Partida Rol por web

Avanzo por la marisma chapoteando y esquivando ramas hasta llegar a colocarme junto a Don Erik.Estáis seguro de que era  necesario .Pregunto mientras me concentro en la dama ahogada intentando percibir que se esconde en el interior de su alma.

Thokk volvió a arremeter contra la criatura esperando que esta se soltase de una vez pues parecía bastante herida, pero el ansia de dar muerte a la criatura hizo que su tajo no fuese certero. 

Alese estaba a punto de morir, pero no había más que pudiese hacer, su única esperanza eran ya sus compañeros, pero estos se lanzaban a detener a la dama pálida, olvidando que Alese ya había demostrado que esa era su especialidad. Su ansia de gloria los lanzaba a un enemigo contra el que poco podrían, dejando atrás a sus compañeros heridos. Por enésima vez desde que había llegado a este lugar se lamentaba del egoísmo y la desunión imperantes en el grupo.

A la desesperada, usó su segundo y último conjuro de restablecimiento. Afortunadamente Pelor era un dios magnánimo y se apiadaba de ella, permitiéndole seguir en la lucha un poco más... aunque si no la liberaban de aquel monstruo de nada serviría.

A pesar del aviso de Wolkot, Ashlyn se da cuenta de los apuros que está pasando Alese, y siente que su deber es ayudar a la chiquilla.

Aprovechando su nuevo tamaño, se acerca a ella e intenta atravesar con su espada a la anguila que la consume.

Esas malditas criaturas no se morían nunca, aunque al menos se largaban si estaban muy heridas.

Observé cómo la bruja seguía acercándose. Si podía, escupiría mi aliento sobre su fea cara. Si no, seguiría atacando a las anguilas.

Con alguna de las anguilas a la fuga y otras muertas, Igor, que todavía se batía con la suya, pidió el auxilio de Ocaso en forma de orden - ¡Flanquea! - para jugarse su propia supervivencia a una baza, tratando de descargar un golpe lo suficientemente contundente sobre la anguila que seguía drenando su esencia vital, como para que esta cayera bajo su joma arma o se pusiera a la fuga. Así asió el mayal con las dos manos y atacó justo cuando Ocaso se colocó tras la anguila.

Veo como la mayoría se van librando de sus agresores, pero no es ese mi caso, voy notando como la sangre abandona mi cuerpo.
- Pelor, dame fuerzas para seguir aguantando a estas criaturas.

Fisteus decide enfrentarse él el primero a la Dama Ahogada y se acerca lentamente hacia ella, moviéndose con dificultad através de la ciénaga pantanosa. Y entonces, cuando está cerca de ella se da cuenta de lo sumamente horrible que es. Observa las pústulas de su cara, la piel caída dejando ver los músculos, la humedad que hace que la piel huela a putridez, su rostro desagradable, su cuerpo lleno de suciedad, algas y moho. La imagen era repugnante, pero aún, así el monje se sobre pone y logra mirarla directamente a los ojos.

Wolkot decidió ahora ayudar a la Dama Alese, y con un tajo cruzado logró arañar la piel resbaladiza de la anguila.

Con Leo liberado de su captora, Quenya decidió acercarse a la Dama Ahogada, y pero no flaqueó ningún instante y ahora que la tenía bien cerca y sin nadie en medio que la interrumpiese descargó su poderoso aliento de ácido que hizo burbujear gran parte de la ciénaga. La mujer monstruosa vio venir el aliento y con un grito lastimero se sumergió bajo el agua, pero cuando volvió a mostrar su rostro pudisteis apreciar que parte de sus cara se había quemado por el ácido, dejando paso a una imagen aún más desagradable.

Ashlyn decide unirse a Wolkot para salvar a su compañera Alese, y así logra encajar un duro golpe en el mismo sitio que lo había hecho el veterano. La sangre teñía de carmín la ciénaga, haciendo que ahora todos estuvieseis moviendoos entre aguas rojizas.

Irina contempló a la Dama Ahogada dándose cuenta de que no sabía absolutamente nada sobre ella. Entonces descargó su espada larga sobre la anguila que tenía apresado a Haiayel, provocándole un ligero tajo.

Alese esperando que llegase su final decidió volver a consagrar sus rezos a Pelor, esta vez iban dirigidos no para curar a sus amigos, sino para salvarse a ella misma. Había momentos en que sí querías ayudar a los demás, tendrías que empezar por uno mismo, y así la chiquilla sintió como su piel recobraba parte de su color, y su sangre volvía a brotar por sus venas.

