Partida Rol por web

Urik siguió muy atento la conversación con Envy. Al principio, cuando la mujer-lobo le dijo lo de la licantropía, se quedó un poco desconcertado, pero cuando esta se explico asintió amablemente a modo de reverencia.

- Gracias, se lo agradeceré enormemente- dijo sinceramte el caballero mientras le sonreía-. Sois la primera persona que me procura ayuda futura, en el caso de que la necesitase, desde... desde hace mucho, mucho tiempo, cuando entré a la orden. Gracias- volvió a decir mientra hacía una leve reverencia.

- Y volviendo a la licantropía, no creo que sea una maldición o algo malo o impropio de la naturaleza. Yo veo las cosas como dones, dones otorgados por alguien ahí arriba- dijo señalando el cielo y mirando levemente al techo del salón en el que se encontraban-. Como he dicho antes son vuestros actos por los que debes ser juzgado... para bien y para mal. El hecho de ser una licantropo...- y al decir esto miró de soslayo a los allí reunidos, sobre todo a los oriundos, pero al ver que estaban a lo suyo continuó-, ... el hecho de tener esta naturaleza tan estraña y magnifica... y, por supuesto, dominarla, te hacen especial. ¿No lo ves así?- preguntó Urik mirando a la mujer con franqueza.

- Yo me fijo mucho en Hurnn, mi amigo cuervo. Su naturaleza es estraña, pues no es un cuervo común. Es inteligente y sabio en muchos aspectos y me ayuda... solo él sabe por qué. Pero lo que sé es que tiene como una doble naturaleza, la del ave y la del compañero alado que me entiende y que me ayuda cuando se la precise- el caballero se colló u momento y miró por la ventana al infinito. Luego continuó-. Hay veces que envidio su naturaleza- confesó con una sonrisa.

Urik miró a Envy y se mesó la perilla.- Bueno, ahora que lo pienso no es muy parecido a vuestra... vuestra situación, pero es algo que así lo ha decidido los Dioses, la naturaleza o como queráis llamarlo y sin duda sois una privilegiada.. aunque algunas veces, alguna persona lo vea de otra forma- dijo sonriendo a la muchacha.

Ante las palabras de Urik de agradecimiento a Envy por la ayuda futura, ronroneé levemente

Don Urik, yo te ofrezco otra cosa y de manera inmediata, si le place... sonreí mientras me acercaba a Wolkot y hacía un gesto al tabernero para indicarle que quería lo mismo que el viejo caballero

Urik estaba tan absorto en la conversación con Envy que cuando escuchó su nombre de labios de Quenya fue entonces cuando recordó que estaba en la posada junto con los demás compañeros.

Luego se levantó respetuosamente, pues Quenya estaba de pie y dando un par de pasos hacia la semidragona le preguntó.- No sé que es lo que me ofrecéis, señora, pero si está en mi mano ayudarle no pondré objeción alguna, me plazca o no- constestó cortesmente el caballero.

Al fijarse en Quenya vio que lo que le estaba contando a la mujer-lobo, también era aplicable a la semidragona.- Es usted otro don de la naturaleza, como le comentaba a la dama Envy.. distintas en naturaleza, pero iguales en esencia- siguió Urik con su argumento, luego miró a Envy por si le contestaba a lo que el había expuesto.

Claro que me vas a poder ayudar, luego me acompañas a la habitación y te lo explico dije guiñando un ojo a Urik

Y te demostraré mis dones, Don Urik

Urik se gira haciua la semidragona y abre los ojos ignorante, mientras dice sinceramente.- No la comprendo mi señora, espero que me lo explique después con más detalle, y también espero ser la ayuda que necesita- comenta el caballero haciendo una leve reverencia como bien le habían enseñado en la orden.

- Y realmente me encatará que me muestre su naturaleza, sus dones, pues si bien conozco los de Envy, y realmente me parecen fascinantes, los suyos serán también extraordinarios- comentó el caballero enlazando lo que había dicho Quenya con la conversación que mantenía con Envy, sin notar ningún doble sentido en las palabras de la semidragona.

