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PRINCIPALES RELIGIONES DEL MUNDO CONOCIDO

Aunque son muchos los cultos menores, las pequeñas tradiciones y los misticismos de cada región, solo tres grandes religiones se profesan en el mundo conocido. 

La Iglesia de la Coherencia

Culto a la figura del Preservador y de los Coherentes, surgido tras el inicio de la Larga Ausencia, aunque sus verdaderos orígenes se asientan en la divinización del Preservador anterior a su desaparición. Asentado en la mayor parte del viejo continente, su sacerdocio queda en mano de las Madres, y trata de mantener la Paz del Preservador evocando los principios santos de este. Mantiene una tensa relación con el Aetherium, y una relación de visible enemistad con los Vasallos del Primero. Su centro de poder se asienta en Redas, en el Hogar del Preservador, y su líder es la Santa Madre Ila XXI.

Credo: Es interesante notar algunas de las particularidades de la Iglesia de la Coherencia. Ante todo, la mayor parte de la adoración se centra en el propio concepto que le da nombre, la Coherencia, que junto al Preservador es el pilar de la religión:  los coherentes definen la Coherencia como la suma del Orden, el Sentido y la Preservación. En contraposición, tenemos la Incoherencia, conformada por el Caos, la Locura y la Destrucción. El estudio y significado de estos preceptos es el grueso de las bases de su credo. 

La Iglesia de la Coherencia defiende las acciones del Preservador como actos divinos. Es el centro de los pilares de su credo, de una forma en la que el propio Preservador es la figura esencial de la religión sin que en ningún momento se le trate como a un dios, sino como a un salvador divino. Los adláteres del Preservador, conocidos como los Grandes Coherentes, son tratados como santos y sabios, pero se les guarda menos respeto y devoción del que le otorgan los Vasallos del Primero.

La mayor parte de los estudios y dogmas de los Coherentes se centran por tanto en los tres ideales: El Orden, la Sentido y la Preservación, que componen los tres pilares de la Coherencia. De la misma forma, separan el uso del éter en dos conceptos antagónicos, el poder de la Coherencia y el poder de la Incoherencia, según se usen para uno u otro propósito. Se les ha tachado de contradictorios por esto, pero los dogmas modernos afirman que el éter solo es una herramienta, y que en unas manos u otras se convierte en una u otra cosa.

Otros de sus pilares son los enemigos de la Coherencia, los Incoherentes (aquellos que utilizan las herramientas divinas para el caos). Este calificativo se ha usado en la historia para referirse a cualquier persona sacrílega o peligrosa, y es una de las armas de la Iglesia para demonizar a sus enemigos. En cambio, los otros enemigos de la Coherencia, los Perdidos, nunca han sido tratadas de la misma forma: figuras mitológicas legendarias, los enemigos del Preservador, fueron condenados por este al Eterno Vagar durante los inicios de la larga Paz.

Organización: A nivel práctico, la Iglesia tiene una estructura férrea en las cercanías de Redas, y se va volviendo más y más laxa conforme sus sedes se alejan del centro neurálgico de la Iglesia. Así, tanto el control de la Iglesia en la sociedad como la radicalización de sus ideales se rebaja mucho en regiones como Iredia.

Las costumbres de la Iglesia se relacionan con el amanecer y el atardecer, horas a las que suelen realizarse los ritos. La Iglesia predica la vida ordenada, el sentido común y la salvaguarda de aquello que es valioso. Son, sin embargo, responsables de la quema y purga de muchos textos que consideran sacrílegos, y por tantos, enviados de la Incoherencia... Como una organización puramente conservadora y basada en el mantenimiento de los principios tradicionales, siempre ha ido atrás de todos los avances culturales y sociales. Todo su clero está formado por mujeres, las Madres, siendo la Santa Madre la líder de la organización última en Redas.

Es interesante señalar que todas las enseñanzas de la Iglesia de la Coherencia no están archivadas en un único libro, sino en multitud de textos santos, que crecen periódicamente cuando la Iglesia asimila sus avances como divinos. Cuando esto ocurre, el autor de los textos es canonizado y convertido en un Santo Coherente. A la extraordinariamente ingente recopilación de textos sagrados se la conoce como la Obra, de la cual se presupone que la única copia íntegra de todos los textos sagrados se encuentra en el Hogar del Preservador en Redas.

