Partida Rol por web

- Resulta que la he cagado, petirrojo...-le digo a mi mejor amiga-, pero no ha sido enteramente mi culpa... Alguien le ha dado esto a Sirius y él piensa que he sido yo-le muestro entonces un brazalete en el que pone "solo tú y yo"-, pero obviamente, no he sido yo... Y claro, me ha visto en el baile con Joni...-dejo de contar nada, pues ya sabe el resto. Suspiro, agobiada, y me paso la mano por el pelo-¿Tienes idea de quién coño ha podido ser? Porque menuda se ha formado... Ahora no sé ni qué decirle a Sirius...

La profesora Dekkers se ríe ante lo que dice Brad y contesta con la misma clase de pitidos y chillidos.

- Tu sirenio ha mejorado mucho. Te concedo un baile, pero no demasiado pegados, que aún soy una profesora que desea mantener el puesto. Tu pareja no se enfadará?

Ellen sonríe y mira a Diane cuándo ambas son sacadas a bailar. Asiente con entusiasmo ante las palabras de Donnie.

- Bailo muy mal, pero me encantaría. - dice dándo una vuelta usando la mano de Donnie cómo eje.

Me quedo asombrada ante lo que me dice Mia. 

- ¿Y esto? -Pregunto extrañada, observando el brazalete.- No tengo ni idea de quién ha podido ser... Puede ser que alguien te quiera jugar una mala pasada o, lo más obvio, que alguien este muy colada por Sirius. Pero Mia, algo está muy claro aquí. Sirius esta realmente celoso de Joni y eso sólo quiere decir una cosa; Esta pillado hasta las trancas de ti. ¿Estás segura de lo que quieres con él? Porque esta es una oportunidad muy grande de llevar vuestra extraña relación a algo más. 

-¿Nada de pegados? Vaya...lo entiendo, claro. Con mi sex appeal debe ser difícil para una profesora...- aclaro que bromeo con una sonrisa -No se enfadará, profe. Además de que es muy abierta ella prácticamente me ha retado a pedirle un baile. Estamos a salvo de puñaladas traperas.

Me quedé atónito al ver a mis compañeras de curso siendo el grupo esa noche, desde luego era una sorpresa y las felicitaría en cuanto tuviese algo de tiempo.

Ante la pregunta de Sofía solo pude contestarle:

Pues claro, pero eso sí, nunca podrás decir que no te lo avisé, el gusto del baile se fue completito a mi hermana, se ve que no quisieron repartir.

Justo cuando iba a salir veo como aparece Mia y al poco como Irina me hace una señal para que vaya junto con ella, por lo que vuelvo a decirle a Sofía:

Pero si no te importa, espera un segundillo, quiero aclarar un par de cosas con aquellas dos y si es posible, darles un par de tirones de orejas, luego te lo aseguro, no te escaparás de mis pisotones.

Cuando me dirijo hacia ellas, veo como Irina y Mia ya han empezado a hablar.

Inmediatamente me acerque a mis dos mejores amigas:

Mia, ¿Estás bien? ¿Ha pasado algo?

Miré con una sonrisa a Michael, suavemente enlacé mi brazo con el de él, y me levanté.- Vayamos, pues.-Dije con un tono dulce. Me encaminé hacia la pista de baile, acomodando mi vestido. Al llegar me coloqué, dejando que él fuese quien llevase el mando del baile, pues así era cómo me había enseñado el abuelo.

Posé una de mis manos en su hombo, y la otra la dejé tomada por la de él.- Puedes estar tranquilo, en esto no soy un desastre con patas, para tu salvación.

Es curiosa la vida: cuando quieres que no llegue una cosa, se precipita hacia ti como un jugador de Quidditch en un partido caótico. Pero, cuando deseas que llegue el gran día, el reloj parece reírse de ti, y apenas avanzan.

Cuando llegó el momento del baile, se me antojó que habían pasado los minutos a una velocidad increíble, y apenas sabía lo que hacer. Oh, sí, tenía la apuesta, pero, en el momento de la verdad, no tenía ni idea de cómo llevarla a cabo. Me sentía algo estúpida. Quería divertirme haciendo lo mismo que los demás, llevada por la euforia del grupo, pero luego no había sabido decir a ciencia cierta si me atrevería a ejecutar la apuesta o, al menos, a intentarla.

