Partida Rol por web

Al cruzar el portal interdimensional, os dais cuenta de que algo no va bien. No era la misma sensación que de costumbre. Vuestros sentidos empiezan a nublarse, y notáis como una fuerte sacudida os agita a todos dentro del espacio-tiempo. Es entonces cuando le veis. 

A través del mismo espacio que vosotros viajaba un ser diferente a lo que habíais visto hasta ahora. Su negra túnica, diferente a la de los miembros de la organización, le cubría completamente, dejando ver de él solamente un corazón, el cual desprendía un fulgor místico. El resto de su ser desprendía el inmundo hedor de la oscuridad. Fuera lo que fuese, estaba claro que no tenía buenas intenciones. 

Aunque algo más os llamó la atención, un hombre parecía estar moviendo los hilos de ese espectro. Había alguien encima de él que parecía dirigirlo hacia algún lugar. Era un chico enmascarado, con una extraña armadura, y portando a otro hombre a su lado, que parecía inconsciente.

-Vaya vaya, pero si son los bufones del rey. Yo, Vanitas, debía encontrarme de entre todas las personas a las que quería ver, a estos peleles... Parece que su plan funciona bastante bien.

Se rie con tono burlón, mientras el espectro parecía ir más lento para no avanzar a los portadores.

-Me dais pena, todos vosotros. No sabéis nada de nada... Los que nada saben, nada entienden. Es bastante patético solo miraros. ¿Siempre vais juntos a todas partes? ¿O es que tenéis miedo de afrontar los retos en solitario? No les llegáis ni a la suela del zapato a esos cuatro...

Dicho esto, Vanitas alza su mano izquierda, e invoca entre fulgores violados y negros un arma que a todos os sorprende. Una Llave-espada negra como la misma noche, con motivos rojos igual que su propia armadura, y con forma peculiar de engranajes y cadenas. Era una llave-espada como nunca antes habíais visto.

-Es verdad, aún no sabéis de que va todo esto... Esta es Quid Vacuo, una llave-espada del reino de la Oscuridad. ¿Os sorprende saber que hay llaves-espadas oscuras? Quizás la vuestra también lo sea. ¿Protectores de la luz? *se rie descaradamente* -¡Me rio yo de eso!

El espectro estaba quieto, su presencia imponía respeto, pero por ahora no parecía hacer nada más que de montura de Vanitas.

Observo al espectro y luego al enmascarado Vanitas.

---¡ Vaya, pero sí es  Don Enmascarado! ¿ Ya has cambiado la armadura despues de hacerte popo?- digo  sonriendo despectivamente y a continuación hago aparecer mi llave espada y le apunto con ella- Llaves espadas de Luz y de Oscuridad ¿ acaso importa? ¿Piensas acaso que puedes hacerme dudar? A los demas lo comprendo, sobre todo a la chia de orejas gatunas, pero a mi te costará algo más que eso; venga, baja y te haremos un cariñoso saludo, aunque seguramente mandarás a tu "caballo como buen cobarde que eres...

La actitud de Jace cambió por completo al ver a Vanitas, algo en él se tensó, esa voz, ese aspecto. Sin avisar a ninguno de sus compañeros Jace sacó su Llave-Espada en respuesta a la Llave-Espada de Vanitas, a lo que añadió:

-Me sorprende que un alma putrefacta atormentada por la sombras pueda siquiera querer compararse con nosotros, tan penoso es esto como llamarte a ti mismo "Vanidad"- el rostro de Jace estaba serio y mostraba cinismo, una actitud poco agradable que mantuvo todo el tiempo.- Quizás deberías aprender algo de humanidad, engendro, para atreverte a aparecer ante mi.

Kora aun no se había acostumbrado a viajar a través de portales como para considerarlos tan cotidianos que su atención boquiabierta se centrara en otras cosas.

