Partida Rol por web

Entráis por la puerta oeste de la ciudad. A vuestra derecha el relincho de los caballos y el olor a cuadra os da la bienvenida a la ciudad. 

- Bueno chicos, muchísimas gracias por haberme traído hasta aquí - dice Garret - De verdad, os debo la vida. Si necesitáis algo no dudéis en pedírmelo. Yo ahora iré a visitar al Hermano Grifo, en el templo de Silvanus, a ver si puede terminar de sanarme esta herida - hace una seña hacia un enorme edificio que se ve al norte de vuestra posición - Si bajáis por esta calle todo recto, llegaréis a una plaza. Allí encontraréis el Pichel Verde, la mejor posada de Aguasfuertes - Garret os da un par de indicaciones más sobre la ciudad y se despide de vosotros con fuerte apretón de manos.

- Tsk...tsk.. tsk... Gesticula con la boca el enano
- Pues lo cierto es que tengo la boca seca, y abria que descansar, nos vamos a la posada que nos ha dicho nuestro buen amigo Garret, o tenemos que presentarnos enseguida. Os lo digo, estoy sediento... muuuuy sediento
Dice el enano con una sonrisa mientras se golpea su hermosa barriga.

Me extrañaría muchísimo que nos abrieran las puertas de ningún lugar interesante de esta ciudad a esta hora, suponiendo que tal cosa exista. Si la alternativa es la posada vayamos.

- Una buena jarra de cerveza se agradecería - comenta Kellom inquisitivo - mmm y ahora que lo pienso...tengo hambre.

Sentar el culo un rato le vendrá bien a mis heridas. – Bromeó Sombra, lo que era sin duda un hecho poco común.

Clevor despidió a Garret con un gesto y se dedicó a observar el nuevo pueblo en el cual se encontraban, caminando a la par de los demás miembros del gremio. La taberna nos sentará bien, mañana podremos ir a hablar con la señora, como Lord Kennengan nos ha indicado. hizo una pausa Luego de una ardiente batalla, es necesario comer y beber en abundancia agregó serio.

Cuando llegaron a la taberna Sadrik pidió un te y una escudilla de arroz blanco.

La comida abundante es la mayor enemiga de un mago ya que embota los sentidos tanto como el vino. No podía permitirse el lujo de comer más de la cuenta y menos durante una misión.

Pensó muy seriamente en sentarse sólo en en rincón para meditar sobre la pelea y cómo podría haber causado más daño a los no muertos, pero finalmente decidió que sería una descortesía hacia su grupo y se sentó en la misma mesa que los demás.

¿Qué os gusta hacer mientras coméis en la taberna? Pensar no, desde luego, es un lugar muy ruidoso.

El enano estaba atento a que el tabernero se fijase que se habían sentado para empezar a pedir.
- Pues contestando... a ver si nos ve el tabernero... Sadrik a tu pregunta, pues a personalmente me gusta compartir la bebida y la comida con buena compañía, y contar viejas historia, como aquella vez que el gremio se enfrento no hace poco, con una Dragona Blanca, que batalla, eh Maese Clevor?, allí me hice esta cicatriz En la parte del cuello que ha desnudado para que pudieran apreciarlo, muestra una cicatriz ya cerrada, pero no llevaba mucho tiempo allí.
- Casi fui llamado a las puertas de la Gran Sala de Moradin, pero gracias a las palabras de inspiración de mis compañeros, volví a retomar aliento y vuelta a la batalla... Si, que gran batalla. Lo que no se es porque no me guarde algo de esa lagartija como recuerdo?

Clevor levantó la mano señalando a tabernero que, realmente atareado, estaba teniendo problemas para acercarse a la mesa escogida por el grupo. Parecía una noche movida, mucha gente se movía entre las mesas, ya algunos bardos comenzaban a tocar música y el ambiente se tornaba algo alegre.

Al parecer el dueño del establecimiento lo había visto y pronto estaría allí presto, cuando escuchó a Travok hablarle. Yo no me he traido nada, es verdad, pero tu maese Travok, te has traido una resistente armadura de escamas comentó mientras señalaba el armamento que portaba el vigoroso enano Personalmente me sumo a lo que comentas, especialmente cuando conoces a algún forastero o viajero que trae historias para contar de reinos lejanos, o de tiempos remotos. su cara parecía una piedra Son especialmente interesantes las historias de batallas. Como la cantidad de cicatrices que nos hemos traido de las incursiones del gremio, cada una cuenta una batalla...

Señores, he disfrutado mucho con la charla y la comida, pero creo que me voy a acostar.

El primero que se despierte que avise a los demás.

