Partida Rol por web

Asiento a lo que dice Remus.

-Sí... dentro del Gran Comedor aún se disimulaba pero al salir me ha golpeado en la cara. Crees qué... ¿crees que podríamos intentar seguir el rastro? Eres prefecto... Tienes derecho a averiguar quien ha sido... Y tenemos las capacidades de conseguirlo. Quien haya estado con esa sangre tendría que darse una ducha a conciencia para quitarse el olor de encima. -Pensé por un momento en Sofia poniéndo cara de mosqueo -No soy de meterme donde no me llaman (o sí...) pero se han pasado y no querría que quedaran impunes.

- No había pensado en eso... Pero creo que será difícil. No sé cómo lo traerán al comedor sin que nadie se diese cuenta... No sabemos cuánto rato llevaba ahí. Tal vez los culpables haga tiempo que están limpios. no perdemos nada por probar. Tú puedes venir conmigo,cómo prefecto tengo excusas de sobra si alguien nos ve. dos hocicos serán mejor que uno...

Cierro el puño haciendo un gesto casi imperceptible de alegría, voy a aceptar pero me acuerdo de Irina

-Oye, y qué hay de Irina? Tal vez se mosquee si te vas dejándola atrás... Cosas de pareja supongo...

Fuimos a buscar a Donnie, pero ni él ni Remus ni Irina estaban donde los dejamos. La gente salía ya del Gran Comedor, que ya estaba prácticamente vacío. La fiesta había terminado, ¡y de qué forma! 

Suspiré y negué con la cabeza. 

- Chicos, creo que lo mejor será tocar retirada y mañana hablar con Donnie y comenzar a buscar... Ahora todo el mundo debe estar ya en sus salas comunes...-le digo a Brad y Dean. Le doy un apretón en el brazo a este último, intentando reconfortarlo ligeramente-. ¿Vamos?-le digo a mi compañero de casa, aunque entendería si quisiera estar solo un rato para despejarse. 

Eché un último vistazo al Gran Comedor para despedirme de mi pareja de baile*.

Yolanda está con sus hermanas. Joni está con James y Lily.  La hermana de Dean está con su grpo de amigos y pareja del baile, aunque ya salían del comedor.

- Dean...cómo está tu pareja? - a pesar de hacerse rabiar siempre, Annie está preocupada por su hermano.

Dean niega con la cabeza, no quiere hablar de ello. Su hermana le da un beso en la mejilla antes de irse.

- No se trata de eso, Donnie. Y lo nuestro... Irina no debería saberlo, ni ella ni nadie. Ya bastante que Sirius y el resto nos descubrieran... es peligro. No le puedes decir a Irina qué ni cómo vamos a hacerlo, Donnie.

Dejé a Dean con su hermana y entré en el Gran comedor para acercarme a Joni, James y Lily.

- Hey, chicos...-saludé levemente-, ¿aún por aquí?

Estaba seria por todo lo ocurrido, pero intentaba sonreír, era una especie de defensa personal sobre este tipo de cosas. Además, me parecía extraño que ellos siguieran por aquí, Joni tal vez me esperase, pero James y Lily no tenían por qué hacerlo, aunque me gustaba pensar que era así. 

Miré a London y a Aelia y les sonreí a ambas. A la Ravenclaw le levanté un dedo pulgar en signo de aprobación y le guiñé un ojo. "Buen trabajo".

-Vale... -Asiento, no le faltaba razón... Aunque no le iba a decir que Irina ya sabía lo mío. -Bien, nos iremos separados, quedamos en un rato en la entrada del Gran Comedor. Así podrás decirle a Irina lo que quieras sin que sospeche.

Salgo de donde estaba con Remus y me dirijo a Irina desde la distancia:

-Irina, me marcho a mi habitación... Eso de la sangre creo que me ha revuelto el estomago... Adiós! -Antes de salir miro a Remus -Buenas noches.

Tras dejar a Dean en la puerta, hablando con su hermana, con una palmada de ánimo en el hombro, me dirijo a mi pareja. Por el camino, como Mia, alzo el pulgar a Aelia. Lo que han hecho ha estado realmente impresionante. Me acercaría a felicitarla pero ya lo haré en otro momento. Ahora tengo que pedir disculpas a Yolanda.

Al llegar junto a ellas saludo primero a la más pequeña de las Pierce, Jane, con un beso en la frente y un cuidadoso abrazo para no mancharla de sangre de cerdo. Después, hablo a las otras tras besar la mejilla de Katherine.

