Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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01/08/2019, 04:40
Peara de Valdebrian

 Peara le sonrió a Gavilano por sus comprensivas y sensatas palabras, así como le agradeció a Fantina por sus servicios como cuasi-enfermera. Estaba a punto de hacer una reverencia ante la muchacha, pero se percató en el acto de que no era una persona ni de la nobleza ni de la burguesía. No hacía falta.

- Por el momento no sé si lo mejor es contarles a todos sobre mi sueño... ni siquiera sé si fue una buena idea haber revelado mis conocimientos sobre el éter tan pronto. Estoy en una encrucijada entre confiar en mis nuevos compañeros ciegamente o ser una ermitaña paranoica. Suena extremista, pero a veces es difícil saber que contar y que no... especialmente cuando las paredes tienen oídos...

 Dejando de lado las inseguridades pasajeras, Peara se levanta de la camilla y asiente ante la idea de Gavilano de ir a otros lugares de la Casa.

- Sí, vamos a investigar un poco este lugar... usted había dicho de un lugar que quería que yo viera, ¿no es así?

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01/08/2019, 08:47
Gavilano

-Como en casi todas las encrucijadas… -Contestó un sonriente Gavilano. -El truco está en saber tomar el camino del medio. Me alegro de que hayas comenzado a confiar en nosotros y sobre todo que nos hayas contado ese sueño, pero hasta que sepamos qué tipo de gente son los demás, es mejor ir con cuidado. Especialmente con asuntos… poco mundanos.

-Supongo que mañana, cuando hablemos en serio de quiénes van a ser los oficiales, podremos ver de qué pasta están hechos y en quién se puede confiar. De momento tenemos a ese principito, Cael, que cree que tiene que mandar sólo por haber nacido noble, y al anciano que quiere que nos batamos en combate para decidirlo. -Sin preocuparse por disimulo alguno, el joven bufó con desprecio y puso los ojos en blanco. -No he venido a este sitio para seguir a nobles arrogantes o a sargentos que sólo piensan en quién pega más fuerte. Se suponía que la Casa de las Rarezas era diferente. Yo sigo pensando que el liderazgo es un tema de confianza, incluso antes que de competencia. ¿Qué pensáis vosotras?

-¿Las gemelas lo saben también? Lo que viste cuando te desmayaste, quiero decir. -Añadió de improviso, cuando se percató de ese detalle, y guardó silencio un momento, meditando sobre qué podrían hacer las dos jóvenes nobles con esa información.

Después, cuando Peara preguntó acerca de para qué quería un Lector, Gavilano la miró con seriedad y no contestó de inmediato, sino que se tomó su tiempo para ordenar sus ideas. Era evidente que, a pesar de su seguridad, la situación también inquietaba al joven.

-Sí, ya que conoces el Éter… -Dijo, preparándose para salir de la enfermería. -Quería echar un vistazo a la sala de espejos contigo. Tengo… un presentimiento extraño sobre ese sitio. En un mundo como éste, la sala de espejos es casi el corazón de una organización que pretenda explorar lo inexplorado. Y ahora está destrozada. Pero es la única estancia rota. Sin lucha. Sin testigos. Sin nada. Si hay alguna pista que podamos encontrar, estará ahí.

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01/08/2019, 17:28
Director

Abandonáis la enfermería y avanzáis hacia la sala de comunicaciones, que es continua a la que os encontráis. Peara tiene una venda en la frente, que no necesitará más que llevar unas horas. 

Nada más entrar notáis que no hay mucho que discurrir sobre lo que ha pasado. A diferencia del resto de la casa, donde no es fácil discernir lo ocurrido, en la sala de comunicaciones alguien se ha dedicado a romper todos los espejos con saña y esmero. La sala cuenta con un espejo central para comunicarse y pequeños espejos de enlace con los distintos miembros de la casa… Pero no hay ni uno solo que esté en menos que pequeños añicos. Y todos los cristales están tirados y mezclados por el suelo de la habitación.

En la sala, decidiendo cómo proceder se encuentran Eikon, Inara, Adalo, Arden y Viero.

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01/08/2019, 17:31
Director

Tras un vistazo superficial por toda la mansión, acabáis en la sala de comunicaciones. Sobre el suelo lleno de espejos rotos, Inara y Viero debaten sobre como proceder. Tenéis toda la mansión para intentar explorar: Inara propone ir a las habitaciones, pero el resto por el momento meditan indolentes sobre a donde ir.

