Partida Rol por web

El posadero puso algo para comer y bebida para todos. Muchos de los parroquianos se mantuvieron callados y desde sus mesas contemplaban al grupo y escuchaban sus andanzas y bienaventuras. Todo lo que comentaban parecía divertido, una diversión que llevaban meses sin tener.

-A veces, fisteus, hay que luchar para defender lo que es justo.-Digo asintiendo a las palabras de quenya.-El mal posee poderosos lacayos a su servicio y el uso de la palabra es inútil con ellos. Los inocentes deben ser preservados, los malignos erradicados.

La tormenta empezaba a cerrarse una vez más, todavía no comprendía como una y otra vez les encantaba discutir al grupo de mercenarios, así que intentó suavizar cuanto pudo.

Leo comprended al pacificador, segundos antes esos mismo hombres eran aliados, entiendo en sus acciones que intentaba no matar, a los que no eran malignos creo en su buena fé y solo Pelor sabe cuantos hombre como él se necesitarían ahí fuera... Pero una cosa es cierta Fisteus, a la mujer dragón le ha costado un susto y no te perdonará muchas como esa, para ella la bondad es concepto efímero y muy particular...

-Lamento decirlos, paladina, que no estoy de acuerdo con esos ideales. Debemos dar la mano a todo aquél que la solicite, y castigar con mano dura a aquellos que decidan traicionar las enseñanzas de Pelor, el diálogo en este caso solo hubiese servido para que sus almas llegasen puras al otro lado, no para haber cambiado nada.

El fuego y la espada podían haberlas purificado igual de bien a juzgar por lo que he visto.-Respondo sin contemplaciones.

-Si alguien ofende a los Dioses, su alma jamás descansará, solo su conciencia puede llegar tranquila al otro lado, pero es su responsabilidad por los afllos cometidos.

¿Efímero y muy particular? Sí, y un fantasma, uuuuuuh dije levantando las manos al tiempo que emitía un aullido leve.

La bondad no habita sólo en los seguidores de los dioses bondadosos, si no en las personas, sin más. Quizá te ayude seguir los designios de tu dios. A mi me basta con querer ayudar a la gente, pero sin que me tomen el pelo.

Además, esas personas no eran aliados. Estaban allí sin más. Que Madame Eva tuviese la decencia de responder a nuestras preguntas no significa que quisieran ayudarnos.

Envy estaba casi en el suelo, con los harapos que tenia puesto que habia encontrado, habia guardado las cartas que habia encontrado en su bolsa que colgaba de su cinto. Y ahora mientras bebia cerveza, estaba sentada en el suelo junto a Ocaso. Acariciandole la cabeza y de tanto en tanto dejandole probar un poco de cerveza, aunque nada mas que para que supiera que era. Sabia que no debia emborrachar a un lobo.

Ella simplemente escuchaba, y terminaba de entender lo que habia pasado mientras ella seguia a Madame Eva. Asi que esa especie de aura de tranquilidad que podia emanar Fisteus habia provocado que Quenya no soltara toda su bronca a los hombres de Madame Eva. Todo tenia sentido... pero luego obviamente todo se habia volcado a esas peleas filosofales sobre moralidad, religion y demas.

Aburrido, y exasperante. Normalmente no le molestaba tener charlas de esos temas. Pero tenerlas con el grupo de iluminados... bueno, era monotono, exasperante y totalmente inutil.

-Bien, en esto me encuentro me encuentro en un punto medio...- Le comentaba a Ocaso. El lobo tal vez no captara todo lo que le decia, pero sabia de sobra que entendia si no era la idea general, al menos los sentimientos que corrian al hablar de cada cosa. La comunicacion animal era mayormente empatica. -Lo que Quenya dice es que cierto, no es necesario adorar a un Dios, o hacerle cargo a uno, toda accion bondadosa que uno tenga, uno puede ser bueno sin mas... Y tambien apoyo la idea de Ashlyn, hay momentos en los que se pueden discutir las cosas... por mas que pelear sea divertido, la victoria no siempre le da la razon a uno, en todo caso, muchas veces lo contrario- Dijo mientras bebia un trago mas y dejaba que el lobo luego siguiera lengueteando su cerveza. Hablandole en voz alta sin preocuparse si el resto le escuchaba.

