Partida Rol por web

La calma tras la tormenta

6.0 Dos Hombres y un Destino

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11/12/2012, 11:21
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

Tras escuchar la grandilocuente presentación de Wolfgang, el barbudo hombre mostró una complaciente y ancha sonrisa que curvó su barba de lado a lado en su rostro.

-Bien, bien. Dijo. Caballeros, deberán ustedes disculparme, pero estos hombres requieren de mi asistencia en su brete. Pueden continuar sin mí... pero... ¡Mas os vale haber llegado a un acuerdo para cuando haya vuelto, o me encargaré de que vuestras entrañas sirvan de correaje para los snotlings de la Snotbol, malditos perros sarnosos! Gritó a los hombres reunidos alrededor de la mesa, y con los que había estado intercambiando insultos de todo tipo antes de la interrupción por parte de Álvaro y Wolfgang.

Hathar alejó a los dos bribones del grupo en el que había estado debatiendo la repartición de la comida entre los heridos y moribundos, y les habló una vez se hubieron alejado lo suficiente.

-Os conozco. La elfa me habló de vosotros. Les dijo. Pero necesitaba saber que érais vosotros. Os puedo asegurar que esa princesita se encuentra a salvo, pero por poco, y seguro que ha pasado por momentos mejores. Hathar calló, y su mirada se dirigió de los ojos de Álvaro y Wolfgang, a algún punto lejano por encima de sus hombros. ¿Están con vosotros? Preguntó. Una rápida mirada reveló a los dos bribones que Hathar se refería a sus compañeros elfos. Por alguna razón, y a pesar de la distancia y la asombrosa capacidad de pasar desapercibidos, a diferencia de otros el hombre había sospechado en su relación con ellos.

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14/12/2012, 16:16
Wolfgang Ehrlichmann

Wolf también esbozó una gran sonrisa en respuesta a la del barbudo, complacido de que su perorata no solo no le hubiera molestado sino que le había parecido estupenda por la expresión de su rostro. ¡Punto para la labia del buen y viejo ladrón! Ganarse la vida como charlatán le gustaba mucho más que ir por ahí hurtando en mercados y cortando bolsas en callejones oscuros. No es que fuera mas honrado, pero por lo menos era algo que podía hacer a cara descubierta. Aunque luego acara llevándole a aparecer en carteles criminales.

Cuando preguntó por los elfos, Wolf se rascó la nuca, preocupado. No estaba muy seguro de lo que Álvaro diría en cuanto a sus salvadores e improvisados guardaespaldas, así que sería mejor dejarle al líder el tema de tomar decisiones. Por si acaso. El pícaro tenía la mala costumbre de equivocarse en los momentos cruciales y no estaban en situación de meter la pata.

Buscó a Álvaro con la mirada y alzó una ceja, inquisitivo.

 

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14/12/2012, 21:59
Director (Akrabu)

Notas de juego

Dragut ha avisado de que está sin ordenador. Vamos a darle este fín de semana de margen, y si no le penejoteo.

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25/12/2012, 11:14
Alvaro de la Mancha.

En aquel punto sin conocer a aquel maestre de campo, lider entre los suyos y fuerte como un animal temi en cierta medida la avaricia del ser humano en especial la de aquellos que ostentan cierto poder. Pensativo por un instante y bajando la voz

-no espere que estas ancestrales criaturas se den a conocer así como así, aquí se encuentran como extraños y ellas mismas prefieren dedicarse a otras cosas, son calladas y reservadas justo lo que nuestra compañera Lollenda esta acostumbrada de darnos- teniamos que ser como una gota de agua pasando como un rio, invisible -nos han salvado la vida así que estamos en deuda con ellos, pero hacemos un trabajo que queremos hacer que es que Lollenda siga con su vida y si es con nosotros mucho mejor, así que no podemos ayudarle a mucho mas, si es que usted me entiende- pequeño montón de musculos.

Esperaba con todo mi corazón ver a Lollenda, ver en que condiciones estaba y si fuera necesario salir de allí por piernas, las huidas se nos daban bien, y total habia un rio cerca.

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08/01/2013, 16:59
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

-¡Jaajajajaja!

El hombre rió estruéndosamente, como cabría esperar de alguien con un perfil físico como el suyo, y a continuación respondió a Álvaro.

