Partida Rol por web

Icewind Dale: Una Guerra Inicia

Primera noche (Atemporal) Ronud y Luthien

Cargando editor
19/10/2020, 13:43
Narradora

La habitación no se diferenciaba mucho de aquella en donde se encontraba el fantasma de la dama llamada Viera, a la que podían escuchar a través de las paredes. No les costó mucho entender el dilema que tenía el posadero, pues intentar dormir con aquel sonido de fondo sería un reto, sumándose al frío infernal que, ahora que ya no estabn en movimiento o en pelea, podían comenzar a sentir. Atrás quedaba el clima cálido, de ahora en más las capas y abrigos serían sus mejores amigos.

La habitación contaba con una sola cama, además de una mesa pequeña, un baúl a los pies de la cama, y una mesa cerca de la ventana con una vasija de agua para lavarse.

Notas de juego

Adelante con la escena. Recuerden que al ser atemporal, deben cuidar de que no vaya a haber choques entre esta escena y la principal. No hará falta mi intervención aquí a menos que lo soliciten.

Cargando editor
19/10/2020, 14:44
Luthien Tinuviel

Una sonrisa se dibuja al escuchar la respuesta de aquel orco, si bien su raza es por defecto mi enemigo acérrimo en décadas, he descubierto que hay excepciones y Ronud es una de ellas. Me ha bastado conocerlo en batalla, pelear codo a codo con un mismo objetivo y salvarnos el pellejo para darme cuenta de mi claro error, lo había juzgado. Y mucho, considerando lo que soy con los hombres de verde, el odio que les tengo, no he sido demasiado amable con él. 

Al ingresar se nota como el frío que se cuela por cada rincón de aquella habitación, no hay forma de quitarme lo que llevo encima, aunque sí que pienso deshacerme de la armadura. El asunto es que con el fantasma rondando y los arreglos que debería hacerle el Tabernero al lugar, convierte la estadía por más mínima que sea en una proeza a superar sin perder la cordura en el proceso entre los gritos de la mujer y el frío. Odio el frío, lo padezco demasiado. 

 Igual esto no es nada, tenemos un problema... Una cama. 

Vaya, posiblemente mis ancestros me odien por esto Ronud—digo al dejar la capa con tal de quitarme la armadura—. Pero tenemos una cama y hace mucho frío, debemos resolverlo. 

Siempre con ese tono melodioso, que resuena como una nana para dormir ya que mi raza tiene esos detalles bonitos. No obstante toca lidiar con esto y apañarnos. 

No tengo inconveniente que durmamos juntos para lidiar con el frío, es decir... Podría ir al suelo o tú, pero temo que no podremos descansar nada y si tenemos otros día tan ajetreado como hoy, en un combate seremos una debilidad. Así que no me molesta escuchar tus ronquidos de cerca.

Notas de juego

Una sola cama nos pones, maldita. XDDD

Cargando editor
21/10/2020, 13:44
Ronud

Ronud gruñó, un tanto molesto al advertir que los llantos de la fantasma Viera podían oírse a través de las paredes. Desde luego no les esperaba una buena noche, eso estaba claro, pero ya habían pagado por la habitación, por lo que no resultaba prudente dar marcha atrás. Al fin y al cabo, solo era una noche.

El semiorco notó cómo el frío se le pegaba a los huesos. No era la noche más fría que recordaba, y había dormido en sitios mucho peores, por lo que no se quejó al respecto. Se despojó de su armadura y la depositó en un rincón, junto con sus dos hachas, su escudo y el arco corto con el carcaj y las flechas restantes.

-Mis ancestros me odiarán por todo, haga lo que haga -aseguró Ronud, con una sonrisa que dejó al descubierto sus largos colmillos jabalinescos-. Yo tampoco tengo inconveniente en que durmamos juntos. Creo que podría tumbarme en el suelo y descansar, estoy acostumbrado a sitios peores que este... Pero hace frío. Al menos juntos lidiaremos mejor con eso -No pudo evitar reírse para sus adentros, imaginándose cómo pasarían la noche Izmael y Snorri.

Cargando editor
21/10/2020, 17:22
Luthien Tinuviel

La sonrisa del orco al principio me da un poco de impresión, es que no es habitual para mi ver aquello y pese a mis diferencias con su raza, supongo que tendrás las suyas con la mí. Así que no queda más opción que dejar todas las armas, y la ropa en sí pesada ya que si vamos a dormir juntos, supongo que nos daremos calor desde la cercanía. Más allá de la incomodidad y lo que implica que aquello suceda. Es lo mejor para el otro día, sin dudas. 