Otro detalle es la forma de sus templos, siempre con la estructura en forma de equis, con cuatro torres en cada una de sus puntas, en la cual una de ellas (la que esté apuntando hacia Redas) siempre es la mayor. Esto es así en honor a los preceptos, los tres menores, Orden, Sentido y Preservación, que conforman la Coherencia (la torre mayor).

A sus seguidores se les suele llamar (de forma confusa), coherentes, o, de manera más habitual, los sensatos o los ordenados. 

Es la religión mayoritaria en Iredia, Redia, Venturia, las Repúblicas Durinesas, los Dominios de Baffreim y Farania.

Minoritaria en Edoronia y el Nuevo Imperio Redano, y con núcleos muy pequeños en algunas de las otras naciones.

El Aetherium

La religión del pueblo de los etéricos. Divinizan el éter como algo sagrado, como la mera esencia de Dios. Carecen de una organización central, y en cada etería el Aetherium es gestionado por el Idifas, el líder político y espiritual de su pueblo. Despreciados y vilipendiados en todo el mundo conocido, a veces se les identifica con la organización ficticia del Aether, que ocupa muchos cuentos y leyendas.

Credo: el Aetherium es la más antigua de las grandes religiones actuales, y la única que ha convertido de sus creyentes en un pueblo cerrado y orgulloso. No hay distinción alguna entre el culto y el pueblo, pues uno y otro son en esencia lo mismo: si eres del pueblo, es porque crees, y viceversa. 

El Aetherium basa todas sus creencias en una serie de complejos ideales llamados Aeteidias, que tratan de explicar la realidad del mundo en base al éter. Según la consideración del pueblo etéreo, el éter no es algo, sino "Algo". Aunque Dios es una palabra que no utilizarían jamás, para ellos el Éter es, en esencia, el poder de Dios. Lo llaman, en su lengua, el Poder de la Creación y consideran su presencia un mero acto de salvación. Es por ello, quizás, que el pueblo este tan adaptado a la constricción y el sufrimiento, pues creen que el Éter les acabará acogiendo cuando todo acabe si se mantienen fieles a sus principios. Consideran que el mundo del éter es lo que llaman "El mundo al otro lado del espejo", la realidad de la Creación, que espera a todos cuando fallecen.

Aunque la religión no diviniza ni santifica al Preservador, si que le reconocen como el Tocado por el Éter, un héroe entre héroes. Es una de sus figuras primordiales, pero no consideran sus actos distintos de los de un hombre cualquiera. Sobre lo que si coinciden es sobre la existencia de los Perdidos como en la Iglesia de la Coherencia, a los que llaman los Daerial. En la religión de los Aetherium, estas figuras míticas son peligrosos monstruos corruptores que absorben el poder de la creación y lo pervierten. Por lo demás, apenas hay figuras literales en su culto, que se centra más en la veneración del Éter y en su entendimiento.

Los Aetherium tienen su propia lengua (el etérico, o el aethero). Aunque todos ellos saben entenderse en la lengua de cada región, la mayoría del pueblo aprende su lengua histórica en mayor o menor medida.

Organización: los Aetherium carecen de un libro sagrado. En cambio, basan toda su tradición en leyendas orales, mitos y cuentos adoctrinadores que fortalecen la idea de los suyos como un pueblo devoto y sacrificado pese al odio y los castigos que han sufrido durante milenios.

Los Idifas pasan su sabiduría a los niños del pueblo, y a sus aprendices, y son las figuras más prominentes de los poblados etéricos y los guetos. Suelen ser los representantes de los suyos y sus gobernantes la medida que se les permita. Hombres y mujeres pueden ocupar por igual el cargo, aunque siempre suelen ser ancianos, los más sabios de cada comunidad.

Los guetos donde todo el pueblo vive se denominan eterías. Casi cualquier ciudad importante tiene una: pequeños barrios amurallados donde viven hacinados decenas de miles de seguidores, luchando por sobrevivir sin casi espacio para ello. En ocasiones estos barrios están dentro de la ciudad, a veces en las afueras. Algunas comunidades se alejan de las grandes ciudades y montan sus pequeños poblados lejos de la civilización. Esto suele darles algo de tranquilidad y espacio, pero también dejarles indefensos ante los peligros de vivir lejos de la sociedad.

