Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Prólogo - Senderos del destino.

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28/07/2019, 23:44
Eikon

Me parece que eso puede esperar por el momento, no creo que nos convenga que el único juego de llaves que queda salga de aquí en este momento —apostilló, sin señales de querer entregarle las llaves a Cael—. Creo que son cosas que pueden esperar, al menos, hasta que todos nos hayamos instalado —prosiguió, mirando a los demás en señal de aprobación o negación, al fin y al cabo ahora eran una unidad y las cosas, como menos, se decidían por votación o algo por el estilo. Al menos esa era su percepción.

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29/07/2019, 01:33
Esla d'Iridar

Despidió a Finnaes con una pequeña reverencia de la cabeza. Apenas había tenido contacto con ella durante un rato, pero la letrada se había ganado su respeto casi de inmediato. Su forma de hablar y de referirse a la casa la hacían sentir como algo vivo, incluso en un momento en que pasaba por una especie de refundación forzosa.

Después comenzó el ir y venir de firmas de contratos. Varios de sus compañeros, incluida Arden, se ofrecieron a firmar. Cuando Adalo se le acercó, ella hizo lo propio con su contrato. Su primer encuentro no había ido de la mejor manera posible, su mirada lo dijo mientras el caballero se acercaba, pero no titubeó a la hora de firmar el contrato.

Cuando el caballero alzó la voz, Esla sonrió de medio lado y negó con la cabeza. Sabía que iba a tener más encontronazos con aquel hombre, pero también que se trataba de un aliado muy valioso.

-Sabias palabras, señor di Taran. Estoy segura de que su experiencia y habilidad en combate se convertirá en un valor esencial para los desafíos que tenemos delante – se detuvo entonces un momento - Si me disculpa me gustaría hacer una serie de observaciones personales. Por mucho que seamos una casa de la guerra, no somos un ejercito propiamente dicho. Ni la mayoría somos soldados, ni creo que hayamos venido a serlo. En un contexto como el nuestro, poderoso puede tener muchos significados muy variados y difícilmente comparables unos frente a otros. No tengo la menor duda de que un estudioso pueda ser un excelente capitán, igual que lo sería un guerrero, y sus talentos son difíciles de evaluar frente a frente. Mañana decidiremos el mando, y lo haremos según las normas ya definidas por la casa, pero si de mi dependiera me inclinaría antes por agrupar un conjunto diverso de talentos, capaces de enfrentarse a problemas de diferente índole, que por escoger a los mejores combatientes de entre nosotros. Por supuesto ello no excluye a nuestros mejores combatientes, pero no creo que el mando deba cederse en exclusiva a la habilidad con la espada – volvió a hacer una pausa, mirando al resto de sus compañeros – Mañana será importante saber que es lo que todos podemos contribuir a la casa, en especial de aquellos con pretensión de liderazgo - asintió mirando a Inara - En el caso de algunos – miró a Adalo – hay una parte que es evidente debido a su experiencia pasada, o a su ascendencia – miró a Cael -, pero algunos casos aun guardan un poco de misterio – terminó en Gavilano.

Había tratado de mantenerse cortés en todo momento. Pese a estar enfrentando su criterio al de Adalo, no pretendía atacarle. Lo que había propuesto era lógico, pero no lo que ella buscaba en la casa, y confiaba en no estar sola en su visión.

Aprovechó entonces para hablar con su hermana, con quien apenas había podido cruzar algunas palabras desde que llegasen a la ciudad. Había muchas cosas que quería decirle, pero en aquel momento había asuntos más importantes de los que ocuparse.

Más tarde, mientras se preparaba para ir a buscar su habitación, reparó en la conversación entre Cael y Eikon acerca de las llaves y se acercó.

