Partida Rol por web

Miro como Sirius alarga un dedo hacia el cuadro y... ¿le hace cosquillas a la pera? ¿Se les puede hacer cosquillas a los cuadros? ¿Las peras tienen cosquillas? 

-¿Por qué le estás...?-comienzo a preguntar, pero cuando veo que la pera se transforma en una manivela y que el cuadro se abre, mi boca se abre formando una gran "O" sorprendida por el nuevo hallazgo.-¡Woooo! ¡¡Cómo mola!!-exclamo entusiasmada. 

Pasamos dentro y veo las grandes cocinas de Hogwarts con un montóoooooon de seres pequeños, de más o menos la altura que indicó James. Todos muy delgados y con grandes orejas de murciélago. La verdad es que no son muy monos, pero me resultan tan graciosos que eso, sumado al nerviosismo que sienten, me resultan adorables.

-Hola a todos. Me llamo Mia, encantada de conoceros.-los saludo con cortesía, haciendo una pequeña inclinación de cabeza, ya que veo que muchos nos hacen reverencias... tal vez se saluden así.-¡Felicidades por la comida! ¡Sois unos cocineros estupendos, todos los días como muchísimo y no dejo ni una sola miga en el plato! ¿Algún día podríais enseñarme a cocinar?-les pregunto con entusiasmo. 

Entonces me fijo de que todos llevan arapos sueltos y sucios, viejos y raídos por el paso del tiempo.

-¿Por qué llevan esa ropa, Sirius?-le pregunto a mi nuevo amigo en un murmullo. 

- Es...bueno, una señal de servidumbre. Los elfos domésticos son seres que sirven a los magos, les gusta. Y esa prenda es la señal de que son los sirvientes de alguien. Si un mago quiere hacer libre a su elfo, le dará una prenda cualquiera: un calcetín, un gorro, una camiseta... Y de ese modo el elfo puede dejar su actual muestra de servidumbre. Sin embargo, la mayoría de elfos tienen miedo de que les den una prenda. Algunos magos, cuándo se enfadan, les amenazan con darles algo si no se portan bien. En mi casa hay un elfo que ha servido a la familia desde siempre, pero no se parece en nada a estos. Estos son simpáticos y les gusta trabajar, el que hay en mi casa sólo hace caso a mi madre y es un cascarrabias.

- Oh, bienvenidos otra vez jóvenes magos... - dice un elfo que parece mayor mientras se acerca a Sirius y James - Me temo que no podemos daros nada más aún... Pondrían enfadarse con nosotros. Tendréis que esperar a la cena... - dice bajando la voz y la cabeza.- Yo soy el jefe de la cocina porque soy el que lleva más tiempo en el castillo, te podría enseñar una receta, sí... - añade mirandote.

Cuando termine de comer, perdí de vista tanto a Irina como a Mia, habíamos quedado en que por la tarde iríamos a practicar hechizos a los jardines, pero al comprobar que no aparecían me fui solo, esperando para ver si aparecían en algún momento.

Me había llamado la atención que antes Irina intentara realizar Lumos, así que busco algún lugar donde poder practicar algún hechizo sin molestar a nadie. Comienzo a moverme por los jardines sin encontrar un lugar claro. 

Acabo decidiendo colocarme bajo la sombra de algún árbol. Si al menos no aparecían quería estar lo más tranquilo posible y así disfrutar del viento fresco, los olores del jardín y el tacto de la hierba que le recordaba tanto a su casa.

Como si de una película se tratase y con los ojos cerrados, comienzo a recordar los movimientos exactos para realizar Lumos.

La tranquilidad bajo el roble no duró demasiado, al poco tiempo de abrir el libro un chico de Gryffindor al que reconocí como de mi curso y, al parecer algo despistado por cierto, escogió la parte trasera de mi árbol para practicar su Lumus. Tan abstraído estaba en su tarea que ni siquiera me había visto apoyada sobre el tronco. 

Sonreí de medio lado inclinándome un poco para verle mejor y no pude si no ensanchar un poco más la sonrisa, divertida ante los aspavientos que realizaba con los ojos cerrados. 

- Hola...- Saludé en un tono dulce, segura de que le cogería de improviso.

Atiendo a la explicación que me da Sirius sobre los elfos domésticos. Me parece bien que les guste hacer tareas del hogar y servir a la gente... pero que se los trate como esclavos no me acaba de convencer. Sin embargo, si son felices así, me alegro por ellos... ¡Pero si veo alguno infeliz, pienso liberarlo para que pueda buscar un nuevo amo que lo trate bien! 

