Partida Rol por web

[HLdCN] 2x Diez Negritos

Día 1: La Cena

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18/02/2015, 14:21
Margaret Beddingfeld

Margaret fue una de las últimas en presentarse a la cena. El viaje la había agotado más de lo que creía por lo que no pudo evitar dar una cabezadita antes de prepararse para la comida. Tras cambiar las ropas de viaje por otras más apropiadas para la ocasión, abandonó su habitación de la planta baja para reunirse con el resto de los invitados.

Al llegar al comedor, tuvo la sensación de que algo allí no estaba bien. Prestando un poco más de atención a su alrededor, notó las estatuillas africanas, una nota verdaderamente discordante dentro de la exquisita decoración del lugar. Sumado a aquello, escuchar aquí y allá que casi nadie parecía recordar el rostro o las circunstancias donde habían conocido a los ausentes anfitriones, despertó en ella una creciente inquietud que alcanzó el punto cúlmine cuando el mayordomo avisó que tendrían que esperar un día más para encontrarse con ellos.

Con discreción se fue presentando entre los comensales, sin dar demasiados detalles sobre sí misma. Aquellas personas no dejaban de ser completos desconocidos, con lo cual, compartir su vida con ellos le parecía una completa indiscreción.

-Margaret Beddingfeld, encantada.

Intercambió algunas palabras con la señora Stolness antes de sentarse a la mesa y luego se dedicó a comer casi sin pronunciar palabra, sumida en sus pensamientos acerca de aquella misteriosa invitación. Con desagrado, Margaret comenzaba a creer que había sido víctima de alguna broma de mal gusto.

Comió frugalmente, aunque debió contenerse para ello. De origen humilde, la mujer había pasado hambre más de una vez por lo que le parecía un despropósito dejar comida en el plato. Pero desde que se había desposado con Peter, se esforzaba por encajar en la alta sociedad para no avergonzarlo. Así que seguía la etiqueta a rajatabla.

Cuando se propuso pasar al salón, su rostro mostró contrariedad. Acostumbrada a que los señores se retiraran a la biblioteca o algún cuarto similar a fumar y hablar de sus cosas y que las damas permanecieran en un cuarto más femenino, se sintió incómoda ante la idea de la confraternización abierta entre hombres y mujeres.

Donde fueres, haz lo que vieres

Se infundió de valor y se unió al grupo principal. Tal vez podría terminar la conversación pendiente con Ágata, o quizás la periodista accediera a contarle alguna de sus crónicas. Incluso la pareja de hermanos parecían buenos conversadores. Lo importante era encajar y cuanto antes lo hiciera, más probablemente pudiera descartar sus temores.

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18/02/2015, 14:45
(Jotade) Sean Arbuthnot

La comida fue maravillosa. Aunque lamentaba no haber hablado mucho...Sean se encontraba raro, había tenido mucho trabajo antes de asistir y aún le atormentaban todas las taréas que había dejado a medias. Aun así, disfrutó de la comida como nadie. Estaba muy buena. Una vez de camino al salon volvió a hacercarse a Ágape y a Margaret, con la que tenía una conversación pentiente:

- Ohh mi señora, lamento haber llegado tan tarde a la comida como para no haber podido disfrutar de su compañía...lo que ciertamente habría hecho de la comida algo...expléndido en todos los sentidos... porque esta comida estaba muy bien cocinada, se lo puedo garantizar. Sabe? mi abuela era Francesa, toda un maestra en la cocina empeñada en romper los chlichés sobre los cocineros varones. Dentro de francia es una de las mejores, eso y mi cuarta parte de francés que tengo en mi sangre me han hecho valorar muy bien la cocina.

Dijo orgulloso. Como sería notorio, el señor Arbuthnot está muy orgulloso de la plurinacionalidad de sus ancestros, pues claro, le habían permitido "heredar" lo mejor de todas las culturas.

 

Notas de juego

Edito: Escribía para Ágape cuando por fin Margaret entra en escena, así que también la meto en el saco.