Seguro que sí, muchacho.- el viejo alzó la copa y sonrió a Quenya que se había acercado a pedir una.

Los efectos de aquel licor comenzaban a hacer su efecto

Ella al ver como el le daba las gracias con reverencias no pudo evitar sentirse inundada por emociones desconocidas por ella. Era extraño que le agradecieran algo proveniente de ella, que para empezar muchas personas hubieran tomado como broma a mal gusto el ofrecimiento de ayuda ante la posibilidad de convertidse en licántropo.

Pero al ir escuchando a Urik hablar, Envy dudaba de que su cerebro o al menos sus oídos estuvieran funcionando del todo bien. No podía creer escuchar esas palabras que ella siempre había pronunciado en boca de otro, y menos de una persona como Urik. Diablos, el entendía la doble naturaleza y decía que alguna veces envidiaba el ver el mundo desde esos dos puntos de vista.
Todo era bonito hasta que escucho la voz de Quenya. No era nada nuevo, mas chistes incitativos para los hombres.

Pero como era de esperarse de la mil veces comprobada inocencia de Urik, este no entendía nada de lo que le decían, y casi se entregaba a la posibilidad de caer en la garras de la mujer verde sin darse cuenta.

-Urik, no le hagas caso a Quenya, los dones a los que ella se refiere son mas humanos que draconicos, y estos los poseen todas las mujeres- Le decía a Urik para intentar despertarle un poco de su ignorante inocencia.

-Y si, la doble naturaleza que dices que posee Hurnn es distinta de la mía, pero se a lo que te refieres, es a la pertenencia de dos naturalezas diferentes, la capacidad de disfrutar lo mejor de ambas, no sabría tampoco muy bien como explicarte, pero me gustaría intentarlo al menos-

Como pude comprobar, no podía echarme tranquila allí, así que me subí a descansar para reponer cuerpo y mente...

Mañana sería otro día...

Alese estuvo a punto de soltar una verdadera carcajada al ver a la verde hembra tratar de seducir un inocente paladín. Sin decir nada, apuró su último trago de cerveza y se retiró a su habitación.

Urik se giro al oir la voz de Envy. Entecerró los ojos ante la advertencia de ésta sin saber muy bien a qué se refería con eso de "los dones a los que ella se refiere son mas humanos que draconicos, y estos los poseen todas las mujeres". Estaba claro que el caballero era la primera vez que salía de su reclusión en las dependencias de su orden y no había tenido contacto con ninguna fémina.- Bueno...no sé muy bien a lo que te refieres, pero... ¿gracias?.

Urik miró a Envy y luego a Quenya ignorante de todo lo que pasaba.

Luego siguió con Envy y su conversación.- Si, por favor, me encataría que me contarais esa doble naturaleza, como la dominais y como os afecta.

- Le aconsejo, Don Urik, que vaya con esa mujer de verde color. No creo que le haga comprender la dualidad de un alma mitad animal, pero quizás le haga comprender mejor el alma humana.

Estaba bebiendo cerveza cuando Alese soltó esas palabras que no pudieron provocar menos que Envy terminara atragantándose con la cerveza y terminara tosiendo. ¿Qué diablos? ¿Qué hasta las santurronas estaban todas decididas a que Urik terminase encamado con Quenya?

-Grr… Alese, búscate tu un hombre mejor- Le soltó a la sacerdotisa. –Diablos… pensamientos puros, mi cola…- Empezó a farfullar mientras se levantaba del suelo, tomaba del brazo a Urik en un agarre férreo y se lo llevaba de esa zona hasta alguna mesa alejada.

-Ven, vamos a charlar en alguna mesa mientras cenamos…- Le dijo mientras su mirada lobuna solo iba dirigida al frente buscando una mesa en algún rincón. Estaba cabreandose y ya un colmillo se mostraba por fuera de sus labios. -Hablaremos de la licantropía… y al menos si vas a aprender de la naturaleza de la mujer será con alguien que este a media especia de la tuya y no tenga escamas!- De seguro estaba haciendo una escena. Nunca las había entendido cuando otras personas las habían tenido en otras tabernas o pueblos. Ahora empezaba a entender de primera mano esta parte de la vida que nunca le había pasado. Acababa de encontrar a un hombre apuesto, bueno, dulce, inocente al punto de la idiotez y que le interesaba su licantropia! Mordería a cualquiera de las mujeres que se le acercase, llevara escamas, vestimenta o armadura.