No estoy de muy buen humor. Pero ni es culpa suya ni puedo dejar de admitir que las aprecio mucho. Tampoco que la imaginación se me dispara colocando a las dos mayores en una cama conmigo en medio...aunque sea algo demasiado raro, son hermanas, como para proponerlo.

-Hola chicas, mis hermanas favoritas reunidas las tres. Jane...estás guapísima. Ya mismo nadie se acordará de estás dos...- bromeo guiñándole un ojo tras darle el beso en la frente y el abrazo. -Y tú Kat...impresionante.- la beso en la mejilla peligrosamente cerca de la comisura de sus labios. -He de admitir que me he puesto celoso al verte con ese tipo...debe ser muy bueno besando...no como yo. Tengo que ser horrible. Imagínate que mi pareja en el baile, tu hermana, no me da ni medio...- finjo pena.

Paso el brazo limpio por la cintura de Yolanda y la beso tras la oreja. Aprovrcho para susurrarle.

-Lo siento por dejarte...tenía que sacar a Sofía. No quería dejarte tirada pero...te lo compensaré, lo prometo.

Me quedé observando a Charlotte. Fuera de lo ya habitual, había algo en ella que me causaba una tensión en todos los músculos de mi cuerpo. Para cualquier otra persona, Charlotte estaba como siempre. Pero yo sentía que, por una parte, estaba muy dolida con la interrupción de la actuación que tanto nos habíamos ido preparando (cosa normal, pues yo también me sentía herida en ese aspecto); y por otra, que el incidente se le había escapado de las manos, es decir, que se trataba de un evento con el que ella no contaba y que no podía controlar, y para ella, tan perfecta, debía suponer tanto un rara avis como un motivo de frustración bastante importante. Para mí sin embargo, la demostración de que en alguna ocasión podía ser humana hizo que ella me pareciera aún más perfecta. —Madre mía... —alcancé a articular en un murmullo, con la boca seca, ante sus palabras. ¿Por qué alguien haría algo así a una chica tan simpática? Debía, sin duda, ser alguien despreciable que odiara a Sofía, u odiara a su hermana Diane por cuestiones de sangre. Y eso resultaba ridículo, por lo menos para mí. Si clavásemos un cuchillo en el cuello de todos los presentes en aquél castillo, la sangre, roja, saldría de forma parecida en todos, y ocasionalmente la vida cesaría. ¿Qué era, pues, lo que nos hacía diferentes de ellos?

Bajé la mirada cuando Charlotte dijo que nos había estropeado uno de los días más especiales del año. Supongo que para ella era un día igual o más especial que para mí, así que supongo que debía saber cómo se sentía. Sin embargo, no me esperaba que se le escapara semejante palabra, y mi primera reacción fue acercar una de mis manos a su brazo de porcelana y acariciarlo suavemente, casi sin tocarlo. No me sentía contenta. Me sentía frustrada, y herida, y posiblemente Charlotte estuviera experimentando esos sentimientos multiplicados por diez o más, qué se yo. Mia y Brad llegaron junto a un grupito de gente y Mia me sonrió, levantándome el pulgar, cosa que también hizo el segundo. Les asentí con un gesto serio en modo de agradecimiento. Esperaba que entendieran que, al menos para mí, la situación era tan grave que no me sentía con ganas de sonreír. —Entonces... ¿Qué hacemos, Charlotte? ¿Puedo ayudarte en ello?

- Ya te vas? ¡Espera que me quiero enterar de lo que ha pasado!

Digo acabando de limpiarme y saliendo apresuradamente.

Como una película de esas muggles, se iban sucediendo las imágenes ante mis ojos: el baile, las risas, las parejas moviéndose, la música, la sangre, las letras que formaban la palabra “Squib”. Todo de manera continuado, sin descanso, como una proyección infinita de todo lo que había pasado.

Escuché las palabras de Charlotte, y me desinflé un poco. Una parte de mí me decía que quizá, y solo quizá, ella sabía lo que había pasado. Llevaba mucho más tiempo que yo en el Colegio, y no dudaba que conocía todos los entresijos que guardaba. Creía que podía tener alguna pista, o que, de manera casual, había escuchado en los lavabos a alguien relatar el maléfico plan que tenía para esta noche.

Sin embargo, nada de nada, y yo me sumí en un silencio algo pesimista. Qué rabia daba no poder hacer nada, y me amargaba más la existencia al pensar en siniestras sonrisas que se divertían por haber hecho aquello ante la desconcertada mirada de todos los alumnos y profesores.