En ese momento entran en la sala Peara, que lleva una venda en la frente, Gavilano y una tímida Fantina, que les sigue a cierta distancia. Contemplan la sala con cierta curiosidad.

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01/08/2019, 17:34
Director

Para algunos, es la primera vez en una sala de comunicaciones. Otros en cambio, habéis visto algo así más veces. 

Los espejos de éter solo conectan uno a uno. Es una de las viejas reglas que no han seguido mutar: un espejo muestra lo que reflejaría el otro, y viceversa. Por tanto, los espejos de éter siempre vienen en parejas. Lo que se hace en las salas de comunicaciones es enlazar dos espejos distintos y ponerlos en frente, para transmitir la imagen a un tercero no enlazado. A veces se enlaza directamente, otras veces se enlaza entre distintas operadoras. Un ejemplo es el siguiente.

En la mansión, por lo que parece, todos los reclutas de la Casa tenían un espejo y dejaban la pareja de este en la sala de comunicaciones, pudiendo enlazarse a todos los miembros de la Casa independientemente de donde estén. Al romper los espejos, han cortado las comunicaciones por completo con los miembros que se encontrasen fuera de la casa durante el incidente. Bien es cierto que si alguien de fuera intentase comunicarse, notaría de inmediato que ha perdido la comunicación, así que podría encontrar alternativas para ponerse en contacto, pero hasta que esa persona no intentase comunicar con la mansión... Será muy difícil que se de cuenta de lo que ha pasado.

Actualmente, el único miembro de la casa del que tenéis constancia que se encontraba fuera es Andon Dubio, como ha declarado Viero y Edirian y los suyos: Dubio iba camino de Calendia, capital de Darguia. 

El destrozo... Es difícil rastrear como ha podido ocurrir, más allá de especulaciones. Lo que está claro es que quien fuera ha sido muy meticuloso. Los cristales están totalmente mezclados y triturados en piezas diminutas. Reconstruir un espejo parece un trabajo realmente complicado. 

Notas de juego

Si queréis investigar más en la sala, declarad lo que hacéis. Si queréis iros por vuestra cuenta a otras salas a investigar, lo mismo, pero dejadme claro que hacéis :).

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01/08/2019, 17:41
La Sonriente

La Casa de las Rarezas, al igual que la Casa de los Sonrientes de la Luna Dorada, no es una casa como las otras. Sus funciones y servicios van más allá del manido y poco sorprendente arte de la guerra. Los servicios de las Rarezas pueden ser diversos y la Casa no guarda enemistades con ningún particular, según tengo entendido. ¿Quién anda detrás, entonces, del intento de embargo? ¿Qué intereses ocultos subyacen bajo la improbable desaparición de la Casa? 

Es difícil saber que piensa la Sonriente. Muy difícil. No ver su rostro ayuda, escuchar una voz común y atonal, ausente de tonalidad lo hace más complicado. Pero lo que es más complicado es presuponer que puedas obtener información gratuitamente de alguien así. La Casa de los Sonrientes de la Luna Dorada es probablemente la más temida de todo Duriel, porque si algo no saben los Sonrientes, bueno... Nadie lo sabe.

Y si quieren compartir esa información, teme que te la den a cambio de nada. Porque si no quieren oro, o información a cambio, lo que quieren es que sepas algo. Y... Si quieren que lo sepas, no esperes que sea por nada bueno.

- Sé que no te gustan los juegos, Hiparchia. Ni la política. Que crees vivir al margen, no, por encima de todas estas tribulaciones - comenta sin responder la voz femenina tras la máscara-. Pero compláceme, por favor. Quieres información. Solo te la daré si respondes correctamente a una pregunta.

El camarero le sirve la taza de café. Ves que la sonriente saca una sencilla pajita de su vestido ajado, y sin quitarse la máscara, bebe su bebida antes de preguntar.