Alese soltó una carcajada y miró a Envy sonriente.

- Entonces llévatelo tú Envy, porque alguna de las dos debería enseñarle esa crucial faceta del alma humana que evidentemente desconoce. Y evidentemente necesita conocerla, porque debe saber por qué lucha, qué es un alma humana, el milagro de la trasmisión de la vida; y le ayudará también a conocer las reacciones de otros, la furia qué puede mostrar alguien en la lucha... Pero no te preocupes, lo decía por su bien, no por mi interés ni por el de Quenya. Soy una sacerdotisa de Pelor, soy una seguidora del dios del sol, a mí me gusta levantarme por las mañanas y recibir el sol que aparta las tinieblas. Metafóricamente, también a mí me gusta recibir el sol que disipa mis tinieblas, me gusta recibir ese soplo de vida que disipa mis negros pensamientos. Y, en general, eso es una buena carcajada, la risa disipa los nubarrones del alma como el sol disipa la oscuridad de la noche. Y en este maldito pueblo no hay un solo hombre que me haga reír. Aquí todos son serios y estirados, el único que podría interesarme se ha ido, y lo siguiente capaz de hacerme reír sería... Quenya me temo -remató con una nueva carcajada. 

Ashlyn empezó a tensar su espalda a medida que la conversación corría, le parecía todo tan terrible... paladines y sacerdotisas hablando de sexo e impurezas con las dos medio bestias... estaba claro que algo estaba fallando en aquel lugar, quizas sería el cansancio... quizas alguna maldición, no quería ver como aquello acababa, se levantó y se dirigió hacia una de las habitaciones...

Buenas noches señores, descansen y que Pelor vele por sus sueños...

Thokk terminó de montar la tienda a la izquierda de la puerta de la posada y abrió la puerta de la posada para tomarse otra cerveza con la pequeña Envy. Pero lo que vio lo dejo de piedra, la conversacion entre Alese, Urik y Envy, ver como Envy se llevaba a Urik a un lugar apartado.. Eres idiota Thokk,un gran idiota. como pudiste siquiera pensar... -  Penso mientras notaba una explosion de rabia en su interior. Buenas noches caballeros, me alegra ver que todos siguen con la cabeza sobre los hombros.- dijo mientras intentaba ocultar lo que ocurria en su interior. Salio al exterior dando un portazo con todas sus fuerzas que hizo crujir la puerta hasta casi sacarla de quicio. Una vez en el frio de la noche se alejo de la posada, buscó una casa abandonada, un arbol un carro o algo y se lio a golpes con sus puños contra aquella superficie descargando gritos de furia en cada golpe. Siguio así hasta que el lugar donde golpeaba se tiño del rojo de la sangre de sus nudillos. Algo mas tranquilo volvio a su tienda y se tumbo a intentar dormir.

Lanzo una leve plegaria a Pelor y me levanto para seguir a la paladina.

-Es increíble a dónde puede llegar la corrupción de la gente... - Comento mientras avanzo hacia la habitación.

- ¿Lo ves Envy? Quizás también tú necesitas saber más sobre el alma de la gente. Y no es una crítica, dalo por hecho, cada una es libre de decidir sobre sí misma, pero a veces hay que andar con cuidado. Yo misma estoy en esa situación ahora mismo.

Urik cada vez entendía menos y menos aun cuando las dos mujeres, esta vez Envy y Alese se dedicaron a debatir sobre lo que él debía de aprender de la naturaleza de la mujer o enseñarle esa crucial faceta del alma humana que evidentemente desconoce, mientras Envy se levantaba casi hecha una furia y, cogiéndole por el brazo, le llevaba a otra mesa para seguir charlando de la licantropía.