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18/02/2015, 15:40
Sir Gustave Cavanough

El grupo se traslada al salón, donde el servicio se encarga de hacerles sentir cómodos. Buen café a juzgar por su olor, probablemente traido de las "indias occidentales", mejor té (como Gustave, gran amante del té, pudo comprobar) de las orientales, una mesa de bebidas, para gusto de algunos - o debería decir algunas - pienso comicamente recordando a la bella actriz, y música para gusto de todos.

El gramófono reproducía discos de música melódica y Gustave se esforzaba porque la contrariedad de que los anfitriones no se presentaran dejase de sobrevolar al grupo. No eran amigos, eso era obvio, e incluso algunos aun eran puros desconocidos, pero no parecía que ninguno hubiese ido allí a trabajar (salvo los sirvientes y, quizas, la periodista), así que, por lo que a Gustave confería, eso significaba que estaban allí por placer, y no había motivo alguno para no disfrutar de la compañía que el destino les había deparado.

Hablaba con todo aquel que se prestase a hablar. De política, de deporte, de cocina, de arte, de música, de literatura o de lo que buenamente surgiese.

Especialmente, buscaba la compañía de los que hasta el momento se habían mostrado más sociables y, en especial, la de los dos hermanos.

En cierto momento, se dirigió a todo el grupo en voz perfectamente audible aunque no más alta de lo correcto.

Sé que no se trata de una sala de tabaco, así que no quisiera empezar con este hábito sin consultarles. ¿Les molesta si enciendo mi pipa? - y también al servicio - ¿está permitido en esta sala?

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18/02/2015, 16:00
Leonard Clement

No me molesta, al contrario. - saco mi pipa- Si al resto de los aquí presentes no les importa yo también fumaré un rato.

Me acomodo en un sillón junto a una mesa baja de té donde humea mi café, fuerte, sólo y sin azúcar.

No hay nada como dejar que las aflicciones se disipen junto al humo de un buen tabaco, ¿verdad? .

El comentario no va dirigido a nadie en concreto, más bien en una reflexión personal dicha en voz alta.

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18/02/2015, 16:17
Wesley Barrow

Visto que la cena se estaba dando por terminada Wesley se levanta y pide el brazo a su hermana, con el fin de ir juntos al salón con el resto de los invitados. Saluda con la cabeza a los que se cruza pero no media palabra aún, hasta estar bien instalados y con un pitillo bien fuerte entre los dedos. 

- Espero que la cena te haya gustado tanto como mi. - Le desea mientras avanzan cogidos del brazo, sonriente y escueto. Escucha empezar a hablar al más dicharachero de todos, Sir Gustave, pero como antes, no se une a sus conversaciones.

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18/02/2015, 16:22
Martin Crowden

Martin, que también fue al salón tras terminar la deliciosa cena, estuvo a punto de decirle al señor Cavanough que sería mejor que no encendiera su pipa. Tuvo suerte, ya que el comentario del religioso señor Clement le paró los pies, así que decidió decir solamente.

- Por supuesto, pueden fumar ustedes. Por mi parte, no hay problema -mientras dedicó media sonrisa sarcástica al señor Cavanough, asegurándose de que le viera bien mientras lo decía.

Martin se acercó a la señorita Miles, como había hecho fuera de la casa. Su apariencia de timidez le hacía sentirse cómodo al hablar con ella, y la ausencia de aires de grandeza en sus palabras y en sus gestos hacía que sintiera cierta empatía hacia ella, alejada del glamour burgués de varios de los invitados.

- Señorita Miles, hola de nuevo. Espero que haya disfrutado de la cena, aunque mucho me temo que no tanto de la decoración. Me he fijado que ha utilizado el adjetivo "grotesco" al referirse a esas extrañas figuras. La verdad es que no he podido evitar asociar esa idea al contexto en el que nos encontramos aquí: una casa en un lugar grotesco, unos anfitriones que grotescamente no ejercen como tales, esas figuras... ¿Qué le parece a usted?

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18/02/2015, 17:13
Benoni Fausto Predatore

La cena transcurrió pero a la velada aun le quedaba cuerda.