- De todas tus características personales, ¿cuál crees que será la que te conducirá a la perdición, Hiparchia de Menas? Estate segura de que tengo una respuesta, una sola, y no es un acertijo banal, porque tengo la información de aquello que te llevará a la ruina. Y como tu persona me fascina y me entretiene, y pareces creer que puedes comerciar conmigo sin más, me gustaría que me dieses una respuesta honesta y sincera, si es que puedes - suelta toda esa retahíla sin inmutarse, sin cambiar su voz ni su tono, intercalando la petición con tragos de café.

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01/08/2019, 17:52
Cael di Venture

Se imaginaba que alguien se acoplaría a hacer las copias, al fin y al cabo ahora mismo cuando desconfiaban unos de otros dejar a una sola persona el cuidado de lo único que podría abrir las puertas de la mansión sin recurrir a métodos ilegales era contraproducente. Lo que no esperaba es que de los casi nulos candidatos que se presentaron para hacerle compañía, la que diera un paso al frente fuera Esla.

Cael sonrió ante su iniciativa y, lejos de estar incómodo, parecía que era justamente lo que estaba esperando. Un regalo caído del cielo se podría decir al que no iba a negarse.

Tenía las llaves en sus manos, volteándola entre sus dedos de manera despreocupada mientras caminaba al lado de Esla y por delante de Edirian, el menudo joven en el que apenas había reparado. Por suerte para él conocía los caminos, teniendo un mapa mental en la cabeza de las zonas comunes y los callejones que transitaba más o menos gente.

- ¿Es vuestra primera vez en Duriel? – Sabía de la tragedia que debieron de sufrir ambas aunque posiblemente no podía imaginarse ni un pequeño porcentaje de la realidad, aun así lejos de mostrarse descortés parecía realmente interesado en entablar una apacible conversación con la noble.- Me gusta el ambiente, pasear por sus calles. Sin duda es una ciudad viva.- Vio los carruajes y sus conductores apoyando la espalda en las puertas de los mismos, esperando a cualquier transeúnte que requiriera de sus servicios.- Si no os importa llevo demasiado tiempo en el mar, me gustaría caminar un poco con los pies en el suelo. Además, no está demasiado lejos.- Dejó la petición en el aire por si Esla prefería usar un método más rápido, aunque si terminaba aceptando el pequeño de los Venture ampliaría su sonrisa y proseguiría en su camino, guiando al resto.

>> No, no está lejos. Si vamos a paso normal estaremos allí en menos de treinta minutos.- Respondió a Edirian, quien ahora parecía estar interesado en los granizados, y todavía teniendo Cael el suyo prácticamente terminado en sus manos.- ¿Yogurlado? – Alzó una ceja, divertido, como si el propio nombre le causara gracia.- Suena a alguna palabra extraña del éter. Igualmente algunas personas se decantan en lo bueno del pasado, en este caso los granizados. No merece la pena innovar cuando algo ya va bien, ¿no creen? Ah, y puedes llamarme Cael. Lo prefiero.- Se dirigió expresamente a Ed, quien le había mencionado como “excelencia”.

Notas de juego

Sorry por la tardanza ^^U

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01/08/2019, 19:13
Eikon

Primero que todo, Eikon giró sobre su mismo eje en el gran salón, escrutando con gesto ceñudo y serio cada rincón del mismo. De vez en cuando se detenía y daba un par de pasos en alguna dirección, como intentando ver mejor, pero instantes después negaba y seguía mirando en todas direcciones. Finalmente, luego de varios segundos haciendo lo mismo, Eikon finalmente se detuvo con la mirada fija en un punto. Con paso seguro, se acercó hacia un rincón de la pared más alejada y, con la palma de su mano hábil, acarició la superficie.

Acá pasó algo muy, muy extraño. Hubo fuego —dijo, señalando una mancha intensa de quemadura que todo el mundo había confundido con suciedad—, y también hubo agua —dijo luego agacharse en otro sitio del salón y tocar un par de baldosas que, al parecer, se habían podrido tras mucho contacto con un torrente de agua o simple humedad—. Es evidente que ninguna de las dos sustancias entró de manera natural al salón.

Algo más parece llamar la atención del tatuado y, enarcando una ceja, se dirigió hacia otro extremo del salón. Acto seguido se agachó y empezó a escrutar... algo en el suelo. Una copa, al parecer, sólo que faltaba la mitad, y la mitad que si se veía parecía incrustada en el suelo. Eikon tomó la mitad que estaba arriba e intentó halar de ella. Al ver que no podía, se humedeció los labios nervioso. Aquello le era muy, muy familiar.