- No os entiendo mis señoras- dijo Urik con una sinceridad pasmosa-. Sé que mi hermetismo dentro de la orden me ha hecho desconocedor de muchas de las situaciones de la vida normal que debiera saber. Las relaciones entre iguales no son mi fuerte y menos aun con... con feminas- dijo tímidamente-. Pero también es cierto que todo aquello que desconozco es de mi agrado conocerlo o por lo menos saber de ello, como en este caso la licantropía, de la que había oído hablar. Pero no os entiendo cuando habláis de la naturaleza de la mujer, pues no he tenido trato con ninguna desde que mi padre me alejó de mi madre con cinco años, recluyéndome en la orden.

En ese momento entró Thokk, quien les miró y se despidió cerrando con un portazo. No había que ser un lumbreras para enteder que le ocurría algo. El caballero hizo un amago de salir a hablar con él, pero también comprendió que cada uno debía tener su momento de privacidad. Mañana hablaré con él para ver qué es lo que le preocupaba. Pensó el caballero.

Tras esto miró a Envy, pero fue Alese la que habló. Sus palabras tenían un sentido que no lograba descifrar. No por lo que decía, sino por lo que encerraba. Sabía que tenía que ver con lo que habían debatido Envy y Alese, pero como no sabía que era lo que desconocía sobre la naturaleza de la mujer, se encogió de hombros y esperó a que todo se calmase para seguir hablando con la mujer-lobo.

Envy estaba por insultar a Alese ante las opciones que le ofrecía… ósea, ¿era eso?, ¿una tenia que si o si tener sexo con Urik esta noche? Y se suponía que ella era la chica bestia…

Iba cruzando la taberna arrastrando a Urik con ella, cuando un movimiento rápido le hizo mirar quien entraba a grandes anchas por la puerta. Era Thokk, ella casi sonríe al verle para decirle de sumarse en la cena, cuando vio su rostro, escucho sus palabras y vio el duro portazo. Ok, esta noche estan todos menos cuerdos de lo que lo estaba Yoru. Y fue ahí cuando sus neuronas hicieron las sinapsis indicadas y como su un balde de agua, le tirasen, un balde de recuerdos les mojo entera dejándola helada. Las formas de mirar de Thokk, su preocupación, le hecho de que ella no mostrara ninguna reticencia a acercársele. Y fue ahí cuando se sintió una total y completa idiota. Parada en medio de una taberna y tirando de hombre que no entendía para que diablos le habían puesto una salchicha entre las piernas.

El primer sentimiento fue de sorpresa, luego culpa, y luego enfado. –Alese… solo… cállate…- Le respondió haciendo un gesto de que se aleje o se detuviese, de forma tan desganada que dejo caer la mano sin completarlo.

Por lo pronto soltó a Urik. –Lo siento Urik, tendremos que dejar la charla para otro momento, tengo que tratar algo con alguien que tiene la cabeza dura como la roca- Luego fue hasta el tabernero, pago su comida que no comería, ya el apetito se le había ido. Y le dejo una moneda extra por la puerta que de seguro tendría que repararla. O al menos cambiar los goznes.

Se fue hacia fuera, pero no sin antes detenerse, girarse y decirle a Urik. –Ah, y Urik… todo este tiempo ellas dos te han estado hablando de sexo- Le dijo mientras señalaba a Quenya y a Alese que se iba. –No dejes que tu inocencia te meta en su cama contra tu voluntad-

Acto seguido salio afuera a buscar al hombre más fuerte y al parecer entupido del lugar. Solo tuvo que oler un poco el aire para encontrar la dirección a donde había dio. Eso, y escuchar los golpes a la madera. Como lo imaginaba, tenia ira y sabedor de lo dañino que podía ser, iba a descargarla lejos de cualquiera sobre un objeto inanimado.

Ya estaba volviendo el cuando ella lo intercepto. Fue sin palabras, lo alcanzo y le lanzo un golpe a la cara. Solo había una forma que dos brutos como ellos se entendieran.