Partida Rol por web

Al principio solo me alegro de ver a Remus, pero después noto que algo raro está pasando. Corro hacia donde están todos, situándome al lado de Dean y Remus y cogiéndoles las manos para que no puedan lanzar conjuros, cosa que ya era demasiado tarde, pues no corría tan rápido. 

- ¡¿Qué hacéis?! ¡¿Qué está pasando aquí?! ¡¿Por qué estáis atacando a vuestros amigos?!- Digo como primer impulso, cogiendo las manos que sujetaban la varita de ambos y lanzando la pregunta hacia donde se encontraba el barullo. No tardo en deducir que el problema principal venía de Donnie y Sirius, los cuales se estaban peleando. 

Apunto a la varita de Sirius, soltándole la mano a Dean y reaccionando un poco mejor que antes pero aún algo confundida, sin embargo paro. La cosa parecía que se había calmado.

Mis ojos se van hacia London, la cual parecía muy cabreada. -¿Te han hecho algo?- Le pregunto, extrañada. De Sirius me podía esperar que se estuviera peleando por el fugaz amor de la nueva, pero de Donnie lo dudaba mucho. No me entraba en la cabeza... ¿Había dicho que son muy valientes cuando son varios? ¿Eso significaba que habían ido todos contra ella? Eso aún me descuadraba más.

Cuando noto lo molesto que esta Remus le suelto de la mano y comienzo a acariciarla, intentando calmarle. - No pierdas la calma, Remus. Has hecho lo que tenías que hacer. - Fulmino a Brad con la mirada por unos instantes ¿En serio pensaba que el prefecto de Gryffindor quería meterse en la pelea? Mis ojos se van hacia Donnie el cual estaba petrificado. Seguía sin entender bien que podía haber pasado. 

- Os acompaño a la enfermería con James. 

* Antes de intentar levantarle, apunto con mi varita a Donnie. -Donnie, sé que ahora que te voy a despetrificar no vas a hacer ninguna tontería y te vas a comportar ¿A que sí? Si no, te hechizo de nuevo yo misma. Tenéis que hablar las cosas como magos civilizados ¡Por las barbas de Merlin! Finite Incantatem.- Digo, echándole una mirada a Remus con cara de pena. Lo había petrificado él, pero confiaba en que Donnie se calmara. Aparte, no veía justo que Donnie estuviera en ese estado y Sirius no. 

-Ya sé que eres un prefecto. Y Lily también. Pero ambos sois de Gryffindor y ambos con muchos lazos a los implicados. Sobre todo tú. No pretendía ofender, simplemente que no tuvieses que intervenir. Estando yo aquí, que soy de otra casa y tengo menos trato...siempre es más difícil tratar de manera imparcial a alguien que te importa.

¿No le acabo de decir a Irina que no se meta? Joder, pasa de mi como de la mierda. Está claro que ser Prefecto y buena gente no va bien.

-Irina, intentamos hacer de prefectos. Está bien que intentes ayudar pero cuando no hace falta, no hace falta. No les quitéis las cuerdas a ninguno hasta que no prometan calmarse. Por cierto, a James le han lanzado un cerebro de mermelada. Creo que un finite debería bastar...pero mejor que lo vea la enfermera, sí.

Miro a Sirius.

-Al parecer, alguien le ha dado a Snape poción de la que hemos hecho hoy, pero en mal estado. O eso dicen que han hecho, en realidad yo no he visto nada, solo que se reían así que realmente...pruebas no hay ninguna.- ahí tienen un cable para salir del lío si lo saben aprovechar. Me caen bien...y sé que probablemente son culpables, pero no he visto nada -Simplemente les pregunté de que se reian...Donnie apareció, lo escuchó y los atacó sin provocación ninguna. Sirius se defendió y ya aparecísteis todos los demás.