Al atravesar el portal solía clavar su mirada en el marco de energía que se abría como una hería a la realidad y, sin embargo, esta vez, con su último paso al nuevo mundo olvidó echar la vista atrás, olvidó incluso haber llegado a través de un portal y quedó completamente abducida por la imagen de ese corazón envuelto en una capa negra.

Un escalofrío de sudor frío le escaló la espina dorsal hasta instalarse en su cogote para ramificarse por todo su cráneo con una sola idea: La parca.

Sus ojos se encontraban tan fascinados, descolocados y asustados por ese supuestro encuentro con la mismísima muerte que no se percataron de su jinete hasta que empezó ha hablar.

Inconscientemente, Kora dio un paso atrás y hundió su mano el bolsillo, intentando asumir la charlatanería de ese tal Vanitas.

Sus malos modos y palabras pronto regresaron el calor a las mejillas de Kora, aunque su corazón seguía latiendo con frialdad.

Esos cuatro. Repitió en su mente esforzándose porqué ésta no le devolviera la imagen del desierto en que habían perdido a Rasheltex, y desvío su mirada sabiendo que en ello tenía razón. Esta vez sus ojos se posaron en Rin, despojados de su rabia y fuerza habitual, sino confidentes, buscando esa chispa enérgica que en él no parecía apagarse sino que se alimentaba con los contratiempos.

Efectivamente, él sacó a relucir su bravuconería, pero algo en sus palabras la hizo sonreír. Invocó su llave-espada y con ella en mano sintió como el helor de su interior desaparecía envuelto en una calidez a la que estaba más acostumbrada.

Buscó a Yume con agilidad procurando situarse entre ella y Vanitas con disimulo, no sabía si su llave-espada la escucharía o volvería ha hacerse la remolona.

Se extrañó de las palabras de Jace, o mejor dicho, de la actitud que las acompañaba, sin bien apenas conocía a ese chico, parecía haber borrado por completo el entusiasta que se había presentado en Villa crepúsculo. Quizás es personal pensó más como una advertencia a lo peligroso de ese hecho que como una justificación A fin de cuentas viene de Vergel Radiante.

Aun girada hacia Yume, levantó el pulgar y una sonrisa y volvió a encarar a ese nuevo adversario que al parecer no era tan nuevo.

Vanitas empieza a reirse de una manera alocada y estridente.

-¿¡Humanidad!? ¿Crees que necesito de una debilidad así? Eres un ingenuo, como el resto de tus nuevos amigos. Os voy a dar una lección.

De repente se hace el silencio momentaneamente, pero Vanitas, como si estuviera fijandose en Kora, procede.

-Y tu, chica-gato. Antes de alzar tu arma contra mi, deberías de pensar si aquello a lo que proteges realmente lo merece. Aunque a decir verdad, tu no deberías de estar aquí. Una mocosa mimada que se hace pasar por heroína debería de estar jugando con muñecas. Al menos tus otros compañeros tienen agallas... Pero tu, no eres más que un estorbo para ellos. Y lo seguirás siendo para todos a los que quieres. Una carga, un lastre... ¡Deja que te libere de eso!

Vanitas desaparece casi al instante entre fulgores de oscuridad y reaparece a vuestra espalda, más concretamente en la espalda de Kora; entre Yume y ella. Todos os giráis incoscientemente al ver desaparecer a Vanitas, como si algo os dijera que empezaría la pelea, menos Kora que reacciona tarde. Este hace su aparición alzando su llave-espada e invocando una flama oscura en su mano para atacar a la muchacha, quien no se esperaba tal ataque.

Las palabras de Vanitas se clavaron en Kora como mil agujas directas a su sangre que se agitó nublándole el juicio por completo, no era un lastre, tenía agallas y podía proteger a sus amigos, eso lo sabía, lo sentía tan fuerte como en Earth Land pero lo que realmente la derribó fue que la llamara mocosa. Una simple palabra que abría las puertas de sus temores, más de una vez la habían infravalorado por mocosa, más de una vez le habían negado la palabra, la acción, la atención por mocosa. Y más de un jersey de Faile conocía cuanto creía a esa palabra, pero Earth Land quedaba muy lejos.