Creo que los ancestros de ambos estarán enojados con nosotros, pero al menos intentemos que valga la pena. ¿No?—pregunto mientras camino hacia la cama—. Así es, juntos. 

Sé que aquella palabra puede tener muchísima connotación aunque no se pretenda aquello, no obstante como hay que estar debajo de las mantas, prefiero quitarme las botas, el cinto y la capa usarla sobre las frazadas. No tiene sentido meterse a la cama con el polvo de la batalla, así que comienzo a quedar con la blusa de color blanco gastado y los pantalones, reflejando que soy bastante pequeña de lo que aparento. 

¿Prefieres algún lado?—pregunto y sigo—. ¿Tienes mujer y esas cosas? 

Es que si era un hombre con un amor, no quería incomodar. 

Cargando editor
23/10/2020, 11:45
Ronud

-Todo lo que enoje a mis ancestros vale la pena -aseguró Ronud, con contundencia.

El semiorco observó cómo Luthien se quitaba las botas, el cinto y la capa, quedando con la blusa y los pantalones. Sin la armadura se le veía bastante más pequeña de lo que Ronud hubiera esperado.

-No tengo ninguna preferencia -aseguró, refiriéndose al lado de la cama-. Puedes ponerte del lado de la pared, supongo que si estamos juntos así tendrás menos frío. Yo... Aguanto bien el frío, tranquila. -Hizo un gesto para que la elfa se adelantara a tenderse sobre la cama, aunque su última pregunta le tomó por sorpresa-. ¿Mujer? No. -Pensó en mentirle y decirle que, en efecto, había una joven en algún lugar, pero imaginaba que iba a tener que acompañar a Luthien y a los demás por cierto tiempo, por lo que no tenía sentido mentirles-. Hace mucho que tomé la decisión de no atarme a nadie. Es lo mejor. ¿Y tú? ¿Hay un señor Tinuviel en alguna parte?

Cargando editor
23/10/2020, 18:52
Luthien Tinuviel

Me había gustado el detalle, significa que está un poco enemistado con los suyos y yo de alguna manera también, así que tenemos eso en común por ahora. Más allá de las diferencias, este orco me está enseñando a ver detrás de una raza y es algo muy loable que seguramente marcará un precedente. 

Está bien, buena idea. 

Cuando sugiere que vaya del lado de la pared me parece un buen plan y lo acepto de buena gana, tanto que me ubico en aquel lugar para no tener frío, dejando una buena porción de la cama a Ronud así está cómodo. Es un poco extraño esto de dormir con un hombre, hace tanto tiempo que no lo hago que indefectiblemente se torna un poco confuso. 

Tras responder la pregunta que le hago, me toca a mi hacer lo propio. 

Pues no, jamás he tenido a alguien en mi vida por amor... Dejé todo atrás cuando me comprometieron con un príncipe Elfo. Prefiero mil veces la soledad, antes de estar con alguien que jamás amaré—confieso sincera—. Otra cosa en común que tenemos Ronud, no queremos atarnos.  

Ya sonriendo giro sobre mi misma para mirarlo de frente, cuesta un poco por el hecho de mis diferencias culturales pero es agradable conversar con él. 

¿Por qué la aventura?

Cargando editor
24/10/2020, 12:27
Ronud

La revelación de Luthien le toma totalmente por sorpresa. La elfa no era cualquier guerrera elfa que hubiera decidido echarse a los caminos para formar un grupo de aventureros a sueldo. No, era una elfa a la que había comprometido con un príncipe, lo que implicaba que debía ser de alta cuna.

El semiorco se tendió sobre la cama, en el otro lado de esta, girándose ligeramente hacia Luthien mientras conversaban. Le costaba creer que al inicio del día esa misma elfa le hubiera apuntado con su arco y que ahora, sin embargo, pudieran estar charlando tranquilamente. Nunca había vivido nada así.