Alcé la mirada justo para encontrarme con la de Mia, y le devolví la sonrisa. Para ella sí que había tenido que ser un día completo, y chasqué la lengua de impaciencia, pensando por qué debían de estropearse las fiestas de esa manera.

—Qué asco todo— murmuré, dando una patada al suelo, cruzándome de brazos, y cerrando los ojos con fuerza.

Era muy injusto que imbéciles de esa calaña hubieran destrozado lo que debía de ser un gran día. El concierto que tanto se habían trabajado tanto Aelia como Charlotte había pasado a un segundo plano, la muchacha squib había sido humillada delante de todo el mundo donde ninguno había sido lo suficientemente paranoico como para estar con la guardia alta. Sólo queríamos divertirnos por un día. ¿Acaso ni eso nos merecíamos?

Alcé de nuevo la mirada, y barrí con ella a mi alrededor, pensando qué podríamos hacer ahora que todo parecía haber terminado. 

Lily: - ¿Cómo está Sofia? ¿Y Diane? Dumbledore estaba tan furioso que daba mieod y ha cancelado la fiesta... Algo comorensible, claro. - ​le explica a Mia. James se acerca a Dean, cogiéndole por los hobros sin decir nada, simplemente como apoyo. Joni espera, paciente.

Charlotte: .- Gracias Aelia. - e dice devolviéndole el gesto . - Pero creo que voy a irme a la cama directamente. No estoy de buen humor y eso podría ser muy malo. Te veo en la habitación, London.

Las hermanas Pierce sonríen ante lo que sea que Brad les dice, pero se nota que tampoco les ha quedado buen cuerpo tras lo ocurrido.

Yolanda: - Buen intento Brad, pero creo que voy a acompañar a ambas a sus habitaciones y esperar a que mañana sea un nuevo día. Lo ocurrido ha sido... un shok. - dce buscando la palabra que mas suavice lo ocurrido. 

-Os acompaño a la torre.- le respondo, asintiendo. -Aunque me ofende un poco que creas que pienso en algo de ese estilo justo ahora, la verdad. -Lógicamente ninguno tenemos cuerpo para nada ahora, me ha malinterpretado. -Pero, por ser tú, sigo manteniendo que te compensaré el haberte dejado tirada hace un rato.- ya se vería cuando y como.

-¿Vamos?

Echo a andar hacia la torre de Gryffindor.

- Está en shock... ha tardado minutos en reaccionar. Diane está furiosa también, nunca antes la había visto así... ni siquiera pensaba que fuese posible verla así-le explico a Lily. Tengo los brazos cruzados bajo el pecho, de vez en cuando me froto el brazo izquierdo, como si tuviese frío. Suspiro tras escuchar lo que ella me explica-. Es normal que esté así... mañana en el desayuno seguro que dice algo, solo espero que no paguemos justos por pecadores y se encuentre a los cabrones que han hecho esto...-a veces hablar con Lily era desestresante. Como hija de muggles criada enteramente entre muggles era bastante difícil no soltar algún dicho que los magos no conocen y por tanto no entienden, Lily tenía mis mismos orígenes, por lo que no tenía que preocuparme por ese tipo de cosas-. Creo que voy a ir a la sala común... me temo que la diversión aún no se acaba para mí...-le digo a la pelirroja, refiriéndome a Sirius. Estaba desanimada, pero no podía pasar de esta noche-. Nos vemos en la habitación, preciosa-me despedí de ella con un beso en la mejilla.

Me giro entonces a Joni e intenté sonreír, como antes, aunque no me apetecía nada en absoluto. 

- Bueno, Elvis, creo que toca retirarse... ¿acompañas a la dama hasta las escaleras?-le pregunto, tomándole del brazo y apoyando la cabeza ligeramente en su hombro. Necesitaba algo de apoyo en ese momento, afecto. Quizás ese fuese el contacto realmente más íntimo que había tenido con el extranjero en todo este tiempo, cuando realmente sentía la necesidad de algo de contacto humano.

Me encaminé entonces hacia fuera del comedor. Pensaba caminar con Joni hasta las escaleras y de ahí separarnos, ya que él no puede conocer el camino a las Salas comunes. 

Yolanda: ¿Pensar en qué, Brad? Yo no he dicho nada. -  contesta con una sonrisa.

Brad, las hermanas Pierce, Dean, James, Lily Mia y Joni abandonan el comedor. Apenas quedan un par de personas.

Joni sale del brazo de Mia (o ella de su brazo), aún sin decir nada, y se detiene al pie de la escalera. El resto sigue subiendo.