La taberna estaba bastante concurrida esa noche y el tabernero, un mediano bastante ruidoso, os atiende conforme va teniendo tiempo. La noche va pasando y, a medida que vuestras jarras y platos se vacían y vuestros estómagos se llenan, los parroquianos (en su mayoría habitantes de Aguasfuertes) van abandonando el lugar y la taberna se queda vacía poco a poco. 

- Aaah, ¡por fin un rato de descanso! - comenta el tabernero que, sin pedir permiso, coge un taburete y se sienta en vuestra mesa, dejando a un par de clientes desatendidos en la barra - A pesar de la noche tan ajetreada que llevo, no me habéis pasado desapercibidos, señores. Mi nombre es Marsh Laval, propietario del Pichel - dice refiriéndose a la posada, cuyo nombre completo es El Pichel Verde - Al pasar cerca de vuestra mesa he oído algo sobre un Gremio y un combate épico contra un dragón, así que me he dicho a mi mismo "he de conocer a estos hombres tan simpáticos". ¿De dónde provenís? ¿Sois aventureros? Por vuestras pintas diría que si...

- Estas en lo cierto, tabernero. Los mas nobles y valientes somos nosotros. Acabamos con la vida de una Dragona Blanca que casi hace perecer una mina de nobles enanos. Tan cierto como que estoy aquí hablando con vos y la cicatriz que lo demuestra, así como esta armadura que saque de las posesiones de la hembra lagartona frígida, jajaja.

- ¿Y qué os trae hasta Aguasfuertes? ¿Acaso estáis de paso o son asuntos heroicos los que os traen hasta aquí? - pregunta el mediano con todo el descaro del mundo

Clevor levantó la ceja izquierda ante la forma en que el maese enano se expresaba Claramente ya ha bebido demasiada cerveza. Aunque, para ser justos, el concepto de "beber demasiado" del humano difería en varios largos litros del expresado por el enano. Terminó de un trago largo la jarra de vino tibio especiado que había pedido y la apoyó de manera sonora sobre la mesa Son asuntos del gremio, de los cuales preferiremos hablar cuando hayan concluido. Se limpió la boca con el dorso de la mano Es un buen vino trató de esbozar una expresión neutral, de ser amistoso, no estaba seguro de que el dueño del lugar lo hubiese captado en lo más mínimo estoy seguro de que beberé otra jarra cuando el asunto esté finalizado y maese enano lo celebrará usando las tan elocuentes palabras que lo caracterizan.

Sabía que muchos lo tachaban de excesivamente cauteloso, pero prefería desconfiar y mantener los asuntos del gremio fuera del conocimiento de extraños hasta que pudieran terminar la asignación. Se reclinó sobre el respaldar de la silla, para dejar que su cuerpo digiriera el abundante guiso de puerco regado con vino que había cenado.

El gnomo casi se perdió la conversación con el tabernero. Había bebido hasta salirse cerveza por las orejas. Le daba vueltas la taberna y oía las conversaciones como si estuviera distante en algún punto lejano. Apuró su sexta cerveza y tras un eructo cayó sobre la mesa emitiendo unos ronquidos que no pasaban desapercibidos ni aún con la algarabía que invadía la sala común.
- Despertarme cuando sea de día - comenta sin levantar la cabeza.

- Vamos Clevor, sonríe un poco chaval. La vida hay que disfrutarla hasta que nuestros dioses nos reclame, y cuando así sea, que lo haga en el lecho de mi cama cuando este viejo y moribundo para poder levantar mi arma o una batalla épica en su nombre acompañado de buenos amigos. Lo cierto es que al serio de mi amigo no le falta razón sobre el tema que nos ha traído a este lugar, amigo.

Sombra observaba en una esquina de la mesa. Recostado sobre la pared intentaba recuperar fuerzas tras la escaramuza. Comió todo lo que pudo, y también bebió una cerveza, pero apenas participo en la conversación, pues su misión aún no había comenzado y ya había recibido más heridas de las que esperaba. Así que el resto de la noche intento no gastar energías y dejar que su apaleado cuerpo reposara todo lo posible. Además, después de todo era mejor disfrutar sin interrupciones del espectáculo que ofrecía el enano charlatán.

Se muere en batalla o nunca se vivió. Comentó el guerrero mientras se disponía a encender su pipa.

- Bah! Detesto cuando se ponen filosóficos - brama el mediano levantándose de la mesa y recogiendo los platos vacíos para después pasar un trapo húmedo por la mesa - Pueden quedarse a pasar la noche aquí, tal y como ha echo ese tiflin que les acompaña. No creo que sus amigos vayan a moverse mucho con la moña que llevan - dice haciendo alusión a Kellom y Sombra - Hay habitaciones de sobra arriba. El desayuno se sirve a primera hora de la mañana.

- Si, mejor irnos a descansar ya, que ha sido un día duro. Brindo por el nuevo dia que nos da los dioses.
El enano se levanta y se dirige hacia la habitación.