-Yo también estoy de acuerdo con el señor Venture en que sería importante hacer copias de las llaves. Hoy mismo hay varios miembros con planes que involucrarán entrar o salir tras la puesta de sol, y creo que sería conveniente asegurar que pueden volver a la casa, sin necesidad de mantener las puertas abiertas durante la noche. Mañana estoy segura de que muchos asuntos requerirán entradas y salidas continuas, y no creo que vaya a ser conveniente retrasarlos esperando por unas copias que podríamos haber hecho hoy. Dado que el señor Venture – miró a Cael – tiene un compromiso después, me ofrezco a acompañarle para traer de vuelta las copias en caso de que no tuviese tiempo de volver durante el día de hoy. Por supuesto, cualquier miembro de la casa estaría invitado a acompañarnos.

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29/07/2019, 01:46
Esla d'Iridar

-Arden, necesito que te encargues de explorar la casa ¿puedes hacerlo? - le preguntó en voz baja - Necesitamos saber si hay algún tipo de trampa o entrada oculta. La desaparición suena mal...

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29/07/2019, 05:42
Peara de Valdebrian

 Peara ya estaba haciéndose ausente en la sala cuando Gavilano corrió a su asistencia, viendo necesario acompañarla. No le gustaba ser "la compañera herida" del grupo ni que la estuviesen socorriendo cual princesa, pero tampoco podía negar que tenía un lindo chichón en la cabeza y que curarse sola sería un fastidio. Por lo que vio correcta la decisión del rubio extrovertido, al cual le asintió con la cabeza en señal de que aceptaba su ayuda.

- Oh, gracias... no tiene que molestarse, pero... gracias...

 Aunque, antes de retirase, Peara vio la necesidad de intervenir en la conversación. No por el tema del liderazgo o de salir a conocerse y tomar: eran dos cosas que no le llamaban demasiado la atención. Sino por la cuestión de las llaves: realmente terminaría siendo un problema tener una única copia para un grupo tan grande y variado como los presentes; los cuales apenas se conocían y ahora debían confiar que el único juego de llaves se encontraba en buenas manos.

- Ehm, no quiero interrumpir, pero... yo he estudiado en la Facultad del Éter y... sobre el tema del único juego de llaves... ¿les parecería si intento crear otras copias? Si repartir las llaves resulta ser un problema, y realmente no hay tiempo para forjar nuevos juegos, podría darle un intento a hacer copias con el éter.

 Peara creía que era el momento indicado para dar a conocer sus facultades con el éter: no solo lo había preguntado Gavilano, sino que era mejor que se conocieran esa clase de cosas cuanto antes. La gente podía ser algo desconfiada con los usuarios de semejante concepto. No podía negar que estaba algo nerviosa de realizar semejante sugerencia, pero el momento lo apremiaba.

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29/07/2019, 15:40
Gavilano

Gavilano escuchó las respuestas a su propio alegato con cierta curiosidad mientras se acercaba a la puerta del salón. A esas alturas, ya se había dado cuenta de que iba a resultar tremendamente difícil crear un ambiente de confianza entre tantas individualidades tan fuertes como las que se habían reunido con opiniones tan diversas. Enarcó una ligera ceja cuando Inara se refirió a Hiparchia como su señora, a pesar de que ahora eran completamente iguales. En ocasiones, la libertad podía dar vértigo.

Sin embargo, aun estando preparado para escuchar cualquier cosa, no pudo evitar sorprenderse cuando el veterano guerrero propuso que la jerarquía se decidiera en un enfrentamiento directo.

Estaba buscando palabras para contestar al antiguo militar cuando una de las gemelas d’Iridar se le adelantó y con algunas frases bien elegidas expuso una opinión que no difería demasiado de la que él mismo acababa de dar. El joven asintió levemente a las palabras de la gemela, y cuando ésta mencionó los talentos de cada uno de ellos, que él mismo no había revelado, se limitó a sonreír con cierta picardía ambigua.

Pero cuando la charla regresó al tema de las llaves, demasiadas opiniones cruzadas comenzaron a lanzarse al respecto. Y la más curiosa llegó de alguien que no esperaba, la mujer herida que se había presentado como Peara.

