Partida Rol por web

Si, hay algo raro. Lo de Mike y su hermana Mel, por un lado. No acabas de ver si le está gastando una broma a su hermano, o qué. Y lo de la chica nubia, por otro, sea lo que sea que digan todos.

Pero, aún así, no aciertas a dar con una razón convincente que te disipe esa sensación, o que te la explique.

Si, hay algo raro. Muy raro. Lo de Mel, por un lado. No acabas de ver si te está gastando una broma pesada, o qué. Y cómo se habrá enterado de que el colgante es en realidad un gps. Quizá después de todo se esté riendo de vosotros junto a Fadil. Les habrá costado montar esa broma...

Pero también está lo de la chica nubia, esa sensación, eso no se puede montar, sea lo que sea que digan todos.

Así que no aciertas a dar con una razón convincente que te disipe esa sensación, o que te la explique.

Quizá deberías mostrar la foto que tu hermana te envía a tus amigos...?

Si, hay algo raro. Lo de Mike y su hermana Mel, por un lado. No acabas de ver si le está gastando una broma a su hermano, o qué. Y lo de la chica nubia, por otro, sea lo que sea que digan todos.

Pero, aún así, no aciertas a dar con una razón convincente que te disipe esa sensación, o que te la explique.

Mike se paró nuevamente para leer el mensaje que había recibido, probablemente su hermana respondiendo e indicándole donde estaba metida.

Una foto, bien así la encontraré antes. Descargando. Pero... ¿Como es posible? Si es aquí. Y está lleno de gente, algunos me suenan de la fiesta de ayer, y ese es Rafa Nadal desayunando. ¿Como narices...?

Su cara pasó de la sorpresa y el desconcierto a una sonrisa que indicaba que se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Se dio media vuelta para enseñarle la foto a Sam, aunque también se la fue enseñando al resto para que comprendieran lo que estaba pasando con su hermana.

-Muy buena Sam. ¡Me estáis troleando! ¿Cuando sacasteis la foto? ¿Ayer? Y no digas que no tienes nada que ver porque a Mel no se le ocurriría eso sola, incluso habéis modificado la foto para que aparezca la fecha de hoy, eso es obra tuya. ¿Donde está escondida mi hermana? Dile que ya puede salir y venir, que os he pillado. ¿Como os disteis cuenta de lo del gps del colgante? Se supone que iba a ser una sorpresa...

Tras enseñar la foto a todos Mike volvió a responder a su hermana por el comunicador, ya no tenía razón para seguir alargando su bromita y podía venir con todos a desayunar.

Cita:

Mike seguía un poco raro a pesar de haber descubierto lo que su hermana y su amiga habían estado tramando, el encuentro con aquella chica nubia seguía inquietándolo de alguna manera, sentía que algo no terminaba de encajar allí.

La mirada de Lottie encontró la de Omar junto con el café que este le entregó. No hubo preguntas, ni nada anormal, salvo una invitación a fumarse un cigarrillo, pero fue suficiente para ella. Dichosa costumbre que no conseguiré quitarle por más que lo intente No pudo evitar pensar, mientras que asentía a su amigo y a su proposición. Claro que iría.

-Por supuesto, pero tendrás que dejarme que vuelva a insistir en que dejes esa costumbre... es lo que tiene tenerme por amiga. ¡Soy insistente! - bromeó con él mientras que veía como le ofrecía otro café a su hermano y otro a Estel con quien se cruzó una mirada significativa. Sintió el calor de la taza de café en sus manos mientras inspiraba profundamente. No había sido solo ella la que había sentido ese deja vú, esa sensación, también Estel, lo vió en su mirada. Pero el resto, a su alrededor, seguían como si nada. De hecho, Estel siguió comportándose normalmente después de eso, lanzando fotografías al grupo. Y ella decidió hacer lo mismo hasta que pudieran hablar y comentar.

O puede que sí, que alguno también sintiese lo mismo, pero no tienen tanta confianza como tenemos nosotros para hablar del tema quizás...En fin, ¡a tomarse el café!