-Así que, Remus, Lily, ¿Qué os parece si uno lleva a James a la enfermería y los otros dos llevan a Sirius y Donnie a McGonagall? Que yo sepa James no ha hecho nada más que recibir un conjuro. Sirius se defendió, no creo que le caiga nada serio, pero al que realmente he visto infringir las normas es a Donnie. Si los hubiese retado o algo me daría igual. Pero atacar a traición de esa manera es rastrero.

Miro al resto.

-¿Tenéis algo que añadir que ayude a aclarar todo esto?

Estaba totalmente preparada, lista para unirme a aquel jaleo, mentalizada para llegar a ganar, y ver a aquellos leones mordiendo el polvo.

Contemplé el rostro de cada uno de ellos, totalmente encolerizada. Mi pecho subía y bajaba, nervioso y con una respiración irregular. Me hubiera gustado que aquello fuera más sencillo, pero entendí que me estaba metiendo en algo mucho más grande que lo que en un principio me había imaginado.

Sin darme cuenta de lo que hacía, bajé la varita lentamente, hasta descansar mi brazo en un costado. Explicaciones. Sí, aquello estaba bien.

Claro, vamos a hablar, pensé con condescendencia, dispuesta a perder mi valioso tiempo.

Escuché las conversaciones de todo, y la pregunta de aquella chica pelirroja. Negué con la cabeza como respuesta. Podría haber sido más extensa, o, incluso, podría llegar a haber mentido y decir que me habían lazando conjuros mansalva, pero, primero, no me gustaba mentir, y, segundo, hubiera sido muy tonto decir que no puedo desviar ciertos conjuros. Hubiera quedado como una pésima duelista, y mi imbatible orgullo no me lo hubiera permitido.

—Vale, vale— dije, poniendo las manos a la altura de los hombros—. Sois los prefectos. Vosotros sabéis.

Hice un gesto impaciente con la mano, dejándola caer de nuevo a mi costado, y miré al grupo feliz, al grupo de los amigos de verdad, al grupo que se creía muy popular y unido.

Sonreí con desdén, mirándolos mientras los engranajes de mi cabeza se ponían en marcha.

—Así que, una poción en mal estado— repetí, como si fuera una pregunta, pero, en realidad, no lo era—. A mi compañero de Casa y de grupo en los juegos— entorné los ojos, mirando al del pelo revuelto y al muchacho del cabello negro, su mejor amigo, o eso me hizo entender Aelia—. Qué bien— dije, dando una palmada a la altura de mi cadera, sarcástica—. Qué gran colegio donde se ataca a los compañeros.

Me llevé las manos a la cabeza, entrelazando los dedos detrás de mi nuca, sin dejar de mirar al grupo de los leones, a aquella particular manada.

—Claro, que los heridos se vayan a la enfermería, pobres— concedí sonriendo con frialdad—. Pero, tú estás bien, ¿verdad?— dije, señalando con el mentón al muchacho del pelo oscuro—. ¿Qué tal si tenemos una charla tú y yo para aclarar lo de Severus? ¿O prefieres acompañar a tu novio?— dije, mirando a Potter—. Por mí no hay problema. 

Remus coge de la mano de la varita a Irina, evitando que deshaga el hechizo de Donnie*.

- Brad tiene razón, Irina. Mejor no os metáis, dejádnoslo a los prefectos. Tú también Dean. - les dice Remus con amabilidad a pesar de que se nota que está enfadado por la situación. Le da un beso en la frente a Irina. - Mejor que os vayáis antes de que se monte un circo.

Se gira entonces a Lily, quien mira a Sirius y James con odio tras lo que ha dicho Brad. Los conoce demasiado para saber que han sido ellos, pese a las ambigüedades de Brad, y nunca le ha gustado que se metan con Severus a pesar de que este año parece que ya no se les ve nunca juntos. Es por eso que Remus actúa antes de que pase nada.

- Lily, encárgate de ellos. Brad y yo solucionaremos esto. - dice mirando al prefecto de Ravenclaw en busca de soporte.

