Partida Rol por web

Su amo no era como el anterior, que no dudaba en  ayudarla, en comprenderla, en cuidar de ella, este hombre en cambio era un témpano de hielo, seco de trato y de hablar, la joven suspiró, y se fue detrás de él, ausente como casi siempre estaba, no tenía motivaciones como para mostrarse más amable o preocupada por Daidoji-sama, había comprendido que tales consideraciones era solo gotas en el mar.

 Se quedó de todas formas al lado de  Daidoji, y ayudó en la curación de los heridos, notando claro, como aquel samurai acariciaba la mejilla de la mujer, el miedo a la incertidumbre de la muerte hacia que cualquiera olvidara los protocolos. Suzue se encogió de hombros, verlos heridos y tanta sangre por todos lados despertaba aquellos recuerdos amargos que aún no eran todo claros en su mente, pero no por eso, eran menos dolorosos.

Aflojó las manos y se quedó en silencio, escuchando los relatos, esperando algo que la hiciera pensar que el peligro había pasado, pero estaba segura que aquello no era así, que el mal aún los acechaba, pero mientras sus manos  intentaban mitigar el daño de aquel ronin sobre el cuerpo de Kuni.

Quedo en silencio mirando el cuerpo del Ronin, su ojo sano intentaba buscar esa respuesta o o lo que fuera que solventara su inquietud, su mano izquierda temblaba levemente cuando las voces comenzaron a tener sentido una vez más y la presencia de su compañera volvió como la certera flecha que había acabado con Saemon. Se giró aun con una mirada extraña en el rostro caminando lentamente hasta el grupo – Lo siento – se excusó colocándose de rodillas – No puede sostenerlo más –

En su cabeza buscaba la respuesta ante la actitud del Ronin de clamado a una máquina de matar? Incluso si quedaba en el un gramo de honor hubiera mantenido la compostura. Tomo la mano de Setsuko – Lo siento – Volvió a decir.

Luego miro a Yoguki - Se que no es el momento pero Togo-Sensei le buscaba -

Mientras Kuni y Daidoji atienden a Setsuko, el shugenja Cangrejo puede sentir las delicadas manos de Suzue en torno a su pecho, quien sin pudor ni permiso, hace lo necesario y le venda el tajo causado por Saemon. La joven lo presiona bastante bien, aliviando cualquier molestia que el duro hombre tuviera por el mismo... si es que la sorpresa del inesperado roce no lo hacia olvidarlo.

Daidoji no lo hace tan efectivamente, pero de todos modos su vendaje es bastante aceptable para que Setsuko se sienta algo mejor, lo que sumado a la magia convocada por Kuni, bastan para que sienta sus fuerzas recobrarse lo bastante como para reincorporarse si lo deseara. Aunque eso la sacaria del suave abrazo de Yugoki. Este solo alza su mano libre, despejando con ella el aire como para apartar tanto las dudas del Bayushi como las preguntas del Grulla.

-Ahora no es momento de dialogos o reparos. Habeis hecho lo que se debía hacer. Llevemos a Setsuko...-san, a sus aposentos. Hablaremos allí. Alguien, por favor, avise a los guardias que vengan a ocuparse de esto. +indicando con un cabeceo el cuerpo de Saemon+ y a Togo-sama donde hallarnos. Debería haber un par de hombres en la puerta... Lastima que casi todos estén fuera, justo cuando más los necesitamos.  

Setsuko estaba ruborizada ante las atenciones de sus compañeros, en cuanto se pudo incorporar lo hizo, se sabía delicada en su condición femenina pero tampoco al punto de no permitirse ayudar a los que estaban ayudándola.

Escuchar a Yugoki-sama le daba alientos, por lo que se atrevió a decirle: Suzume-sama por favor, no preste más atención en mi, también esta herido, necesita incluso más de la medicina que yo. Una mirada y una sonrisa que tan solo horas antes le había brindado le dieron a entender que estaba mas que agradecida por su trato. Por favor es momento de que permita que lo cuiden.

incorporada totalmente, trató de hacer una inclinación a Daidoji-san, a Kuni-san y a Hiroto-san. Gracias, no quiero ser una carga para ninguno de ustedes, les estoy infinitamente agradecida.

Miró a Saemon y con una mueca entre tristeza y rabia que no se disimuló ni un poco, Hiroto-san, lo siento también, un corazón oscuro sabe ocultar bien sus intenciones, no creí que esto llegaría a pasar, confiamos en este hombre y mira con que falta de honor se comportó.

- Iré a avisar a los guardias y a Togo-sama; les veré en los aposentos -respondió el Daidoji antes de marcharse del dojo- Suzue, acompáñalos; volveré enseguida

Junichiro se preguntaba si habría terminado aquello. Aún quedaba el turbio asunto de los bandidos, y no podían estar del todo seguros de que Saemon fuese el asesino; un ronin resultaba el chivo expiatorio perfecto, ya que no tiene clan ni señor que lo defienda.

