Partida Rol por web

De vuelta en el campamento del príncipe Thrommel, los preparativos para la batalla que se avecina están en marcha. Los guerreros afilan las armas con afán, los flecheros hacen flechas y los civiles se ocupan de la comida, la ropa y otras necesidades del campamento. El príncipe Thrommel ha abandonado el campamento para reunirse con las tropas e inspeccionar varias fortificaciones.

Dentro del refugio seguro de Leomund donde se reúne el consejo de guerra, os encontráis al vizconde Wilfrick sentado a la mesa con Serten y otro clérigo de San Cuthbert.

Saludos, compañeros - os da la bienvenida con un tono serio -. ¿Cuáles son las nuevas?

-Muerto el perro se acabó la rabia--explica Rurik al mandatario tras hacer una reverencia.

-Enséñale la cabecica, anda--anima el abjurador enano a aquel que porta el trofeo de guerra.

Soren agradecía estar de nuevo en el campamento, por raro que parezca, ya que eso significaba la oportunidad de descansar y reponer fuerzas. Bien que les haría falta, pues todavía quedaba mucha guerra por delante.

El ladrón abrió el saco y sacó la cabeza del gnoll agarrándola por una de sus orejas. Olía a mil demonios, así que no la mantuvo mucho tiempo al aire, guardándola de nuevo en la bolsa y cerrándola bien.

-Acabamos con él y con su concubina, además de otras amenazas. No ha sido fácil, pero hemos salvado el culo y cumplido la misión. Otro éxito para la Hueste Justa-dijo. Y sus últimas palabras parecían ir con cierta sorna.

¡¡Puajjj!! - exclamó con suma repugnancia el vizconde -. ¡Haced el favor de sacar esa cosa de aquí! - ordenó enfadado. Probablemente Wilfrick pensaba que era el olor propio de los enanos eso que de repente fluía por el ambiente.

Para calmar su furia, Wilfrick se sirve una taza de té mientras explica su próxima misión una vez habéis resuelto el asunto.

Nuestros enemigos están desorganizados y sus líderes lo saben. Han forjado una alianza con un liche llamado Kell, el Anciano y lo han convocado para unirse a su ejército, tal vez incluso para liderarlo.

Hemos estado siguiendo a Kell y sus escoltas desde que llegaron a Visalva en barco. Ahora viajan por tierra en carruaje a través del Bosque Gnarley. Los elfos del bosque se han mantenido neutrales en nuestro conflicto. Ya hemos enviado un emisario para solicitar su ayuda contra las fuerzas del Mal Elemental, pero hasta que no hayamos asegurado una alianza, no podemos confiar en los elfos para lidiar con Kell.

Mientras habla el vizconde Wilfrick, Serten se impacienta cada vez más antes de interrumpir finalmente. - Necesitamos que viajéis lo más rápido posible al Bosque Gnarley, interceptéis al mago no-muerto y lo destruyáis. Como Kell es un liche, se reencarnará en cuestión de días. Pero para cuando lo haga, la batalla de las Llanuras de Emridy estará ganada.

-Jum-sopesó el ladrón-. Si van en carruaje complica las cosas para interceptarles, a no ser que los embosquemos en algún punto en el que paren. Otra opción es intentar un asalto mientras viajan, pero necesitaríamos caballos o carros, y ciertamente no me gusta cabalgar.

Sea como fuere, Soren ya había anotado en su cabeza el Bosque de Gnarley como el próximo destino, además del nombre de Kell. Un liche nada menos. Afortunadamente tenían a Groac'h con ellos. Todo poder divino era más que necesario ante un muerto viviente de tales características.

La idea de enfrentarse a un liche estimuló especialmente al enano, aunque sabía que la posibilidad de terminar definitivamente con él era extremadamente remota, como el propio Serten les había advertido.

—No cabe duda de que es un reto a nuestra medida, Vizconde.

Soren tenía razón respecto a la estrategia.

—Yo apuesto por la emboscada. Me niego a utilizar otra cosa que no sean mis piernas.

-Pues sí que te veré...--masculla Rurik por lo bajo tras el feo desplante del conde mientras ayuda a Soren a guardar de nuevo la sucia cabeza en el morral del pícaro.

Luego el mago enano se limpia las manos en la parte exterior de la bolsa y asiente a las propuestas de sus compadres:

-Sí, suena bien eso de emboscar a un liche que va en carromato por el bosque. Ciertamente interesante, la verdad.

-Oye, ¿y traemos algo a la vuelta que pruebe la gesta o tampoco son de su agrado los huesos viejos de caldico? --espeta finalmente el abjurador para cerciorarse de los términos de la misión antes de partir.

A pesar de estar entre los suyos, se sintió levemente mareado ante la dantesca imagen de la cabeza del Rey Gnoll. 