Estel se volvió hacia Nathan y Oli y les tiró una foto-¡Ey! Para sacar mi trasero, sácame entera, ¡fotógrafa!-Se metió con Estel mientras que se tomaba la mitad de su café, dejando la taza sobre la mesa, y se ponía detrás de Nathan y Oli, agachándose para ponerse a su altura y rodeándolos con sus brazos para salir entre ellos dos en la siguiente foto de su amiga-Me apunto a lo de comprar una chilaba siempre que me prometáis que no intentaréis cambiarme por un grupo de camellos a la primera de cambio. Creo que las pelirrojas se cotizan al alza por estas tierras-bromeó mirando al objetivo de su amiga y percatándose que, tras ella, Mike seguía intentando localizar a su hermana por el localizador. No pudo evitar pensar en Mel. Sabía lo despistada que era, pero el hotel tampoco tenía demasiados lugares en los que perderse...bueno, sí que los tenía si perderse era lo que uno quería. Pero, ¿con Fadil? No podía negar que el comentario de Nathan podía tener su lógica y tenía que reconocer que aún no tenía calado el tipo de hombres que le iba a Mel, era más hermética que su hermano para eso. A Mike ya lo había calado a los pocos días de conocerlo y tenía claro el tipo de chica que él buscaba.

-Si, va a ser eso, Sean. La dejaste tan impresionada que la pobre no ha encontrado otra cosa que hacer que quejarse a Sam... -le comentó a Sean ignorando sus comentarios respecto al gato. Sabía que era totalmente mentira, pero Sean, cada vez que podía, la atacaba con ese tema. Y ella no quería insistir. Sean llevaba bastante mal eso de que ella se fuera a trabajar lejos, pero no era el único. Sabía que sus padres también y, ella misma, aunque su hermano no la creyera. Los echaba de menos muchísimo a los tres cada vez que tenía que irse. Y, no iba a negarlo, aquellos comentarios de su hermano la hacían sentir mal, pero por experiencia sabía que si insistía o le replicaba, seguiría pinchándola más y mejor cada vez, que para algunas cosas el pequeño de los Dunne tenía maña.

Controlando cuando terminaban el café sus amigos, Charlotte se terminó de un trago el suyo sin quitarle el ojo a Mike, se le veía preocupado-¿No te ha respondido Mel?¿Vas a buscarla? -se echó mano a los bolsillos de sus pantalones, pero antes incluso de palparlos, sabía que no encontraría lo que buscaba. Su comunicador estaba en la habitación con el resto de sus cosas, donde siempre lo dejaba cuando salía fuera-Sean, ¿porqué no acompañas a Mike? Si tenéis que buscar a Mel, y ya sabemos como se las gasta con sus despistes, quizás los dos la encontréis antes que Mike solo. ¡Oh! A ver, deja que vea... –Lottie cogió el comunicador cuando Mike se lo acercó para que viera la foto. Parpadeó cuando vio la imagen y no pudo dejar de levantar la vista hacia donde, en teoría, había otra mesa llena de gente. Pero no encontró nada, ya lo sabía antes de mirar. Miró a Mike, como respondía a su hermana por otro mensaje... –Mike, llámala. Nada de mensajes. Llámala directamente-lo soltó así, sin más. Era casi una orden. Pero después del encuentro con la muchacha había algo en el ambiente que no la hacía receptiva a bromas de aquel tipo. Miró a Sam, intentando ver su reacción a los comentarios de Mike.

- No te preocupes, Charlotte... no menos de mil camellos por una preciosidad como tú. Yo me sentiría halagado si por mí ofreciesen... no sé, ¿cien?

Nathan le pegó dos tragos al latte macchiato y se levantó de un salto; café, zumo "con sorpresa" y bollo... aquello era como el desayuno de un hotel. Demonios... era precisamente eso. El cuerpo elástico del bailarín se tensó de arriba a abajo en un intento de bostezo disimulado. Había dormido bien pero su rutina de madrugar y ensayar se había roto y tenía la sensación de que su cuerpo gritaba una dosis de sana actividad. Claro, una cosa era lo que su cuerpo pedía y otra muy distinta lo que él estaba dispuesto a darle. Un paseo por las instalaciones debería ser suficiente:

- Sí, Mike... llámala. Y si no la localizas yo también te acompaño. Me apetece dar una vuelta y no quedarme aquí a secarme al sol como un arenque.

Pero de pronto el comunicador de Mike volvió a vibrar y mostró la imagen de su hermana con el resto de invitados. Un hotel perfectamente normal y no aquel lugar inhóspito en el que se hallaban.

- Joder... no me digas que hemos saltado a una dimensión desconocida dónde solo hay camareras bordes y pasteles de miel. Saldremos de esta pesadilla en un mes con una hoja de reclamaciones y diez kilos de más.

La broma era evidente. Al igual que era evidente que, por muy escéptico que uno quisiese comportarse, algo raro pasaba. - Quizá la cosa era más sencilla y había una terraza igual a esta en el lado opuesto del Sand Castle. Quizá se habían metido sin darse cuenta en una fase del Hotel aún por abrir.