Mientras duró, el sr. Predatore participó como uno más en la mesa, pero sin llegar a destacar más de lo que hacía por su porte, el de un hombre que acostumbra a dirigir sus negocios de capital importancia.

Escuchó las presentaciones sin añadir comentarios a las mismas. Si le preguntaron, se presentó, por lo contrario, seguramente también lo habría hecho si todos terminaron participando de aquél desfile. De no ser así en ninguno de los dos casos, seguramente se reservó a hacerlo únicamente con los que conversaba al entablar conversación, sin llegar a levantar la voz por encima de las otras.

Benoni Fausto Predatore era un empresario. Entre caladas y mordiscos plausiblemente se guardó extenderse a lo que versaban sus negocios. Apenas habló de su cadena de ristoranttis los cuales también habían sentido los estertores de la Gran Depresión pasando del continuo crescendo vivido en los locos años veinte a una modesta representación. Aún así, su negocio a pesar de las pérdidas, sobrevivió.

En la cronológica actualidad que ocupa ésta historia, el Sr. Predatore empleaba su fortuna y esfuerzos en crear, encauzar y coordinar distintos centros de acogida para los más desafortunados y desfavorecidos, de la agonizante economía. Casas que ofrecían comida, refugio y asistencia de toda índole repartidas a lo largo de la ciudad de Nueva york.

Su acento era indiscutible y marcadamente italiano. Y como buen devoto a las tradiciones de su tierra bendijo la mesa en silencio y para sí mismo, o esperó que el hombre servidor de Dios se animase a ceder frente la petición. Él sumó su voz a la demanda cuando éste se hizo rogar:

- Ningún reparo. Si accomodi, Padre.

Una vez bendecida, comió como hombre que goza de buen paladar, mientras hablaba básicamente de trivialidades con aquél hombre que tuviese al lado o enfrente, torciendo disconforme pero sin prestarse al descontento con la exagerada presentación de a pie de la actriz, o al hecho de que alguno diera por sentado que todos eran intrínsecamente Británicos o guardándose su opinión, y escaso respeto, que le inspiraba el hecho de una mujer trabajando como periodista en el The Times. “Quizás no era que la gente no le gustase su sinceridad, quizás era que sencillamente no gustase que alguien del bello sexo llevase una columna de un periódico de tal calibre”. No obstante, se guardó bien su propia sinceridad detrás de una larga calada con los ojos entrecerrados. Los temas más serios, como serían los negocios, la política y la economía los guardaría a posteriori con la esperanza de compartirlo con un buen puro donde fueran a reunirse los hombres.

Comieron los postres, algunos con mayor apetito que otros, según supo apreciar, y el aristócrata creyó conveniente compartir sus ideas progresistas de una sobremesa compartida entre distintos sexos. Ante la aceptación popular, muchos se podrían haber retirado escandalizados, para él mismo era algo demasiado revolucionario, aunque Fausto no había llegado siendo quién era sin saber adaptarse con facilidad a cualquier medio.

De buen seguro que no fue de los primeros en levantarse y probablemente sería el último. Dio una larga calada sin prisa, apuró la copa para limpiar el gusto y se levantó con mucha parsimonia.

Cuando estuvo en pie, se abrochó el botón de la chaqueta y se dirigió pausadamente donde estaban los demás.

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18/02/2015, 17:55
Everet Schuls

Animado por las palabras de todos el joven Everet quiere ser uno mas, primero se  moja los labios con un buen Bourbon que el mismo se pone para no hacer trabajar de mas al servicio, su cara es un poema en el momento del trago, se pone colorado y pone cara de asco.

Salvo el sabor a roble el resto no me gusta demasiado, dice encaminando sus pasos hacia el Señor Cavanough.

Seria usted tan amable de explicarme como fumar en puro? Soy huérfano de padre desde joven y bueno… no he tenido oportunidad de esas cosas y mi madre católica a mas no poder no estaba  muy por la labor de enseñarme ciertas cosas.. bueno a me entiende.

