Partida Rol por web

No puedo evitar echarme a reír al ver a Joni adoptar una pose al más puro estilo rockabilly. 

- Cuidado, Elvis ha renacido y quiere bailar conmigo-le digo, fingiendo miedo. Vuelvo a reír-. Claro que sé, pero ahora quiero comprobar si el director puede bailarlo. Resérvate energía para mí, ¿eh, Elvis?-le guiño un ojo y beso su mejilla antes de dirigirme a donde está el director, con una sonrisa decidida y bastante más animada. 

Joni y Mia dejan de bailar, tras un paso  de él al más puro estilo rockero de los 50 y sacar una sonrisa de Mia. La chica entonces se aleja en dirección a la mesa de los profesores... para ser más exactos, en dirección al director que London acababa de dejar atrás en su casi-intento de ganar la apuesta.

- Yo que sé Brad, son tus fetiches no los míos. - dice obviamente tomandote el pelo. 

Te da un puñetazo en el brazo cuándo dices lo de su hermana.

- Ya es la tercera vez esta noche que tengo que avisarte que no te pases de listo, Brad. Estás tentando a la suerte. - dice riéndose.

Tras acabarse su bebida, te mira.

- Bailar un rato más, ahora que la música está más animada. Después podemos ir...a dar una vuelta.

-Mmm tentar...eso siempre es bueno.- le guiño. -Y nunca te he escuchado quejarte de esos fetiches, sean cuales sean. No serán tan malos.- amplío mi sonrisa.

Vaya...ahí va mi victoria, con Mia hacia el Director. Lástima...

-Me siento apostador esta noche...¿Quien crees que sabe moverse más sexy, tú o yo? Si ganas tú...mmm...cumpliré una de tus fantasías, sea cual sea, siempre que eso no ponga a nadie en peligro o ridículo. Si gano yo, tú cumples una mía.

Sonrío ante la idea de Ellen:

-Vale Ellie, tu sígueme el rollo

La cojo de ambas manos aprovechando el cambio de canción e intentado bailar de alguna forma más movida voy guiando nuestros pasos cada vez más cerca de Dumbledore, cuando estamos a una distancia prudente suelto una de sus manos, la separo sin dejar de soltarla y entonces me enrollo hasta ella:

-Ahora sueltame! -Le susurro.

Me desenrrollo rápidamente, Ellen me hace caso y me suelta y mientras doy vueltas planto mis rodillas en el suelo, deslizándome ligeramente hasta justo en frente del director y sin levantarme, le tiendo la mano con mi mejor sonrisa.

-No me haga el feo dire, que me ha costado mucho deslizarme hasta aquí.

- Sirius a veces es un poco idiota, lo siento por decirlo así. Pero Mia también, yo creo que deberían estar juntos, al menos intentarlo. Aunque es verdad... Tienen riesgo de perder la extraña amistad que les une.- Me quedo un rato pensativa, algo chof. 

"¿Y si a nosotros con el tiempo nos va mal y perdemos la amistad?" 

Mi cara de golpe se torna triste, pero no quiero preocupar a Remus así que sigo con el tema. 

- No fue Mia, pero tengo mucha curiosidad por saber quién dejó el brazalete ahí. Y digo romántico porque pone "Sólo tu y yo", no lo viste? 
En cuanto a los de Drumstrang, yo no soy muy sociable que se diga, pero eso de que conocieran a Zane me da mala espina... -Pienso por un momento que yo estuve con él no hace mucho.- Pero no han hecho nada así que mejor no juzgarlos. 

Apoyo la cabeza en sus piernas. - Se esta bien aquí... 

 Era una pérdida de tiempo. Sabía que no lograría ganar la apuesta cuando me moría de vergüenza ante algo que se hacía todos los días y, además, no era más que una mera broma. Estaba segura de que el director tenía una vena bromista, y le hubiera gustado participar en algo así, para echarse unas risas. Sin embargo, lo que más me parecía era que, simplemente, una muchacha de dieciséis años le molestaba en una fiesta de su Colegio.

—Agg— gruñí, revolviéndome el pelo con furia, reconociendo mi derrota, aunque sin dejar de sonreír. Sólo me quedaba quedarme a mirar quién conseguiría el premio gordo.

