Partida Rol por web

¿Que si he oído? ¡Dios! ¡Pero si me robó la barca! ¡Esta barca! Miró apesadumbrado el bote destrozado por la tempestad.

Me avisó el viejo Mc Dougal de que alguien se había hecho a la mar. Y yo que me estaba dando un paseo, ¿sabes? Bueno, para aprovechar. Nunca se sabe cuándo va a salir trabajo, excepto cuando el tiempo está como estaba anoche. Así que viene McDougal gritando que alguien se ha hecho a la mar, y viene a abroncarme por haber alquilado un bote con el tiempo como estaba. ¡Cielos! Así que me voy a la policía, claro. Pero cuando todos volvimos al puerto ya no se podía ver nada, y era una locura intentar salir.

Meneó la cabeza apesadumbrado.

Espero que no le haya pasado nada, pero... Resopló, como desistiendo de decir lo evidente o, mejor, para no llamar a la mala suerte mentando la desgracia.

El gesto de Corla se oscureció más aun, si cabe. Abrió más la puerta y reveló que estaba vestida como para salir a la calle, aunque el calzado era casero. La causa, por supuesto, que no había calefacción en la casa. Apenas subía algún residuo de calor de los pisos inferiores, y había corrientes.

Corla había estado trabajando en un cuadro, por lo visto. Era algo informe todavía, y permanecía en su caballete, justo debajo de una gran claraboya, que debía ser la principal causa, aparte del precio, de que la artista viviera en un lugar semejante. En el lienzo había pintados una sucesión de manchurrones sin pies ni cabeza en tonos violentos. Quizá estaba experimentando con el arte moderno que tanto se estilaba en la vieja europa. Sin embargo, en las paredes había algunos retratos sin acabar con otro estilo completamente diferente y mucho más asequible. Probablemente con esos se ganaría la vida.

La salita era muy pequeña, y esa era la única habitación. Nada más. Había una cama cubierta con una colcha de color negro, paredes con papel pintado de color morado (y adornadas con arabescos artesanales parecidos a los de la campanilla de llamada que había en la puerta). La luz venía de un antiguo quinqué de petróleo en cuya pantalla de cristal se habían aplicado algunos esmaltes para dar una luz ligeramente magenta. En un rincón había una mesa con tabla de mármol viejo y rayado, aunque muy limpio, donde un infiernillo de alcohol calentaba sopa. En una vieja palangana había agua, y encima de un trapo, un plato y un vaso puestos a secar. En un minúsculo mueblecito debía guardar Corla sus alimentos y utensilios de uso diario. Había también un gran armario de maderas nobles y que sentaba a aquella habitación como a un cristo dos pistolas. Tenía pinta de ser algún tipo de herencia, perteneciente a una casa muchísimo más grande, a un tiempo pasado y a una vida mucho mejor.

Corla indicó a sus visitantes que se sentaran en la cama, y ella se sentó en una silla algo desvencijada.

Negó con la cabeza. Yo no vi a Charles robar ningún bote. Simplemente me lo encontré en la calle y... me pareció que estaba raro. Así que pasé por casa de Derek, por si le encontraba ahí. No estaba. Comenté el asunto con él. Supongo que por eso él mismo llamó a la policía, al ver que Charles no volvía a casa. Charles y yo somos amigos. Es una persona muy sensible, todos estamos muy preocupados.

Jimmy escuchó las palabras de Denny, con semblante serio y adusto.

-Yo también lo espero...-dijo, finalmente-aunque me temo que la realidad sea otra. ¿El bote quedó muy dañado? Tris nos dijo que apareció en la playa, y que aún había en él algunas cosas. 

Permanezco callada mientras los pescadores hablan, respetando su conversación y haciendo mis cábalas. Por lo visto, había robado la barca, y eso me hacía pensar que se había hecho a la mar precipitadamente.

¿Qué podría haberle llevado a hacer eso?

A la cabeza se me vienen expresiones como "enajenación mental" o "locura transitoria". Demasiado técnico quizás, pero me niego a pensar ne la posibilidad del alcohol. ¿Quizás alguna medicación nueva? Tenía que averiguar si el bien Charles se medicaba.