-¡Sí, desde luego! Vuestra amiga no hablaba demasiado, aunque despues de lo que paso no muchos lo harían. Dijo. Tengo que deciros que se encuentra bien, pero no aquí precísamente. Cuando la encontramos había perdido todo su equipo de batalla, y estaba empeñada en recuperar ciertas armas familiares que le habían sido legadas. Buscó con algo de ayuda en el campo de batalla, pero estas no aparecieron allí donde la encontramos a ella, y despues de apretarles un poco las tuercas a alguna gente del campamento, supimos que habían sido sustraidas del campo por un buitre de la guerra llamado Rudiger Krueger, que despues marchó con eso y más junto a su compañía de mercenarios, de vuelta a Middenheim.

El hombre calló un momento para que los dos sujetos que preguntaban por la elfa asimilaran la información.

-No quiso esperar mucho, y partió esta misma mañana con la primera caravana de refugiados que quisieron abandonar este fétido matadero.

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08/01/2013, 21:29
Alvaro de la Mancha.

Maldición, si todo aquello era verdad, nos alejaba mucho de nuestros actuales planes y aunque también nos alejaba de los apestosos inquisidores y de la sucia bruja. Con un movimiento pensativo mire a un lado.

-Ha sido muy amable ayudandonos a tener una pista de nuestra compañera, solo esperamos que siga entera y que podamos encontrarla pronto ya sabe como son estos parajes, sobre todo despues de una batalla si usted me entiende-con estas últimas palabras un gesto de manos mientras me quito el sombrero agradezco al fortachón su información esperando a Wolfgang que no podra callar durante mucho rato sin soltar una perorata que todos puedan escuchar.

Con el "run-run" en la cabeza de lo ocurriodo, viajar hasta Middennheim no me apetecia absolutamente nada, sobre todo atrabesando un bosque de vete tú a saber, y con los bolsillos vacios. Bueno almenos si nos matan y nos despezadan, no sacaran nada mas de partido de nosotros que nuestra piel, ¡mala vida!

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09/01/2013, 17:02
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

-¡Es todo un placer poder ayudar a que esa princesa se reuna con los suyos!. Exclamó el hombre. Si planeais ir a Middenheim en su busca, dirigios a La Marca del Lobo. Es una posada regentada por un viejo amigo mío llamado Leopold Berger, y hacia allí mandé a vuestra amiga. ¡No podía dejar que una ricura como ella anduviera sola por la gran ciudad! ¡Jajajaja!. Rió. Le dije que me reuniría con ella en cuanto pudieramos volver a Middenheim, pero está bastante claro que no podremos hacerlo hasta dentro de bastante, y mi amigo cuidará de ella si no se mete en muchos problemas buscando sus malditas armas. Si vuestra amiga me hizo caso, La Marca del Lobo es el  primer sitio al que deberíais a buscarla en Middenheim.

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14/01/2013, 19:45
Wolfgang Ehrlichmann

- Bien, bien - Murmuraba Wolf  mientras el barbudo iba dando nombre y referencias. Middenheim. Bien. Una ciudad grande. Por fin. Wolf estaba harto de los caminos, los bosques, las tiendas de campaña y, sobretodo, del olor a sangre y muerte. Prefería mil veces el tufo a podredumbre y aguas residuales de las ciudades. Ese se te pegaba a las botas, pero nunca a la nariz. La Marca del Lobo de Leopold Berger. Sonaba bien. Y más teniendo una referencia que dar al dueño del local. Si se moría por poner los pies en una ciudad, su gaznate clamaba por una buena jarra de cerveza. Lo único que había bebido en días era agua de río. Y había estado a punto de matarle. ¡Para que luego dijeran que era mas saludable que la cerveza!

Lo que no le gustó tanto fue la identidad del saqueador que se había llevado las armas de Lollenda. Si ya de por si aquella situación era mala, tener que ir a buscar a un ladrón de semejante calibre sería muy peligroso. Y el buen charlatán ya había tenido bastantes sorpresas desagradables para todo lo que quedaba de año.

- Como ha dicho mi buen amigo e intrépido líder, muchas gracias por su ayuda. - Añadió Wolf, reiterativo – No queremos abusar mas de su buena voluntad y mucho menos sabiendo que aún tiene que hacerse cargo de asuntos de mayor importancia que esta. - Hizo una firme reverencia y sonrió, mostrando las paletas separadas de mentiroso con las que le había bendecido su señora madre – Solo una cuestión más... ¿Podría firmarnos una carta de recomendación o algo similar para poder presentarnos ante su amigo de la posada? - Frunció el gesto y torció la cara en un gesto de incomodidad – No es que tengamos las mejores pintas en este momento... – Wolf estaba más bien pálido y gastaba un buen par de ojeras. Y aunque los elfos habían sanado su pierna herida, aún le dolía al apoyarla. Eso y sus ropas sucias de barro componían una imagen bastante lamentable. Por no decir que el propio charlatán hacía esfuerzos por dar una imagen aún más patética – Y distamos mucho de ser príncipes de allende el mar... Más bien pasaríamos por pedigüeros sin techo... - Negó con la cabeza, preocupado – Es incluso posible que ni siquiera nos dejaran cruzar las puertas de la ciudad en este estado...