-Aahh... entonces les gusta ser sirvientes o algo así...-reflexiono en voz alta.

Entonces, se acerca uno de los elfos y dice que es el jefe. Lo escucho cuando nos habla y asiento con energía y una sonrisa espléndida al saber que quiere enseñarme.

-¡Qué bien! ¡Muchas gracias, señor elfo doméstico!-exclamo con alegría justo antes de darle un abrazo al elfo a modo de agradecimiento (pero flojito, no quería que se hiciera daño, estando tan delgado...).-¡Así puedo sorprender a mi familia cuando vuelva a casa haciendo un plato riquísimo!-exclamo de nuevo separándome del elfo.-¡Muchas gracias, señor elfo doméstico! ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Mia Darcy, si quieres podemos ser amigos.-me vuelvo a presentar y ofrecerle mi amistad, ya que veo que es un poco tímido y no se atrevería a preguntar. Después me giro al grupo de James, Sirius, Peter y Lupin.-A vosotros ya os considero mis amigos, por eso no os he preguntado antes.-les aclaro por si se sentían mal, con la sonrisa más encantadora que puedo, aunque es un poco tímida al principio por si ellos no me consideran su amiga o no quieren estar conmigo... aunque he sido muy simpática con ellos, ¿no?

El elfo se sorprende y te parece que incluso se sonroja.

- Los magos nunca le habían dado un abrazo a Bongo... Oh sí, mi nombre es Bongo. Bongo...¿puede ser amigo de la niña maga? Bongo sería feliz con una amiga maga. Le enseñaré a hacer una tarta, niña maga. ¿Le gustaría?

- Por supuesto, Mia. Es más: somos de la misma casa, eso es casi cómo ser una familia. O eso decían mis padres cuándo me hablaban de Hogwarts.

Río con alegría cuando Bongo acepta ser mi amigo y los demás también considera que lo soy. ¡Soy muy feliz de estar aquí y de haber hecho tantos amigos en un mismo día! 

-¡Claro que podemos ser amigos!-le respondo a Bongo, que sigue algo sonrojado después del abrazo. Me parece muy triste que nadie le haya dado un abrazo antes... pero me alegra ser la primera en haberlo hecho, ¡pienso darle muchos más!-Y puedes llamarme Mia, es más corto que "niña maga", ¿no?

Cuando me pregunta sobre hacer la tarta asiento con la cabeza con energía.

-¡Sí! Me gustan las tartas, están muy ricas.

Miro a mis compañeros de casa con una sonrisa de oreja a oreja y escucho la explicación de James, supongo que tiene razón.

-¡Entonces podemos vivir aventuras juntos y descubrir cosas nuevas!-digo adoptando una pose de super-heroína, como Superman. Después me río, contenta.

- Oh, eso haré. Mia. ¿Habéis oído? - pregunta a los otros elfos - ¡La niña maga Mia es amiga de Bongo! - dice con entusiasmo. 

Me río con Bongo contagiada por su alegría. 

-Mañana vendré de nuevo Bongo, y me enseñarás a hacer esa tarta tan rica que haces, ¿vale?-le doy un abrazo de despedida a mi nuevo amigo que no está acostumbrado a los mimos.-Ahora me tengo que ir, nos veremos mañana. Te lo prometo.-le sonrío. 

-¡Un placer conocer a todos vosotros!-les digo a los demás moviendo la mano. 

Después me giro a los chicos y digo:

-¡Cuando queráis podemos ir a descubrir más secretos del castillo!-les insto para salir de las cocinas y vivir más aventuras.-Hasta luego, Bongo.-me despido.

- ¿Más secretos? Hmm... Aún no conocemos muchos, pero supongo que es un buen momento para empezar...

Tras despediros de los elfos deambuláis por los pasillos y escaleras. Sirius y James intentan buscar curiosidades en las estatuas, cuadros, pasillos... Pero no encontráis nada interesante. Al menos nada al nivel de las cocinas, por ejemplo. Sin embargo, la tarde tiene sus ventajas. 

Descubrís que Hogwarts cuenta con infinidad de aulas para los estudiantes, aparte de las utilizadas en las clases, aula de música... Sentís que conocéis el castillo mejor que ayer, aunque aún quede para ser unos expertos.