Está claro que esto tampoco es natural —dijo a todos y a nadie al mismo tiempo, con un tono de voz inquieto.

Eikon siguió explorando la mansión en silencio, prestando atención a todos los detalles, pero cuando llegó a la sala que parecía ser una caja fuerte definitivamente perdió los papeles. De dos grandes zancadas, el tatuado se acercó hasta las hojas resecas que estaban a un lado de la acorazada puerta y las acunó con ambas manos.

Lo llaman el Cian Perenne —dijo, esta vez hablando claramente con los demás—. En primavera sus hojas son azules, por eso los de este continente, por lo general los nobles, intentan traerlo de las Tierras Ignotas. Mi hogar —continuó, meditabundo—. Es evidente que aquí ha sucedido algo que va más allá de este continente, y la tecnología utilizada me atrevería a decir que tampoco fue creada aquí en su totalidad.

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01/08/2019, 20:55
Eikon

Resulta obvio que la intención de este... ataque, si es que puede llamársele así, era sumir a las rarezas en un caos. No han robado nada, ni tampoco hay rastros de sangre o de batalla. Inclusive el salón principal tenía muestras de uso reciente. En cuanto a esto... —dijo, suspirando—, bueno, confusión y caos definitivamente —quizás había dicho algo obvio, pero saltaba a la vista que estaba casi pensando en voz alta más que comunicándole algo a los demás.

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02/08/2019, 01:16
Esla d'Iridar

No le importaba caminar. Después de un viaje tan largo en carruaje lo prefería. Necesitaba desentumecer los músculos. Además, cruzar una ciudad caminando daba una perspectiva diferente. Permitía ver la ciudad como era de verdad, sin el velo que la maquillaba al mirarla desde el interior de un carro. No respondió de palabra, pero asintió a la sugerencia de caminar hasta el mercado. Tenía además curiosidad acerca de algunas cosas.

Observaba la ciudad con curiosidad. Como si viese por primera vez en persona algo que le hubiesen descrito en innumerables ocasiones. No parecía tensa, pero aun así mantenía una mano cerca de la empuñadura de su espada, y un ojo en las llaves con las que Cael jugaba despreocupado. *

-Señor Venture, aunque haya pasado mucho tiempo lejos no soy extranjera, me crié en Duriel – contestó a la primera pregunta de Cael – Esta es mi ciudad, y la de mi hermana y fue la de nuestra madre. Si en algún momento dejó de serlo, esos días han llegado a su fin. 

Era consciente de que el tono de lo que decía no terminaba de encajar con el que el noble había buscado, pero en esos momentos no le preocupaba. Podría haber cosas que quisiera esconder, pero esa no estaba entre ellas. 

No se involucró demasiado en la conversación acerca de los helados. Cael y Edirian parecían valerse por si mismos para discutir aquello, y ella no tenía demasiado interés, ni sentía en aquel momento presión por fingirlo. Aun así, encontró en las palabras del Venture una forma de sacar un tema que tenía en la cabeza desde hacía un buen rato. 

-Debe reconocer,señor Venture - se dirigió a él por su apellido pese a su insistencia a que le llamaran por su nombre de pila - que hay algunas innovaciones que son llamativas, y es normal interesarse por ellas, por ejemplo la de tener a un Venture en la Casa de las Rarezas. Estoy segura de que detrás de eso hay una historia fascinante, y me encantaría oírla en un momento que usted considere oportuno - lo miró a los ojos, buscando dejarle claro que no se trataba de una mera sugerencia. No le exigiría explicarse allí mismo, pero no pensaba dejar el tema de lado - Estoy segura de que ese... "yogurlado" despierta una sensación parecida en otras personas. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Tirada de advertir para vigilar posibles asaltantes, o alguien interesado en robarle las llaves. 

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02/08/2019, 08:13
Peara de Valdebrian

 Al entrar a la sala, Peara sintió una mezcla entre asombro y disgusto. La Sala de Comunicaciones era inmensa y contaba con una gama de espejos de éter que hubieran probado ser de gran interés para el estudio de la académica; en especial si los mismos hubiesen revelado los sobre el paradero de los miembros perdidos. Sin embargo, el destrozo de todo ello bajo las manos de los desconocidos era una verdadera tragedia; aquella habitación, más allá de la utilidad para la investigación, era una belleza en el arte de la comunicación.

