Partida Rol por web

Esto era demasiado para Kat, si estaba acalorada por estar cerca de Artemis ahora con esas palabras tan dulces mas ese abrazo no podía mas. Dándole un empujón lo separó de ella, alzó la vista mostrando su cara colorada y le dijo:

-TAMBIEN ME....ME...GUSTAS, PERO ES MUY PRONTO. AÚN SOMOS NIÑOS Y NI SIQUIERA TE HE PRESENTADO A MI MAMÁ NI A MI TÍO.

Oculto su cara con su cabello y continuó:

-TODAVÍA NO ME PUEDO JUNTAR, TENGO MUCHOS PLANES, QUIERO VIAJAR POR EL MUNDO, QUIERO COMERME UNA HAMBURGUESA GIGANTE CON QUESO, QUIERO VENCER AL GRAN REY MONO Y SALVAR LA 8VA DIMENSIÓN, NADAR EN UNA PISCINA LLENA DE JELLY BEANS Y OSITOS DE GOMITA.... AÚN SOY MUY JOVEN PARA TENER UN NOVIAZGO.

Kat en su inocencia no notó que había dicho todo en voz alta, pero no importaba, ella estaba abriendo su corazón.

Kat a mi me encantaría acompañarte, recorrer todos esos lugares juntos y vivir por siempre a tu lado, lejos de toda esta locura, sólos tu y yo. - dice Artemis con cierto nerviosismo en la voz mientras acerca su rostro al tuyo y acaricia tiernamente tu mejilla.

Compartir esa enorme hamburguesa, y ayudarte a derrotar al Rey mono, tu eres mi mundo y haría cualquier cosa por ti, incluso nadar en esa gran piscina de goma. La vida de los humanos es muy corta, no veo razón para dejar escapar un segundo más sin estar a tu lado. - agrega el Gryffindor mientras acerca sus labios a los tuyos.

Luego de que Merida inspeccionó el linde del bosque prohibido, decidió volver al castillo, encontrándose con Allison en el camino, juntas las Hufflepuff toman un pasadizo secreto que las conduce al tercer piso.

Una vez en el tercer piso, las jóvenes brujas corren hasta las puertas de la biblioteca e ingresan intempestivamente en la misma.

Lo primero que distinguen es un aroma dulzón en el aire y que la biblioteca está aparentemente vacía. Sin embargo, cuando están por marcharse, les parece escuchar la voz de Artemis, así que deciden investigar.

-Yo.....yo......

Sencillamente no pudo decir nada mas, estaba demasiado acalorada para oponerse a las caricias de Artemis. Hasta eso y a pesar de el rechazo que aún sentía hacia la situación una parte de ella lo deseaba: Su primer beso con un chico de ensueño.

Tan pronto los labios de Artemis se posan sobre los tuyos, sientes como tus fuerzas te abandonan y caes al suelo incapaz de moverte.

Lo siguiente que ves es a un fornido demonio ocupando el lugar del Gryffindor, el mismo que te sonríe maliciosamente. 

Vaya chiquilla tonta, en verdad voy a disfrutar devorar tu alma inocente, es en vano que te resistas ya tome tu fuerza vital con ese primer beso, ahora un beso más y tu alma será mía. - dice el demonio con una sonrisa socarrona.

No te preocupes mi amor, muy pronto todo terminará y tus sueños más salvajes se harán realidad a mi lado.

En el preciso instante que el demonio está por besarte nuevamente, algo lo detiene.

Detesto que me interrumpan mientras como, ahora descansa que voy a ver quién ha llegado, ojalá y sea otra amiga tuya para poder merendármela. - sentencia el demonio reasumiendo la forma de Artemis.

Mientras se acercan al origen de la voz, un muy debilitado Artemis sale de entre las estanterías dando tumbos, para finalmente desplomarse en el suelo.

En ese preciso instante ustedes se olvidan de todo, pues el objeto de su mayor amor está ante ustedes muy debilitado, casi muerto y lo único que les importa en ese momento es estar a su lado y confortarlo.

¡Allison, Mérida, ayúdenme por favor! ¡Estoy demasiado débil! - clama Artemis mientras intenta ponerse de pie.

Sin poder resistirse a la insistencia de Artemis la Rubita solo pudo alzar los labios ansiosa. Cuanto había esperado por su primer beso.

Mas no fue lo que esperaba, cuando sus labios tocaron los de Artemis sintió que estos le quitaron la fuerza de tirón, lo cual provocó que cayera al piso por el cansancio.

-Buag, buag, que asco, saliva de demonio, uggg.

Intento decir mientras el ente se mofaba por burlarse de sus sentimientos, pero no podía hablar, estaba inmovilizada por carecer de fuerza.

-gurrrr, maldito, espera a que me pare condenado rojito.-Maldijo en sus adentros mientras lo fulminaba con la mirada.

Mientras nos vamos acercando al origen de esa voz, voy notando como una especie de niebla va llenando mi mente. Pero después de lo que ha pasado en la clase de Astronomía, no le doy más vueltas. Debe de ser un efecto secundario de haber forzado tanta magia. Maldito Kronos...

Por el rabillo del ojo, veo como Allison se encuentra algo más pálida de lo normal. Pero cualquier pensamiento al respecto desaparece completamente en cuanto veo a Artemis.

- ¿Qué... qué ha pasado? - pregunto mientras me lanzo corriendo hacia él, abrazándolo - Deja que te ayude. - le digo, mientras, apoyo su peso en mí para que se vaya incorporando, acariciando una de sus mejillas con una mano.