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18/02/2015, 18:51
Frederick Von Baach

Frederick se mueve de ubicación al ver que todo el grupo de gente se transportaba a otro de los salones. Tras tan grata compañia con Jacques, le estrecha el brazo para ver si tiene la factibilidad de llevar a la dama.

- Vamos a compartir con los demás. Le dice sin creer aún lo sociable que esta siendo. Probablemente el alcohol lo hace soltarse un poco con la gente.

Toma la copa que Owen le había rellenado hace unos instantes y camina hacia donde se encontraban los demás. Algunos ya habían encendido unos cigarrillos, por lo que Frederick no sería la excepción.

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18/02/2015, 19:47
Eleanor Morstan

Todos los comensales se levantan de la mesa para dirigirse hacia el fastuoso salón. Algunos halagan la cena, lo cual me hace sentir en parte orgullosa, y sonrío y asiento, satisfecha con el trabajo, y agradeciendo los comentarios.

Queda ahora mucho por recoger, y a ello me dedico, teniendo pleno cuidado con la delicada y sin duda carísima vajilla, y llevándola de vuelta a la cocina para dejar el comedor en su estado original. Ello incluía las horribles figuritas negras que evité tocar. Parecían frágiles, y no iba a ser yo la que rompiese alguna y se me exigiese el pago de su elevado coste.

Cuando todo lo del comedor estuvo recogido, me situé en una de las esquinas del salón, atenta a lo que sucedía. Más tarde remataría mis quehaceres y comenzaría a preparar los ingredientes de la comida de mañana, si fuera menester.

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18/02/2015, 19:59
Margaret Beddingfeld

Al llegar al salón fue en busca de Ágata. Quería saber qué habitación le habían asignado y si tenía una vista bonita, pero no llegó a más que saludar pues nuevamente entre ellas se encontraba el señor Arbuthnot.

La enfermera suspiró disimuladamente. Por algo las mujeres y los hombres no solían estar juntos durante la sobremesa. ¿Como haría para charlar cosas de mujeres si aquel hombre siempre se ponía entre medio? Vamos chica... dale una oportunidad. Tal vez no sea tan mala compañía después de todo...

Buscando su mejor sonrisa, aceptó la disculpa de Sean. Ya que iban a pasar varios días bajo el mismo techo, lo mejor era intentar congeniar con los presentes.

-No hace falta que se disculpe, Sean. La organización de este... evento ha resultado bastante caótica. Sólo tres sirvientes que aunque están desempeñandose de maravilla, tienen que cargar con muchas responsabilidades; la ausencia de nuestros anfitriones; el hecho de quevarios no recordemos claramente las circunstancias en las que nos hemos conocido... Pero tiene usted razón en que la comida ha sido excelente. Como continuen sirviéndonos de esta manera, terminaré con uno o dos quilitos de más.

Mientras conversaban, el escritor solicitó permiso para fumar, deferencia que agradeció. Si los hombres se hubieran encontrado en su salón masculino, aquello no hubiera sido necesario. Pero que Cavanough reconociera lo atípico de la situación le dio un punto a su favor. Ella no fumaba -aún le resultaba extraño ver a una mujer haciéndolo- pero no tenía inconvenientes en que los demás lo hicieran en su presencia.

-Por favor, si ustedes desean fumar, no se priven de ese placer. No lo considero una costumbre muy femenina, pero los tiempos cambian, así que, Ágata, no sientas reparo en hacerlo si así te apetece -no es que la señora Stolness pareciera una de esas fumadoras, pero mejor dejar en claro que aquello no afectaría la incipiente amistad que comenzaba a gestarse.

Notas de juego

Los carnavales, estimado señor Arbuthnot, me han tenido alejada de vuestra compañía xD

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18/02/2015, 23:09
'Director

A pesar de lo poco peculiar de este tipo de congregación y de las suspicacias por la no presencia de los anfitriones, todo parecía ir a las mil maravillas. El servicio atendía las necesidades de los huéspedes con animosa pulcritud, la excelencia de la comida, acompañada con la exquisitez de los vinos y la calidad de los licores y tabacos después, hicieron común la sensación que, finalmente, había valido la pena aceptar la invitación.

