Partida Rol por web

En aquel acto heroico, siendo presenciado por aquellos los cuales seguían cuerdos y algún Dios el cual me observara desde el cielo, fue que todo se hizo pedazos al instante en que Dora alzó su mano. El bote de aerosol cayó al suelo junto al encendedor, mientras sentía como si cada molécula de mi cuerpo se expandía en un solo micro-segundo hasta que algo lo detuvo, lo contuvo por completo por alguna razón. Sentía como si alguna fuerza me tomara de todas partes y me arrancara, hasta que esta desapareció y por alguna razón sentí una rara corriente, una calidez por mi cuerpo mientras que la sangre comenzaba a correr por mi nariz. Luego escuché aquellas palabras de Dora las cuales me estremecieron antes de ser lanzado como si nada hacia un lado.

En mi mente solo se escuchaba un pitido, como si desconectase de pronto mi guitarra eléctrica del amplificador, un ruido molesto que inundaba mis oídos mientras mi vista estaba defectuosa, toda nublada, como si acaso una granada aturdidora me hubiera estallado a pocos pasos frente a mí mientras me acostaba despacio boca arriba en el suelo. No sabía quienes eran los que estaban a mi alrededor, pero por alguna razón los gritos que escuché hace momentos ya eran nulos, mientras que algo en mi bolsillo comenzaba a zumbar y una voz femenina me hablaba. El pitido de mi oído comenzaba a disminuir, mientras volvía a escuchar con más claridad lo que pasaba al igual que recuperaba la vista, y lo único que le pude responder a la mujer fue. -Ayuda...- 

Por alguna razón seguía vivo, pero con lo que me dijo aquel ser con su disfraz de carne y huesos el cual había poseído no paraba de aparecer una vez y otra vez en mi mente, hasta que una sonrisa se formó en mi rostro mientras que la sangre de mi nariz comenzaba a deslizarse hacia la derecha, cayendo por mi mejilla en vez de ir cayendo por mi barbilla como hacía segundos antes de ser lanzado.

Pero igual tenía que ver que era lo que había en mi teléfono, tal vez era mi mamá la cual me escribía por lo que había pasado, o lo que sea, pero igual necesitaba quitarme de esa duda, y sobre todo el asegurarme de que estaba bien.

Tras entrar y ver cómo una niebla se apodera de todo sólo puedo ponerme tenso y en guardia, sin saber bien qué esperar. ¿Cómo se podía derrotar a la niebla a puñetazos? No bastaba con aquellos seres de puro Vacío como para ahora enfrentarse en inferioridad de condiciones. Aquello me supera y sencillamente me preocupo por mis compañeras, dando un paso al frente. Fuese lo que fuese que viniese, tendría que pasar por encima mía. En otra circunstancia habría hecho un chiste fácil con las palabras de Candy, pero no se trata del momento.

Cuando todo se resuelve y unos y otros comienzan a hablar como si no pasara nada, como si todo fuese el resultado de una película de terror serie J, miro a todos los lados. Sin pensar demasiado me apropio de unas llaves de acceso a esta garita, nunca se sabe, mientras me fijo en la Reina para preguntar.

Coop ¿sigues teniendo el reloj que te pedí?

Podría sonar a una estupidez, pero es bastante más importante de lo que parece.

¿Nos vamos ya?

Pregunto, asegurándome de que todas estuviesen bien. ¿Había sido todo en realidad un ataque de pánico? ¿Y por qué me late el corazón a mil? No, algo no encaja en todo este circo.

¿Y ya estaba? ¿Qué narices acababa de ocurrir? ¿Por qué solo algunos se acordaban de lo que había ocurrido? Ella lo recordaba todo perfectamente. Todo parecía haber vuelto a la normalidad, pero Danny no estaba para NADA tranquila. Esas cosas podían volver cuando les diese la gana y poco podrían hacer ellos. Ni siquiera sabía si alguien había resultado herido de los que estaban fuera.

Al se dirigió a ella y Danny le respondió levantando una ceja. ¿En serio? Se quitó su obviamente caro reloj, y se lo extendió, aunque cuando él fue a cogerlo, Danny lo volvió a acercar a su cuerpo. Le miró intrigada.

¿Para qué lo quieres? No le importaba dárselo, es más, había sido otra de las muchas maneras que tenían sus padres de comprarla, así que no el tenía aprecio ninguno. Pero él parecía saber más y Danny odiaba los secretos y planes ocultos.

Dorian se bajó de la mesa con un salto dispuesto a hundir la vida al gilipollas que se había atrevido a insultarle cuando su mente fué totalmente bloqueada por el caos y el revuelo que se causó en el lugar. La mujer causaba un terrible terror en el interior de Dorian, pero en su interior algo le decia que debia reaccionar - Zorra... - un leve susurro apenas perceptible ni siquiera por el mismo Dorian salió al ver la forma en la que lanzó volando a Arthur "Pero que mierda..."  