- Es una... es una pena, realmente...

 Mientras caminaba entre los espejos, decidió agacharse frente a uno de ellos y tomar algunos pedazos de espejo que se encontraban en el suelo. Sería casi ingenuo pensar que se podría arreglar fácilmente aquellos espejos; pero alguna otra cosa podría surgir de analizar la "escena del crimen".

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02/08/2019, 09:47
Arden d'Iridar

Todo esto es muy extraño, una desaparición repentina de todos los miembros, sin aparente pelea ni preparación para marcharse de los miembros, no tiene sentido.

No tenía ni idea de qué podría haber pasado, así que decido no pasar nada por alto. Al dar la vuelta por la casa me fijo en las ventanas exteriores, buscando algún rastro de entrada forzada que no hubieran podido borrar los hipotéticos atacantes.

Otra cosa importante sería saber en qué andaban metidos las Rarezas, por lo que rebusco en las habitaciones para ver si encontraba cualquier tipo de documento, tal vez con suerte alguien tendría un diario. La habitación del comandante sería el lugar óptimo para encontrar algo así, pero podía esperar a que Esla volviera con las llaves. Me centro en la habitación del teniente, tratando de encontrar algo oculto, como un cajón con doble fondo, un compartimento oculto en la cama o en un libro, etc...

Al llegar a la sala de los espejos lo que parecía ser la pista más prometedora se esfuma al ver el nivel de destrucción al que habían sido sometidos. Tardaríamos muchísimo en recomponer siquiera un espejo, y eso sin saber si iba a funcionar.

 

Al final centro mi atención en el almacén, la ceniza y las hojas en la puerta representaban la única otra cosa extraña aparte de los espejos rotos, bueno, y de la desaparición de todo el mundo, claro.

 

Mientras examino la caja fuerte una pregunta viene a mi mente, tal vez había estado intentando reprimir la idea inconscientemente, porque al formularla en voz alta me parece incluso algo obvia.

- Una cosa, llevamos todo este rato discutiendo sobre quién vino aquí e hizo desaparecer a la gente y destruyó los cristales, pero no hemos considerado la posibilidad de que nadie haya asaltado la casa. La explicación más sencilla a todo lo que veo es que por alguna razón los miembros decidieran marcharse de inmediato sin pararse más que a destruir los espejos.

No llego a formular la pregunta que naturalmente sigue: ¿Por qué? ¿Qué llevaría a las mismísimas rarezas a marcharse así destruyendo cualquier método de comunicación? ¿Huían? ¿De qué?...Nada de esto tiene buena pinta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro advertir para las diversas cosas que digo que investigo. Para la puerta de la caja fuerte, me fijo en especial en la ceniza, para intentar ver si hubo algún tipo de fuego y saber si vino de dentro o fuera de la caja fuerte (rollo hay más en los bordes de la puerta, la forma de las quemaduras y otros rollos CSI :P

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02/08/2019, 18:14
Cael di Venture

En vez de buscar las esquinas, donde la sombra abundaba gracias a los altos tejados y las pequeñas terrazas de madera y los pisotones eran menos abundantes, Cael caminaba por el centro de la calzada rodeado por los apacibles transeúntes. Incluso en uno de los giros observó un callejón que sabía con certeza que estaría muchísimo menos concurrido, uno pequeño donde apenas entraban carruajes y sólo lo transitaban niños corriendo de un lado a otro jugando con una pelota vieja pero, sobre todo, que era un camino más directo al mercado, aunque siguió con su andanza por las calles más abundantes.

Lamento si soné descortés, desconozco toda vuestra historia.- Parecía que se había cansado de jugar con las llaves, dedicándole un último giro antes de tirarlas unos centímetros en el aire y cogerla con la otra mano, guardándola después en el bolsillo de su pantalón.- Posiblemente esté algo cambiada a como la recordabais, y si así lo deseáis puedo haceros de guía.- Le guiñó un ojo, algo breve antes de seguir con la mirada al frente, dedicándole una sonrisa a un hombre que pasaba por su lado y casi se choca con él.- Los años no pasan en balde, ni siquiera para la bella Duriel.

