Partida Rol por web

Los diablillos son seres gregarios, su sociedad es de naturaleza tribal, todos sirven a sus caudillos y estos a su vez sirven a un ser superior, usualmente demonios menores o grandes señores demoniacos.

Un mago puede convocar a un diablillo realizando un ritual de magia oscura. El diablillo invocado queda vinculado al amo mientras este albergue oscuridad en su alma.

Como todo pacto demoniaco, el vínculo se sella con sangre y desde ese día hasta su muerte o la del amo el diablillo se alimenta sólo de la sangre del amo.

Los diablillos caudillos, al igual que los demonios de clase señor, pueden invocar a sus esbirros libremente. Todo diablillo de rango caudillo cuenta con ciertas habilidades especiales que le permiten dominar y gobernar a los suyos.

Miro con una amplia sonrisa cuando Allison me responde y cuando termina, me acerco para darle un fuerte abrazo.

- Gracias. Muchas gracias. Estoy super contenta de tenerte como amiga. Y claro que quiero que me ayudes en todo lo que quieras. En serio, gracias, Allison. Eres genial.

Tras eso, echo una ojeada al libro que está estudiando. Diablillos, invocaciones,...

- ¡Las guardas! - exclamo de repente y rápidamente bajo el tono de voz - ¿Sabemos si los hechizos protectores alrededor de Hogwarts se han visto alterados? Quizás algo los ha cambiado permitiendo a los demonios entrar en la escuela. Si no es el caso, si los estudiamos, quizás podamos encontrar la puerta trasera que han usado para invocarlos.

- Yo también. - atinó a contestar mientras se dejaba abrazar por Mérida, pero en cuanto se separaron sonrió divertida. - Bueno, bueno.. ¡Mejor dame las gracias cuando estés recogiendo el premio Nobel! - bromeó mientras le restaba importancia, realmente aún no había hecho nada por ayudar en su proyecto, pero seguro que un día lo lograban. 

Mientras ojeaban el libro, Allison levantó la cabeza del párrafo que estaba leyendo, mirando a su amiga. - ¡Ah! Pues tienes razón, ¿sabes dónde se encuentran? Y mira esto.. - comentó mientras le acercaba el libro por dónde estaba leyendo. Que decía así:

Los diablillos son seres gregarios, su sociedad es de naturaleza tribal, todos sirven a sus caudillos y estos a su vez sirven a un ser superior, usualmente demonios menores o grandes señores demoniacos.

Un mago puede convocar a un diablillo realizando un ritual de magia oscura. El diablillo invocado queda vinculado al amo mientras este albergue oscuridad en su alma.

Como todo pacto demoniaco, el vínculo se sella con sangre y desde ese día hasta su muerte o la del amo el diablillo se alimenta sólo de la sangre del amo.

Los diablillos caudillos, al igual que los demonios de clase señor, pueden invocar a sus esbirros libremente. Todo diablillo de rango caudillo cuenta con ciertas habilidades especiales que le permiten dominar y gobernar a los suyos.

- Tiene que haber una explicación para que seres tan flojuchos como simples diablillos estén campando por Hogwarts a voluntad, estamos hablando de Hogwarts, no debería ser tan sencillo aparecer por aquí, para viles criaturas como estas. - comentó seria, mientras bajaba el tono de voz, y aprovechaba para dar un vistazo a su alrededor. Asegurándose de que no había ningún curioso cerca. - Deberíamos investigar sobre las protecciones que supuestamente resguardan los perímetros del Castillo, aunque lo más sensato sería comentárselo a los demás para no aventurarnos solas. No me hace ni pizca de gracia todo este asunto. Pero me cuesta creer que sean invocados en las narices de tantos magos capaces como los profesores que tenemos. - prosiguió volviendo a mirar a Mérida y al libro que tenían delante. Demasiadas preguntas.  Hmm, con sangre, pactos de sangre... ¿Tendrán heridas o marcas recientes de cortes? Aunque no debe ser fácil ver algo así por las buenas. Supongo que mejor olvidarlo de momento..

Sonrío agradecida a las palabras de Allison y pronto empezamos a hablar de un tema, probablement más serio, pero, sin duda, más urgente. Los diablillos que están empezando a plagar Hogwarts.

Y lo que leo no me gusta nada.

- Pero todo eso del vínculo de sangre en la invocación... Creo que lo que convocaron y ataron a Hogwarts puede ser algunos diablillos caudillo o quizás otro tipo de demonio mayor, por lo que dice, son capaces de invocar a demonios menores, eso explicaría la plaga de esos seres sin que sus invocadores tengan que realizar continuamente ese ritual. Si, creo que sería buena idea comentárselo a los demás. De todas maneras, podemos empezar a hacer indagaciones de maneras inofensivas. Preguntando en clase de Defensa contra las Artes Oscuras, por ejemplo. O, ¿sabes qué? A la hora de cenar, podemos ir a hablar con con el viejete, digo, con el director. ¿Qué te parece? Preguntarle si ha notado algún cambio en las salvaguardas mágicas de Hogwarts en los últimos meses o si algún profesor decidió hacer cambios en ellas recientemente. Y luego, siempre podemos ponernos a estudiarlas con la excusa de estar interesadas en hechizos de protección.