Sonreí al guiño de ojo de Dean, pensando que yo no estaba para nada preparada, pero conseguí devolverle el gesto, y miré a mi alrededor, tratando de distraerme, mirando hacia el resto de las parejas.

Fue entonces cuando comencé a escuchar la música, y sentí un hormigueo recorrerme por todo el cuerpo. Encantada, me encaminé con paso lento hacia el escenario para ver mejor el espectáculo, y disfrutar de la canción, la cual, de hecho, ni siquiera me sonaba.

Emití un grito ahogado, y señalé a las figuras del escenario, reconociéndolas.

—Pero, si son…— y dejé morir la frase, sonriendo como una idiota, sin poder creerme que conociera a gente famosa o, al menos, que cantara e interpretara tan bien.

Me quedé hechizada por la música, y con las manos entrelazadas en el pecho. Pocas cosas había que me gustaran más que la música, y aquella actuación era genial. Me latía el corazón a cada compás, y seguía el ritmo cabeceando con la cabeza, sonriente.

Aplaudí como una histérica cuando la canción terminó, y me convertí en “big fan” ante aquel grupo. Me acordé que Aelia me había dicho que tocaba el violín, creía, pero no que lo tocara tan bien.

Vi por el rabillo del ojo que Mia volvía, y me entristeció ver que era sin su pareja. Aquel Gryffindor se estaba pasando de la raya, según mi juicio, y aunque no sabía qué tipo de relación tenían, Mia parecía que quería habérselo pasado genial el día del baile con Black. ¿Le habría dejado plantada? ¿Estaría ella bien?

Sonreí para mis adentros al ver que la muchacha del pelo de fuego se acercaba a ella, preocupada, y me pregunté si yo también podría hacerlo. Me había caído bien Mia, había roto el hielo de la mesa con aquella apuesta, y era divertida y risueña. No era justo que por la inmadurez de un muchacho, o lo que a mí me parecía como tal, le estropeara la fiesta.

—¡Mia!— dije, al tiempo que Dean también se acercaba hacia las chicas.

Me sonrojé sobremanera, pues lo último que quería era agobiar a Mia, pero tampoco quería que lo pasara mal el día del baile, por lo que también me acerqué a ella, y sonreí a modo de saludo tanto a Dean como a Irina.

—Oye, ¿estás bien?— le pregunté, preocupada—. Que no deje que algo así te afecte. ¡Diviértete!— dije, tratando de animarla, aunque debía de reconocer que no se me daba extremadamente bien. 

Cuándo la profesora Dekkers se levanta y empieza a dar la vuelta a la mesa de profesores, Yolanda corre hacia el ayudante de ésta (el hermano de Mia) para intentar sacaro a bailar. Sin embargo, llega tarde,ella y todos: La profesora Dekkers y Brad empiezan a bailar aún en la primera canción. La apuesta ha terminado, a no ser que alguien saque al director, claro.

La pista se llena de parejas bailando: Thomas y Diane lo hacen realmente bien, aunque para ojos de bailarín se nota que en realidad ella lleva la voz cantante, y no él. Ellen y Donnie no son tan profesionales, pero se nota en la sonrisa de la chica especialmente que se lo están pasando bien. Otras parejas se unen al baile, Saana y Kristoff de Dumstrang, por ejemplo, Evelyn y duncan de séptimo Slytherin; Cyril y Sonja; Zoe con el hermano de London; Lily y James; la hermana de Dean con su pareja; la sobrina de Irina y la prima de Diane también salen a bailar con sus amigos... 

Sofía espera paciente, sentada, a que Dean vuelva tal y cómo le ha pedido, y Remus sigue comiendo mientras espera la vuelta de Irina también. Joni mira a Mia con ¿preocupación?.

La pregunta de Irina me choca. Claro que había pensado en eso pero... no quería responder, no sabía la respuesta. Por fortuna, Dean llega antes de que me de tiempo a responder. Guardo el brazalete que le he enseñado a Irina y que tanto problemas me ha traído.

Joder, Dean, no sabes lo mucho que te quiero en este momento...

Sonrío a mi amigo, intentando tranquilizarlo. Poco después se acerca London, me cae bien esta chica, es simpatica para ser una serpiente, no se parece al imbécil de su hermano. Le sonrío también y asiento con la cabeza. 