Sirius se ha mantenido en silencio, sabiendo que ahora tiene que ir con cuidado con lo que dice si quiere evitar problemas. Sin embargo, chasquea la lengua y, con la dignidad que se puede conservar mientras se está atado e intentando no perder el equilibrio, ladea la cabeza mirando a London.

- ¿Por qué iba a tener que hablar contigo sobre Snivellus? - parece ir a añadir algo, pero se calla antes de hacerlo. Seguramente lo que iba a decir iría en su contra en la historia que Brad había planteado - E intentar insultarnos llamándole "mi novio" es un golpe poco elegante, y poco ingenioso. Esperaba más de una Slytherin aparentemente inteligente. - mira entonces a Brad y Remus - Quitadme las cuerdas para que pueda caminar y vayamos a solucionar esto con la sub-dire.

Lily asiente mientras se muerde el labio a Remus. Sabe que ahora mismo no puede ser objetiva, algo que a Remus se le da muchísimo mejor cuándo debe ejercer de prefecto. Se acerca a London justo cuando ella y Sirius intercambian un par de frases.

- Basta Sirius. - le dice cabreada antes de mirar a London. - London, ¿verdad? Será mejor que tú también vengas conmigo. No sería bueno que te metieras en líos el primer día... Y Potter y Black tienen el don de hacer que cualquiera a su alrededor se meta. Y Donnie también tiene talento. Vamos. - dice haciendo un gesto para que se muevan fuera del camino que los prefectos y los "sospechosos" tienen que seguir para ir al castillo. - Vosotros también. - añade a Irina y Dean.

En unos segundos parece formarse una acalorada discusión.

Brad:

 -Venga ya...¡Vosotras dos quedáos quietas y no lieis más las cosas! Estoy intentando parar esto. Dean, Remus...ya basta de conjuros. James y Sirius van a tener una charla con los jefes de sus casas. Luego si quieres tenemos un duelo, London. Por mi genial. Pero ahora no lo liemos todo más no me hagáis desagradable ser prefecto...no mola tener que castigar a nadie.

Remus parece molesto, algo realmente extraño en él.

Remus:- Tal vez porque ellos son mis amigos se te ha pasado por alto de que yo también soy prefecto, Brad, y que he intervenido para parar el duelo antes de que ninguno hiciese algo de lo que se arrepintiese, no para divertirme precisamente. - dice mirando con severidad a Donnie y Sirius. Cierto es que él ha entrado gritando que parasen y que Remus es la última persona del colegio que quiere "conflictos armados", siempre optando por usar las palabras (a pesar de que esas no sirven para el trio que tiene como amigos). - ¿Se puede saber qué ha pasado aquí? - añade mirando a Sirius, Brad, a un James sentado en el suelo con la mirada confundida y a un petrificado Donnie que no puede hablar... y por último a London, tras sus extrañas palabras sobre Gryffindors contra Slytherin. -Será mejor que James pase por la enfermería antes de llevarlo ante McGonagall... ¿Y no estaba Peter con vosotros, Sirius?

El quinto Gryffindor de sexto no está en ninguna parte en las inmediaciones, cosa que hace que Sirius mire a su alrededor antes de encogerse de hombros (o intentarlo) mientras dice "habrá huído".

Dean:

- Brad, desde luego no tenemos intención de iniciar ninguna batalla - digo algo fatigado por la carrera para llegar hasta el enfrentamiento. Hemos lanzado los hechizos para pararlos, al igual que tú el tuyo. ¿Por qué demonios estáis luchando? London, yo soy Gryffindor y no me he metido con nadie, espero que te calmes, no se que ha pasado aquí pero te aseguro y espero - digo mirando a mis compañeros - que no se trate de un duelo de casas. Remus, ¿te ayudo con James?

Irina: 

Al principio solo me alegro de ver a Remus, pero después noto que algo raro está pasando. Corro hacia donde están todos, situándome al lado de Dean y Remus y cogiéndoles las manos para que no puedan lanzar conjuros, cosa que ya era demasiado tarde, pues no corría tan rápido. 