Al ver la increible transformación de Dora el jovén sintió cómo si su cerebro empezara a fundirse, tal vez el error era intentar dar una explicación a lo sucedido...

De pronto la niebla le cubrió por completo la estancia y al volver todo estaba tranquilo, hasta que punto era cierto lo que habia pasado o no era algo que por ahora Dorian no iba a saber, y ni siquiera estaba seguro de querer darle una explicación...

¿Quieres algo o vas a quedarte ahí mirandome todo el rato?

De pronto la chica que hasta hace un momento hubiera denominado como monstruo se dirigió a el, en primer lugar se quedó bloqueado, pero en cuestión de segundos logró reaccionar acercandose con una sonrisa hacia la chica - Dorian Deveraux, encantado, me preguntaba si te interesaría quedar para tomar algo... - añadió junto a sus sonrisa mientras le daba la mano aprovechando para mirar la palma de la misma.

Tras hablar con la chica del piercing se dirigió caminando hacía Arthur - Vamos, levanta, ¿que haces en el suelo tirado? - añadió ofreciendole ayuda como si no hubiera estado presente en lo ocurrido.

Al ver cómo el reloj continúa intacto y tras los dos segundos que dedico a seguir la estela de aquel complejo instrumento y a simple vista asquerosamente caro hacia el cuerpo atrayente de Coop, alzo las cejas con una mezcla de asombro, alivio y decepción a partes iguales. Suspiro.

¿Recuerdas que lo lancé contra eso? ¿Recuerdas que se desintegró? Sólo quería comprobar si ha sido real, pero parece que no. Tsk.

Ese último gesto lo hago con un chasquido de enojo. He hecho demasiado el idiota, o al menos eso creo, por un montón de nada. ¿Nervios? ¿Miedo? Sin saber cómo nombrar la sensación de lo ocurrido y de las consecuencias que están sucediendo vuelvo a mirar a la Reina.

¿Me paso por tu casa antes de la fiesta?

Pregunto, pero casi es más una afirmación salvo algo importante. Luego vuelvo a fijarme en Candy.

¿Nos vamos ya?

Apremio, un nudo en el estómago hace que quiera estar lejos y tranquilo.

Era una escena algo graciosa para aquel que le gustase el humor absurdo (como a mí) el ver a un chico el cual parecía que había tenido un repentino ataque o algo parecido, y verlo allí con la nariz sangrando y observando su teléfono, pero como todos estaban a lo suyo suponía que nadie podía reírse de dicha escena. Al ver el mensaje de mi madre el cual me confirmaba su bienestar pude soltar un ligero suspiro, aunque era difícil por como se me dificultaba respirar en ese momento, pero ya comenzaba a tomar el ritmo normal.

Recosté la cabeza en el suelo y cerré los ojos, para luego decirle de forma más clara a la mujer. -Ya vayase... Estoy bien.- Mientras le hacía una seña con la mano para que se apartara, pero apenas escuché la voz de Dorian volví a abrir los ojos, observando como me ofrecía de su ayuda a lo cual tomé su mano, comenzando a levantarme con dificultad, pero una vez lo logré toqué mi labio superior, para ver como mis dedos se manchaban de la sangre que había en ellos. -Voy al baño a limpiarme, si quieres espérame por aquí o acompáñame.-

Y casi cojeando caminé hacia el baño, utilizando otra mano la cual no estaba manchada con sangre para halar de mi chaqueta para así inspeccionarla. -Genial, ni una sola gota...- Comenté para mi mismo antes de soltarla y alzar la vista hacia el frente, utilizando mi mano derecha para cubrirme un poco, y claro asegurarme de que la ya mencionada chaqueta se manche de sangre.

Todo parecía haberse solucionado, de un modo extraño y tan repentinamente como había tenido lugar en un principio. Roland suspiró aliviado cuando todo volvió a la normalidad y le alegró ver que había recibido un mensaje de móvil de su madre. Se dispuso a responderle rápidamente. Tecleando el móvil con la rapidez que sólo un millennial era capaz de tener, procedió a indicarle a su madre que estaba bien y preguntó por su padre.

Después, el rey del instituto observó que la pequeña Martha y Mordedor se reunían con su madre, quien volvía a comportarse como una personal normal. Bueno... todo lo normal que era antes de hablar en arameo.

-Parece que todo se ha solucionado -dijo el fornido joven, colocándose las manos en la cintura, en una pose de Superman mientras veía a Martha Springfalls marchar junto a su familia. Se despidió de ella con un gesto de mano, contento de saber que la chiquilla seguía teniendo unos padres que cuidarían de ella-. Jesse, Kelly, no sé qué demonios ha pasado... Si lo decimos a alguien, seguro que nos toman por locos.

