Partida Rol por web

Los vientos de la magia no eran abundantes en aquel lugar, pero pese a ello Gabriella fue capaz de hilar las finas hebras del Quaysh que flotaban y se enroscaban en torno a ella, y al resto de los presentes.

Sus manos hilaron, sus labios conjuraron, pero la ausencia del firmamento y los mensajes provenientes de las estrellas dificultaron su labor. Además, bien sabía ella que los presagios de los que son imbuidos los colegiados celestes, no se podían conjurar, había que dejarlos fluir cuando se presentaban a causa de las místicas corrientes del Aethyr, aunque pese a ello, se podían encarrilar y manejar con el conocimiento apropiado.

Un conocimiento del que ahora se valía la joven hechicera.

Imágenes de detrucción acudieron a su mente. El caos lo inundaba todo, y la peste, la plaga, hacía desesperar a las gentes del Imperio. Las imágenes del posible futuro, colapsaban la mente de Gabriella, eclipsando las de los hechos inmediatos. La hechicera frunció el ceño y volvió a tejer los vientos de la magia, apartando el oscuro Dhar de ella, que la impedía ver con claridad.

La ilusión de un Imperio devastado por una terrible enfermedad desapareció, y dejó paso a un Lobo Blanco. Un símbolo. Orgulloso, majestuoso en su forma y su autoridad, el lobo miró a Gabriella y luego aulló de dolor cuando pústulas infectadas aparecieron en su cuerpo a medida que el pelaje se le caía, y era consumido por la misma enfermedad, que lo dejaba convertido en un despojo de huesos y carne cosumida por pus amarillo.

Luego el cadáver fue pisoteado por millares de pies que formaban en un tropel de botas gastadas. La imagen se amplió y la hechicera pudo ver a un ejercito de orcos dispuesto a arrasar con las tierras de los hombres. Orcos y más orcos desfilaban frente a Gabriella, en la búsqueda de sangre humana, incendiando y saqueando, y se enfrentaban a un ejercito de humanos, con los emblemas Imperiales ajenos a la enfermedad que asolaba los campos que habían más allá de ellos, y que los separaban del cadáver del lobo blanco que habían dejado atrás, muy atrás. Y entre ambos, entre el cuerpo putrefacto del lobo, y la monumental batalla entre orcos y hombres, una nueva imagen se distinguió entre los bosques. La del templario presente en la celda al que sus compañeros llamaban Lazár, siguiendo un rastro incierto desde los restos de la diligencia que Gabriella y sus hombres habían descubierto.

La hechicera se apartó y comenzó a tejer los vientos de la magia en torno a ella, con la atenta mirada de los templarios puestas en ella. Verner resoplaba y bufaba como un toro enfurecido, pero no decía nada, limitándose a lanzar miradas llenas de furia a Heinz, quién al igual que los demás mantenía la vista fija en la hechicera, pero su semblante había pasado de la furia, a una seriedad casi tutelar. La misma mirada que le lanzaría un maestro a un alumno que se esfuerza por superar la prueba más dura de su aprendizaje.

Gabriella frunció el ceño, y sus ojos vacíos y carentes de vida, se entrecerraron, como si estuviera viendo algo lejano que escapaba a la visión de todos los allí presentes, y un fuerte olor a ozono inundó la habitación.

Los más cercanos a Verner observaron como este apretaba la empuñadura de su arma tan fuerte que los nudillos que quedaron blancos, y los dientes del templario chirriaban ante la contemplación de una colegiada practicando su arte entre aquellos muros.

Poco a poco las facciones  de Gabriella se fuéron relajando.

Gabriella abrió los ojos, se la veía cansada. Antes de hablar miro a los presentes.

Os contaré lo que he visto....

Vi imágenes de detrucción.

El caos lo inundaba todo, y la peste, la plaga, hacía desesperar a las gentes del Imperio. 

La ilusión de un Imperio devastado por una terrible enfermedad desapareció, y dejó paso a un Lobo Blanco. Un símbolo. Orgulloso, majestuoso en su forma y su autoridad, el lobo aulló de dolor cuando pústulas infectadas aparecieron en su cuerpo a medida que el pelaje se le caía, y era consumido por la misma enfermedad, que lo dejaba convertido en un despojo de huesos y carne cosumida por pus amarillo.