Se fijó en que la mano de la noble descansaba cerca de la empuñadura de su espada, preparada para cualquier ataque. Inconscientemente paseó la mirada por los tejados y los callejones en los que antes no reparó, aunque fue un vistazo demasiado breve.

Relajaos, nadie os hará nada.- Susurró a expensas de saber si sería escuchado o no.- Mientras estés a mi lado tendrás la protección de los Venture. Entre las grandes casas tenemos que ayudarnos, ¿no cree? - Sabía perfectamente que sus palabras, en realidad, era una inconcluencia en sí misma. Al igual que todos los que conocían un mínimo sobre el mundo y la política que las rodeaban, sabía que los Iridar habían sido prácticamente exterminados, y que uno de los causantes justamente eran los Venture.

Guardó silencio dejando que Esla degustara sus palabras o entendiera lo que quisiera sin incidir más en el tema, aunque manteniendo esa socarrona sonrisa que parecía caracterizarle. Sin embargo pareció borrarse cuando la noble preguntó por sus intenciones al ingresar en la casa aunque, en una fracción de segundo, recuperara la compostura.

He paseado mucho por sus recintos, me gustaba ver los entrenamientos de los reclutas. A veces uno aprende simplemente observando.- Se encogió de hombros, quitándole importancia a la pregunta.- No puede negar que la Casa de las Rarezas es un misterio por sí misma, es inevitable que llame la atención a cualquiera.- Paró sus pasos para dejar pasar a un carruaje antes de girarse hacia ambos acompañantes mientras esperaba que terminaran de despejar la vía.- También me gustaría oír vuestra historia, sin duda debe ser fascinante pero…- Señaló con un golpe de cabeza al otro lado de la calle.- Ahí está el mercado. Hemos llegado.

- Tiradas (1)
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02/08/2019, 22:47
Viero

Mientras Viero escuchaba el razonamiento de Inara se quedó mirándola... no había pensado en ello.

- Puede que Inara tenga razón, si el responsable de esto no es un enemigo, sino una Rareza, el motivo más sencillo que se me ocurre es que quiera evitar que un enemigo logre contactar o ubicar a las otras Rarezas.

Pero había algo que no cuadraba en la situación. Cuando Eikon se había sobresaltado al mirar la caja fuerte en la otra sala.

- Es obvio que alguien ha intentado forzar esa puerta... ¿con fuego? No creo que un miembro de la casa quiera hacer algo así - dijo Viero analizando las cenizas - pero este no era el objetivo. Si alguien se tomó la molestia de hacer esto fue porque tuvo curiosidad de lo que hay dentro, no logró derribar la puerta y se marchó, pero que incoherencia es querer abrir una puerta en un almacén y luego destruir los espejos de comunicación tan meticulosamente, a menos que...

Quizás su razonamiento no fuera el mas acertado pero sintió una corazonada:

Viero se acercó rápidamente hacia la puerta de seguridad del almacén, puso su oido sobre ella para intentar escuchar algo del otro lado.

 

- Tiradas (1)
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03/08/2019, 00:03
Inara

No veo gran cosa en la sala de los espejos rotos, si alguien me quiere acompañar voy a ir a las habitaciones del comandante y las demás que están aparentemente cerradas. En principio, miraré la forma en que se pueda abrir la puerta, bien forzarla o buscar algún mecanismo con el que se pueda abrir la puerta sin provocar mucho destrozo. También miro por si por fuera, se pudiera acceder a través de alguna ventana.

Empiezo con la habitación del comandante, luego el resto.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He sacado un 10 en la tirada, no sé si eso proporciona alguna ventaja

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03/08/2019, 01:09
Hiparchia de Menas

Hiparchia jugueteaba con su anillo, dándole vueltas sobre sí mismo con el pulgar y el índice, sin saber muy bien qué pensar sobre La Sonriente. 

A ratos le parecía cómica, a ratos le producía escalofríos. Detrás de esa máscara, bajo la armadura de piel y cráneo, se escondía una de las mentes más intrigantes de todo el continente. Lo que daría Hiparchia por poder abrir esa cabeza como si de un melón maduro se tratase con el mero objetivo de ver lo que había dentro. 