Advirtió que la empollona se preocupaba por el estado de Juniper. Lo cierto es que Roland no estaba al tanto de la existencia de Juniper Hart. Sí, sabía que era un tío raro del instituto, aunque tenía la sensación de que era la primera vez que pensaba en él desde que aquel caos inundara el centro comercial. Lo último que recordaba era haberlo visto acercándose a Dora Springfalls, asegurando que podía entenderla. Aun así, Roland se aproximó al convaleciente rarito y trató de tomarle el pulso y asegurarse de que se encontraba bien.

-Eh, tío -dijo, situando una mano sobre el pecho de Juniper y un par de dedos en el pecho del joven-, ¿qué te ha pasado? ¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras?

Apenas se fue la luz un torbellino de hechos comenzaron a ocurrir, pero para Holly aquello no significaba más que un mal sueño, algo había ocurrido en ella que cayó en un sueño profundo, quizás una reacción natural, cansancio o efecto de aquel extraño suceso, algo que sin duda era difícil de explicar, ¿pero a quien le importaría?, todos al parecer estaban preocupados de otros asuntos, por lo que su amiga Candy se encargó de ella, y jamás la dejo sola, algo que agradecería siempre.

Pensar en que podría haber quedado sola en algún lugar del centro comercial, dormida indefensa ante qué extraña situación u ente, pero Holly en sus sueños corría una maratón, donde con esfuerzo y determinación avanzaba y lograba llegar al final del recorrido victoriosa y en primer lugar.

Algo ocurrió en todo ese caos, que al volver la luz y retomar todo a la normalidad, Holly despertó, de la misma forma en que se quedó dormida, al ver a Candy y frotándose suavemente los ojos miro a su amiga.

-¿Candy?- recorrió con la vista el lugar no reconociéndolo, pues recordaba estar en la zona de tiendas… -¿Qué ocurre, dónde estamos?- pregunto confundida.

Al mencionar Al que quería ir con Danny a la fiesta Candy lo miró con una sonrisa, vaya un momento había escogido para intentar ligar, acababan de pasar por sucesos muy extraños, ella ni siquiera se había acordado sobre lo de ir mañana a la playa hasta que su amigo lo dijo. En aquel instante Candy sólo quería marcharse del centro comercial e ir a cualquier lugar donde se sintiese segura- Si, si, vámonos ya -le dijo nerviosa a su amigo y al verlo buscando las llaves se las mostró- Ya las tengo yo aquí -así que abrió la puerta y se las volvió a guardar.
Su amiga Holly seguía desorientada, a Candy le daba un poco de miedo pensar que haya podido ser poseida por uno de esos fantasmas noventeros, aunque ahora parecía volver a ser ella misma- ¿Lo has olvidado todo, esos chicos con los que estuvimos? Ellos te dieron eso que llevas -Holly aun vestía la chaquetilla vaquera con motivos florales bordados y forro interior de borreguillo, igual que Candy todavía llevaba una chaqueta de cuero rojiza con la que no había ido aquel día al centro comercial. Luego tomo las manos de su amiga para ayudarla a levantarse y se las mostró- Mira, dejaste que te hicieran esto ¿No lo recuerdas? -Holly tenía las uñas hechas, con manicura y bien pintadas. Candy la abrazó- No importa, yo... voy a sacarte de aquí y te llevaré a casa -bajo un brazo la pelirroja llevaba todo lo saqueado aquel día y con la otra mano sujetaba la de Holly.

Os acompaño -apresuro a decir, negando-: quiero salir de este sitio cuanto antes.

La deportista parece aturdida y la verdad es que no se le puede culpar. Me fijo, eso sí, en las uñas que juraría que, cuando todo empezó, no estaba así. Tampoco le doy mucha más importancia. Meto mis manos en mis bolsillos y bufo con cierto disgusto. Menuda mierda de fin de vacaciones. Me incrimino.

Salgo tras los pasos de Candy y Holly tras despedirme con un gesto de la mano de Coop.

En la sala de seguridad, Candy se hizo con el disco duro de las camaras de seguridad, aprovechando los comocimientos sobre tecnología audiovisual que su afición por  internet le había hecho desarrollar.

Al y Danielle hablaron un poco sobre el reloj de la chica. Añadieron nueva información sobre la física de los sucesos que habían ocurrido.Holly regresó en si misma, despertando de aquel sueño que la había tenido atontada la ultima hora.

Finalmente los cuatro abandonaron la sala de las camaras y regresaron al Hall principal, dirigiéndose hacia la puerta.

Tras despedirse de Danielle, el trío se separó de la reina. Al y Candy se aseguraron de que Holly llegaba al portal de su casa en perfectas condiciones.
 