-Ten por seguro que desaprovechar mis... conocimientos sería una tontería en el mejor de los casos -dijo Omar que caminaba por detrás de Nathan. Se detuvo tras él, apoyó la cabeza sobre su hombro y pasó la mano derecha por su cintura posándose en el vientre de este-. Afrodisíacos, chilabas... no sé qué tienes en mente pero parece deliciosamente morboso y sucio. Esta tarde seré todo tuyo... y de cuantos quieran acompañarnos.

Una risa argentina rubricó el momento, un momento que concluyó ante la preocupación de Mel y el mensaje que mostró a los presentes.

-Dejemos que Samantha hable y se explique si tal y como crees es un broma. Y si no lo es, empezaremos a preocuparnos -miró una vez más a Estel y Lotti. No era inquietud aunque algo aleteaba tras su nuca, algo similar a lo vivido en el guerra, cuando elementos irracionales le daban aviso de un ataque inmediato y nunca fallaba. La muchacha del servicio, sus palabras, la posible doble localización... Nada parecía tener sentido y, sin embargo, todo se ordenaba. La cara de su hermana Enara se dibujó límpida en su cerebro. Hacer caso omiso de los síntomas no haría desaparecer la enfermedad.

Hay síntomas, sin duda.

Y no. No aciertas a dar con una razón convincente que te disipe esa sensación, o que te la explique.

De pronto se te ocurre echar una mirada a la ráfaga de fotos que has hecho desde que has llegado a la terraza, antes, durante y después de la aparición de la camarera, o.... lo que fuera.
 

El gps de Mel indica que ésta se mueve. Ves como su señal se pone en marcha desde el lugar en el que estás, o está ella, y se dirige hacia el hotel de nuevo.

Repasaste las fotos, una tras otra. Incluso pusiste el modo secuencia, que convertía las fotos que estaban realizadas próximas en el tiempo en una especie de film, encadenando las imágenes.

Y entonces, te diste cuenta de algo.

Lo miraste una y otra vez, porque no tenía sentido. Pero tú eras una experta en iluminación, en movimiento y en estática. Llevabas la fotografía, la imagen en tu sangre. Y algo así no se te podía escapar...

...por extraño e inexplicable que fuera, te diste cuenta de que en toda la secuencia de fotos, el sol no había avanzado ni una pizca. Las sombras seguían exactamente en el mismo sitio y con la misma intensidad de la primera a la última foto. Y otra cosa más. El movimiento de las suaves olas en la superficie del oasis era extraño. Una cadencia como si estuviera atada por un bucle, como en los gifs, en los que tres o cuatro imágenes se suceden infinitamente. Daba sensación de movimiento, pero parecía ser sólo eso: una sensación...

No hubo mucho que contar de la noche anterior. Bien sabía Mike que cuando se ponía a trabajar eso era exáctamente lo que hacía, pero también la conocía lo suficiente para saber que tuvo tiempo de pasarlo bien. Si por bien se refiere a una cantidad desconocida de alcohol que había borrado los últimos momentos de la fiesta. Por suerte estaba bien, así se lo hizo saber a su estilo: pocas palabras y gestos. Al igual que negó cuando preguntó por Mel.

Y entonces... ¡Desastre! Amaba con locura a Mike, con todo su corazón, ¿pero dos como él? Sean era una versión más juvenil de Mike, un poco alocado tal vez. Iban a ser una vacaciones inolvidable, de eso estaba segura. Bueno, vacaciones no, pero era lo más parecido.

- ¿Disculpe? -Y así se quedó sin respuesta y atónita por la reacción de la muchacha nativa. Tuvo una vaga sensación de reconocimiento al verla, pero entre su manera de actuar y lo delicioso que se veían los pasteles. Finalmente agradeció la taza ofrecida por Omar, saludó a Oliver y volvió a degustar su café con un casi orgásmico gemido de placer.

- Perfecto, realmente perfecto... -susurró.

Un par de sorbos más y se inclinó a por un pastelito, aunque no le hacía gracia perder el sabor intenso del café por ello. Mientras observó a Mike con el móvil de aquí para allá esperando a Mel.

- Ni una palabra de árabe -Miró a Nathan-. Ya me gustaría saber qué me dijo, parecía molesta y no tengo ni idea de por qué -Pensó en la fiesta-. La verdad que me resulta vagamente familiar. No sé -Se encoje ligeramente de hombros-. Espero no haber hecho algo malo anoche, no recuerdo muy bien algunos fragmentos y hasta donde sé los trabajadores aquí son muy amables. No he tenido problema alguno.