En resumen, todos los invitados estaban encantados de la vida, después de la copiosa y exquisita cena. Las agujas del reloj señalaban las nueve y veinte. En el la música del gramófono acompañaba cálidamente, como el silencio de un monasterio o el murmullo de un riachuelo en el bosque. En medio de esta calma, la música se interrumpió escandalosamente y se oyó una voz... inesperada, sobrenatural:

- «Señoras y caballeros. Silencio por favor.»

Todos se sobresaltaron, se observaron unos a otros y escudriñaron las paredes. ¿Quién había hablado? La voz continuó alta y clara:

«Os acuso de los siguientes crímenes: Martin Crowden, usted causó la muerte de Robert Howden, asesor del alcalde de Londres. »Dr. Dumont Champlain, usted causó la muerte de unos 134 soldados del 2º batallón de la 114 división de infantería del ejercito francés. »Erasmo Gaylord, usted envío a la muerte con la mayor sangre fría a Kathleen Kaplan, Joan Green y Pamela Mills. »Margaret Beddingfeld, provocó la muerte de Anne Beddingfeld, su suegra. »Gabriel Kerrigan, mató a Gregory Whitechapel. »Ágape Stolness, provocó la muerte de su marido, Adam Stolness. »Frederick Von Baach, es culpable de la muerte y violación de Tammy Pollman, Leslie Mahaffy y Kristen French, todas ellas de 15 años de edad. »Elisabeth Cavendish, mató a Gerald Bretz y se lucró con ello. »Alfred Dyle, responsable de la muerte de Irina Aldrich. »Yvette Mercier, asesinó a Jean Pierre Baptiste, el primogénito de los Baptiste, sus antiguos señores. »Sir Gustave Cavanaugh, usted mató a su amigo de la infancia, Francis Wavefield. »Sean Arburnoth, George Conery, antiguo accionista al 50% de Refrescos "Pumba", su empresa. »Eleanor Morstan, envenenó hasta la muerte a Madamme Ledò, a quien debía servir. »Margaret Sheppard, acabó con la vida de su madrastra, Katherine Mayflower, y con la del anciano Gregory Whitechapel. »Everet Schuls, responsable de nueve muertes de distinta índole en el sanatorio donde trabaja, además de matar recientemente a su propia madre. »Prudence Benett, de similar índole, responsable de 21 muertes a lo largo de los años en el hospital donde trabaja, entre las víctimas, su propio hermano. »Owen Cray, más de un centenar de muertos en su dilatado historial como asesino de la mafia. »Benoni Fausto Predattore, el número de víctimas bajo su responsabilidad se pierde más allá del millar, como capo mafioso. »Reverendo Leonard Clement, asesinó al Coronel Lucius Protheroe en la sacristía. »Jacqueline Dupont, usted causó la muerte de James Lee Caan, su marido. »Sally Miles, Lester Flint III murió bajo sus golpes, era también su marido. »Acusados: »¿Tienen ustedes algo que alegar en su defensa?»

La voz acusadora se calló. El disco llegó a su fin en el gramófono.

 

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18/02/2015, 23:56
'Director

Notas de juego

En un turno normal, este habría sido el momento de cerrar las votaciones, pero como aun no ha habido muerte, este turno carecía de votación.

De todos modos, como el final de esta Fase Diurna ha sido un tanto épico, os dejo un día más para comentar la jugada y que podáis rolear el retiraros a vuestras habitaciones.

En paralelo, se inicia la Primera Fase Nocturna.

 

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19/02/2015, 00:08
Owen Cray

Fué una suerte que en aquel momento Owen no tuviese ninguna botella entre las manos o esta le hubiese caído estallando como un disparo a sus pies. A medida que la lista había ido creciendo, lejos de intentar memorizar siquiera un nombre o algún crimen Owen solo pensaba Dios, dejame fuera de la lista, yo ya pagué mis deudas con sangre, ya las pagué Pero quien hubiese confeccionado aquella lista parecía no opinar como él... No no no no Es lo único que podía pensar mientras una escueta línea resumía años y años de disparos desde vehículos en marcha, de tiroteos, de ajusticiamentos, de venganzas por la espalda, de asesinatos a quemarropa, de encargos de Maldita sea!! Ya pagué por todo eso!! dijo furioso sin poder contenerse.