El lugar de culto es el Salón del Idifas. Suele ser el único edificio circular de las eterías, y estar rodeado de un pequeño parque con árboles, algo rarísimo en los guetos por la carencia de espacio. 

Hay muchas leyenda negra sobre los aetherium entre la población coherente. Por ejemplo, muchos creen que los Idifas no son los verdaderos líderes de los Aetherium, sino que hombres poderosos gobiernan a los aetherium en la sombra usando oscuros poderes para controlar el mundo. Algo que cualquiera que haya vivido entre la pobreza de una etería podría negar, claro: si los aetherium gobernaran el mundo, su pueblo no viviría en la más absoluta opresión allá donde vaya.

A sus seguidores se les suele conocer como los etéricos o los etéreos, aunque ellos siempre se denominan el Aetherium, una unidad, un pueblo. El pueblo suele ser llamado el pueblo etéreo.

Es una religión minoritaria en todo el mundo conocido, y tratada con desprecio y xenofobia en todas partes. Y aunque es minoritaria, hay abundantes comunidades en todas las grandes ciudades del mundo, donde en ocasiones la población de aetherium es elevadísima, casi un tercio del total, pese a ocupar siempre un espacio muy pequeño del territorio. 

Los Vasallos del Primero

Culto en el Gran Caifar de Ranvés y en el este del Viejo Continente, devotos de la figura del Primero, el elegido del Preservador. El culto se distancia de la Iglesia de la Coherencia en el concepto de la Paz del Preservador, y asegura que el Preservador y el Primero lucharon contra la Incoherencia, y que sus vasallos deben seguir luchando contra ella. Su líder es el Segundo, Er’Assar XVII.

Credo: Los Vasallos del Primero son una religión nacida en paralelo a la Iglesia de la Coherencia durante los tiempos de los grandes Imperios. En muchos aspectos similares a los coherentes, la principal diferencia entre ambos es en la visión de la Paz y la Incoherencia.

Los Vasallos creen, por encima de todo, en la lucha contra la Incoherencia, a la que definen como la reencarnación de la vileza en el mundo. Según su percepción, la Paz del Preservador solo existió porque él luchaba por nosotros, y cuando este se fue, el Primero, el líder de los Grandes Coherentes, fue el encargado de defender la Paz en las tierras del Estado del Primero. Por ello, ante todo, los Vasallos creen en que el deber de los elegidos del Preservador es la lucha por el mundo.

La religión sigue la obra del Primero, que no tiene más nombre que ese, y de los Verdaderos Grandes Coherentes, los portadores de la llama del Preservador. El libro santo es el Ai'Cadan, que se traduce como las Últimas Voluntades, escrito por el Primero y con pasajes de los Coherentes. La religión niega a muchos de los fundadores de la Iglesia de la Coherencia como Grandes Coherentes (los llaman los Falsos Salvadores) y considera a esta religión como el inmovilismo responsable de la decadencia del viejo continente. 

Los preceptos de los Vasallos se basan en el honor, la responsabilidad y la lucha contra la Incoherencia. Es una religión que propicia el militarismo, a la par que intenta mantener unos principios de honorabilidad y responsabilidad social. 

Organización: Su líder históricamente recibe el título del Segundo, el que sigue al Primero en su lucha. Se les considera casi divinos, y su palabra se obedece como un mensaje sagrado por todos los vasallos. Los sacerdotes reciben sus títulos en función de su distancia con el Segundo (Terceros se encargan de grandes provincias, Cuartos de ciudades, etcétera). Para ellos, el Preservador y el Primero son dos figuras de casi la misma entidad. 

Los templos de cultos reciben el nombre de las Ar'Diras, que se traduciría como algo parecido a Armerías. Suelen más torres, pero mucho más pequeñas, cuanto más lejos están del Segundo. 

A sus seguidores se les conoce como los vasallos. También se les llama los primeros, aunque es un nombre poco agraciado.

Es la religión mayoritaria en el Gran Caifar de Ranvés, el Nuevo Imperio Redano y el Imperio Drabunide. Existe minoritariamente en Iredia e Erodonia.