Higetora no sabía qué le sorprendía más: La habilidad de Setsuko para manipular los corazones de los hombres, la idiotez de heredero Suzume para dejarse engatusar por una Escorpión, el descaro de la criada de Junichiro, o la habilidad de ésta en la sanación. La única concesión externa a su aturullamiento fue un marcado alzamiento de ceja mientras se ponía en pie.- Las heridas de Shosuro-san son profundas, y llamar de nuevo a los kami tan pronto podría alterar su equilibrio elemental. - Dijo con tono clínico a nadie en particular, principalmente para recobrar su propia compostura. - Necesita descansar esta noche; para mañana su Agua debería soportar otro empujoncito. Llámenme cuando esté despierta y descansada. - Se paró un momento, y a última hora, como si acabase de darse cuenta de lo ofensivo de su comentario, añadió.- No pongo en duda la habilidad de los curanderos Suzume, pero creo que entenderán el celo de la relación médico-paciente.

Los presentes daban por hecho wue todo había acabado con pasmosa tranquilidad,  como si el que habían muerto se transformara en la manera mas simple de purgar los crímenes y la sangre derramada,  y no se les podia culpar,  era natural d elos humanos buscar un aliciente de seguridad para seguir con el status quo. Suzue se quedó unpaso atras del resto de los samurais,  y asintió mecánicamente a lomque su amo dijo,  lao cierto es que estaba mucho mas ineresada en mirar el cuerpo del ronin asesinado. 

Suzue,  que aun tenia lo suficientemente como para seguir curando,  pero se quedo abstraída por sus propios pensamientos, 

- cual habrá sidomla razón- no se dio cuenta cuando habia dicho en voz alta  sus cavilaciones,  las que solo había compartido von Daidoji, la joven se encogió d e hombro s y esperó que la ignoraran, dudaba que desearan preguntar lo que la joven sabia o intuía. 

-yo.., puedo... curar al que lo necesite... mis señores- se quedo inclinada,  con la vista baja y una postura de completa sumisión,  esperando ser de ayuda para los señores,  oero sus pensamientos estaban mas centrados en el ronin y lo que los pliegues de su ropa podría ocultar,  ademas, habia escuchado a Suzume hablar de traidor, pero dudaba que alguien le preguntara que quiso decir con eso y si sabía mas, de hecho,  tenía mucho interés en que no se hable mas del tema, pero nadie tendría ni el valor ni falta de cordura como para cuestionar sus decisiones. 

-Salgamos de aquí. +ordena simplemente el anfitrion Suzume, asintiendo a Daidoji, mientras con la diestra toma la mano de Setsuko y pasa la otra tras su espalda, ayudandole a caminar con pasos lentos. Aún con la atencion brindada, todavia puede sentir un fuerte dolor en su costado, y las piernas pesadas. Asi que poco a poco abandonan el dojo, en el cual solo permanece Saemon, inmovil en su propia sangre, mirando con ojos ciegos y una sonrisa vacia el techo... o quizas, lo que sea que le espere en la otra vida.

Lo mas "facil" es hallar a los guardias. Hay todavia un par enfrente a la pieza del Ide, y tambien estan los de la puerta principal. Puede que halla otros adentro, pero estos estan mas a la mano, y los encuentras rapidamente.

Togo-sama es otra cuestion. Recién estaba por aqui, ¿no? ¿Adonde habia ido a hablar? Recuerdas que lo viste entrando al cuerpo principal del kyuden con Hiroto, luego de separarse, pero despues no le viste mas. 

Vaya panda de inútiles. ¿Y esos eran guardias? ¿No se supone que deberían estar protegiendo al hijo del daimyo, más aún en una situación como esa? Disimulando su desdén, Junichiro se dirigó a los guardias

- Guardias, acudan al dojo. Hay un cadáver del que hacerse cargo. Y por cierto, ¿alguno de ustedes ha visto a Togo-sama, el jurado Escorpión?

Los guardias te miran algo extrañados por el tono y con bastante mala cara. Mas aun cuando escuchan de que va la cosa. Alguno murmura "cuando estabamos solos esto no pasaba", pero otro te contesta.

-Togo-sama fue al edificio principal. No lo hemos visto salir. Ahora nos haremos cargo de la otra cuestion, Grulla-san. +dice secamente, haciendo seña a su compañero, quien asiente y enfila, pero no al dojo, sino al edificio central.

- Bien -respondió secamente

El Daidoji regresó al edificio principal junto a los guardias, derecho a los aposentos de Setsuko. Tal vez el Escorpión ya estuviese avisado

Encontrar a Kakita-san resulta muy sencillo. Luego del evento se encuentra en el patio frontal, como le gusta, aspirando las flores antes de la siguiente prueba. Con su kimono celeste, resalta como un oasis en el desierto de fina arena rastrillada que es ese lugar.