Sopesó sus palabras, sabiendo que una mentira podría ser más divertida, pero que solo la verdad la conduciría a sus respuestas. 

-¿Sabeis lo que dicen de la ignorancia? -se sirvió el café y espolvoreó una pizca de edulcorante. -Que es una plaga, que se extiende desde oriente a occidente, sin distinguir sexo, religión o raza. Que es el mal que origina las guerras, que evita que curemos a nuestros enfermos y cuidemos de nuestro ganado. Que sólo tiene una cura: la curiosidad. -Le guiñó un ojo y dio un sorbo al café. Estaba caliente, demasiado, así que posó la taza para que se enfriara un poco más. Pero toda droga, según en que proporción, puede considerarse veneno. Finalmente introdujo el anillo en su anular derecho, dejándolo en el lugar exacto donde pertenecía, a juzgar por la marca en su piel. Y no existe antídoto para el antídoto. 

Se echó hacia atrás, visiblemente relajada, aunque atenta a cualquier movimiento de la sala. Hiparchia de Menas era, ante todo, observadora, por lo que ni el más nimio detalle solía escapársele*. Tomó su tiempo antes de proseguir, al recibir la callada por respuesta. 

-No he venido a intercambiar información "por nada". Eso bien lo sabéis y esgrimir ese argumento es simplemente una falacia. Ya os he dado algo de información sobre mí, Hiparchia de Menas, reciente incorporación a la casa de las Rarezas. Información de primera mano que, como bien sabeis, es la mejor de las informaciones. ** Pero queréis saber algo más sobre mí, está bien. Es la curiosidad. La que mató al gato y terminará también con Hiparchia. Esa es mi droga, mi antídoto. Por fin se permitió dar un largo sorbo al café. Y finalmente mi veneno. 

- Tiradas (3)

Notas de juego

*Echo un vistazo alrededor por si alguien estuviera siguiendo nuestra conversación con demasiada atención. Al fin y al cabo, somos dos personas muy particulares. Hiparchia busca, al margen de las miradas de los curiosos, algo que pueda hacer saltar su sentido arácnido ;)

** Tiro también para intentar persuadir o convencer a la señorita sonrisas. 

En ambos casos he puesto dificultad 15 por ser el defecto, pero evidentemente la que tu consideres. En Persuasión solo vale la tirada que tiene un +12, la otra ha sido un error.

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03/08/2019, 20:09
Gavilano
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo hecho tirada un poco como referencia

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04/08/2019, 16:12
Gavilano

Gavilano, acompañado de Peara y Fantina, entró en la sala de Espejos y sus ojos se abrieron con asombro al ver el nivel de destrucción que allí se había producido. Lo cierto era que, cuando le habían hablado de lo que había sucedido, había imaginado espejos resquebrajados… pero los restos de la sala de comunicación recordaban más a arena y polvo que a fragmentos de nada.

Antes siquiera de que pudiera tomar la palabra para preguntar qué era lo que habían descubierto mientras ellos se ocupaban de la herida de Peara, sus nuevos compañeros continuaron con la conversación que, al parecer, ya venían manteniendo, y cada uno expresó sus distintas ideas sobre lo que estaba sucediendo.

-Escuchad a esta chica, me gusta cómo piensa. –La voz musical del joven intervino de pronto, mientras señalaba a Arden d’Iridar con un gesto de reconocimiento. No era la primera vez que sentía simpatía por la gemela y su forma de pensar. Parecía inteligente, pero compasiva. No había tanta gente como ella. –Y Vieiro tampoco se equivoca al tratar de buscar otras opciones.

Se adelantó, hasta colocarse en mitad de la sala, y cerró los ojos un instante. Por un momento quedó tan inmóvil que casi parecía la estatua de algún antiguo héroe. Pero un latido de corazón después, abrió de nuevo los ojos con el brillo del desafío en su mirada.

-Repasemos lo que sabemos, compañeros. A veces, las verdades más obvias se pasan por alto. Hace veinte días las Rarezas desparecieron de este lugar. Toda la Casa, salvo excepciones, estaba aquí reunida a orden del comandante.

-Sabemos también que habían estado trabajando en temas de préstamos y cajas fuertes en los días anteriores. Y creo que he escuchado que algo ha sucedido con una caja fuerte aquí mismo. ¿Es así? ¿Qué es lo que habéis descubierto?

