Partida Rol por web

Urik al recibir la "zurra" se quedó con la boca medio abierta, presta para dar un bocado a un pan que acababa de untar en mantequilla. Pero cuando Quenya le susurró aquellas palabras al oído, el caballero abrió los ojos desmesuradamente y sin poder decir nada, dejó que se le cayera al plato la tostada. Y casi cae con ella cuando Quenya le desplazó de la silla para sentarse en su lugar.

Hábilmente el caballero del cuervo se levantó y se giró en pos de la mujer dragón. Al verla le sonrió levemente y le contestó muy bajo, un tanto cortado.- Muy buenos días tengáis dama Quenya. Espero que vuestra noche haya sido placen... que hayáis disfru... que hayáis descan... que hayáis dorm... que os encontréis muy bien esta mañana- dijo Urik poniendose rojo como un tomate, momento que aprovechó para cojer su taza de dasayuno y beber de ella para ocultar tales rasgos.

Sus oraciones le habían llevado buena parte del alba y ahora bajaba al salón ya enfundada en su armadura, en las caras del resto podía ver como la mala noche, había sido un lujo compartido por todos... No obstante bastante bulliciosa estaba la taberna así que saludó con las bendiciones del dios Sol y se sentó a comer con tranquilidad... Quería disfrutar al menos de unos momentos antes de empezar de nuevo con los problemas de hacerse con el artefacto que había venido a buscar...

Envy tampoco pudo gozar de un largo sueño reparador. Aunque si mejor que el del resto. Como loba estaba bien acostumbrada a las largas noches con cientos de interrupciones al sueño. Cosas de años en vida al aire libre, y naturaleza con sentidos agudos.

Pero a pesar de tener un descanso físico, muy lejos lo tuvo del psíquico. No pudo evitar dejar pasar por su mente un repaso y galería de momentos que resumían su vida hasta el día de hoy. Plagada de momentos dolorosos.

También le volvieron a interrumpir el sueño los murciélagos. A los cuales esta vez se dedico a seguir un par de calles cuando se iban, pero abandonando la búsqueda viendo su obvia desventaja a lo pocos metros. No dejaban rastro que seguir, y eran por mucho mas rápidos sin tener obstáculos en el aire.

Por la mañana, cuando sintió que Thokk se levantaba, empezó a desperezarse aun en su forma de lobuna. Para luego cambiar de piel, y posteriormente ponerse ropa. Pronto desganada por el día de trabajo que tocaba se dirigió a la taberna, lugar en donde pago con creces que le exprimieran frutas para un buen jugo refrescante. Quería mimarse el paladar para ver si le animaba el día. También pidió unas tostadas y sin mas se sentó junto a Thokk, en silencio. Por mas que no estuvieran las cosas del todo bien entre ellos, le gustaba estar a su lado.
Y a diferencia del resto disfrutaba de una mañana silenciosa. Con lo cual apenas si había saludado a todo el mundo con un gesto con la mano.

A pesar de que no le gustaba el ruido por la mañana, no le molestaban los sonidos perezosos y llevaderos. Con lo cual no le molestaban los bostezos de su amigo. Era simplemente uno de los pocos sonidos por la mañana que parecían poder llenar con elocuencia una mañana según ella.

La taberna se encontraba extrañamente vacía, aquel día no había ido todavía nadie. Quizá el frío de fuera había hecho que la gente se quedara en sus casas, ahora que por fin habían logrado recuperarlas. El olor a leña y los humos de las chimeneas os indicaban que la gente estaba empezando ya a trabajar en la restauración de Barovia. Los cadáveres se estaban sacando de las calles y trasladándolos al cementerio.

Aquel día no solo se presentaba dura para los aventureros sino que los Barovianos también habían decidido ponerse a trabajar duramente en convertir su desvencijado pueblo en lo que era antaño.

El tabernero os fue sirviendo uno a uno el desayuno que le pedisteis, no se demoró mucho, era lo bueno de que aquel día él no tuviese demasiado trabajo.

Igor comprobó el arma y agradeció al herrero el trabajo realizado. Luego volvió a la Taberna para reunirse con el resto, la noche anterior no había quedado muy claro quien iría con él a visitar al señor de estas tierras. 

Al rato de partir, Igor volvió a la taberna, y observó como alguno de sus compañeros todavía estaban disfrutando del desayuno. No pasó mucho más allá del umbral de la puerta cuando preguntó - Leo, Fisteus, ¿estáis listos? Creo que ya es un buena hora para ponerse en marcha hacia el castillo. No conviene demorarnos más, pues no sabemos las consecuencias que eso podría deparar para el futuro. ¿Alguien más consultando con la almohada ha decidido venir con nosotros? - 

Solo esperó las respuestas del caballero y del extraño monje con le que apenas si había tenido la oportunidad de intercambiar unas palabras y cuando estos estuvieron preparados se giró y deseando suerte al resto de compañeros en sus respectivas empresas abandonó la taberna poniendo rumbo al Castillo flanqueado por Ocaso.