El lugar resultaba bastante agradable y relajante; así sería más fácil hablar con ella. Se acercó despacio, esbozando su mejor sonrisa (que en un hombre tan serio como él, era más bien escasa) e intentando parecer lo más afable posible

- Enhorabuena por vuestro éxito en esta prueba, Tomoe-san. Vuestra concentración es tan buena como vuestro talento, por lo que veo.

Hizo un gesto a Suzue para que se acercara

- Los jueces me han pedido que os comunique algo. ¿Os importaría compartir un te conmigo mientras conversamos?

Había ido con su amo, caminando detrás de él, y no les costó mucho a ambos encontrar a la mujer, su aire distante y elegante hizo que la jovencita la admirara, le gustaría tanto ser como ella, verse melancólicamente hermosa, era como una flor de loto, flotando sobre un espejo de agua. La joven la contempló con curiosidad, pero cuando los escucha hablar de la ceremonia, no pierde el tiempo y se adelanta al cuarto que servirá para la recepción, luego, se lavarían las manos y volverían al salón donde la mesa estará preparada para la ceremonia que sería mucho más sencilla de lo que realmente debe ser, pero que contará con todos los elementos para lograr la relajación plena. Suzue debe encontrar la forma de que su amo se conecte con Kakita, y ella acceda a la situación que se generará, sin producir más  controversias ni vergüenzas para los anfitriones.

Mientras Suzue se atarea en buscar las cosas para el te, Kakita dialoga con Daidoji-san

-Ha sido muy relajante. A diferencia de muchos otros forma parte de un artista el saber enfocar su pensamiento y abstraerlo de las distracciones mundanas. Fue grato que esa habilidad me sirviera aqui tambien +asiente complacida a la primer frase, para luego aceptar con una gracil inclinacion+ Desde luego... +pregunta, sin dejar entrever extrañeza. Aunque es dificil juzgar esos extraños ojos azules+... ¿Que se les ofrece?

Al preguntar encamina sus pasos al pasillo lateral, el mismo donde ayer compartieran la bebida. Por suerte los sirvientes de la cocina tienen todo listo, dada la hora, para servir te o bocadillos si se los solicitan. Suzue tarda pocos momentos en estar de vuelta, casi al mismo tiempo que vosotros.

Junichiro se tomó su tiempo, dejando que Suzue sirviera el te, y bebiendo un poco antes de contarle a Tomoe lo que tenía que decirle, de la forma más tranquila posible

- Ha habido un pequeño... malentendido con la prueba de artesanía que realizasteis. Al parecer los Suzume olvidaron que había también una prueba de pintura, por lo que en teoría, vuestra prueba no sería válida y deberíais repetirla. No obstante, dada la magnífica calidad de vuestra obra, los jueces han decidido conservarla y que sea válida para la prueba de pintura que tendrá lugar a continuación, pero me temo que aún así tendreis que repetir la prueba de artesanía realizando una obra diferente, que no sea de pintura.

Cruzo las manos e inclinó la cabeza, en un gesto de disculpa

- Lo siento, Tomoe-san. Parece que no os doy nada más que malas noticias... Pero también tengo una cosa más que comunicaros, que espero que sea de vuestro agrado -concluyó sonriendo ligeramente

Los labios de la joven se aprietan, pero con un temple admirable encaja la noticia sin otra nota de emoción en su faz. Vuelve el rostro que miraba a Daidoji hacia la arena del patio, mientras su mente se abstrae.

-Continuad, por favor. +responde tras la breve pausa en tono desapasionado+ Es una noticia triste, pero mi trabajo fue debidamente apreciado incluso fuera del contexto donde correspondía, y eso es lo que importa. ¿Qué sería lo segundo?

El temple de aquella mujer era admirable, dura y fría como el hielo. Era difícil de creer que tanta fortaleza ocultase la sensibilidad artística que había demostrado en la prueba

- Chomei-sensei se siente complacido con vuestra participacion en el torneo, y ha sugerido la idea de que, de vuelta en tierras Grulla, podría organizar un evento donde podais exponer vuestro arte y demostrar vuestro talento al resto del Clan de la Grulla.

Ahora si se altera su expresión, pero con una sonrisa muy feliz.  Al mismo tiempo, no obstante, entrecierra los ojos con incredulidad.

-¿Chomei-sama dijo eso?...+susurra, pero enseguida cae que habla con el yojimbo. Si lo dijo, es así. No obstante, a pesar de su juventud, Tomoe tiene alguna experiencia en las cortes. Se humedece los labios lentamente, repasando las palabras pronunciadas. Al cabo de unos momentos añade+ Pero…mmm… es una sugerencia y una posibilidad, ¿no es así? No una certeza.