-Aunque no niego que sería una excelente demostración de tus capacidades… -Contestó a la propuesta de la Lectora. Lo cierto era que, en realidad, le gustaría ver un intento así, pero el sentido común le decía exactamente lo contrario. -Salvo que estés muy segura de lo que vas a hacer, tal vez sea mejor hacer las copias de forma algo más convencional. Sería un problema que un accidente nos dejara sin ellas.

-Señorita d’Iridar, Esla. -Continuó, mirando hacia los nobles que habían propuesto efectuar la copia en ese mismo instante. -Os sugiero algo. Dejad que Eikon abra ahora todas las puertas de la mansión, y entonces os dejaremos las llaves para copiarlas. Así, mientras regresáis, podremos ocuparnos de poner esto en orden y tratar de encontrar alguna pista sobre lo que ha podido pasar aquí. Eso sería una solución aceptable, ¿no creéis?

Hizo una pausa para escuchar las respuestas, y luego se dirigió de nuevo hacia la Lectora.

-Ayudar no es ninguna molestia entre compañeros. -Respondió alegremente, y mirando a Peara con interés añadió. -Y en cualquier caso, si eres capaz de hablar la Lengua… cuando hayamos echado un vistazo a tu herida, me gustaría que nos acompañaras a la sala de Espejos… a ver si podemos encontrar algo allí.

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29/07/2019, 19:14
Director

La discusión parece a punto de enquistarse, sin nadie ser capaz de decidir muy bien qué hacer con el dichoso manojo de llaves cuando la propuesta de Gavilano os simplifica el debate.

Algunos dejáis vuestras maletas en el salón, otros os ponéis a deambular por la casa. Al cabo de un rato, las puertas de la mansión están abiertas… Excepto las habitaciones. Algunas de estas sí que están abiertas, pero otras están cerradas a cal y canto y el juego de llaves de Finnaes no sirve para abrirlo.

Al final, decidís dividiros en vuestros propósitos. Eikon es el primero en encaminarse a explorar la mansión. Lo acompañan en la exploración Adalo, Inara, Arden, Viero e Yria. Aparte de estos, Gavilano y Fantina acompañan a Peara a la enfermería antes de dirigirse a la sala de comunicaciones. Vairan permanece por ahora en el salón, con la compañía del mudo Corlas far Fussein.

El resto decidís dejar las Rarezas. Algunos para copiar las llaves, otros para hacer algunos asuntos personales. Cael y Esla salen a hacer la copia de las llaves, y el joven Edirian decide acompañarles. Hiparchia, por otro lado, prefiere salir sola a ocuparse de algunos menesteres.

Así… Comenzáis vuestro propósito. Vuestro contrato para la casa de las Rarezas acaba de comenzar.

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29/07/2019, 19:15
Desconocida

No muy lejos de allí, en una calleja de Duriel, una mujer se arrastra cargando sus juguetes y los restos de un viejo libro. Sus ropas son harapos, y uno de sus ojos mira sanguinolento a una rata salir de un agujero. Se relame antes de dejarse caer en el suelo.

No está siendo su día más lúcido. No lo sabe, pero es así. No ha tenido más que un instante de lucidez, y lo ha malgastado. Tampoco lo sabe.

Pero lo sabrá.

La mujer abre su cuaderno, y saca unas pinturas viejas. Y comienza a pintar.

Pinta una casa de cuatro plantas y tres puertas, enorme. Una casa donde hay figuras rojas y agujeros y vacíos y manchas rojas. Muchas manchas rojas.

- Jiji – se ríe, sin saber lo que pinta.

Y entonces, en un ápice de lucidez, comienza a pintar en amarillo sobre el dibujo, una espiral, una espiral que danza y danza y lo cubre todo, la casa, la mansión, las figuras, el papel, el cielo, el callejón y hasta la rata que se aleja de sus dientes en busca de algo mejor.

- Ya ha empezado – dice entonces, aunque nadie la escucha y se olvida de apuntarlo-. La convergencia ha empezado por fin.

 

- FIN DEL PRÓLOGO -