La noche  no ha hecho mas que  afianzar  mi voluntad de  acompañaros al castillo y sí , estoy  dispuesto para partir .Me levanto de la mesa  y me  encamino  tras Igor.Segun llego a la  puerta me giro  y me despido  de los presentes..Los demas  quedad en la gracia  de  Pelor y si nuestros caminos  no vuelven a cruzarse que no sea  por  nuestra voluntad.

Envy aun estaba medio sosa bebiendo y tomando su tiempo en degustar su exprimido. Sabia que había que disfrutar las pequeñas cosas de la vida.

Luego apareció Igor, el siempre tan presto y activo para ir de aquí para allá, sin descansar y sin importarle si alguien le seguía en sus actividades. -No, yo no voy, tengo mis propios planes para hoy- Le dijo, sabiéndose que ella había optado ya por un curso de acción diferente y separado del grupo. -¿Tu que harás Thokk?- Le pregunto a su amigo, ya que se habia roto la magia del silencio de la mañana.

Thokk estaba perdido en sus pensamientos mientras miraba el plato de desayuno que tenia delante. La gente hablaba pero nada de lo que decian causaba interes a Thokk hasta que oyó su nombre. Levanto la cabeza mientras buscaba quien le habia hablado y se encontro a Envy mirandole. Emm... - Balbuceo Thokk. - creo que voy a ir a matar ogros, gigantes y demás escoria que se interponga entre Madame Eva y yo. Despues tambien acabare con ella, pero no sin antes obligarla a responder a las preguntas que tenga Irina.

Mi noche fue mejor que buena, Don Urik, espero que la tuya también susurré mientras empezaba a desayunar.

No había probado casi nada cuando llegó Igor dispuesto a ponerse en marcha.

Yo sigo con la idea de abrir la cabeza de Madame Eva por la mitad. A ver qué más oculta, que tengo curiosidad

Urik unicamente pudo sonreir al comentario de Quenya para luego seguir con su desayuno para pasar desapercibido.

Cuando Igor habló, el caballero del cuervo levantó la mirada y luego miró a Envy y después a Thokk. Voviendo a mirar a Envy nuevamente. No sabía qué podía tener en mente la mujer-lobo pero no le hacía mucha gracia al caballero.

Tras acabarse el desayuno Urik miró a Irina y le dijo.- En cuanto estéis lista partimos- le dijo mirando a la muchacha. Luego miró a los demás y les dijo.- Y todo aquel que esté listo para acompañarnos será bienvenido.

Girándose de nuevo hacia la mesa en la que se encontraba, Urik les dijo a los que estaban en ella.- Voy a por mis cosas, sin me disculpáis. Dama Irina, Dama Quenya- dijo haciendo una leve reverencia, para luego darse la vuelta y dirigirse a su habitación.

-Yo estoy listo.-Digo terminando de coger mis cosas.-Cuando queráis partimos. Que la espada de Heironeous os proteja a todos.

Esperaré a cualquiera que finalmente decida partir conmigo, así que tranquilo, vete a por lo que necesites, yo todo lo mío lo tengo...

El valor y la convicción...

Espero que todos nos reencontremos sanos y salvos, suerte a todos y no bajéis los ánimos ante las adversidades que se nos presentarán, que serán muchas, tenedlo por seguro...

Aquellos tres no se demoraron mucho y no tardaron en ponerse en pie saliendo de la taberna en dirección al castillo de Ravenloft. El resto continuaban hablando sobre el camino que tomarían y sobre la dirección que debían coger ahora que era más que probable que el campamento vistani estuviera más que abandonado.

Fisteus, Leo e Igor junto al fiel Ocaso partían hacia el castillo, quizá aquel momento fuera el último en el que se viesen.

Bueno dije levantándome de la mesa tras mi último bocado

Creo que debemos ir donde estaba ayer el campamento... Bueno, lo que queda. Allí podemos comprobar si han vuelto y buscar su rastro para cazar a esa bruja

Me parece una buena idea. - dijo Thokk - Igual conseguimos encontrar por donde se fueron ayer. - termino mientras se levantaba y recogía todo. Yo estoy ya, vamos a cortar unas cuantas cabezas. 

Seguía esperando a que Don Urik viniera ya...

Estábamos a punto de partir...

¿Quién más viene a buscar a Madame Eva?

Yo. -dijo Thokk. - Estoy listo para irnos ya.

- Vamos.