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19/02/2015, 00:22
Everet Schuls

Everet asustado por la voz tiembla de miedo,palidece,esa voz fuerte y profunda hace que se le erice la piel,ese tono de voz severo le genera un escalofrio en su espina dorsal.
-Madre,es usted Madre? Pero si la tiré al rio...Madre que hace usted aqui?
Everet se despeina nervioso y comienza a temblar mientras anda en circulos.
No puede estar usted viva!

Notas de juego

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19/02/2015, 00:24
Martin Crowden

Martin interrumpió su conversación con Sally. Miró nerviosamente a cada persona en el salón, y sintió sus miradas también clavadas en él. Los fantasmas del pasado volvían en ese instante.

¿Qué era esto? ¿Una cárcel?

- ¡Pero qué locura es ésta! ¿Nos está llamando asesinos un cobarde que se esconde aquí?

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19/02/2015, 00:29
(Jotade) Sean Arbuthnot

Parecía que la grabación había puesto nerviosos a muchos.... aunque parecía haber algo raro, pues sentía que con él habían errado totalmente...ya se había esclarecido lo que pasó con su compañero, y quedó demostrado que él no era el culpable.

Menos mal que el abuelo de mi madre era Español, y con ello un octavo de dicha nacionalidad, y de él había heredado unas buenas pelotas de acero para permanecer impasible ante la situación con más interés que otra cosa en ver las reacciones de otros...quizás habían errado con alguno más, pues era ciertamente formidable todo lo que decía.

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19/02/2015, 00:48
Yvette Mercier

Atónita ante lo que se acaba de escuchar ni siquiera reparo en que la copa que estaba llenando a alguien está completamente llena y el whisky de 64 años se está desparramando por el suelo.

 Creía haber dejado mi pasado en Francia, junto a mi infancia y mi inocencia. Ilusa de mí. Aunque lo que más me preocupa es que todos los que me rodean han hecho lo mismo o peor que yo.

-Incluso Eleanor o el señor Dyle - Pienso mientras un escalofrío recorre mi espalda- Y eso que parecen inofensivos.

No sé para quien era el vaso de whiskey que estaba llenando, pero lo apuro de dos grandes tragos y me sirvo otro.

Con el vaso en la mano, paso tranquilo y gesto sereno me acerco al gramófono, levanto la aguja para que deje de emitir el molesto sonido residual contra el disco y lo apago del interruptor.

-Ya hemos tenido bastante música por hoy.- Pienso mientras apuro el segundo vaso.

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19/02/2015, 00:49
Frederick Von Baach

Frederick conversaba y disfrutaba el momento, una voz de ultratumba interrumpió la velada y delató sus secretos al igual que el de todos los presentes. El solo bebía su copa y miraba.

- Que más puedo decir... Salud por esta increíble velada...

Se mantiene callado y sigue bebiendo.

Podría ser peor, al menos no hay blancas palomas... ¿A que se debe todo este juego?

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19/02/2015, 00:49
Alfred Dyle

La expresión afable del mayordomo cambia a una expresión de pánico, el fantasma que había habitado durante tanto tiempo en sus pesadillas parecía hacerse real solo para atormentarlo y por otra parte...¿Sería cierto todo lo escuchado?, la reacción del señor Owen parecía no dejar lugar a dudas sobre lo que aquella voz decía de él, pero sin embargo el peso de la vergüenza y el remordimiento que lo acompaña le impiden juzgar los hechos que parecían haber sido acometidos por aquellas personas no...no era el momento de sumergirse de nuevo en su propio lamento, tenía que hacer algo y rápido.

-Señor Cray, señorita Morstan acompañenme tenemos que averiguar quien es el canalla que esta detrás de esto, señorita Mercier quédese con los invitados y atiendales en todo lo que necesiten.