Partida Rol por web

Puso los ojos en blanco cuando ocurrió aquel patético discurso, claramente se podía haber hecho todo mucho mejor y ahora nos encontrábamos no solo atrapados, sino que además estábamos en una situación en donde ni siquiera podíamos disfrutar de las fiestas por culpa de la estúpida política y de los adultos.

Aburrido.

Nada de lo que había a su alrededor le llama la atención, por lo que trató de ahogar las penas rellenando su copa, aunque lo máximo que podía aspirar en esta arcaica institución era cerveza de mantequilla, que ni era cerveza, solo mantequilla.

Mirando a Rachel, Amy se sentía mejor, había logrado que dejara de hablar de aquella forma que le daba tanto repelus, al menos ahora parecía más normal. Lo obvio que cuando terminó de preguntar, la respuesta a dichas preguntas fueron escuetas - Más de lo que te imaginas... Pero no por Hogwarts, sino por lo que hay dentro - Realmente aquello debía de detallarse un poco más, pero a penas hizo falta que se metiera en explicaciones cuando William ya lo hizo. 

Con un simple señalar, Amy sonrió - Ding, ding, ding. 100 puntos para Ravenclaw. Y diganos joven William ¿Que se siente al hacer tanta gala de inteligencia? - Lejos de intentar ser sarcastica, quería añadirle simplemente a aquella maraña de preguntas y respuestas sobre la seguridad, un caracter cómico, pues no fue a burlarse de el, sino más bien a halagarlo.

Pero para halagos Effie llegó con un gran ataque, uno que derribó los muros de Amy por completo al hablarle así y sentarse incluso encima suya - Oh vamos, no fastidies Effie. Con lo que me gusta oirte decirme cosas bonitas... Eso me ha dejado K.O. - No tardó en corresponder a su beso con otro pero directamente en los labios, y es que Effie sabía muy bien donde atacarla con palabras.

Aunque con el tema del olor, pronto olfateó a su pareja confirmando aquella verdad - Hueles deliciosa - Y no iba a dejarlo pasar - Lo has hecho a posta para que te coma ¿Verdad? - y aunque parecía que fuera a darle un bocado, al final le dió otro beso, pero este en el cuello. Obviamente el olor no era un problema, y solo bromeaba para jugar con ella un poco de forma picarona. Quizás un problema un tanto detallado, si que era el hecho de señalar su ropa por parte de Annabella... Lo cual simplemente me encogí de hombros - No le pasa nada. Vas muy navideña. Al menos más que yo - Lo cual era cierto, e igual que otros de los presentes que no iban tan navideños

Se hallaba en el típico rincón, que podría ser más rincón pero no lo era por etiqueta mínima requerida, llevando las prendas oficiales, nada distinto ni gallardo, no lo veía necesario, ni siquiera como una broma. Por siete años o algo así casi todos conocerían a Julius como el chiquillo molesto, algo efusivo y que soltaba tonterías desde lejos, comentarios ácidos pero neutrales en intención, un seguiro de la filosofía Hufflepuff a su estilo pero alguien que no pretendía actuar bien con otros que no se ganaban a pulso la buena conducta, siendo excepciones unos cuanto de sus compañeros y otros de otras Casas. Suspiró entonces entre los habituales cuadernos o libretas que llevaba para hacer sus esquemas, dibujos y otras cosas a falta de tecnología con la que divertirse de verdad, preguntándose cómo esta gente existía o si realmente estaban del todo desconectados de, bueno, el mundo moderno y tal.

Aquel Julius odioso sin embargo desapareció hace un tiempo como medio año, siendo reemplazado por un sujeto desposeído y especialmente más antisocial que antes, ya ni siquiera como un foco de molestia y desprecio "cómico" como antes, sino una cáscara que apenas parecía mostrar gusto, ni siquiera un actuar pretencioso del clásico "sujeto serio y alejado", era menos que eso, era con suerte humano aún cuando criticaba la humanidad de sus congéneres de Hogwarts. Tomaba algún bocadillo de vez en cuando. ¿La comida tenía sabor? Sí, lo tenía, era exquisita, era un manjar inconcebible, otra burla ante el Apocalipsis al que nos enfrentábamos los que vivíamos en la Tierra o "fuera" de esta en esta dimensión alterna. Si bien no pretendía criticar nada de lo que decía el profesor Flitwick, terminaba siendo contradictoria. ¿Qué podía hacer? La situación era un desastre y no existían solucionador de problemas automáticos, ni la misma Hechicería hacía eso. Por lo sabido, era lo contrario.