Quizá he pasado demasiado tiempo lejos de los míos, pensó. Con un paso hacia atrás, se abstrajo de la reunión. Habían cumplido y los reyes, los vizcondes, con los condes todos... Todos tenían siempre una misión tras otra. El mal no descansaba y la corte, tampoco. 

Por ello, volvió a pensar en el monasterio. ¿Estaría echándolo de menos? Sonrió, buenos años. 

El vizconde hace una mueca extraña al ser interrumpido por Serten. Después escucha atentamente vuestra réplica antes de tratar de poner un poco de calma. Los enanos le resultaban muy particulares y no estaba acostumbrado a lidiar con sus primitivas costumbres.

Como ha comentado Serten, se trata de un liche. Es lo poco que sabemos de él, no tenemos ninguna información adicional ni específica sobre Kell. Aunque sí sabemos la ruta específica que tomará por el Bosque Gnarley.

Wilfrick mira a Serten de soslayo antes de continuar.

La Ciudadela de los Ocho se ha enfrentado a Kell en el pasado y es por eso que está algo nervioso con este asunto. Lo vencieron, pero no definitivamente.

El rostro del vizconde vuelve a hacer una mueca de desaprobación ante las palabras de Groac'h.

Podemos proporcionaros caballos bien preparados para el viaje hacia el bosque. Dejadme dudar de que tengáis otro medio de transporte más rápido. Como sabéis, el tiempo es crucial en esta misión.

Serten suspiró ante las palabras de Wilfrick. Eran evidentemente aliados, pero sus caracteres eran bien distintos.

Bien - dijo cuando terminó el vizconde -. Tomad estos cinco viales de agua bendita. Están bendecidos por San Cuthbert y creo que os podrán ayudar contra ese maldito liche y sus secuaces no-muertos.

Orsik se mantuvo atento a la conversación que estaba manteniendo el Vizconde. Orgulloso de haber completado la misión con éxito, de repente un escalofrío recorrió su espina al oír la palabra liche. No le gustaba pelear contra los practicantes de magia, no pelean limpio, y menos aquellos que practican las artes oscuras. Esa noticia le incitó a buscar por la tienda algo que echarse al gaznate.

Mientras buscaba algo de beber oyó el plan de Soren y le pareció una idea perfecta la emboscada, sobre todo si es un objetivo en movimiento.  Orsik decidió intervenir tras las palabras del Vizconde

—Bien, si conocemos la ruta, podemos preparar el lugar dónde ejecutarla. Según mi experiencia, hay que tener en cuanta cuatro cosas para que esto salga bien. Primero, necesitamos un lugar donde escondernos; segundo, se debe llevar a cabo en un lugar donde se obligue al enemigo a agruparse, en estas dos primeras deberíamos ayudarnos del terreno; tercero, es importante tener buenos ataques a distancia; y cuarto, si fuese necesario perseguir al enemigo es preferible realizarla durante e día...— dice mientras pasea por el refugio recogiendo el vial de agua bendita que le ofrece Serten.

—Pero también tengo una pregunta...mejor dicho, dos. Una es ¿Sabemos el número de su escolta?, y la otra  ¿Hay cerveza en esta choza?—

-Gracias--agarra Rurik el vial de agua bendita que le toca.

Sírvase usted mismo - responde Wilfrick tratando de mantener las formas  e indicando un pequeño barril de una cerveza que se antojaba exquisita.

El vizconde despliega un mapa de la zona donde podéis ver la ruta que supuestamente tomará el liche. Os llevaría unas 4 horas al galope llegar al borde del Bosque Gnarley y desde allí tendríais que improvisar un poco en su interior a través de la ruta marcada.

-Maldita sea. Pues caballos tendrán que ser... porque contar con un carro, supongo que no será posible, ¿verdad?-dijo Soren resignado.

Confió en que pudiesen disponer de algunos equinos de menor tamaño, más ajustados a la estatura enana.

Los nobles no parecían tener más información que compartir, ya que algunas preguntas de sus compañeros queradon sin respuesta, así que el ladrón tomó uno de los viales de agua bendita y el mapa y se preparó para la marcha*

Orsik coge uno de los recipientes que hay en la mesa, se acerca al barril y se sirve un buen trago <mmm..no está nada mal> piensa mientras lo saborea siguiendo atento la conversación de sus compañeros.

El mal nunca descansa. Se dijo para sí mismo mientras miraba el frasco de agua bendita. Pasó a contemplar sus heridas, estaba agotado, deseaba descansar pero... No se opondría en ir a por esa vil criatura si todos estaban conformes. 

—Gracias —dice Groac'h cogiendo uno de los viales.

No le hacía nada de gracia tener que recurrir a caballos, las bestias más estúpidas de la naturaleza, a su juicio, pero no parecía haber otra alternativa.

Por otra parte, la cerveza podía mitigar sus malos pensamientos.