Partida Rol por web

El humano estaba preparado para inciar la batalla y se lanzó haciendo una rápida finta hacia la temible mole que estaba allí defendiendo el corazón del invierno.

Sadrik estaba confuso, esperaba que todos los compañeros atacaran al zafiro en el momento en el que él lanzase el misil mágico, pero viendo la envergadura del monstruo que había venido a saludarlos pensó que los cualquier golpe contra semejante mole estaría bien aprovechado.

El palpitar del zafiro le recordaba al mago un corazón y el hecho de que hiciese las inhabitable la torre con su frío le hacían intuir que era malvado.

Sin pensarselo dos veces se adelantó dos pasos y lanzó un hechizo de manos ardientes para dañar al espiritu del invierno y al zafiro. Acto seguido invocó una esfera de llamas entre el gigante y la gema con la misma intención.

Justo antes de lanzar el hechizo de burning hands Sadrik reparó en que dañaría a sus compañeros y lo cambió por el hechizo de debilitamiento que le brindaba su nueva varita, para poder reducir en algo la potencia destructiva del enemigo, pero el esfuerzo de cambiar un hechizo por otro hizo que errara completamente el tiro.

El rayo de la varita de Sadrik sale despedido y se pierde en la intensa ventisca de nieve sin llegar a rozar siquiera al gigantesco ser. En cambio, la bola flamígera abrasa a la criatura aunque las heridas que produce no son tan potente como podrian llegar a ser. 

Kellom sale del ascensor arcano y concentra todas su atención en la esfera, su verdadero objetivo. Mientras que los demás distraen al ser invocado por la esfera, el pequeño gnomo se concentra y agita su cetro. La magia féerica fluye a su alrededor y invoca su poder tratando de dañar la esfera.

El espíritu ruge enfurecido cuando Kellom asalta la gema con sus poderes feericos, como si el guardián y el zafiro estuvieran unidos. Intentando quitarse el polvo que Sombra le ha tirado a los ojos, pero sin conseguir ver bien todo cuanto lo rodea, el monstruoso ser libera una oleada de energía gélida. La arremetida es tan potente que a Travok, Sombra y Clevor los empuja para atrás y los tira al suelo.

Sombra se encuentra en una situación bastante delicada, pues se encuentra cerca del borde de la torre y el empujón amenaza con tirarlo para abajo. Si no tiene los reflejos suficientes caerá de la cima de la torre hasta estrellarse contra el suelo...

Por su parte, la gema brilla con luz azulada y dos bolas de hielo del tamaño de un puño se condensan a su alrededor y salen disparadas contra Kellom y Sadrik. Al mago le golpea en la cabeza provocando una herida muy grave, mientras que al gnomo le impacta en el pecho haciendo que expulse el aire de sus pulmones por unos segundos.

El fuerte impacto le hizo retroceder y casi caer al precipicio, si no fuera por los rapidos reflejos de años de entrenamiento e instinto de supervivencia.

El ataque del ser gelido le pillaron por sorpresa, pero gracias a la tenacidad de los enanos, el empujon fue minimo y no habia forma que el enano llegara a tocar su barriga en el frio suelo.

Ja!! Si tienes memoles intenta tirarme al suelo! Te enseñare de que pasta esta hecho un enano y servidor de Moradin. Tienes suerte que no este aqui mi tia Petunia.

El grito del gigantezco elemental hizo temblar el suelo repentinamente, casi como si la misma torre se vieniese abajo Clevor intentó mantenerse en pie mientras bloqueaba el impacto helado con su escudo. Sin embargo, aún así fue lanzado hacia atrás de manera brutal, aunque no llegó a soltar sus armas ni a detenerse por ello. Rápidamente se puso de pie y midió al enorme oponente con la vista. Esquivando las lenguas de llamas que brotaban de la esfera arcana invocada por el hechicero, se apresuró con vehemencia, corriendo con el escudo al frente embistió la pierna izquierda del gigante esperando con ello desequilibrarlo. El ser resistió, poderoso, el ataque, sin embargo el humano no cejó.