Entre tanto parlotéo siempre resaltaban las figuras como Victoria, el eterno sol algo fulgoroso del séptimo año, o Rachel, que si bien incluso a un resto de ser humano como él no le afectaría como antes, aún con su sangre roja no evitaba admirar su femineidad, de lejos, pero cielos, ciertamente había mucho ahí. Ya por lo demás venía su propia compañera Puff con una mezcla de sexy y adorable atuendo "navideño" y sus infinitas galletas. Recordó esa vez, cuando aún expresaba algo desde sus tripas, en donde bromeó con que ella podría conjurar galletas y matar a alguien haciéndole comer toneladas de estas y se ganó un azote de Mia, bien recibido, bien aceptado. No estaba mal entonces, ellos, la Casa de la Tierra, el color Dorado y el Balance, los únicos no directamente malos, directamente trastocados o directamente idiotas, con todo respeto en especial hacia Raven y Griff respectivamente, eran los que hacían lo que se debía. E incluso así no lograba sonreír. Otro bocadillo, necesitaba un jodido cigarro, ya.

Al aparecer los fantasmas y en particular el simpático Fraile Gordo de su Casa probablemente fue el único momento en que sonrió un poco, le hacían gracia, siempre eran chistosos. Antes les hacía comentarios o los celebraba, si bien ahora solo los celebraba con algo de ánimo. ¿Hasta qué punto se podía comer hasta morir? Pensó en su broma de antaño seriamente, o no del todo, no ser serio ni cómico era su punto medio, su propia mediocridad. Al final aceptó el abrazo de Jeremy y sintió algo de pesar en su estómago, en su ser, luego de eso ante variados saludos soltó sus únicas palabras.

- Feliz Navidad.

Y tomó algo de su vaso. No era mucho de beber alcohol, prefería el tabaco, la nicotina ardiente y desagradable, no tenía resistencia al trago y lo único que hacía en él era ponerlo a balbucear tonterías (Aún más) y a dormir, eso entonces y antes de hace medio año, ahora solo le hacía ponerse aún peor y dormir. Bebería un poco y esperaría poder salir, si se permitía, a contemplar el paisaje y fumarse uno, seguramente. O eso, o simplemente seguir ahí con lo suyo. Entre lo que se molestaba en oír, William tenía razón y no dudaba en decirlo, lo cual respetaba y la última chica que habló dijo todo lo que tocaba decir, porque para él ya todo era cansador, ni siquiera con 18 años todavía.

- Salud.

Un sutil referendum a su antiguo yo burlesco y molesto, específicamente ante esas palabras. Salud por lo aburrido.

— ¡Cielo santo, Iwan! ¿Tengo que pasar otra vez o es que no has visto mi corsé? Deja que acabe la noche, yo ya he hecho mi papel presentándome en corsé, porque me da a mí que el que va a ser medio gallina vas a ser tú — sacó la lengua burlonamente desde el otro lado de la mesa—. Mr. Rheon "la Cocatriz", te van a terminar llamando cuándo tengas que cumplir mi reto.

Dio un respingo ante la repentina aparición de los fantasmas, apunto de derramar algo de ponche encima de la túnica de Ethan. Sostuvo su copa de puro milagro y la atesoró con los dedos antes de dar un trago leve a la bebida, respondiendo poco después a Annabelle y a los que hablaban de la guerra:

— ¡Todo un encanto de vestido! — asintió sonriendo de medio lado, con la copa cerca de los labios —. Pena que este año vaya a ser el último: todas se han puesto las pilas por fin. Respecto a lo que decís acerca de la guerra mundial... Ay, ¿tenemos que hablar de eso hasta en Navidad? Como si no llegaran lechuzas actualizándonos todos los días desde la redacción del Profeta.

Después, al escuchar la pregunta de Alice acerca de las grajeas, exclamó:

— La peor grajea que he probado nunca es una que no sabía literalmente a nada. Jamás me he sentido tan estafada como en ese momento, pero por suerte aquí tenemos dulces para aburrir — y luego, mientras se comía la otra galleta, se volvió hacia Effie — Tu yaya es un regalo divino, Eff. 

Rodó los ojos, abrumada ante la perspectiva de que la conversación derivase en la contienda bélica -otro día más- y volvió la vista hacia Bruce y hacia Ethan, ladeando el rostro hacia él.

— Son tus primeras Navidades en Hogwarts, ¿verdad, Bru? No recuerdo que te quedases en las anteriores. Te preguntaría qué te está pareciendo, pero está siendo el año más raro de mi vida — dijo con un amago de carcajada—. Respecto a salir, yo siempre digo que sí... pero cuándo se nos pase la resaca mañana. Vas muy elegante, por cierto, Ethan. ¿Es de Madame Malkin? ¿O es una tienda más moderna de Diagon que todavía no conozco? 

Después se acercó a Bella y le sirvió algo más de ponche, procurando que la copa quedase a rebosar. Le guiñó el ojo y levantó la copa hacia ella.