Kora apretó los labios conteniendo la rabia en su interior  y luego los abrió para corregir al jinete - Kor...- empezó a protestar perdiendo la palabra en el vacío que quedaba frente a ella.

Perdió unos segundos en la confusión buscando con ojos estresados a Vanitas, hasta que algo en ella le hizo girarse justo a tiempo para recibir el ataque de Vanitas. 

Habia que hacer algo rápido, aquella niñata acabaria siendo puré humano sí no haciamos nadas, veo como Vanitas sale de detras de ella y en vez de apartarse se gira a mirarle  ¡Sera idiota la niña!; casi sin pensarlo, avanzo hacia ella y con la parte plana de la llave espada la golpeo con rudeza mientras yo ocupo el puesto que antes estaba ella recibiendo el golpe, me hace mucho daño pero aprieto los dientes  y le miro con un cierto deje burlon.

--- Menuda mierda de tio eres sí no eres capaz siquieras de matar  a uno ¿eso a sido tu daño? ¡Venga ya! hasta un crio de 3 años hace más daño.-le digo haciendo que mi tono de voz sea lo más insultante posible.

Los ojos de Kora se clavaron en el casco sin rostro de Vanitas, incrédulos de lo que se alzaba frente a ella, reaccionó tarde, demasiado tarde e ilógicamente e hizo lo que le había sido enseñado. Cerró los ojos con fuerza como si con ello pudiera hacer desaparecer el monstruo que se escondía en su armario.

Sintió como el golpe llegaba a ella, en un lado de su cuerpo en lugar del frente. Extrañamente indoloro más allá de un escozor en su brazo comparable con el golpe de muslo que había parado el impacto contra el suelo.

Confusa, abrió los ojos lentamente, casi con miedo a que realmente se fuera a despertar de un sueño, y que todo ello no hubiese sido más que una pesadilla finalizada al caerse de la cama.

Temió que aquella nueva vida hubiese desaparecido sin más, y, sin embargo, la realidad que encontró fue mucho peor.

Vio a Rin recibir el ataque destinado a ella, y todas las piezas de su mente encajaron clavándose en su sangre como mil agujas.

- Un estorbo, una carga, ¡un laste!- sintió la voz de Vanitas retumbar en su cabeza -Deja a los adultos hacer sus cosas- se unió Rin a ese barullo en su cabeza mientras su visión empezaba a emborronarse tras una velo de lágrimas que no se permitiría derramar.

Sintió como su corazón se detenía en cuanto vió a Rin apretar los dientes y un escalofrío le recorrió la espalda hasta amontonarse en su cogote a la par que sus manos se helaban.

¿Por qué? se planteó encerrando en ello una infinidad de sentidos, y se esforzó por no encontrar respuesta a ninguno de ellos.

Levantó su mirada a la de su compañero, y solo con el destello burlón de sus ojos, encontró de nuevo el aliento, y el latir regular de su corazón.

En ese momento hubiese querido correr hacia él, tenderle una de las pociones, agradecerle que le tuviera la espalda cubierta, asegurarse que Yume, Faile y los demás estaban bien. Hubiese deseado ser más rápida, perderse menos en sus demonios internos, aprovechar la oportunidad de demostrar ser útil, capaz y adulta. Pero sobretodo quería enterrar el hacha de guerra conocer al Rin que había visto sonreír en el tren, el mismo que había encubierto al desconocido de la bufanda roja, apreciar su gesto. Y sin embargo, se levantó ocultando bajo capas de enfado su preocupación, culpa y vergüenza - ¿Qué mierdas haces Rin?- Apretó todavía más sus dedos sobre la empuñadura de su llave-espada - Jamás vuelvas a apartarme.