La pelirroja asintió con gravedad escuchando la opinión de Mérida. Tenía mucho sentido si pensaban que la pronta aparición de numerosos diablillos se debiese a la presencia de alguno de tipo caudillo entre sus filas.

Allison tomó un trozo de pergamino que llevaba encima y se apresuró a tomar notas rápidas sobre lo que habían leído, para no olvidar los detalles a la hora de contar lo que habían descubierto a los demás.

- Todo apunta a que debe ser así, un caudillo, o algo casi peor, atrae a más diablillos menores para sembrar el caos por el castillo.. - comentó mientras terminaba de copiar, guardando el trozo de pergamino y cerrando el libro. - Hmm, el profesor Macmillam. - empezó a decir, pensativa, él mejor que nadie debería saber y estar preparado para peligros así. No perdían nada por preguntar e incluso podrían aprender algo nuevo. Aunque con el reciente tema de confianza en los mayores que se habían planteado, una parte de ella, le pedía que fueran cautelosas.

- Podemos probar sí. Y sí, me parece buena idea hablar con el director también. ¿Quién mejor que él para saber si todo anda en su sitio? E incluso podemos aprender algo sobre esas protecciones, o encontrar alguna pista. ¡Vale, decidido! - Más determinada se levantó para volver a dejar el libro en su lugar con cuidado y regresó junto a su amiga, con una sonrisa decidida ante el nuevo plan que se traían entre manos.

De vuelta a la biblioteca, empiezo a buscar por mí misma el libro "La legión celestial, más de mil años combatiendo la oscuridad" del que nos habló ayer el viejete.

Podría pedirle ayuda a la bibliotecaria malcarada, pero prefiero intentar encontrarlo por mi cuenta, antes de nada.

No tienes que buscar mucho, el libro está justo sobre el mostrador en la nandeja para libros reservados.

Por suerte, consigo encontrar rápidamente el libro en la bandeja de reservados al lado de la mesa.

Estoy por cogerlo, pero teniendo en cuenta mis tensiones con la bibliotecaria, me contengo.

- ¿Señorita Price? - llamo su atención - El director Dumbledore me dió su permiso para estudiar durante esta tarde un libro que tenía reservado a su nombre, siempre y cuando lo devolviera antes de tener que ir a clase. Se trata de... - cierro los ojos como haciendo memoria - Algo así como la legión celestial y luchar contra la oscuridad durante un porrón de tiempo.

Buenas tardes señorita Becket. Efectivamente aquí tengo el libro, pero tenga cuidado de no mover el marcador de página, el director debe haberlo dejado allí por alguna razón y no creo que le agrade que lo muevan. - responde la bibliotecaria mientras te hace entrega del tomo.

Cuando abres el libro en la página marcada:

Si bien es cierto, los miembros de la legión suelen operar en el máximo secreto, existe algunos de ellos que prefieren operar abiertamente sin importarle si los demonios que cazan están o no al tanto de su presencia.

En nuestros días, existen cinco grandes miembros de la legión quienes actúan de forma abierta y directa, se hacen llamar las cinco estrellas del ángel, el más renombrado y poderos de ellos es Magnus Bane, quien perdió a su hermano Winston en un combate contra un archidemonio hace aproximadamete 7 años.

Magnus Bane, al igual que la mayoría de los miembros de la legión es un verdadero experto en magia de combate y magia espontánea, durante los años que trabajo como auror en Inglaterra, logró poner fuera de circulación a varios magos tenebrosos, pero cuando el Ministerio le solicitó que regrese al servicio activo, él se nego abiertamente indicando que su deber para con la legión era más importante que capturar a un mago tenebroso, pues sin importar lo poderoso que este sea, su poder palidece ante las hordas de demonio que acechan nuestro mundo.

Actualmente se desconoce el paradero de Bane, pero se sabe que está inentando cazar al archidiablo que asesinó a su hermano, existen rumpores que indican que su hermano se habría casado con una muggle usando un nombre falso o quizá Winston Bane sea el nombre falso, pero eso son sólo conjeturas de difícil probanza.

Asiento con una sonrisa a la respuesta de la bibliotecaria y me llevo el volumen conmigo a una mesa que quede un poco menos a la vista, por lo que pueda ser.

Primero de todo, me pongo a leer la página que nos indicó Dumbledore, y asiento un par de veces ante la información que descubre. Interesante, muy interesante.

Y tomo nota mental, no sólo de hablar con... ¿el profesor estrellita? Me gusta como queda. Sino también de lo que pone acerca de la muerte de su hermano, su voto de venganza contra un archidemonio y como todo eso encaja con que esté aquí.

Me paso el resto de la tarde estudiando el libro, en busca de cualquier pista que ayude a confirmar mi sospecha de que Winston Bane peléo contra el demonio que apareció el curso anterior. También intento memorizar cualquier información que parezca útil que se encuentre en el libro.

No encuentras la información que buscas, lo único que encuantras sobre Winston, es que existen rumores acerca de un matrimonio, pero nada que permita corroborar esa información. Al parecer Magnus y la legión borraron cualquier pista que permita rastrear a la familia de Winston.

