Partida Rol por web

Ha ocurrido al fin. Los mayores temores de los sectarios se han cumplido, alguien ha robado su deseado objeto. Un grupo de ladrones o una secta rival se ha adueñado del objeto. Sin embargo, no son los primeros que presencian el escenario de la batalla.

Al doblar la curva los matorrales, un pequeño montículo y algunas vallas dejan ver un claro atravesado por un río fácilmente vadeable, no se hace necesario un puente y el camino lo atraviesa sin más. Cincuenta metros de campo llano separan unas rocas y el inicio del bosque del camino y los restos del convoy. El escenario idóneo para una emboscada.

Poco a poco, la escena empieza a quedar clara ante vuestros ojos. La caravana se componía de dos carros. Uno de ellos está aún de pie, a vuestro lado del río, aunque cerca de la orilla, con docenas de flechas clavadas, y el conductor y el tirador empalados en sus asientos, muertos por una lluvia de flechas por parte de los bandidos. A su alrededor, los cadáveres de siete guardias, cinco de ellos a pie, alabarderos, y dos herreruelos, todos ellos muertos junto al carruaje, su distribución indica que han sido las primeras víctimas de la emboscada. En su cara, o en lo que queda de su cara, roída por gusanos, insectos carroñeros y ratas de campo, se puede leer la sorpresa y el dolor físico. No supieron ver qué se les caía encima. Solo uno de ellos, que está mucho más alejado de la masacre, muestra un miembro seccionado y señales de lucha. Quizás cargara contra un enemigo, o quizás solo intentara huir. 

El otro carruaje, al otro lado del río en la misma orilla (como si estuviera a punto de cruzar) está tumbado y saqueado. He aquí donde el macabro dominó tocó a su fin. Sus ocupantes, algunos guardias y un oficial (noble de asècto aunque no de importante cuna), están muertos, estos sí de forma mucho más brutal. Uno de ellos con una flecha que le atraviesa la cuenca del ojo derecho, el otro empalado con su propia alabarda y el capitán muerto con una espada corta o una hachuela allí donde la armadura se vuelve vulnerable. A su alrededor, el resto de herreruelos, muertos por las flechas y por lanzas y virotes, proyectiles procedentes del bosque. 

Klins ante la escena no duda en aplaudir suavemente.

- Por todos los dioses del Caos, ha sido un asalto en toda regla, sinceramente el carruaje estaba mejor protegido de lo que esperaba, no creo que vista nuestra destreza como asesinos hubiésemos logrado una matanza tan exacta y por lo visto rápida.

- Debemos darnos prisa en inspeccionar la zona y seguir el rastro de los bandidos, no estarán muy lejos y podemos perderlos para siempre ya que estos no tienen porque ir en una ruta en concreto.

Farmiekh analiza rápidamente la situación y la disposición de los muertos para hacerse un cálculo mental de a que fuerzas se enfrentan.

Después de oír las palabras de Klins

Sorprendente deducción, parece que el granjero se va soltando poco a poco - piensa mientras sonrie

- Sin duda ha sido un plan trazado impecablemente, veamos que encontramos por aquí

Observa la escena sin quedarse para nada escandalizado.El trabajo no estaba mal hecho, pero claramente el podría haberlo hecho de una forma más brutal.Se acerca a la rocambulesca escena, intentando sacar algo en claro, a parte de los cadaveres.Comienza a oler profundamente varias veces por probar haber si podía percibir el olor que había interferido y se había marchado.

Al ver la brutal escena, Maximillian palidece. No por la sangre y las vísceras, que eran algo que no lo impresionaba en demasía, sino porque el objetivo había volado en sus mismísimas narices.

¡Malditos hijos de puta! nos lo han birlado en nuestra cara, esto ha sido obra de profesionales, no hay duda alguna. El lugar de la emboscada, muchos guardias cosidos a flechazos y los vigilantes del objeto salvajemente asesinados... Nos enfrentamos a enemigos duros de pelar.

El joven hijo del Barón Von Reinholn no deja traslucir sus encontrados sentimientos, no puede dejar entrever los signos de la derrota. De todas formas puede que la cosa no esté tan mal como pudiera parecer. Los sectarios difícilmente hubieran logrado eliminar a los guardianes y conseguir su objetivo. Los que lo habían conseguido no lo habrían tenido fácil para lograrlo, más de uno estaría herido o con suerte, muerto. Además, estarían confiados y alegres por haber logrado sus fines. Pero Max y sus compañeros no se lo pondrían tan fácil.

- Vuestra idea es buena, busquemos huellas y rastros para seguir a los ladrones. Os juro que en cuanto los encontremos acabarán degollados uno a uno. Por mis muertos.- jura el noblecito un tanto cabreado.

Klübet no duda en comprobar, uno a uno, que todos los cadáveres realmente lo son. Ni tampoco tiene reparos en comprobar lo que los muertos llevan encima, primero recoge una espada, pero finalmente opta por una pequeña hacha, más acorde a sus pequeñas manos de clérigo. Comprueba las armas de fuego, pero todas están inservibles y las que no seguramente ya están en manos de los bandidos. Los demás sectarios imitan a Klübet. Comprueban los cientos de huellas, pisadas, marcas y surcos que abundand en la escena. Aquí hubo mucho movimiento.

Revisan los carruajes, principal objeto de atención, sólo para comprobar que ya han sido saqueados, tres solitarias monedas de oro son los restos de lo que debía ser un gran tesoro material, pero también falta el objeto que estáis buscando, un objeto que Klübet conoce.