Prefirió achacar el malentendido a alguna situación vergonzosa la noche pasada. Sólo esperaba encontrarse nuevamente con la muchacha e intentar entender lo sucedido. Sam no era precisamente una mujer que dejaba pasar esas cosas. 

- Mike, querido... Anoche trabajé muy duro como para andar con jueguecitos con la resaca que tengo. Y menos con Mel, que seguro ha tenido una noche apoteósica.

¿Cómo era posible tener tan mala suerte? Al ritmo que iba se convertiría en una solterona amargada con dos gatos. No, cinco gatos grandes y peludos como única compañía. Su mente estaba despertándose y eso era malo, sobretodo cuando pasaba de montarse historias en su mente a no para de hablar como posiblemente ocurriría. Le gustaría achacar la culpa al café, pero sería mentir.

- Llámala de una vez antes de que le ponga nombre a mis gatos. Ehm... Llámala -se sumó a la propuesta antes de escudarse en otro sorbo de café.

.

Sí que notas algo raro, demasiado incluso para unas circunstancias como las que os han llevado hasta allí. Pero no sabes definir qué.

Lo de Mel no acabas de entenderlo, puede que os esté gastando una broma pesada, pero ¿es la broma de su estilo...? Y la chica nubia. Uf. No recuerdas de qué te suena, en absoluto. Y sin embargo tienes un vacío en el estómago que no te gusta nada, pero que nada.

Aquella gente estaba como si acabaran de chupar una piedra de ácido... bueno, o quizás es que yo estaba como si acabara de fumarme toda la marihuana de Jamaica... todo era posible. El caso es que no me estaba enterando de nada y, bueno, en realidad no es que me importara demasiado, tampoco parecía que estuvieran hablando de nada muy importante, pero hacían mucho ruido y a mi me dolía un poco la cabeza... ya sabéis.

- Yo no me preocuparía tanto, chicos - dije, sin dirigirme a nadie en concreto, pues todos estaban hablando de lo mismo.- Seguro que anoche pilló cacho y ahora estará desayunando con algún tipo interesante o dándole al tema... ya sabéis - me reí un poco, pero no parecía una buena idea seguir por ahí.- Esto... lo que quiero decir es que, bueno, que ella es mayorcita ¿no?

Acababa de romper cualquier simpatía que hubiera podido causarla a Mike. Es que soy idiota, uno nunca debe hablarle a alguien sobre el sexo de su hermana. Las hermanas y las madres son sagradas, para uno es como si nunca practicaran sexo (a pesar de que es evidente que lo hacen). Así que, bueno, después de mi metedura de pata me escondí tras mis gafas de sol y mi café y me metí algo en la boca sólo para tenerla ocupada y dejar de cagarla aún más.

En una primera instancia, Estel había estado pensando que la ausencia de Mel era debida a una broma. No prestó mucha atención, dedicándose a su gran pasión, la fotografía. Rió ante el comentario de Loty y le hizo varias fotos, aprovechando mientras se movía y no estaba posando. Amaba las fotografías naturales, por eso nunca sería una fotógrafa de estudio. Siempre había creído que esa clase de fotografías eran forzadas. Se notaba en la postura de los modelos y las sonrisas falsas que hacían perder toda la belleza de su entorno. 

La preocupación de Mike empezó a ser palpable y a extenderse entre los demás. Estel apartó la mirada del objetivo y la cruzó durante un instante con la de Omar. En otra situación habría reído ante la broma de Nathan, pero no en aquel momento ella también sentía algo raro, aunque no sabía el qué. 

Buscó en la bandolera y sacó un cigarrillo que se llevó a los labios y encendió mientras le pasaba el paquete a Omar. En su paladar persistía el sabor fuerte del café y ya empezaba a necesitar la nicotina corriendo por su sangre. Se sentó en una de las sillas y bajó la mirada para empezar a pasar las fotografías que acababa de hacer, buscando entre ellas a aquella nativa. 

- Pero... ¿què collons...? - Su ceño se arrugó y volvió a pasar las fotografías en dirección contraria. Volvió a llevarse el cigarrillo a los labios y levantó la mirada, recorriendo con ella la terraza y deteniéndola finalmente en el agua. Se levantó y caminó sin apartar la mirada, absorta en sus propios pensamientos, olvidándose por un momento que no estaba sola. Bajó los cuatro escalones y se acuclilló, sin dejar de observar las suaves ondas que se formaban con la brisa. Un escalofrío recorrió su espalda y extendió la mano, metiéndola dentro del agua y agitándola para romper aquella hipnótica cadencia.