Luego el cadáver fue pisoteado por millares de pies que formaban en un tropel de botas gastadas. La imagen se amplió y pude ver a un ejercito de orcos dispuesto a arrasar con las tierras de los hombres. Orcos y más orcos desfilaban a la búsqueda de sangre humana, incendiando y saqueando, y se enfrentaban a un ejercito de humanos, con los emblemas Imperiales ajenos a la enfermedad que asolaba los campos que habían más allá de ellos, y que los separaban del cadáver del lobo blanco que habían dejado atrás, muy atrás. Y entre ambos, entre el cuerpo putrefacto del lobo, y la monumental batalla entre orcos y hombres, una nueva imagen se distinguió entre los bosques. La del templario presente en la celda, el que sus compañeros llamaban Lazár, siguiendo un rastro incierto desde los restos de la diligencia que Gabriella y sus hombres habían descubierto.

Ja frau Muller, aun con todo prefería no…- el repentino silencio de la sala me hizo alzar la vista  instintivamente hacia Von Hauss justo cuando comenzó a entrar en una especie de trance mientras recitaba un extraño cántico. No pude evitar sentirme algo atemorizado, nunca he podido entender nada relacionado con la magia, aethyr o como demonios llamen a esas antinaturales facultades con las que pueden destruir a cientos con un simple gesto o producir abundantes cosechas sin el menor de los esfuerzos. Si hubiera sido por mi habría abierto la cabeza de la bruja de un solo mandoble o, siendo más realista, habría puesto tierra de por medio.

Afortunadamente  la cercana presencia de mis compañeros, así como la severa mirada que Von Neumann me dirigió, hizo que guardara las maneras, por lo que no me quedo más remedio que aparentar una voluntad más dura que el acero de Middenheim.

Minutos después Von Hauss recuperó la normalidad, aunque visiblemente más cansada. Recitó ante los presentes lo que habían vislumbrado sus impíos ojos  y tuvo que incluirme a mi en las visiones que el aethyr le habían imbuido. De acuerdo, por supuesto que mi cometido en la Inquisición era la de rastreador, hasta ahí todo normal pero… ¿cómo podía saber si contaba la historia completa? Y si después de seguir el rastro me apuñalaban por la espalda, y si las pústulas invadían mi cuerpo, y si…

Disculpadme Herr Von Neumann-comenté a mi superior- ¿no podría la hechicera mostrarnos un poco más sobre que nos deparará la búsqueda del artefacto?

El cuero del mango del martillo de Maul crujio cuando los nudillos del hombre se le pusieron blancos, apreto la mandibula hasta el punto de que casi se auto revienta un diente por la presion, hechiceria, daba igual, la bruja estaba lanzando conjuros dentro del templo de Sigmar...pero sera posible ser tan idiota.....Maul tuvo que recurrir a todo su autocontrol, a todo el nombre del deber para no hundirle el craneo a la hechicera...

Verner la observaba igual que el con la vena hinchada....este desplante no se olvida,aunque despues hablara, diera abundante informacion de un lobo blanco, plaga y orcos, eso daba igual ahora mismo la mente de Maul estaba algo ofuscada por la completa y absoluta ira que sentia hacia la maldita chiflada....Lazar...espera, ese era su compañero...¿acababa de pronosticar que el les iba a guiar hasta lo que buscaban?...no, espera, antes...¿orcos?...Sigmar ¿que era eso del Lobo blanco?..

Maul bajo su martillo a la altura de la cadera, con un quiebro de cintura bastaria para arrancar la cabeza a la bruja pero....joder, no tenia ordenes, el jefe no le habia dicho que lo hiciera...aunque lo deseara mas que un niño un juguete nuevo.....intentando tragarse la ira, Maul permanecio quieto y a la espera, sereno, hacia todo lo que podia por estar sereno...

Heinrich observó el ritual sin impresionarse lo más mínimo; su cara una mezcla entre desdén y burla.

Siempre igual: bailes, cánticos y mucha palabrería. Muy dramático todo. ¡Ja! Seguro que podría hacerlo sin toda esa parafernalia.

Una sonrisa asomó en sus labios. Entonces se dio cuenta de la hostilidad presente entre sus camaradas, especialmente el cardenal, y rápidamente puso cara de ofendido no fuera a quedar mal con el jefe.

¡Visiones y simbolismos! Pfff... —pensó cuando hubo terminado— Más dramatismo. ¿No podía ser más clara? Ahora habrá que encontrar el significado a la sarta de tonterías que ha dicho.