Aquí no está el orbe -comenta, ¿cómo sabe él de la existencia del orbe?

Revisan los papeles de ambos carruajes en busca de algo de utilidad, casi todo son documentos privados y correos imperiales. Papeleo burocrático de la capital con destino a la Ciudad del Lobo.

Pero entre los papeles sí que hay algo relevante, un documento oficial de los colegios de la magia, con el sello del colegio celestial, está abierto, y lo primero que Maximilian lee es el nombre de Fausto Von Adalwain, Maestro del Colegio Celeste, y enemigo declarado de las sectas del Caos. Muchas veces su padre había comentado lo peligroso que podía ser este hombre, por lo que Max decide guardar el documento para leerlo en la intimidad.

Después de darle vueltas a aquella macabra escena desde todas las perspectivas seguía igual que al principio así que Klins optó por preguntar a sus compañeros:

- Que, ¿alguna pista de por donde se fueron los asaltantes con el objeto?

- Seguid buscando queridos, si no podemos darnos por muertos.- dice Maximillian mientras observa el suelo con atención en busca de cualquier pista.

Hay...

La voz de Ibrahm se apaga un momento mientras se agacha y se pone una mano en la frente. Con la otra toca el suelo y escarba en la tierra. Todos pueden ver cómo agita su pecho y el aire de su alrededor se...¿distorsiona? Algo cambia a su alrededor. Finalmente abre los ojos y se levanta.

El objeto ha estado aquí, y ha dejado rastro...pero...

¿Pero qué?

Alguien ha estado aquí, y ha manipulado el Aethyr. Un hechicero ha estado aquí...¡Von Reinholn! Los colegios de la magia han estado aquí. Magia de los cielos. Sea quien sea ha dejado otro rastro, diría que sigue al objeto. Es posible que no hayan sido bandidos quienes lo hayan robado. No veo hechiceros por aquí.

- ¿Podrías seguir ese rastro compañero? - dice Klins animado porque alguien hubiese encontrado algo

Farmiekh un poco cansada de tanto buscar entre los restos del combate se aleja un poco de la zona de "caos" y decide explorar por los alrededores en busca de alguna rama rota o suelo pisado, etc, no debe ser muy difícil encontrar el sitio donde estaban esperando los ladrones.

Podría...-responde Blanch- pero hay algunos riesgos que nuestro líder debe conocer, él tiene la última palabra.

¿Cómo explicarles a unos ignorantes la complejidad del Aethyr? Vamos Ibrahm, resúmelo con algunas palabras vulgares.

Hay dos rastros de magia, el que nos interesa es el del poder del Gran Padre Nurgle, cualquiera instruido en sus artes podría canalizarlo y rastrearlo, con el debido cuidado por supuesto, Nurgle es un ente caprichoso y que desea poner a prueba a sus guerreros, por lo que los errores de por sí serían malos -y las bendiciones podrían tornarse en maldiciones y dolores insufribles- El problema es el otro rastro, magia celestial, yo diría que no es muy poderosa, pues su causante ha abusado de su uso. Tal vez un aprendiz. El caso es que su magia se ha mezclado con la del Caos, se ha vuelto maleable, cambiante y El Que Cambia Las Cosas podría manifestarse si cometo un error...las consecuencias son impredecibles.

Amenazantes palabras, las voluntades de los sectarios serán puestas a prueba. Wolfgang traga saliva y se agarra las manos, como queriendo evitar que le tiemblen.

-Pero no lo cometerás querido amigo- le dice a Ibrahm posando su mano en su hombro para darle confianzas y fuerza de voluntad.

-Tenemos que dar todo lo que tenemos para cumplir la misión, y tenemos mucho más que esos bastardos- termina por decir.

- Supongo que nuestro Dios te dará fuerzas para poder seguir adelante con nuestra misión ya que es su voluntad que el objeto sea nuestro - dice Klins intentando inspirar en Ibrahm confianza

- Tranquilo Ibrahm, todos confiamos en tí. Estoy seguro de que encontrarás el rastro que debemos seguir. - le dice Maximillian con una sonrisa, pese a las dificultades.

El joven noble imperial quería lograr el objetivo, aunque para ello necesitasen recurrir a los impredecibles senderos de la magia.

Gran Padre Nurgle, por favor, guíanos hasta el orbe. piensa deseando que la suerte les acompañe.

Mirando a sus compañeros con los ojos deseosos de encontrar el orbe,  viendo que no debe fallar. Si no padre Nurgle se cabrearia con nosotros por fallar en la misión.

Siguiendo el rastro de magia que había dejado el aprendiz de mago y el orbe, deseando que ese mal nacido no volviera a utilizarlo por si salia mal y que el orbe le pasara algo, el aprendiz me daba igual, solo las repercusiones que pudieran ocurrir.

Apretando el puño sin levantarlo, exclamando en voz baja y con la mirada orgullosa - Seguro que lo encontraremos, Padre nurgle no nos ha abandonado, y ese mago de pacotilla aprendera a las malas.

Tenemos que encontrarle antes de que vuelva a utilizar el orbe, ya he encontrado el rastro de magia, cuanto antes nos pongamos en marcha antes lo encontraremos - Mirandolos a todos con cara de alerta, sabiendo aún que esto parece un sitio facil para recibir una emboscada - Estad alerta por si pasa algo, no me gustaria recibir una emboscada.