-Eso no quiere decir que hablar sea la unica forma... hay veces que hay que pelear, y no tienes salida, hay causas nobles por las que luchar, pero es mucho mas dificil eso de lo que parecer, muchas personas se ciegan y lo terminan usando como escusa para matar o abandonan su conciencia a su causa negandoles la posibilidad de juzgar por ellos mismo lo que hacen (Cosa que pasa amenudo en los fanaticos religiosos)- Agregaba haciendo pantomima a Haiayel luego de que este hubiera expresado como ante todo lo que un Dios no diga hay que matar.

-Oye, Haia, te tengo una pregunta... bueno, soy una niña lobo, y a veces me cuesta comprender algunas costumbres o cosas sobre dioses- Le dijo haciendose pasar por una persona algo ignorante, pero sin poner tono alguna de burla. -Se supone que hay que seguir los mandatos de Pelor ¿Verdad? Y es porque el quiere erradicar el mal, y todo ser no humano al parecer como ogros como niños- Dijo haciendo un gesto con la cabeza a Thokk. -Reptiles lujuriosos- Señalando con la cerveza a Quenya evitando asi que Ocaso le quitara mas, ya que parecia haberle tomado el gusto. -Lobos asesinos de ganado- Dijo indicando tanto a Ocaso como a ella con su mano libre. -O al extraño viejo hombre de la bolsa- Dijo ya haciendo broma al apuntar a Wolkot. -A todos estos monstruos, seres viles que no buscan mas que la perversion del mundo, hay que combatirlos y derrotarlos porque Pelor asi lo quiere... Eso segun tu... Pero, ¿No es acaso blasfemia afirmar el saber lo que quiere Pelor, un Dios el cual esta muy por encima de cualquier simple mortal?- Dijo al fin terminando su cerveza y alzandola, hasta la mesa mas cercana y haciendo una seña, al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa al tabernero para que trajera otra.

Igor al igual que Envy también estaba aburrido de este tipo de conversaciones aunque a diferencia que ella ni siquiera compartió sus pensamientos con Ocaso. Aquello era Ravenloft, una tierra maldita en la que el mal estaba debajo de cada piedra y por si fuera poco hablaban de un Dios que ni siquiera era de de ese plano.

Se limitó a estar sentado esperando a que alguien dijera las palabras que realmente a él le importaba. ¿Y ahora qué? ¿Cuál era el siguiente paso en su lucha contra el mal?

Uaahhh - bostecé.
Estaba llena de la comida que acaba de tomarme y después de beberme la bebida tenía algo de sueño.
Con vuestro permiso voy a apartarme durante un rato a aquel rincón y echaré una cabezada...

Me parece que acompañare a la señorita Irina. ¿Repetimos el plan de anoche Envy?- dijo Thokk guiñandole un ojo mientras se levantaba.- Voy a montar la tienda, buenas noches caballeros y damas.

-Si, claro... pero en un rato te alcanzo, quiero tomarme un par de estas- Dijo mientras recibia su segunda cerveza.  (Doy por hecho que el tabernero me trae otra)

A Urik le encantaban las discursiones sobre dudas morales, ética y dialéctica tanto como que le cortaran la yugular, pero al oir a Envy sonrió y le dijo- No mi querida Dama Envy. El hecho no está en ser una cosa u otra para ser bueno o malo. Lo indican tus actos.