El bote lo tienes delante, Jimmy. Míra tú mismo cómo está.

El bote estaba, desde luego, muy golpeado. Tenía en el fondo un buen agujero, y había también muchas tablas medio partidas, desencajadas, raspadas, golpeadas. Ese bote había estado por toda la bahía durante horas dándose golpes contra las rocas. Lo raro es que no estuviera completamente destrozado. Faltaba el mástil, faltaba todo excepto el cascarón. También estaba ahí el compartimento de popa, el lugar donde se guardaban los aparejos, el agua, la merienda... Era un espacio cerrado que formaba parte de la estructura básica del barco. El compartimento había conservado toda su integridad a pesar del duro castigo.

Ahí dentro estaba todo aquel papelerío. ¿Ves? Dio un golpe en la madera del compartimento. El bote aguantó toda la noche dando tumbos, estoy seguro. Con la mar que hacía... Dios me perdone, ese chico no creo que supiera gobernarlo, ¿sabes? Apuesto a que zozobró a la media hora escasa. Los papeles se los llevó la poli.

La verdad, Denny miraba la embarcación con orgullo además de con pena por el estado en el que estaba. Al fin y al cabo, lo había hecho él.

No se ni por qué lo estoy intentando. Creo que no vale ni para leña. Sin embargo, no había soltado el cepillo ni el serrucho.

-Dudo que siquiera alguien que supiera hubiera aguantado mucho en el mar, tal como estaba-respondió Jimmy, observando el aspecto del bote-desde luego, ha quedado hecho una pena. Es casi un milagro que consiguiera volver a la costa. Con esos destrozos en el casco, uno esperaría que se hubiera quedado en el fondo de la bahía. 

-Tienes razón amigo.- Y el detective dejó que el bueno de Fawkes moviese sus labios mágicos, mientras el hacia lo mismo con sus ojos.

Observó con atención toda la casa. Pequeña, poco ostentosa. Eso si, tenía un armario hecho de maderas nobles que debería valer su dinero. O era una herencia, o esa mujer había tenido una vida anterior más holgada de la que llevaba ahora.

Entonces se centro en Corla. Sus gestos, su mirada, la manera en que pronunciaba cada palabra. A ver si su instinto podía proporcionarle algún dato más a trabes del lenguaje no hablado.

-¿Por qué lo noto extraño? Si se conocen hace tiempo, ¿sabe de algún suceso reciente que le hiciera cambiar?

Cuando Hammer preguntó a Corla por qué había encontrado extraño a Baxter, Corla había hecho un ligero gesto que él pilló al vuelo. Un gesto difícil de interpretar. Parecía como si Corla supiera lo que le pasaba a Baxter desde hacía tiempo, pero no quería revelarlo por, quizá... por vergüenza o delicadeza. Mintió, pues, en ese pequeño detalle. Ayer no había visto nada rematadamente extraño, sino que lo pensaba de hace tiempo. O quizá no mentía, pero temía profundizar, o formaba parte de su intimidad.

Bueno, parecía distraído en exceso y el tiempo era tan malo. Tuve miedo de que se le cayera una teja en la cabeza o algo parecido. Eso es todo. Se levantó, quizá ligeramente perturbada por la situación, el temor por Baxter, las visitas... Prepararé un te.

¡Pueden seguir interrogándome, por supuesto! Como ven, la casa es pequeña. Retiró la sopa y la tapó con un trapo muy limpio. Mientras preparaba las cosas, se encontraba de espaldas a sus interlocutores.
 

Al ver la habitación me siento un poco mal por haberle pedido el té, y estoy a punto de negarme cuando es ella quien nos lo ofrece. Pero no seré yo quien rechace un té.

Gracias por ser tan amable y participativa en nuestra investigación, señorita Fistienne. Hay un suceso que me inquieta. Charles parecía muy apegado a un libro en las ultimas horas que se le vió por Kingsport. ¿Sabe usted algo de ese libro? ¿Como cuándo lo adquirío o quién pudo proporcionarselo? Le sonrío. No se preocupe si se tiene que tomar su tiempo para recordarlo, es un dato curioso de retener.