La Dama Ahogada lanzó de nuevo otro aullido que hacían que vuestros pelos se pusieran de punta y entonces miró a Quenya directamente. Los ojos de aquel inmundo ser comenzaron a brillar con un rojo carmesí y sintió como le llegaban hasta su conciencia. El miedo se instauró en su cuerpo, hasta tal punto que sus fuerzas flaquearon tanto que cayó de rodillas al suelo, soltando su espadón y sufriendo por cada segundo de su ser.

Envy decide transformar de nuevo su cuerpo y se acerca un poco más al centro de la batalla, para poder así ayudar a los demás.

Haiayel también recurre a la bendición de Pelor para suplicarle que la resistencia del oso invada su cuerpo, y entonce sintió como sus músculos mejoraban considerablemente, haciendo que la escasa sangre que le quedaba circulase más rápido, entregándole así, algunos segundos más de vida.

Las aguilas que aferraban el cuerpo de Alese y de Thokk decidieron que ya habían absorbido suficiente sangre de sus víctimas, por lo que no tardaron en huir. En cambio, las de Haiayel e Igor seguían succionando hasta que quizá, acabasen con su vida.

Thokk arremetió contra una anguila ya inexistente, y su gran hacha quedó incrustada en una piedra que había en la ciénaga.

El caballero del cuervo decidió avanzar lentamente sobre la ciénaga para alcanzar a la Dama Ahogada, su desagradable rostro tampoco le afectó, por lo que ahora se sentiría con fuerzas de enfrentarse a ella directamente.

Finalmente Igor y Ocaso se enfrentaron a la anguila que tenía él, y de un gran golpe combinado con su compañero lograron herir a la anguila y lograr que ésta se soltase y huyese también de allí.

Ya solo había dos enemigos, la anguila que estaba a punto de desangrar a Haiayel y la Dama Ahogada que se encontraba en combate directo con Don Urik. Y, con Quenya y fisteus suficientemente cerca de ella como para ayudar a su compañero, quizá aquel combate se resolviese pronto.

Envy ve como ahora las tornas se van cambiando y una horrible muerte no es del todo seguro en el futuro del grupo... o en su mayor parte. Se corrige en su mente al ver como cae una Quenya totalmente catatonica. Con lo cual no le fue dificil su siguiente accionar. 

Y metiendo mano en una de sus bolsitas que colgaban de su cuello, extrajo una pelota, que al tocarla no pudo menos que hacerle sonreir. Luego la lanzo delante de ella mientras decia -Ataca a ella- Señalando a la mujer ahogada.

Esperaba conseguir tiempo mientras se movia en direccion a Quenya. Debia sacarla del combate y alejarla de aquella horrosa mujer. De momento ahora un feroz rinoceronte estaba creciendo donde antes habia caido una pelotita color gris.

Si la cara es el espejo del alma   he aqui una completamente  corrupta y malvada.Como siempre  antes de tener que entregarme  a la violencia  elevo una rapida  plegaria  a Pelor .Doy una zancada para colocarme junto a ella apara que quede dentro del radio del resplandor sagrado e intento golpearla.Intentad rodearla para que no escape compañeros 

Wolkot decidió ayudar al último de los del grupo que todavía tenía una anguila gigante adherida.

Cuantos más fueran contra la Dama más posibilidades tendrían. 

El veterano se acercó a Haiayel y levantó su espada para acabar con aquella horrible criatura

El enorme semiogro había hincado su hacha en una piedra e intento recuperarla pero sus manos estaban mojadas y se le escurrían así que no logró sacarla de ahí. 

La verdadera pelea había comenzado y esta sí que sería dura y demoledora, para cualquiera de las dos partes implicadas en elcombate.

Apelando a todo su poder, Urik se lanzó contra la dama del lago, pero antes llamó a su fiel compañero, Hurnn, para que ayudara en este crucial combate aunque solo fuese molestando.

- ¡¡Ahora Hurnn!!- llamó el caballero a su fiel compañero.

Y tras esto descargó sus golpes.

- Guerreros. Ayudad a Haiayel o morirá, ¡Ahora! -gritó Alese. 