- Tranquilos, estoy bien. Ha habido... un malentendido. Se arreglará, no os preocupéis, de verdad, seguid con la fiesta, ¡que no decaiga!-digo, intentando quitarle hierro e importancia al asunto, no soportaría arruinarle la fiesta a nadie, bueno, más de lo que ya lo he hecho. Miro a la pista de baile y veo a Brad bailando con la profesora de DCAO-. ¡Pero será traidor! Dije que me esperaseis... tendré que aplastar su rubia cabecita en un baile con el director...-me encojo de hombros y río, intentando ser más yo. Doy un pequeño abrazo a Irina, otro a Dean y otro a London, agradecida por su apoyo y preocupación-. Sois unos cielos, pero no vais a conseguir distraerme de ganar mi apuesta-les guiño un ojo, divertida, dispuesta a volver a la pista. 

Escuché cómo la música sacaba a bailar a las parejas allí formadas, y me pregunté si era el mejor momento para que Mia viera eso, pues acababa de tener un problema con alguien querido para ella. ¿O no?

Analicé la situación de nuevo, recordando cada detalle, y me di cuenta de que algo no me cuadraba. Si bien Mia estaba molesta por el comportamiento de Sirius, quizá no fuera porque lo…

—Oh— me limité a decir.

Aquello era demasiado complicado para mí. Las relaciones no eran mi fuerte, y temía siempre cagarla diciendo una palabra demás o algo así. En aquel momento, me sentía algo estúpida, y no podía decir mis dudas en voz alta pues no sabía si podía hincar demasiado el dedo en la llaga, por lo que me lo apunté como una nota mental para preguntárselo a alguien después.

—Eso, ánimos— dije de nuevo, ensanchando la sonrisa al ver que ella misma se esforzaba en aparentar que la situación no había sido nada más que una tontería, y que se solucionaría en seguida.

Tardé demasiado tiempo en responder al abrazo de Mia, y sonreí, algo boba, ante su muestra de cariño tan espontánea.

—Ahí va mi dinero de la apuesta— dije, divertida, al ver a Brad bailando con una profesora.

Contemplé también a mi hermano y a Zoe bailar, y chasqué la lengua, algo escéptica: temía que llegara a pasar algo.

—Bueno, Mia, si necesitas alguna cosa, ya sabes dónde estamos— terminé diciendo, alzando un pulgar, alegre.

Justo antes de que me pudiera contestar Mia, veo como London también se acerca a nosotros para saber si Mia estaba bien.

Me cae bien, no se parece a la mayoría de Slytherins  y no parece tener la arrogancia de ellos, es agradable.

Quedo poco convencido antes las explicaciones de Mia.

Si estuviera bien, casi no hubiésemos sido nosotros los que nos tendríamos que haber acercado, estoy seguro que hubiese aparecido de repente o ya haciendo alguna trastada de las suyas. Me gustaría saber que le ocurre, pero tal vez esta noche no sea la mejor para insistir.

Me acerco a ella y le doy un nuevo abrazo, mientras le digo en el oído:

Se que algo más te pasa Mia, no me engañas, pero otro día hablamos con más calma.

E inmediatamente tras soltarla digo:

Pues como no te des prisa no pillas ni al director, porque veo a más de un carroñero realizando sus estrategias para conseguir el baile con el director, así que o te das prisa o te vas a tener que conformar conmigo, ya sabes que con un hechizo me pones la barba del director y seguro seguro que somos clavados. Es una opción a tener en cuenta y muy válida.

Bueno, ahora nos vemos, tengo a alguien haciendo esperar.

Voy directo hacia Sofía.

Siento haberte hecho esperar, ahora sí, ¿Le concede un baile a este patoso?

Sonrío cuando me abraza la pelirroja. Sé muy bien que ha sido un alivio para ella la aparición de Dean y London, pero, también sé que le he hecho pensar de nuevo sobre ello. Le devuelvo el abrazo con cariño. 

- A por ellos, leona. - Digo antes de que se vaya a la pesca de profesores bailarines. Yo por mi parte, iré al acecho del único león que tenía en mente; me acerco a Remus y le hago un masaje desde atrás, pues él se había vuelto a sentar para seguir cenando, el comilón. 

- ¿Estas listo para que te pise un rato? - Le digo agachandome para susurrárselo en la oreja

Justo al terminar la canción, y con tan solo un par de segundos de descanso tras la primera canción, dejé el violín y me puse al frente, como estaba pactado, con una media sonrisa en mis labios, y me acerqué al micrófono, mirando sin mirar a nada en concreto, como si la cosa no fuera conmigo. Como si, al haber entrado en el mundo de la música, me hubiera vuelto un ser etéreo que, difuso como la niebla, exploraba con la voz todos los puntos de aquél Gran Comedor.

