pero me preocupa esto de ser una muñeca. -se llevó la taza a los labios, preguntándose si sería capaz de degustar el té.

Nos queremos mucho, por supuesto. - suspiró - Solo hay veces que no nos soportamos - añadió, explicando su distanciamiento en el lugar dónde se reunían con el resto. Podía quererla el mundo entero, pero si se acercaba a ella ahora alguno de los dos saldría gravemente herido, y probablemente no sería ella.  La chica tenía su carácter. 

No tengo idea. La verdad, odio esta forma... Si te sirve de algo, comparto tu preocupación. Ni siquiera sé si estoy entero. - contestó un poco incómodo de hablar aunque fuera indirectamente de su entrepierna con una dama. Tomó un sorbo del té y  tras unos minutos suspiró, viendo como como Andrea se alejaba seguida de Jessie - No sé que voy a hacer con Andrea...

Una nueva muñeca llegaría a ese lugar, se trataba de una muñeca que es recordaba a Mike, el cual llegaba tan confundido como Samantha y Salvatore antes que él.

¿Ho... Ho... Hola??

- Hola...- saludó, algo cohibida, al recién llegado- No, no estás soñando- le advirtió, antes de que preguntase- Somos muñecos, muñecos de verdad- suspiró, antes de mirar a la figura que representaba a Salvatore y acercarse, sin saber muy bien qué decir.

- Lo siento... Yo... Sé que cualquier cosa que diga o haga no va a hacerte sentir mejor. Pero si quieres hablar o lo que sea, estoy aquí- le dijo, sintiendo un nudo en la garganta.

Bienvenido al infierno alternativo - respondió, amargado, a la llegada de Mike. De haber podido, sus ojos habrían dejado salir ríos de lágrimas, y su cuerpo hubiese cedido debilitado. Pero aquello no estaba permitido para un muñeco. La falta de articulaciones no te permitía derrumbarte, y la de lacrimales te impedía llorar. 

Dejó la taza de té sobre la mesa. Hubiese querido lanzarla contra una muralla, pero esa era una perdida de la cual su dignidad no se podría recuperar. Así que solo esbozó una melancólica sonrisa cuando Samantha se pronunció acercándose, y asintió con la cabeza - Lo aprecio mucho, gracias. Pero no creo que haya discurso que pueda pronunciar o acto que realizar que me haga olvidar su muerte. - añade, explicando el que no buscara su apoyo. 

¿Infierno alternativo?¿Porque? No entiendo nada...

- No sé si ha sido Jessie quien le ha hecho daño a tu hermana-comentó- Pero sólo por si acaso, creo que voy a tenerlo en mente si vuelve a suceder algo extraño esta tarde.-confesó- ¿Vosotros sabéis algo más del asunto? Hay tantas versiones de lo ocurrido en el aire que todo me empieza a escamar bastante.