Entro en la biblioteca con una sensación extraña. La última vez que había estado aquí, fue la noche en que atacaron el colegio, por lo que mi cabeza comienza a fantasear sobre buscar libros de aventuras y no sobre lo que en verdad me había llamaba la atención. Con cuidado de no hacer ruido, me acerco a la señora Pince y casi en un susurro le digo.

- Disculpe, estoy buscando el libro de cuidado de las criaturas mágicas ¿podría decirme dónde está?

Acto seguido me imagino que no habré sido la única y noto como me pongo algo colorada por no haber venido antes en su busca.

Al escuchar tu solicitud, la bibliotecaria te observa con detenimiento y tras soltar un gran suspiro se acerca a ti con paso lento y parsimonioso.

Señorita aquí tenemos varios libros sobre el tema, pero ¿Cuál es el que busca exactamente? ¿El aprobado por el Ministerio? ¿Textos de consulta adicionales? o... - aqui hace una pequeña pausa que parece eterna, como si el tiempo se hubiera detenido en la habitación - ¿El favorito del profesor Hagrid?

Si que había opciones por lo visto.

- El último supongo, este año vamos a empezarla con él y no teníamos noticias al respecto. - respondo encogiéndome de hombros - Únicamente quería echarle una ojeada antes.

Explico mi interés en el libro teniendo un mal presentimiento.

La bibliotecaria, entorna los ojos y tras sacar unos gruesos guantes de su escritorio, se acerco de nuevo a ti, ofreciéndote un par, para luego colocarse los propios.

Muy bien, sígueme por favor. Vamos a ir a la sección de libros peligrosos, así que no te alejes ni toques nada a menos que quieras perder tus manos o lastimarte seriamente. - te advierte la bibliotecaria con severidad.

Luego de unos segundos te conduce a través de una enorme y pesada puerta de madera.

Esta sección de la biblioteca es relativamente pequeña, pero muy peculiar. Los anaqueles están bloqueados con rejas corredizas y algunos libros están firmemente encadenados a los anaqueles.

Da la sensación de ser más una prisión de libros que un templo del saber. Al final del pasillo se encuentran cuatro mesas de lectura, rodeadas de cuatro pilares con el escudo del colegio grabado en bajo relieve.

Justo al lado de uno de los pilares había un pequeño anaquel, en el que reposaba una campana de bronce.

Espera aquí y si algo pasa, sólo toca la campana y no te muevas. Es en serio. No ssalgas de esta zona sin importar que ocurra.

Tras dejarte sola algunos segundos, la bibliotecaria regresa con un libro que parece ronronear en sus manos.

¿Sabes abrirlo y amansarlo?

Me pongo los guantes y la acompaño algo nerviosa. ¿Qué tipo de libro íbamos a estudiar si estaba en esta sección? De todas formas, era la primera vez que entraba en esta zona y no pude evitar mirar a los lados para, al menos, conocerlo. No obstante, sigo sus instrucciones al pie de la letra.

- ¿Abrirlo y amansarlo?

Repito sus palabras realmente extrañada.

Tranquila, sólo acaricia su lomo de vez en cuando y estarás bien. Por cierto, le gusta que le rasquen en la contratapa.

​Cuando termines toca la campana y vendré a buscarte.

Había oído que podía haber libros peligrosos por su contenido, pero ni que fuera una especie de animal. No obstante, si estaba en este lugar mejor sería seguir las instrucciones de la bibliotecaria, así que lo cogí y empecé a acariciarlo con cuidado.

- Gracias.

Comenté antes de sentarme mientras comenzaba a rascarle. Sólo esperaba no perder la manos mientras pasaba las páginas de su interior, ¡porque menudos dientes tenía! Afortunadamente, mis miedos eran infundados y ni siquiera intentó un movimiento más extraño que una especie de ronroneo al que pronto me acostumbré.

El libro era bastante completo, contaba con una gran cantidad de criaturas y explicaba sus características generales, entre las que entraban alimentación, descripción gráfica, comportamientos... seguramente habría libros más concretos sobre algunas especies, pero para nosotros era un buen resumen. No obstante, tenía muy claro que criatura quería estudiar con algo más de profundidad, por lo que empecé a pasar páginas hasta encontrarla.

Aquí estas.

El basilisco, el rey de las serpientes, de ojos amarillos y piel escamosa verde brillante, podía medir casi quince metros y era una bestia calificada como quíntuple equis. Al parecer eso suponía que no era posible domesticarla por ningún medio, por lo que Slytherin debía conocer alguna forma de controlarlo, porque dudaba que le hubieran dado esa calificación si alguien que dominara el pársel pudiera controlarla simplemente. Además era excesivamente letal por lo que más valía ser muy cuidadoso, o estar muy loco, para intentar tratar con alguno de ellos.

Después continué pasando las hojas deteniéndome en otras criaturas más llamativas, como dagones, unicornios, las diferentes especies de pegasos... resultaba un libro muy interesante, especialmente para alguien que le interesaran las criaturas mágicas tanto como a mí.