Después, caminó hacia la dama ahogada mientras mentalmente elevaba un rezo a Pelor, más violento y precipitado que de costumbre, de lo que le gustaría, pero estaba agotada por la pérdida de sangre. Una oleada de energía de color rojo intenso y cálida al tacto emanó de ella como una burbuja, sin que pareciese afectar a nadie, hasta que llegó a la dama ahogada... 

Los ojos de la bruja penetran en mi cerebro. Intenté desviar la mirada, pero no podía. Algo se estaba adueñando de mi y no podía luchar contra ello. Un grito desgarrador que sólo era capaz de oír yo me derrumbó. Noté como perdía la visión y una baba verde salía de mi boca. De una manera que no entendía, conseguí mantenerme a cuatro patas y no quedar cubierta por ese barro.

Igor que parecía ser de los pocos que todavía no se había lanzado hacia la bruja, se giró para flanquear a la sanguijuela que atacaba al iluminado intentando golpearla con la suficiente fuerza como para que soltara a su presa.

Al ver como todos los demas se lanzan contra la dama, me lanzo también hacia ella para acabar cuanto antes esta batalla.

Una vez vencida la anguila que aprisionaba a Alese, Ashlyn se vuelve hacia su compañero Haiayel. El clérigo está en una situación peliaguda, y la paladín se reprende mentalmente por no haber acudido en su ayuda antes.

-¡Aguanta!

Irina siguió golpeando a la última anguila que seguía en pie para poder liberar a Haiayel

Fisteus comienza a brillar al tiempo que avanza hacia la Dama Ahogada y luego le encaja un duro puñetazo en su repulsiva cara. Wolkot se acercó para ayudar a Haiayel, pero apesar del intento de salvar a su compañero, no hubo suerte y la espada resbaló sobre su escamosa piel.

Ashlyn se gira sobre sí misma para ayudar a su fiel seguidor, con poca suerte que tampoco logra deshacerse de ella. Irina se esforzó tanto en hacer un gesto suficientemente fuerte que cuando trató de golpear a su rival, la fuerza era tal que falló en su precisión, y no logró atravesar su piel.

La Dama ahogada miró directamente a los ojos de Don Urik, pero el caballero del cuervo ya estaba acostumbrado a luchar contra el mal, por lo que también logró mirarle también sin que le ocurriese lo mismo que a Quenya. No tenía miedo y eso lo pudo apreciar aquella aberración, así que el seguidor de los cuervos sonrió, sabía que el fin de su enemigo estaba cerca y que no tardaría mucho tiempo en contemplarlo.

Entonces Envy decidió recurrir a su bolsa de trucos y sacar de ella una pelota que comenzó a tomar la forma de un rinoceronte. Al menos había logrado poner a la criatura entre Quenya y Envy de la Dama Ahogada. Al menos, así, ninguna de las dos sufriría por los ataques de ella.

Y entonces algo inesperado pasó, una flecha sale disparada desde la espesura. No podéis ver al tirador en medio del fragor de la batalla, pero la flecha vuela certera hasta impactar en la bruja que se alza en medio del pantano. El disparo le alcanza la parte trasera de la cabeza hasta llegar al ojo, y eso causa que se retuerza de dolor entre el fango ante el inesperado ataque, dolorida por la saeta que ahora tiene alojada en la cuenca y que afea aun más su rostro.

No sabeis si ha sido suerte o pericia, pero parece que hay un tirador en la espesura que vela por vosotros... de momento... Y que parece que ha logrado aniquilar al enemigo que parecía invencible.

Pero aún no estaba todo acabado, Haiayel seguía resistiendo a la última de las anguilas que parecía querer exprimirle hasta la última gota. Thokk quería ayudarle, pero mucho que lo intentaba, su hacha se había quedado clavado y no había forma de sacarlo de allí.

Leo y Urik optan también por ayudar a su compañero Haiayel, pero se encontraba tan lejos, que no lograron alcanzarle para ayudarle. Igor si que la alcanza, pero su mayal también parece resbaladizo por la humedad del ambiente, dificultando considerablemente encajarle un buen golpe a la criatura.

La situación estaba realmente complicada a pesar de quedar un solo enemigo, aquella anguila se había propuesto succionar hasta la última gota del inquisidor, habíais tratado de ayudar al resto de compañeros, e incluso la Dama Ahogada había muerto, pero Haiayel estaba en las últimas, solo tenía unos segundos para salir de allí con vida. De seguir así, Pelor le acogería entre sus brazos demasiado pronto.