Si bien había hablado largo y tendido con Charlotte acerca de esta segunda canción y sobre quién debía cantarla, por más hincapé que hubiera hecho en que era Charlotte la que debía cantar y no yo, ella había asegurado que la canción me venía como un guante, al estar yo más acostumbrada a cantar jazz que ella. Como sabíamos ambas, si la cantaba, iba a dejar mi concepción de cómo cantaba yo las canciones de jazz por debajo de las interpretaciones de la Slytherin. Y es que Charlotte, sin proponérselo, era capaz de igualar el nivel de los intelectuales más ilustres y a los artistas más habilidosos.

Una rápida mirada hacia los miembros del grupo me bastó para saber que debía empezar. Una vez más la voz, esta vez la mía, surgió antes que los demás instrumentos.

When you were here before

Y, con la última sílaba de la primera línea, Charlotte empezó a tocar las primeras teclas, realizando un acompañamiento más bien sencillo, pero que, con la posterior llegada de los instrumentos progresiva, fue haciéndose más y más patente la necesidad de un acompañamiento más bien ligero para esa canción.

I couldn't look you in the eyes

You're just like an angel

Your skin makes me cry

La canción prosiguió, pero aquellos que en vez de estar preocupados por sus parejas o por las apuestas, pudieron ver cómo mis ojos se volvían vidriosos súbitamente, al mismo momento que progresivamente había ido desapareciendo aquella sonrisa de mis labios para dar paso a un rostro más bien serio, comprometido con la canción. Como si no quisiera imprevistos. “Esto, esto va por ti. Por nadie más. Supongo que en algún momento imaginarás el porqué de esta canción” Y, a medida que la canción iba avanzando, la voz y la canción en sí iban volviéndose más desgarradoras y emocionales para mí, aunque posiblemente aquél no era el efecto que se mostraba al exterior. Al fin y al cabo, se trataba de una actuación.

Seguía bailando con Ellen, era agradable bailar con ella y parecía ser que nos entendíamos bastante bien en la pista. Sólo le había pisado un par de veces...

En uno de esos momentos en los que estabamos girando vi como Brad bailaba con la profesora Dekkers.

-Caca. Ya he perdido Elli...

Dejé caer mi cabeza en su hombro apoyando mi frente sin dejar de bailar. Inspiré y la volví a levantar:

- ¿Se te ocurre alguna súper manera de que saque a bailar al director? Yo había pensado que con acercarme y pedírselo tendría suficiente pero... Pss...

Miré al director, pensando estrategias, pero no tenía muchas ideas.

-Bueno, siempre puedo secuestrar a la "jueza" del concurso y fugarme con el dinero! -Dije mirando a Ellen con los ojos abiertos como si estuviera loco.

Sofía se levantó cuándo Dean volvió, estirando su vestido blanco pra que no tuviese arrugas.

-Espero que tu amiga esté bien. Y el chico de intercambio, Joni, que me parece que se ha llevado la peor parte entre dos fuegos. - dice cogiéndose del brazo de Dean y yendo a la pista de bbaile. Después empiezan a bailar con la siguirnte canción. - Vuestra amiga Aelia es muy buena.

Remus deja de comer y se limpia con una servilleta antes de darse la vuelta.

- Solo si tu estás lista para recibir pisotones míos. -le contesta a Irina antes de darle un beso, corto y tierno. - A qué esperamos?

Remus se levanta y enlaza su mano con la de Irina para ir a bailar como una cada vez mayor cantidad de alumnos.

Sonreí por los ánimos que nos brindaron. Iba a dirigirme a bailar con el director, pero vi que Joni miraba, preocupado. Tal vez no debería hacer esto, pero al fin y al cabo es mi pareja de baile y probablemente no haya sido agradable ver tal espectáculo. La apuesta estaba perdida de base, todos bailaban con sus parejas y no creo que nadie más se atreva a bailar con el director... puedo relajarme un poco e intentar compensar mi metedura de pata. Quizás averigüe algo acerca el brazalete. 

Me acerco a Joni y tiendo la mano delante.

- Eh, pies de hielo-llamo su atención-, ¿un baile antes de que me lleve el doble de lo que has apostado?-le digo con una media sonrisa-. Vamos, prometo no quejarme cuando me pises, o al menos no demasiado.