Mike notó algo en ella, mientras hablaba. Pero su rostro no cambió un ápice. Estaba acostumbrado a disimular delante de delincuentes.

Podría preguntarle al respeto, pero de momento decidió dejar que la charla fluyese.

Buena pregunta amigo, a ver si sabe algo del libro.

Mike se mantuvo en silencio.

La mirada que Denny dirige al bote me inspira lástima. - Lo siento. - Le digo como si se tratara de alguien que más que perder una embarcación haya perdido a un ser querido. - Creo que si al menos intenta arreglarlo, se sentirá mejor sabiendo que no lo dejó ir sin más. - De nuevo le hablo como al familiar de un paciente. Es curioso cómo las roturas del bote se me asemejan a las heridas de una persona, claro que ese agujero... - ¿Quiere que le ayude a limpiarlo?*

Si. Recuerdo un libro. Iba leyendo mientras caminaba. Eso me preocupó. Él caía... cae (Corla se obligó a utilizar el presente, también sofocó un sollozo al hacerlo) de vez en cuando en ese mundo suyo. Leía mientras hablaba para si. Y hacía tanto viento. Pensó un poco lo que iba a decir, porque se le había ocurrido algo y se notaba que no sabía muy bien cuán importante era. Me extraña que pudiera leer con esa luz. En ese momento no se me ocurrió pensarlo. Solamente creí que acabaría metido en alguna zanja sin querer, por no mirar por dónde pisaba. Parecía estar leyendo con mucha atención.

Había dejado de preparar el te mientras rememoraba el día anterior. En ese momento silbó la tetera y se apresuró a darse la vuelta para atender a sus labores como anfitriona.

¡Es un buen bote! Siempre lo he dicho. Sólido... esto estaba diciendo cuando Amanda se ofreció a ayudar. Pero se... se va a ensuciar con el betún, y podría clavarse alguna astilla, por Dios. Oh, bueno. No es que desprecie su ayuda, señorita Hope. Se ponía un poco nervioso con el velo y todo aquello que cargaba a la espalda Amanda. Era algo casi como respirar, estaba acostumbrada, lo que no significaba que no despertara sentimientos de lo más variado en su interior, por supuesto.

El silbido de la tetera sacó a Mike del estado de concentración en el que se encontraba mientras escuchaba con atención a su interlocutora.

Mike sabía que había algo más en la relación de la señorita Fistiene con el desaparecido Charles, pero no sabía si sería demasiado “intimo” para explicarlo sin más. Tenía que intentar ver si podía sonsacarle esa información de una forma más suave.

-Entonces- dijo mientras ella preparaba el té -Si ustedes se conocían hace tiempo, quizá podría decirnos si Charles tenía algún problema, o algún “enemigo” con el que no se llevase bien...quizá había algo del pasado que podría hacer mella en él...

Corla no dijo ni si ni no. Continuó preparando el te como si no hubiera escuchado.

¿Lo toman con azucar? ¿Miel? Me temo que no me queda leche. Estaba colocando con pulcritud en medio de un plato demasiado grande un bollo que tenía pinta de ser de ayer.

-Al menos permite que yo te eche una mano, Denny-dijo Jimmy, acercándose a ayudar al hombre. Él sabía algo de barcos, además de que aquello era una oportunidad para asegurarse de que la policía no hubiera pasado nada por alto. Era probable que no fuera así, pero no se perdía nada por intentarlo. 

Al final pasaron los tres un buen rato intentando arreglar la barca. Los dos compañeros no encontraron nada que, pensaban ellos, valiera la pena de ser encontrado.

Por fin, con las manos heladas, tuvieron que dejar el trabajo. Denny parecía muy satisfecho. Se notaba que tenía esperanzas de que aquello volviera a flotar.

Os lo agradezco. El tuteo (a ambos) parecía ya algo natural, tras ensuciarse las manos con un trabajo duro a la luz de gas de las farolas. Ha sido emocionante, dar vida a esta pobre vieja barca, ¿sabéis? Si necesitáis cualquier cosa... bueno, Jimmy, sabes dónde vivo. No es que me mueva mucho.