Me paseé un poco más por el Gran Comedor, disfrutando de la música, de las caras conocidas, y de las bebidas que aún se podían disfrutar. Lo cierto era que me lo pasaba bien yendo y viniendo, observando al resto de la gente, y compartiendo alguna que otra palabra con los compañeros que descasaban entre baile y baile.

Pestañeé al encontrarme con Zoe, pues me la imaginaba junto a mi hermano, pegado a ella como una lapa. Escuché lo que me decía, y noté cómo un hormigueo me recorría todo el cuerpo. No me fiaba mucho de tal propuesta, y comencé a imaginarme que no era tan buena como parecía.

—Eh…— en un primer momento no sabía qué contestar, y tampoco quería hacer cundir el pánico ante lo que seguramente sería una petición inocente—. Sí, luego nos vemos, claro— asentí, tras lo que me pareció un silencio algo incómodo.

Estuve tentada de decirle a Zoe que tuviera cuidado con mi hermano, y que dejara muy claras las fronteras. Sin embargo, me limité a despedirla con un gesto de la mano, y unas palabras banales:

—Divertíos.

Casi ni me di cuenta ante el nuevo cambio de música, y miré al escenario con mala cara, como si una canción tan movida no cuadrara en el malestar en el que me encontraba.

Dejé la bebida en la primera mesa que vi, y me crucé de brazos, algo pensativa, mirando la puerta por la que habían salido Zoe y los demás.

Justo cuando di un paso para irme hacia la Sala Común, vi a Donnie deslizarse hacia el director, y pedirle el baile.

—Pero, ¿qué…?— dije, sonriente, llevándome una mano a la frente—. Va, Dumbledore, dile que sí— murmuré, divertida—. Al menos ha tenido lo que hay que tener para pedirlo. 

Todo el mundo deja de bailar y mira a Donnie y Dumbledore. Tras varios segundos de silencio el director empieza a reirse con ganas. La música sigue, y el director se limpia una lágrima con el dedo.

- Bueno, joven mago, no podría rech...- el director no llega a terminar la frase ya que un grito en el comedor soorprende a todos. Incluso los músicos dejan de tocar, cogidos por sorpresa.

Todo el mundo se gira para ver el origen del grito y la mayoría contiene el aliento al ver lo ocurrido.

Nadie ha visto cómo, ni de dónde, pero es cómo si alguien hubiese vaciado un cubo de sangre realmente oscura - ¿sucia? - sobre Sofía Wolf. Dean se ha visto salpicado, pero la joven que llevaba un precioso vestido blanco está ahora bañada en rojo. 

Algunos parecen ir a empezar a reir, cuándo el líquido que cubre a Sofía parece escribir algo  en legras enormes sobre su pecho y estomago.

Cinco letras blancas surgen de entre la masa roja, brillantes.

SQUIB.

Ocurre muy repentinamente, interrumpiendo el momento de Donnie aunque eso sea lo de menos. De pronto Sofia, con lo guapa que estaba, está pringada. Y aún peor, de la manera que más puede dolerle, seguramente.

-Que asco de gente...pero que asco.

Me acerco a ella, ofreciendo mi chaqueta para que se cubra si la quiere. Trato de localizar quien ha podido ser echando un vistazo...aunque sin esperanza. tanta gente...

Ves salir a varios Slytherin, Zoe, compañera de curso y amiga de London va con ellos. Se alejan hacia las mazmorras.

Unos minutos después algo raro ocurre. Oís un grito de dentro del comedor y la música para.

 Remus te mira con preocupación.

- Vamos.

Maldito Donnie... Estaba a punto de pedírle al director que bailase conmigo, y va él y aparece de la puta nada. No pude evitar soltar un gruñido, disgustada. No soportaba perder, y menos cuando veía la victoria tan cercana, casi podía rozarla con los dedos. 

- Pero señor director...-iba a intentar responder, aferrándome a la victoria con uñas y dientes... Pero mi oración fue cortada por un grito que hace que me sobresalte. Miro hacia la procedencia del grito, no es difícil detectar de quién viene desgraciadamente. 