- Jamás.- recalcó encarándose a Vanitas masticando y tragándose sus verdaderos sentimientos y emociones.

Después de su ataque, Vanitas vuelve a ponerse en su posición caracteristica de combate, agarrando su llave espada y flexionandose un poco para iniciar posteriormente una acometida. Pero por ahora esperaba a que los demás actuaran.

-Venga gallito, demuestrame que tan duro eres...

Me levanto, no sin algo de trabajo, y le miro sonriendo mientras me toco la herida.

---Vale, como quieras- levanto la espada y con un movimientos rápido me "aparezco" tras él, como un segundo de retraso una serie de golpes comienza a golpearle sin previo aviso como si fueran realizados por una espada invisible, rápidamente, me giro sobre mi mismo y le ataco por la espalda  con movimientos rápidos y precisos hasta que finalmente retrocedo- espero que te haya parecido bien los golpes, sino,tengo muchisimos mas ases en la manga...

Kora hinchó los mofletes inconscientemente sintiéndose como un pelele. Sentada una vez más en el banquillo. Mientras Rin, aun habiendo recibido ese potente golpe, se lanzaba una vez más contra el jinete sin rostro.

Mierda Rin- le declaró temerario en su mente y sintió como su sangre se encendía al predecirle muerto -Mierda Rin - insistió acomodando ambas manos en la empuñadura de su llave-espada dispuesta a intervenir en el combate.

Sin embargo, el ataque de su compañero la fascinó, ¿cómo era posible algo así en su estado?

Observó cada uno de sus golpes, su agilidad y habilidad, y por primera vez, dejó de preocuparse por tener que despedir a un amigo más, olvidando, en ese momento, la costumbre de comprobar la posición de Yume y Faile y lanzándose contra Vanitas aprovechando su atención a las palabras de Rin.

El primer golpe ni siquiera rozó a Vanitas, apresurada por atacar antes de ser percibida, lanzó un ataque al aire que deseó que nadie hubiese visto y disimuló cargando la llave-espada hacia otro ángulo.

Al creerse cerca de Vanitas golpeó de nuevo, con toda la fuerza de su cuerpo, le atacó desde un lado, procurando rodearle para llegar a Rin, y con el último golpe, buscó desequilibrarle apuntando a la rodilla.

Luego corrió hacia su compañero poción en mano, y de pronto, un mal engranaje de su mente, acostumbrado a las magias de su mundo, creyó buena idea lanzársela a la cabeza para ahorrar tiempo, creyéndola igual de eficaz. Erró.

Tras ver el intercambio de golpes entre mis compañeros y el desconocido, decido que es hora de actuar. Canalizando la magia a través de la llave-espada, intento curar a Rin, al cual se le ve un poco magullado tras la acometida del enemigo, sin mucho éxito. Acto seguido me vuelvo y lanzo un par de bolas de hielo hacia Vanitas, las cuales ni siquiera le rozan. A continuación me muevo a una posición mas ventajosa mientras les digo a Rin y Kora - Si conseguís entretenerle lo suficiente, puedo conseguir acertarle con una bola de hielo y ganaros algo de tiempo para que le enseñéis lo fuerte que golpeáis con vuestras armas -

Vanitas continuó con sus ataques a pesar de haber recibido buenos golpes. Parecía como si la armadura que portaba absorbiera los impactos, sin hacerle retroceder. Embistió contra Rin, que era quien más le había incitado. Llave-espada en mano, zarandeó esta hasta hacerla girar alrededor de su cuerpo y a vários metros de este, golpeando a tantos como se encontraran a su alrededor. Por suerte para sus rivales, vieron que la llave-espada se movía sola, y pudieron anticiparse a ella, bloqueando sus golpes sin recibir daño.