-Cuando supe que atacaban Targos, vine para ayudar, pero lo que me guía sobre todas las cosas es poder matar a más pieles verdes -reveló Ronud, pudiendo percibir cierta ira en sus ojos cuando lo dijo-. Esos seres atacan y arrasan con todo lo que ven. Si puedo quitarme de en medio a unos cuantos y que encima me paguen por ello, mejor. -Si bien era cierto que odiaba a los orcos por encima de cualquier otra raza de piel verde, todas en mayor o menor medida le resultaban igual de dañinas-. ¿Qué hay de ti? -expresó en un tono más sereno y calmado-. Si te comprometieron con un príncipe elfo, es evidente que no eres una elfa cualquiera. ¿Cómo terminaste en el Valle del Viento Helado? No hay muchos elfos tan al norte.

Cargando editor
24/10/2020, 20:12
Luthien Tinuviel

La sorpresa inunda en mi rostro cuando comenta aquello, un tanto sorprendida por su historia y por la situación en sí ya que jamás en todos estos años de existencia hubiera imaginado que estaría compartiendo una cama junto a un orco mientras nos confesamos un trozo de nuestra historia. Es algo que sin dudas, no creí que podría suceder y allí estoy. Al margen de ello, lo que está contando me sorprende en demasía, considerando que reniega de su propia estirpe y ya con eso se ha ganado algo más que mi respeto. 

Te ayudaré en esa tarea, pese a que me gustaría saber el motivo de tu odio hacia los tuyos. 

Es lo que respondo mientras lo miro a los ojos, descubriendo más allá de su apariencia lo que hay detrás. Un hombre que claramente tiene sus cuentas pendientes y al fin de cuentas eso sí que lo tenemos en común. Luego cuando me pregunta sobre mi, bajo la mirada mientras decido contar un poco de mi historia. Algunos retazos al menos. 

Soy una elfa noble o alto elfo, provengo de una familia importante dentro de los míos y querían unir familias para conservar el linaje, más allá del estatus y los negocios—confieso en un tono algo apenado—. Así que en cuanto supe que estaba comprometida con alguien que no sería capaz de amar, abandoné los míos y emprendí un largo viaje. Dejé atrás todo, mi estatus, el reino, sólo tengo mi arco y recuerdos. Básicamente me escapé, hace ya muchos meses y no creo que vuelva. 

Tras contar aquello, lo miro finalmente a los ojos y sonrío apenas. 

Cargando editor
25/10/2020, 12:22
Ronud

Cuando Ronud escucha la pregunta de Luthien sobre el motivo por el que odiaba a los suyos, una mueca amarga se dibuja en la expresión del semiorco. Podía negarse a hablar, poner alguna excusa y evitar el tema, pero la elfa había combatido con él y se había preocupado por su estado cuando había resultado herido, por lo que no tenía sentido esconderle nada.

-Soy un semiorco. Sabes cómo son engendrados los semiorcos, ¿verdad? -inquirió, con tono serio-. Mediante la unión entre un humano y un orco. Generalmente, suele ser una humana y un orco -expresó, de forma amarga-. Los orcos no son criaturas pacíficas. Matan, arrasan, violan... Imagino que debí ser el resultado de una incursión orca en una aldea -Ronud se revolvió inquieto en la cama. Aquella era la primera vez que confesaba a alguien cuáles eran sus orígenes-. Mi madre me abandonó en un orfanato poco después de nacer. No sé nada sobre ella, ni sobre mi padre, aunque sí sé que la tribu que actuaba cerca de donde nací se hacía llamar el clan del Colmillo Roto. No tuve una vida fácil, pero eso es lo que suele sucedernos a la mayoría de semiorcos. Mi vida solo gira en torno a la guerra, encomendarme a Tempus para evitar que haya más como yo.

El semiorco escucha cómo Luthien narra su historia, su procedencia y el estatus que poseía antes de convertirse en una aventurera. Una sonrisa aflora inevitablemente de nuevo a los labios del semiorco.

-Creo que muchos hombres matarían por compartir lecho contigo -reconoció, impresionado-. Una noble, nada menos... Cualquier mercenario lo consideraría un triunfo del que fardar enormemente. ¡Qué suerte la mía! -Ronud posó la mano sobre la cadera de Luthien, aunque no hizo ademán de acerca el cuerpo de ella al suyo, queriendo respetar el escaso espacio del que disponían-. Con lo delgada que estás, como no te arrimes, vas a pasar frío -bromeó, con una sonrisa que mostró de nuevo sus colmillos-. Oye -bajó un poco el tono de voz, como si pensara que alguien le oiría-, antes, en el almacén, gracias por acercarte a curarme... Muchos no lo habrían hehco.