— Eso lo dices porque todavía no ha empezado el baile, Bella. ¡La noche todavía es joven! Como nosotros. Vamos a intentar disfrutarlo.

Llegó de las ultimas al comedor. No había demasiada gente en el lugar, probablemente a causa de la guerra que se estaba a desarrollar en el mundo magico. Se sentó en la mesa de mi casa de hogwarts y espere en silencio a que todos hubieran terminado de hablar. No entendia la necesidad de hacer todo esto, al menos en un momento historico como el que nos encontramos, pero supuso que la navidad no era mas que una excusa para apegarse a algo de normalidad.

Ahora victoria parecía haber aceptado el reto del baile, aquello era gracioso, simplemente perfecto.

- Es fácil aceptar el reto ahora Vic. Aunque estuviera en clara desventaja aceptaba el reto de que Vic no ganara aquel baile, rápidamente sacó una caja con una ranura en la parte de arriba.

Aquí se depositarán los votos, como prometí es un recipiente seguro, no se puede trampear y posee un hechizo seleccionador el cual no permite que ninguna persona vote varias veces, no admite ningún sabotaje así que no lo intentéis u os dará una cagalera horrible. Si os parece bien procederé a votar el primero, votaré a Jeremy Gonzo como rey y a Effie Goldwing como la perfecta reina.

Que empiece el reto, no olvidéis de disfrutar cada momento, al fin y al cabo es el último año.

Yo voto a Gonzo y a Maddie! 

dije acercándome al mágico buzón, y lanzando miradas a mis compañeras que no quería que pensaran que eran menos merecedoras por su belleza. 

El alcohol que había ido bebiendo de copa en copa aunque en baja graduación hacia algo de efecto y me encontraba en un estado agradable de alegría y jubiló. 

¡¿¿Qu-qu-qué??! No. No-no-no-no-no-no-no. ¡Yo no puedo ser reina! ?¿Pero tú has visto el vestido de Victoria? ¿El de Rachel? ¿El de Mia? ¡Aquí hay decenas de mejores reinas!

Dijo Effie visiblemente nerviosa.

Effie, ser reina es algo más que la apariencia.

Tu has venido con tus mejores intenciones, con una vestimenta genial, festiva y para pasarlo bien, has traído galletas y se las has ofrecido a los demás para que al probarlas se sientan bien y se sientan mejor.

Pese a los problemas que hay fuera siempre tienes una sonrisa que ofrecer a los demás.

Por todo eso, por lo menos para mi, eres la reina absoluta de Hogwarts.

Me abrazo a Iwan, y secundo lo dicho por el.

Effie que verse bonita no es más que algo cosmético, en cambio ser un faro de luz como lo eres tú, pues si eso no es merecedor de ser nombrado por encima de los simples mortales no se que. Eres como la Galadriel! 

quizá había bebido de más o alguien le había puesto algo a ese ponche de Hufflepuff, pero la verdad es que me estaba evalentonando para soltar la lengua de más y estaba inusualmente demostrativo de afecto físico como lo podía comprobar Iwi a quien tras las palabras había acabando sobándole la espalda con mi mano izquierda. 

-Tienes razón Effie. Iwan, Effie no puede ser reina... Porque es una diosa - Tonteando como era normal en Amy, quería hacer sonrojar a su pareja con una gran sonrisa - Aún así, hay diosas reinas, y tu cariño mío, sin duda eres de las mejores. Iwan, cuenta mi voto para Effie. ¿Que mejor reina que una que nos hace sonreir cada día? Y entre los reyes... Creo que Peter se lo merece, de vez en cuando - Me encogí de hombros

- Mmmmmm, Dweringar, me siento raro cuando me abrazan. Correspondo su abrazo un segundo pero luego cuando noto el sobeteo por mi espalda intento educadamente zafarme como puedo.

Sonrío cuando menciona a Galadriel.

- Vaya, pensé que era el único tan friki que leía a Tolkien pero ya veo que no. La mención de Galadriel había sido una sorpresa agradable.

Estaba bebiendo ponche, y pasando ampliamente del juego de reyes y reinas, cuando Amy le quiso arrastrar a él.

¡Pffffffff! - El ponche salió como un aspersor por su boca. No se lo esperaba. Casi se atraganta. - ¡Jajajajaja! Muy buena Amy, pero a mí no me metáis en vuestros rollos de adolescentes pijos. - Se levantó, dedicándole una media sonrisa, y yéndose a una mesa menos hormonal. - Como dicen los muggles, "id a un motel". Disfrutaréis más del "baile".

Alzó la mirada cuando sintió la presencia de alguien que no era de la casa de las serpientes cerca de ella, encontrándose con Miaddora mirándole directamente.