Durante un instante, los ojos se cierran con fuerza. Como si un destello hubiera cruzado mi mente, intentando decirme que algo no está bien, pero rápidamente es olvidado para dedicarme a mi pobre y adorable Artemis.

No lo sé, todo fue tan rápido, sólo recuerdo esos ojos y luego todo se puso negro, es como si esa cosa me hubiera drenado toda mi fuerza. - responde Artemis mientras abraza fuertemente a Mérida intentando estar lo más cerca de ella posible.

Una vez llegaron a la biblioteca con la esperanza de encontrarse a Kat, son recibidas de nuevo con lo que parece una estancia vacía. Hasta que escuchan una voz familiar. ¡Esa es la voz de Artemis! Pero.. Sería la segunda vez que ocurre y ya estoy harta de juegueci- .... Aquella idea pronto abandonó la mente de la pelirroja, como si el instinto de proteger a un ser querido fuera tan intenso que no dejaba lugar a la razón. ¡Artemis está en peligro!

Corriendo hasta el encuentro del joven, Allison se arrodilla junto al joven, mientras Mérida lo ayuda a incorporarse sobre su regazo. Una pequeña punzadita se instala en el corazón de la Hufflepuff, quién se resigna a contemplar como ambos se abrazan, mientras lo que parecen lágrimas se agolpan en sus ojos, peleando por escapar.  - ¿No estás herido, verdad cariño? Dinos, ¿que podemos hacer? - preguntó con preocupación, mientras acariciaba el pelo de Artemis con suavidad intentando calmar sus manos temblorosas.

Acéptalo Allison, este es tu sitio. Tú lugar en la vida es observar la felicidad de otros. Pero... Aún así le quiero... Sólo parece agotado, y no al borde de la muerte.. No puede.. ser..? 

Allison, mi varita. La perdí cerca de la sección prohibida por aquel pasadizo. - dice Artemis señalando hacia un largo pasadizo que parece conducir al centro de la biblioteca.

Me siento indefenso sin ella. ¿Crees que podrías ir a buscarla mientras yo me recupero?  - inquiere Artemis al tiempo que clava sus ojos en Allison.

En verdad apreciaría mucho si me la traes.

Los pensamientos de la pelirroja se interrumpieron cuando escuchó la voz de Artemis, rapidamente asintió prestando mucha atención a lo que el muchacho pedía. - ¿Un pasadizo? - preguntó mirando en la dirección que le indicaba.

- C-claro, ¡voy enseguida no te preocupes! -  respondió apresuradamente, sonrojándose levemente al notar la mirada intensa del Gryffindor, poniéndose de nuevo en pie para aventurarse dónde Artemis decía. 

Tan pronto Allison se marcha, Artemis fija su vista en Merida.

Mérida, por favor ayúdame a llegar a aquella silla. - dice Artemis señalando una silla que está a unos dos metros de distancia.

El andar del Gryffindor es lento y pausado, pero su ritmo es constante, y con cada paso que da, estrecha más el abrazo sobre Mérida, llegando incluso a apoyar su cabeza contra la de Mérida.

El pasadizo en que te hayas es bastante largo, así que no tardas en perder de vista a Mérida y Artemis, ello aunado a la casi nula iluminación dificulta bastante tu labor de localizar la esquiva varita del Gryffindor.

No se ve un pimiento, así no encontraré la varita en la vida. Mm veamos... - Lumos. - dijo mientras agitaba su varita, al tiempo que el extremo se iluminaba tenuemente proporcionando una fuente de luz. - Mucho mejor, ¿dónde habrá caído..? - se dijo mientras empezaba a buscar por el lugar. 

Mientras estaba buscando, a Allison le dio la impresión de que se le estaba olvidando algo importante, pero en ese momento quería hacer feliz a Artemis encontrando la varita perdida, así que simplemente se encogió de hombros mientras reanudaba la búsqueda.

Mi sonrisa se amplía ligeramente cuando noto a Artemis pegarse más hacia mí, noto la calidez de su piel en la mía y por un momento me olvido de todo. Hasta que Allison empieza a hablar y Artemis le responde.

Y, es como si cientos de sirenas sonaran dentro de mi mente, intentando hacerse escuchar pero hubiera algo que las intentara acallar. Sacudo la cabeza vigorosamente, aclarando mi mente un mente.

- Espera, Allison. - digo alargando mi mano libre hacia mi mejor amiga - Mejor vamos los tres juntos, ¿no? - termino dirigiéndole una dulcísima sonrisa a Artemis y poniéndome a andar con él al lado de Allison hacia el pasadizo que indicaba.

Quizás soy yo que soy paranoica. Pero, no puedo evitar malpensar. Ya la otra vez los secuaces de Kronos intentaron tendernos una trampa cambiando de forma. ¿Y si lo están volviendo a hacer? O quizás, Allison se encuentre con algún peligro. Me cuesta desconfiar de mi querido Artemis, pero quizás sea realmente un demonio usando su piel. Y tampoco puedo permitir que Allison caiga en una trampa. Pero me guardo para mí todos esos pensamientos tras una dulce y amable sonrisa mientras los tres vamos andando por el pasillo de la biblioteca.

Artemis sonríe ante la propuesta de Mérida e intenta seguirle el paso a las chicas, pero debido a su condición, el Gryffindor pierde el pie y cae al suelo, arrastrando a Mérida.

Lo siento, estoy muy débil como para caminar tanto. - dice azorado.

De verdad lo siento, será mejor que me quede aquí.