Cargando editor
25/10/2020, 15:56
Luthien Tinuviel

La historia de Ronud cuando llega a mis oídos, logran que una mueca de preocupación surja en mi rostro. Jamás hubiera imaginado que él era producto de una violación, más aún cuando incluso tras haber nacido fue abandonado. Tan diferentes en las situaciones que traemos sobre nuestras espaldas, cada uno con sus propias guerras internas. 

—Lo siento mucho, aún así te diré que sin todo esto no serías quien eres. Tienes algo más que mi respeto, Ronud. 

Es una confesión dónde se cuela una sonrisa más cálida cuando desde la cercanía surge aquellos relatos de un trozo de historia, que al fin de cuentas no solo marca a uno como persona sino al otro desde la mirada que se tendrá, totalmente diferente. 

—Te ayudaré en esa guerra, pero no llenes de oscuridad tu corazón. Eres algo más que una apariencia, la ira puede ser un arma peligrosa y lo que intentas evitar, esa causa que claramente es la mía, puede convertirse en algo más—aconsejo desde la comprensión y la sinceridad. 

Una sonrisa surge de mis labios cuando habla sobre mi posición, es real que soy una noble pese a que no me sienta como tal. Aunque me resulta curioso que alguien desee compartir lecho conmigo, no es algo muy común en mi vida y esto pese a lo curioso, las circunstancias han ayudado muchísimo. 

Accediendo a acercarme al cuerpo del orco, es sumamente extraño todo. Pero no huele mal y esa percepción bastante mala que tengo va cediendo lo suficiente. Las distancias se acortan, y mi mano se posa sobre su pecho. 

—Puedes fardar por ello, te lo has ganado—digo sonriendo—. Soy delgada, pero no débil—bromeo—. Lo volvería a hacer, te lo has ganado y eso que te odiaba al principio... Pero me has enseñado en un solo combate que jamás debo juzgar a alguien por su apariencia. 

Y sin pensarlo demasiado, mi mano acaricia suavemente su mejilla. Siento que se merece aquello. 

—Nos estamos jodiendo en nuestros ancestros, que lo sepas. 

Cargando editor
26/10/2020, 12:23
Ronud

-Gracias -dijo Ronud, agradeciéndole a Luthien sus palabras al decir que tenía algo más que su respeto-. Agradeceré tu ayuda en esta guerra, ya vi que sabes manejarte bien con ese arco. Algo me dice que vamos a tener que seguir matando pieles verdes en los días que están por venir.

La elfa había accedido a la sugerencia de acercarse a Ronud. Aunque el semiorco se encontraba tranquilo, lo cierto es que aquella situación era de lo más extraña y nueva para él. Cuando la mano de ella se posa sobre su pecho, la respiración del bárbaro se acelera. Aunque es cuando la mano de Luthien acaricia su mejilla cuando siente un cosquilleo recorriendo toda su espalda.

-Tu odio por los orcos... ¿Es algo personal o más bien de tipo racial? -quiso saber el semiorco, intrigado-. Ya sabes, como nuestras razas tienen toda una historia detrás... -La cercanía con Luthien le ponía un tanto nervioso, cosa que solucionó envolviendo uno de los mechones rubios de la elfa entre sus dedos rubios, acariciándole el cabello-. Todo lo que sea joder a mis ancestros será bueno. Quizá...

Ronud dejó el comienzo de la frase en el aire. Una idea pícara y maliciosa acababa de ocurrírsele. Luthien estaba muy cerca de él, rostro con rostro, por lo que aproximó sus labios al cuello de ella, depositando un ligero beso en él, con una más que perceptible timidez, recorriendo la suave piel de la elfa por unos segundos en los que el corazón del semiorco latió desbocado.

-Esto sí que tiene que haberles jodido, ¿no crees? -expresó, con una sonrisa nerviosa. Incluso él mismo se asombraba del valor que había mostrado en ello, aunque la cercanía y camaradería con Luthien le habían ayudado a dar ese paso-. Creo que si hay algo capaz de perturbar a tus ancestros, desde luego es esto.

Cargando editor
26/10/2020, 13:22
Luthien Tinuviel

Es lo que nos toca, al fin de cuentas es una batalla que tiene décadas ya. 