Lo que Wolf quería eran documentos oficiales, del tipo que fueran, con la firma o sello de alguien de rango para poder echar mano de ellos en caso de necesidad. Habiendo perdido los que tenía de la inquisición y los que él mismo había falsificado anteriormente, se sentía un poco desnudo sin nada material que apoyara sus fantasías.

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15/01/2013, 19:50
Alvaro de la Mancha.

Parecia que nuestros pasos nos iban a llevar a una ciudad grande, algo que casi me hizo llorar.

Multitudes, personas de todos lados, bolsillos llenos que vaciar, ¿que mas podia pedir? Bueno encontrar a Lollenda entera, y esperar que volviera con nosotros, aunque no se si le haria gracia al grupo de elfos las nuevas noticias, fuera como fuera y a la espera de una respuesta por los papeles "oficiales" de aquel grandullón me quede mirando, y añadi como confiado devoto:

-En cuanto llegue a Middenheim hare una ofrenda en monedas a su templo, si me trae la mitad de suerte que ha traido a esta ciudad ya seria una casualidad- lo bueno de ser un vagabundo es que nos valia cualquier ciudad para vivir, una cosa de agradecer, porque estar en esta ciudad ahora mismo son ganas de morir enfermo.

Notas de juego

Perdón por lo escaso.

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16/01/2013, 19:07
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

-¡Jaajajajaja! El hombre irrumpió en estruendosas carcajadas al escuchar la petición de Wolfgang. ¡No te preocupes! Berger fué mi superior entre Los Lobos y no es ningún sibarita acostumbrado a los buenos olores, y el refiamiento, ¡Jajajaja! Es un Ulrita de pura cepa, y el módelo a seguir de muchos de nosotros aunque sus días de batallas ya queden lejos, y tuviera que colgar las armas. ¡El tiempo es un enemigo que nadie puede vencer! Hathar se dió la vuelta, miró en dirección a la mesa en la que lo habían encontrado reunido, y tras encararse de nuevo hacia los dos bribones añadió. No obstante, no tengo ningún inconveniente en escribiros una carta para él. Hice lo mismo para vuestra amiga, así Leopold sabría que iba de mi parte.

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16/01/2013, 21:20
Alvaro de la Mancha.

Aquel hombre tenia poder y era justo y honrado, cualidades que escaseaban en los últimos años en el Imperio por duro que sonara así era, una fina linea entre lo que habia que hacer y lo que te podias aprobechar. A la espera de que Wolfgang diera por finalizada aquella charla espere paciente, no sin pensar en como se lo tomarian nuestros nuevos amigos elfos el tener que dentrarse aun mas en las tierras del imperio y teniendo que cargar con dos humanos que solos los retrasaban y los entorpecia, aunque por otro lado habiamos hecho un fantastico trabajo recopilando información que no es poco.

Atusandome el bigote espere.

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19/01/2013, 18:49
Wolfgang Ehrlichmann

De nuevo ejecutó una afectada reverencia, agradecido. - ¡Muchas gracias! - Exclamó.

Esperó entonces a que el hombretón redactara es carta mientras una idea le rondaba por la cabeza. Sabía que tenían el tiempo justo y que cuanto mas pasaran allí, más lejos estaría Lollenda, pero no podía quitarse de la mente a la bruja y los inquisidores. Miró a Álvaro. Ojalá pudiera leerle la mente y advertirle sobre la conveniencia de preguntar por aquellas alimañas. Como aquello no era posible, se lanzó a la piscina.

- Señor... Hay una pregunta que me ronda la mente y no consigo sacarla de ella - Comenzó en todo contrito - Verá... Cuando estábamos llegando a la ciudad nos cruzamos con un séquito inquisitorial... Parecían estar en plena misión, porque iban pertrechados para la guerra. Armados hasta los dientes, vaya. - Torció el gesto, incómodo. - Nos contaron una historia sobre un objeto maldito y una secta de... Bueno, ya sabe... No voy a mencionar nada mas en un lugar como este, que eso es de mal agüero - Hizo la señal de Sigmar, aguardó un segundo y prosiguió con tono inseguro - Por lo que sabemos, entraron en la ciudad en pleno ataque... ¿No habrá oído de ellos, verdad? - Seguro que si sabía algo. Parecía ser el tipo de hombre que acababa por saberlo todo. Y si no había oído de ellos, mandaría a alguien a interesarse por los inquisidores. Como fuera, Wolf tenía la seguridad de que esa información sería vital para su propia seguridad. No les gustaría encontrarse a aquella rata de Artzmann por sorpresa y tener que acabar huyendo del martillo del gigante descerebrado.