¡Si quieres vencernos deberás pasar primero sobre mí! Gritó con una voz poderosa, desafiándolo y lanzándole varias estocadas. La espada se movía blanca y veloz, y cortaba el cuerpo del enemigo con gran facilidad. La dedicación del señor de la guerra dio esperanzas en los corazones de sus compañeros, su presencia además comenzó a notarse por un brillo que mostraba su armadura fortalecida.

El espíritu del invierno evita la primera arremetida de Clevor, pero el señor de la guerra descarga toda su furia contra el monstruoso ser y abre un par de heridas en sus brazos. La nube de escarcha que se ciñe sobre el espíritu apresa a Clevor cubriéndole de una fina capa de escarcha que ralentiza sus movimientos.

Gracias a la entereza del enano, el empujon no le habia hecho retroceder mucho ni hacerle caer en el suelo. Pero otros no tuvieron tanta suerte. Avanzo entre el frio helador que dificultaba el movimiento que desprendia la criatura y se puso a su lado. Tenia justo al alcance a Sadrik para la bendicion de Moradin.

Moradin, concede tu don al llamado Sadrik, para que se siente vigorizado con tu energia y combata con teson en estos momentos aciagos.

De nuevo, el cuerpo de Sadrik se ve bañado en una aura amarilla, que aumenta su adrenalina y cierra parte de sus heridas.

Ahora era el momento de curarse un poco el mismo. Habia que aprovechar la circunstacia que estaba ciego. Golpeo con saña con su arma y parte de la energia del bicho paso atraves de ella al cuerpo del enano, sintiendose recobrado de las heridas y el mismo aura de Sadrik ahora le rodeaba a el.

Has osada empujar a un enano. A UN ENANO!?!? te voy a enseñar que es empujar.

Travok retrocede a un paso inclinando su peso y carga contra el Espiritu con tal fuerza que aparte del hielo que le cubria salio por los aires, y en esta lluvia de granizo los ojos de la criatura se abrieron de par en par a verse empujado hacia el precipio.

POR MI TIA PETUNIAAA!!!

Travok desata toda la furia de los hijos de Moradin contra el espíritu del invierno. En su empeño de mostrar lo que es un auténtico empujón, casi tira al monstruo por el borde de la torre, pero éste se agarra al saliente y evita la caída.

El espíritu vuelve a rugir de rabia y otra arremetida de energía helada os golpea y os tira para atrás.

En cuestión de segundos, cuando las heridas de la criatura empiezan a notarse, observáis cómo la nube que se ciñe en torno a él desaparece.

El enano tras los ataques queda tan exhausto que se dejar caer con la explosion de frio en el suelo yermo.

Aun estando en el suelo siente la arremetida del viento frio en su cuerpo, pero esta vez solo logra empujarlo un poco mas.

Se levanta he intenta aprovechar que esta ciego para no acercarse lo suficiente y lanzarle una daga. Al parecer el frio ha sido tal que sus extremidades le hacen pasar una mala jugada y la daga se precipicia al vacio.

Sadrik concentró su mente en la esfera flamígera, el terreno dificil hacía que moverla fuese más complicado y, debido al esfuerzo, el mago casi creyó poder ver al monstruo a través de la esfera como si ésta fuera uno de sus propios ojos.

Tras situar la incorporea bola detrás del espíritu de invierno se concentró aún más para lanzar un ataque a través de ella. Por último, extenuado y sin saber si había acertado su golpe o no, utilizó el resto de energías que le quedaban para mantener la bola de fuego en el plano de existencia en el que se encontraban.

La bola de fuego gira alrededor del espíritu del invierno siguiendo las ordenes mentales de Sadrik, pero el monstruo tiene los reflejos necesarios para echarse a un lado cuando la esfera trata de golpearle.