Tal como siempre ha sido, nunca termina esta guerra y no queda otra opción que ser partícipe de ella para que esto se detenga de una vez. Para mi es totalmente nuevo, pero eso no quita que me comprometa a la causa ya que siempre fueron nuestros acérrimos enemigos. Y más allá de esta conversación, las caricias surgen de forma natural ya que al deslizar mis dedos por su mejilla, descubro que no da impresión sino todo lo contrario. Hasta su pregunta me sorprende, pero es importante aclarar. 

Supongo que he sido criada con ese odio, no es personal pero si racial—confieso y lo miro a los ojos—. Pero tú estás logrando que no juzgue a todos de la misma manera, al fin de cuentas hay que aprender a conocer y mirar con mayor objetividad. 

Luego sonrío cuando habla de joder a los ancestros y asiento conforme, sólo que jamás me hubiera esperado aquel beso en el cuello y la sensación dulce que trae. Más allá de lo surrealista que puede ser este momento, se siente muy bien y ya no lo estoy viendo como un orco sino como un hombre que está compartiendo lecho conmigo. 

Hm, creo que si y me gusta que nuestros ancestros sufran. 

Y no lo dudo, replicando exactamente la misma acción cuando mi rostro se acerca suavemente sobre la piel de su cuello mientras estoy un poco nerviosa. Es algo bastante inusual y hacía tanto tiempo que no vivía algo semejante, al punto que era casi parte del olvido. Aún así Ronud recibe aquel beso muy suave, tímido que sabe bien por su aroma y sin alejarme allí estoy muy cerca de su rostro, descubriendo sensaciones que pensé no existían o que jamás iba a tener la posibilidad de vivir.  

Estamos de acuerdo, se lo merecen. ¿No?—pregunto mientras otra caricia surge en la mejilla. 

Cargando editor
31/10/2020, 12:31
Ronud

Ronud no hubiera esperado nunca que Luthien le devolviese su beso, dándole un nuevo beso con suavidad, así como otra pequeña caricia en su mejilla. Se sentía cómodo en compañía de la elfa y un cosquilleo recorriendo su estómago que nunca antes a lo largo de su vida había sentido.

-Se lo merecen. Mucho -concedió el semiorco, asintiendo.

El bárbaro no se detuvo ahí. El beso había sabido bien y era la primera vez que experimentaba una sensación como esa. Miró a Luthien a los ojos, mientras la mano de ella aún le acariciaba su mejilla, y volvió a acercar sus labios a los de ella, dándole un nuevo beso, solo que esta vez no se conformó con hacerlo de manera suave y tímida, sino más pasional. Sus labios se juntaron con los de ella, mordisqueándolos suavemente mientras las grandes manos del orco envolvían la cintura de la elfa, introduciéndolas bajo la blusa.

-Se me ocurren formas más intensas de joderlos -comentó, con una sonrisa maliciosa-. Sé... sé que no debería hacer esto, pero quiero -explicó, en tono nervioso. Daba la impresión de que Ronud nunca se había visto en una situación como esa con una mujer, ya fuera elfa, humana o semiorca-. Me gustas, Luthien. ¿Quieres que pasemos a... algo más rudo? -preguntó, aún sin estar muy seguro de que la elfa quisiera desatar la pasión con él. Al fin y al cabo, él no era un atractivo humano o elfo.

 

Cargando editor
31/10/2020, 20:25
Luthien Tinuviel

La situación es extrañamente cómoda, me siento bien en compañía de Ronud y no lo veo por esa diferencia racial que de alguna manera nos convierte en enemigos. Tengo delante de mi un hombre, un guerrero que lleno de coraje ha dado un paso adelante para ser diferente y no ese tipo de criatura que suelo odiar. Aquello si que lo vale. 

Y por ello asiento conforme al hecho de que se merecen aquello, nuestra propia afrenta. Solo que jamás me hubiera imaginado que esto iría a más, pero dadas las condiciones y la confidencia que ambos estamos teniendo, no cierro puertas al contrario. Por esa razón correspondo al beso de aquel orco con dulzura, pasión, descubriendo que no sabe para nada más y que pese a sus colmillos, no molestan en absoluto. Es un beso muy delicioso, bonito. 