- ¡¿Qué hacéis?! ¡¿Qué está pasando aquí?! ¡¿Por qué estáis atacando a vuestros amigos?!- Digo como primer impulso, cogiendo las manos que sujetaban la varita de ambos y lanzando la pregunta hacia donde se encontraba el barullo. No tardo en deducir que el problema principal venía de Donnie y Sirius, los cuales se estaban peleando. 

Apunto a la varita de Sirius, soltándole la mano a Dean y reaccionando un poco mejor que antes pero aún algo confundida, sin embargo paro. La cosa parecía que se había calmado.

Mis ojos se van hacia London, la cual parecía muy cabreada. -¿Te han hecho algo?- Le pregunto, extrañada. De Sirius me podía esperar que se estuviera peleando por el fugaz amor de la nueva, pero de Donnie lo dudaba mucho. No me entraba en la cabeza... ¿Había dicho que son muy valientes cuando son varios? ¿Eso significaba que habían ido todos contra ella? Eso aún me descuadraba más.

Cuando noto lo molesto que esta Remus le suelto de la mano y comienzo a acariciarla, intentando calmarle. - No pierdas la calma, Remus. Has hecho lo que tenías que hacer. - Fulmino a Brad con la mirada por unos instantes ¿En serio pensaba que el prefecto de Gryffindor quería meterse en la pelea? Mis ojos se van hacia Donnie el cual estaba petrificado. Seguía sin entender bien que podía haber pasado. 

- Os acompaño a la enfermería con James. 

Antes de intentar levantarle, apunto con mi varita a Donnie. -Donnie, sé que ahora que te voy a despetrificar no vas a hacer ninguna tontería y te vas a comportar ¿A que sí? Si no, te hechizo de nuevo yo misma. Tenéis que hablar las cosas como magos civilizados ¡Por las barbas de Merlin! Finite Incantatem.- Digo, echándole una mirada a Remus con cara de pena. Lo había petrificado él, pero confiaba en que Donnie se calmara. Aparte, no veía justo que Donnie estuviera en ese estado y Sirius no. 

Brad: 

-Ya sé que eres un prefecto. Y Lily también. Pero ambos sois de Gryffindor y ambos con muchos lazos a los implicados. Sobre todo tú. No pretendía ofender, simplemente que no tuvieses que intervenir. Estando yo aquí, que soy de otra casa y tengo menos trato...siempre es más difícil tratar de manera imparcial a alguien que te importa.

¿No le acabo de decir a Irina que no se meta? Joder, pasa de mi como de la mierda. Está claro que ser Prefecto y buena gente no va bien.

-Irina, intentamos hacer de prefectos. Está bien que intentes ayudar pero cuando no hace falta, no hace falta. No les quitéis las cuerdas a ninguno hasta que no prometan calmarse. Por cierto, a James le han lanzado un cerebro de mermelada. Creo que un finite debería bastar...pero mejor que lo vea la enfermera, sí.

Miro a Sirius.

-Al parecer, alguien le ha dado a Snape poción de la que hemos hecho hoy, pero en mal estado. O eso dicen que han hecho, en realidad yo no he visto nada, solo que se reían así que realmente...pruebas no hay ninguna.- ahí tienen un cable para salir del lío si lo saben aprovechar. Me caen bien...y sé que probablemente son culpables, pero no he visto nada -Simplemente les pregunté de que se reian...Donnie apareció, lo escuchó y los atacó sin provocación ninguna. Sirius se defendió y ya aparecísteis todos los demás.

-Así que, Remus, Lily, ¿Qué os parece si uno lleva a James a la enfermería y los otros dos llevan a Sirius y Donnie a McGonagall? Que yo sepa James no ha hecho nada más que recibir un conjuro. Sirius se defendió, no creo que le caiga nada serio, pero al que realmente he visto infringir las normas es a Donnie. Si los hubiese retado o algo me daría igual. Pero atacar a traición de esa manera es rastrero.