Urik se acercó a la chica y se sentó un una silla cercana, acaricienado un poco a Ocaso.- Las acciones tomadas son lo que te llevan por uno u otro camino, sigas o no a un Dios. Lo bueno... y malo, depende del Dios y los actos, es que al seguir tales directrices que son las mismas que las de un Dios, éste te concede u otorga unos dones. Y para no caer en el fanatismo están la Regla y la Medida, que son los que enjuician hasta tu propio comportamiento... simpre habrá fanáticos, pero siempre estará por encima de este fanatismo el propio juicio por tus actos, la doctrinas de tu Dios y la opinión, concepto y valía que tengan de ti tu gente más cercana.

Urik miró a la muchacha para ver si le había entendido. Encogiéndose de hombros, negó con la cabeza y dijo sin darle importancia.- Aunque la verdad es cada uno el que tiene que afrontar esa duda moral, por mucho que cada uno de nosotros expongamos una u otra cosa si no lo crees nunca lo verás de la misma misma forma... o parecida.

Tras esta reflexión el caballero del cuervo apuró su cerveza y pidió otra al tabernero.

Al ver acercarse a Urik con esa expresion amable y con toda la parsimonia al explicarle como si tuviera cinco años. Envy no pudo menos que sonreir y enternecerse. Era tan lindo e inocente que no veia como alguien podria si quiera intentar lastimarlo. Mas alla que el muy tonto no se diera cuenta de que ella si comprendia todo y solo habia intentando encerrar en un camino sin salida a Haiayel.

-Urik, eres todo un ejemplo de hombre... ¿No me dejarias morderte?- Le dijo casi con ternura pero en marcando el tono de broma. Mientras soltaba una pequeña risita. Luego mientras cerraba los ojos forzosamene una mueca en que mostraba como daba en el aire unos mordicos mostrando sus blancos dientes.

Luego, con el gesto de morder, se dio cuenta que a pesar de haber estado junto a la comida, y haber mordido a Madame Eva, ella no habia comido nada. Con lo cual pidio un poco de estofado, guiso o lo que tuvieran, ademas de pagar ya sus cervezas y dos futuras cervezas mas.

- ..Ehh..., estoooo...- consiguió decir Urik al ver a Envy le contesta con algo que no se esperaba y que no iba con el tema. Además, sus mejillas comenzaron a ponerse coloradas al darse cuenta de que la mujer-lobo lo había dicho todo de forma retórica. Pero lo peor para el caballero es que se lo dice de forma tierna, jugando con él, lanzandole mordiscos, algo a lo que sin duda no está acostumbrado en absoluto.

- Ehhh, sí. Yo también tomaré algo de comida- comenta sonriendo Envy y cambiando de tema, mientras tapa su cara con la nueva jarra de cerveza que le acaban de poner, a la que da un gran trago para pasar el bochorno y calmar su calor.

Envy no pudo menos que reir a carcajada limpia al ver el nerviosismo de Urik y como se sonrojaba. No sabia ya si reia de la situacion, o de alegria al verse en situaciones divertidas con amigos. Solo paro de reirse para beber tambien de su cerveza al tiempo que el. Para luego exclamar un -Ahh- De satisfaccion mientras aun sonriente se secaba la boca con su brazo.

Parecia mentira que hacia rato todos luchaban a muerte con medianos, ogros, y con Madame Eva. Pero ahora era momento para descanso y disfrute. Eran estos pequeños momentos de la vida los que hacian que valiera la pena. -Eres muy buena persona Urik, y me gusta el haberte conocido- Le decia mientras miraba hacia el hombre, obligadamente hacia arriba debido a que ella estaba sentada en el suelo y el en un asiento. -No es que quiera que seas un licantropo, pero si en algun momento se da la ocacion, la cual de momento parece proxima, en que te muerdan... bueno, no es tan malo, quiero que sepas que estare ahi para ayudarte a acostumbrarte- Le decia mientras pensaba en lo raro que era hablarlo, no sabia como expresarse, ya que nunca creia haber tenido una conversacion con alguien de este tipo. Bueno, no eran muchas las personas que le dirigian la palabra luego de saber su naturaleza. -Se que los que no nacen con bueno, ya sabes, la licantropia, es dificil dominarla y que no te domine, y requiere trabajo, pero no es... quiero decir, no te hace malo, es como tu lo dijiste, cada persona elije y es responsable de lo que hace... y... bueno, eso... no tienes que arriesgarte como ante lo hicieron los otros con la belladona...- Dijo, dandose cuenta que mientras hablaba con el lo hacia como si nadie mas estuviera, y no habia pensado que todo el mundo le escuchaba, incluso las personas del pueblo que estaban en la taberna. Y ahora fue ella quien se dio cuenta que estaba roja como un tomate.