Martha vio que un chico que no conocia de absolutamente de nada se despedía de ella. Pero, como era guapo, le saludo de vuelta, sin pensar ni por un segundo que Roland estuviese saludando a alguien tras ella o confundiéndose de persona. La chica tenia parte del universo cartografiado, concretamente el centro quedaba en su posición.

Alvar vio a los Springfalls marcharse en su auto familiar. Pensó en seguirlos, pero al final descartó la idea. Arrancó su moto y se marchó a su propio destino. Se sentía fatal por dejar al rubio abandonado, pero la señora de la limpieza le habia causado buena impresión. Los proximos días intentaría averiguar si estaba bien y recuperado.

-Luego te llamo.- Dijo la chica antes de colgar y volcar su atención en su interlocutor. -Vaya que atrevido.- Dijo con un tono de voz que transmitía "que osadía, de una manera tan directa no vas a conseguirme" mientras le dedicaba una sonrisa que trasmitía "me encanta tu arrojo, vas por el buen camino para conseguirme". -Clair Kane, encantada.

Cinco minutos despues, Dorian tenia el teléfono de Clair y había comprobado que la mano de la chica estaba intacta y que el cabello había desaparecido. Aunque la chica no supo que pensar de las excusas que el otro le había puesto para desaparecer tan de repente, justo tras mostrarle interes. Finalmente alcanzo una conclusión que se resumía en una palabra: "Hombres"
Al menos tenia algo de que hablar cuando llegaron sus amigas: -¿A que no sabéis lo que me acaba de pasar?

Arthur, tirado en el suelo como una marioneta a la que hubiesen cortado los hilos, pidió ayuda a la señora de la limpieza con la única palabra que pronuncio. La mujer marco el numero de emergencias. Pero, antes de que nadie le respondiera, apareció Dorian y el chico se levantó diciéndole que estaba bien. La mujer colgó el telefono. Aún así no se quedó tranquila y se ofrecio a llevarles vendas y desinfectante del armario de emergencias.

El chico sangraba por la nariz como si algo lo hubiese "estrujado por dentro" apartó de su cabeza la imagen de una uva que al apretarla saliese el zumo por el agujero del rabito pero que conservando la piel intacta. Volcó su atención en el otro herido: Juniper.

Arthur con ayuda de Dorian para mantenerse en pie, llegó al cuarto de baño

Tras ver como la familia de anuncio de cereales abandonaba el lugar, Roland fue testigo de como Jesse corrió hacia Kelly exclamando su nombre y queriendo saber si estaba bien. Mientras, Kelly corrió hacia Juniper exclamando su nombre y queriendo saber si estaba bien.

Él también se acerco al chico que tenia una expresión realmente pesadumbrosa, más cansado y ojeroso que de normal. Al menos parecía empezar a volver a la realidad, preguntándose que había querido decir Alvar con aquellas palabras que no entendería hasta que descubriese que había un fenómeno de amnesia colectiva.
 

Wyatt tomó la mano del chico, sacó algo de su bolsillo y se lo puso en la mano. -¿Quieres un toblerone? Caducó solo ayer y aún huele bien. A lo mejor con un poco de azúcar.... pasa todo más dulce.- Wyatt no tenía idea de que estaba pasando, pero no quería que nadie sufriese ni se hiciese daño.

Danielle, eres la ultima de tu grupo. puedes elegir en que nuevo grupo te cuelas: Atender a Juniper, ayudar a Arthur, crear un grupo nuevo individual, marcharte a casa y abandonar la escena (Aunque has traido a Dorian en tu coche),...

Jesse pudo comprobar como Juniper estaba herido. No tenía ni idea de lo que le había pasado, pero verle así le preocupó. Al fin y al cabo, pese a que se habían distanciado en los últimos tiempos, Juniper siempre había sido un buen amigo para él y sólo las nuevas compañías y su mala cabeza, habían detonado aquella incómoda situación entre ambos.

- ¿Qué te ha pasado Juni? - Le preguntó. - ¿Estás bien? - Se agachó a su lado. - ¿Vamos a un hospital a que te vean?

Ante el silencio de Juniper pero viendo que se encontraba más o menos bien, Roland tomó su móvil. En un primer momento, se sintió tentado de llamar a emergencias, pero no había visto a Candy ni a Danny desde que se separaron en el inicio de aquella locura, y una parte de él quería saber que ambas se encontraban bien.

Tampoco descartaba preguntarle a Holly. La deportista le había caído simpática esa tarde, a pesar de que parecía tener problemas para socializar con naturalidad con otras personas.

-Habría que llamar a una ambulancia, aunque como le haya pasado algo raro, lo tomarán por loco -indicó Roland, mientras sus dedos millennials tecleaban la pantalla táctil del móvil con rapidez.