Miro al resto.

-¿Tenéis algo que añadir que ayude a aclarar todo esto?

London:

Estaba totalmente preparada, lista para unirme a aquel jaleo, mentalizada para llegar a ganar, y ver a aquellos leones mordiendo el polvo.

Contemplé el rostro de cada uno de ellos, totalmente encolerizada. Mi pecho subía y bajaba, nervioso y con una respiración irregular. Me hubiera gustado que aquello fuera más sencillo, pero entendí que me estaba metiendo en algo mucho más grande que lo que en un principio me había imaginado.

Sin darme cuenta de lo que hacía, bajé la varita lentamente, hasta descansar mi brazo en un costado. Explicaciones. Sí, aquello estaba bien.

Claro, vamos a hablar, pensé con condescendencia, dispuesta a perder mi valioso tiempo.

Escuché las conversaciones de todo, y la pregunta de aquella chica pelirroja. Negué con la cabeza como respuesta. Podría haber sido más extensa, o, incluso, podría llegar a haber mentido y decir que me habían lazando conjuros mansalva, pero, primero, no me gustaba mentir, y, segundo, hubiera sido muy tonto decir que no puedo desviar ciertos conjuros. Hubiera quedado como una pésima duelista, y mi imbatible orgullo no me lo hubiera permitido.

—Vale, vale— dije, poniendo las manos a la altura de los hombros—. Sois los prefectos. Vosotros sabéis.

Hice un gesto impaciente con la mano, dejándola caer de nuevo a mi costado, y miré al grupo feliz, al grupo de los amigos de verdad, al grupo que se creía muy popular y unido.

Sonreí con desdén, mirándolos mientras los engranajes de mi cabeza se ponían en marcha.

—Así que, una poción en mal estado— repetí, como si fuera una pregunta, pero, en realidad, no lo era—. A mi compañero de Casa y de grupo en los juegos— entorné los ojos, mirando al del pelo revuelto y al muchacho del cabello negro, su mejor amigo, o eso me hizo entender Aelia—. Qué bien— dije, dando una palmada a la altura de mi cadera, sarcástica—. Qué gran colegio donde se ataca a los compañeros.

Me llevé las manos a la cabeza, entrelazando los dedos detrás de mi nuca, sin dejar de mirar al grupo de los leones, a aquella particular manada.

—Claro, que los heridos se vayan a la enfermería, pobres— concedí sonriendo con frialdad—. Pero, tú estás bien, ¿verdad?— dije, señalando con el mentón al muchacho del pelo oscuro—. ¿Qué tal si tenemos una charla tú y yo para aclarar lo de Severus? ¿O prefieres acompañar a tu novio?— dije, mirando a Potter—. Por mí no hay problema. 

Remus coge de la mano de la varita a Irina, evitando que deshaga el hechizo de Donnie*.

- Brad tiene razón, Irina. Mejor no os metáis, dejádnoslo a los prefectos. Tú también Dean. - les dice Remus con amabilidad a pesar de que se nota que está enfadado por la situación. Le da un beso en la frente a Irina. - Mejor que os vayáis antes de que se monte un circo.

Se gira entonces a Lily, quien mira a Sirius y James con odio tras lo que ha dicho Brad. Los conoce demasiado para saber que han sido ellos, pese a las ambigüedades de Brad, y nunca le ha gustado que se metan con Severus a pesar de que este año parece que ya no se les ve nunca juntos. Es por eso que Remus actúa antes de que pase nada.

- Lily, encárgate de ellos. Brad y yo solucionaremos esto. - dice mirando al prefecto de Ravenclaw en busca de soporte.

Sirius se ha mantenido en silencio, sabiendo que ahora tiene que ir con cuidado con lo que dice si quiere evitar problemas. Sin embargo, chasquea la lengua y, con la dignidad que se puede conservar mientras se está atado e intentando no perder el equilibrio, ladea la cabeza mirando a London.