Caia ahora en la cuenta que ella se habia expresado como si fuera una charla entre dos, sin pensar en que todo el mundo le escuchaba. Era en parte a que nunca antes se habia podido permitir tener confianza para estar rodeada de personas y hablar, ya que no tenia con quien y si hablaba revelaria su secreto. Pero en este pueblo ya su secreto no lo era. Y tenia ademas con quien hablar.

Pero aun asi, ahora que habia pasado no sabia porque sentia que habia hecho una publica una charla que era personal. ¿Lo era?

Irina y Thokk ya habían salido de la Taberna para irse a dormir, y esta ni siquiera se había dignado a contestar la pregunta que le formulara instantes antes, un simple bostezo y se había despedido, aquello no había contribuido en nada a la oportunidad que pensaba darle.

Por otro lado seguía sin decirse nada en relación con los planes que había para el día siguiente, así que siguió esperando tranquilamente, mientras su mesa se iba llenando de gente, todavía tenía que ir a la herrería antes de irse a descansar. Urik fue el último en unírseles y su imprudente acto casi le cuesta la mano. Tuvo que contener a Ocaso cuando este le trató acariciar, no parecía haberse dado cuenta que el animal aceptaba a Envy por su naturaleza, pero estaba muy lejos de parecerse a un perro amaestrado y dócil, sino que era un orgulloso ejemplar de su raza.

Con Ocaso a su lado y Envy al lado de Ocaso, Urik sentado enfrente del lobo y Envy, Quenya todavía de pié al otro lado de la mesa, con el anillo en la mano y girada argumentando con los iluminadores, mientras él le hacía un gesto negativo para indicarle que aquél no era el anillo que buscaban, parecía una escena casi hasta familiar.

Finalmente se decidió a preguntar - Bien Alesse, y para mañana ¿cuál es el plan? - 

Y ya estaban de nuevo discutiendo sobre fe, buenos, malos. El veterano estaba ya cansado de tanta tontería que no llevaría a ninguna solución, ninguno de ellos daría su brazo a torcer y lo único que podía suceder es que alguno dijera algo que no debe y eso terminara en confrontación.

Así que se giró y pidió otra copa de licor. Había caminado mucho y su artritis le había pasado factura, por no hablar del dolor de rodilla que casi le obligaba a arrastrar la pierna derecha. Ansiaba el momento de reunirse con su familia en el otro mundo, pero ese día no, todavía viviría para pelear otro más.

Sólo alzó la vista de la copa cuando la joven loba se refirió a él como extraño viejo.... pequeña insolente.... aunque en el fondo sabía que ni él mismo se habría descrito mejor, así que alzó la copa y sonrió a la joven para después apurarla de un sólo trago.

-Yo creo que también cenaré algo.-Respondo.-Después de todo nos irá bien algo de comida antes de descansar.

-No tengo ni idea Igor, no veo ninguna opción buena. El problema es que dados los acontecimientos de hoy, no sé si el plan de recuperar el arma de los iluminadores era una buena idea, una profecía auténtica, o la vieja era una bruja que nos dejó una pista falsa para conseguir que nos matasen. Creo que mejor será discutirlo mañana, ahora cenaré un poco. Hoy me siento agotada.