—Frau Von Hauss, ¿quiere arrojar algo de luz sobre el significado de su visión? —preguntó— Una cosa parece estar clara: nuestro siguiente destino es la diligencia atacada.

Lanzó una mirada al escupe-humos, algo contrariado por el hecho de que el explorador fuese clave para el éxito de la misión. No le habría importado que el hombre sufriera un accidente, pero al parecer habría que protegerlo.

Esperó a ver si la hechicera aportaba algo más. El inquisidor ya estaba pensando en el significado de la visión, pero quería escuchar lo que los demás tenían que decir.

¿Lobo blanco? El símbolo de Ulric y también de Middenheim. ¿Estará allí el artefacto? ¿Y los orcos? ¿Qué tienen que ver con esto? Como si no tuviésemos suficiente.

Pasmado me quedo ante la "divina" y rapida intervención de la bruja, entre espasmos y cacareos, que intento no mirar. De mis labios que se mueven a ritmo de una oración pidiendo la protección de Sigmar. Mis ojos se pierden entre el suelo hasta que porfin, cesa de hacer eso que hace.

La cara de Lazár era un poema, creo que el pobre hombre ha tenido miedo, yo tambien lo huebiera tenido, y apuesto 3 a 1 que mis buenas botas hubiera dado buena cuenta, del largo trecho que hubiera puesto entre todos estos locos. El mas loco de todos, su cara de fé de ello, parece que tiene claro que deberiamos ir a ver lo que quede de diligencia, recuerdo que un grupo de orkos estubieron bien cerca de pillarnos, asi que no mucha gracia me va ha hacer volver ha ese sitio, aun contando con algun formidable brazo. Ya hemos perdido uno, uno que creo que era importante para este camino que se nos habre,  y que irremediablemente nos va ha juntar. Camino que pienso dejar a la primeras de cambio, siempre y cuando no me repercuta en el futuro.

Encima el "locoartz", no me ha hecho ni el mas minimo caso evitando hablar de cualquier tema referido a un pago hacia mi banda, tendra mas que claro que utilizaremos el derecho de saqueo, no estamos aqui por ayudar, estamos aqui por cobrar y vivir para gastarlo.

Lo mejor de momento es esperar, parece que la suerte esta hechada y queda otra que esperar a ver como se decide nuestra suerte.

Creo que la visión nos hable de Middenheim, la ciudad del lobo blanco, asi que creo que el peligro, el artefacto o esta ahi o se dirige hacia allí. Sería bueno tener información sobre los últimos acontecimientos que hayan ocurrido en esa ciudad, eso nos daría ventaja sobre el enemigo, eso y salir a toda prisa hacia alli.- Gabriella observó a sus compañeros

¿ Que opinais vosotros ?

El nuevo jefe se hacia cargo de la situacion...pues menos mal por que el estaba ya mas que apunto de hacerle un craneo nuevo a la hechicera, calladito y comedido, se quedo al margen de la situcion con el martillo empuñado y listo para saltar en cualquier momento...esta bruja...al parecer no le habian dejado claro donde estaban, ni con la muerte de uno de sus "queridos" compañeros...en fin, por el momento, ella demostraba...joder, no a la manera que la gustaria a Maul pero demostraba que era de utilidad, de modo que permacio en segundo plano conforme cabezas mas pensantes se hacian cargo de la situacion...

Despues de que hablara Gabriella, miro al señor Artzmann. Yo ahora mismo tengo poco que contar, bajo estas nausebundas paredes, y rodeado de la peor pobredumbre que nunca imagine, ahora mismo los mios y yo sobramos, asi que mejor seguir callado.

Sigo mirando al señor Artzmann.

Verner giró la cabeza en dirección a Lazár, y le lanzó una mirada que podría haber hecho caer el martillo de Sigmar sobre su cabeza, y fulminarlo en el acto.

-No. Le dijo sécamente para luego sentenciar. Como alguien vuelva a utilizar vil hechicería dentro de estos muros, sea legal o no, me haré un monedero nuevo con su pellejo.

Von Neuman posó entonces su mirada sobre Heinz y Gabriella, y sus ojos confirmaron lo dispuesto que estaba a hacer cumplir las palabras que acababa de pronunciar.