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21/01/2013, 19:49
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

-Seguidme a la mesa y os escribiré esa carta ahora mismo. Dijo el hombre dándose la vuelta y echando a andar, esperando a que la pareja de hombres los siguiera. Por el camino, escuchó lo que Wolfgang preguntó acerca de los inquisidores, y torció el gesto.

-Hummm... No. No sé nada de lo que dices. Puedo preguntar por ello, si han estado aquí alguien en este matadero debería de saberlo, un inquisidor no pasa desapercibido, sea cual sea la órden a la que pertenezca. ¿Por qué lo preguntas? Quiso saber, denotanto un tono de sospecha en su voz.

Cuando llegaron a la mesa en la que lo habían encontrado reunido, lanzó una furibunda mirada a los presentes, que habían continuado discutiendo y enmudecieron ante la llegada de Hathar.

-¡Dejad sitio perros! Gritó. ¡Al menos no perderé el tiempo en esta reunión si puedo hacer algo útil por estos dos! Les gritó señalando con el pulgar a Álvaro y a Wolfgang.

El hombre se sentó, tomó pluma, tinta y pergamino, y se dispuso a escribir la carta. Cuando terminó de hacerlo, se la tendió a Wolfgang, pero no soltó el papel.

-¿Qué pasa con esos inquisidores?

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23/01/2013, 21:46
Wolfgang Ehrlichmann

Wof torció el gesto ante la reticencia del barbudo y miró la carta con el ceño fruncido. Se había metido en un jardín del que iba a ser complicado salir.

- Lo que le he explicado hace un momento. - Dijo con total naturalidad – Nos los cruzamos cuando veníamos de camino a la ciudad y nos contaron que iban en una misión de búsqueda. No nos dieron muchos mas detalles, pero nos dijeron que había algo en la ciudad, un objeto maligno guardado por una secta de adoradores... – Sufrió un escalofrío, mitad teatro, mitad genuina muestra de incomodo por la historia que tenía su pequeño y variopinto grupo de mercenarios con aquellas bestias salidas del averno autodenominados defensores de la fe – Y que si veíamos algo los buscáramos para decírselo. Pregunto por eso. ¿No es demasiada casualidad? Llegan unos inquisidores a la zona y de repente llueven los pieles verdes... - Se encogió de hombros – Soy un tipejo cobarde, salta a la vista – Miró de reojo a Álvaro – y no me gustaría que nada saliera de la ciudad para mordernos el culo cuando nos estemos yendo. Bastante es tener que habernos metido en esta matanza para encontrar a nuestra amiga...

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24/01/2013, 09:12
Alvaro de la Mancha.

Con gesto serio, intentando no dar mas imformación de la necesaria, por si mas tarde pedian nuestras cabezas clavadas en una estaca, mire disimulado como Wolfgang salia de aquel espeso jardín con la esperanza que una vez mas se safara sin mas, el era su lengua para mi, mi espada. Y nos iba bien hasta el momento, si es que estar en medio de una ciudad casi debastada con unos elfos pisandonos los talones y la boba de Lollenda perdida por vete a saber donde, en vez de buscarnos.

Serio volvi a atusarme el bigote y a asentir.

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04/05/2013, 17:11
Director (Arclite)

Notas de juego

Esto debería ir en el off, pero sería un lío. Es posible que sea yo quien me ocupe de vosotros y tengo algunas ideas sobre qué hacer con vosotros. Pero no estoy muy puesto en qué habéis hecho antes, por lo que necesitaría algo de ayuda. Creo que después de los eventos de Delberz, (que yo provoqué XD) os separasteis del grupo...pero a partir de ahí, estoy en blanco. No sé qué hacéis con vuestra vida.

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04/05/2013, 22:04
Alvaro de la Mancha.

Notas de juego

Te respondo en el 3.0, que es el que usamos como off  en nuestro grupo.

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20/01/2014, 13:30
Guardia de Middenheim 1

El viaje había sido largo, pero al menos había sucedido sin mayores incidentes, exceptuando claro aquellas dos bestias que se encontraban despachando en la cuneta del camino los restos de algún desafortunado que o bien había caído muerto, o lo habían hecho caer.