- ¿Por qué iba a tener que hablar contigo sobre Snivellus? - parece ir a añadir algo, pero se calla antes de hacerlo. Seguramente lo que iba a decir iría en su contra en la historia que Brad había planteado - E intentar insultarnos llamándole "mi novio" es un golpe poco elegante, y poco ingenioso. Esperaba más de una Slytherin aparentemente inteligente. - mira entonces a Brad y Remus - Quitadme las cuerdas para que pueda caminar y vayamos a solucionar esto con la sub-dire.

Lily asiente mientras se muerde el labio a Remus. Sabe que ahora mismo no puede ser objetiva, algo que a Remus se le da muchísimo mejor cuándo debe ejercer de prefecto. Se acerca a London justo cuando ella y Sirius intercambian un par de frases.

- Basta Sirius. - le dice cabreada antes de mirar a London. - London, ¿verdad? Será mejor que tú también vengas conmigo. No sería bueno que te metieras en líos el primer día... Y Potter y Black tienen el don de hacer que cualquiera a su alrededor se meta. Y Donnie también tiene talento. Vamos. - dice haciendo un gesto para que se muevan fuera del camino que los prefectos y los "sospechosos" tienen que seguir para ir al castillo. - Vosotros también. - añade a Irina y Dean.

Asiento a Remus, los dos podemos con el asunto más que de sobra. Y respondo a Sirius.

-Pareces calmado y razonable, Sirius. Pero no confío en que Donnie lo esté...así que a él no lo voy a soltar. Serí injusto soltarte a ti. Solo serán unos minutos más, lo siento.

Apunto a ambos con mi varita. -Movilicorpus.- y los pongo a flotar. Echo a andar hacia el castillo. Miro a London antes de alejarme. Dejo que Remus se ocupe del pobre James, muy atontado por la maldición.

-Si sigues queriendo un duelo, podemos echarlo luego si nos vemos. Es bueno practicar contra oponentes fuertes y pareces muy segura.

Joni asiente de manera distraída, pero su mirada parece perdida, como si a pesar de darte la razon, su mente estuviese imaginándose algo completamente distinto.

Se ríe en cuanto a lo de la cerveza.

- Bueno, algunos dicen que se nace con el paladar adecuado, o sin él. - dice haciendo gestos de "señor importante experto en la materia" con la mano, mientras habla. - Pero yo creo que no, que simplemente tienes que aprender a beberlo, que no acostumbrarte. Acostumbrarse es algo distinto, no disfrutas si te has acostumbrado, simplemente lo bebes sin pensar. - da un trago como para sostener su argumento. - Una buena manera es combinandolo con la comida adecuada. Queso, por ejemplo. Pero estoy bastante seguro de que no me has sacado del colegio para que te enseñe a beber cerveza. Y si lo has hecho, creo que necesitamos ir a otro sitio... - añade en voz baja con una risa.

- Mmm... ¿el queso no era buen acompañamiento para el vino?-pregunto, pues había oído eso, no con la cerveza-. Yo debo haber nacido sin el paladar para la cerveza, y para las cosas amargas en general... Me gustan más los sabores dulces o los picantes, los ácidos tampoco están mal-comento mis gustos pensando en las comidas que me gustan. Sí, los sabores que me gustan son bastante contrarios, pero radicales y difíciles de mezclar-. Pero en general me gusta comer y beber de todo, mi cuerpo gasta más energía de la que guarda-comento riendo, pues es obvio que soy una persona muy nerviosa e inquieta. 

- En principio sí, te traje para beber cerveza de mantequilla. La próxima vez te prometo que iremos en un horario más legal-me acerco un poco más a él y susurro:-. Y donde pongan buena cerveza-río y me separo un poco, aunque sigo cerca-. Ya va siendo hora de volver, no nos conviene que me reconozcan. ¿Vamos?