-Es suficiente. Quiero que todo el mundo salga inmediatamente de este edificio y que se pongan de inmediato a hacer el trabajo que se les ha encomendado. Me aseguraré de que se les entregan sus pertenencias en la entrada del edificio. Les dijo a los aventureros contratados por Gabriella. Y me importa una mierda de orco cómo lo hagan, pero más les vale a ustedes cooperar por la cuenta que les trae, y obedezcan a mis hombres. Yo... volvió a mirar a Heinz. Yo voy a hacer una nueva visita al arzobispo Conrad, y usted va a acompañarme. Pero antes haremos una visita a las oficinas del palacio. Por el bien de esos burócratas y funcionarios, espero que me den el permiso que se me ha denegado esta mañana en la casa de La Llama Purificadora, o en caso contrario alguien va a tener que contratar a unos cuantos carpinteros para recolocar todas las puertas que pienso echar abajo.

Un silencio aterrador llenó la sala cuando la bruja comenzó a mover sus manos y a canturrear algo a veces en susurros y a veces en voz alta. Katherina comprendía el lenguaje que a los estudiosos de la magia se les enseñaba así que siguió con interés lo que decía la hechicera, intentando averiguar por sus palabras si estaba realmente haciendo lo que decía hacer.

Sus ojos se tornaron blancos, no era la primera vez que Kat veía eso pero lo tenía completamente olvidado así que aún dió un pequeño brinco en su sitio al igual que sus compañeros sigmaritas. La vena de la frente de Verner parecía a punto de estallar, el rostro de Maul mostraba un profundo odio por lo que se estaba llevando a cabo allí y Lázar se quedó mudo. El único que parecía menos aterrado era el actual líder del grupo de inquisidores.
La mujer se concentró, mirada fija en aquellos ojos ahora ausentes, hasta que poco a poco los vientos de la magia fueron haciéndose menos visibles para la sacerdotisa y Gabriella volvió en sí.

Kat escuchó con suma atención las palabras de la bruja y sus descripciones un tanto crípticas. Estaba claro que no había que ser muy listo para deducir que el Lobo Blanco se trataba del Dios Ulric o, en su defecto, a la ciudad de Middeheim, consagrada al Dios Lobo; de todos modos la misma Gabriella se me adelantó a sacar claras deducciones del lugar de la visión. Pero me quedaba una duda, deberia haber prestado más atención a ese grupo cuando hablaron de su viaje a la ciudad...

- Disculpen que pregunte de nuevo pero... ¿de dónde procedía vuestro grupo antes e llegar a Altdorf? Lamento decir queno recuerdo con detalle dónde fueron asaltados, para conocer si el sitio en cuestión nos pilla de camino a Middenheim o sería un rodeo tal vez inútil... - pregunto, muy seria y mirando uno a uno a los 3 aventureros y después a ella, a la hechicera.

Al escuchar a Verner una sonrisa se dibuja en mi rostro. Ojalá acabe con todos esos malditos patanes de La Llama Purificadora. Se les ha caído el pelo más abajo de lo que jamás hubieran podido pensar... Es una pena que no podamos presenciarlo...

Maul sonrio llevando el martillo a sus hombros al oir las palabras de su jefe..su primer jefe...o sea el mas alto de los dos jefes; coño que complicado, daba igual, aunque desde luego antes se afeitaba los genitales con una cuchilla oxidada que viajar con una hechicera tan...inconsecuente como esta, tenia una orden, Frau kat habia hecho un par de preguntas bastante acertadas, de modo que Maul, aunque en silencio y algo apartado cabeceo afirmativo...ademas se estaba imaginando la cara que se les iba a quedar a los de la Llama purificadora cuando llegase los dos Herr fuegos magico y Herr Neuman con la ira de Sigmar por bandera...

Por ahora, salio tras su grupo, su trabajo era protegerlos, de momento tenian tres espadas mas y un cebo para minotauras con sedas, no es que le entusiasmara que Herr neuman mandaba y despues herr Artzman, dicho sea de paso queria ver como iba a replicar Thalber a a situacion, en otras ocasiones, esos cambios de liderazgo no habian sido para bien pero...por el momento Maul, calladito estas precioso...

—Yo también he llegado a la misma conclusión —dijo convencido Heinrich—. El lobo blanco sólo puede significar Middenheim o el culto a Ulrich. Puesto que este último reside mayoritariamente en Middenheim está claro que debemos marchar hacia allí cuanto antes.

El inquisidor estaba animado metido en su papel de líder y por estar, al fin, tras la pista del artefacto.