La compañía extra no había venido nada mal hasta ese momento, pero era de entrar en la ciudad del Lobo Blanco, y la larga cola de gente que atravesaba sus puertas dificultaba el paso. La guardia, como no, cobraba sus tarifas y despachaba a los que creían que causarían problemas en aquel lugar. Había una reputación, dudosa de boca en boca, que mantener en el interior de la ciudad.

Curiosamente la masa se encontraba un tanto agitada, y por todos lados se oían chismorreos en voz bien alta a cerca de ciertos disturbios y altercados en el sector noroeste de la ciudad, cerca de la puerta. Durante la noche al parecer había ardido una posada como si de una cerilla se tratara, y se habían encontrado hasta siete cadáveres calcinados en su interior. Todo un escándalo, pues se decía que había habido lucha.

La pareja de aventureros fueron sorteando a la muchedumbre mientras ascendían la pendiente hasta acercarse a las puertas cuando al grito de: ¡Cerrarlas, ahora mismo! ¡Y apartar a toda esa gente, aun vamos a tener una desgracia! Los gritos del capitán alertaron a la gente, que comenzó a apartarse de las enormes puertas que los guardias comenzaban a cerrar. ¡Maldita sea! ¡No podían quedarse fuera! Los guardias hacían aspavientos para que la gente se apartara, o bien entraran o bien salieran, pero que lo hicieran ya.

Notas de juego

En marcha de nuevo granujas ;)

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21/01/2014, 09:50
Alvaro de la Mancha.

Parecia que habian pasado mil anos, tantos que derrepente me via agarrando a Wolfgang por la pechera para que no perderlo, no me iba a pasar lo mismo que con Lollenda dos veces. Utilizando mi cuerpo como martillo, empuje y empuje para colarme entre las puertas. Quedarse fuera de la ciudad hubiera sido ademas de un error, una manera de que murieramos por cualquier animal, ladron o frio. Y esto ultimo habiamos tenedo en cantidades inhumanas, que viaje mas frio.

Sin tiempo si no para actuar, pegue a un hombre algo mayor por detras de la rodilla para que callera con la intencion de que arrastrara a otros y formara un bulto para distraer la vista de la guardia hacia alli mientras nosotros nos colabamos, sin tantas complicaciones ayudando a todo aquel espectaculo -A mi la guardia ahi se estan pegando!- dije casi en la cara de uno para que mirara donde senalaba mi mano. En todo esto las tripas me rugian del hambre, y con la fuerza de la necesidad aparte cuerpos todo lo que pude.

Notas de juego

Hay que hablar un momento sobre nuestras pertenencias, que hemos perdido armas y todo. Voy a buscarlo a ver.

Editado: Claro, lo paso al Off.

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21/01/2014, 10:03
Guardia de Middenheim 1

El truco pareció funcionar a la perfección. Los guardias, enfrascados en apartar a la gente no hacían distinción de dirección. Empujaban a los que querían salir y tampoco perdían el tiempo discutiendo con los que entraban en el último momento. Uno de los guardias empujó a Álvaro hacia el interior y este arrastró, tal y como lo tenía aferrado por la pechera, a Wolfgang hacia el interior. ¡Vamos vamos! ¡Apartaros todos maldita sea! Las puertas quedaron libres durante un segundo que la guardia aprovechó para cerrarlas en un clamor de protestas por parte tanto de quienes estaban fuera y pretendían entrar como de aquellos que pretendían salir. Dos nutridos grupos quedaron a ambos lados de las robustas fortificaciones.

No era tan raro que aquel tipo de acontecimientos sucedieran, pues las puertas se cerraban ante los signos de disturbios para poder controlar mejor a la población. Seguramente se volverían a abrir cuando lo que estuviera pasando se hubiera solucionado. Tras cerrar las puertas el capitán agarró a su sargento por el brazo mientras muy seriamente le decía: Usted y diez hombres en esta puerta, bien cerradas hasta que yo vuelva. Comprobó el estado de su equipo y se ajustó mejor el cinto de la espada mientras alzaba la voz: ¡El resto conmigo! ¡A la posada La Luna Roja! ¡A paso ligero! Sin perder un momento salieron corriendo mientras hacían repiquetear las armaduras y tintinear las vainas de las espadas contra las protecciones de las piernas.

Los dos aventureros estaban dentro de la ciudad, y por lo que parecía, los elfos con los que habían llegado habían quedado al otro lado, lo cual tampoco resultaba una gran pérdida. En el horizonte sobre el mar de tejados de Middenheim se destacaba lo que seguramente era la causa del disturbio que se estaba dando. Una densa humareda ascendía desde la zona noroeste de la ciudad. Los guardias se encaminaban hacia ahí al ritmo que sus armaduras les permitían.