- Tendríamos que empezar a tomar notas sobr lo que encontramos... - comenta James en voz alta -  Aunque eso tendrá que ser a partir de mañana. ¡Me muero de hambre! Y creo que ya han servido la cena. ¿Vamos?

De pronto escuché que alguien me hablaba y me sobresalté. Miro a mi alrededor aún algo aturdido cuando veo a una chica de Slytherin.

Madre mía, habrá pensado que soy idiota cuando me haya visto hablando y haciendo gestos yo solo - pienso algo ruborizado.

Hola, que susto me has dado. Estaba intentado recordar algunos hechizos que me enseñaron en casa antes de venir - digo riendo ante la gran sonrisa de Charlotte.

Estaba intentando recordar algunos hechizos que me enseñaron en casa antes de venir 

- Ya veo... - Repuse con una agradable sonrisa. - ¿Siempre practicas solo? -Pregunté tomando entre los dedos la tira de tela granate que ejercía de punto del libro. Tras ponerlo sobre la página en la que estaba, lo cerré dejándolo apoyado sobre el tronco del roble. Una vez hecho, me puse en pie sacudiéndome de forma distraída los restos de hierba de la túnica.

- Soy Charlie - Añadí extendiendo la mano de forma amistosa. - ¿Y tú eres...?-

Pues desde que llevo en Hogwarts si. Aún no he probado a realizar ninguno, por eso estaba recordando para poder practicar.

Veo que se levanta. Hago lo mismo y ante su saludo, le devuelvo la mano y le digo:

Yo Dean. Encantado de conocerte - digo con una sonrisa.

Empecé a recordar el momento en el que conocía a Donnie, que lo primero que hizo fue agacharse para saludarme.

Creo que no era la mejor forma.

Veo que estabas leyendo, perdona si te he molestado, te aseguro que no era la intención. 

Desvié ligeramente la mirada hacia el libro que descansaba apoyado sobre el tronco. - Tranquilo, puedo volver a retomarlo en cualquier otro momento. - Repuse estrechándole la mano con suavidad. - ¿Sabes?, no es necesario que practiques solo si no quieres...- tanteé al chico con una cálida sonrisa.

-No me interpretes mal, si prefieres la soledad los terrenos del castillo están llenos de arboles con buenas sombras para practicar, pero si te interesa, algunos compañeros de primero estamos tratando de poner en marcha algo así como un club de lectura. -Hice una pequeña pausa para estudiar su reacción. - ya sabes, para conocernos fuera de las clases y las casas, estudiar y hacer los deberes, practicar hechizos...- Me encogí de hombros de forma distraída. - Siendo un grupo nos es mas fácil conseguir aulas y ciertos libros de la biblioteca, además, es más divertido de esta manera. -terminé con una sonrisa amistosa.

Escuche atentamente a Charlotte.

Parece interesante, no suele estar solo pero supongo que a Mia e Irina estarán interesadas y es posible que James, Sirius y el resto también. 

Me llama la atención lo de conseguir ciertos libros de la biblioteca.

Me parece bastante interesante pero una duda que me ha surgido, ¿A qué te refieres con conseguir ciertos libros de la biblioteca? Nunca había escuchado nada de que al tener un grupo se puedan sacar libros que no se pueda hacer individualmente - digo extrañado.

Me encogí de hombros. - Bueno, hay libros que están bastante solicitados, siendo un club que depende de la biblioteca es lógico que tengamos prioridad, si compartimos los libros no tenemos por qué esperar para sacarlos de forma individual. -Expliqué con paciencia. -Y bueno, eso sin entrar en los permisos especiales... Slugohrn se ha ofrecido a tutorizarnos asique en ese sentido tampoco creo que encontremos muchos problemas. - 

De acuerdo, por mí no hay ningún problema entonces. Pero, ¿todos tienen acceso al club o es privado? - esperando poder comentarlo con Irina y Mia.

Me has dicho que el profesor Slughorn va a ser el que nos va a tutorizar. ¿Es el jefe de vuestra casa, verdad?

- En principio aun somos pocos y como ves, buscamos a gente que como tú pueda estar interesada, no tendría sentido cerrarse puertas asique sí, si conoces a alguien a quien pueda atraerle la idea puedes decirle que venga a hablar conmigo sin problemas. - Sonreí ligeramente apartándome un mechón de pelo rebelde tras la oreja. - y sí, Slughorn también es jefe de nuestra casa, ¿porqué lo preguntas?, ¿supone algún problema? -Pregunté con un deje de contrariedad en el tono.