No pasa nada raro. O más raro que lo que ya pasa. El agua es agua, y cuando la tocas, tiene su tacto, te moja. Es decir, es como si hubieran cogido tres o cuatro fotogramas de la vida, del mundo, los hubieran puesto en secuencia, y os hubieran dejado allí. No hay tiempo. Pero el espacio, y la "realidad", son los que deberían ser.

Mike estaba dispuesto a que Sean Y Nathan lo acompañaran en busca de su hermana, al menos antes de saber que se trataba de una broma, la idea de llamarla que tuvieron Charlotte y Nathan le pareció mucho mejor, si era una broma su hermana no estaba perdida, simplemente se estaba escondiendo. Mike no pudo evitar mirar con cierto fastidio a Nathan ante su "supuesta" broma de otra dimensión. ¿Se trataba de eso? ¿De hacerle creer en aquella extraña historia que había contado su padre una vez? ¿Estaba Nathan también compinchado? ¿Alguien más? Como todos quedó pendiente de la respuesta de Sam, aunque había algo en la pantalla de su comunicador que seguía llamando su atención, mientras su amiga hablaba el gps de su hermana se movía por la pantalla desde aquella misma terraza, en la que no estaba, hacia el hotel. Por más que Mike miraba no veía nada ni nadie que pudiera estar llevando el colgante y si Sam lo estaba troleando con un truco informático no podría estar dando explicaciones a la vez... ¿Había otro compinche más? Tenía que ser alguien que supiera de informática, que supiera bastante para simular una señal gps de aquella manera.

-Esto no lo hicisteis anoche. Mira esta foto, es la misma hora que hoy, fue ayer por la mañana, venga confiesalo. Y... ¿Que significa eso de que Mel tuvo una noche apoteósica? ¿Que me he perdido?

Ya eran varias las referencias en ese sentido y empezaba a pensar que su hermana se había liado con alguien la noche anterior. ¿Con Fadil? Esperaba que no, le caía mucho mejor el último tipo cachas que le había presentado, al menos se fiaba más de él. Los comentarios de Oliver no hicieron más que corroborar aquello, como siempre era el último en enterarse de todo.

-Vale, vale. Comprendo. Queréis que la llame, está bien, está bien. Ahora mismo. Vídeo llamada, a ver donde está y con quien.

Tanta insistencia solo podía significar que todos estaban metidos en el ajo y que la llamada sería el final de la broma, si para que dejaran aquello tenía que llamar a su hermana lo haría. Hizo unas pulsaciones en su comunicador y realizó la vídeo llamada.

-Ya está marcando. Supongo que todos queréis hablar con Mel ¿Verdad?

En realidad lo que todos querrían ver era la cara de tonto que se le debería quedar a Mike cuando le dijeran que todo aquello era una broma, así que no les iba a privar de eso y se puso cerca del grupo para que quien quisiera pudiera asistir a la llamada, excepto de Estel que estaba a lo suyo haciendo fotografías y se había acercado al estanque a refrescarse un poco.

Miró a Lottie, esperando que saltara con la historia del gato. Se ve que delante de tanto desconocido se cohibía un poco, y trataba de no devolverle la pulla. Ocurría lo mismo cuando iban al instintuto y las amigas de Lottie venían a casa, solo que al revés. En esos momentos era Lottie la que le picaba, mientras que Sean estaba todo cortado.

Nathan, por su parte, parecía muy Sean con toda esa invención de las dimensiones paralelas. Seguramente se acaben llevando muy bien en este viaje. El pelirrojo había leído un cómic al respecto: Cibercafé a la Deriva. Trataba de recordar el final de ese cómic mientras trataba de quitarle hierro al asunto.

A ver... si en la foto hay gente, entonces los que nos hemos equivocado de terraza somos nosotros. Yo ya dudaba de que fuese por esta galería, pero al ver a Lottie al fondo, le seguí y me equivoqué con ella. Creo que a todos nos ha pasado lo mismo.

Sean se levantó para ir con Mike. En realidad, todos deberían ir. Solo que en aquellos momentos se quedó de pie, esperando a que Mike resolviese lo de la llamada.

Lanzó una mirada la horizonte...

Eeeehm... ¿sabéis si el hotel dispone de salas de realidad virtual? Porque veo el paisaje y no me tiene sentido... Mirad, yo mejor me voy a volver para dentro-dijo, nervioso.