Trató de ocultar su desconcierto limpiándose la comisura de la boca con delicadeza antes de ponerse en pie.

—Claro— si hubiese sido cualquier tontería igual habría echado a la persona con cajas destempladas, pero sentía cierta curiosidad por saber de lo que querría el tejoncito de ella.

Miaddora la llevó a un lado apartado del salón en donde estar a solas con un poco de intimidad.

Rachel, ¿Tu tienes un hermano en el Appleby Arrows? Preguntó susurrando.

-¡Afirmativo Vic! ... ¡Wou! -Respondió alzando la voz, percatándose por primera vez de la presencia de Victoria y su vestido. -Y... créeme, aun sabiendo en la situación que estamos, esto es mucho mejor, es tal y como me lo contabais o casi y pienso disfrutarlo mientras pueda. -Alzo su taza y termino de un trago su chocolate, dejando un curioso bigote marrón en su cara llena de dientes.

Y tal y como dijo al escuchar un evento improvisado en aquella navidad, hizo una reverencia a sus compañeros utilizando a su mascota fuera del bolsillo y camino decidido hasta la caja de Iwan.

-¡Me toca! Un voto para la fuente de Peter y otro para mi compañera de ojos curiosos. -Dijo con una amplia sonrisa antes de depositar el voto a favor de su compañero como rey y su Gekco como reina. -Nadie dijo que tenían que ser personas ¿Verdad?

—¡PPPFFF! ¡Por favor! Entiendo muy bien la elección de Effie Goldwing, o a su yaya, por tal hospitalidad. ¿Pero yo? ¿¡QUÉ HICE YO PARA MERECER ESTO!? —Exclamó con los brazos exageradamente abiertos.

Terminó su jarra de cerveza de un trago y la dejó en la mesa marcado con un estruendo. Nadie dudaría que estaba borracho. Puso un pie sobre la banqueta y otro pie sobre la mesa. Sus estilosos movimientos indicaban que estaba preparado para algo.

Con el rostro colorado y mano al corazón, hacia el cielo estrellado recitó su canción:

* * *
Con qué le envolveré yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la luna,
cuando en tus brazos de hechizo
tomas al roble macizo
y le acunas en tu cuna.

Dímelo, que no lo sé,
con qué le tocaré yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la brisa
que con tus besos tan leves
la hoja más alta remueves,
peinas la pluma más lisa.

Dímelo y no lo diré
con qué le besaré yo,
con qué.
* * *

Su mano colocada en el corazón se agarró fuerte y sus sentimientos se marcaron en el rostro. Estaba hablando realmente con las estrellas, con la luna, con la brisa, o por lo menos eso parecía.

Jeremy, tu eres el carisma poético de la escuela. Creo que es evidente, pero si no lo sabías ya te lo digo yo.

Danio siguió la conversación de Gandalfs, Galadrieles y señores de los anillos con una notable expresión de confusión. No se le escapó que Iwan, prefecto y sangre limpia de Slytherin, parecía saber de cultura muggle. Con gesto molesto, volvió a su libro.

Pero las interrupciones seguían llegando. Effie trajo galletas para todos, y nueva gente seguía llegando.

-Gracias, aunque un pequeño apunte. Es Da-nio, no Daniel.-le corrigió, dejando salir en cada silaba un ligero acento italiano que de normal desaparecía bajo su acento irlandés. Pero aparte de eso, no parecía importarle mucho. La simpatía que sentía por Amy se extendía también a Effie, aunque era una lástima que no hubiera tenido mucha oportunidad de conocerla.

Pequeños papeles empezaron a viajar por la mesa, buscando los nombres de los reyes y reinas del baile. Danio se los quedó mirando, sopesando a quién votaría. Pero cuando llegó el momento de votar, decidió pasar el papelito a la persona a su lado.

que no es un bombonazo ese Jeremy

Le digo abrazado a Iwi en el oído, en lo que para mí era un susurro pero claramente podía oírse alrededor. 

Le saco la mano de la espalda dado que había comentado que le incomodaba y le doy un besito en la frente. 

Venga, no nos pongamos quisuullosos, que tenía que estar todos unidos y querernos los unos a los otros! Eso decía Dumbledore o Gandalf...cuál era?

posiblemente era más el alcohol hablando por mi, que yo mismo. Pero se sentía tan bien todo que ni me preocupe por dejar de decir tonterías, sino que me rei de mi mismo y las voces que en mi cabeza me decían que mejor fuera a dormir antes que terminara peor. 

Me derrumbe suavemente junto a Erika y hundo la copa en el ponche para recargarla y con un accio copa, le quitó la suya para llenarla también.

Anda que le pusieron al ponche que está tan gracioso? 

le alcance la bebida cargada hasta el borde y volví a brindar. 

Por las navidades pasadas, presentes y futuras!