Ante lo que está por decir, lo miro a los ojos aún sorprendida por este gran paso dado. Tardo unos segundos en responder, no por estar pensándolo sino por lo que significa para mí. Es una barrera a cruzar, una que si bien no tenía demasiada experiencia, me atrevo a sortearla. 

—No deberíamos, es verdad... Pero no me importa y me gustaría que suceda—respondo sincera y le regalo un dulce beso en los labios—. Pese a lo irónico que pueda ser todo, me gustas y pasemos a algo más... Rudo. 

Cargando editor
07/11/2020, 13:18
Ronud

Ronud se mostró ligeramente sorprendido, pues no hubiera esperado que Luthien quisiera pasar al sexo tan rápido, y menos con él. Sabía que los semiorcos y semiorcas no eran especialmente atractivos de cara a los estándares humanos, lo que, comparados a los altos estándares de belleza élficos, debía ponerle muy por debajo.

Pero le agradaba la respuesta de Luthien. Nunca le habían gustado las elfas, ni mucho menos los elfos, aunque aquella en particular tenía un carácter indómito y aventurero que le atraía demasiado, por no mencionar sus bellos rasgos, que serían irresistibles incluso para el más duro de los hombres. Aún sonreía para sus adentros pensando en que su primer encuentro había sido con Luthien apuntándole con el arco.

Cuando ella le regala un beso en los labios, el semiorco cierra los ojos recibiéndolo, mientras una de sus manos se posa sobre la mejilla de Luthien y la otra recorre sus caderas. Las lenguas de ambos se entrecruzan en medio de aquel beso, que Ronud aprovecha para hacerlo cada vez más pasional e intenso, besando a Luthien y sintiendo el calor de sus labios juntándose. No se detiene ahí. Su boca, de labios finos y verdosos, desciende por el cuello de ella hasta el hombro, regalándole más besos mientras sus grandes y toscas manos se introducen para bajo su blusa para comenzar a levantársela y observar la desnudez de la elfa.

-Jodamos bien a esos ancestros -le dijo a Luthien, recorriendo el cuello de la elfa con sus labios. En los ojos del piel verde se podía percibir el claro deseo que sentía, así como la fascinación con la que observaba a Luthien.

Cargando editor
09/11/2020, 13:26
Luthien Tinuviel

Dentro de lo que podría esperarse de la situación, desde el minuto uno tras compartir lecho junto a Ronud intenté verlo como un hombre y no como un orco. Si bien las diferencias raciales en mi están desde que he nacido, siendo inculcadas para que de alguna manera crezcas con ese odio, con esa sensación de terminar con ese tipo de criatura. La misma vida, este nuevo grupo y las situaciones que he tenido que sortear, me condujeron a cambiar de perspectiva, a aceptar las caricias de este hombre como un igual. 

Y es por ello que recibo y correspondo cada beso, por ello me atrevo a surcar su piel con la yema de mis dedos descubriendo sensaciones que jamás creí que iba a vivir. Es increíble, pero él ahora mismo está logrando algo que nadie en tantos años pudo: el hecho de hacerme sentir mujer, deseada. Pero desde un lugar donde no hay diferencias, donde ese paso dado no trae una cola de arrepentimientos sino un abanico de sorpresas donde tener para conectar, sentir, y vivir. 

Ahora sus manos se atreven a explorar mis turgentes pechos que suaves al tacto, se amoldan a las caricias de Ronud mientras algún que otro jadeo se escapa de mis labios. Replicando la misma acción, acaricio su espalda y juego con esa sensación compartida de explorarse, de ir más allá. Una vez levanta la prenda superior, es el color blanco lo que se refleja como un lienzo a besar, a probar entre roces cuando mis pezones rozados están duros por la excitación y las cicatrices de un pasado lejos de un reinado hizo mella en su piel. 

Si...

Y no hay más, sólo besos que se esparcen por el cuello, que incitan a morder el labio inferior o recorren la tersidad de la piel con tal de alimentar esta llama. Por mi lenguaje corporal, lo quiero todo y lo motivo a ello. 

Cargando editor
17/11/2020, 15:10
Ronud

La desnudez de Luthien fue para Ronud ver una bella pintura ante él, bañada por la luz de la luna de aquella noche. El semiorco estaba demasiado excitado para pensar en otra cosa que no fuera en Luthien. Sus grandes manos recorrían ahora los senos de la elfa mientras aproximaba su cuerpo verdoso al suyo, mientras que su boca se juntaba con los labios de Luthien, besándola a la vez sentía el calor de su cuerpo contra el suyo.