Vanitas, al agarrar el arma de nuevo en su mano, despareció por un instante, reapareciendo en la espalda de Rin y cayendo en picado sobre este, asestándole un tajo vertical. Saltando con un tirabuzón hacia atras, se reincorpora de nuevo en el suelo, y trata de golpear a Kora, quien avispada, logra apartarse en el momento justo, saltando hacia atras.

Justo en ese preciso instante, Vanitas prepara en la punta de su arma una especie de bola de fuego la cual dispara contra la muchacha, aunque la bola en cuestión avanzaba muy lenta, con tiempo suficiente como para que Lunh consiguiera desviarla de un espadazo.

-¿Eso es todo? Si no tenéis nada más que ofrecerme, será mejor que acabe con vosotros de inmediato y me deje de juegos...

El golpe que  recibo en otras circustancias no me habria hecho absolutamente nada de daño, aunque ahora que estaba bastante tocado dolia bastante pero al igual que el golpe anterior recibo la estocada sin inmutarme.

--- Te iba a decir lo mismos, tanto de jacas de que eres mejor y tus ataques son la mierda y eso que digo insultaria a la mierda por que no llegan a eso, así que deja a los que saben hacer algo y vete a seguir vacialando a  los niños de 4 años, seguro que con ellos tienes éxito- le respondo mientras comienzo a intercambiar una serie de golpes rapidos igual que la otra vez, estos no son demasiados efectivos como la vez anterior pero igualmente logra impactar en Vanitas; el siguiente ataque que hago erra el tiro pero eson no me preocupa y aprovecho la inercia para desencadenar una serie de golpes básicos bastante efectivos culminando con un golpe en la cabeza sin dejar de sonreir de forma ciertamente sádica....

Kora asintió a las palabras de Lunh, con una expresión más firme y confiada de lo que realmente se sentía. Ni siquiera tenía muy claro cómo distraerle, o mejor dicho, cómo mantenerle en un mismo punto cuando ese jinete, ahora sin montura, no dejaba de aparecerceles a las espaldas.

Y quizás fuera por ese momento de analizar los movimientos de Vanitas que Lunh le había impuesto sin proponerselo que vio llegar el golpe de Vanitas y comprendió su trayectoria como para apartarse en un salto propio de un gato precavido y algo asustado.

Preparó su llave espada, dispuesta a romper ese discurso tan lamentable después de su última actuación, sin embargo, Rin se adelantó, colocándole una pequeña risa en su estomago que fue subiendo en un cosquilleo hasta escaparse entre sus labios, discreta y privada. Y poco a poco, junto con aquel cosquilleo, sintió como la empuñadura de su Llama se ajustaba mejor a su dedos y su peso en sus manos menguaba.

Y todavía con la sonrisilla bobalicona en los labios se abalanzó sobre Vanitas golpeándole en las zonas que su altura le permitía. Primero con energía, luego un poco más agotada y con el último golpe se impulsó con todo su peso para alejarse de él con la intención de observarle con sus ojos de Libra. Y, sin embargo, algo en la actitud de Rin desvió su atención, desvaneciendo aquella magia antes de obtener ningún resultado. ¿Lo estaba disfrutando? 

Viendo la proximidad de Kora y Rin a Vanitas, no me atrevo a lanzar ningun hechizo por si acaso fallo y los golpeo a ellos, por lo cual, me acerco, y aunque estoy mas versado en el combate mágico, intento asestar una serie de golpes con la llave-espada, pero, como era de esperar, el primer golpe lo fallo de una manera ridícula. Ante esto, aprovechando la inercia, me giro y, esta vez con mas éxito, consigo encadenar dos combos sobre Vanitas y le digo, con una sonrisita en la cara: Yo que tú me iría retirando, o puede ser que de esta no salgas todo lo bien que querrías.

Tras esto, y quedando demostrado que también puedo blandir la llave-espada como un bruto, doy un brinco hacia atrás y me coloco al lado de Rin y Kora