- El queso es buen acompañamiento para muchas cosas. Es otra de esas cosas que mucha gente no aprecia, buenos quesos. Aunque admito que de quesos no tengo mucha idea. En el norte tenemos una oferta limitada si no es queso importado.

Joni da el último sorbo a su cerveza como quien bebe un vaso de agua.

- ¿Marcharnos, ya? Espero que no quieras volver ya a Hogwarts: ya que me sacas a pasear, hazlo un paseo largo, señora salerrrrro.

- El queso es uno de los mejores placeres de la vida-sentencié como frase final a nuestra conversación gastronómica.

Me levanté y me puse la chaqueta de mi hermano. Una vez pagado todo me despedí de Abbeforth con la mano y una sonrisa acompañada de un guiño de ojo cómplice. 

- Vamos, pareces un perrito que menea la colita por que te saquen a pasear-bromeo con Joni mientras me dirijo a la salida del local. Fuera hace algo más de frío, no parece demasiado tarde aún. Suelo quedar con Sirius de noche, cuando todo el mundo ha subido a dormir, por lo que tampoco tengo prisa-. Podemos dar una vuelta por el pueblo, ¿o hay algún sitio en concreto al que te interese ir?-pregunto, pues al fin y al cabo, el extranjero es él-. Realmente, hay poco que ver en Hogsmeade, es un pueblo tranquilo. 

No sólo los duelos mágicos me encantaban y entusiasmaban. Un duelo verbal era a lo que me había enfrentado desde que había aprendido a hablar y a comprender el significado de las palabras. Cuando el oponente de una era el hermano mayor o el padre que sólo sabían escupir veneno por la boca, no era tan difícil defenderse de personas que no llegaban a los talones a mi adorada familia. Lástima que no fueran boxeadores o expertos en artes marciales, porque la pelea hubiera ido a las manos.

Quería calmarme, y, ciertamente, todos aquellos alumnos sabían cómo iban las cosas en aquel colegio. Por muy vanidosa que fuera, no podía arriesgarme a perder puntos a mi Casa por una idiotez que ni siquiera tenía que ver conmigo.

Dejé escapar el aire que retenía en mis pulmones, y miré a los pozos oscuros que tenía Black por ojos.

—Siento si te he decepcionado— dije con algo de arrogancia—. Pero bajo de nivel intelectual para amoldarme a lo que me rodea— sonreí con petulancia, y un fuego interno se apoderó de mí. Tuve que controlarme. El duelo no era una opción en ese momento.

Escuché a la muchacha pelirroja. La miré con una ceja enarcada, algo confusa. No entendía por qué se dirigía a mí. No había hecho nada al fin y al cabo. Y las intenciones no debían de ser penadas. O, al menos, eso me gustaba pensar.

—¿Contigo?— pregunté, señalándola con un gesto vago—. Oh, vale, de acuerdo. Si es necesario…—dejé la frase morir, mientras me encogía de hombros.

Me giré para mirar a Brad, y sonreí con suficiencia, ensanchando la sonrisa. Lo contemplé, como si lo estuviera evaluando, y asentí con la cabeza.

—Sí, claro. Será divertido— dije, mordiéndome el labio inferior, como si fuera a morder una suculenta presa. Duelo era una palabra mágica para mí, y me encantaba—. Será muy divertido— enfaticé.

Suspiré y miré a la pelirroja que se había dirigido a mí. Ensanché mi sonrisa más dulce que pode poner en mi rostro y le dije:

—Bueno, ¿vamos?— pregunté, pestañeando, como si nunca, jamás, hubiera roto un plato en mi corta vida.

Y realmente traté no reírme a carcajadas ante la visión de ver a aquellos dos flotar cual globos aerostáticos, pero no lo conseguí. Se me llenaron los ojos de lágrimas, y mis costillas me dolían cuando quise darme cuenta.