Ronud estaba tan entregado a Luthien no había palabras, ni comentario alguno. Estaba excitado, pero también nervioso. La elfa era la primera hembra con la que yacía a lo largo de su vida. Era algo que siempre se había prometido que evitaría a toda costa. Nunca daría opción a que hubiera más semiorcos como él en el mundo, al menos no por su propia mano. Y sin embargo, Luthien había conseguido que olvidara todo eso, sus creencias y el odio que sentía por sí mismo. Ahora eran solo ellos dos.

El contacto de las manos del semiorco sobre el torso desnudo de Luthien le revela que los pezones de la elfa se hallaban endurecidos por la excitación y, dejándose llevar por sus instintos más primarios, Ronud entierra la cabeza entre los senos de la joven, mordisqueando ligeramente uno de sus pezones y pasando la lengua por él, a la vez que sus brazos la rodean en un abrazo. La excitación en Ronud era más que evidente, pues notaba su miembro erecto y creciente en el interior de su pantalón. El semiorco no aguardó más, bajándose el pantalón y los calzones, dejando a la vista un alargado miembro viril de tono verdoso oscuro, bastante más grande de lo que solía ser la media entre los humanos, erecto ya como el mástil de un barco.

Embriagado por una sensación que a Ronud se le antojaba de lo más salvaje e indómita, el semiorco continuó besando a Luthien, con una pasión desenfrenada, recorriendo sus sugerentes labios y la piel tersa blanca de la elfa, mientras la tendía totalmente sobre la cama, quedando él encima. Una a de sus manos estaba puesta en las caderas de Luthien, mientras que la otra aún se mantenía en el tronco del pene. Unos cuantos ardorosos besos más a Luthien, recorriendo el fino cuello de la elfa fueron el preámbulo de lo que estaba por venir.

Ronud podía ser cortés y educado, pero ante todo había sangre orca en sus venas, por lo que poseía la rudeza propia de los de su raza. Mientras los besos se sucedían, el semiorco dio la vuelta al cuerpo de Luthien con fuerza, dejándola con el rostro mirando hacia la almohada o el respaldo de la cama y no hacia el techo. Se hallaba colocado detrás, nervioso y temiendo que Luthien pudiera considerarlo rudo o violento. Por ello, acercó su cabeza a la espalda de Luthien, besándola por ella, con suavidad y cariño, mientras acomodaba su fornido cuerpo verdoso tras las posaderas de la elfa. Fue entonces cuando introdujo ligeramente su miembro en el sexo de Luthien y apoyó ambas manos sobre los apetecibles glúteos de Luthien. Se produjo en ese momento la primera embestida, con la violencia y dureza que hubiera cabido esperar en un individuo de grandes proporciones y cuyos modales siempre habían sido un tanto toscos. Ronud comenzaba a penetrar a Luthien con fuerza, manteniéndola agarrada por las nalgas mientras la cintura del orco se agitaba con un ritmo intenso y lleno de vigor con cada embestida.

Cargando editor
29/11/2020, 19:13
Luthien Tinuviel

Mis ojos se cierran al abrir puertas a los sentidos que débiles ante el influjo de la vista, al anularse se puede ir más allá. Las manos de Ronud recorren la tersidad de mi piel desde una caricia que enciende y pese a las diferencias de proporciones en todos los sentidos, me dejo llevar por su influjo, por sus atenciones que manifiestas sólo alimentan la llama del deseo que ahora resplandece en su fulgor. Por ello tras sentir su boca sobre mis pechos, descubriendo sensaciones que creía ya extintas en un pasado que intento olvidar, un gemido se cuela en aquel silencio sostenido. 

Pero al ser girada bruscamente por su fuerza, otro más surge mientras la pálida piel de mi espalda deleita con sus líneas, esas curvas que invitan a ser recorridas o exploradas. Su mano es inmensa, pero más lo es su entrepierna que al posarse entre mis nalgas, puedo percibir con descaro su tamaño. No negaré que acojona de solo pensarlo, pero el orco me había encendido lo suficiente como para dar ese paso, aceptando lo que sea que está por venir. 