Miro a Sofía con los ojos abiertos como platos y los labios entreabiertos por la sorpresa, entre los cuales se escapa una exclamación. Miro cómo su vestido se ha teñido de una sangre de color oscura y como las letras comienzan a dibujarse sobre ella. No puedo evitar apretar los puños tan fuerte que me hiero al clavarme las uñas en las palmas de las manos, mis ojos centellean con furia, examinando la sala, en busca de un culpable que, claramente, no aparecerá, al menos no hoy. 

- Pero qué hijos de puta...-digo, aunque estoy justo al lado del director, no puedo evitar soltarlo.

Veo que Brad le tiende su chaqueta a Sofía y me dirijo hacia la muchacha para poder ayudarla. Retiro con mis manos parte de la sangre que ahora gotea por su cara, descompuesta por lo que acaba de suceder. Creo que nunca he sentido tanto odio en mi vida, ni tanta repulsión, por la lamentable escena que estoy contemplando. No tengo palabras para describir la ira que siento ahora mismo.
No creo que haga falta, pero indico a Diane que me acompañe.

- Vamos al baño a limpiarte, cariño, tranquila...-intento reconfortarla, rodeándola con un brazo e intentando llevármela de allí junto con Diane en caso de que decida acompañarnos*.

Observo cómo salen corriendo y ante las palabras de Remus reacciono rápido. Le cojo de la mano y entramos al gran comedor. 

Un grito me deja a punto de caramelo. "¿Esto se considera apuesta ganada o qué?" Mientras pienso esto me levanto y me giro, encotrándome aquella imagen de la hermana de Diane. Veo como Brad y Mia van a ayudar y a paso rápido me dirijo al lugar. Todo el mundo está mirando y algunos rien.

Me ponen nervioso, intentando ser rápido agacho la cabeza de Sofía y saco la varita de debajo de mi manga, diciendoles a Brad y Mia que cierren los ojos:

-Lumos Máxima.

Una luz potente surge de mi varita y, esperando que la mayoría de gente que mirara hacia aquí hubiera quedado cegada, les insto a que se vayan mientras:

-Venga, salgamos de aquí... -. Dije, pensando en que tal vez si salíamos rápido podría ver a quien hubiera hecho esto.

Pues no estoy de acuerdo, creo que brillas igual o incluso más que Diane, no deberías pensar así.

Pero justo cuando iba a seguir noto como de pronto está salpicado por un líquido, pero al mirar al frente veo como Sofía está totalmente impregnada en él y la rabia se apodera de mí al ver las palabras en su pecho y estómago. Lo primero que hago es abrazarla y apoyarla sobre mí para intentar que no se vean esas palabras.

Inmediatamente llega Brad para ponerle su chaqueta, Mia y Donnie para ayudar y junto a ellos intento sacarla del Gran Comedor pensando en quien podría haber sido y cual sería la forma más dura de que lo pagara.

El baile seguía animado, y a mí la música cada vez me gustaba más. Disfrutaba viendo el espectáculo que Aelia y los demás hacían sobre el escenario, y me gustaba ver a la gente bailar, riendo, y pasándoselo bien. Para desconectar de las clases, aquello no estaba nada mal, y aunque me quedaba la espinita de haber perdido la apuesta, y de no atreverme a ser valiente y conseguir valor de donde fuera, me estaba divirtiendo como la que más.

Hasta que pasó aquello.

Miraba por el rabillo del ojo a Dumbledore y a Brad, y me pegué un susto, ahogando un grito, al escuchar el chillido.

Creo que tiré la copa que tenía en la mano, no lo recuerdo bien. Lo que sí que tengo grabado en la memoria es el horror de presenciar esa imagen: la muchacha, empapada en lo que quería parecer sangre, y aquella palabra que no la había escuchado en ningún contexto más allá del despectivo y humillante.

Contemplé cómo Brad y Mia iban en su auxilio, y cómo Dean la abrazaba en un momento tan difícil. Cerré los ojos cuando la luz salió de la varita de Donnie, y agaché la mirada, parpadeando para recuperar la visión.

Sacudí la cabeza, algo contrariada por el hechizo, y miré a mi alrededor, mientras caminaba de un lado a otro buscando algún compañero de mi Casa. Si alguien lo había hecho, estaba segura de que había salido de allí.