-Pero no quiero desviarme del tema. Estaban todos aquí reunidos con el duque Doriar y su hijo, mecenas de la Casa. Y a la mañana siguiente, no quedaba nada. Nada.

-Nadie les vio salir. Nadie escuchó nada. Nadie ha robado, nadie ha tocado nada. Sólo una sala de comunicaciones destrozada. La verdad, si se trató de un ataque, no fue uno convencional. Tengo algunas ideas sobre eso, pero necesito algo de tiempo para madurarlas. Y sí, la otra opción es que ellos mismos destruyeran las comunicaciones, en cuyo caso deberíamos preguntarnos, y muy en serio, el motivo para hacerlo sin dar ninguna pista. Especialmente, porque si desaparecieron para evitar ser atacados y nosotros reclamamos su legado… nos estamos poniendo en el punto de mira de un enemigo invisible y tan poderoso como para hacer huir a las Rarezas.

Gavilano hizo una pausa, suspiró, y miró con intensidad a los que lo rodeaban. Sus siguientes palabras no eran tan agradables.

-Tengo mucha fe en la capacidad de la Casa en hacer maniobras discretas, pero abandonarlo todo no parece muy inteligente. Dejar a su letrada sin información, tampoco, a menos que fuese algo meditado. ¿Y qué motivos habría?

-Finnaes es quien nos ha contado todo lo que sabemos. Todos hemos dado por hecho que es nuestra gran aliada en esto. Sinceramente, creo que es cierto. Pero no nos hará daño alguno plantearnos qué pasaría si no fuera así, ¿verdad?

Acabado su poco halagüeño alegato, se giró para mirar a Peara y a Inara. Ambas mujeres poseían talentos muy diferentes, y en la situación en la que estaban parecía inevitable decidirse por uno u otro.

-En cualquier caso… parece que el trabajo aquí ha sido hecho a conciencia. Peara, ¿crees que puedes hacer algo con los espejos así de destrozados? Porque si no… creo que Inara tiene razón. Vamos a las habitaciones de los oficiales. Una Casa como ésta tiene que tener una cierta organización, y eso requiere anotaciones. Alguien debía llevar las cuentas, las decisiones, los planes, algo así. Y eso debe estar en alguna parte.

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04/08/2019, 19:26
Peara de Valdebrian

 Luego de analizar un poco los pedazos de espejos tirados en el suelo, Peara suspiró con un gran pesar. Cuando Gavilano le preguntó por alguna posibilidad de trabajar en el arreglo de los espejos, la estudiosa sacudió la cabeza en una señal de negación ante esa esperanza.

- No solo los pedazos están mezclados entre sí, sino que además algunos de ellos son tan pequeños que esto supera las habilidades de cualquier armador de rompecabezas que se precie. Es un trabajo que llevaría meses... y aún así ni siquiera sabemos si tenemos todas las piezas aquí. Sin todas las piezas de un espejo, la comunicación que los mismos ofrecen se verá perjudicada...

 Dejando los pedazos en el suelo y volviendo a pararse, Peara asiente a las palabras de Inara. Había que seguir investigando.

- Lo mejor será que sigamos viendo el resto de la Casa... y que nuestro próximo comandante decida si es una tarea urgente el intentar arreglar los espejos.

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06/08/2019, 10:42
Adalo di Taran

Adalo seguía escuchando a sus compañeros en silencio cuando las palabras de uno de ellos hicieron sonar una campanilla en la mente del veterano soldado, camino con paso firme por la sala de los espejos pisando alguno de ellos haciendo ruido al romperos bajo el peso de sus botas y cuando llego al soporte de uno de los espejos se puso en cuclillas y comenzó a inspeccionar los bordes de estos.

Quizás si conseguía averiguar que utilizaron para destruir los espejos podrían avanzar un poco más en este rompecabezas, alguna muesca de una espada o abolladura...

No compartía la prisa que tenían los demás en irrumpir en las habitaciones de los oficiales. Somos rarezas, pero no podernos considerarnos de pleno derecho, yo al menos no puedo... Parecemos una banda de saqueadores más que una casa de la guerra. Siguió en la sala de los espejos buscando pistas sobre lo que se le había ocurrido.

- Tiradas (1)