—Frau Müller —contesto a Katherina—, si no he entendido mal, el carro en cuestión salió de Altdorf en dirección Middenheim aunque no llegó a su destino. Nuestros nuevas... incorporaciones podrán decirnos a cuanta distancia, pero debería quedarnos de camino.

Quedaba por resolver un asunto: el transporte hacia la ciudad. Heinrich imaginó que la orden proporcionaría los medios o, al menos, pagaría los costes.

Además, la bruja había tenido una buena idea —por poco que le gustase al inquisidor—. Informarse sobre las últimas noticias provenientes de Middenheim sólo les acarrearía unos minutos de pérdida pero a la larga supondría una ventaja.

Lollenda se había mantenido silenciosa, haciendo notar su misteriosa aura mística proveniente de los de su raza mediante aquella callada forma de mirar a los presentes, estudiando la situación, analizando meticulósamente cada palabras, cada gesto.

En momentos como aquel, ni siquiera sus compañeros eran capaces de adivinar lo que pasaba por la mente de una criatura ancestral como ella por mucho que la conocieran, y tan solo otro bendecido con la larga vida podría aspirar a conocerla en profundidad. Pero el único capaz de llevar a cabo tal acción, había encontrado su ansiada muertes hacia un rato, y era bastante cuestionable que lo hiciera de buena gana.

-Si seguimos las carreteras principales, dijo respondiendo a Heinrich, deberiamos llegar hasta el lugar en el que encontramos los restos del carro asaltado sin ninguna dificultad, pues no fue en un camino secundario en donde nos topamos con ellos. Claro que es un suponer, si las patrullas de caminos de vuestro Imperio han hecho bien su trabajo, tal vez para cuando lleguemos no quede nada de esos restos.

La elfa había dado un paso adelante antes de comenzar a hablar, y la majestuosidad de su raza se impuso a ella, dándole la seguridad que necesitaba para hablar en un lugar como el que estaban, pese a la situación en la que ahora se veía envuelta junto a sus compañeros humanos.

Su mirada se cruzó con la de Heinrich, y luego fue a enfrentar la de Katherina.

-Partimos desde Delberz despues de ser contratados allí.

La destitución de Thalber como líder del grupo era algo que no le pilló de improvisto, pero que sí le hizo replantearse un par de conceptos en su cabeza. Vonn Neuman, qué mal te ha hecho esta vida de pluma, pergamino y escritorio... Quizá si recordaras con más cercanía la labor de campo de los tuyos habrías sabido que hice lo correcto. Somos la inquisición, no un grupito de nenas de mamá. Dispuesto estoy a sacrificar 49 vidas si con ello puedo salvar 50. Y eso lo sabes tú también, Neuman, pero ¿qué le voy a hacer?, tú mandas. Pensó para sus adentros.

Con un leve asentimiento aceptó su degradación y acto seguido miró a Heinrich con una sonrisa más falsa que una moneda de 7 coronas. Sabía que Heinrich notaría la falsedad de su gesto, y con ello iba acompañado su pensamiento y sus mejores deseos: Un líder debe hacerse notar y para ello sus súbditos deben obedecerle, no te lo voy a poner fácil... Extrañamente ahora me pareces más feo todavía que hace 5 minutos...

Y volvió a su pose pasiva habitual, con cara de pocos amigos, como también era habitual.

La maga empezó entonces con su ritual. Brujería, palabrería, brujería, cánticos, brujería, visiones, brujería y también algo de brujería. Genial, de puta madre, ¿qué será lo siguiente? ¿Hacernos sectarios de la Lengua del Placer? No me gusta esto... Pero nada de nada... El cazabrujas estaba visiblemente enfadado.

Cuando hubo soltado su parrafada de visiones inducidas por el chute ese de droga espiritista que seguro que se meten todos los de esta profesión antes de practicar su "noble" e impío "arte" de la brujería, quiero decir... magia, vimos cual era nuestro cometido: Middenheim. Ir a Middenheim para ver si nos encontramos con un ejército de 2.000 malolientes orcos... Pero viendo lo absurdo de nuestra situación actual y de como habían cambiado las tornas, Thalber pensó que hasta seria posible cenar Lobo Blanco mutante asado con los orcos mientras corría la cerveza enana y unas elfas ligeritas de ropa les bailaban a la luz de la hoguera...

Thalber bajó la mirada y con cara de resignación meneó la cabeza. Sigmar... ¿Qué hemos hecho mal?