Estupendo, pensé con amargura, más fama para Slytherin.

Apreté las uñas contra las palmas de las manos, enfadada, angustiada, pensando por qué demonios tenía que ocurrir eso en un momento en que todos nos lo pasábamos bien.

Traté de localizar a algún compañero de Casa, aunque temí que estuvieran en la Sala Común, jugando… Si es que realmente estaban jugando, y no habían propiciado aquello. 

Diane mira incrédula cómo su hermana es humillada públicamente; Sofía, que era amable, se preocupaba por todos, sonreía y no hacái daño a naide. Sofía que era todo sonrisas, bondad y luz. Sofía, su chocolatito.

Dean, Mia y Brad reaccionaron rápidamente, yendo a cubrir a Sofía que estaba claramente en shock. Diane, presa por una ira que no había conocido nunca, se apartó de su pareja de baile y se puso en medio de la pista.

- ¿Os parece gracioso? ¿Os divertís? ¿Por que no dais la cara? !Cobardes! - gritaba a todo el mundo.

en ese momento Donnie lanzó el Lumos máxima que cogió por sorpresa a casi todo el mundo. Los ùunicos que se cubrieron a tie,po fueron los profesores, usando un pequeño nox sobre sí mismos. Ese conjuro los hizo reaccionar. Dumbledore lanzó una mirada a la subdirectora, a la profesora Sprout (jefa de la casa de Diane) y a la enfermera, que era la mentora de Sofía.

Mientras la luz se disipaba, el grupo alrededor de Sofía desapareció de la vista de todos, y lo mismo hicieron la subdirectora McGonagall y la enfermera. La profesora Sprout se llevaba a una furiosa pero cegada Diane del comedor. El director entonces sube al escenario...

Dean, Brad, Mia y Donnie sacan a Sofía del comedor. La chica parece estar tan conmocionada que no se da cuenta de qué está pasando.

Remus e Irina, con perfecto timing, abren la puerta justo cuándo sus compañeros salen y chocan en el umbral. Irina cae al suelo y Remus consigue mantener el equilibrio lo suficiente para evitar que su pareja se golpeé demasiado fuerte. Irina se mira entonces las manos y el vestido y ve algo realmente extraño en ellos, algo con lo que se ha manchado al chocar: sangre. Remus, se cubre la nariz y dice algo entre dientes, algo cómo "sangre de cerdo". 

La profesora McGonagall y la enfermera aparecen tras ellos unos instantes depués e instan al grupo a moverse con rápidez.

- Vamos, rápido. - comanda McGonagall mientras cn un gesto de varita hace que la sala más cercan al comedor, la sala de espera dónde los niños de primero esperan a menudo el primer día de colegio se abra. - Ahí.

El director se sube al podio, haciendo que con su mera presencia los músicos se aparten, en silencio.

Nunca, nadie, ha visto una mirada tan enfadado como la del director en esos momentos. Pero no es solo enfado, es también decepción, ira, tristeza.

Las puertas del comedor se cierran tras la salida de la proefsora Sprout con Diane. Los segundos pasan y el silencio se hace cada vez más frío, más difícil de soportar.

- Se ha terminado el baile. Y los culpables serán expulsados.

Dos frases. Concisas. fianles. Dichas con una calma que ponía los pelos de punta a todos los presentes. El director se da la vuelta y abandona el comedor por la puerta trasera reservada sólo a profesores. La mayoría de estudiantes se miran unos a otros, sin saber qué hacer, y los susurros empiezan.

Con Sofia en brazos, tal vez habría sido más adecuado que la cogiera su pareja pero no fue algo que se me pasase por la cabeza hasta más tarde, salgo del comedor y obedezco a la profesora. Además, Donnie con su oportuno Lumos tampoco nos da tiempo a decidir nada, simplemente la cogí.

Pero claro, no es cómodo y derribo, o casi, a Remus e Irina al cruzarnos justo en la puerta. Creo que a ella la mancho, pero ya me disculparé más tarde.

Entro en la sala indicada y dejo a Sofia sentada en una silla y me agacho a su lado.

-Ey...háblame Sofia.

Miro a los demás. Está en shock.