—Es… Es bonísimo— dije, cuando pude parar de reír—. Tiene que ser muy cómodo que te trasladen así, ¿no, Black?— le dediqué mi mirada más envenenada, obviando al pobre Donnie que estaba en su misma situación, mientras sonreía con dulzura. Todo había merecido la pena con tal de haber conseguido ver aquello. 

Miro apenada como se van flotando Sirius y Donnie, los cuales son bastante ridículos, eso hace que se me salga media sonrisilla. Sin embargo, la situación no me gustaba nada ¿Por qué cojones se habían dueleado ellos dos? Deduje que tenía algo que ver con Severus, por lo tanto Donnie no me cuadra en la situación. 

Estaba hasta los mismísimos de que el grupo se dedicara a fastidiar a Severus. Es verdad que muchas veces se merecía un escarmiento por las contestaciones que le metía a Lily de vez en cuando, pero no como para no dejarle en paz día sí y día también. Y mucho menos impuesto por James y Sirius, los cuales no eran ejemplo para nada. De hecho, si no fuera por que son amigos de Remus, no les aguantaría. 

Le digo adiós con la mano a mi prefecto y me dispongo a seguir a Lily con London y Dean. Me gustaría ayudar a Remus pero entiendo la situación. 

- ¿Qué ha pasado, Dean?- Le pregunto a mi amigo. 

Veo como poco a poco el ambiente se empieza a calmar, viendo como se sucede cada una de las escenas, pero la que más me llama la atención finalmente es la proposición de duelo de Brad a London.

Después de lo que ha pasado, ¿Siguen teniendo ganas de batalla? De verdad que no los entiendo.

Justo cuando iba a irme a algún sitio para estar solo y relajarme, Irina se me acerca.

Hola Irina, perdona, por el lío ni me he acercado a saludarte. Si te digo la verdad, no lo sé, venía con Remus que he coincidido en la Sala Común cuando de repente hemos visto a Donnie atacar a Sirius, no sé el motivo porque Donnie no suele ser así y luego ya pues hemos intentado pararlos, veremos como acaba la cosas, pero me da mala espina.

Remus se encarga de levantar a James, quien parece decir palabras sueltas sin sentido alguno mientras Remus tira de él. Parece estar realmente fascinado por una bandada de cuervos que sobrevola los jardines.

Brad y Remus se alejan con los implicados mientras Lily se asegura de que ninguno de vosotros les siga. Cuándo se pierden de vista, se gira para daros via libre.

Al final todos se calman y REmus y Brad se llevan a los implicados (tirando de un confundido James y levitando a Sirius y Donnie). Al parecer, London y Brad van a tener un duelo (o en eso han quedado). Lily, Dean, Irina y London se quedan en los jardines hasta que Brad, REmus y los implicados desaparecen dentro del castillo. Tras eso, Lily les da via libre para ir a dónde quieran.

- London... - dice Lily a la chica cuándo el resto se ha perdido de vista - ¿Está...está Severus bien? ¿Ha ido a la enfermería?

Dejáis a James en la enfermería al cargo de la señora Pomfrey y Sofía Wolf. Tras eso, subís hasta el despacho de McGonagall, dónde debéis esperar unos minutos a que esta aparezca, pues al parecer estaba ocupada. Una vez ahí, Remus deshace el petrificus de Donnie y les quitáis las cuerdas a ambos, pues a ninguno se le ocurriría armarla en el despacho de McGongall y con dos prefectos al cargo. 

Tras unos minutos*, tanto ella como Pomona Sprout, jefa de Hufflepuff, aparecen por la puerta.

- ¿Qué ha ocurrido esta vez? - pregunta con tono cansado.

- Tú eres la guía, deberías sorprenderme con algo, no decirme que no hay nada que hacer. Aunque... - Joni se para unos segundos para apuntar hacia la Casa de los Gritos - Me han dicho que nunca entra nadie porque está encantada, lo que me parece la idea más absurda del mundo teniendo en cuenta que somos magos. ¿Qué hay de verdad, ahí dentro? ¿Has entrado?*