Y ese instante de unión física llega cuando su paso dentro de mi va dilatando mi pequeña intimidad, la sensación al principio es dolorosa, es intensa. Igual que una sacudida que te moviliza, te deja sin habla, hasta que el mismo movimiento, la humedad de mi sexo ejercen su labor. Poco a poco me voy a costumbrando a ello siendo las primeras embestidas, está siendo brusco, salvaje, muy propio de su naturaleza pero en verdad se siente muy bien. 

Totalmente fascinada por ello, giro el rostro hacia un costado con tal de contemplar su rostro y las líneas marcadas de su cuerpo fibroso. No quiero perder detalle de su cuerpo mientras estamos en aquel frenesí sexual, no cuando nos estamos jodiendo en nuestros ancestros, no cuando en verdad estoy disfrutando de esto. 

Notas de juego

Semana fatídica llevo de trabajo, pero al fin pude. Mil disculpas. 

Cargando editor
10/12/2020, 17:30
Ronud

La cadencia de las embestidas de Ronud no disminuía. Agarrando con sus manos los glúteos de Luthien, el semiorco seguía penetrando a la joven elfa de forma ruda y sin detenerse, aumentando el ritmo de sus movimientos. El miembro de Ronud había entrado por completo dentro de Luthien, mientras que el semiorco comenzaba a penetrarla. En un primer momento se había temido que su gran tamaño y su rudeza pudieran llegar a hacer daño a la elfa, pero de inmediato esos pensamientos fueron dados de lado cuando sintió una placentera sensación que emanaba de su pene y recorría todo su cuerpo.

Un gruñido de placer surgió de la boca de Ronud, mientras echaba la cabeza hacia atrás y cerraba los ojos, empezando a experimentar ese agradable cosquilleo que se extendía por todo su ser. No cesó en su acción, sujetando con más fuerza a Luthien mientras su miembro seguía penetrándola con fuerza. Si la elfa volvía la cabeza de costado podría notar que los ojos del semiorco estaban puestos en los glúteos de ella mientras los agarraba con sus callosas manos, con la boca ligeramente entreabierta sobresaliendo los colmillos y la mirada perdida, absorto en el placer.

-Luthien... -pronunció su nombre, con un ligero jadeo.

Ronud se puso erguido de nuevo, relamiéndose sus finos labios, satisfecho con lo que estaba haciendo, disfrutando de cada segundo que pasaba al lado de la beldad élfica. Así siguió por un rato, penetrando a Luthien con la violencia y rudeza propia de los de su raza, hasta que ella pudo percibir un movimiento más brusco y profundo que los demás, sintiendo cómo el orco comenzaba a correrse dentro de ella abundantemente. Fue entonces cuando Ronud posó una de sus manos sobre la espalda desnuda de ella, acariciándola y recorriéndola con toda la suavidad de la que el grandullón fue capaz, de forma más lenta que antes, mientras que su ritmo también descendía ligeramente. Luthien pudo escuchar los jadeos del semiorco, extasiado de placer.

Cargando editor
16/12/2020, 18:50
Luthien Tinuviel

Los primeros instantes eran fuertes, con esa mezcla de dolor, placer y el dulce sabor del desenfreno. El instinto animal de Ronud surge desde lo más profundo de su ser y lo noto, al mover sus caderas, al dilatar mi intimidad desde una acción impulsiva que con el correr de los minutos se convierte en algo exquisito, sabroso mires por donde lo mires. Y allí boca abajo con mi rostro hacia un costado, puedo mirar como su cuerpo se tensa, como esos gestos tan animales salen a la luz entre jadeos suyos, míos y el sonido acuoso de mi sexo. 

De repente siento como su palpitante hombría se endurece más y más mientras mi nombre queda allí, perdido cual dulce caricia en mis oídos. Noto de repente como ese ritmo se acrecienta y como el placer me derrumba en ese vaivén de caderas furioso. Lo percibo es mi orgasmo y el suyo, una mezcla sin igual que llega en ese instante donde él comienza a derramar su ambrosía a borbotones mientras yo también me estremezco y los espasmos, más el dulce apretar de mi sexo, le ofrecen otro instante más de éxtasis, de lujuria. 

Su mano mientras mi sexo rebasa por su semilla, se siente en mi espalda y le sonrío aún extasiada, aún sorprendida por ello. Hasta que lo invito a que se acueste conmigo, que disfrutamos de esto que ha sido magnífico. Al menos para mi.